Jesuitas Colombia
P. HORACIO ARANGO ARANGO + Medellín, 23 de febrero de 2016
Nadie construye la paz fuera de sí mismo, sin que pase por su propia interioridad la decisión absoluta de defender y proteger la vida, de no devolver odio y violencia a quienes traen odio y muerte, implica el testimonio radical de quienes rompen con el camino del fratricidio. Horacio Arango Arango, SJ
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esulta en extremo difícil, recapitular en escasos párrafos los rasgos distintivos de un ser humano de la calidad de Horacio Arango. Quizás la mejor manera de lograr una grácil aproximación sea partir de una de las convicciones que condujo su vida: La paz como acción espiritual. Este principio y decisión vital de su existencia, también dio nombre a un discurso que dirigió a los empresarios antioqueños en el Centro Fe y Culturas, el 26 de julio de 2005. Las palabras arriba citadas hacen parte del mismo, y se refieren al testimonio personal como primer medio espiritual
para construir la paz. La vida de Horacio, sin duda, estuvo preñada por el testimonio radical y amoroso, que brotaba de su interioridad lactada por una de las bienaventuranzas del Evangelio: Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios. Ahora podemos sintetizar su vida: Horacio fue un esmerado hijo de Dios en procurar la paz, como férreo defensor y protector de la vida. Después de sintetizar su itinerario en la Compañía, dejaremos a algunos de sus amigos jesuitas dar algunas pinceladas de su personalidad. 111