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Manifestaciones contra la reforma de la jubilación en Francia Sociedad

La segunda, como la del fin de semana reciente, es la que hace un llamado a la ciudadanía a manifestarse en las calles sin molestar tanto los servicios cotidianos (bien que haya supresión de trenes). En días de descanso la gente no se tiene que declarar huelguista en sus trabajos y por tanto no tiene afectación en su salario; la gente se muestra voluntaria a sacrificar un día de descanso para salir a la calle con toda la familia en medio del frío. Claro, es una muestra de madurez política de la ciudadanía en una democracia consolidada y cuyo funcionamiento da confianza a sus ciudadanos de que serán escuchados. Ambas, por supuesto, son muestras de poder frente una reforma que se vislumbra por demás derechista y casi dictatorial. Aunque, y aquí lo importante de la comunicación y lo increíble de la democracia, se le podría preguntar a un trabajador “¿Estás de acuerdo con la propuesta de reforma y trabajar hasta los 65 años o más? A lo que responde: “Sí claro, es normal. Tenemos que cotizar más tiempo porque ya somos más y no habrá suficiente para nuestra jubilación” (esto lo he escuchado en tertulias con amigos). Paradoja porque justamente somos más la población trabajadora que cotiza para la jubilación, y por tanto debería haber para todos.

Aquí el punto débil de estas movilizaciones es, sin embargo, los jóvenes preparatorianos y universitarios. Si en las movilizaciones anteriores fueron ellos unos de los pilares de la resistencia con sus bloqueos en sus prepas y universidades, y fueron la conciencia que animó con su dinamismo las calles, ahora en 2023 parecen estar apáticos y surgen tres hipótesis que lo explican (lanzadas desde quien trabaja cotidianamente con ellos en la universidad): ven la jubilación lejana, el frío es más incómodo que ver Titk-tok en casa y la política ya no les incumbe porque consume datos sobre el Instagram.

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Curioso que en México no haya seguimiento mediático a una movilización nacional de tal magnitud. Curioso más porque se supone México tiene un gobierno 4T de izquierda. Pero en México ya es tarde para defender la jubilación.

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