LUNES 25 DE JULIO DE 2022
Condena histórica por los atentados de 2015 / Anne Marie Mergier Por primera vez en muchos años los sobrevivientes y familiares de las víctimas pudieron respirar con tranquilidad e incluso sonreír: la Corte Penal Especial que juzgó a 20 de los autores de los atentados terroristas del 13 de noviembre de 2015 en París emitió sus sentencias el pasado 29 de junio. Seis de los acusados –sólo uno de ellos presente– fueron condenados a cadena perpetua, la máxima condena prevista por el Código Penal francés desde que se suprimió la pena capital. Sobrevivientes del peor ataque terrorista sufrido por Francia desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y familiares de los fallecidos se aprietan unos contra otros en largos bancos de madera. No cabe un alfiler en los espacios reservados a los abogados y la prensa. Tiesos en sus jaulas de vidrio antibalas, 11 acusados, brazos cruzados y rostros herméticos, aguardan. Otros tres, que comparecen libres, intentan mantenerse erguidos… sin lograrlo del todo. Un espeso silencio envuelve la inmensa sala de audiencias. Es el pasado 29 de junio, último día del juicio por los atentados cometidos por tres comandos del Estado Islámico el 13 de noviembre de 2015 afuera del Estadio de Francia, en una sala de conciertos y en terrazas de cafés y restaurantes parisinos, con saldo de 130 muertos y centenares de heridos. Son las ocho y media de la noche. Jean-Louis Périès, presidente de la Corte Penal Especial que juzga a 20 acu-
/ Rafael Croda En lo que va del año, 23 mexicanos vinculados con el narcotráfico han sido detenidos en Colombia, dice Fernando Murillo, director de Investigación Criminal de la policía de ese país. Explica que tras la captura de Otoniel, jefe del Clan del Golfo, los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación intensificaron el envío de “emisarios” para establecer nuevas alianzas. Su objetivo: tener el “control directo” de tráfico de drogas y acrecentar así sus ya de por sí exorbitantes ganancias: comercializan anualmente unas 200 toneladas de cocaína colombiana con valor de 5 mil millones de dólares en el mercado estadounidense. El director de Investigación Judicial e Interpol (Dijin) de la Policía Nacional de Colombia, general Fernando Murillo, está convencido de que cada vez que golpea al Clan del Golfo, la principal organización del narcotráfico en este país, los cárteles mexicanos de la droga acusan el golpe. “Cuando capturamos a cabecillas del Clan del Golfo, los cárteles de Sinaloa y de Jalisco Nueva Generación tienen que volver a buscar aliados que les puedan generar las toneladas de droga que requieren y, además, que les garanticen lo que más buscan: que realmente sea una droga de calidad”, dice Murillo. En entrevista con Proceso, el director de la Dijin sostiene que, en particular, la
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UAA renueva sus galerías con “Folclore guerrerense”, “Naturaleza viva” y “La vista desde mi cielo”
sados –seis en ausencia–, implicados en distintos grados en estos crímenes, se apresta a leer el veredicto de la Corte. La tensión es total. Iniciado el 8 de septiembre de 2021, interrumpido por el covid-19 que afectó a varios acusados, suspendido durante las vacaciones de Navidad, Semana Santa y numerosos días feriados, este juicio único en los anales de la justicia gala se prolongó 10 meses. Resuena la voz del presidente, con tono solemne: “Al final de 148 días de audiencia, durante los que se escucharon los testimonios de 415 demandantes, los alegatos de 189 abogados que los representan y de 30 abogados de la Corte…” Périès desgrana los nombres de los acusados y las penas que la Corte dictaminó en su contra. El silencio es cada vez más compacto. Diecinueve de los 20 inculpados son declarados culpables de pertenecer a “una asociación de malhechores con fines terroristas”, pero sus condenas varían según su grado de responsabilidad en los atentados. La Corte condena a reclusión perpetua irreductible –pena máxima prevista por el Código Penal francés y muy raramente dictada– a seis acusados, cinco de los cuales, supuestamente muertos en Siria o Irak, fueron juzgados en rebeldía (en ausencia). El sexto es el franco-belga Salah Abdeslam, único miembro todavía vivo de los comandos terroristas y cuyo hermano mayor, Brahim, activó su cinturón de explosivos en el último café atacado el 13 de noviembre de 2015.
UAA La Universidad Autónoma de Aguascalientes renueva su Galería Urbana a fin de continuar promocionando el talento artístico de la comunidad universitaria y la población en general, en esta ocasión, con las exposiciones fotográficas “Folclore Guerrerense”, “Naturaleza Viva” y “La vista desde mi cielo”. “Folclore Guerrerense” de Aline Valeria Quiroz Calva, es una exposición fotográfica con obras que abrazan con orgullo las principales tradiciones del estado de Guerrero. La muestra surge de la necesidad de cambiar la perspectiva violenta que eclipsa a la cultura y a la grandeza de una entidad y de su gente; así como de la necesidad de crear un aparador itinerante para exportar y difundir sus tradiciones. En cuanto a la exposición fotográfica “Naturaleza Viva”, bajo la autoría de Román Esqueda, es una invitación a maravillarnos ante la naturaleza que vive en
nuestra cotidianidad, pues la naturaleza en su rol materno, es pródiga y se nos obsequia en donde menos la esperamos. Por otra parte, en la galería fotográfica que lleva por nombre “La vista desde mi cielo”, se podrán apreciar las 11 imágenes que fueron seleccionadas dentro del marco de los concursos de Talentos Universitarios, un proyecto cultural que ofrece la UAA, y cuyo objetivo es promover la participación de los estudiantes de la institución en actividades artísticas. Cabe mencionar que entre las imágenes también se incluyen a los ganadores de los tres primeros lugares, así como las tres menciones honoríficas elegidas por el jurado calificador. Las exposiciones estarán en exhibición durante el mes de julio hasta septiembre del año en curso en las galerías exteriores de la UAA, ubicadas en Av. Guadalupe González, casi esquina con Av. Aguascalientes; Av. Universidad Norte, casi esquina con Av. Aguascalientes; y en Av. Universidad, casi esquina con Av. Guadalupe González.
Mexicanos van por el “control directo” del narco en Colombia captura del jefe del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga David, Otoniel, el pasado octubre, “afectó el suministro de droga” de los cárteles mexicanos, que tenían una “relación comercial muy cercana” con el que era considerado el principal capo colombiano de la droga. En respuesta, señala Murillo, los cárteles de Sinaloa y de Jalisco Nueva Generación intensificaron el envío de “emisarios” a Colombia para establecer nuevas alianzas con los sucesores de Otoniel – Wílmer Antonio Giraldo, Siopas; Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, Chiquito Malo; y José Gonzalo Sánchez, Gonzalito– y con las “disidencias” de las FARC. “Lo que hemos visto es que los cárteles mexicanos están mandando enviados de confianza, de mucha confianza, que supervisan desde la producción hasta el transporte y la entrega de la droga”, afirma Murillo. Y sostiene que, con esa modalidad, los grandes capos mexicanos “buscan el control de todos los eslabones de la cadena del narcotráfico” en Colombia, desde los sembradíos de hoja de coca hasta su transformación en cocaína y su salida
al exterior a través de rutas marítimas y aéreas. Es sintomático, por ejemplo, que en abril pasado haya sido capturado en la suroccidental Cali el mexicano Brian Holguín Verdugo, El Pitt, a quien informes de inteligencia consideran un operador de confianza del jefe de la facción histórica del Cártel de Sinaloa, Ismael El Mayo Zambada. De acuerdo con las investigaciones, El Pitt, requerido en extradición por Estados Unidos, tenía la misión de estrechar relaciones con las “disidencias” de las FARC –como se conoce a las facciones de esa exguerrilla que no se acogieron al acuerdo de paz de 2016 y siguieron en el negocio del narcotráfico– tras la caída de Otoniel, el jefe del Clan del Golfo. Murillo señala que resulta más revelador el hecho de que el 19 de mayo pasado hayan sido capturados en aguas internacionales del Pacífico seis ciudadanos mexicanos que transportaban 699 kilos de cocaína en una lancha rápida, cuando ese tipo de cargamentos son transportados por lo general por colombianos. Los resultados de esa operación, en las que participaron la Dijin, la DEA, el
Comando Sur de ese país y la Armada de México, revelan que los cárteles mexicanos buscan también “el control directo” de la salida de la droga de Colombia hacia Centroamérica y México. El director de la Dijin explica que este año han capturado en Colombia a 23 mexicanos en el marco de investigaciones contra el narcotráfico en las principales ciudades del país (Bogotá, Medellín, Cali y Cartagena), y varios de esos operativos han sido realizados de manera conjunta con la DEA. –¿Este aumento de capturas nos revela un crecimiento de la actividad de los cárteles mexicanos en Colombia? –se le pregunta al general Murillo. –Nos revela una mayor presencia de estos cárteles buscando la comercialización del producto (la cocaína) con organizaciones del narcotráfico colombiano. Desde 2018 Colombia ha extraditado a Estados Unidos a ocho mexicanos capturados en este país, todos por cargos de narcotráfico, y nueve más se encuentran en procesos de extradición por requerimientos de cortes estadunidenses, mexicanas y de Corea del Sur.