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Reinvenciones es el nombre de la exposición de fotografía intervenida inaugurada el pasado 10 de febrero en el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez. La “intervención” se toma como un acto complementario a la obra original, mediante el cual se busca entablar un diálogo en el que dos obras se integran, confluyen en el mismo espacio y dan como resultado una obra nueva en la que se visualiza la interacción de más de una posibilidad técnica y estética.

[Más de Reinvenciones en el comentario editorial]

SUPLEMENTO CULTURAL NO. 561 /// 13 DE FEBRERO DE 2022 /// AÑO 12 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN Espejo. Carlos Alberto Sánchez y Pedro Pablo Rodríguez. 2023. De la exposición Reinvenciones

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Reinvenciones es el nombre de la exposición de fotografía intervenida inaugurada el pasado 10 de febrero en el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez. La idea me hizo recordar aquella otra exposición realizada hace algunos años en Zacatecas llamada Doble fantasía , en la que también participaron varios artistas plásticos que tomaron como base fotografías en gran formato para intervenirlas con otras técnicas. La “intervención” se toma como un acto complementario a la obra original, mediante el cual se busca entablar un diálogo en el que dos obras se integran, confluyen en el mismo espacio y dan como resultado una obra nueva en la que se visualiza la interacción de más de una posibilidad técnica y estética.

Doble fantasía es el referente inmediato, pero eso no significa que por haber sido primero las posibilidades de dar continuidad a este tipo de proyectos deban cancelarse, al contrario, qué bueno que se le dé seguimiento a lo que funcionó bien en su momento; en este sentido, celebro que se haya gestado esta nueva exposición en la que artistas diferentes a la de aquella primera muestra participen ahora no solo porque integra a nuevas generaciones, sino porque se incluye a muchas personas que, dedicados al arte, también tienen la oportunidad de mostrar lo que hacen.

En términos generales, y desde mi muy particular punto de vista, Reinvenciones es una muestra no solo en la que se pueden observar distintos estilos y técnicas, sino una en la que hay aspectos a desta -

car; el primero es que hay 57 personas integrando un proyecto creativo que demuestra que en Zacatecas la actividad artística no para, pese a las vicisitudes vividas; segundo, que es un proyecto nacido fuera de las instituciones, es decir, una iniciativa independiente, lo que demuestra que sí se puede trabajar en equipo no solo para convocar a los artistas, sino para gestionar ante las instituciones que se abran los espacios y eso no debe perderse de vista; sobre todo cuando nos encontramos con el hecho de que cada vez es más difícil, por la situación económica, sostener espacios independientes; dos galerías han cerrado recientemente y aun así la voluntad de emprender persiste.

La exposición tiene piezas que sobresalen a otras por su pulcritud y belleza; la muestra -porque es eso: una muestra- está equilibrada y nos brinda la posibilidad de conocer muchas propuestas en cuya valoración interviene el gusto y ese ya dependerá del espectador, por eso sería muy bueno que sea visitada.

A mí me gustaron varias de ellas, sobre todo en las que hay piezas escultóricas -incluida la instalación con cerámica- que conviven, dialogan y en ese sentido “intervienen” la obra fotográfica, como las de Sara Reyes y Maricarmen Puente; Jaime Raúl Sáenz Navarro y David de Jesús Díaz Leaños; Zoyla Fernández y Maricarmen Puente; y la de Néstor Acosta con Karina Luna. Además, hay otras intervenciones muy bien logradas por el equilibrio en su propuesta plástica, como las de Julio Román con Aldo Landeros;

Daniel Álvarez Sánchez y Leopoldo Elías Smith Mac Donald; Othoniel González López de Nava y Manuel Denna; Mike Mier y Emilio J. Carrasco; Gerardo Suárez del Real Valerio y Daniela Pérez Verdia B.; Tere Casas y Héctor Salazar; Luis García y Dako; Marco de León y Demer; y Pedro Pablo Rodríguez con Carlos Alberto Sánchez, esta última es la imagen de portada de esta edición gualdreña.

La exposición Reinvenciones se encuentra en exhibición en el patio central del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, en este recinto cultural en el que el maestro Felguérez realizó un gran trabajo para reunir una colección de arte abstracto sin parangón y que está ahí, de manera permanente, para ser disfrutado por los zacatecanos y quienes nos visitan. Estimado lector, es esta una invitación para que asista a ver cómo interactúan las parejas de artistas en cada una de las 34 piezas que conforman la muestra, para que las observe, las disfrute y haga usted sus propias reflexiones con respecto a sus resultados. Lo más valioso es el esfuerzo de los participantes por hacer propuestas de calidad relacionadas con la fotografía y las artes plásticas, pero sobre todo, por seguirle apostando al arte en nuestro Estado.

Que disfrute su lectura.

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

2 LA GUALDRA NO. 561 /// 13 DE FEBRERO DE 2022 /// AÑO 12
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores. Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita Diseño Editorial
Directorio
Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
Editorial El veinte Por Pilar Alba Un poema de Mariana Pérez Villoro Iván Muñoz A.K.A. Ivanko Moses-Lee. "Selene ama a Endimión". Collage digital. 2023. Desayuno en Tiffany’s, mon ku Carlos Saura, cineasta de las artes Por Marianne Bloch-Robin Mario Vargas Llosa, escritor [Fragmento] Sigifredo Esquivel Marín Morir… o tal vez soñar Por Álvaro Luis López Limón Las luces Por Daniel Sibaja Manifestaciones contra la reforma de la jubilación en Francia Por Carlos Belmonte Grey 4 7 8 6 5 3 Contenido

Este sábado 11 de febrero fue el cuarto día de manifestaciones en Francia contra la reforma para el retiro lanzada por el presidente Emmanuel Macron; según la policía hubo apenas unos 960 mil, según los sindicatos más de 2 millones y medio (por lo menos en Aviñón hubo más de 20 mil, aquí anduvo quien esto escribe).

Macron está tratando de hacer votar una reforma del retiro que aumentaría la edad de jubilación, pasando de 62 años hasta los 65 y en algunos casos hasta los 67 (según los años cotizados).

Las tres manifestaciones anteriores acompañadas por sus respectivas huelgas fueron: jueves 19 de enero (1 millón 120 mil según policía vs 2 millones según sindicatos); martes 31 de febrero (1 millón 272 vs 2 millones 800 mil); y

martes 7 de febrero (757 mil vs 2 millones).

Y la gente se dirá, ¿qué sentido tiene organizar una manifestación en sábado y justo en el primer fin de semana de vacaciones escolares invernales de una parte del territorio francés? Pues justamente mostrar que en las democracias maduras se pueden aplicar los dos cauces de manifestación: la que molesta al patronal y la que muestra voluntad. Es decir: una es la que se hace durante la semana y bloquea vías de comunicación en días laborales, suprime trenes y metros, bloquea universidades y escuelas, y ausenta a los trabajadores de sus puestos de trabajo por tanto hay reducción de actividades y servicios; esta puede polarizar opiniones del ciudadano porque algunos se enojarán por las molestias ocasionadas por la huelga (todo depende de la comunicación que

tenga la movilización). Aquí el objetivo es evidente, fastidiar a la patronal (en este caso al gobierno) y levantar los ánimos de la opinión pública que podría sentirse ajena a la actividad política.

Manifestaciones contra la reforma de la jubilación en Francia Sociedad

La segunda, como la del fin de semana reciente, es la que hace un llamado a la ciudadanía a manifestarse en las calles sin molestar tanto los servicios cotidianos (bien que haya supresión de trenes). En días de descanso la gente no se tiene que declarar huelguista en sus trabajos y por tanto no tiene afectación en su salario; la gente se muestra voluntaria a sacrificar un día de descanso para salir a la calle con toda la familia en medio del frío. Claro, es una muestra de madurez política de la ciudadanía en una democracia consolidada y cuyo funcionamiento da confianza a sus ciudadanos de que serán escuchados. Ambas, por supuesto, son muestras

de poder frente una reforma que se vislumbra por demás derechista y casi dictatorial. Aunque, y aquí lo importante de la comunicación y lo increíble de la democracia, se le podría preguntar a un trabajador “¿Estás de acuerdo con la propuesta de reforma y trabajar hasta los 65 años o más? A lo que responde: “Sí claro, es normal. Tenemos que cotizar más tiempo porque ya somos más y no habrá suficiente para nuestra jubilación” (esto lo he escuchado en tertulias con amigos). Paradoja porque justamente somos más la población trabajadora que cotiza para la jubilación, y por tanto debería haber para todos.

Aquí el punto débil de estas movilizaciones es, sin embargo, los jóvenes preparatorianos y universitarios. Si en las movilizaciones anteriores fueron ellos unos de los pilares de la resistencia con sus bloqueos en sus prepas y universidades, y fueron la conciencia que animó con su dinamismo las calles, ahora en 2023 parecen estar apáticos y surgen tres hipótesis que lo explican (lanzadas desde quien trabaja cotidianamente con ellos en la universidad): ven la jubilación lejana, el frío es más incómodo que ver Titk-tok en casa y la política ya no les incumbe porque consume datos sobre el Instagram.

Curioso que en México no haya seguimiento mediático a una movilización nacional de tal magnitud. Curioso más porque se supone México tiene un gobierno 4T de izquierda. Pero en México ya es tarde para defender la jubilación.

/// Manifestación el día 11 de febrero 2023 en
Francia.
///
/// El palacio de los Papas. Respeten los límites de vejez.
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/// Manu, no podemos con tu cara-culo. Lárgate traidor.

Mario Vargas Llosa, escritor [Fragmento]

6Por Sigifredo Esquivel Marín

En los últimos meses no se ha dejado de hablar de la ruptura del escritor “Premio Nobel” Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler, el suceso apenas ha sido igualdo por la canción de la cantante colombiana Shakira a partir su ruptura con el futbolista Gerard Piqué. Tristemente el agudo analista de la Civilización del espectáculo (Alfaguara, 2012) ha sido víctima de las fauces del Leviatán mediático que ha descrito con rigor taxidermista.

La mega-maquinaria del hiper-capitalismo ha convertido al personaje Mario Vargas Llosa en un producto más de mercadeo cortesano que todo lo convierte en mercancía desechable. La cultura ha dejado de oponerse la aplanadora civilizatoria del progreso y ahora se convierte en insumo para el consumo inmediato y su proceso ineluctable de fagocitación. El breve ensayo sobre la actualidad mediática de la cultura no busca –en palabras del autor– una interpretación erudita sino “dejar constancia de la metamorfosis que ha experimentado lo que se entendía aún por cultura cuando su generación entró a la escuela”. Ahora casi nada escapa a los procesos y prácticas de banalización, privatización y fragmentación de la sociedad; en el margen de este casi nada se abre un discreto espacio de resistencia cultural. El despliegue global de las redes sociales y la universalización de Internet han fortalecido dicho proceso de vaciamiento de sentido y nihilismo planetario. El mundo deviene pantalla, imagen fantasmagórica tan fugaz como prescindible:

Para esta nueva cultura son esenciales la producción industrial masiva y el éxito comercial. La distinción entre precio y valor se ha eclipsado y ambas cosas son ahora una sola. Lo que tiene éxito y se vende es bueno y lo que fracasa y no conquista al público es malo. La desaparición del viejo concepto de valor. El único valor existente es ahora el que fija el mercado (44).

Esta cita da cuenta de la mutación radical que ha experimentado la cultura hoy en día. La civilización del espectáculo significa una inversión total de los valores y criterios axiológicos regidos por el entretenimiento donde divertirse, a su vez, significa escapar del aburrimiento a toda costa. Lo cual conlleva –según el escritor nacido en Arequipa– la banalización de la cultura, generalización de la frivolidad, proliferación del periodismo irresponsable de habladurías. De manera paradójica nos confiesa, con me-

lancolía y hartazgo, que después de su ruptura con la socialité española ha sido objeto de un acoso mediático creciente.

Y sin embargo, la obra literaria y crítica del autor La ciudad y los perros y La fiesta del chivo, entre otras obras maestras capitales de las letras universales, sigue siendo fontana de belleza, conocimiento, aprendizaje, sabiduría –elementos distintivos de un clásico según su admirado Italo Calvino.

Sus obras son grandes lienzos latinoamericanos que exhiben las pasiones, afectos y afecciones en toda su complejidad, ambigüedad y riqueza polivalente. Sus creaciones literarias nos recuerdan el sentido profundo del hermoso texto cabalista del Zohar o libro del resplandor donde se asume el micro-cosmos humano como espejo fiel del macrocosmos universal. En su amplia y variada obra, la grandeza y la degradación cohabitan con el humor, la ironía y el absurdo. Y al igual que su amados Cervantes, Tolstoi y Flaubert no ceja en su intento de hacer una obra maestra total. Uno de sus últimos relatos “Los vientos”, recién publicado en el portal de la revista de Letras Libres reconstruye mundo contemporáneo disutópico apocalíptico desde el diálogo de dos entrañables amigos en el ocaso de su vejez.

Escribe en “Los vientos” (en el portal de Letras libres): “Toda la noche estuvimos rodeados de esos personajes fantasmales, duplicando a camareros, sirviendo la mesa, pasando las fuentes con bocaditos y bebidas, tan absolutamente idénticos a los reales que aquello se convirtió en un delirio; nos dio a todos la sensación de haber entrado a un mundo onírico”. Este mundo espectral se asemeja al rea-

lity show cotidiano que habría vivido con Preysler. El cual consuma la suplantación del mundo real por la telerrealidad. Para rematar el motivo de abandono de su Carmencita fue: “un enamoramiento de la pichula, no del corazón. De esa pichula que ahora ya no me sirve para nada, salvo para hacer pipí. ¿Por qué sigo diciendo “pichula”, algo que no dice nadie en España? La fuerza de la costumbre. Abandonar a Carmencita es un episodio que me atormenta todavía”. El personaje se habría dejado llevar por un pasión desbordada que lo habría conducido a la ruina. Dichos fragmentos del relato son utilizados por la prensa sensacionalista de forma reduccionista bajo un tortuoso ejercicio de sobre-interpretación como pruebas en el abrupto desenlace de su separación con la primera esposa de Julio Iglesias. Olvidando que toda obra literaria si bien es producto de las vivencias de su autor, estas no se remiten a lo verificado de forma empírica sino que se expanden a lo soñado, deseado, temido, anhelado, ideado e imaginado. La vida literaria de un escritor está habitada por una legión de personajes, personas y sucesos que no necesariamente afirman o refutan lo “realmente vivido” sino que se despliegan en la cartografía infinita de la invención artística. En este tenor se puede citar La verdad de las mentiras: “En todo lo que he escrito partí de algunas experiencias aún vivas en mi memoria y estimulantes para mi imaginación y fantaseé algo que refleja de manera muy infiel esos materiales de trabajo. No se escriben novelas para contar la vida sino para transformarla”. Una y otra vez, ante periodistas fastidiosos, el escritor que recién ingresa a la

Academia Francesa proclama a los cuatro vientos, a propósito, de la metáfora aludida, que la creación literaria es mucho más rica y compleja que la vida insulsa de cualquier ser de carne y hueso y que espera ser recordado por su obra: ese es su legado, no sus correrías amorosas. Lo cual está garantizado con creces por una obra amplia bastante sólida. En concordancia sus memorias de El pez en el agua (Editor Digital Big Bang, 1993) nos relata su vida personal de forma clara, directa y sincera buscando la esencia proustiana de cada experiencia vivida:

Ese fue mi primer contacto con el piasaje de la costa peruana, de infinitos desiertos blancos, grises, azulados o rojizos, según la posición del sol, y de playas solitarias, con los contrafuertes ocres y grises de la cordeilla apareciendo y desapareciendo entre médanos de arena. Un paisaje que más tarde me acompañaría siempre en. El extranjero, como la más persistente imagen del Perú (17).

En sus memorias cuenta cómo descubrió la literatura como refugio ideal ante la tiranía de un padre ausente y autoritario: “En esos primeros meses largos y siniestros de Lima, en 1947, las lecturas fueron la escapatoria de la soledad en que me hallé de pronto, después de haber vivido rodeado de parientes y amigos, acostumbrado a que me dieran gusto en todo y me celebraran como gracias las malcrianzas. En esos meses me habitué a fantasear y soñar, a buscar en la imaginación, que esas revistas y nove-

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Literatura
/// Mario Vargas Llosa, primer autor en lengua española en ingresar a la Academia Francesa. Foto de la RAE.

litas azuzaban, una vida alternativa a la que tenía, sola y carcelaria. Si ya había en mí las semillas de un fabulador, en esta etapa cuajaron, y, si no las había, allí debieron brotar” (39). Sus memorias resumen y rezuman el ejercicio formativo de una orfebrería artesanal depurada; la anécdota sirve como soporte de una férrea vocación literaria y disciplina esmerada. La trama de la existencia es apenas la urdimbre de sentido.

Asimismo sus ensayos retoman la herencia de Montaigne, Camus y Ortega, al hacer de la escritura una meditación crítica e íntima. Sus opiniones políticas, siempre polémicas transitan entre el liberalismo y el conservadurismo, empero se trata de un pensamiento inquisitivo que argumenta con pasión y paciencia. Al respecto el escritor Sergio Ramírez ha planteado en “El novelista trascedente” con meridiana claridad las cosas: “si no estoy de acuerdo con sus posiciones, me irritan, y quisiera que el escritor Vargas Llosa pensara distinto, que pensara como yo pienso. Pero no por eso lo cancelo. La cancelación es reaccionaria, porque niega la libertad y anula la divergencia. Estoy dejando de ser lector para convertirme en censor” (La Jornada, 3 de febrero del 2023). Estoy de acuerdo con Ramírez de que el peruano ha sido en América Latina “escuela de construcción literaria”.

Enemigo público número uno de la izquierda dogmática, sus afirmaciones tajantes tienen la audacia de invitarnos a ver las cosas desde otra óptica distinta y distante a la hegemónica. Asumiendo el papel del intelectual crítico del orden imperante. De ahí que no renuncie a su opinión en momentos críticos y ante situaciones que reclaman una voz independiente. En las antípodas del posmodernismo y el relativismo contemporáneo, el pensamiento crítico del escritor

avecindado en Madrid despliega un alegato enérgico contra todas las formas de dominación y barbarie.

Lector voraz y lúcido, desde muy joven hasta sus casi noventa años, ha leído bibliotecas de clásicos, modernos y posmodernos, ello le permite dar un juicio sobre la actualidad más allá de sus reflectores. Siguiendo la estela y estrella crítica de pensadores como Benjamin y Popper confiesa su intención de escribir para resistir frente a la adversidad y defender la libertad como derecho irreductible; ya el propio Benjamin prefería

leer a reaccionarios lúcidos que a ideólogos revolucionarios mentecatos. Desde luego, sus mejores ensayos son aquellos donde establece un diálogo íntimo, intenso y creativo con grandes escritores y pensadores. La orgía perpetua: Flaubert y Madame Bovary (Taurus, 1975) es una lectura obligada para andentrarse en el clásico francés y la literatura moderna, así como en la propia obra de Vargas Llosa. Es una cátedra sobre literatura, y de forma específica, sobre el arte narrativo. Asimismo en La verdad de las mentiras (Alfaguara, 1990) elucida la potencia de

las ficciones y mentiras como catapulta poderosa de reinvención del mundo y descubrimiento de las más grandes verdades humanas. Bajo el disfraz de las mentiras, la literatura, y en particular la novela moderna despliega las verdades más inconfesables. La ficción hunde sus raíces en la experiencia humana, de la cual se alimenta: “Por eso la literatura es el reino por excelencia de la ambigüedad. Sus verdades son siempre subjetivas, relativas. La verdad literaria es una y otra la verdad histórica. Pero aunque esté repleta de mentiras –o más bien por ello mismo– la literatura cuenta la historia que la historia que escriben los historiadores no saben ni pueden contar”. Por ende, las ficciones literarias germinan en frutos de libertad, añade el escritor, las mentiras literarias conspiran para que el futuro sea apertura sin fin.

Mientras las revistas pasan ídem a su vida privada, y algunos jóvenes escritores escandalizan haciendo creer que su obra—sin tomarse la molestia de leerla–ya está superada y es caduca, el polígrafo peruano que ha cultivado todos los géneros con solvencia sigue construyendo una obra monumental que explora los confines de la condición humana y sus laberintos caprichosos. Todos, todas, todes hemos actuado alguna vez, o por lo menos avizorado actuar, movidos por afectos, emociones, sentimientos absurdos, inconfesables e inverosímiles. Quien verdaderamente esté libre de pecado que arroje la primera piedra mediática. Pasada la marejada publicitaria, la obra de Vargas Llosa, permanecerá incólume, sin mancharse de la podredumbre del espectáculo del corazón. Su lectura nos aguarda con frescura y asombro, así que pensar, crear, actuar con la pichula puede generar obras maestras si son escritas con el cuerpo de la imaginación que anima su espíritu creador.

13 DE FEBRERO DE 2022 5 Literatura

Desayuno en Tiffany’s, mon ku Carlos Saura, cineasta de las artes

El director español Carlos Saura, nacido en Huesca en 1932, falleció el viernes 10 de febrero de 2023, a la víspera de ser galardonado oficialmente con el Goya de Honor de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España, un reconocimiento a su larga y excepcional trayectoria cinematográfica.

El gran artista, autor de unas cincuenta películas, puede ser calificado de cineasta de las artes ya que toda su filmografía establece un diálogo constante con la música, el baile, las artes plásticas, la literatura y el cine sin dejar de comprometerse con el mundo que lo rodea, teniendo sus películas una dimensión de “arte total” que, como la ópera, el cine puede reivindicar.

Muy marcado en su infancia por la guerra civil española, el director aragonés pertenece a una generación “inocente” que no luchó en la contienda, pero padeció de sus consecuencias en la posguerra.

Tras formarse como fotógrafo en los años cincuenta, una pasión que lo seguirá a lo largo de su vida, el joven Carlos Saura estudió cine y dirigió su primer largo metraje Los Golfos en 1959, una obra influenciada por el neorrealismo, a la que la censura franquista impuso once minutos de cortes a pesar de que hubiera representado a España en el Festival de Cannes de 1959.

En los años sesenta y hasta el fin de la dictadura, el director, que no quiso exiliarse, se opuso en su obra al régimen franquista de manera indirecta y solapada, desarrollando un complejo estilo elíptico y metafórico que le permitió sortear en parte la férrea censura del régimen.

Su tercera película, La Caza (1965), que ganó el Oso de Plata a la mejor dirección en el Festival de Berlín, le dio fama internacional e impactó a directores estadounidense como Sam Peckinpah que reivindicó la influencia del aragonés en su obra.

Tras la muerte del dictador en 1975, año en que Saura dirigió una de sus obras maestras, Cría Cuervos, también famosa por el éxito de la canción de la película “Por qué te vas”, el cineasta diversificó su obra y desarrolló, a partir de los años ochenta, una vena de musicales en los que plasmó su amor por la música, muy relacionado con su infancia y su madre pianista, y el baile –afirmó en varias ocasiones que de joven quería ser bailarín–, haciendo de dichas artes el tema de sus películas.

Tres extraordinarias obras son el fruto de su colaboración con el talentoso bailarín y coreógrafo Antonio Gadés con el que inauguró esta vena: Bodas de Sangre (1981), una adaptación de la obra de Federico García

Lorca; Carmen (1983), que revisita el célebre mito con la deslumbrante Laura del Sol y; El amor brujo (1986).

A partir de estas obras, creó un estilo propio en sus musicales, revelando las diversas etapas de creación del espectáculo de baile y difuminando la frontera entre realidad y ensoñación mediante una compleja escenografía, con unos dispositivos que revelaban a los espectadores los entresijos de la creación tanto coreográfica como cinematográfica.

Desde entonces, no dejó tampoco de dirigir películas de ficción entre las que podemos destacar Deprisa, deprisa (1981), que se acerca a la juventud marginal durante la transición a la democracia y que fue premiada con el Oso de Oro en la Berlinale; El Dorado (1987), un ambicioso biopic de Lope de Aguirre rodado en Costa Rica; Ay Carmela!, en la que pudo tratar frontalmente la guerra civil española; Goya en Burdeos (1999) que es también un homenaje a su hermano, el gran pintor Antonio Saura fallecido antes de que finalizara el rodaje; o Io don Giovanni (2009) en la que se acerca a la génesis de la ópera de Mozart a través de la figura de su libretista el fantasioso Lorenzo Da Ponte.

Carlos Saura mantuvo una estrecha y temprana relación con México, un país que amaba profundamente y del que apreciaba la riqueza cultural. Rodó dos películas de ficción en coproducción con el país: Antonieta (1982), un biopic de la mexicana Antonieta Rivas Mercado y, en 2021, el musical El rey de todo el mundo, en el que rinde homenaje al baile y a la música popular y tradicional mexicana.

Pero su relación con el país, al que solía viajar con frecuencia, va mucho más allá de estas dos películas, ya que estuvo también montando en México una versión personal de la obra de Calderón de la Barca El gran teatro del mundo en 2020 con actores mexicanos.

Su obra recibió numerosos homenajes en los últimos años desde el mundo artístico, ya que jóvenes directores y directoras de cine reivindican su herencia artística, como en el ámbito académico, con la publicación en 2021 del libro homenaje Carlos Saura o el arte de heredar coordinado por Nancy Berthier y Marianne Bloch-Robin (Universidad de la Sorbona) que reunía contribuciones de investigadores veteranos y jóvenes apasionados por la obra de un cineasta, que forma parte de los clásicos del cine, no solo español, sino mundial.

En este enlace se puede ver el clip homenaje que se hizo con ocasión de la jornada de estudios/presentación del libro:

https://www.youtube.com/ watch?v=AE76QyQuCjM

* Universidad de la Sorbona, París.

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Cine
/// Carlos Saura (1932-2023) /// Carlos Saura o el arte de heredar coordinado por Nancy Berthier y Marianne Bloch-Robin.

I

6 Por Álvaro Luis López Limón

Apropósito de la presencia de la muerte en la historia del arte, hoy nos situamos frente a tres obras: Hamlet, de William Shakespeare, específicamente la muerte de Ofelia; el poema “Ofelia”, de Arthur Rimbaud; y la pintura Ofelia, de John Everett Millais.

La primera vez que aparece en escena el personaje de Ofelia, acto I, escena 3. “Laertes… le dice a su hermana que no haga caso al amor de Hamlet… no se trata de un amor verdadero”. Acto seguido aparece su padre Polonio explicando que Hamlet solo quiere aprovecharse de ella y le ordena que deje de verle, a lo que la muchacha accede. Hamlet, a su vez, dice a Ofelia: “Mira, vete a un convento… Yo soy muy soberbio, vengativo, ambicioso; con más pecados sobre mi cabeza que pensamientos”. Ya a solas, Ofelia exclama; “¡Oh!… Y yo, la más desconsolada e infeliz de las mujeres... ¡Oh! ¡Cuánta, cuánta es mi desdicha, de haber visto lo que vi, para ver ahora lo que veo!”, melancólica camina sin rumbo

6 Por Daniel Sibaja*

Pasamos toda la noche removiendo en nuestro interior muchas maldades unos contra otros, pues ya Zeus nos preparaba el azote de la desgracia. Canto III, La Odisea, Homero

Entre las nubes y sus choques. O en el vértigo de lo húmedo, los charcos. El hombre abrió la puerta sin pánico con la descarga detrás de las orejas y logró desafiar las paranoias del trueno.

Después de las centellas, casi sin decirnos nada, juramos no volver a pronunciar su nombre.

Él ya no era mi padre.

Tampoco ellos lo reconocieron. Trato de recordarlo cuando cierro los ojos. Toda la familia yacía acostada en los hilos de la sala, alrededor del pabellón de algodones, arriba del piso helado, en medio de la oscuridad con el olor a lluvia hasta en las narices y las leyendas de la Emérita en la voz de nuestra madre.

Todavía descalzos, lo que los músculos dibujaron con el agua y los parpadeos, lo que al perro hizo temblar en un rincón del comedor, sin preocupaciones, decidimos junto a él observar el cielo hundido y rebosante. Más allá, al fondo del marco vertical, la silueta de un dios se asomaba desde arriba. El hombre que ya no era el hombre de la casa, menos sería humano, casi desnudo, casi sin otro ruido que el de sus tímpanos, con deformidades en su espalda, dijo, y el cielo se hizo un tanto rojo:

y nos canta: “Aquí traigo romero, que es bueno para la memoria. Tomad, amigo, para que os acordéis...”, “trinitarias, que son para los pensamientos […] hinojo para vos, y palomillas y ruda para ti […], para vos también, y este poquito es para mí”. Al respecto, la reina Gertrudis dice: “… no podía esto prolongarse mucho… los vestidos cargados con el peso… arrastraron pronto a

la infeliz a una muerte… en medio de sus dulces cantos… [de] antiguas estrofas”.

II

lirio, virginidad; las orquídeas, sexualidad; y la amapola, seducción. En la pintura de colores brillantes, Ofelia en posición horizontal sobre el lecho del río, su frágil y virginal figura apenas flota, rodeada de flores; mostrándonos un rostro único de ojos entornados, su mirada fija en el infinito, el mentón elevado y la boca entreabierta revelan el último soplo de vida. Su cuerpo y los velos del vestido solo se perfilan, se diluyen entre la flora y el agua invitándonos a pensar en la serenidad protegida de un transparente ataúd.

III

Arte

El canto de Rimbaud a Ofelia nos revela, eso que ahogó sus palabras: “Hace ya miles de años… en las aguas profundas que acunan las estrellas, Ofelia flota como un gran lirio… recostada en sus velos. […] ¡Oh, tristísima Ofelia… Te fundías… como nieve en el fuego, tus visiones, enormes, ahogaban tu palabra. –Y el terrible infinito espantó tu ojo azul”.

John Everett Millais, seducido por la obra de Shakespeare, crea una obra que recrea y exalta el acontecimiento, allí el sauce y ortigas indicarían dolor, llanto y tristeza; las margaritas, inocencia y fidelidad; el

Ofelia, has viajado entre la literatura, la pintura y la poesía, presa de las aguas del tiempo aún vives perdida en ti misma, reencarnado la eternidad. ¡Oh, Ofelia!, solo en ti, morir es… tal vez soñar.

—Esta casa no es mía —sus sombras se despegaban del mármol y, a nuestras espaldas, mi madre lloraba con un moretón ensangrentado, muy cerca de la boca—, siempre fue suyo, de ustedes. No tengo por qué volver a repetírselos. Los estimo mucho, los quiero, los aprecio, pero aquí hay un algo que no puede ser, y que no termina. No quiero pedir disculpas, me voy. Espero verlos pronto.

¿A qué animal de ese dios corresponde nuestra agonía? Si la pregunta fue: ¿por qué decirnos adiós cuando llueve el puño de sus manos? ¿Si al abrir el hocico evité observarme en él? Las luces, sus palabras, el dedo índice hacia arriba, sus canas alborotadas por el viento, su poca ropa empapada. Esa sería la única señal antes de azotar la puerta de vidrio. Y cuando en sus cristales zumbaron la cerrazón y grietas, en sus rupturas, sobre la superficie, también crecieron pequeños relámpagos.

Nadie nos creería, ni el más ingenuo vecino en todo el Oriente al romperse lo nublado, al estrecharse los destellos rojos de la tarde y el vapor que surgía desde el piso.

Morir… o tal vez soñar Las luces Río de Palabras

En la Emérita, lo vimos esa noche de azogue y golpeadura, que tan solo como él nadie más lo haría dejándonos atrás y sin impedírselo ascendió a los disturbios.

* Daniel Sibaja (Mérida, Yucatán, 1997).

Es autor de Montejo Boulevard (La Comuna Girondo, 2019) y Opiniones públicas (Sangre ediciones, 2022). Forma parte del Centro de Experimentación.

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/// John Everett Millais. Ofelia. 1851. Tate Britain. Londres.

Río de Palabras

6 Por Pilar Alba

Me cayó el veinte de pronto, aunque ya era demasiado tarde; ya estábamos abrazados y desnudos en la cama, ya su saliva había mojado mis senos y mis dientes habían mordido el lóbulo de su oído izquierdo. Ya nuestras ropas dejaban el rastro de nuestra desesperación por llegar al íntimo espacio de la cama. Ya nuestros besos habían comenzado en el auto luego de aceptar escaparnos juntos. Ya nuestras copas quedaron vacías después de estar platicando por un rato. Ya nuestras miradas

El veinte

se habían cruzado como gancho cuando nos vimos en la cantina. Ya, ya, ya, yaaaaa… de repente con los quejidos esos recuerdos del pasado inmediato se borraron. El veinte cayó después, como dije: ya demasiado tarde. Ya cuando quedamos rendidos y me paré rápido al baño, ya cuando junto con el desagüe

del inodoro se fueron también los restos del deseo, cuando el espejo me reflejó con el cabello desmarañado y los ojos con una sonrisa pícara como de triunfo. Ya cuando regresé a la cama y lo vi dormir roncando como un bendito. Cuando busqué mi ropa para escapar, cuando pensé en mi plan de huida, cuando lo

Un poema de Mariana Pérez Villoro

Aun sintiendo la turbulencia y la interacción con múltiples subsistemas estimado el influjo de innumerables factores capaces de trastornar la evolución prevista

y producir modificaciones profundas

incluso a sabiendas de que el estado del tiempo solo puede conocerse mediante una densa red de puestos de observación que toman a horas fijas las mismas medidas

vi moverse… al desprenderse su olor, sonó el tintinear del veinte cayendo en el suelo. Y qué si teníamos tantos años sin vernos, qué si en el pasado la historia fue distinta, es más, ni siquiera hubiera podido serlo. Y qué si… volví al baño, me acomodé el cabello, me enjuagué la boca con pasta de dientes, pellizqué mis mejillas para que se vieran sonrojadas. Volví a la cama, me metí entre sus brazos. Entonces despertó, me miró con ternura, me abrazó más fuerte. Suspiramos juntos. Volvimos a dormir… desde entonces sigue rodando el veinte.

pese a que el clima no es más que un promedio estadístico de datos meteorológicos que presentan características similares

aunque la radiación afecte sus cuerpos y la energía sea disipada al espacio interestelar y se muevan los astros

aun intuyendo el impacto de las variaciones en el desarrollo de su vida ambos cruzan el límite de la predictibilidad y se dejan envolver por la naturaleza caótica de la atmósfera.

LA GUALDRA NO. 561 // 13 DE FEBRERO DE 2022 8
/// Iván Muñoz A.K.A. Ivanko Moses-Lee. "Selene ama a Endimión". Collage digital. 2023.
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