Érase un pequeño insecto que necesitaba calor, cuidados, amor… A lo lejos vio una preciosa y extensa tela de araña y se dijo: - “Allí encontraré refugio”. Se sentía feliz. Se iba enredando lentamente en sus finísimos hilos, brillantes, suaves, frágiles, muy frágiles.. De repente, ¡quedó atrapado! La araña, cuando se posó el insecto, sabía lo que tenía que hacer. De él dependía su supervivencia. La araña continuaba tejiendo su tela, cada vez se aproximaba más y más al pequeño insecto. El insecto sentía admiración por ella, siempre laboriosa.. La tela que tejía era muy suave, sus hilos parecían de oro. El insecto miraba a la araña con respeto, quizá con cariño. Pasaba el tiempo, la araña tejía con menos ímpetu, se diría que no quería terminar su labor. Quizá quería tener más tiempo al pequeño insecto en su tela. Aunque retardase el momento, la araña tenía que cumplir su “ciclo vital”, había que sacrificar al insecto. Ese era el final, no había otro… El pequeño insecto lo sabía, desde el principio lo supo, la naturaleza es así. El insecto veía cómo se acercaba la araña, entonces él la miró con sus ojos llenos de amor, gratitud, cariño... Durante el tiempo que compartió su tela fue feliz, muy feliz; con la mirada le decía: - “ No retardes el momento”. La araña, en un acto de “amor inmenso” alargó sus patas e hizo un pequeño círculo, liberando al pequeño insecto. ¡Lo dejó ir! Desde entonces el insecto vuela y vuela, sueña y sueña…, y mira el pequeño círculo en aquella tela tan hermosa de hilos brillantes. La araña continúa tejiendo su tela, más tranquila, más sosegada... sabía que no había hecho lo que de ella se esperaba y la naturaleza exigía, pero, ¿qué importaba? No sé si la araña, en ese acto de “amor inmenso”, sintió dolor, el pequeño insecto, sÍ. Quizá los dos sintieron el dolor de la separación, el dolor de lo imposible… ¿Quién no ha hecho locuras por amor…? ¿Quién no se ha sentido atrapado y a la vez feliz…? ¿Quién no ha creído alguna vez en la UTOPÍA…? Qué importa la diferencia de razas, edad, pensamiento, clase, si consigues tu pequeña y difícil “ UTOPÍA “ María Luisa Castán RÁFAGAS DEL CINCA N.º 38
19