LEGISLAR DE CARA AL VECINO Como ya hemos dicho en la editorial que abre este balance , creo que la legislatura es el ámbito de representación ciudadana por antonomasia. No sólo por ser el espacio natural en el que confluyen las diversas manifestaciones políticas, sino también por la dinámica de su quehacer diario. Esta convicción implica entender el trabajo legislativo como un cuerpo vivo, que lejos de aferrarse a estructuras estáticas y aisladas, se desarrolla atento a las demandas sociales y momentos políticos de una sociedad en constante movimiento. En ese sentido, como ya hemos señalado, el Poder Legislativo de nuestro país tiene un difícil desafío en cuanto a la necesidad de preservar y consolidar el vínculo de representatividad que se nos delega. Un estudio realizado a nivel nacional por la Universidad de San Andrés durante los primeros días de enero de 2018 es bastante ilustrativo al respecto: el 71% de los encuestados manifestó estar insatisfecho con el trabajo que se realiza en la cámara baja. Los porcentajes fueron casi calcados al preguntar por el trabajo del Senado.
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