Noticias de Provincia I Julio 2025

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Noticias de Provincia
Julio 2025

Provincial

Hermann Rodríguez Osorio, SJ

Coordinación editorial

Antonio José Sarmiento, SJ

Jenifer Rubiano Sánchez

Diseño y diagramación

Laura Valentina Souza García

Imagen de portada

Palabras de apertura de la IAJU por el P. General

Arturo Sosa, SJ, Universidad Pontificia Javeriana, 2025, foto por: Alix Niño.

Impresión

Multi-impresos S.A.S

Edición cerrada el 17 de julio de 2025.

Noticias de Provincia

Julio 2025

Editorial

¿Como veo el futuro de la Provincia?

Noticias breves

Especial IAJU

La Pascua de nuestros hermanos

Reconocimiento al P. Javier Giraldo, SJ, en el Encuentro Nacional del Movimiento

Sacerdotes de la Iglesia de los Pobres

Los votos del bienio alegran el cuerpo de la Compañía

Encuentro de Templos y Parroquias

La región Bogotá-Soacha se unió al jubileo de la esperanza

CONVIVENCIA COMÚN

Lo mejor de lo mejor

Unidos al Papa por la Creación: Celebración en Villa Claver con el P. General Arturo

“Oremos para que las sociedades en que la convivencia parece más difícil no sucumban a la tentación del enfrentamiento por motivos étnicos, políticos, religiosos o ideológicos”.

Sosa, SJ

Posesión del nuevo Director del CIRE

Luis Javier Rodríguez Jurado asume la Dirección de la Fundación Suyusama, obra social de la Compañía de Jesús en Nariño

Un Café con el P. General Arturo Sosa, SJ

Mag+s ReconoSiendo: Tejiendo paz desde la escuela y el territorio

Encuentro de Directores de Centros de Espiritualidad de la CPAL

Encuentro Nacional de Voluntariado 2025: Jesús nos enseña a servir con los pies mojados

Juventud que transforma

Sembradores de esperanza en tierra de retos

Administradores de la misión

Cumpleaños jesuitas agosto

Grupo mujeres Entretejiendo Sueños y equipo de la Casa Pastoral, 2024

SDiscernir en común

Palabras de bienvenida a los participantes en la reunión de la International Association of Jesuit Universities – IAJU

ean muy bienvenidos a Colombia y a la Pontificia Universidad Javeriana. Nos complace y nos honra su presencia entre nosotros. Esperamos que estos días sean de mucho fruto para las instituciones representadas por ustedes y para el servicio de Dios, de su Iglesia y del mundo. Quiero compartir una sencilla reflexión sobre el lugar del discernimiento en nuestras obras apostólicas educativas y su importancia en el cumplimiento de nuestra misión como instituciones de la Iglesia y de la Compañía de Jesús.

Antes de que el P. Peter-Hans Kolvenbach fuera enviado a Roma como rector del colegio Oriental y luego como Superior General, fue profesor en la Universidad de San José, en Beirut y Vice provincial del Medio Oriente. En una conferencia a los Superiores de Italia, en 1988, contaba que en su antigua Provincia tenían un Provincial que tendía a cerrar todas las obras. Fue de visita a la Universidad y todos estaban muy pesimistas, porque veían que ya tenía tomada la decisión. Nadie creía en eso del discernimiento espiritual comunitario. Llegó el momento definitivo y cada uno expresó lo que tenía que expresar, con la conciencia de que la obra iba a ser cerrada. El último en hablar fue el Provincial y dijo que no había que cerrar la obra. Todos quedaron sorprendidos con esta decisión; el Provincial explicó su postura:

“«Personalmente estoy convencido que esta casa debe ser cerrada, pero yo no soy quién para imponer mi voluntad, sino la de la Compañía. El P. Arrupe me ha dicho: ‘si usted no puede convencer al gobierno libanés, al gobierno francés y a la Compañía a cerrar la casa, yo no cerraré la casa’, por lo tanto, veo que esta casa no debe ser cerrada» ¡Era una decisión providencial!” (Información SJ, 20 (1988) 111). El discernimiento comunitario no es, pues, para cerrar obras sino para buscar en común la misión que el Señor quiere confiar en un momento y en un contexto determinados, a toda la Compañía; y este es precisamente el servicio que puede prestar el Superior y la ayuda que debe recibir de su comunidad o del grupo que emprenda una búsqueda común.

Se me ocurren tres aprendizajes para este grupo selecto de rectores y representantes de las universidades de la Compañía de Jesús en el mundo:

1. Un directivo inteligente, de una universidad, de una obra educativa o de una provincia de la Compañía de Jesús, debe ser capaz de distinguir entre la voluntad de Dios y su propia voluntad. No es malo ni extraño a nuestro modo de proceder reconocer nuestras inclinaciones y preferencias. Pero pensar que mi inclinación o preferencia por sí misma se convierte en voluntad de Dios es un peligro grave. Es posible que la voluntad de Dios y mi propia voluntad se identifiquen, pero hay que advertir que no es muy frecuente. Es necesario reconocer el riesgo que supone esta identificación a-crítica de estas dos voluntades y mantenerse muy atento para no cometer graves errores. Para ello ayuda

mucho, y estoy seguro de que estoy diciendo algo que puede resultar exageradamente de sentido común, escuchar el parecer de otros, siempre es sano, necesario, recomendable y es expresión de una sabiduría que el papa Francisco quiso para toda la Iglesia cuando habló de sinodalidad.

2. Una segunda enseñanza que nos ofrece esta experiencia de la vida universitaria del P. Kolvenbach es el hecho de que el discernimiento apostólico en común, como le gustaba llamarlo al P. Kolvenbach, es un proceso legítimo y necesario en nuestras instituciones. Hay una cierta timidez en algunos miembros de los cuerpos directivos de nuestras universidades por temor a proponer una práctica sobre la cual sigue habiendo preguntas y, sobre todo, porque podría tratarse de una práctica que exige una confesión de fe en un contexto secularizado como el que venimos a reconocer y sobre el cual necesitamos profundizar. Ya en los años 70, después de la carta del P. Arrupe sobre el discernimiento espiritual en común del al 1971, se fueron afinando las metodologías y los instrumentos que facilitan los procesos de discernimiento personal y comunitario, incluyendo personas no creyentes o personas con otras confesiones religiosas. Buscar el bien, buscar lo que produce paz interior, lo que nos da alegría y nos ayuda a vivir el amor, más allá de connotaciones religiosas es algo que trasciende nuestra fe y nos hace entrar en comunión con toda la humanidad.

3. Por último, no podemos olvidar que el papa Francisco, especialmente a través de su insistencia en la sinodalidad, a la que ya me referí, fue un promotor incansable de un modo nuevo de construir nuestros procesos de gobierno y las formas como tomamos las decisiones en la Iglesia. La sinodalidad nos abre a procesos más circulares y horizontales que verticales y piramidales. Desde nuestros orígenes en lo que conocemos como la Deliberación de los primeros padres, la Compañía de Jesús ha abierto un espacio para una forma nueva de tramitar nuestras grandes decisiones a través de consultas muy amplias, con procesos de escucha generosos y con dinámicas para tomar decisiones muy acertadas. Se trata de una dinámica que va más allá de las mayorías, no siempre libres de manipulaciones y empeños atropellados que nos pueden llevar muy lejos de la voluntad de Dios. Escuchar, consultar, tener en cuenta lo que las personas sienten ante las decisiones personales, comunitarias e institucionales, es un regalo que no podemos guardar y esconder, como la perla de valor de la que nos habla el evangelio… debemos ir con alegría a compartir con las personas con las que trabajamos, el tesoro que tenemos en la Compañía de Jesús.

Hermann Rodríguez Osorio, SJ Provincial Bogotá, 30 de junio de 2025

¡Haz clic y lee el discurso en ingles!

¿Cómo veo el futuro de la Provincia?

REl futuro de nuestra Provincia está en conversar

ecuerdo hace muchos años, aunque no tan lejanos, haciendo los Ejercicios Espirituales con la comunidad del filosofado, que el padre Javier Osuna nos dijo a propósito del seguimiento de Jesús en los puntos de Segunda Semana: “El ministerio de Nuestro Señor era conversar… conversaba con todos, conversaba con sus discípulos, conversaba con Nicodemo, conversaba con la Samaritana, conversaba con su madre y, por supuesto, ¡conversaba con el Padre!” Y no extraña que el coloquio de cada oración diga al respecto “…así como un amigo conversa con otro amigo”.

Hago esta introducción para responder a la pregunta ¿cuál es el futuro de nuestra Provincia? Y me asalta inquietantemente en el corazón como respuesta la de imitar a Cristo en el ministerio de la conversación. Una conversación con propósito es el futuro de nuestra Provincia. Conversar con todas las personas como Él lo sabía hacer. Pedir insistentemente el conocimiento interno de este don tan especial de saber conversar. Y lo pienso y lo siento como una necesidad imperiosa ya que el conversar nos invita a salir de nuestras habitaciones, a dejar las pantallas y los chats para provocar el encuentro. Para conversar necesitamos vaciarnos de nosotros mismos para que el otro pueda tener lugar en la interacción, en el encuentro como compañeros. Para eso hicimos votos: para vivir en comunidad, para tejerla cotidianamente, así como los primeros discípulos de Jesús tejían redes para pescar y luego eran pescadores de hombres. Conversemos antes de que se nos olvide y olvidemos a los otros. Ya que hemos optado por este modo de vida, hagamos que merezca la pena vivirla plenamente.

Conversar se convierte en algo contracultural porque en un mundo que promueve el individualismo a ultranza, la conversación nos llena de sentido, porque ‘echar carreta’ es lo que más abona las relaciones. Desafiamos este postsecularismo viviendo nuestros votos en un contexto abierto y cada vez más secularizado donde el catolicismo en Colombia ya no es la posición dominante. Esto nos invita a vivir nuestra vocación y misión en un mundo complejo. Para vivir la Provincia de los años venideros tendremos que reconceptualizar la forma de vivir la trascendencia del Dios de Jesús en el “aquí y el ahora” conectando nuestra fe con las realidades de las regiones donde hacemos presencia atendiendo la diversidad de las necesidades humanas.

Para vivir un futuro esperanzador de la Provincia tendremos que dejar de aferrarnos a nuestras obras y discernir dónde podemos hacer el bien más universal, buscando el bien mayor y haciendo todo con calidad y amor. Me refiero a que no deberíamos amar en sí mismas la obras que tenemos sino amar el rostro de Jesús en ellas para hacernos indiferentes en el sentido más ignaciano; para esto se hace menester conversar con todas las personas que hallamos en el camino para atender y cuidar la voz del samaritano que estamos llamados a sanar. El futuro de la Provincia está en que los Jesuitas en compañía de muchos compañeros y compañeras laicos de cara a la misión, dentro o fuera de obras Jesuitas, conversemos unos con otros para atender el llamado urgente del sufrimiento, el cual tiene una polivalencia de expresiones en boca y piel de quien lo experimenta.

Cada vez seremos menos jesuitas en las comunidades así que tendremos inevitablemente que acercarnos aún más, conversar más entre nosotros. Seguiremos entonces reconociendo con mayor profundidad y genuinidad la necesidad del otro en nuestras vidas para mantener nuestros vínculos fuertes. Nada que quisiera y deseara más Ignacio de nosotros que la ‘unión de los ánimos’ para después sí poder vivir la dispersión y cubrir el mundo con nuestras obras como el Buen Pastor va en busca de la oveja perdida.

Entonces lo que vendrá será mantener la relevancia en la educación ya que gran parte de la fuerza de nuestro apostolado en la Provincia está allí. Nuestros colegios, la universidad, Fe y Alegría deberán navegar las tensiones entre la educación basada en la fe de cara a la conversación que generan las demandas del entono cada vez más secular. El reto es y será mantener una identidad arraigada en los valores ignacianos y, al mismo tiempo, tener propuestas pertinentes y atractivas para una comunidad estudiantil diversa.

También será relevante generar el diálogo por la reconciliación y la construcción de paz. El postsecularismo nos desafía para seguir siendo defensores de los marginados en una sociedad donde nuestra legitimidad como religiosos puede ser cuestionada o relativizada. Saber conversar de manera inteligente y dejándonos guiar por el Espíritu para seguir abordando temas controversiales como las cuestiones de género, la familia, el rol de la mujer en la Iglesia, entre otros, puede generar contradicciones con ciertos sectores de la sociedad postsecular. Del mismo modo tendremos que continuar demostrando nuestra solidaridad con los más pobres en un contexto de desigualdad, adaptando las estrategias de nuestras obras a las nuevas dinámicas sociales.

Esto requerirá que, para la formación de los jesuitas, se destine el mejor recurso humano ya que a las nuevas generaciones hay que prepararlas para un mundo postsecular, en el cual los jóvenes Jesuitas se encontrarán con diversas cosmovisiones y desafíos. Esto implica enfatizar el discernimiento para incorporar un modo que ayude al gobierno espiritual de las obras y de la Compañía misma, ayudar a la madurez humana del sujeto y superar las distracciones que impidan una conexión profunda con la realidad colombiana. A su vez exigirá superar una “experiencia cómoda de la fe” para mantener avivada la llama que nos invita a sufrir con los pobres y a comprometernos con la justicia.

En síntesis, la Provincia de Colombia estaría llamada a la creatividad, a la adaptación y a un compromiso aún más profundo con su misión de reconciliación y justicia en un mundo cada vez más plural y complejo. Esto sólo será posible si decidimos mantener viva la conversación con nosotros mismos, con los demás, con la creación y, por supuesto, con Aquel que nos ha llamada a ser compañeros en esta Misión.

Cambios y destinos

Dr. César Augusto Casas nombrado Vice rrector Administrativo de la Universidad Javeriana seccional de Cali

P. Rodolfo Abello Rosas ha sido destinado a vivir en la comunidad jesuita de la Universi dad Javeriana

P. Juan Pablo Macías nombrado ministro de la comunidad del CIF San Francisco Javier por el P. Rafael Garrido, presidente de la CPAL

P. Donaldo Ortiz Lozano ha sido destinado a vivir en la comunidad San Alonso Rodríguez (Enfermería de Chapinero)

S. Cristian Darío Garnica concedido los ministerios laicales por el Padre Provincial

El Padre Hermann Rodríguez, SJ Superior Provincial de la Compañía de Jesús en Colombia, tiene el gusto de invitarlo (a) al acto de lanzamiento de los libros:

JESUITAS

EN COLOMBIA

Cien años de servicio a la iglesia y al país

MEMORIAS

15 |AGOSTO 10:00 a.m.

Universidad Javeriana Ponti cia

Auditorio: Jaime Hoyos

Después de concluida la sesión se ofrecerá una copa de vino

Agradecemos con rmar su asistencia a secretaria.dpa@jesuitas.org.co

Recomendado CIRE

Ejercicios Espirituales de Provincia

Fecha: del 7 al 15 de noviembre

Lugar: Casa de Ejercicios Espirituales San Claver (Santandercito)

Acompaña: P. Miguel Martins, SJ (BRA)

La experiencia inicia el 7 de noviembre a mediodía y finaliza el 15 de noviembre a medio día

Ejercicios en la Vida Corriente

Fecha: del 14 de agosto al 23 de octubre

Acompaña: Catalina Perdomo

Modalidad: Virtual

Retiro Espiritual de 3 días

Fecha: del 15 al 18 de agosto

Lugar: Casa de Encuentros Santa María / calle 175 # 17B - 92 (Bogotá)

Acompaña: P. Antonio José Sarmiento, SJ

Informes e inscripciones: www.cire.org.co - 322 256 32 07

Ejercicios de mes 2026 - Cartagena

Fecha: del 10 de marzo al 10 de abril

Lugar: Casa de Ejercicios Espirituales Villa Calver (Turbaco, Bolívar)

Acompañan: Juan Francisco Rodríguez y Daicy de la Hoz

Informes e inscripciones: www.silencioyespiritualidad.com - 300 491 2575

¿Por qué los jesuitas ya no usan sotana como antes?

En esta #CápsulaDelTiempo te contamos cómo este cambio refleja una Iglesia que también se transforma con el tiempo.

Entra a la publicación y déjate llevar por la historia acá VER MÁS

Especial iaju

EInternational Asociation of Jesuit

Universities - IAJUen la Javeriana

Luis Fernando Múnera, SJ

Rector Pontificia Universidad Javeriana

ntre el 30 de junio y el 4 de julio, acogimos en la Universidad Javeriana la tercera asamblea de la red internacional de universidades jesuitas (IAJU- International Asociation of Jesuit Universities). Este evento contó con la participación de 328 personas, directivos de 180 universidades de los cinco continentes; el Padre General, Arturo Sosa, SJ, dio un discurso inicial y acompañó el desarrollo de la asamblea.

Las reflexiones giraron en torno al tema “Nuestra misión en tiempos desafiantes”. Para organizar las diferentes intervenciones y paneles se hizo una consulta con todas las universidades de la red y llegamos a los siguientes temas de interés:

- Identidad jesuita

- Democracia en crisis

- Bienestar de los estudiantes: ayudando a los jóvenes a un futuro esperanzador. Una guía ignaciana para el bienestar y la salud mental

- Los desafíos de la secularización: impactos en la misión de la educación superior católica y jesuita

- Inteligencia artificial: beneficios y desafíos

- Migración, refugiados y aquellos que están en las fronteras. Mejores prácticas y colaboración.

- Justicia ambiental. Responder al grito de la tierra y al grito de los pobres

Las discusiones nos trajeron preguntas, aprendizajes y buenas prácticas de nuestras instituciones. El mundo y la educación superior enfrentamos un presente y un futuro desafiantes que nos piden detenernos a escuchar y a discernir y también a identificar acciones que nos permitan contribuir desde lo que somos a cultivar la humanidad de nuestras comunidades y a contribuir a transformar las realidades que vivimos.

Académicos de la universidad participamos en los distintos temas y quizá valga la pena resaltar el reconocimiento que hemos ganado en lo referente a la ecología integral que, como lo expresaba Nancy Tucham, Decana de la Escuela de Sostenibilidad Integral en la Universidad de Loyola – Chicago, en la Javeriana la ecología integral es ya parte de la cultura.

Encontrarnos tantas y tan diversas gentes, de unos lugares y otros, para buscar juntos la voluntad de Dios en nuestra misión universitaria fue una experiencia muy consoladora. El padre General en su discurso, que podemos calificar como programático, nos invitó a cultivar la profundidad como esencia de la vocación universitaria y a hacerlo arraigados en nuestra identidad. Su discurso, esperanzado y esperanzador, nos inspira al decirnos que “quien tiene esperanza no sólo tiene fe en que otro mundo es posible, sino que se comporta desde ahora como si viviera en él”.

Para la comunidad universitaria javeriana, y para nosotros como provincia colombiana, este fue un verdadero acontecimiento del espíritu. Más allá de las interesantes reflexiones y aportes, fuimos un espacio de acogida, celebración y fraternidad. Los participantes en el evento resaltaron que se sintieron recibidos con cariño y se fueron gratamente impresionados con los muchos detalles que expresaron el cuidado con que se recibió a nuestros visitantes. La asamblea IAJU 2025 reafirmó la visión compartida de la red y su compromiso con escribir el próximo capítulo de la educación superior jesuita, arraigado en la fe, la justicia y la dignidad de todas las personas.

Muchas personas se comprometieron con su dedicación y esfuerzo para que este evento fuera posible, desde los meseros que trataban de hablar inglés, las personas de logística y servicios generales, y cada uno de los integrantes del comité organizador en el que convergieron una gran cantidad de unidades de la Universidad Javeriana. También participó un grupo de estudiantes voluntarios que, además de acompañar y guiar a los visitantes, pudo vivir la experiencia. Hubo muchas manos y corazones unidos para poner a la Javeriana como un referente de las universidades jesuitas a nivel global.

Hemos recibido palabras de felicitación y reconocimiento de muchos participantes, quienes destacaron la cálida acogida, la impecable organización, la calidad de los espacios de reflexión y la belleza de nuestro campus. Todo esto es reflejo del trabajo conjunto, del espíritu de servicio y del sello Javeriano que nos caracteriza.

Sin duda, el vínculo fraterno es un rasgo que hace únicas a las universidades jesuitas. El apostolado universitario de la Compañía de Jesús es una construcción colectiva en permanente desarrollo. Fue emocionante acoger IAJU en Colombia, en la Pontificia Universidad Javeriana, para continuar escribiendo juntos esta historia y para continuar fortaleciendo nuestro impacto en la vida de las personas y de nuestras sociedades.

La universidad jesuita: testimonio de esperanza, presencia creativa y dialogante

Carisma. Contexto. Camino. Prefiero iniciar estas reflexiones por lo que somos en lugar de por lo que hacemos o como es frecuente hacer, mirando al mundo que nos rodea y preguntando cómo responder a sus necesidades. Empecemos tomando consciencia de nuestra identidad, del carisma que hemos recibido, dado por el Espírito Santo, para luego contemplar el contexto y discernir cómo podemos caminar hacia un mundo más reconciliado y justo, comportándonos desde ahora como si ya viviéramos en ese mundo nuevo. Ubiquémonos en el presente dando testimonio de esperanza con una presencia universitaria apostólica, solidaria, creativa y dialogante. Ese es el camino.

La fidelidad a la tarea a la que hemos sido convocados en las universidades de la Compañía de Jesús exige como conditio sine qua non estar profundamente enraizados en la identidad que surge del carisma que define nuestra contribución a la misión del Señor Jesús, el crucificado-resucitado, confiada a la comunidad de sus seguidores, a la Iglesia que camina en todos los rincones del mundo.

El carisma: Enraizados en nuestra identidad

Terminando de escribir las Constituciones de la Compañía de Jesús, Ignacio de Loyola, encargado de hacerlo en nombre de los compañeros fundadores, se pregunta: ¿cómo se conservará y aumentará todo este cuerpo en su buen ser? Nosotros también nos preguntamos un día tras otro cómo será posible mantener, hacer crecer, mejorar el apostolado universitario inspirado en el compromiso de contribuir a la justicia y la reconciliación para sanar tantas heridas abiertas en la humanidad actual.

La respuesta que ofrece el texto ignaciano nos lleva directamente al origen de nuestra identidad. Porque la Compañía, que no se ha instituido con medios humanos, no puede conservarse ni aumentarse con ellos, sino con la mano omnipotente de Cristo Dios y Señor nuestro, es menester en Él solo poner la esperanza de que Él haya de conservar y llevar adelante lo que se dignó comenzar para su servicio y alabanza y ayuda de las ánimas.1

Estar convencidos de estar aquí por iniciativa de Dios y no nuestra es clave. Reconociendo la iniciativa del Señor logramos evitar angustiarnos en situaciones de adversidad y también enorgullecernos en momentos de aparente tranquilidad, cuando nos sentimos exitosos y somos reconocidos. Es el Señor quien toma la iniciativa de invitarnos a formar parte de una obra suya que está llena de riesgos.

1. Constituciones de la Compañía de Jesús, 812.

El cuarto evangelio describe con detalle la cena pascual que precede la detención, pasión y crucifixión de Jesús2 . Comienza con el desafiante gesto del Maestro que toma la iniciativa de lavar los pies a cada uno de los discípulos y les propone seguir ese ejemplo poniéndose al servicio de los otros. Desde esa posición les recuerda que son sus amigos porque los ha elegido y les ha revelado el verdadero rostro de Dios Padre-Madre y la vía para llegar a Él. 3 La identidad del apostolado universitario de la Compañía de Jesús tiene su fuente en el amor. Jesús de Nazaret revela el amor en el que se funda la posibilidad de una vida realmente humana. Su vida entregada señala el camino de la reconciliación que lleva a la fraternidad entre todos los seres humanos. El apostolado universitario adquiere sentido cuando contribuye a abrir y recorrer el camino de la justicia y la reconciliación que lleva a la fraternidad.

El compromiso de cada uno de nosotros en el apostolado universitario se realiza como obra nuestra y cobra sentido en la medida en que reconocemos y sentimos que es Dios quien inspiró su creación y sostiene a quienes la llevan sobre sus hombros.

La esperanza sostiene el compromiso personal y colectivo en una obra compleja como es la gestión universitaria. Porque vivimos con esperanza podemos experimentar que lo que se ve imposible a la mirada ordinaria es posible si dejamos que actúe el amor de Dios en la vida humana. Poner en Él toda nuestra esperanza significa no sólo creer que lo que luce imposible, no sólo es posible, sino que se puede empezar a vivir, desde ahora, como se espera que sea la vida de todos. Quien tiene esperanza no sólo tiene fe en que otro mundo es posible, sino que se comporta desde ahora como si viviera en él.

Eso fue lo que demostró Jesús al desprenderse de los privilegios de ser Dios, hacerse “uno más” entre los seres humanos y aprender sufriendo a hacer la voluntad de Dios.4 La encarnación de Dios en el ser humano Jesús, lleva al reconocimiento de la fragilidad constitutiva de nuestras personas e instituciones.

Ante la incertidumbre que suscitan la situación política, las dificultades económicas, los temores personales, familiares, institucionales… y provocan tantas emociones difíciles de entender, digerir…, necesitamos reconocer la fragilidad como una dimensión de nuestra vida. Desde el reconocimiento de la fragilidad se crean las condiciones para impedir que la incertidumbre y el miedo se apoderen de la vida personal y de la institución y poder dar el paso de tener sólo en Dios toda la esperanza.

Nuestra identidad nos lleva a adquirir la mirada de Dios que no es otra que la de quienes sufren la injusticia. Es desde allí que podemos percibir cómo el Señor está actuando en la historia. Permítanme recurrir de nuevo a los evangelios. La identidad de una universidad bajo la responsabilidad de la Compañía de Jesús puede iluminarse desde la parábola del sembrador5 . La universidad esparce semilla dentro y fuera de su campus. Esparce la mejor semilla que tiene. Al interior de la Universidad la semilla cae en diferentes tipos de terrenos y produce frutos (o no) según la calidad del terreno en el que cae. La identidad de las universidades bajo la responsabili-

2. Jn 13-17.

3. Jn 15, 9-17.

4. Filip. 2, 5-11.

5. Mt 13, 1-23

dad de la Compañía de Jesús es la garantía de la calidad de la semilla que se siembra y el empuje para no dejar de esparcirla.

El evangelio de Marcos nos ofrece otras parábolas para ampliar la comprensión del papel de la universidad. La calidad de lo que predicamos – un mundo en el que todo ser humano pueda vivir con dignidad– es una semilla pequeñita, como la de la mostaza… pero crece hasta hacerse árbol con espacio para la vida de otros. Sin embargo, el sembrador esparce la semilla, pero no es él quien la hace crecer, pero sabe que si no la siembra no habrá fruto.6

La Compañía de Jesús nace y encuentra sentido a su apostolado como colaboradora de la misión de reconciliación que pasa por contribuir a la lucha por la justicia social. La reconciliación es una tarea compleja pues requiere alcanzar la paz entre los pueblos y la fraternidad como rasgo distintivo de la vida social. Requiere frenar el deterioro del medio ambiente y encontrar el camino a restablecer relaciones con la naturaleza que hagan del planeta tierra una cuidada casa común. Aspira también a la reconciliación con Dios, reconociendo su trascendencia y haciendo realidad el sueño de la vida plena que surge del amor sin límites.

Desde la fuente de la identidad que nos reúne en esta Asamblea de la IAJU se nos invita a estar abiertos a la acción del espíritu que hace nuevas todas las cosas y a perder el miedo a las convulsiones propias de la historia humana, especialmente en las transiciones epocales.7

6. Mc 4, 26-34.

7. Puede resultar iluminador este pasaje de la carta a los Hebreos (10, 32-39) en el que su autor pone a la comunidad cristiana en dificultad delante del espejo de su propia experiencia:

Recuerden los primeros días, cuando, recién iluminados, sostuvieron el duro combate de los padecimientos: unos expuestos públicamente a injurias y malos tratos, otros solidarios de los que así eran tratados. Compartieron las penas de los encarcelados, aceptaron gozosos que los privaran de sus bienes, sabiendo que poseían bienes mayores y permanentes. Por tanto, no pierdan la confianza, que ella les traerá una gran recompensa. A ustedes les hace falta paciencia para cumplir la voluntad de Dios y obtener lo prometido. Todavía un poco, muy poco, y el que ha de venir vendrá sin tardanza. Mi justo vivirá por la fe; pero si se echa atrás, no me agradará. Nosotros no pereceremos por echarnos atrás, sino que salvaremos nuestra vida por la fe.

Haz clic y lee el discurso completo

Comentarios reflexivos del P. Luis Fernando

Munera, SJ, al discurso del P. General Arturo

Sosa, SJ, en la IAJU

Quisiera iniciar con una invitación a aproximarnos a este documento ―rico y complejo―, como si fuéramos geólogos del pensamiento. Se trata de un texto que por su densidad conceptual y simbólica no se entrega del todo en la primera lectura. Requiere volver a él, a su relectura, a su apropiación reflexiva. Cada lectura, nos revela una nueva capa de sentido. Si en la geología cada capa es resultado de procesos milenarios de presión, desplazamiento y fracturas, las de este texto emergen como como resultado de procesos históricos identitarios e intelectuales, de sedimentación de ideas y experiencias, y de un contexto marcado por la conciencia del cambio de época que vivimos como humanidad.

Primera idea fuerza que deseo resaltar en el discurso del padre General:

Resuena como un eje central de su intervención, la convocatoria que nos hace el padre General a cultivar la profundidad como esencia de la vocación universitaria: en lo intelectual, en lo humano, en la lectura del contexto y en la acción transformadora. Esta se vincula estrechamente con la pregunta por la importancia, la necesidad y el sentido de una universidad de inspiración jesuita para la sociedad y para el mundo de hoy.

Entendemos, entonces, que nuestras universidades están llamadas a ser espacio de profundidad. Profundidad radicalmente enraizada en nuestra identidad.

Comprometernos con la profundidad, en sus múltiples dimensiones, es leer y entender críticamente el tiempo presente, no habitar la superficie de la realidad con respuestas rápidas y aportar matices y perspectivas. Desde una profundidad —situada, interdisciplinaria, consciente y solidaria— es posible educar y transformar desde y para la esperanza.

Segunda idea fuerza:

En un contexto marcado por el debilitamiento de la democracia, la Universidad está llamada a ser un territorio plural y diverso, una casa para todos.

En medio de preocupantes intentos por relativizar la universalidad de los derechos humanos, unos comportamientos digitales que siembran desinformación y polarización, o prácticas populistas, autoritarias, nacionalistas y xenófobas que nos alejan del bien común, resulta prioritario proyectar en nuestras instituciones capacidades orientadas a crear las condiciones necesarias para un diálogo, al interior de las universidades y con la sociedad, que nos ayude a construir juntos propuestas de vida que miren hacia un futuro compartido.

Una tercera idea fuerza, que resuena es aquella en la que el padre General nos dice que “quien tiene esperanza no sólo tiene fe en que otro mundo es posible, sino que se comporta desde ahora como si viviera en él”.

Interpreto que vivir ese mundo que imaginamos, dándole vida desde el presente, tiene que ver con la convergencia dinámica de algunos rasgos que deben caracterizarnos en el pensar hoy y en el actuar hoy: aportar una visión ética y humanista, perder el miedo a las convulsiones de esta época, reconocer la fragilidad personal e institucional con la certeza que da saber que nos cobija una vigorosa solidaridad apostólica, aceptar verdaderamente el pluralismo de las ideas y la diversidad, propiciar el diálogo poniendo como prioridad el bien común, cuidar la calidad de la semilla que sembramos y trabajar juntos en no dejar de esparcirla, comprender que somos puente y fuente

viva de sentido, acoger a otros para recorrer el camino hacia y de la justicia y la reconciliación, ser voces proféticas y protagonistas de la conversión ecológica, fomentar el pensamiento interdisciplinario, navegar con sabiduría, ética y responsabilidad un mundo cada vez más moldeado por la tecnología, y afianzar la idea que la universidad es una comunidad compleja, intergeneracional y fraterna cuyo objeto es la búsqueda y transmisión de la verdad desde el más profundo conocimiento de todas las dimensiones de la vida.

Ese vivir desde ahora el mundo que imaginamos, nos conecta con la bella representación de la primavera como proceso silencioso y como metáfora del cuidado y la responsabilidad. La primavera comienza, en realidad, cuando la savia se mueve por dentro, anunciando que la vida late, aunque no la veamos. Al ser universidades confiadas a la Compañía de Jesús, cultivamos y cuidamos lo que está por nacer y empieza a dar señales discretas del despertar, es decir, ese nuevo mundo que imaginamos en este cambio de época.

Una cuarta idea que resuena, la enfatiza el padre General, al exhortarnos a mantener la universidad abierta, lo que nos exige apertura a la innovación, encontrar vías para continuar ―con coraje y serenidad― nuestra función social en relación estrecha con diversos sectores de la sociedad, y ahondar la colaboración entre las universidades que hacemos parte de IAJU, a optar por la creación de ecosistemas de conocimiento y formación.

En esta intervención del padre General se traza también el camino para hacer de IAJU un valor fundamental en cada una de nuestras universidades. Ello supone asumir en los próximos años la tarea prioritaria de conocernos mejor y de expandir ese conocimiento con y entre nuestras comunidades educativas. La cultura del encuentro adquiere nuevos significados y experiencias en este proceso de conocernos y reconocernos poniendo la mirada en el presente y en un horizonte de futuro esperanzadores.

Finalmente, hoy necesitamos cuidar juntos a la Universidad, como patrimonio cultural y social. La universidad como fuerza ética, crítica, plural, humanista, solidaria y dialogante. Una universidad que, como lo planteaba nuestro recordado Papa Francisco en Laudato Si' , procura difundir y dar vida a un nuevo paradigma acerca del ser humano, la vida, la sociedad y la relación con la naturaleza. El carisma jesuita de nuestras universidades nos otorga una responsabilidad inmensa al adquirir una posición única de sentido.

Palabras del P. Luis Fernando Munera, SJ, en la sesión de bienvenida de la asamblea de la IAJU

En nombre de la comunidad educativa de la Pontificia Universidad Javeriana, les doy una cordial bienvenida a nuestra Universidad; centenaria universidad jesuita en América Latina. Nos alegra profundamente ser anfitriones de la Asamblea de la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas 2025. Confiamos en que este encuentro será una experiencia memorable de acogida, compañerismo y fortalecimiento de nuestros lazos académicos, espirituales y de amistad.

Les damos la bienvenida, a su vez, a Colombia, un país extraordinario, que alberga una de las mayores biodiversidades del planeta, donde confluyen la selva amazónica, las cordilleras de los Andes, los océanos Atlántico y Pacífico, las sabanas de la cuenca del Orinoco, y una riqueza cultural tejida por pueblos ancestrales, comunidades campesinas y contemporáneas expresiones urbanas.

Un país, que bien puede estar representado en maravillas naturales y arqueológicas como el Parque Nacional Chiribiquete, territorio sagrado para los pueblos originarios, donde se conservan más de 75.000 pinturas rupestres, que lo convierten en un gran complejo pictográfico arqueológico que guarda muchos secretos de la historia de nuestra América.

Colombia también es un país con heridas abiertas. La firma de los acuerdos de 2016 abrió caminos, aunque su implementación sigue enfrentando grandes desafíos. Después, de décadas de conflicto armado, agravado por las devastadoras secuelas de las economías ilícitas, de la corrupción, de la inequidad social y la pobreza, vivimos hoy una compleja transición hacia la paz. A pesar de las dificultades y de las persistentes violencias, desigualdades y exclusiones, la sociedad colombiana no ha renunciado a la esperanza de la reconciliación y sigue apostando por la justicia, el diálogo y la transformación social.

Ustedes llegan a un país de contrastes, marcado por la belleza natural, por la violencia y por la esperanza. Los colombianos y las colombianas – ustedes podrán constatarlo - somos resilientes, alegres, acogedores, respetuosos de la diversidad cultural, que añoramos profundamente una vida justa y en paz.

Como bien lo ha dicho Wade Davis, etnobotánico y gran conocedor de nuestra geografía física y humana, Colombia no es un país del pasado sino un país del futuro. Y eso es cierto. Aquí, donde aún duelen las heridas y son visibles las cicatrices, florecen nuevas generaciones, como las de nuestros estudiantes javerianos, con una visión profunda, dialogante, cuidadora de la casa común y transformadora del mundo. Son ellos y ellas —herederos del dolor y sembradores de esperanza— quienes se preparan para construir un país más reconciliado, y quienes hoy encarnan la posibilidad de esa Colombia que no renuncia a la memoria, pero que no se resigna al miedo y la violencia. Somos conscientes de que las transiciones políticas son frágiles y, a su vez, fértiles; y que nos interpelan no solo como nación sino también como humanidad.

Vivimos en un tiempo que exige, en todos los sentidos y dimensiones, colaboración global y local. Tenerlos a ustedes en nuestra casa nos ilusiona. Las universidades desempeñamos un papel

crucial en estos contextos. Las Universidades somos espacios únicos y privilegiados en los que las sociedades encuentran las mejores posibilidades de enfrentar sus grandes retos, lograr la formación de ciudadanos éticos y ecológicos, la investigación rigurosa capaz de responder a los grandes problemas humanos y sociales, y generar incidencia en políticas públicas con justicia; ellas están llamadas a tender puentes para transitar de los mundos existentes a los mundos posibles y queridos. IAJU es una oportunidad inmensa para juntar voluntades, acoger la pluralidad, sembrar y cultivar juntos, acompañar generaciones y territorios, y para aportar, desde ella, soluciones transformadoras y sostenibles.

Llegan ustedes, también, a la Pontificia Universidad Javeriana, que los recibe con afecto y hospitalidad. Nuestra Universidad empezó su historia en 1623, año que marca el origen de lo que se conocería en los tiempos coloniales como Universidad y Academia de San Francisco Javier, canonizado un año antes. Transcurridos 143 años de labores, la Javeriana se vio obligada a cerrar sus puertas en 1767, año de la expulsión de los jesuitas del Nuevo Reino de Granada. Más de un siglo y medio después, el primero de octubre de 1930, se firma el Acta de Restablecimiento de la Universidad Javeriana, iniciando con ella lo que se conoce como el periodo contemporáneo de nuestra institución.

Con sus sedes de Bogotá y Cali, y la recientemente creada seccional técnica y tecnológica, su legado se extiende a través de generaciones. Sus cerca de 250.000 egresados han vibrado al formarse en un ambiente humanista y científico, que les ha permitido apropiar y expandir rasgos que definen nuestra impronta: consciencia social, valores democráticos y compromiso con la búsqueda de la verdad.

Hoy, con cerca de 30.000 estudiantes, 4.800 profesores y 2.900 empleados administrativos, la Javeriana propicia la construcción cotidiana de una atmósfera estimulante, interdisciplinaria y plural, para que emerjan y se consoliden la solidaridad, la fraternidad, el diálogo constructivo y el cuidado del otro, en una invitación permanente a que sus integrantes seamos ejemplo de ciudadanía, justicia y honestidad, y nos desempeñemos con liderazgo ético en un entorno exigente y de cambio constante.

Contamos con una amplia y diversa oferta de 322 programas académicos de pregrado y posgrado y una extensa e innovadora oferta de cursos cortos. Con el trabajo de nuestros 128 grupos de investigación e investigación-creación buscamos contribuir a la generación y avance del conocimiento, así como a su difusión, con un énfasis particular en su apropiación social. A través de todo lo que hacemos, aspiramos a ser agentes de transformación en la sociedad colombiana.

En un clima de libertad, respeto mutuo y honda sensibilidad humana, queremos ser siempre casa abierta en la que confluyen seres humanos sensibles, con mentes vigorosas e inquietas, que buscan responder con acierto a los grandes desafíos de la sociedad, tejer lazos y servir al debate académico. Hemos asumido la tarea colectiva de participar activamente en la reconciliación de Colombia, en la promoción del diálogo social y en el fortalecimiento de la cultura democrática.

El encuentro de nuestros profesores con las comunidades rurales, desde la década de los setenta del siglo pasado, nos llevó a preguntarnos con seriedad por el cuidado del territorio y del medio ambiente. Gracias a esta tradición, pudimos acoger orgánicamente los llamados de Laudato Si'

y de Fratelli Tutti, y ser reconocidos como líderes del Pacto Educativo Global en los temas de ecología integral y tecnología. Desde allí, nos hemos abierto a nuevas preguntas que requieren respuestas desde la perspectiva del humanismo solidario y la amistad social.

En estos tiempos desafiantes y de creciente complejidad en los que el valor de la universidad misma se ve cuestionado, algunos quieren relativizar la evidencia científica y la búsqueda de la verdad, nos encontramos con seres humanos sensibles, frágiles, fácilmente movilizados por causas diversas, que viven incertidumbres y tensiones sobre su futuro. Ante ello y para ellos, la Universidad Javeriana vive procesos relevantes que han avivado los interrogantes y las búsquedas para trazar caminos que puedan dar respuestas desde lo que somos, es decir, una universidad, con identidad católica y jesuita.

De cara a un presente incierto y desafiante, no renunciamos a pensar y construir juntos la Universidad del futuro; buscamos ser un ecosistema de conocimiento y formación integral, para la construcción de sociedades en paz. Nos inspiran el cuidado de las personas, un humanismo solidario y el deseo por construir la sociedad justa que soñamos.

La Universidad Javeriana ha optado por promover una cultura de la conversación y el diálogo, basada en la confianza, el reconocimiento y la corresponsabilidad; algo esencial para navegar en estos tiempos de inestabilidad y debilitamiento de los valores democráticos. Estamos trabajando en un sistema de cuidado, en el que apropiamos el cuidado de la persona, la palabra, el conocimiento, las interacciones, el aprendizaje y el proceso formativo. Vemos en el fortaleciendo de la investigación, la innovación, la creación, la interdisciplinariedad y la articulación con diferentes actores de la sociedad un camino importante para plantear soluciones a los principales problemas de nuestra época. Estamos diseñando escenarios para llegar mejor a los territorios y a las personas, y para asegurar que la ecología integral sea una vivencia expandida en nuestro país.

Consideramos que esta fantástica red de universidades jesuitas es el mejor escenario para actuar juntos siendo fieles a nuestra identidad. En la Universidad Javeriana encontrarán plena disposición para estrechar nuestros lazos de cooperación. Reconocemos que los retos más urgentes que enfrenta el mundo hoy no pueden ser resueltos de forma aislada y en compartimentos disciplinares. La colaboración internacional, las redes sólidas y significativas, entonces, deben ser componente central de nuestro trabajo y de nuestras búsquedas.

Quiero cerrar estas palabras afirmando que el vínculo fraterno es un rasgo que nos hace únicas a las universidades jesuitas. Confiamos en que estos días de reflexión compartida y compromiso renovado nos impulsen a seguir cuidando la universidad como institución social vital y relevante, a ampliar horizontes, a ahondar en el sentido de esta asociación que nos congrega, a proponer caminos de esperanza y a fortalecer nuestro impacto en la vida de las personas y de nuestras sociedades.

El apostolado universitario de la Compañía de Jesús es una construcción colectiva en permanente desarrollo. Nos emociona acogerlos en Colombia para continuar escribiendo juntos nuestra historia.

Testimonios

Este evento es muy importante porque es la posibilidad de que podamos encontrarnos desde las diferentes latitudes del mundo para coincidir en temas que son transversales a las obras y a la misión de la Compañía de Jesús a nivel educativo. Es muy importante que Bogotá, que la Javeriana, haya sido sede porque estamos también en el centro de las conversaciones de la apuesta pedagógica de la Compañía de Jesús y también desde la Pastoral nutrimos esa apuesta educativa que llevamos en las universidades. El premio Canisius es el reconocimiento al trabajo de muchos colaboradores y colaboradoras de la Compañía de Jesús en Latinoamérica que hacemos posible la vivencia del Programa de Liderazgo Ignaciano Universitario Latinoaméricano. A la fecha de hoy, después de muchos años, somos 5000 egresados de las universidades jesuitas en América Latina y por eso este reconocimiento tan importante que se nos ha hecho en este evento.

Miguel Navarrete Tovar.

Coordinador del Programa de Pastoral Digital del Centro Pastoral San Francisco Javier de la Javeriana.

Hay cuatro elementos fundamentales en ese encuentro que han sido para mí de gran gran importancia. El primero tiene que ver con la posibilidad del encuentro y visibilizar qué es una red mundial de educación. Nos vislumbra un trabajo conjunto. Lo segundo que me pareció interesante es que tenemos problemas en los continentes muy parecidos, es decir que siguen siendo temas prioritarios en la red de colegios, y procesos y problemas fundamentales en nuestra vida y que tenemos que seguirlos pensando. Lo tercero tiene que

ver con el tema de la identidad. Creo que es el gran llamado a sentirnos universidades profundamente jesuíticas, llamadas a la misión de la educación universitaria, movidos e inspirados en la experiencia de Jesús de Nazaret. El cuarto elemento que puede pasar desapercibido y que me parece fundamental ha sido el llamado del padre General a la conversación espiritual como tema también intelectual, que nos puede aportar a una manera de relacionarnos diferente; a relacionarnos desde la fragilidad y la Espiritualidad Ignaciana que transforma la vida.

Haría una gran invitación a la Provincia a que no nos podemos pensar solos (...) a conectarnos, pensarnos juntos, romper nuestras propias barreras, el trabajo en red, los trabajos de gestión inspirados desde la espiritualidad, pero profundamente centrados a entender que juntos somos más. Creo que no hemos logrado entender la potencia que tenemos como Compañía de Jesús si nos viéramos y nos sintiéramosd una red que puede transformar este mundo.

Rodolfo Abello, SJ.

Presidente de Acodesi y Asistente para la educación de la Provincia colombiana.

En primer lugar me ha llamado mucho la atención el espíritu con que se ha vivido la asamblea. Me parece que las personas están muy abiertas y con muchas ganas de compartir, de articularse, de trabajar en conjunto, de mirarse efectivamente de manera global. En medio de eso, las palabras del padre General, creo que incentivaron a reflexionar, a buscar realmente responder a los retos que plantea hoy la universidad jesuita en el mundo. El padre General nos ha animado a mirarnos no solo de manera internacional, sino de manera global; y nos invita a buscar en la identidad de la universidad jesuita nuestro punto de apoyo para sembrar esperanza, para apostar por el futuro y por un cambio en el

mundo actual y en las posibilidades de vida. Creo que ha sido un espacio de muy buen espíritu y de muchas ganas de trabajar los retos de la educación. Estos tienen que ver no solo con temas, sino con modos de llevar adelante la Universidad y con la mirada en la región. Siento que el llamado a ser cuerpo apostólico de la Compañía de Jesús está muy latente y el padre general indicó como reto central la justicia socioambiental.

Mi participación fue muy interesante porque soy la organizadora del evento. Hace 1 año el padre rector confió en mí, me asignó esta tarea… Yo sabía todos los retos que venían con esto: los sábados de trabajo, las noches sin dormir, pero lo veía como un reto muy interesante y, así como la asamblea habla de la misión de los jesuitas en los tiempos retadores, creo que cada cosa que le asignan a uno va a ser un reto. Aprendí muchísimo porque pude trabajar con personas muy talentosas y cada cosa que ven, si bien lo coordiné yo, es el amor, la experticia, el buen trabajo y el esfuerzo de todas las personas encargadas de cada área.

La importancia de esta asamblea no es solamente que veamos que la Javeriana está organizando, es que quienes están acá son los líderes de sus universidades y quienes van a llevar todo lo que aprendieron o las directrices del padre General a sus contextos. Creo que ser la sede, poner a Javeriana en el mapa, mostrar que somos una universidad súper fuerte, potente y que se hayan llevado esa imagen de la Javeriana, de Bogotá, es súper importante.

Estefanía Santos

de convenios internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana.

Me parece muy importante este tipo de eventos, primero porque para el personal administrativo y operativo es lindo sentir y ver a otros jesuitas de otras universidades que para nosotros han sido unos referentes (...) es muy bonito para los operarios que siempre están detrás en el backstage, sentir de cada uno de estos rectores y de todas estas personas importantes esa gratitud y ese reconocimiento. Me parece que en medio del caos del mundo, el lema de los jesuitas de “Amar y Servir” es algo que debe primar, si uno interiorizara un poco esas dos palabras el mundo sería tan distinto. Cuando los oía hablar en esas plenarias y en los distintos temas que se han tocado, me parecía enriquecedor y me sentía orgullosa de hacer parte de alguna manera de esa comunidad. Agradezco mucho a esta comunidad porque he crecido como persona, como profesional; estudié en la Javeriana, trabajo para ella hace 15 años… para mí ha sido un orgullo.

María Carolina Olarte.

Jefe del desarrollo de la planta física de la Pontificia Universidad Javeriana

Homilía IAJU por el P. Provincial Hermann

HLecturas 1 Cor 11, 32 - 12,2

Sal 95 Mc 16, 15-20

ace algunos años aquí en Colombia, nos preguntamos por qué si la Compañía de Jesús nació en una universidad, en la Javeriana no teníamos casi vocaciones. Y alguien respondió: La diferencia está en que la universidad de París no era de la Compañia. Esta sí.

¿No damos testimonio?

¿Nos falta radicalidad?

¿Los estudiantes no alcanzan a percibir un camino posible en la vida del jesuita profesor, directivo o pastoralista universitario?

¿Estamos distraídos con las funciones y descuidamos la misión?

Tengo que reconocer que sí tenemos vocaciones de la universidad… en el noviciado en este momento tenemos dos de diez… y en la historia de la provincia hemos tenido muy buenas vocaciones de la universidad, gracias a Dios. Podría poner muchos ejemplos.

Sin embargo, me gustaría hacer tres breves reflexiones sobre cómo podríamos promover mejor las vocaciones a la Compañía y a la Iglesia en nuestras universidades.

1. Jesús: El Origen y el Fin de todo lo que hacemos

Para los que vivimos la espiritulidad ignaciana, jesuitas y laicos/as, el encuentro con la persona de Jesús es lo más importante de nuestra existencia, es la marca de nuestro carisma, es la fuente de nuestra más pura alegría… es el significado del monograma que está en el escudo de nuestra universidad: IHS. Este símbolo en griego representa las tres primeras letras del nombre de Jesús y en latín puede leerse como Jesús Salvador de la humanidad.

El centro de nuestra vida es conocer internamente a Jesús, para más amarlo y seguirlo. Esta es la dinámica que san Ignacio pretende desencadenar a través de los Ejercicios Espirituales. Y la herramienta para hacer esto posible, no es otra sino la contemplación reiterativa, frecuente, cotidiana, de los misterios de la vida de Jesús. Eso fue lo que Ignacio aprendió en los días grises y monótonos de su convalencia en el piso alto de la casa torre de Loyola, mientras se recuperaba de la herida que recibió mientras defendía la fortaleza de Pamplona.

De la lectura de la vida de los santos y de la vida de Jesús, fueron brotando las imágenes que luego ocuparían la mente, el corazón y las entrañas de este caballero herido, fracasado y desorientado. Imaginaba cada detalle y dejaba que la fantasía fuera completando las escenas y los vacíos de los relatos leídos, hasta que la fuerza de la presencia y el encuentro con el Señor,

“ansí nuevamente encarnado” (EE 109), fue transformando su vida, hasta arrebatarle el corazón y hacerlo ‘compañero de Jesús’ para siempre. El método de la contemplación logró cambiar el rumbo de este caminante, en una dirección que para muchos, parecía no solo improbable, sino sobre todo imposible.

2. Un método para la transformación interior

El método vivido en carne propia por san Ignacio se fue sistematizando para ser compartido con otros. El nombre que le dio el fundador de la Compañía de Jesús a este método de trabajo interior fue “Ejercicios Espirituales”, estableciendo un paralelo entre los ejercicios corporales y los ejercicios espirituales. Este es, sin la menor duda, el mayor tesoro de los jesuitas, el secreto que explica toda nuestra creatividad y capacidad apostólica y lo único que no puede faltar en nuestras instituciones y obras.

La Compañía ha definido hace pocos años las cuatro preferencias apostólicas universales, las cuatro dimensiones de nuestro servicio que deben caracterizar nuestra acción y misión. Cuando el papa Francisco respondió a la carta del superior general aprobando estas cuatro preferencias, decía sobre la primera, que sin ella, “lo otro no funciona”. Esta primera preferencia fue definida como “Mostrar el camino hacia Dios a través de los Ejercicios Espirituales y el discernimiento".

Los Ejercicios Espirituales podrían definirse como un método para soñar despiertos… algo que algunos llaman ‘sueños lúcidos’. Soñar despierto es el fondo de la metodología ignaciana. La capacidad de soñar es una fuerza transformadora extraordinaria que no creo que hayamos acabado de descubrir. Por otra parte, Ignacio no se quedó soñando solo, sino que fue invitando a otros también a soñar…

Un ejemplo de esto lo pude comprobar en la universidad de San Luis, Missouri, donde escuché a un jesuita, presentando su trabajo de doctorado en salud pública. Según él, utilizó el método de la contemplación Ignaciana para proponer un estudio sobre el sistema de salud de los Estados Unidos. Y un análisis de la realidad de este servicio público y luego se propuso averiguar lo que las personas soñaban sobre este servicio. Y el trabajo suyo, lo que hizo fue establecer los pasos que habría que dar para ir desde la realidad de la salud pública. En los Estados Unidos, hacía un servicio en el que la persona humana esté en el centro.

3. Francisco Javier: antes y después de los EE

En el año de 1528 llegó al colegio de santa Bárbara en París Íñigo López de Loyola, un estudiante vasco de 37 años a quien le tocó compartir habitación con dos estudiantes de 22: Francisco Javier, navarro y Pedro Fabro, saboyano. Allí comenzó una amistad que fue creciendo y fortaleciéndose en los años siguientes. Estos tres hombres, hoy los tres reconocidos por la Iglesia como santos, fueron el origen de la Compañía de Jesús, fundada 12 años más tarde, en 1540 en Roma.

Javier dormía tranquilo y vivía su rutina universitaria sin mayores preocupaciones… el encuentro con Ignacio y la experiencia de los Ejercicios Espirituales le cambió la vida. Era feliz y vivía su cotidianidad sin grandes afanes… estaba sobrado y lo sabía. Pero lo que le esperaba era mucho más grande… Dios lo llamaba a realizar un mayor servicio, “oblaciones de mayor estima y momento”.

El amor a los deportes, al éxito en los estudios y en las actividades académicas, la búsqueda de honores y reconocimientos, fueron cayendo como despojos de una construcción en ruinas y dejando brotar una nueva cosecha de deseos y aspiraciones que no tenían tradición en su corazón. La gloria de Dios, la salvación de su propia alma, la construcción del reino de Dios, el anuncio de la Palabra a un mundo hambriento y abandonado, se fueron convirtiendo en el centro de su corazón y de su deseo, dejando atrás la vanidad y la conciencia de sus muchos talentos que le hacían perder la conciencia de su propio límite.

Javier sigue inspirando a nuestras universidades y nos sigue señalando dos posibles caminos: una trayectoria de éxito temporal, con metas estrechas y miopes que aspiran a las glorias pasajeras del mundo, o un camino construido desde el encuentro con la persona de Jesús en los Ejercicios Espirituales, que le desafía a construir una nueva ruta que parece improbable y tal vez también imposible.

Javier sin Ejercicios Espirituales se queda en el cumplimiento de sueños probables y previsibles. Javier con ejercicios espirituales se abre a los sueños imposibles de llevar el mensaje de vida a lugares tan apartados como la India y el Japón. Murió a los 46 años a las puertas de la China.

Nuestras universidades sin Ejercicios Espirituales se pueden quedar cumpliendo los sueños probables de cualquier institución de educación superior, con retos y tareas muy valiosas y significativas, pero sin la fuerza del Espíritu. Nuestras universidades con Ejercicios Espirituales se abren a sueños improbables e imposibles, guiadas no por la lógica y la razón, sino por el fuego

del deseo y el amor que abrasa (con s) los corazones de sus hijos/as y los impulsa a buscar no solo lo bueno, sino lo mejor.

Las palabras que san Ignacio de Loyola le dijo a Francisco Javier al despedirlo al partir a su misión en el Oriente fueron: Ite inflamate omnia, algo así como “Ve y enciendo con fuego todo”.

Conclusión

Leyendo una obra del año de 1555, un año antes de la muerte de Ignacio de Loyola, me sorprendí con la luces que puede ofrecernos para reflexionar sobre los elementos que nos pueden faltar en este panorama de los retos de la Universidad. El P. Luis Gonçalvez da Câmara, jesuita portugués de la segunda generación, escribió una obra conocida como El memorial

“Maestro Francisco, ultra de su abstinencia grande, porque era en la isla de París uno de los mayores saltadores, se ató todo el cuerpo y las piernas con una cuerda reciamente; y ansí atado,sin poderse mover, hacía las meditaciones” (Hernández Montes, Benigno, Recuerdos Ignacianos, Memorial de Luis Gonçalves da Câmara, Mensajero-Sal Terrae, Bilbao-Santander, Colección Manresa Nº 7, 1992, 211).

Y más adelante añade:

“Parece que le venían a la mente durante la meditación los saltos y fiestas en que había tomado parte en la isla, como algo que naturalmente le agradaba; y para vencerse en la raíz de esta pasión, ataba sus miembros, atormentándolos con las ataduras, contrarias a la ligereza y habilidad de los saltos” (Ibid).

Es posible que algunos de nuestros estudiantes, o profesores, o incluso directivos, necesiten estar amarrados para poder permanecer en quietos y en silencio durante tres días, ocho días, o un mes. Tendríamos que contemplar esta alternativa para garantizar que nuestros estudiantes, profesores y directivos experimenten, como san Ignacio y como san Francisco Javier, el encuentro personal con el Señor, que por nosotros se ha hecho hombre, para más amarle y le seguirle.

La Pascua de nuestros hermanos

JORGE EDUARDO SERRANO ORDÓÑEZ, SJ

Fue llamado por el Señor, en Bogotá, el 13 de julio de 2025

DATOS PERSONALES

Nacido en Bucaramanga el 11 de octubre de 1951, en el hogar de Rodrigo Serrano y Maruja Ordóñez. Tuvo cuatro hermanas: Inés María, Olga Beatriz, Luz Marina y Mónica.

EN LA COMPAÑÍA

Bachiller del Colegio San Pedro Claver, ingresó a la Compañía en La Ceja el 20 de enero de 1969. Entre 1971 y 1973 hizo el juniorado. En 1974 continuó con los estudios de filosofía. Realizó el magisterio en 1976 en Candelaria (Atlántico) y en 1977 en el Colegio San Ignacio. Entre 1978 y 1981 cursó la teología en Bogotá y Brasil. Fue ordenado el 12 de febrero de 1983 e hizo la tercera probación en Salamanca entre 1989 y 1990. Realizó los últimos votos el 21 de junio de 1997. Tenía 73 años de edad, 56 de Compañía, 42 de sacerdocio y 28 de últimos votos.

SU VIDA

Jesuita de gran cordialidad, simpatía y sinceridad a toda prueba. Con gran sentido de liderazgo y emprendimiento, no solo entendió los grandes problemas humanos, sino que buscó atenderlos y darles solución. Muy cercano a los pobres, vivió su sacerdocio con hondura espiritual, gusto y compromiso.

PUBLICACIONES

La acción humanitaria en Colombia desde la perspectiva del restablecimiento. Bilbao, 2004. Nosotros somos desplazados, pero tenemos dignidad.

Una reflexión nacida de mi experiencia en el SJR- Colombia 1997-2002. Bogotá, 2005.

RECORRIDO APOSTÓLICO

• (1982) Cúcuta, colabora en la Parroquia San Pío X

• (1983-1988) Cúcuta, ministro comunidad Pedro Arrupe, párroco Parroquia San Pio X

• (1989-1990) España, Tercera Probación (Salamanca)

• (1990-1991) España, estudios especiales (Madrid -Comillas)

• (1992-1994) Bogotá, párroco Parroquia San Francisco Javier

• (1995-1996) Brasil, colabora en región misionera del Amazonas

• (1997) San Pablo (Bolívar), vicario Parroquia San Pablo Apóstol

• (1998-2002) Barrancabermeja, director JRS-Colombia

• (2003) Irlanda, tiempo sabático, estudia inglés

• (2004-2009) Bogotá, encargado Oficina de Gestión de la Coordinación de Obras Sociales, estudia Maestría en Desarrollo Rural U. Javeriana (hasta 2006), director Fundación Amar y Servir (desde 2006), Coordinador Oficina de Recaudo de Fondos de la CPAL (2009)

• (2010-2012) Roma/Bucaramanga, Asistente del Ecónomo General y responsable de la Oficina de Desarrollo de la Curia General, colabora en la pastoral del Col. San Pedro Claver

• (2013-2020) Roma, Asistente del Ecónomo General para el Desarrollo

• (2021-2023) Cartagena, superior Comunidad San Pedro Claver, párroco Parroquia San Pedro Claver, director Santuario San Pedro Claver

• (2023) Bogotá, Comunidad San Alonso Rodríguez por tratamiento médico

• (2024) Bogotá, Comunidad San Pedro Canisio, Rector Templo Nuestra Señora de La Soledad

Homilía del P. José Leonardo Rincón, SJ, en las exequias del P. Jorge Eduardo Serrano, SJ.

Muchas gracias por estar aquí esta mañana. Nos convoca a todos el Señor Jesús muerto y resucitado, El mismo que con amor apasionado siguió Jorge Eduardo, nuestro Gordito o ex gordito. Hago un rápido paneo visual y encuentro aquí a su querida familia Serrano Ordóñez, compañeros jesuitas y ex jesuitas, amigos de toda la vida, desde el colegio y quienes a lo largo de su fructífera existencia gozamos y compartimos en comunidades y obras apostólicas, aquí en Colombia y, sin exagerar, en medio mundo, su amistad y compañía.

Acabamos de escuchar el texto de Lucas que nos cuenta la parábola del buen samaritano y yo quiero que sea Jorge Eduardo quien nos ofrezca un minuto de homilía, la misma que preparó para el domingo de su pascua y que lo haga desde éste que fue su púlpito del templo donde hoy hace exactamente un año asumió formalmente su misión apostólica:

¡Haz clic y mira la homilía completa!

Así lo vimos, lo escuchamos y lo sentimos, con sencillez y cercanía, pero también con la fuerza profética del que no solo anuncia, sino que también denuncia y con su testimonio creíble nos evangeliza con hechos, no con discursos. No hay que ponderarlo: todos sabemos que su gran corazón y enorme sensibilidad por los débiles, los excluidos, los vulnerables, los más pobres, estuvieron en el foco de su existencia.

Como bien lo anotó alguno, se ha ido uno de los grandes de esta provincia, no sólo por su extraordinaria huella misional sino también por su singular personalidad, la de esos que desde que nacieron rompieron el molde y se convirtieron en personajes únicos, irrepetibles, verdaderamente auténticos.

Lo conocí siendo novicio, pero fue en el juniorado cuando me enviaron a Cúcuta a ayudarle en semana santa en la parroquia de san Pío X en Atalaya, donde retrasada su ordenación, primero ejerció como diácono y yo tuve la fortuna de estrenarlo como párroco, moviéndose por todos esos barrios, construyendo comunidades de fe y solidaridad. Todavía no se había inventado las ollas comunitarias y ya su liderazgo apostólico social era evidente. De ese viaje le debo, entre muchas enseñanzas prácticas que me dejó la tarea de aprender a manejar vehículos pues, precisamente, porque teniendo en la casa moto y vehículo no pude movilizarme a atender unos requerimientos que él me pedía. Entonces me insistió que los medios son para usarlos y para atender las necesidades de la misión.

Con esa pinta tropical multicolor que escandalizaba a criollos, porque al decir de algunos era más propia de conductor de camión, no lo fue menos en los ámbitos curiales romanos de estricto collar negro. Con todo, quizás a regañadientes, aprendió también a vestirse elegante y como sacerdote honesto de la región cuando la ocasión lo ameritaba o exigía.

Su lenguaje subido y reiterativo hacía sonrojar a adultos al principio porque casi simultáneamente les arrancaba risotadas y a los niños arrepentidos por el uso de su vocabulario los excusaba: ¡si el padre las dice...!

Esa creatividad siempre fue desbordante, inquieto, insatisfecho, desde las ya mencionadas ollas comunitarias, pasando por la configuración de la fundación Amar y Servir como estrategia de fundraising, emprendimientos de respetable envergadura, hasta llegar a motivar al gobierno general a llevarlo a Roma por una década para desde allí replicar en la universal Compañía las que hoy se llaman oficinas de desarrollo que buscan recaudar fondos para nuestra misión apostólica. Lo era para tamañas empresas, pero también para toda suerte de estrategias: mensajes por vdiferentes redes sociales y el minuto de homilía donde congregó predicadores de todas las latitudes y que propagaba masivamente, el Whatsapp para comunicarse con los feligreses, códigos QR para evaluar las actividades litúrgicas, buzones de sugerencias para qué hacer en las celebraciones especiales, carteles, festones, grupos, reuniones, eventos. Aquí en este templo en poco tiempo logró revivirlo y darle vida, litúrgicamente movilizó coros, grupos de laicos para organizar las principales fiestas: semana santa, pentecostés, mayo para Nuestra Señora y junio para el Sagrado Corazón, navidad para arreglar las imágenes del pesebre y cuando no había fiestas: entonces hagamos una rampa para mejorar el acceso de quienes tienen problemas de movilidad, ¡Por Dios! Un apóstol incansable que se gastó y desgastó dándose felizmente a los demás. Algún día le dije: Gordito, todos los días te inventas cosas, cuando faltes ¿quién va a seguir tu ritmo?

Nuestro simpático Jorge se relacionaba con todos, poderosos y débiles, ricos y pobres. Pastor misericordioso y acogedor con abrazos sinceros y afectuosos y a la vez muy exigente y trancado, a veces sorprendentemente duro e implacable. Se entiende: santandereano de carácter recio por fuera y tierno por dentro. Frentero para decir las cosas sin anestesia, como veíamos en Isaías, llamando las cosas por su nombre. Honesto y humilde para reconocer sus equivocaciones cuando fraternalmente se le hacían caer en cuenta. De verdad, admirable en esto.

En un país cargado de violencia, dolor y muerte fue un defensor apasionado de la vida, compromiso que le iba pasando factura cuando fue amenazado de muerte y por orden del Provincial tuvo que salir del país. Hombre abierto y plural que respetaba y amaba la diversidad. De mirada

global, amplia y visionaria, de 73 años en su cédula, en realidad joven de espíritu al 100% Cuántos corazones se acercaron de nuevo a Dios gracias a sus prédicas, a sus tomaduras de pelo y constante buen humor. Hacía calar la palabra del Señor con sus mensajes. Sus eucaristías eran bien concurridas. Indiscutiblemente en muchos dejó huellas profundas.

Esa proverbial capacidad histriónica la tuvo siempre y con sus ocurrencias, historias y cuentos inventados por su mente brillante en tiempo real, narradas con tal seriedad y convicción una y mil veces nos engañó lo que nos hacía reír a carcajadas. Su presencia en Canisio contribuyó a construir un ambiente comunitario alegre y grato.

Me ha llamado la atención que la gente tan pronto supo la noticia lloró su humana partida, pero casi que inmediatamente también dijo: pero hay fiesta en el cielo, no solo porque perseveró sino porque de seguro debe tener a la Trinidad echándole carreta, convenciéndolos de que con la corte hay que recoger fondos para mejorar las estancias celestiales. El mago para recaudar recursos, me contó alguna vez que cuanto lo invitaban a la boda preguntaba cuánto les había costado todo: tantos millones. Pues bien, yo solo les cobro el 3% de esa cifra y les explicaba que era para atender las necesidades de otros. Hoy mismo se hubiera emocionado de ver esta multitud y ya estaría pasando la ponchera, así que no se hagan los locos...

Amigos, Jorge quería que la celebración de sus exequias se celebrara alegremente, como él celebró la eucaristía con esa alegría que solo puede venir de un hombre con el Espíritu de Dios rebosando su corazón. Sigamos dando gracias al Señor por esa vida suya que dejó huella en tantas vidas nuestras y hagámosle caso según su ultima recomendación: el asunto es más de hacer que de quedarse en el pensar, sentir, decir o escribir. En su juicio final el Señor lo ha reconocido: tuve hambre, tuve sed, estuve enfermo, en la cárcel... eso que hiciste por los otros lo hiciste conmigo... así que siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor.

Jorge Serrano, SJ, en la Curia General

Raúl González Bernardi, SJ

Responsable de la biblioteca de la Curia General

He compartido varios años con el P. Jorge Serrano en la Curia General, desde que llegué aquí en el 2012, hasta que Jorge dejó la Curia en febrero 2021. En su trabajo en la oficina de desarrollo de la Curia, Jorge era un hombre exigente, que se entregaba sin reservas, sin horarios, a pesar de sus problemas de salud.

En la comunidad era un hombre de una alegría contagiosa, siempre con una palabra cariñosa para con todos, tanto con los jesuitas como con los colaboradores laicos. Por eso era apreciado por todos.

Recuerdo que cuando regresaba de uno de sus viajes nos saludaba con alegría y nos recontaba alguna anécdota graciosa. Siempre con ganas de charlar y de compartir su visión de las provincias que visitaba.

Era un hombre que sabía escuchar, y también compartir lo que él estaba viviendo.

Cuando participaba en las reuniones comunitarias lo hacía con seriedad, como todas sus actividades. Preparaba su participación en los pequeños grupos, y hablaba con pasión, porque amaba la Iglesia y la Compañía, y le dolían sus defectos y sus pecados.

También participaba con entusiasmo en los paseos comunitarios, compartiendo su alegría y buen humor.

Desde que se fue hemos seguido en contacto por mail o WhatsApp.

A fines de junio del 2024 viajé a Bogotá para participar en un encuentro de archivistas de América Latina. En esa ocasión encontré a Jorge en la Curia Provincial, y pasé la tarde con él, caminando, charlando y compartiendo un buen café. Fue un regalo para mí. Jorge fue un buen compañero, y lo voy a echar en falta.

Mi querido Jorge Eduardo Serrano, en honor a su legado

Andres Monsalve

Director de Gestión Humana, Compañía de Jesús, Provincia colombiana.

En la primera conversación que tuve con el padre Jorge Eduardo Serrano, me dijo dos cosas que nunca voy a olvidar. La primera, que no lo llamara “padre Jorge” ni padre Serrano”, y mucho menos con tono ceremonioso. “¡Deje la pendejada y dígame Gordo!”, me soltó con esa mezcla suya de cariño y franqueza. Aquella petición no era simplemente un gesto informal; era una declaración de principios. No quería marcar distancias entre su condición de sacerdote y la mía de laico. Aún no hablábamos de un Cuerpo Apostólico de Provincia, pero él ya lo vivía y entendía el vínculo desde la fraternidad auténtica.

La segunda cosa que me comentó fue sobre su preocupación por el legado de sus iniciativas. Pero no porque quisiera reconocimiento, aplausos o bañarse en incienso —nunca buscó que dijeran “el Gordo hizo esto o aquello”—, sino porque deseaba que el conocimiento y el compromiso que había cultivado sirvieran a una causa más grande que él mismo. No quería ser el protagonista de una obra, sino parte de un movimiento que trascendiera su persona. Su mayor anhelo era que nuestras acciones apostólicas no dependieran de un solo individuo, sino que nacieran de una conciencia colectiva, comprometida y viva.

Aquellas palabras aún me interpelan. Me hacen pensar, con humildad y seriedad, en el verdadero sentido del servicio. En cómo construimos comunidad, en lo que significa ser familia, y en el compromiso que asumimos, con o sin títulos, en nuestro trabajo cotidiano.

Ahora que ha trascendido a su Pascua, comprendo con mayor claridad lo que me dijo aquel día. Su ausencia ha dejado un silencio en los pasillos de la Curia, pero también ha encendido en nosotros un compromiso más firme: continuar su legado, seguir soñando, servir con generosidad, ser irreverentes cuando haga falta, y no dejar de pedir —pedir justicia, pedir coherencia, pedir comunidad—. Su lucha no puede quedar en vano. Nos toca ahora a nosotros sostener lo que él sembró y hacerlo crecer desde la conciencia colectiva que tanto anhelaba.

Voces desde Cúcuta

Secretario para la justicia social y ecología

Se nos fue el Gordo antes de lo que esperábamos y mucho antes de lo que quisiéramos. Su estado era grave y algunos pensamos, dada su reciedumbre, que no lo era tanto. Esa era una de sus muchas virtudes: no era persona de quejarse o autocompadecerse; más bien, le faltaba medirse un poco para cuidar de sí mismo.

Viví con Jorge Eduardo en Cúcuta, durante 2 años (1987 y 1988) y luego nos encontramos trabajando juntos en el Distrito Misionero de la Amazonia, y en otros servicios a nivel de la Compañía latinoamericana y universal. Llegué de Roma a Bogotá el pasado 1º de julio, y lo llamé para saludarlo y para pedirle “cita” en la enfermería; me dijo que nos viéramos más bien a mi regreso de Manizales; estaba fatigado de mañanas llenas de exámenes y chequeos en el hospital, y recibía muchas visitas en las tardes. Mi regreso fue tarde… el 15 de julio participe –llorando mucho– en su funeral. Él tampoco tenía planes de partir rápidamente; no era hombre de ‘entregar la toalla’ con facilidad. En eso también se destacaba.

Una de las cosas que más me impresionó siempre de Jorge fue su libertad. Sabía que no le caía bien a todo el mundo, incluso dentro de la Compañía de Jesús (¡es natural!); y nunca intentó ser ‘monedita de oro’. No tenía problema en tirarse al suelo y bloquear el tráfico de la más importante avenida del sector de Atalaya en Cúcuta, para protestar por la falta de servicios y el olvido del Estado, o en ponerse un cuello clerical y presidir una boda o un entierro de una de las familias adineradas –pero solidarias y generosas– de la ciudad. Se arremangaba la camisa de clérigo en las calles del parque Santander –durante todo un día– para pedir con una alcancía de mano una donación para los programas de la Campaña Todos Somos Hermanos, y con la misma libertad, en Roma, se ponía una sotana vieja y organizativa veladas comunitarias llenas de risa y de jolgorio entre los serios y ocupados compañeros de la Curia.

Jorge Eduardo era una persona que amaba profundamente a sus amigas y amigos; y le cabían muchos y muchas en su corazón: seres humanos concretos, los más diversos: sin importar nacionalidades, ideas, posición social, o cualquier tipo de preferencia. Jorge era un ser humano (¡he conocido pocos!) que no hacía acepción de personas. Con igual respeto y cariño podía abrazar a la gente que se organizaba y almorzaba en las ‘ollas comunitarias’, o a Humberto el sacristán que tenía una discapacidad mental notoria, o al gerente de un banco, un médico, un abogado o cualquier otra persona.

Pero sobre todo eso, el gordo Serrano fue un ser humano integralmente apasionado por Jesucristo. No hubo "un solo centímetro de su figura" que él se reservara y que no fuera consagrado al Señor de su vida. Fue Él quien catalizó toda su energía, fue Él quien dio sentido a sus decisiones – acertadas o no. Y esa pasión que ardía por dentro todos los que estuvimos cerca de él pudimos experimentarla: como un fuego que encendía otros fuegos.

Desde el mismo momento en que supe de su muerte me comuniqué especialmente con amigos comunes de Cúcuta, y –dando gracias a Dios por Jorge y por su amistad– quiero dejar aquí espacio para que ellos hablen:

“Lo recuerdo como una persona que convirtió el amor al prójimo en acción diaria; con fe vibrante, energía imparable y un corazón gigante, dejó huellas que hoy siguen inspirándonos a vivir con propósito, justicia y alegría”. Monica Gelves.

“Como si ya lo presintiera nos dejó un testamento memorable: la homilía del domingo pasado sobre quién es mi prójimo. El gordo lo practicó en su vida diaria; hizo el apóstol Pedro cuando llegó a un templo y el que estaba allí le pidió unas monedas y él le dijo no tengo monedas, pero lo que tengo se lo voy a dar: él mismo”. Omar Gelves.

“El Gordo fue una persona que se preocupó por hacernos ver que había un mundo por el cual debíamos luchar, nos capacitó, nos dio herramientas y sin duda, cambió la vida de muchos de nosotros. Sobre todo con su ejemplo nos mostró que si se puede ser hermanos al estilo de Jesús”. Martha Getial.

“Dejó una gran huella en Cúcuta cuando era fuerte la situación económica en la frontera por la devaluación del Bolívar. El padre Jorge organizó junto con muchos otros programas sociales en beneficio de los pobres: Ollas Comunitarias, Campaña de Todos Somos Hermanos, huertas caseras, vaso de leche para madres lactantes y niños menores, programa de comprando juntos, de mejoramiento de vivienda, consultorio jurídico, grupos juveniles, comunidades de base. Los que mueren por la vida, no se pueden llamar muertos. El gordito vive en los corazones de las comunidades hasta siempre”. Cooperativa Ubunty, Atalaya – Cúcuta.

“Su sacerdocio lo vivió como un apostolado al servicio de los más pobres. Siempre tuvo las puertas abiertas de la parroquia y de su corazón para debatir y construir la Iglesia de los pobres. Su ejemplo será recordado por todos y seguirá siendo aliento para no desfallecer ni retroceder por un mañana más justo, más humano y libre”. Pbro. Gustavo Urbina.

“Siembre vi un hombre grande, barbado, con voz muy potente y muy trabajador. Las Hermanas Vicentinas y mis papás lo querían mucho. Recuerdo con cariño y gratitud la olla comunitaria, porque allí nos alimentamos viniendo de Arauca; éramos muchos y queríamos seguir estudiando. Mamá iba y ayudaba a hacer la sopa y traía para todos. Y también teníamos un vaso de leche en la mañana. Es mucho el cariño y mucho el aprecio por lo que hizo con nosotros.” Lady Vera.

“Cuando llego en el 1981 a nuestro barrio Doña Nidia y nos convocó a todos a formar una sola familia con la Campaña Todos somos Hermanos. Tantos grupos que se organizaron con Pacho Aldana y Carlos Novoa. Su calidad humana era impresionante, entusiasmo, risa, homilías… siempre luchando por los pobres. Los jesuitas y las Vicentinas nos ayudaron a sentirnos más humanos; reconocieron nuestra dignidad y nos enseñaron a ser más caritativos y más bondadosos; son las enseñanzas de Jorge y de Pacho, que ya están con Dios. Que Dios lo tenga en la gloria junto con mis padres”. Amanda.

“El gordo era una persona valiente; fue perseguido por la ley por ayudar a los pobres. Lo aporrearon y lo pusieron preso; pero a él lo que le interesaba era ayudar a la comunidad. Cuando tuvo que salir de la parroquia yo misma recibí la corona fúnebre y el sufragio que le mandaron a la casa; eso fue muy miedoso. Tuvo que abandonar Cúcuta y hasta el país; no pudo ni despedirse de sus amigos. Siempre con amor, con humildad, siempre por hacer el bien”. Graciela Rojas.

“Recuerdo que mi barrio no tenía pavimento, y los pequeños y los jóvenes corríamos a pata limpia jugando fútbol y al quemado. Una mañana mis padres dijeron: “llegó el Padre Jorge, llegó el Padre Jorge, llegaron los Jesuitas”, y yo salí a la puerta. Todas las personas salían de sus casas a recibirlos con mucho entusiasmo a darles la bienvenida porque iban a abrir una olla comunitaria en el barrio. Jorge era grande y muy gordo, su cabello crespo y con una gran barba; traía la olla y la leña, y todos aplaudíamos. En la que hoy es la iglesia San Pio X, todos los domingos que se Iba a misa debíamos llevar un ladrillo para ampliar el templo… y así hasta que fue un éxito. El padre Jorge nos contagió con su amor a Dios, fue nuestro amigo y guía espiritual nos enseñó el verdadero sentido de la humildad”. Nercy Romero.

“Quiero honrar la memoria del padre Jorge Eduardo, agradeciendo la formación que recibí, a través de la dirección que el dio a mi vida en los inicios de mi carrera como Abogada, enseñándome el amor por las comunidades más vulnerables y la importancia de fortalecer y dignificar el trabajo y el respeto por la mujer. Recibí de su parte apoyo y formación en el desarrollo de iniciativas productivas para las mujeres víctimas de abuso, creando el grupo de “Mujeres Arpilleras, Contigo Mujer” en el año 1985 en la ciudad de Cúcuta, barrio Atalaya. Esa semilla continuó a lo largo de mi vida , trabajando más tarde por las Mujeres víctimas de violencia desde la Alcaldía de Barranquilla y actualmente desde La Casa de la Mujer USA, en Florida, atendiendo mujeres inmigrantes víctimas de abuso. La labor del padre Jorge Serrano fue teñida por su alegría, su fe y su convicción, siempre ayudando a los demás”. Esmeralda Londoño.

Serrano, el rebelde

Sabiendo que varias personas van a escribir sobre Jorge Eduardo Serrano, SJ, soy consciente que no es una tarea fácil, pues el “gordito” como le llamábamos cariñosamente, tiene como nadie inmensas facetas, algunas de ellas resaltadas por el P. José Leonardo Rincon, SJ, en la homilía de su funeral. Son tantas, que cuando se me ha pedido escribir una breve semblanza de su personalidad, ya que fue muy cercano a mí, preferí focalizar algo que siempre consideré era una característica típica de lo que siempre fue y es su rebeldía. Por ello, podríamos decir que Jorge Eduardo, desde su opción evangélica a la manera de Jesús, se rebeló contra toda ley o norma establecida o bien contra toda autoridad que no respetara la vida y la dignidad de las personas y por ello mismo, fue un militante de los movimientos sociales y políticos que reivindicaron e impulsaron estructuras nuevas de justicia, paz y fraternidad. Se hizo rebelde desafiando en su discurso y en su práctica los poderes establecidos, defendiendo a los más débiles, pobres y desfavorecidos. Serrano, siempre manifestó su inconformismo y lo hizo con ternura, creatividad y determinación, pero, sobre todo, con pasión, una característica muy propia de su personalidad.

Jorge Eduardo fue un rebelde con causa y de muchas maneras y en diversas circunstancias. Lo que me propongo es recordar algunas, de pronto las más significativas.

El “gordito”, fue un rebelde desde los barrios populares de Bogotá con sus compañeros jesuitas en los tiempos de sus estudios de filosofía del año 1971 al 1975 donde había una gran efervescencia de los movimientos populares e imaginábamos que cambios radicales en la estructura social y política estaban a la vuelta de la esquina, inspirados en las revoluciones en marcha. Aquí vale la pena recordar que en esta época de sus estudios en la Universidad Javeriana, se hacía muchas preguntas en un contexto convulsionado y cuando muchos de sus compañeros habían dejado la Compañía de Jesús, pidió un año de exclaustración o de vivir fuera de las casas de la orden, pues se cuestionaba su vocación y permanencía como religioso.

Fue un rebelde en la lucha por la reforma agraria desde las comunidades campesinas de Candelaria, Atlántico, en donde hizo su etapa apostólica en el año 1976. Se hizo sentir con sus ideas revolucionarias en el colegio San Ignacio en el año 1977 como maestrillo, en donde los claustros educativos tradicionales no se amoldaban mucho a su manera de ser, siempre buscando nuevos paradigmas.

Ya en sus estudios de teología, que inició en la Universidad Javeriana en el año 1978, no concordó con el enfoque y visión teológica que tenía la facultad y siendo un convencido de la teología de la liberación, que comenzaba a fluir en América Latina, le pidió a su provincial, P. Gerardo Arango. SJ, que lo enviara a estudiar con otros de sus compañeros al Brasil, donde llegó a comienzos del año 1980. Y aquí hay algo de lo que se recuerda poco y es que, siendo un joven jesuita rebelde durante su formación, pues no se quedaba callado con nada de lo que no le parecía y lo expresaba abiertamente, al pedir que lo ordenaran como sacerdote estando en el Brasil, varios de los informes que dieron sobre él algunos de sus hermanos en la Compañía no fueron muy positivos o favorables, lo que le acarreó que le aplazaran la ordenación un año y fuera ordenado solo en el año 1983.

Al ordenarse su primera misión en Cúcuta en la parroquia San Pio X, intentó desde su rebeldía ante la realidad de pobreza y miseria, construir soluciones para los desposeídos junto con ellos, buscando caminar a su ritmo, y en esta situación de hambre convocó a los integrantes de la parroquia para que se preguntaran, como se podía responder a esta tremenda situación de indigencia, y es en ese momento, que entre todos se idearon las ollas comunitarias. Una auténtica rebeldía creativa para calmar el hambre de tantas personas desplazadas y que vivían en la miseria. Su compromiso, le valió amenazas de muerte y la necesidad de salir del país.

Uno de sus apostolados importantes que lo marcó, fue su paso por el Servicio Jesuita a Refugiados – SJR, desde Barranca, donde estuvo del lado de aquellos que han tenido que migrar y refugiarse en una realidad que es trágica y allí se rebela contra un sistema que expulsa y generalmente no se compadece con las angustias y sufrimientos que viven nuestros hermanos sean nacionales o extranjeros que deben dejar su tierra. Es desde esa experiencia que escribe en el año 2005 un libro titulado: Nosotros somos desplazados, pero tenemos dignidad. Una reflexión nacida de su experiencia en el SJR, 1997 – 2002

En otras misiones que tuvo, como en las parroquias de San Francisco Javier en Bogotá, en San Pablo, Bolívar, en la Amazonia brasileña o en su última en el templo de Nuestra Señora de la Soledad, siempre buscó innovar y darle un vuelco a la comunidad parroquial, rebelándose contra mucho de lo establecido tradicionalmente.

Una misión que realizó durante varios años en Colombia a través de la entidad “Amar y Servir”, siendo el director de nuestra oficina de desarrollo, en el continente latinoamericano como coordinador del recaudo de fondos de la Conferencia de Provinciales de América Latina – CPAL o a o a nivel de la Compañía universal desde Roma, como asistente del ecónomo general de la Compañía de Jesús en la Oficina de desarrollo de la Curia General, planteó caminos de recaudo de manera original y alternativa para nuestras obras sociales particularmente, cuestionando la forma como lo hemos hecho siempre y por lo mismo, se empeñó en ahondar en una espiritualidad que sostiene esa práctica tan común de la búsqueda de recursos tan necesaria, pero a su vez tan compleja hoy en día.

Así mismo, siendo un experto en recaudar fondos económicos para sostener nuestras obras, luchó contra proyectos que incentivaran prácticas asistencialistas y paternalistas.

Antes de asumir su última misión en el templo de la Soledad, lugar donde realizamos su funeral, Jorge Eduardo estuvo entre los años 2021 y 2023 en la dirección del Santuario de San Pedro Claver en Cartagena y de la Fundación Centro de Cultura Afrocaribe de San Pedro Claver, allí fue también párroco del templo y superior de la comunidad, tareas que le exigieron otra mirada a la realidad compleja de una Cartagena en medio de una cultura caribeña y afro, con profundas desigualdades, que lo indignaron, teniendo presente la historia de la Compañía de Jesús por más de cuatro siglos, donde se destaca la figura de Pedro Claver, defensor y siervo de los esclavos, es allí, donde la memoria de los esclavos rebeldes llamados cimarrones fueron un llamado para luchar contra toda forma contemporánea de esclavización.

La vida de Jorge Eduardo, el “gordito” Serrano, ha sido una historia de rebeldía permanente, consciente, fundamentada, coherente y apasionada, donde no era posible cruzarse de brazos y no protestar o denunciar proféticamente. Ciertamente el evangelio de Jesús, su brújula y su fuerza, fue lo que lo motivó siempre sin temores o actitudes cobardes para enfrentar muchas realidades que lo indignaban. Que el espíritu del Dios siempre nuevo y resucitado que impulsó a Jorge Eduardo nos abrace y nos acompañe siempre. Amén.

¡Hasta pronto Jorge!

John Jairo Montoya, SJ

“…el artesano de la vida, hacía cositas con sus manos, con madera, con vidrio, pero sobre todo, hacía de la vida una manualidad que se talla a mano, con paciencia y dedicación, por eso su opción de vida sacerdotal fue vivir en medio de nosotros haciendo de su fe una obra de arte. Sin duda nos revolucionó con su testimonio de vida y toda vida que tocó, de algún modo fue transformada. Ninguno que tuvimos el privilegio de conocerle siguió siendo el mismo. Esa fue su manera amorosa de evangelizarnos” 1 .

Son pocas personas que poseen la virtud de no dejarnos indiferentes al interactuar con ellas; Jorge Serrano era una de esas. Su estatura, vozarrón, su afecto desbordado, sus intensos abrazos, sus exageraciones, su pasión por el seguimiento a Jesús al estilo de san Ignacio, su lectura de los problemas de este país, su manera de corregir…, de una u otra manera dejaron huellas en nosotros. Uno de los miembros del equipo JRS Colombia en el Magdalena Medio decía, “el gordo rayó nuestras cabezas positivamente, siempre veía lo que a uno se le escapaba”.

Cuando asumió la dirección del JRS Colombia encontró una obra modesta, con una pequeña oficina en la Curia de la Diócesis de Barrancabermeja y un presupuesto que apenas alcanzaba a pagar 5 o 6 personas. La situación del Magdalena Medio, en términos de violencia y migración forzada, era crítica. Jorge, por aquella época cercano a sus cincuenta años, se movía por toda Barranca en una destartalada Kawasaki que le aguantó hasta cuando terminó su tiempo de director.

Muchos de los principios que orientan la misión del JRS Colombia fueron construidos por el P. Jorge y su equipo de trabajo, al cual siempre se refería como “artesanos de vida”. Nos pedía no crear relaciones de dependencia con la población víctima del desplazamiento forzado. Para ello se inventó el principio del “no poder” y usaba la figura de las “muletas” en el acompañamiento a situaciones de emergencia. Acompañar desde el “no poder”, nos decía, es ponerse al nivel de la persona acompañada, con respeto y solidaridad para que la víctima, con nuestra ayuda transitoria, se recupere y siga su camino. Otro principio en el cual el gordito insistía era el “todo por escrito”, en primer lugar, para conservar la memoria institucional, pero también para desterrar la informalidad de los procesos y los compromisos asumidos por los integrantes del equipo. Otro principio era el de “dejar de ser adjetivos para ser sustantivos”. Nos decía que no cayéramos en la

1. Para esta semblanza recogí algunos testimonios de compañeros-as de magisterio en JRS Colombia, quienes tuvimos a Jorge como director de obra. Sus nombres los omito, pero sus frases van entre comillas.

tentación de “hablar por…” o en “nombre de…”, para darle paso a las víctimas quienes pueden “hablar por ellas mismas”. Tenía como principio tomar decisiones con base en el ejercicio del “consenso” del equipo. Ese ejercicio casi siempre tomaba días de larguísimas discusiones y el bendito consenso solo se lograba cuando todo el equipo coincidía con la voluntad del padre director.

Otro de los extraordinarios aportes de Jorge al JRS Colombia fue la creación del VOLPU (Voluntariado Puente). Por allí pasó un grupo significativo de jóvenes profesionales recién egresados, quienes encontraron en la misión del JRS una manera de comprometerse con su país. Uno de los voluntarios de aquella época recordaba a Jorge de la siguiente manera: “la primera vez que lo vi supe que papá Noel existía, con su sonrisa estruendosa y alegre; con su personalidad arrolladora y su pasión por lo que hacía me enseñó a amar y servir”.

A Jorge lo recordaremos como un jesuita “libre y ligero de equipaje; esto le permitió moverse por el planeta con facilidad inspirando corazones para amar y servir a otros, especialmente a las personas más necesitadas”.

No queda más que dar inmensas gracias a Dios por el regalo que nos dio en el testimonio de vida de Jorge. Por sus años de entrega generosa a la Iglesia en la Compañía. Por su liderazgo salido de molde. Extrañaremos su afectuoso abrazo, sus preguntas difíciles y su mamadera de gallo.

¡Hasta pronto, gordito!

Reconocimiento al P. Javier Giraldo, SJ, en el Encuentro Nacional del Movimiento

Sacerdotes de la Iglesia de los Pobres

Jorge Alberto Camacho, SJ

Asistente para la formación del cuerpo apostólico de la Provincia

DDel 30 de junio al 4 de julio de 2025

el 30 de junio al 4 de julio se realizó el tercer encuentro nacional del Movimiento Sacerdotes de la Iglesia de los Pobres. El evento comenzó con una peregrinación a La Escombrera, lugar donde reposan los restos de cientos de desaparecidos de la Comuna 13 de Medellín. Unos veinte sacerdotes y un nutrido grupo de religiosas misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, más conocidas como las lauritas, caminamos en un acto de fe, memoria, justicia y esperanza, junto a madres y familias buscadoras.

La liturgia se inició con la imposición de la estola a los sacerdotes presentes. Cada madre buscadora “adoptó” simbólicamente a un sacerdote, y juntos comenzamos el camino de oración y reflexión, siempre guiados por una réplica del Cristo mutilado de Bojayá. La hermana Rosa Cadavid, MML, en su silla de ruedas, fue una presencia fundamental. Ella fue quien animó a las familias, hace ya muchos años, a iniciar la búsqueda de sus seres queridos y a no desfallecer en el intento.Al final del recorrido, los sacerdotes lavamos los pies a las familias buscadoras, repitiendo uno de los gestos más significativos de este movimiento.

Posteriormente, nos trasladamos al Seminario Mayor Santo Tomás de Aquino, en Santa Fe de Antioquia, donde nos reunimos durante tres días unas 35 personas entre sacerdotes diocesanos, religiosos y algunos laicos. Nos acompañaron dos obispos: monseñor Hugo Alberto Torres Marín, arzobispo local, quien nos acogió en su casa, abriéndonos las puertas de la arquidiócesis y enviándonos a una jornada misionera en varias parroquias, y monseñor Darío de Jesús Monsalve, arzobispo emérito de Cali, quien presidió el primer encuentro de este movimiento hace dos años.

Fueron días intensos de oración, reflexión, lectura de la realidad social, política y eclesial, y de compartir experiencias para fortalecer lazos de amistad. El momento más emotivo ocurrió la mañana del 2 de julio, cuando arribó al en-

cuentro el padre Javier Giraldo, SJ, acompañado por algunos miembros de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó.

Javier es el alma de este grupo de sacerdotes. No solo porque, desde hace años, se ha empeñado en animarnos a encontrarnos, sino porque su vida y testimonio son fuente de inspiración. En su coherencia radical, ha rechazado todo tipo de condecoraciones y premios, pues considera que no es éticamente aceptable recibir homenajes por un trabajo que ha implicado ser testigo de tanta sangre y sufrimiento. Hace poco, incluso, rechazó la Cruz de Boyacá, que el presidente Petro quiso otorgarle. Sin embargo, no podía rechazar este gesto: no un premio ni una condecoración, sino un reconocimiento sincero por parte de un grupo de sacerdotes que lo percibe profundamente como guía, pastor y ejemplo de seguimiento radical de Jesús en el acompañamiento a las víctimas del país.

Javier recibió de nosotros un sencillo cayado de pastor, acompañado de palabras de gratitud y del abrazo fraterno de todos. Me siento profundamente privilegiado de haber sido testigo de este momento tan conmovedor, en el que reconocimos la entrega y la misión de un hermano nuestro.

El trabajo de Javier no ha consistido únicamente en contar víctimas. Él ha visitado personalmente a las familias de cientos de ellas, tanto en remotas veredas como en los recovecos de nuestros barrios suburbanos. Su acompañamiento, durante 28 años, a la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, un pequeño grupo de campesinos que decidió adoptar unos principios de vida comunitaria donde se destaca la férrea decisión de no participar en la guerra, es un admirable signo de donación evangélica.

La Comunidad de Paz ha sido objeto de una campaña de exterminio: 350 asesinatos en 28 años. A pesar de este aterrador asedio, resiste y persiste de manera heroica. Germán Graciano, actual representante legal de la comunidad, nos dijo ese día: “Nos han hecho de todo para exterminarnos, pero Dios nos mandó al padre Javier para enseñarnos la perseverancia y la humildad… Nosotros somos necios y seguimos porque creemos que la paz es posible día a día”. Brígida González, otra integrante de la comunidad que acompañó a Javier, nos compartió: “Cuando estamos con el padre Javier sentimos esperanza, y nos sentimos privilegiados…”

Que la Comunidad de Paz sobreviva, que haya resistido y que se mantenga, es un milagro del que Javier hace parte. Por eso, el reconocimiento que le hicimos este pequeño grupo de Sacerdotes de la Iglesia de los Pobres no fue un simple acto social, sino una verdadera liturgia. Reconocimos en él la valentía, el poder del perdón y la fuerza profética de una comunidad que es semilla de paz, y que nos muestra un camino de construcción de la misma desde el desarme radical y la apropiación del territorio.

ELos votos del bienio alegran el cuerpo de la Compañía

l pasado viernes 4 de julio los cuatro novicios de segundo año, Carlos Alberto Solano Palacio, Carlos Alberto Palacio Páez, Nicolás González Marroquín y Bernabé Alzate Orozco emitieron los votos del bienio en la Capilla del Colegio San Ignacio de Medellín. Con esta celebración se marcó la finalización de la etapa de formación del noviciado para estos hermanos nuestros.

El Código de Derecho Canónico sostiene que, el noviciado tiene como finalidad, suscitar en los novicios el conocimiento pleno de la vocación divina, particularmente la propia del instituto, que prueben el modo de vida de éste, que conformen la mente y el corazón con su espíritu y que puedan ser comprobados en su intención e idoneidad. Además, afirma que, al terminar el tiempo de noviciado, el novicio debe ser admitido a la profesión temporal. En el caso de la Compañía de Jesús, hablamos de la emisión de los votos del bienio que son perpetuos, simples, públicos y con compromiso condicionado.

Los cuatro novicios votantes presentan una gran riqueza humana que, sin duda, aportará significativamente a los estudios de filosofía que emprenderán en la siguiente etapa de formación. Carlos Alberto Solano de 40 años, oriundo de Bogotá, es profesional en Relaciones Internacionales; Carlos Alberto Palacio, de Villeta (Cundinamarca), tiene 26 años y es profesional en literatura; Nicolás González de Mosquera (Cundinamarca) con 23 años adelantó estudios en música y Bernabé Alzate, del Carmen del Viboral (Antioquia) con 22 años, cursó 4 semestres de Biología.

Después de vivir el desierto y las diferentes experiencias de probación propias del Noviciado, estos cuatro compañeros decidieron libre y públicamente prometerle a Dios pobreza, castidad y obediencia perpetuas y además prometieron entrar en la Compañía de Jesús para vivir en ella perpetuamente. Si bien nos alegramos y agradecemos a Dios por el compromiso que hicieron nuestros hermanos, como cuerpo apostólico estamos llamados, no solamente a alegrarnos con ellos, sino también a ratificar nuestro compromiso con el Señor y, así, acompañarlos con nuestra oración ahora que inician este camino de entrega amorosa.

El compromiso adquirido a través de los votos nos lo presentan con mucha claridad las Normas Complementarias de las Constituciones en 143 §2: Nuestros votos religiosos, al mismo tiempo que nos obligan, nos hacen libres: – libres, por el voto de pobreza, para compartir la vida de los pobres y para usar cualesquiera recursos que podamos tener, no para nuestra seguridad y confort, sino para el servicio de los demás; – libres, por el voto de castidad, para ser "hombres para los demás", en amistad y comunión con todos, pero especialmente con aquellos que comparten nuestra misión de servicio; – libres, por el voto de obediencia, para responder a la llamada de Cristo conocida a través de aquel a quien el Espíritu ha colocado al frente de la Iglesia, y para seguir la dirección de nuestros Superiores.

Por el simple hecho de emitir los votos, no se asegura su vivencia. El compromiso que se adquiere con los votos se enmarca dentro de un proceso profundo que se ha iniciado en el noviciado y que continúa a lo largo de la vida del consagrado. Los largos años de formación en la Compañía van acrisolando al jesuita para responder con generosidad en la vivencia de los consejos evangélicos que para muchos hoy en día son compromisos contraculturales. Así pues, la Compañía al celebrar los votos del bienio de estos cuatro jóvenes se compromete con todo lo necesario para que su proceso formativo continúe, y al cabo de varios años, puedan hacer sus últimos votos y ser incorporados definitivamente como jesuitas.

La emisión de los votos de Carlos Solano, Carlos Palacio, Nicolás y Bernabé, también nos debe recordar que solo resta un grupo más de novicios que harán sus votos en Medellín, pues como ya es conocido por toda la Provincia, a partir del mes de enero de 2026, nuestros novicios colombianos irán en adelante a vivir esta etapa de formación en el Noviciado Interprovincial en Quito, Ecuador. Este escenario nos pone frente al carácter universal de la Compañía de Jesús que empieza a ser realidad desde las primeras etapas de formación y nos impulsa a vivir nuestra vocación con un espíritu de disponibilidad para ser enviados a donde más nos necesiten al estilo propio de san Ignacio de Loyola.

Homilía del P. Provincial en los votos del bienio

NLecturas

Romanos 14, 5-9: “Si vivimos, para el Señor vivimos”

Salmo 130 : “Den gracias al Señor porque es bueno” Mt 9, 9-13: “No tienen necesidad de médico los sanos”

os encontramos en esta mañana para acompañar a Bernabé Alzate Orozco, Carlos Alberto Palacio Páez, Carlos Alberto Solano Palacio y Nicolás González Marroquín en este compromiso que quieren vivir en la Compañía de Jesús. Quieren vivir con generosidad los votos de pobreza, castidad y obediencia. Y quieren prometer entrar en la Compañía de Jesús al terminar su proceso de formación. La Compañía de Jesús los recibe con alegría para acompañarlos en su proceso de formación y para ofrecerles el camino espiritual que vivió san Ignacio de Loyola, quien enseñaba que:

“Ningún yerro es más pernicioso en los maestros de las cosas espirituales, que querer gobernar a los otros por sí mismo, y pensar que lo que es bueno para ellos es bueno para todos”. Esta frase está tomada de un pequeño libro que lleva por título: Thesaurus Spiritualis Societatis Iesu (página 316), publicado en Santander, España, en el año 1950, donde se recogen algunos dichos de nuestro padre fundador.

Esta enseñanza la traigo a nuestra memoria para recordarle a estos cuatro compañeros que cada uno vivirá un camino particular en su vocación jesuítica. No hay nadie que vaya por su mismo camino. El Dios Creador, que nos hizo a su imagen y semejanza, nos hizo también creadores. Y cada creatura es distinta. Dios no crea a través de un sistema de clonación, ni por medio de una “inteligencia artificial” que sigue unos parámetros o algoritmos que puedan ser predecibles.

Cada ser humano es un “relato de Dios”, como bien lo expresó el famoso teólogo dominico ho-

landés, Eduardo Schillebeeckx, en uno de sus libros más famosos. Dios comenzó a escribir nuestras historias desde el origen de los tiempos y sigue escribiéndolas, aunque nuestra vida termine. El tiempo de Dios no tiene ni comienzo ni final. Es eterno. Dios establece un diálogo con cada ser humano. Cada persona es una historia sagrada, como se titula otro libro de un autor menos conocido, Jean Vanier.

Esto supone que nos hagamos permanentemente la pregunta sobre lo que está haciendo Dios con cada uno de nosotros en un diálogo de libertad y de amor. ¿Qué está haciendo Dios en mí y conmigo? Cuando descubro esto, puedo buscar los medios más convenientes para continuar este diálogo con Dios de una manera creativa y atendiendo lo que Dios quiere de cada uno de nosotros.

La clave está en descubrir mi vocación más honda, mi identidad más profunda, para saber lo que debo tratar de construir en un diálogo con Dios. No es que Dios tenga una voluntad oculta que yo debo descubrir y adivinar. Es una construcción que hacemos de la mano de Dios en un diálogo de libertad. Herbert Alphonso, SJ, jesuita de la India, quien fuera director del Centro Ignaciano de Espiritualidad de Roma, llamaba a esta realidad, la “vocación personal”. Es como tratar de percibir la música de Dios, para bailar a su ritmo, para dejarnos invadir por su fuerza creadora en la dirección correcta.

Esto supone atender no solo la propia vocación, sino también el llamado que Dios nos está haciendo desde la realidad que tenemos delante y que

nos interpela y exige. Esto nos exige coherencia y autenticidad en nuestra respuesta. Teniendo en cuenta la singularidad del llamado y de nuestra respuesta, les propongo tres criterios que brotan de la revelación y que nos deben guiar siempre en la búsqueda de la voluntad de Dios, que es el objetivo que nos debe guiar:

El criterio del amor

Un primer criterio básico que aparece en la Escritura es el de la caridad. El amor es la virtud por excelencia: “Tres cosas hay que son permanentes: la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante de las tres es el amor” (1 Corintios 13, 13), nos dice San Pablo después de explicarnos detalladamente lo que éste significa. También San Juan insiste en el amor como criterio básico para descubrir la voluntad de Dios.

El criterio de la comunión

Un segundo criterio fundamental es el de la construcción del cuerpo. Qué es lo que permite construir a la comunidad. Siempre tenemos que abrir espacio para que el cuerpo del Señor se edifique y se fortalezca. Lo recuerda Pablo en su primera carta a los Corintios: “Procuren, pues, tener amor, y al mismo tiempo aspiren a que Dios les dé dones espirituales especialmente el de profecía. Aquel que habla en lenguas extrañas, habla a Dios y no a seres humanos, pues nadie lo entiende. En su espíritu dice cosas secretas, pero nadie las entiende. En cambio, el que comunica mensajes proféticos, lo hace para edificación de la comunidad, y la anima y consuela. El que habla en una lengua extraña, lo hace para su propio bien; pero el que comunica mensajes proféticos, edifica a la iglesia” (1 Corintios 14, 1-4).

La voluntad de Dios es construir el cuerpo del Señor en la historia. La Comunidad como espacio teologal de la presencia del Señor Resucitado. Dios nos invita a ofrecer lo que somos para construir el cuerpo. Reconoce nuestro nombre y nuestro acento. No nos confunde con otros ni

nos trata como un número más. Para Dios, somos únicos, como bien lo expresa Benjamín González Buelta, jesuita de la provincia del Caribe, en uno de sus más bellos poemas:

Cuando me llamas por mi nombre, ninguna otra criatura vuelve hacia ti su rostro en todo el universo.

Cuando te llamo por tu nombre, no confundes mi acento con el de ninguna otra criatura en todo el universo.

El criterio de los más débiles

El tercer criterio al que queremos hacer referencia es el que aparece claramente en el capítulo 25 del Evangelio según San Mateo: el que tiene hambre, el que pasa sed, el forastero, el que está desnudo, en la cárcel o enfermo, es el más importante en la perspectiva de Dios. Este criterio nace en el camino de Israel de la mano de los profetas y atraviesa toda la revelación. Dios nos invita a poner a los pequeños, a los pobres, a los crucificados, en el centro.

Sólo así, la Iglesia podrá, efectivamente, seguir siendo sacramento universal de salvación para todo el mundo; ser fieles a esta propuesta supone que la Iglesia dejará de lado otros esquemas organizacionales que reproducen, con demasiada frecuencia, las estructuras verticales y poco cristianas de nuestras sociedades.

Vivir los votos, es comprometerse a vivir la propia vocación, la vocación personal, para el servicio de Dios, de la sociedad y de la Iglesia con la guía de estos tres criterios: El amor, la comunión y la centralidad de los más débiles.

Que el Señor los acompañe y los conduzca siempre. Y que ustedes, en un diálogo de libertad con su Señor, sean generosos con Él.

Medellín, 4 de julio de 2025

Encuentro de Templos y Parroquias

Oficina Provincial de Comunicaciones

Del 17 al 19 de junio, en Barranquilla, celebramos el Encuentro de Templos y Parroquias de la Provincia Colombiana. Un espacio fraterno que reunió a rectores y colaboradores de distintas parroquias del país para reflexionar juntos sobre el cuidado de la Casa Común desde una mirada espiritual y práctica, entretejiendo sueños para construir comunidades seguras, solidarias y esperanzadoras.

Durante esos días, ahondamos en cómo nuestros templos pueden convertirse en territorios de ecología integral, inspirados en la espiritualidad y guiados por los indicadores de la Laudato Si’. También nos dimos el tiempo para contemplar y confiar en los caminos que Dios va labrando en nosotros y en los sueños que nos animan con mira esperanzadora.

Uno de los momentos centrales fue el espacio de formación ofrecido por la Oficina de Promoción de una Cultura Consistente de Protección (PCCP), que nos permitió conocer las políticas, protocolos y rutas de acción desde diferentes entidades: la Arquidiócesis, el Estado y la Compañía de Jesús, con el fin de crear ambientes seguros y comprometernos al cuidado como una práctica común y que nos implica a todos y todas.

El recorrido por el Templo San José nos conectó con su valioso legado cultural e histórico, permitiéndonos reconocer el papel del arte y la memoria en la fe.

El encuentro cerró con una reflexión compartida sobre buenas prácticas, desafíos y oportunidades para seguir articulando nuestras iniciativas. Nos vamos animados por el llamado a ser signos de esperanza en medio de las dificultades, confiando en que el porvenir está en manos de Dios.

Hacia una cultura del cuidado… en parroquias y templos

Luz Marina Moreno

Coordinadora Oficina PCCP

“Cuando se implementan prácticas de prevención, incluso en las comunidades más remotas, están escribiendo una promesa: que cada niño, cada persona vulnerable, encontrará en la comunidad eclesial un ambiente seguro…” 1

Estas palabras enmarcaron el espacio formativo que desde la oficina de Promoción de una Cultura Consistente de Protección (PCCP) se ofreció a los sacerdotes y laicos de parroquias y templos orientados por la Compañía de Jesús el 18 de junio de 2025.

Convocados por el padre José Darío Rodríguez, SJ, Asistente para la Planeación Apostólica, se hizo claridad sobre el rol que cumplen los sacerdotes y rectores de los templos en el Sistema PCCP de la Compañía de Jesús en Colombia, haciendo referencia a Documentos Marco que indican el itinerario a seguir en la construcción de una cultura del cuidado, como son las Congregaciones Generales, especialmente la No. 36, las Cartas del padre General, la normatividad eclesial y civil en materia de prevención de abuso sexual, las líneas guía de la Conferencia Episcopal de Colombia, la cartilla Nuestro Ministerio en ambientes sanos y protegidos de la SJ y los protocolos Diocesanos.

1. Mensaje del santo Padre Francisco a los participantes en la Asamblea Plenaria de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores del 24 de marzo de 2025.

La puesta en común de estos documentos permitió evidenciar la articulación de los mismos, cuyo objetivo es la prevención de todo tipo de abuso sexual en niños, niñas, adolescentes y adultos vulnerables, así como la activación de la ruta de atención en caso de denuncia por estos hechos, indicando cuál es el protocolo a seguir, dependiendo de las circunstancias de cada caso y, para ello, haciendo uso de la casuística, se aclararon formas de actuar, de comunicar, de documentar, de proceder, así como de acompañar a la víctima y al agresor.

El tema también se abordó desde el informe tenido del Instituto de Medicina Legal con las cifras de abuso sexual del año 2024, evidenciando un aumento en este tipo de violencia, situación está que unida a otros informes conocidos, se convierten en un llamado urgente a realizar un trabajo de formación al interior del cuerpo apostólico, en colaboración con distintos organismos del estado, entre los que se pueden señalar el ICBF, secretarias de educación, que redunde en la aplicación de las medidas que correspondan en el marco de las normas vigentes.

El encuentro también permitió un acercamiento a la realidad de las víctimas, a comprender por qué algunas denuncias salen a la luz tiempo después, al profundo efecto del abuso espiritual y psicológico, a la pérdida de la fe y de la confianza en la institución y en la comunidad eclesial. Se mencionaron algunas las formas de escuchar y atender las solicitudes de las víctimas, a re-conocer que estamos frente a una historia de sufrimiento, por tanto, no se trata sólo de cumplir con una disposición normativa, sino de comprender que estamos frente a una vida, que requiere ser escuchada y mirada a los ojos, sin prisa, sin juicio, con caridad, ofreciendo ayudas terapéuticas con un enfoque multidisciplinario que les ayude entre otras, a redescubrir su relación con Dios.

Por ello la necesidad de establecer, implementar y supervisar las políticas y protocolos para la tutela de menores y personas vulnerables como parte de un conjunto de directrices para trazar el rumbo cultural a seguir, haciendo énfasis en el lugar que ocupan los párrocos y rectores de templo, pues por su proximidad directa con la comunidad eclesial están llamados a hacer realidad la promesa del Papa Francisco: hacer de su comunidad un ambiente seguro.

El encuentro terminó con la invitación, que al mismo tiempo sea compromiso de todos los asistentes, a conocer los protocolos que en materia de prevención tiene la Compañía de Jesús, la Diócesis a la que cada parroquia o templo pertenece, a participar conscientemente en los espacios de formación que se tengan en materia de protección y prevención, a ser ruta segura y punto de encuentro, a caminar con conciencia y a ser apóstoles del cuidado.

En consonancia con lo anterior, la oficina PCCP, puso de manifestó su disponibilidad para asesorar a los párrocos y a los rectores de templos en la elaboración y/o aplicación de los protocolos propios o para aclararles dudas generales o puntuales en el ámbito de la protección de menores y personas vulnerables. Para ello, podrán comunicarse con nosotros a los correos electrónicos delegadopccp@jesuitas.org.co y oficinapccp@jesuitas.org.co.

ELa región Bogotá-Soacha se unió al jubileo de la esperanza

Diego Cristancho, SJ Coordinador de la Misión Región Bogotá/Soacha

l Cuerpo Apostólico de la región Bogotá - Soacha se reunió, el pasado sábado 14 de junio, en la entrada al sendero que conduce al Santuario de Monserrate para peregrinar juntos en actitud de reflexión y contemplación como signo vivo de nuestro sentir como peregrinos de la esperanza.

Animados por el encuentro y en actitud orante, cerca de 300 personas caminamos, meditamos, dialogamos y compartimos la vida, la alegría y la paz en un recorrido de cerca de 2 km y 1605 escalones para llegar a la Basílica del Señor Caído de Monserrate. La jornada inició temprano. En un primer momento, los participantes nos reconocimos, nos alegramos de encontrar compañeros de las distintas obras1 , conversamos un poco y nos dispusimos espiritualmente con una oración a cargo del padre Stivel Toloza, SJ. Luego, en un segundo momento, nos preparamos físicamente con un estiramiento y calentamiento que nos permitió caminar como peregrinos de la esperanza.

Los participantes contamos con una guía de oración que nos acompañó durante alrededor de una hora de ascenso y nos invitó a reflexionar sobre los signos, los acontecimientos, las personas y las circunstancias que nos hacen sentir esperanzados. Asimismo, fuimos invitados a preguntarnos: ¿cómo podemos, en lo concreto de nuestra vida, seguir siendo peregrinos de la esperanza? o ¿en qué situaciones o para quién/es podemos ser signo de esperanza? Igualmente, fue un espacio para conectar con el Espíritu en medio del ruido citadino y seguirnos comprometiendo, desde cada uno de nuestros roles, con el cuidado de nuestra Casa Común.

Una vez en la cima, el padre Provincial Hermann Rodríguez, SJ, presidió una sentida eucaristía en la que, con el corazón rebosando de alegría, nos pidió no dejar de considerar las distintas realidades de nuestro país; no dejar de ser voceros de la esperanza, es decir, voceros de buenas noticias y de buenas acciones en medio de los acontecimientos que nos adolecen; y nos motivó a salir renovados para continuar “caminando hacia el encuentro con los oprimidos y, con los mismos pasos, caminar hacia Dios.”

Después de vivir esta experiencia seguimos viviendo este jubileo con la dicha de caminar como un solo Cuerpo unido, fraterno y solidario, sabiendo que “la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado” (Rm 5,5).

1 Iglesia San Ignacio de Bogotá, Casa Ignaciana de la Juventud, Fe y Alegría (colegios y centros de desarrollo), Curia Provincial, Colegio Mayor de San Bartolomé, Colegio Santa Luisa, Colegios San Bartolomé La Merced, Red Juvenil Ignaciana, Misión Vocacional, Manzana Jesuítica de Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, Casa Pastoral Altos de la Florida, Templo Nuestra Señora de la Soledad, Oficina Regional JRS, Parroquia San Francisco Javier y comunidades jesuitas.

Lo mejor de lo mejor

Dios creó al hombre, hombre y mujer los creó”. Dios nos trajo para ser felices en esta vida. Lo mejor de lo mejor para conmigo mismo, para con los otros y para con Dios.

Para conmigo mismo

Yo soy como soy y así me trajo mi Dios. Quiere y desea que yo me quiera, me aprecie y que tenga en alto la autoestima. Quiero mi vida, la vida que ahora disfruto, que gozo. Me dice: “cuídate que yo te cuidaré”. Yo me cuido en los diversos campos de mi existencia. Él nunca nos abandona, siempre está con nosotros. Me cuido en la salud. Para enfermedades, es mejor prevenir que curar; por eso me abstengo de algunas cosas y de algunas comidas y vicios. Así me mantengo super bien en mi cuerpo y en mi espíritu. Aprovecho mis capacidades para el bien mío y el bien de otros. He recibido carismas y dones, para que estén al servicio de los otros. No engañar y no dejarse engañar. Andar siempre detrás de lo justo. Lo que es, es; y no más. Que todos vivamos contentos. Vivir conmigo mismo y vivir con los otros y vivir con Dios en paz. Paz interior. Sincera. Sin dejarme estresar, ni angustiar. Vivir organizado en todos mis campos de vida. Organizado en mi trabajo, en mi residencia. Lo que no uso y me sobra, lo desecho. Ser sencillo, humilde, justo, generoso, agradecido. El Espíritu ilumina todas mis acciones.

Con los otros

Gozar la belleza de la creación. Sentir la alegría que me da una flor, una planta que crece, un pajarito que anda inquieto y silba. Asombrarme ante unas matas, ante un cultivo. Dejarme acariciar por el sol que brilla sobre mi rostro. Y por la sombra que me dan algunos árboles cuando camino. Admirar la belleza de los humanos. Cada mujer, cada hombre tiene su belleza: descubrirla y apreciarla. ¡Qué hermosura! Dios creó el mundo y nos lo dio para que nos deleitara. Maravillosa la creación del Señor. Trata a los otros como quieres que ellos te traten a ti.

Con Dios

Dios nos hace muchos regalos cada día, cada mes y cada año. Reconocer y agradecerle esos dones. Sentir a Dios dentro de mí. Él se me acerca y yo me siento junto a Él. No estar apartado de Dios. El Señor es mi Dios, mi Padre. Yo soy de Dios. decirle con sinceridad “Dios mío”. En las buenas y en las malas salir a su encuentro. Y Él me extiende sus manos. Encuentro amoroso y eficaz. Todo esto es lo que nos lleva a la felicidad: amar a Dios, amar a los otros y amarse a sí mismo. “Señor, mi Dios”.

Unidos

al Papa por la Creación: Celebración en Villa Claver con el P. General Arturo Sosa, SJ

El pasado miércoles 9 de julio, el padre General Arturo Sosa, SJ, visitó con algunos familiares suyos la casa de Ejercicios Espirituales Villa Claver en Turbaco Bolívar. Desde ese exuberante santuario natural y con una vista majestuosa de la ciudad de Cartagena y el caer del sol en el mar, el grupo de ejercitantes allí presentes tuvo la gracia inesperada de que el P. General presidiera la Eucaristía por el cuidado de la creación. Esta misa, recientemente aprobada por el Vaticano, fue también estrenada ese mismo día por el papa Leon XIV en los Jardines de Castelgandolfo, la tradicional residencia estiva de los pontífices. En unión con la Iglesia universal, oramos agradecidos por nuestra Casa Común que Dios nos regala y que el papa Francisco hace 10 años con su encíclica Laudato Si' tanto nos exhortó a proteger.

José Yamid Castiblanco, SJ

Posesión del nuevo Director del CIRE

El pasado 9 de julio, en una eucaristía presidida por el P. Provincial Hermann Rodríguez, SJ, se celebró la posesión del P. Stivel Toloza Blanco, SJ, como nuevo director del Centro Ignaciano de Reflexión y Espiritualidad –CIRE– y delegado de Espiritualidad de la Provincia.

La celebración tuvo lugar en las instalaciones del CIRE y contó con la presencia del P. Antonio José Sarmiento, SJ, socio del Provincial; el P. José Leonardo Rincón, SJ, administrador provincial; el P. José Darío Rodríguez, SJ, asistente para el Discernimiento y la Planificación; el P. Jorge Camacho, SJ, asistente para la Formación; y el P. Luis Guillermo Sarasa, SJ, anterior director del CIRE.También acompañaron este momento significativo colaboradores y compañeros de la misión, quienes se unieron para agradecer el camino recorrido y encomendar esta nueva etapa.

Durante el encuentro, el padre Stivel expresó que este llamado a servir desde el CIRE fue para él “un regalo enorme para que juntos podamos movernos como cuerpo apostólico hacia una vivencia cada vez más profunda de nuestra Espiritualidad Ignaciana, y acoger el llamado del papa Francisco a ser una Iglesia sinodal”.

Así, continuamos trabajando unidos, comprometidos con la primera Preferencia Apostólica Universal, para mostrar el camino hacia Dios a través de los Ejercicios Espirituales y liderar, desde allí, nuestra respuesta a esta misión.

Director del

Un llamado a la sana terquedad

y delegado de Espiritualidad de la Provincia

Dado que en la desolación no debemos mudar los primeros propósitos, mucho aprovecha el intenso mudarse contra la misma desolación, así como es en instar más en la oración, meditación, en mucho examinar y en alargarnos en algún modo conveniente de hacer penitencia [EE 319].

Para Ignacio de Loyola resulta de vital importancia estar despiertos y vigilantes a lo largo de la experiencia de los Ejercicios. Para dicho fin, el herido en Pamplona nos hace numerosas recomendaciones tales como los exámenes (general y particular) o las mismas anotaciones consignadas al inicio de los Ejercicios [EE 1-20]. El fin será siempre ejercitarnos en la escucha de la voluntad de Dios a través del discernimiento de los espíritus.

Ahora bien, a esa serie de recomendaciones e instrumentos para el cultivo de la vida interior se suma la repetición como un instrumento idóneo que nos posibilita cavar más y más al fondo del misterio de Dios en nuestra vida.

Dicho esto, y anclándonos en el presente complejo, herido y dividido del país, palabras como paz, reconciliación, perdón, reparación, justicia y tantas otras, pueden tornarse para muchos de nosotros en conceptos que hace unos años generaron entusiasmo y una verdadera fuente de esperanza en una “paulatina” Colombia, por fin, reconciliada.

Y aunque hablar de Colombia de modo unívoco resulta un error, sí podemos entrever un sentimiento general de cansancio, de agotamiento o de desesperanza delante de esa paz querida que por momentos se nos presenta tan lejana, vulnerada y enredada. Este sentimiento se asemeja, en alguna medida, al que experimentaron los caminantes de Emaús antes de encontrarse con el dador de la vida, con el Resucitado.

Siento que como Provincia debemos estar alertas y vigilantes (Mc 13, 33-37), esto es, cimentados y arraigados en el Amor. Más aún, en discernimiento continuo delante de esa sensación eficaz de cansancio y decepción que puede herir o mitigar el contundente llamado de Jesús. ¿Cuál llamado? En Él, en el resucitado que nos trae la paz, renovar como cuerpo apostólico nuestro compromiso tan cotidiano y tan encarnado en seguir siendo honestos y asiduos artesanos de paz, reconciliación y esperanza.

En esa medida, creer contra toda esperanza (Rm 4, 18) se sigue configurando para nosotros como Provincia en una consigna espiritual, en una sana terquedad en la que como cuerpo tenemos que seguirnos animando con tanta convicción y en la creatividad de la cotidianidad que nos dona como gracia el paráclito de Dios.

Sería ingenuo afirmar que en nuestro país todo funciona, al mismo tiempo, será una victoria del mal espíritu dejarnos permear ¡empapar! por esa desesperanza que nos roba fuerzas para creer en la realización del Reino de Dios en la vida de Colombia. Finalmente, los invito a que podamos reflectir en las siguientes consideraciones: ¿qué nos sigue motivando para ser co-creadores de esperanza? ¿Cómo la espiritualidad ignaciana se torna en la fuente que renueva nuestro impulso apostólico en la Provincia? ¿Cómo vivir esa sana terquedad en nuestras regiones, obras y con nuestros compañeros apostólicos?

Luis Javier Rodríguez Jurado asume la Dirección de la Fundación Suyusama, obra social de la Compañía de Jesús en Nariño

Alix Adriana Linares Solarte

Área de Comunicaciones - Fundación Suyusama

El pasado 11 de julio, en un emotivo acto realizado en la Casa de Ejercicios San Ignacio en la ciudad de Pasto, se llevó a cabo la posesión del nuevo director de la Fundación Suyusama, el magister Luis Javier Rodríguez Jurado.

La jornada inició con una celebración eucarística en acción de gracias, presidida por el Provincial Hermann Rodríguez junto a miembros de la Compañía de Jesús, y contó con la participación de aliados institucionales, colaboradores, representantes comunitarios y amigos de la Fundación. Posteriormente, se compartió un brindis fraterno que celebró el inicio de una nueva etapa en el caminar de Suyusama.

La llegada de Luis Javier representa un renovado impulso para seguir consolidando la visión de la Fundación Suyusama de acompañar procesos de transformación territorial, fortalecimiento del tejido comunitario y cuidado de la vida en todas sus formas, desde una perspectiva de justicia socioambiental, espiritualidad ignaciana y compromiso con la construcción de paz.

Este momento marca un hito importante para la institución, que continúa su trabajo articulado con comunidades rurales, organizaciones sociales, entes gubernamentales y de cooperación, con el firme propósito de aportar a un desarrollo integral, solidario y sostenible en los territorios del suroccidente colombiano.

Llamados del nuevo oficio

Luis Javier Rodríguez Jurado Director de la Fundación Suyusama

Recibo con gran alegría la noticia de mi designación como nuevo Director de la Fundación Suyusama, una misión conectada con Nariño y con el Suroccidente, que me impulsa y me anima. Quiero agradecer a la Compañía de Jesús, al padre Hermann Rodríguez, nuestro Provincial, por la confianza depositada en mí.

Veo nuestro futuro con esperanza; es un largo camino de vida institucional recorrido que ha permitido que esta obra naciera y floreciera en un Nariño, en una primera etapa construida al 2030 y ahora con una nueva visión a proyectar y construir.

Soy consciente que nací en una región que nos habla desde su fuerza e identidad, donde surgen y emergen semillas de cambio y transformación, que nos animan a cuidar y proteger la vida, colocándola en el centro de toda nuestra atención y acción.

Me siento llamado a:

- Mantener la fuerza del discernimiento y la espiritualidad ignaciana como guía y faro en el quehacer institucional.

- Avanzar en una proyección estratégica, que nos permita seguir animando procesos de construcción conjunta e integral, que cualifiquen y proyecten las apuestas institucionales en el Suroccidente y la frontera.

- Fortalecer un acompañamiento estratégico, a través de un comité estratégico de acompañamiento externo, con perfiles de expertos y expertas que acompañen las decisiones y la acción institucional desde la fuerza del voluntariado y la colaboración.

- Fortalecer e insistir en una agenda de la colaboración y la incidencia, de mano de las obras de la Compañía de Jesús en la Región Nariño, fortalecida por la diversidad de sus misiones.

- Aportar a sostenibilidad financiera de Suyusama a través de un trabajo con el apoyo de la cooperación internacional y la gestión de nuevas fuentes de financiación institucional.

- El fortalecimiento del equipo técnico, administrativo y contable, a través de nuevos perfiles que fortalezcan el quehacer institucional y la gestión; así como el impulso a procesos de formación y cualificación del equipo actual, acordes a los retos y desafíos que la apuesta institucional proyecta y exige.

- La construcción de agendas territoriales de largo plazo, que conecten la realidad territorial diversa, que incluye la perspectiva de trabajo en el pacífico, la zona andina y la Amazonia, así como el corredor binacional desde una mirada integral.

Acepto y asumo este desafío y pongo mi energía, compromiso, y esfuerzo de la mano de Jesús. María y san Ignacio para liderar, proyectar, acompañar y sostener esta obra social de la Compañía de Jesús en el Suroccidente de Colombia.

Espero su apoyo y cercanía para seguir animando juntos con el amor puesto más en las en las obras que en las palabras, esta misión en la Región hermosa.

AGOSTO

•2•

San Pedro Fabro

Presbítero

Pedro Fabro nació en 1506 en Villaret, Saboya, en donde creció dedicado al cuidado de las ovejas de su padre. Desde 1525 estudió en París, y allí tuvo por compañero de alojamiento a Francisco Javier y a Iñigo de Loyola, el cual le tomó por el primero de todos sus seguidores. Recibidas las sagradas órdenes en 1534, fue el primer sacerdote de la Compañía de Jesús. Por orden del Papa, recorrió las principales regiones de Europa y por todas partes promovió con gran fruto la obra de la restauración católica. Murió en Roma el 11 de agosto de 1546, fue beatificado por Pío IX en 1872, y canonizado por el papa Francisco el 17 de diciembre de 2013.

AGOSTO

•18•

San Alberto Hurtado Cruchaga

Presbítero

Nació el 22 de enero de 1901 en Viña del Mar, Chile. Ingresó a la Compañía de Jesús el 14 de agosto de 1923 en Chillán y fue ordenado sacerdote el 24 de agosto de 1933. Ejerció de profesor y estuvo al servicio de los pobres y de los niños. Construyó una casa de Ejercicios espirituales, fundó en 1947 la Asociación Sindical Chilena, y en 1951 puso en marcha la revista «Mensaje». Su actividad sacerdotal, apostólica, educativa, caritativa y social brotaba de su amor a Cristo y a los pobres. Murió el 18 de agosto de 1952, y el 23 de octubre de 2005 el papa Benedicto XVI lo puso en el catálogo de los santos.

P. General

Arturo Sosa, SJ

Alix Niño: Les damos la bienvenida a Un café con… un espacio fraterno de la Provincia Colombiana donde mensualmente conversamos con jesuitas, colaboradores y amigos de la Compañía de Jesús en temas como la esperanza, la fraternidad y las historias que más nos inspiran. Hoy nos encontramos en la comunidad jesuita de la Universidad Javeriana, un espacio muy importante para la Provincia Colombiana. Hoy estoy en compañía de nuestro querido amigo y compañero Toño Pepe. ¿Cómo amaneciste?

Toño Pepe: Estupendamente y muy bien acompañados por nuestro Padre General, por todos ustedes, nuestro equipo de comunicaciones… Además, es una bonita mañana, soleada, bogotana, en contraste con el día de ayer que fue un frío intenso polar.

Alix Niño: En el momento en que estamos haciendo esta entrevista, nos encontramos en la Asamblea IAJU 2025, un evento que congrega a todos los directores y líderes de educación de las universidades jesuitas del mundo. Hemos tenido la oportunidad de participar y ha sido un espacio muy enriquecedor para todos los líderes de educación de nuestras universidades. ¿Qué te parece?

Toño Pepe: Estupendo. Ayer fue un día de alta intensidad. Estuvimos escuchando a nuestro Padre General dándonos líneas, directrices misionales sobre el sentido de una universidad jesuita en el mundo contemporáneo, la pertinencia de la construcción y transmisión del conocimiento en sociedades, en este momento, algunas en guerra, gobiernos autoritarios, en mundos también de gran exclusión social, pobreza, migración forzada y cómo la universidad tiene que proyectarse a través de su recurso fundamental, qué dice el conocimiento científico para aportar a esa construcción de una mejor sociedad y, desde luego, algo fundamental para nosotros, una universidad de

fundamentación cristiana en el Evangelio de Jesús.

Ha sido una jornada realmente interesante y nos preparamos para seguir dos días más, también escuchando a peritos, compartiendo también con las personas que provienen de las diversas universidades.

Alix Niño: Les cuento que este es un capítulo muy especial. Es la sexta edición de Un café con. Hemos tenido la oportunidad de compartir anécdotas, muchas historias y por supuesto, mucho café. Más de 4000 personas se han sintonizado con estos capítulos y estamos muy agradecidos por la acogida que ha tenido el proyecto.

Como es un capítulo muy especial, hoy hemos invitado al Padre General de la Compañía de Jesús, el padre Arturo Sosa, SJ. Bienvenido padre.

Arturo Sosa, SJ: Muchas gracias por la invitación y por este rato.

Alix Niño: Les voy a compartir un poco de la hoja de vida del Padre General:

Nació en Caracas, Venezuela, el 12 de noviembre de 1948. Ingresó al noviciado de los jesuitas a los 17 años, en septiembre de 1966. De 1969 a 1972, estudió filosofía en Caracas, Venezuela. Durante su etapa apostólica de magisterio, en 1973 y 1974, estuvo trabajando en asuntos sociales y cooperativas en las zonas campesinas del Estado Lara, siendo parte del Centro Gumilla de Barquisimeto. Entre 19741977 estudió teología en Roma.

Toño Pepe: Siguiendo su trayectoria de servicio a la Compañía de Jesús, a la Iglesia, a la sociedad en Venezuela, el Padre General de entonces, el padre Kolvenbach, le nombró superior Provincial de los jesuitas venezolanos y ejerció esta función de 1996 al 2004. Al concluir, fue nombrado rector de la Universidad Católica

del Táchira, que queda en San Cristóbal, la capital de este estado venezolano. También superior de la comunidad jesuita de esa localidad y más adelante, el siguiente Padre General, el padre Adolfo Nicolás lo nombró en 2008 consejero general con residencia en Venezuela. En el año 2014 pasó a vivir en la Curia Generalizia como delegado del padre General para las Casas Internacionales Jesuitas de Roma. Es como un provincial; hay varias casas, unas de académicos, escritores y otras de jesuitas que hacen sus estudios de pregrado o de posgrado en las universidades romanas. Allí fue elegido, en la Congregación General 36, en octubre de 2016, como superior general para suceder al padre Adolfo Nicolás.

Querido padre Arturo. Muchas gracias por estar con nosotros, por esta deferencia de venir nuevamente a nuestra patria Colombia. Aquí estamos muy gustosos de compartir contigo esta conversación y de saludar a toda nuestra gente bella de la Provincia Colombiana, a nuestros compañeros jesuitas y a los muchísimos laicos y laicas que trabajan en colegios, universidad, parroquias, centros sociales, en las casas de espiritualidad, en el CIF, en Cinep… Muchas gracias los llevamos siempre en nuestra mente y en nuestro corazón.

Alix Niño: Como este espacio se llama Un café con… vamos a empezar con un cafecito. Este cafecito es de la Casa de Ejercicios San Claver en Santandercito.

Toño Pepe nos va a explicar un poco de este café mientras yo lo voy sirviendo. Como tú sabes, Colombia es un país en su economía agrícola muy cafetero y tenemos el orgullo de tener el mejor café del mundo. Hay que decir las cosas para manejar permanentemente nuestra alta autoestima.

En nuestras fincas, concretamente en Santandercito y allí cerca en Pasto estamos produciendo café de muy buena calidad. El café

de Villa Loyola ha sido premiado y estamos caminando hacía la consolidación de una única marca de café de las diversas fincas que se producen. Aquí somos cafeteros y una conversación colombiana es siempre con tinto.

Arturo Sosa, SJ: Sí lo sé. Tengo una buena reserva de café colombiano porque casi siempre me traen los jesuitas cuando van a Roma.

Toño Pepe: Buenísimo. Creo que próximamente vamos a contribuir a esa bodega cafetera.

Alix Niño: Mientras vamos disfrutando de este café queremos hacer extensivo un regalo de la Provincia Colombiana, muy especial para este momento.

Te voy a contar un poco sobre el regalo. Este regalo pertenece a Mutecypa, una empresa de mujeres tejedoras de escritura y pensamiento. Para las mujeres de males la lana simboliza el alma del indigena. Tejer es sostener un diálogo entre el inicio de nuestras vidas y el instante presente. Viene de Nariño, Córdoba y está elaborada en cinco puntos de lana, con mucho cariño para el padre. La ruana está elaborada 100% a mano. La materia prima es de lana de oveja con los diseños propios de la región. Su proceso fue de 6 días

No sé si desea ponersela para que la disfrute en este momento. Además, tiene la marca de Jesuitas Colombia.

Toño Pepe: Para los inviernos europeos. La ruana viene acompañada de esta estola hecha por el mismo colectivo de mujeres campesinas de Nariño. Esto es alma nariñense, alma pastusa… Saludos a los queridos compañeros de la misión en Nariño.

Arturo Sosa, SJ: Allá tenemos un compañero que estuvo mucho tiempo en Pasto, el padre Fernando Mendoza.

Toño Pepe: Claro. Ferdi, fue rector del colegio y superior de la comunidad.

Ahora queremos preguntarte sobre tus recuerdos de infancia, ¿cómo era la Venezuela de esos años?

Te quiero contar que viví 8 años en Venezuela, de los 3 a los 11 años. Vivía en Rubio, Estado Táchira; y el Mene Grande, Estado Zulia, y al final la última temporada en Maracaibo. Fue hace mucho tiempo.

Arturo Sosa, SJ: En Rubio también hay café. No vamos a polemizar.

Toño Pepe: Eso es muy colombiano, esa región. Yo soy modelo 4 y tú eres modelo 48. Yo soy de enero del 49, nos llevamos como 2 meses.

¿Cómo era Venezuela en esos años?

Arturo Sosa, SJ: Me gusta decir que nací en el primer pedido democrático de Venezuela, porque hubo un período muy corto, de poco menos de 3 años, mientras la dictadura de Medina Angarita y la dictadura de Pérez Jiménez, 2 militares. Fue la primera vez que hubo elecciones y ya desde muy chiquito sentí en mi casa esa pasión por la política democrática. Mi familia estaba muy metida, mi mamá, mis abuelos, mis tíos… Después vino 10 años de dictadura militar; una dictadura militar un poco curiosa. La gente la recuerda bien. Fue una persecución política muy dura contra los partidos políticos que habían logrado la democracia los años anteriores, pero también fue un momento donde el país dio un brinco económicamente bueno. Una gran explosión de infraestructura, se construyeron carreteras, autopistas, aeropuerto, empezó la represa de Guri…Fue de verdad un tiempo muy contrastante, Ya era una política muy desarrollista, pero con un control dictatorial muy fuerte que terminó en el 58 con un golpe de Estado y comenzó de nuevo ese periodo democrático. Era

una Venezuela esperanzada. A mi generación le tocó vivir la posibilidad de hacer cosas que la anterior no había podido hacer. Mi papá fue el primer profesional de mi familia, los abuelos habían sido comerciantes… Nosotros somos 6 hermanos y hermanas. Yo soy el mayor. Todos nosotros fuimos a la Universidad, estudiamos en buenos colegios y buenas universidades. Creció el tema educativo de Venezuela durante los años del 58 al 2000. También hubo un salto grande en la cobertura educativa del país. Pero, hay una inflexión, por supuesto, todo eso dependía demasiado de la renta petrolera. A pesar de que los precios del petróleo subieron mucho durante el período del presidente Carlos Andrés Pérez de Rubio. Hubo un momento en que el país dejó de crecer y la pobreza comenzó otra vez a hacer su espacio, las diferencias sociales volvieron a crecer. Empezó a haber una gran insatisfacción por la gestión del Partido Democrático que se puede llamar el proyecto chavista, que comienza ganando elecciones, pero termina haciendo un proceso de autoritarismo personalista.

La Venezuela de Quirón en la que yo nací, yo estuve en ese período donde realmente se vivía una especie de optimismo colectivo que después se degeneró en una frustración muy grande.

Toño Pepe: Yo recuerdo de esa niñez, aunque era pequeñito, que había mucha prosperidad. Me acuerdo que acompañaba a mi mamá al supermercado y eran puras marcas importadas. La mayoría de los alimentos de la casa eran extranjeros.

Arturo Sosa, SJ: La paradoja de la situación venezolana es que siendo un país agrícola antes del petróleo, este acabó con la agricultura. Prácticamente todo dependía de la renta petrolera y llegó el momento en que Venezuela exportaba 3 millones de barriles al día. Era el principal exportador de petróleo del mundo, en los años 30 y 40. Entonces era más barato

comprar la comida afuera que producirla en el país.

El Estado no supo combinar el uso adecuado de la renta petrolera para generar un país del trabajo, un país de la producción, que tuviera producción agrícola e industrial. Hubo grandes inversiones en la industria básica: hierro; no sé en tu tiempo allá tuviste ocasión de ir a la Guayana. Era un país de contrastes, pero posiblemente durante ese tiempo lo que veíamos era la parte bonita del contraste y no nos dábamos cuenta de la corriente subterránea que estaba abajo que fue lo que después socavó la democracia.

Alix Niño: Después de terminado este tiempo de estudios en el colegio entraste directamente a la Compañía, cuéntanos, ¿cómo fue ese acercamiento? ¿Cómo fue ese llamado? ¿Ese reconocimiento de tu vocación religiosa?

Arturo Sosa, SJ: En ese contexto que hablábamos del país, estudié en el Colegio San Ignacio, toda mi vida en Caracas, desde el kindergarten actual hasta el quinto año de bachillerato. Mi papá había estudiado en ese colegio también por lo que la relación con la Compañía era bastante lejana. Mi papá fue de los primeros porque el Colegio San Ignacio acaba de cumplir 100 años, hace un par de años. Mi papá fue de los primeros que entró en ese colegio. En ese momento, el Colegio era una escuela donde no solamente se aprende a sumar, restar, escribir; sino una escuela del país. Los jesuitas, como mi familia, estuvieron muy metidos en el proceso de generar la democracia después de la dictadura de Pérez Jiménez. Nosotros en el colegio estábamos totalmente permeados por la realidad social del país. Desde pequeños, cuando tenía 10 u 11 años, íbamos los sábados al hospital de niños que tienen los hermanos San Juan de Dios, a jugar con los que estaban en el hospital. Cuando estábamos un poco más grandes en el bachillerato, íbamos a visitar los barrios de Caracas. Esta empezó a crecer en

la zona marginal a una velocidad tremenda y habían unos barrios al lado del colegio. Cualquier espacio libre se convertía en algún barrio como aquí. Nosotros íbamos a los barrios desde el colegio. Fueron los los años en que nació también Fe y Alegria, que comenzó a tener las escuelas en los barrios populares, también eso era una parte del esfuerzo de la Compañía. En ese tiempo también había un acompañamiento de crecimiento espiritual importante. En ese tiempo fui a la Congregación Mariana, que aquí también en Colombia hubo importante movimiento. Yo fui miembro todos mis años de bachillerato. Eso era una manera de conectar la situación sociopolítica con las exigencias del Evangelio y decir, ¿qué qué podemos hacer?

Nosotros éramos más o menos 105 de la generación donde estábamos nosotros, y esa discusión era permanente. Estaba muy presente la pregunta, ¿qué puedo hacer por el país. La elección de la carrera estaba bastante vinculada con un servicio a un país que necesitaba tantas cosas: la gente que estudió ingeniería para irse a trabajar en la selva guayanesa, gente que estudió medicina para trabajar en los en los hospitales públicos… Hubo varios que dijimos que lo mejor que podemos hacer por Venezuela es entrar en la Compañía de Jesús. Ese año entramos 7 del colegio, que en Venezuela era un récord. Lamentablemente quedé solo yo, de esos 7, en la Compañía. Cada quien tomó su camino y todos han sido han seguido sirviendo al país de muchas maneras. Esa fue la conexión. Está vinculado por una experiencia espiritual, por supuesto, porque teníamos un acompañamiento importante, una familiaridad con el Evangelio, con la doctrina social de la Iglesia, y después un conocimiento en la práctica del país, porque la visita constante a los barrios, en las vacaciones había campamentos de trabajo con campesinos…

Había un hermano jesuita que todos los años organizaba giras por diversas partes del país; montábamos unas carpas, nos montábamos

en un autobús del colegio y a dar vueltas por ahí, comíamos donde caíamos, y uno conocía el país de una manera más cercana.

Toño Pepe: Esa es una jugada maestra de nuestra educación. No son simplemente centros de información científica, sino formación integral de seres humanos, como decía el Padre Arrupe: hombres y mujeres para los demás y gente comprometida con la realidad social, a transformarla, fundamental en nuestras universidades, colegios y escuelas.

Vamos entrando padre Arturo en esta iglesia del Vaticano II que hace una ruptura fuerte, (Juan 23 y Pablo VI), y empiezan a surgir nuevas sensibilidades en la Teología y en la Pastoral. ¿Cómo era eso en esos años?

Arturo Sosa, SJ: Imagínese que me tocó vivir el Concilio en el bachillerato. Ahora la recuerdo y digo que estábamos tan conectados con el movimiento de la Iglesia (...) que seguíamos la crónica. Hubo un periodista español, Martín Vigil, que hizo una crónica del Concilio Vaticano II que duró cuatro años.

Toño Pepe: Martín Descalzo. Un periodista en el Concilio.

Arturo Sosa, SJ: Una crónica diaria. Cuatro años duró el Concilio Vaticano II. Él hacía una crónica diaria que seguíamos en nuestras reuniones semanales de la congregación. Una muy amiga mía de esos tiempos me regaló antes de entrar al noviciado, porque su mamá viajó a España, la primera edición de la BAC de los documentos del Concilio. Eso fue lo que yo llevé para el noviciado. Entré al noviciado el año que terminó el concilio y un año después de la elección del padre Arrupe como superior general. Era el momento para nosotros: el Concilio Vaticano II, la Biblia, los documentos de la Congregación General 31… hay que decir algo que es interesante. El padre Arrupe fue elegido superior general de la Compañía, venía del

Japón, nacido en España, pero misionero en Japón por muchos años, era un como un signo importante para la Compañía en ese momento. La congregación elige al General y se suspende hasta que termine el Concilio. Duró un año suspendida, pero la gente estaba estudiando lo que estaba pasando en el Concilio, que después se aplicaría a la Compañía de Jesús en los decretos de la Congregación General 31 que era el otro instrumento que nosotros manejamos muy de cerca en el noviciado. A los 2 años, en el 68 se reúnen los obispos latinoamericanos en Medellín, que fue también otra explosión inesperada porque lo que se había preparado para la conferencia episcopal salió por otro lado. Se generó un conciencia de lo que era el Vaticano II para América latina y ahí nace lo que hemos ido viviendo tantos años: los movimientos laicales, las comunidades eclesiales de base, las diversas formas de teología de la liberación, el compromiso social de verdad, bien importante de la Iglesia latinoamericana, que es una iglesia en sintonía con el pueblo. Esos fueron los tiempos de mi formación.

Toño Pepe: Maravilloso, porque ahí la Compañía y el padre Arrupe se proyectan, una figura de trascendencia universal, el gran referente de la vida religiosa, el gran referente del líder posconcilio, una persona muy abierta; en algún momento también como a todo líder que hace rupturas, incomprendido,

Arturo Sosa, SJ: Combatido e incomprendido.

Algo que conversamos ayer en la mañana, el padre Arrupe obviamente venía de una formación muy clásica, de una formación preconciliar, pero tenía una experiencia espiritual tan sensible a los cambios de la realidad que él decía: “yo no sé exactamente para dónde va esto, pero yo voy con ustedes. Hay que abrir las puertas, no hay que cerrarlas. Aquí hay algo del Espíritu”. Hay una famosa carta sobre el apostolado social en Río de Janeiro que el padre Arrupe, presente cuando se escribió esa

carta, dijo: “esto va a producir un costo grande a la Compañía”, y así fue. Si nosotros contamos los mártires que ha habido en América Latina por el compromiso cristiano social son muchos. Los mártires los podemos reconocer porque los mataron, pero los que han sido puestos en prisión, la gente que ha sido marginada, la gente que ha sido expulsada de los países… Fue un momento de un enorme compromiso por la justicia y por la reconciliación, Colombia ha vivido eso muy fuerte.

Toño Pepe: Sabemos que estudiaste Ciencia Política hasta obtener el doctorado. ¿Eso fue lo que te motivó a llegar a esa formación avanzada?

Arturo Sosa, SJ: Claro. Prácticamente desde el noviciado estuve conectado con el centro social, el equivalente a lo que aquí es el Cinep, y que en Venezuela se llama Centro Gumilla, que nació cuando yo era novicio. El magisterio lo hice siendo parte de ese equipo. Había un Centro Gumilla más vinculado a la publicación de la Revista SIC, al trabajo en la Universidad, al trabajo en la formación en los barrios, y había otro centro en Barquisimeto que se ocupaba fundamentalmente de promover cooperativas en esa zona del Estado Lara. Yo hice el magisterio en ese centro. Cuando regresé de la Teología, después del cuarto año de Teología, que fue en Venezuela, comencé la carrera de Ciencias Políticas en la Universidad Central como lo hacemos aquí; no es que yo estaba estudiando, yo tenía trabajo, era el director de la revista, daba clase en la Universidad y estudiaba Ciencia Política. Por eso tardé unos cuantos años en terminar la carrera y hacer el doctorado completo.

Toño Pepe: Es lo que hace uno cuando está en sus años mozos, con plena salud física, espiritual, emocional..

Arturo Sosa, SJ: Para mí había un interés muy específico en entender la historia política de

Venezuela. Como pasa tanto en nuestros países, había gente que estudiaba, pero poca y sin esa memoria de cómo llegamos hasta aquí y cómo podemos avanzar, no se puede. Siempre muy vinculada con el tema del nacimiento de la democracia en Venezuela, que como en todo el mundo, una discusión política muy interesante: el surgimiento de los partidos políticos venezolanos, los más conocidos que son Acción Democrática y Copei (Comité de Organización Política Electoral Independiente), tienen una historia muy interesante vinculada con movimientos internacionales de comunismo…,la democracia social cristiana que se movió mucho en Europa.

Alix Niño: Me recuerda mucho el dicho de quien no conoce su historia está condenado a repetirla. Es muy importante esto.

De ahí pasamos a tu rol como superior de los jesuitas en Venezuela. ¿Cómo fue ese nombramiento? ¿Cómo fue ese provincialato?

Arturo Sosa, SJ: Alguien tiene que ser provincial. Entre terminar los estudios y ser provincial estuve trabajando todo el tiempo en el Centro Gumilla. Por eso vine muchas veces a Colombia, nos reuníamos mucho con el Cinep, y con los de Centroamérica. En ese momento, las provincias jesuitas del norte teníamos una comunicación muy fuerte en el Caribe, las Antillas, México, Centroamérica, Colombia, Ecuador, y teníamos menos comunicación con los del sur. Venezuela en ese momento empezó a tener vocaciones venezolanas. Yo soy la generación de la mitad, los jesuitas que son más viejos que yo en la Provincia de Venezuela, el 80% eran de España, mucho vasco, navarro. Aunque la mayoría eran tan venezolanos como nosotros porque vinieron al noviciado en Venezuela. Vinieron muy jóvenes, entre 18 y 20 años, y venían a quedarse. Era gente que se enraizó mucho, pero después todos los jesuitas que son más jóvenes que yo en Venezuela son venezolanos. Me tocó esa transición. Fui el pri-

mer jesuita nacido en Venezuela que fue provincial en esa provincia. En ese momento, estábamos saliendo de la Congregación General 34. Fue una congregación programática para la Compañía de Jesús. El 95 fue la congregación que se preparó largamente en las provincias. Fue una especie de confirmación de las constituciones de la Compañía y proyectarla a futuro. Yo participé en esa congregación como elegido por la Provincia y comencé como provincial. al año siguiente, en el 96. Fue un momento en que teníamos que pensar en el futuro. Para mí fue muy importante la experiencia de incorporar tanto laicos y laicas que trabajaban en nuestras obras en la Compañía: Fe y Alegría, las universidades, las escuelas, colegios, las casas de espiritualidad, etc, y trabajar juntos en esa planificación. Fue un equipo de trabajo fenomenal, logramos hacer un discernimiento en común. En aquel tiempo no se usaba ese lenguaje pero eso fue lo que sucedió, de verdad plantearse otra vez dónde estamos como país. Estamos hablando del año 96, que ya la crisis era sumamente clara, la crisis política. Había un deterioro muy fuerte de los partidos democráticos y ya había sucedido el golpe de estado de Chávez en el 92. Había toda una reflexión sobre cómo pensamos el país y como nosotros nos ubicamos ahí como jesuitas. En ese contexto eclesial venezolano, los obispos hicieron un sínodo que duró un par de años.

Toño Pepe: Para pensar la Iglesia en ese contexto.

Arturo Sosa, SJ: No conozco otras experiencias en ese preciso momento.

Alix Niño: Fuiste delegado de las Casas Internacionales en Roma, cuéntanos qué hace ese cargo y cuáles fueron los grandes aprendizajes que tuviste en ese tiempo.

Arturo Sosa, SJ: Fue una gran sorpresa. Si algo no me hubiera imaginado en mi vida es que iba a ser eso. La Compañía de Jesús tiene en Roma

la responsabilidad de una serie de obras que han sido encomendadas por los Papas. La más conocida es la Universidad Gregoriana fundada hace mucho tiempo porque es una misión para la Compañía, querida por varios papas y confirmada por muchos papas. En la Universidad Gregoriana hay 80 jesuitas trabajando, es la Facultad de Teología con más doctorandos, es decir con estudiantes de doctorado en teología en el mundo. Es muy internacional, los estudiantes son de todas partes del mundo. La universidad que comprende lo que era en aquel momento tres institutos: la Gregoriana, el Instituto Bíblico, que también es un instituto de altísimo nivel de investigación y de enseñanza y el Instituto Oriental. Es una facultad relativamente pequeña, pero es la única facultad de Teología de las iglesias orientales que tiene curso de doctorado. Esas tres instituciones ahora forman una sola universidad. Entre las tres trabajan cerca de 200 jesuitas como profesores y de todas las provincias del mundo, son obras internacionales, son obras que tienen que ser hechas bajo la responsabilidad de la Compañía. Hay dos grandes casas de formación: una para los estudiantes de Teología de pregrado y otra para los que estudian posgrado; entre las dos hay aproximadamente 150 jesuitas en formación. Tambien hay cosas que se conocen menos, por ejemplo, la revista la Civiltà Cattolica es una comunidad, pero hay una que es de la Compañía que es el Observatorio Vaticano, que ha sido una obra encomendada por los Papas desde el siglo XIX. El hermano Consolmagno es el director ahora. Hay unos 15 jesuitas astrónomos que trabajan científicamente, un grupo de alto nivel científico y muy reconocido en el mundo. Todo eso depende del Padre General y él tiene un delegado para hacer lo que hacen los provinciales en la Provincia, pero con más dificultades porque no hay jesuitas que pertenecen allá, sino que se tiene que estar “pescando”, negociando con las provincias para tener jesuitas, tiene

que pensar el futuro, cómo se van a renovar los profesores de las instituciones.

Toño Pepe: En octubre de 2016, llegamos a la Congregación 36, y te eligen como Superior General, ¿cuáles fueron las mociones predominantes en ese momento? ¿Cómo has vivido eso que te tocó el alma, el corazón, la esencia jesuítica?

Arturo Sosa, SJ: Si algo no tenía en la cabeza era eso. Cuando el padre Nicolás dijo que tenía que dejar el cargo porque ya no podía continuarlo, a mí me encargaron de la logística de la congregación, estaba ahí en Roma de delegado. Lo que estaba pensando era: ¿dónde van a comer los 200 delegados? ¿Dónde van a dormir? ¿Qué van a comer? ¿Cómo se van a transportar? Estaba suficientemente ocupado. Cuando empieza la congregación, en esos días que se llama The Conspiracio, empecé a sentir qué pasa aquí. Se me vino a la mente un refrán venezolano, que no sé si lo usan en Colombia, y es: “esto dijo la gallina cuando la iban a matar, ponga el agua a calentar”. Habíamos preparado la congregación, yo había participado en ese proceso, pero es empezar a tomar conciencia de lo que significa y empezar a conocer la Compañía de Jesús. Por lo que hemos hablado hasta ahora, se dan cuenta que mi experiencia era venezolana, mi experiencia era latinoamericana y la Compañía de Jesús en Venezuela es una Provincia pequeña. El primer gran desafío es conocer la Compañía, que todavía no he terminado porque la Compañía de Jesús es una organización, una comunidad bien compleja, bien bonita, porque no son solo los jesuitas, como hemos repetido varias veces, sino tantísimas personas, de tantísimas culturas distintas y pero con un alma, con un corazón… No es una transnacional, es una Compañía universal, es un cuerpo universal, que mantiene una diversidad, una riqueza muy grande en esa diversidad, una gran creatividad apostólica, una capacidad de trabajar con pocos recursos en situaciones bien conflictivas y bien difíciles, y capaz de grandes cosas. Tienes desde el Observatorio del Vaticano hasta los que están metidos allá Sudán tratando de que el país funcione. Conocer eso es un reto y hay que impulsar las cosas. La congregación te pone tareas porque no es que uno inventa. La Congregación General, después de que elige al General dice para dónde vamos. A mi me toca iniciar un experimento importantísimo que fue el discernimiento en común de toda la Compañía sobre las Preferencias Apostólicas Universales, las PAU. Es una experiencia real, nunca se había hecho así. El tema de las Preferencias Apostólicas nació en la Congregación 34 en el 95, las formuló el padre Kolvenbach. Fueron cinco áreas en las que toda la Compañía tiene que apoyar. La Congregación dice que se haga un proceso en el que participe toda la compañía y, lo más posible, la gente que también está comprometida: laicos y laicas. ¿Cómo se hace eso en una Compañía que en ese momento tenía alrededor de 15.000 jesuitas y no sé cuántos miles de otras personas? Estamos hablando de 75 provincias. Le dimos vueltas y se propuso un proceso que duró 2 años, de discernimiento a nivel de cada comunidad, de cada obra apostólica y cada Provincia, de cada grupo de provincias que son las conferencias regionales de superiores mayores, y a nivel del Consejo General con un acompañamiento muy cercano del Papa. A fin de cuentas, nosotros no nos enviamos a nosotros mismos, es decir, la misión de la Compañía es una misión que se recibe del santo Padre. El papa Francisco desde el comienzo estuvo muy conectado, no solamente conociendo, sino proponiendo desde el método que se propuso hasta el seguimiento. Nosotros hacíamos reuniones tres veces al año para hacer seguimiento del Consejo General Ampliado y siempre el Papa estaba informado de cada paso. Al final, él confirma el resultado de las Preferencias.

Entonces eso fue una de las ventanas más importantes para conocer la Compañía, para mí.

Para conocer la Compañía y para experimentar la capacidad de la compañía de de verdad de ser orientada por el espíritu porque una cosa impresionante, tanto en la congregación general, la preparación de la congregación general, como este proceso es gente que no está trabajando, o sea que no están conectados, y que llegan a lo mismo, desde situaciones tan distintas como los Estados Unidos y el Congo, y Chile, y Filipinas, o Myanmar. Tu dices bueno, aquí algo hay, o sea, esto no es nuestro, esto viene de otra parte, esto no es solamente un tema de deducciones intelectuales, aquí hay una una riqueza que viene del Espíritu. Y, además confirmado por el Papa.

Alix Niño: Y en estos ocho años como General, ¿qué ha sido lo más bello y lo más difícil de recorrer las provincias y asumir este rol?

Arturo Sosa, SJ: A mí me cuesta mucho decir cuál es lo más bello. Porque digamos, la belleza está también muy bien repartida. Y uno consigue cosas tan tan distintas y tan bellas, una y otra que además no son comparables.

Entonces, lo más bello es poder sentirse parte de un cuerpo tan bello donde la belleza está tan repartida.

Alix Niño: Padre, estábamos hablando, también recordando al papa Francisco. Te cuento que nosotros como oficina hemos estado apropiándonos del legado del papa Francisco y, de hecho, estamos teniendo unas conversaciones que se llaman Conversaciones Interesantes donde cada 15 días, pues tratamos de leer, en este caso, estamos con la Laudato Sí; y pues queríamos también conocer ¿cómo fue tu relación con el papa Francisco?

Arturo Sosa, SJ: Bueno, pues fue una relación muy fecunda. Creo que aprendimos mutuamente a relacionarlo, porque siempre para un General jesuita, un Papa jesuita es un reto es un reto de marca mayor, para ambos. Ya el

papa Francisco había establecido una relación muy linda con el padre Nicolás. Pero hay un cambio radical aquí, el padre Nicolás y el papa eran del mismo año, de la misma edad. Yo soy menor que el Papa. El Papa es argentino, yo soy venezolano. Ahí hay otra diferencia, somos de América Latina, pero con experiencias diversas de la misma América Latina.

Entonces bueno, nos habíamos conocido poco antes de que él fuera Papa. Porque lo que mencioné antes, la relación era más con las provincias del Norte que con las provincias del Sur; sin embargo, yo conocí al Papa en la Congregación General que eligió al padre Kolvenbach.

Era el padre Bergoglio uno de los representantes de Argentina en esa congregación. Y después, en alguna otra oportunidad que fuimos, coincidimos en alguna reunión internacional. Pero la relación se dio cuando cuando me eligen, cuando llego a Roma a la casa de internacionales hay una pequeña relación, y después como General una relación muy buena. Digamos, yo siempre me sentí recibido como un hermano. Y además el papa Francisco tenía una característica que muchos reconocen; que era un trato exquisito con las personas, con cada persona. A sus amigos, sus amigas, la manera como se relaciona; una manera muy cercana, muy humana.

Y yo me sentí siempre recibido como un hermano. Siempre respetado como el General de la Compañía, esa capacidad de poder sentirnos hermanos y hablarnos con confianza, con total libertad y apertura; pero al mismo tiempo cada quien reconociendo su responsabilidad. O sea, yo nunca sentí que él intentó invadir la Compañía, ni sustituir el gobierno de la Compañía con el suyo. Y, también siempre sentí que él contaba con la Compañía, y que, pues claro, él tenía una ventaja adicional, que es un Papa que cuenta con la compañía y que la conoce.

Entonces sabe pedir lo que lo que le conviene, y lo hizo; fue una relación de colaboración y lo que mencioné antes de ese proceso de acompañamiento del discernimiento de la compañía sobre las preferencias, fue un modo en que nos unió mucho; en cómo la misión de la Compañía de verdad se ponía al servicio de la Iglesia.

Algo parecido se puede decir del proceso sinodal, que la compañía ha sido, de verdad, un gran apoyo para el papa Francisco en su idea de una iglesia en salida, una iglesia participativa, sinodal. Y bueno, eso también ha sido la oportunidad de intercambiar.

Alix Niño: Y, ¿cómo recibes la elección del nuevo papa, del papa León XIV?.

Arturo Sosa, SJ: Con alegría y esperanza. O sea, yo conocí a monseñor Prevost antes de que fuera cardenal, incluso cuando llegó a Roma en el año 23.

Toño Pepe: Hace dos años apenas.

Arturo Sosa, SJ: Sí, apenas. Pero bueno, por el cargo que él tiene, porque estuvo como Prefecto del Dicasterio para los Obispos; y, sobre todo, por las asambleas sinodales, tuvimos mucha relación, o sea, nos conocimos bastante.

Y, de verdad que yo creo que él mismo fue sorprendido de esa elección. Pero cuando ves las características de la persona, su formación, de dónde viene, ahí otra vez uno dice, aquí esto no es obra humana, aquí hay algo que va más allá de los cálculos, algo más allá de los grupos que tratan de de manejar una elección, aquí hay un mensaje del Espíritu y eso da mucha esperanza.

Es una persona muy capaz, con una experiencia universal porque él fue doce años Superior general de los agustinos, que están por lo menos en 50 países. No solamente que viene de los Estados Unidos, y ha hecho una misión en Perú, primero como joven cura y después

como obispo; sino que conoce el mundo. Y es un hombre con una formación también muy interesante.

Alix Niño: Bueno padre, llegamos a una parte de la entrevista que es muy especial, porque es una dinámica que siempre hacemos con nuestros invitados para conocer algunas particularidades, algunas curiosidades. Entonces, yo te voy a hacer unas preguntas rápidas. La idea es que me respondas con lo primero que aparezca en tu mente.

Entonces, la primera y probablemente la más polémica de las preguntas que voy a hacer es: ¿la arepa es colombiana o venezolana?

Arturo Sosa, SJ: Colombo - venezolana.

Toño Pepe: Una fórmula de compromiso.

Arturo Sosa, SJ: No, pero es que hay arepas y arepas. Porque también en Colombia no se puede llamar ‘la arepa’ ¿cuántos tipos de arepas hay en Colombia y cuántos tipos de arepas hay en Venezuela? Entonces, digamos, hay cosas que son comunes, que es la arepa, o sea, el concepto de arepa; una cosa de maíz asada, y después hay muchas más maneras de hacerla y de comerla.

Alix Niño: En Santander tenemos una que es la arepa amarilla, que también tiene unas particularidades que no se encuentran en cualquier parte del país.

Arturo Sosa, SJ: Bueno, y la arepa dulce, la arepa de huevo… Y, en Venezuela también hay arepita dulce, hay muchas cosas.

Toño Pepe: ¿En Roma te dan arepas al desayuno?

Arturo Sosa, SJ: No, y como yo soy muy flojo para cocinar por la mañana, pues no la hago. La podría hacer.

Alix Niño: Bueno, la segunda, ¿cuál es tu pasatiempo favorito?

Arturo Sosa, SJ: Leer.

Alix Niño: ¿Algún libro que nos puedas recomendar, algo que estás leyendo actualmente?

Arturo Sosa, SJ: Me acabo de terminar de leer un libro de un periodista español sobre el papa Francisco, que no sé si ustedes lo han visto: El loco del fin del mundo.

Toño Pepe: Hermoso libro.

Arturo Sosa, SJ: Bueno, para ustedes que sí andan haciendo eso de Francisco, este es un buen libro.

Toño Pepe: Sí. Y justo. Tiene la gracia de que es escrito por un no creyente, pero que se arriesga a meterse en ese mundo laberíntico del Vaticano y, sobre todo, se arriesga a ver a Francisco y a encontrarse con él? ¿No?

Arturo Sosa, SJ: Sí, bueno, y que presenta una Iglesia misionera. Una Iglesia que se ocupa de los sitios más inverosímiles y de la manera más inverosímil. Y uno siempre se queda con la pregunta de, bueno, pero este es creyente o no creyente. Yo creo que le echa la culpa a su mamá de lo que él quería resolver.

La pregunta guía del libro que es la vida eterna, o sea, si hay vida después de esta vida, él dice que es la pregunta que su mamá. Pero, la manera cómo la presenta, es su pregunta. Y, al final, tampoco termina la respuesta.

Toño Pepe: Es un bellísimo libro, léanlo todos en la Provincia Colombiana; El loco del fin del mundo, que está, además, bellamente escrito. Yo digo que Javier Cercas, el autor, se va a ganar el premio Nobel de literatura un año de estos.

Arturo Sosa, SJ: Es muy sabroso para escribir.

Alix Niño: Bueno, nuestra tercera pregunta. ¿De todas las visitas que has hecho a Colombia, cuál ha sido tu plato favorito colombiano?

Arturo Sosa, SJ: Uy, está difícil. Voy a decir que la bandeja paisa, pero lo digo con la boca chiquita, aunque hay que tenerla grande para comérsela. Porque la bandeja paisa tiene un parentesco con lo que nosotros llamamos el pabellón, que es una mezcla de sabores, o las hallacas que son platos que mezclan sabores muy distintos.

Alix Niño: ¿Cuál es el deporte favorito tuyo? y, ¿tienes algún equipo que sigas, que te guste?

Arturo Sosa, SJ: Bueno, en la televisión anterior era el béisbol porque en Venezuela el béisbol ha sido más popular que el fútbol toda la vida. Yo soy caraqueño, y los caraqueños están divididos en dos grandes equipos; los Magallanes, que son los malos, y los Leones del Caracas, que son los buenos.

Toño Pepe: Eso es como aquí, lo bueno en futbol, Santa Fe.

Alix Niño: Santa Fe y Millonarios, aquí también hay una disputa.

Arturo Sosa, SJ: Pues ahora como tengo ya 10 años en Italia, entonces sigo la Liga italiana apoyando al Nápoles, que acaba de ser el campeón este año.

Alix Niño: Y bueno, la última pregunta de esta sección de nuestra entrevista es ¿qué es lo primero que haces cuando te levantas todos los días.?

Arturo Sosa, SJ: Voy al baño, por supuesto, me echo una ducha, porque si no me echo una ducha, no sé quién soy. Y después preparo un café. Ustedes conocen que los italianos son buenos haciendo máquinas de café, tengo mi moka eléctrica allá y me tomo un café.

Alix Niño: Sí, como muchos que no empezamos el día sin el café porque no nos da la vida.

Toño Pepe: Bueno, esta Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús, 191 jesuitas, más o menos; 18000 laicos en diversidad de misiones y ministerios, gente con mucho ánimo, ¿qué nos quieres decir? ¿Qué mensaje nos mandas? ¿Cuál es tu mayor esperanza en este momento de la vida? Este video lo va a ver mucha gente. Estamos muy felices haciendo estas entrevistas de Un Café con… Nos jugamos aquí una gran pasión periodística, y ahora, es muy honroso contar con tu presencia y tu mensaje ¿qué nos dices a la Colombia jesuítica?

Arturo Sosa, SJ: Les digo que sigan siendo testigos de la esperanza. Creo que si algo nos tiene que mover en este momento es vivir esa esperanza porque en Colombia el gran desafío es construir la paz. Y, la Compañía de Jesús ha formulado su misión como la misión de reconciliación y justicia, la paz será el fruto de las dos cosas; de la reconciliación y de la justicia. Y ustedes saben mucho mejor que yo, pero también lo sufro en mi propia carne, lo difícil que es esa reconciliación, dada la historia colombiana de los de las últimas décadas. Y creo que la Provincia Colombiana ha estado muy empeñada en eso.

¡Haz clic y mira la entrevista completa!

Yo creo que eso es una llamada para la Provincia Colombiana y para la Compañía. O sea, lo tenemos que hacer de verdad. Testigos de la esperanza trabajando por la reconciliación y la paz.

Toño Pepe: Muchas gracias, llevamos esa bandera y nos sentimos muy comprometidos, Colombia no termina de estar en paz, nuestra gente colombiana es muy buena, el colombiano promedio es esforzado, es guerrero, decimos acá. Combatiente de la vida, familias bonitas, trabajo, estudiar, prever el futuro. Pero también muchos colombianos, en el Catatumbo, ahí en la frontera con Venezuela con el Táchira, el departamento del Cauca, muy azotados por la guerra.

Arturo Sosa, SJ: Yo no puedo terminar este rato de conversación sin agradecer profundamente al pueblo colombiano por lo que está haciendo por los venezolanos. Casi 3'000.000 de ellos.

Toño Pepe: En su momento yo fui de una generación, padre Arturo, también que migramos a Venezuela, en el año 52, mis jóvenes padres cansados de una polarización política horrible, y nos fuimos para Venezuela a explorar vida.

Alix Niño: Les agradezco mucho, mucho, por este espacio por tener la oportunidad de estar con dos eminencias. Cuando los escuchaba hablar pensaba mucho ¿Qué pasaba en ese tiempo de mi vida? Como el tiempo también nos va contando muchas realidades y quiero agradecerles por la oportunidad. Creo que esta es ya la sexta edición que comparto con Toño Pepe y ha sido un gran compañero de aventura, del periodismo, de la palabra. Y pues esta sexta edición con el padre Arturo, que he escuchado muchas cosas bellas, pues muy agradecida por también entender cómo laica hacía dónde va la compañía. Creo que eso también me da mucha esperanza y creo que a nosotros como laicos nos da mucha esperanza saber que a pesar de

no llevar una vocación religiosa, estamos apostando por esto y por la vida.

Arturo Sosa, SJ: La esperanza es compartida porque la Compañía sin los laicos y laicas, ahorita puede no podría seguir pa’ lante.

Alix Niño: Y bueno, muchas gracias a todos nuestros espectadores. Este ha sido un capítulo muy especial, esperamos que lo disfruten y nos vemos el próximo mes en Un Café con…

Toño Pepe: El lema que ha traído nuestro Provincial, Hermánn Rodríguez, SJ, es “soñemos juntos lo imposible”: la paz, la reconciliación, la mesa servida para todos en igualdad de condiciones. Ahí trabajamos todos firmes, gracias a todos por vernos, por escucharnos y aquí seguimos comprometidos con ustedes. Muchas gracias. Gracias, padre General.

Arturo Sosa, SJ: Gracias a ustedes.

EMag+s ReconoSiendo: Tejiendo paz desde la escuela y el territorio

l Colegio Mayor de San Bartolomé en Bogotá como obra de la Compañia de Jesús en Colombia acoge el Plan Apostolico de la Provincia con sus opciones fundamentales, –en particular las de Reconciliación y justicia y Cuerpo apostólico– y así, formaliza una de sus Comunidades Mag+s con el nombre y Misión ReconoSiendo que es conformada por jóvenes entre los 15 y 17 años que se sienten deseosos de trabajar en pro de la construcción de tejido social de los contextos más próximos y descubren que, la Reconciliación y la justicia con el medio para ello.

ReconoSiendo es la Estrategia Pedagógica para la lectura crítica del pasado reciente que es fruto del llamado al compromiso ético e histórico que nos dejó el Informe de la Comisión de la Verdad y del discernimiento de varias obras de la Compañia de Jesús para posibilitar al interior del aula y en la formación integral de los estudiantes la reflexión y el conocimiento de las violencias ocurridas en el país, sus impactos e iniciativas de paz para formar bartolinos y bartolinas comprometidos a transformar la sociedad en escenarios más justos y en paz quienes desde hace aproximadamente tres años caminan con esta bella estrategia.

Con el propósito de entrelazar justicia, reconciliación y cuidado de la Casa Común, la Pastoral del Colegio Mayor de San Bartolomé ha articulado una de sus comunidades MAG+S con la estrategia ReconoSiendo. Esta iniciativa promueve en la comunidad educativa una lectura crítica del pasado reciente, permitiendo interiorizar el legado del informe de la Comisión de la Verdad.

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Así, los jóvenes de la Comunidad Mag+s ReconoSiendo implementan con medios pedagógicos y de sensibilización los apartes de dicha estrategia en los grados de Jardín a Once con las propuestas de trabajo crítico y reflexivo de experiencias como Mano Roja, 09 de abril: día de la conmemoración y solidaridad con las víctimas del conflicto armado en Colombia, Semana por la Paz, espacios de reflexión en las Tomas de Contacto y en Unidades de Clase con temáticas de Justicia y Reparación.

De manera puntual, este 2025, la Comunidad Mag+s ReconoSiendo ha hecho alianza con el proyecto de PRAE (Proyecto Ambiental Escolar) para posibilitar la opción de Ecología Integral del Plan de la Provincia y abordar así las dinámicas de violencia desde el reconocimiento que el territorio, nuestra tierra, fue, ha sido y es una víctima más del conflicto en Colombia, indagando sobre el daño ambiental en nuestra región Bogotá – Soacha y fortaleciendo el cuidado y preservación de la huerta escolar en trabajo conjunto con el Museo Colonial.

También, la Comunidad Mag+s ReconoSiendo se forma cada viernes desde ReconoSiendo con su material propio y las reflexiones y aportes del CINEP en los temas de violencia, reconciliación y paz. Además, participa activamente de los Encuentros de Región: Bogotá - Soacha y acompaña a las Madres, niños y jóvenes de la Casa Pastoral Nuestra Señora del Camino, en Soacha - Altos de La Florida con talleres de reconciliación y, este año, con el proyecto de huertas urbanas como medio de conexión con el territorio y los modos de resistencia de la población civil en escenarios de precariedad y la notoria ausencia del estado.

Para la Dirección de Pastoral es de suma consolación acompañar a los jóvenes bartolinos que se sienten sujetos activos de cambio y promotores de cultura de paz llevando consigo el impulso de nuestra espiritualidad ignaciana para hacer posible desde el amor y el servicio comunidades, historias, vidas de hombres y mujeres reconciliados, buscadores de justicia social y hermanos de lo otro, el otro. Así, creemos con firmeza que estamos entregando a nuestro país lideres para los demás, con excelencia humana que se destacan por ser consientes, competentes, comprometidos y compasivos.

DEncuentro de Directores de Centros

de Espiritualidad de la CPAL

Fabián García

Equipo CIRE

el 9 al 15 de junio en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana, se dieron cita los Directores de Centros de Espiritualidad Ignaciana, el lugar fue la Casa de Ejercicios Espirituales - Manresa Loyola.

El encuentro de la Red de Centros de Espiritualidad comenzó con una charla de Benjamín González Buelta, SJ, en la cual nos recordó que Dios se nos revela en nuestra cultura, mostrándonos que cada etapa de los Ejercicios Espirituales aparece en relación con una dimensión de la cultura. Resaltando que actualmente vivimos en medio de una cultura acelerada y superficial. Nos invitó, por tanto, a que llevemos a los Ejercitantes a detenerse y escuchar la profundidad de sus propias vidas y disponerse para el encuentro de Dios. Desde el Principio y Fundamento hasta la Contemplación para Alcanzar Amor, Benjamín hizo gala de su gran conocimiento de la experiencia; una mística de ojos cerrados que poco a poco nos deja en la mística de ojos abiertos.

Posteriormente Cristian Peralta, SJ, nos habló de vivir la espiritualidad ignaciana en la postmodernidad, conectó con Benjamín al afirmar que “hemos de hacer nuestro camino vital en el camino del mundo” mostrando que los Ejercicios Espirituales son una escuela de verdad, lugar donde nos entrenamos para prestar atención a las cosas del mundo y a los demás.

Nuestro resultado con los EE ha de ser lograr una mirada honesta y a la vez esperanzadora de la realidad. Estamos llamados a mostrar el camino hacia Dios aún en medio de esta cultura postmoderna que estamos llamados a re-conocer. El discernimiento nos lleva, apoyados por el Espíritu Santo, a tomar decisiones con responsabilidad y libertad, logrando integridad e integralidad en la propia vida para vivir un compromiso creyente.

Poco a poco fuimos llegando a compromisos compartidos que nos permitan que esta red se fortalezca en sus lazos colaborativos.

La religiosa apostolina, Clara Tejada, nos compartió la experiencia que hasta la fecha han tenido con los jóvenes y nos invitó a renovar en nuestros centros de espiritualidad el trabajo con y para esta Preferencia Apostólica Universal “acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro esperanzador”.

Rafael Garrido, SJ, nos mostró a la luz de Lc 5, 1-11 cómo nuestros procesos han de requerir tiempo y perseverancia, remar mar adentro, paciencia, perseverancia, que permitamos a Jesús que se suba a la barca de nuestros centros. Da manera que Él nos acompañe en medio de nuestros cansancios, desafíos e incluso momentos de desesperación y mal humor; no olvidemos que debemos anunciar a Jesucristo en nuestras actividades, aportar a seguir juntos en la construcción del Reino, nos invitó a escucharnos y a organizarnos, a cuidar y fortalecer a nuestros acompañantes espirituales. Mostrar a Jesucristo al modo ignaciano.

Durante el encuentro, también, dialogamos alrededor de la importancia de centrar nuestros esfuerzos en culminar la redacción de los protocolos de prevención como centros de espiritualidad.

Con la presentación de los aprendizajes logrados en el último año, se logró un valioso intercambio de experiencias y saberes que contribuyó al fortalecimiento de la idea de perseverar para que se mantenga y fortalezca esta red que redunda en múltiples beneficios colaborativos y que cada vez cuenta con un mayor y más cualificado apoyo de laicos comprometidos en la misión.

Encuentro Nacional de Voluntariado 2025: Jesús

nos enseña

a

servir con los pies mojados

Coordinadora

Del 20 al 23 de junio, más de treinta jóvenes de distintas regiones de Colombia se dieron cita en la Casa Ignaciana de la Juventud en Bogotá para participar del Encuentro Nacional de Voluntariado. El encuentro fue una profunda experiencia de fe, reflexión y acción en torno a la ecología integral y al modelo de servicio que encarna Jesús lavando los pies: un símbolo del liderazgo ignaciano que se construye desde abajo, con humildad, ternura y compromiso. Este espacio no solo buscó fortalecer los vínculos entre voluntarios y voluntarias de diversos procesos (Fe y Alegría, Huellas, Misión en Red, Taizé, entre otros), sino también profundizar en el sentido del servicio como una forma de vida que responde a las heridas del país con esperanza activa. Con los pies en la tierra y el corazón encendido por el Evangelio, los participantes compartieron preguntas esenciales: ¿por qué servimos? ¿desde dónde lo hacemos? ¿cómo responder a las injusticias que nos atraviesan?

A continuación, compartimos el testimonio de Paula Villa, voluntaria de Antioquia, quien narra en primera persona la experiencia vivida durante estos días. Su relato es un reflejo del espíritu que animó el encuentro: caminar juntos, servir con compasión y renovar nuestra entrega con la certeza de que no estamos solos.

Juntos,

caminar la esperanza

“Camine, vamos pa’ allá”. Me dice doña Yolanda agarrándome del brazo, dispuesta a subir las calles empinadas del barrio La Perseverancia de Bogotá. Vamos a paso lento, rezagadas del grupo de voluntarios, y en esa subida, en ocasiones, me da la impresión de que es ella quien me lleva a mí y no yo a ella. Doña Yolanda tiene 88 años y vive en La Perseverancia desde que era una niña. Mientras caminamos, ella me relata con entusiasmo pasajes de su vida, que es también la vida del barrio.

“Aquí extendían los campesinos sus ruanas en el piso y vendían su platanito, su yuquita, su maicito. ¡Esto era una fiesta! Los días de mercado bajaban hasta con marranos y gallinas, comíamos sancocho y preparábamos la chichita en moyas de barro”, me señala mientras pasamos por un laberinto de restaurantes con olores apetitosos que es hoy es una de las plazas de mercado más antiguas de la ciudad.

Me contó también de los días en los que la quebrada —ese cauce ahora oculto— bajaba al costado de la plaza. “Allá yo iba a lavar la ropa con las monjas de María Auxiliadora. Desde aquí, con unos vecinos, echábamos pa’ arriba hasta Guatavita. Allá íbamos a cosechar la papita. Yo me caminé esos montes lo que no está escrito”, dice con cariño mirando hacia los cerros orientales de la ciudad, enruanados de nubes.

Así, entre los saludos de rigor de esquina en equina, doña Yolanda también me cuenta sobre los discursos que daba Gaitán en la carrera quinta, las heridas de La Violencia, las herencias del narcotráfico y la amenaza de la gentrificación presentes en el barrio, pero, sobre todo, sobre la resiliencia y el trabajo de la gente que insiste en permanecer. Nos despedimos con la promesa de encontrarnos nuevamente para compartir un tinto bendecido con su fórmula especial.

Doña Yolanda tal vez no se dio cuenta que con el testimonio de su vida entregada a la comunidad y con su manera entrañable de habitar el barrio, la plaza, la quebrada, ‘el monte’, me estaba enseñando qué es el servicio.

Esta visita al barrio La Perseverancia fue una de las muchas actividades de servicio, formación e integración que vivimos en el Encuentro Nacional de Voluntariado, que tuvo lugar del 20 al 23 de junio tuvo lugar en la Casa Ignaciana de la Juventud, en Bogotá.

Allí 31 voluntarios de diferentes iniciativas y procesos de voluntariado locales, nacionales e internacionales, provenientes de 8 regiones del país (Barrancabermeja, Bogotá, Bucaramanga, Cali, Cartagena, Montería, Medellín, Huila y Pasto) nos hicimos el regalo de encontrarnos para re-conocernos, soñar, y pensar juntos ¿por qué somos voluntarios en Colombia?, ¿cuáles son las realidades a las que nuestros voluntariados deben responder?, ¿qué le da sentido a lo que hacemos?, ¿qué significa servir?

Desde lo ancho y largo de nuestras tres cordilleras, desde la costa Caribe, y las cuencas de los ríos Sinú, Cauca y Magdalena, llegamos a la sabana de Bogotá. Juntos caminamos sus calles, plazas y laderas de bosques andinos. Observando, palpando y sintiendo nos planteamos el servicio como un llamado que toca el sentido de nuestras vidas, en donde Jesús, el pobre de Nazareth, es nuestro referente en acción.

Cercano, humilde y profundamente crítico, Jesús caminó con los ojos abiertos la realidad de su propio contexto. Nos enseñó a ser osados y valientes, no solo para ser sensibles al dolor y la alegría del mundo, sino también para cavar adentro, para alcanzar el Amor y dejarnos alcanzar por el Amor, para poner a fuego nuestra esperanza y nuestra capacidad creativa a fin de asumir responsabilidades que poco a poco curen las heridas de la soledad, el hambre, la exclusión y la desigualdad en los lugares que habitamos. Es decir, a no quedarnos inmóviles, sino actuar según nuestras posibilidades ante aquello que nos ‘zarandea’, nos ‘descoloca’, nos mueve.

Pero en esa acción que es servicio, ¿dónde nos situamos? ¿cómo servir con los ojos abiertos en medio de realidades de conflicto e injusticia tan complejas como las de nuestro país?

La ecología integral en el voluntariado ignaciano nos permite ubicarnos en un lugar geográfico socialmente consciente para entender que somos parte de una Casa Común atravesada por una amplia red de relaciones vivas. No actuamos solos, compartimos el planeta Tierra con otros. Este reconocimiento del otro y lo otro nos ubica en el lugar del cuidado y del respeto. Es allí cuando empezamos a preguntarnos ¿cuál es la relación de la tierra con el dolor de los más pobres?

Doña Yolanda no podría contar la misma historia de años de servicio en el barrio La Perseverancia si no fuera por los cultivos de papa, yuca y maíz que crecieron en la montaña y terminaron en su moya, o sin el viaje de los campesinos a la plaza, el destino del cauce del arroyo que bajó la cuesta nubosa y se convirtió en quebrada, los discursos de Gaitán en la carrera quinta, el amor de los hijos que le arrebató la violencia o sin el trabajo mancomunado de sus vecinos para conservar la esperanza.

Así mismo, en el Encuentro Nacional de Voluntariado, Guarín no podía contarnos su historia de servicio sin hablar de sus manglares, Mónica no podía hablar de su voluntariado en el Museo sin los pinceles de sus amigos, Natalia no podía concebir su Fundación sin sus niños y Maira no podía compartirnos el sentido de su vocación sin la fraternidad de los jóvenes del equipo de fútbol.

Esto aprendimos: ¡no estamos solos! En Colombia hay jóvenes valientes que la tienen clara, y esa certeza nos hace más fuertes, porque en medio de la complejidad, la rabia y el dolor, Dios sigue apostando por nosotros en la alegría de una vida entregada al servicio en red.

Juventud que transforma: la casa pastoral recibe a jóvenes que se sumergen en una nueva realidad comunitaria y aprenden actuar desde la fe

Astrid Carolina Castañeda, Comunicadora Casa Pastoral

Jisselh Andrea Lesmes, periodista y voluntaria de la casa pastoral

El pasado 3 de julio, más de 40 jóvenes provenientes de distintas regiones del país, junto a tres participantes de Brasil, se reunieron en la Casa Pastoral de Altos de la Florida Nuestra Señora del Camino como parte de EncarNación, una experiencia formativa organizada por la Red Juvenil Ignaciana Colombiana (RJI). Este espacio, centrado en el eje de Incidencia y Comunicaciones, busca que los jóvenes comprendan cómo está conformado el Estado colombiano y qué mecanismos de participación política tienen a su alcance, todo desde una mirada crítica, comprometida y profundamente conectada con la espiritualidad ignaciana.

Una jornada para ver, escuchar y transformar

Desde las 9:30 a.m., la jornada comenzó con una oración contemplativa que invitaba a abrir el corazón a las realidades de los habitantes del sector. Luego, en pequeños grupos acompañados por miembros de la comunidad, los participantes recorrieron las calles del barrio con una misión: escuchar las historias resilientes que se tejen en medio de las desigualdades. El contraste entre sus contextos y el de Altos de la Florida les permitió reflexionar sobre las brechas sociales, pero también sobre la fuerza de quienes las enfrentan.

Compartir la mesa, compartir la vida

El almuerzo fue un momento clave. Más allá de la comida, se convirtió en un espacio de comunión y encuentro. Jisselh Lesmes, habitante del sector, expresó con emoción:

Fue bonito compartir la comida y conversar. Sentí que todos estábamos iguales, sin importar de dónde veníamos. Sentí alegría y unión. Aprendí que compartir algo tan simple como un almuerzo puede acercarnos y hacernos sentir parte de una comunidad.

Taller por el bien común: política con sentido ignaciano

En la tarde, el aprendizaje continuó con un taller sobre incidencia política, acompañado por mujeres del grupo Entretejiendo Sueños y jóvenes del grupo juvenil Meraki. Allí se abordaron temas como las distorsiones del sistema político, la compra de votos, y la necesidad urgente de informarse, participar y motivar a otros desde los valores cristianos y la búsqueda del bien común.

Participa, infórmate, transforma

Esta experiencia en La Casa Pastoral de Altos de la Florida dejó una huella profunda en quienes participaron. La invitación es clara:

- Infórmate sobre los mecanismos de participación ciudadana.

- Rechaza la indiferencia y promueve el bien común.

- Vincúlate a procesos locales desde tu fe, tus valores y tu deseo de construir una sociedad más justa.

Porque como enseñó san Ignacio: “el amor se debe poner más en las obras que en las palabras”.

Sembradores de esperanza en tierra de retos

Comunicadora Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio

En lo profundo del sur de Bolívar, a tres horas del casco urbano de Santa Rosa del Sur, se encuentra el corregimiento La Y de San Luquitas, allí, donde la vida cotidiana se entrecruza con los desafíos de la ruralidad, la presencia de actores armados, la escasa oferta educativa y las economías informales como la minería y los cultivos ilícitos, florece una semilla de esperanza, esa semilla la cultiva una obra de la compañía de Jesús, el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, con el apoyo de la Agencia Católica de Inglaterra y Gales – Cafod, en un proyecto que articula la ecología integral y la cultura de paz desde la mirada de Laudato Si' del Papa Francisco.

Esta iniciativa se desarrolla con estudiantes y docentes de la Institución Educativa de La Y de San Luquitas, promoviendo en ellos competencias ciudadanas, habilidades socioemocionales, y

resiliencia, a través de talleres, encuentros y actividades participativas, cuyas temáticas se ajustan a las necesidades del contexto.

La escuela se convierte en un espacio de encuentro, diálogo y construcción de consensos, donde se siembran nuevas posibilidades para quienes han crecido en entornos marcados por la adversidad, son jornadas de reflexión sobre sus proyectos de vida, reconocimiento y sensibilidad frente al cuidado de la Casa Común, diseño de estrategias que les motiva a resolver pacíficamente los conflictos y a respetar las diferencias.

El proyecto tiene un elemento adicional, y es que se está realizando simultáneamente en cinco territorios a lo largo del planeta: Myanmar, Sri Lanka, Territorios ocupados en Palestina, Sudan del Sur y Colombia, con ello, la propuesta se ha convertido en una red internacional de aprendizaje, permitiendo que los jóvenes se conecten entre sí, a través de mensajes en video en los que comparten experiencias, sueños y su visión para que todos sigan comprometidos en el cuidado de la Casa Común.

Así, en este diálogo intercultural, los participantes comprenden que no están solos, que en distintos rincones del mundo hay otras juventudes también comprometidas con la paz, el cuidado del medio ambiente y la transformación social, y que ellos están llamados a ser actores principales en la construcción de la vida querida, ayudándolos a ver más allá de las fronteras geográficas y a fortalecer su identidad como agentes de cambio global.

Las y los docentes dan cuenta de transformaciones visibles en el comportamiento, la actitud y la emocionalidad de sus estudiantes. “Los estudiantes solían venir a la escuela estresados, ansiosos, irritados y a la defensiva, las actividades les han ayudado a enfocar sus emociones y son mucho más positivos”, Asegura la coordinadora de la institución educativa.

Otro docente resalta como el proyecto ha influido incluso en los horizontes educativos: “ahora hay 11 o 12 exalumnos del colegio en la universidad, antes, ni siquiera llegaban al bachillerato”. Son datos que conmueven y confirman que vale la pena seguir apostando por la educación como camino de esperanza.

Pero el proceso no se limita a los estudiantes, los maestros también han recibido acompañamiento en comunicación asertiva, autocuidado, hábitos saludables y salud mental, fortaleciendo así el relacionamiento y el vínculo con sus estudiantes y las familias. “El apoyo psicosocial ha ayudado a la permanencia de los docentes en la escuela”. Estos espacios de formación y contención son vitales en una región donde ser educador implica no solo enseñar, sino sostener procesos comunitarios en medio de la precariedad y la incertidumbre.

La propuesta encarna la espiritualidad ignaciana al acompañar, promover el discernimiento, y motivar una mirada fraterna, en medio de un territorio que sufre la violencia armada y en la que el Estado colombiano enfrenta grandes retos para poder garantizar los derechos. A pesar de ello, el proyecto “Nuestro Hogar, Nuestra Casa Común” que ya completa tres años, invita y motiva a soñar con una vida distinta, en la que podamos construir el reino sin exclusiones y donde podamos tejer paz cuidando y construyendo la vida querida.

Allí, en La Y de San Luquitas, ya comienzan a aparecer los primeros frutos: el respeto entre pares, la solidaridad, el liderazgo, con ello se evidencia que en las tierras más áridas también puede germinar la vida cuando se riega con amor, compromiso y fe.

Confiamos en que, desde esta pequeña escuela rural, se esté gestando una gran revolución silenciosa, protagonizada por una comunidad educativa que, con gestos cotidianos de solidaridad, aprendizajes compartidos y vínculos restaurados, transformen sus realidades.

Hoy más que nunca, necesitamos sembradores de esperanza y constructores de paz.

MISIÓN

Asistente del Administr Ador

Avances estratégicos 2025 en la modernización de la administración provincial

Dando continuidad al proceso de direccionamiento estratégico desarrollado durante los años 2022 y 2024, en el año 2025 hemos puesto en marcha tres importantes líneas de acción que responden al compromiso de modernizar, profesionalizar y fortalecer la gestión de la Administración Provincial, en consonancia con las mejores prácticas de gobierno organizacional y con la misión de servicio que nos orienta.

Gestión integral de riesgos: Con el acompañamiento de la Unidad de Consultoría y la Gerencia de Riesgos y Continuidad de Willis Towers Watson (WTW), hemos iniciado desde el mes de julio la construcción de una Matriz de Riesgos para la Administración Provincial y la estructuración de un Sistema Integral de Riesgos (ERM- S).

Este proceso no se limita a identificar amenazas y tener explícito un mapa de calor; busca generar una cultura preventiva y de toma de decisiones informada, que permita anticiparnos a los eventos que podrían comprometer nuestra sostenibilidad y misión. El sistema incluirá una política de riesgos robusta, diseñada para guiar la gestión en escenarios complejos y cambiantes, fortaleciendo así nuestra capacidad institucional de respuesta y resiliencia.

Consolidación del Sistema de Gestión de la Calidad - ISO 9001: En nuestra apuesta por la excelencia operativa y la mejora continua, seguimos avanzando en la implementación del Sistema de Gestión de la Calidad conforme a la norma ISO 9001, con el acompañamiento técnico de Largacha Consultores.

Esta iniciativa no solo busca estandarizar procesos y elevar la eficiencia organizacional, sino también asegurar que nuestro quehacer esté orientado al cumplimiento de objetivos estratégicos y a la generación de valor para todas las obras y comunidades.

Actualmente, se encuentra en curso la convocatoria para la selección de la persona que asumirá la Coordinación de Calidad, un rol clave para liderar este proceso con visión y compromiso institucional.

Liderazgo consciente y desarrollo relacional: con el apoyo del consultor y coach Jorge Enrique Monje, estamos desarrollando un proceso de fortalecimiento del mundo relacional y del liderazgo consciente con el equipo primario de la Administración Provincial.

Esta iniciativa reconoce que las transformaciones estructurales requieren, ante todo, transformaciones humanas. Promover un liderazgo basado en la credibilidad, la escucha activa, la claridad de propósito y la coherencia ética esencial para construir equipos más conectados, con mayor capacidad de colaboración y sentido compartido de misión.

Este espacio de formación y reflexión busca consolidar un estilo de liderazgo al servicio, más humano, más lúcido y más alineado con los desafíos contemporáneos.

Estas tres líneas de acción reafirman nuestra intención de transitar hacia una administración más moderna, articulada y estratégica, sin perder el horizonte evangélico que da sentido a nuestra labor.

AsistenciA jurídicA

La importancia del registro y uso de marcas en la protección y crecimiento de nuestros servicios

En el entorno actual, donde la competencia y la innovación son constantes, la marca se ha convertido en uno de los activos más valiosos para cualquier organización. Más allá de un simple nombre o logotipo, la marca representa la identidad, la reputación y la confianza que los usuarios depositan en nuestros servicios. Por ello, es fundamental comprender qué es una marca, qué puede registrarse y, sobre todo, por qué el registro de la marca es una herramienta clave para el desarrollo y protección de los activos intangibles de la Compañía de Jesús.

¿Qué es una marca y qué se puede registrar?

Una marca es un signo distintivo que permite identificar y diferenciar los productos o servicios de una persona o entidad frente a los de sus competidores. En Colombia, la legislación permite registrar diferentes tipos de marcas, entre ellos:

- Denominativos: palabras, letras, números o combinaciones de estos.

- Figurativos: imágenes, símbolos, gráficos, logotipos, etiquetas, entre otros.

- Mixtos: combinación de elementos denominativos y figurativos.

- Otros: sonidos, olores, colores delimitados por una forma, la forma de los productos o sus envases, y cualquier combinación de los anteriores.

Registrar la marca de los servicios que prestamos no solo es posible, sino que es un derecho y una necesidad estratégica para proteger el valor y la reputación de su titular.

¿Por qué es importante registrar la marca de nuestros servicios?

El registro de la marca otorga a su titular derechos exclusivos sobre su uso en relación con los servicios que ofrece. Esto trae consigo múltiples beneficios:

- Diferenciación y reconocimiento: permite que nuestros servicios sean fácilmente identificables, evitando la confusión con servicios de terceros y protegiendo la reputación construida.

- Valor comercial: una marca registrada es un activo intangible que puede aumentar el valor de la entidad que la posee.

- Fidelización de usuarios: los usuarios asocian la marca registrada con calidad y confianza, lo que fortalece su lealtad y preferencia.

- Prevención de conflictos legales: el registro minimiza el riesgo de disputas con terceros y faculta al titular de la marca para ejercer acciones legales en caso de uso no autorizado o imitaciones.

- Expansión y crecimiento: un portafolio de marcas registradas facilita la expansión de la empresa a nuevos mercados y servicios.

¿Cómo es el proceso de registro de marca en Colombia?

El registro de marcas en Colombia está regulado por la Decisión 486 de 2000 de la Comunidad Andina y se tramita ante la Superintendencia de Industria y Comercio -SIC. El proceso incluye:

- Búsqueda previa o de antecedentes marcarios: verificar si existen marcas similares o idénticas registradas.

- Clasificación: determinar los servicios que distinguirá la marca y asociarlos a la clase correspondiente según la Clasificación Internacional de Niza.

- Solicitud: presentar la solicitud de registro, con la información detallada del signo y los servicios.

- Pago de la tarifa: pagar los derechos correspondientes al trámite.

- Examen y publicación: la SIC examina la solicitud y, si no hay oposiciones ni objeciones, concede el registro y expide el certificado.

- Renovación: el registro es válido por 10 años y puede renovarse indefinidamente por períodos iguales.

La importancia del uso de la marca: proteger y fortalecer lo que hemos construido

Registrar la marca es solo el primer paso. Para que la protección legal de la marca sea efectiva y duradera, es indispensable su uso real y constante en el mercado. El uso adecuado de la marca implica evitar la cancelación por falta de uso. De acuerdo con el artículo 165 de la Decisión 486 de 2000 de la Comunidad Andina, si una marca registrada no se usa de manera efectiva, cualquier tercero puede solicitar la cancelación de su registro. Por eso, es fundamental que la marca esté presente en la prestación de nuestros servicios, en materiales de comunicación, publicidad y documentos oficiales.

Registrar y usar la marca de nuestros servicios no es solo un requisito legal, sino una inversión en la protección, consolidación y crecimiento de la Compañía de Jesús. Es una herramienta

estratégica que fortalece nuestra identidad, nos protege frente a riesgos y nos abre puertas para nuevas oportunidades.

dirección de gestión humAnA

Puntos clave sobre la reforma laboral

El pasado 25 de junio fue sancionada la Ley 2466 de 2025, que contiene la nueva Reforma Laboral. Esta normativa está compuesta por 70 artículos que modifican, en distintos aspectos, el marco legal que regula el trabajo formal en nuestro país.

Como todo cambio legislativo, requerirá una reglamentación que aclare su aplicación, así como interpretaciones jurisprudenciales y doctrinales que orientarán su implementación.

A continuación, presentamos de manera breve algunos de los puntos que consideramos más relevantes:

- Contratación obligatoria de aprendices del SENA mediante contrato laboral:

La reforma establece que las “empresas patrocinadoras” deberán contratar a los aprendices del SENA mediante contratos laborales a término fijo, con todas las prestaciones sociales correspondientes. Se realiza una diferenciación entre las etapas lectiva y práctica, y se incrementa el apoyo de sostenimiento, el cual será del 75 % o 100 % del SMMLV, según la etapa en la que se encuentre el aprendiz.

- Aumento en el recargo dominical y festivo:

La ley contempla incrementos progresivos en el recargo por trabajo en domingos y festivos. Actualmente del 75 %, aumentará al 80 % en 2025, 90 % en 2026 y llegará al 100 % en 2027.

- Nueva jornada nocturna:

Se adelanta el inicio de la jornada nocturna, comenzará a las 7:00 p.m. (antes era a las 9:00 p.m.) y se extenderá hasta las 6:00 a.m. del día siguiente. Se mantiene el recargo del 35 % sobre el salario ordinario para las horas trabajadas en este horario.

- Contratos a término fijo:

A partir de la entrada en vigencia de la ley, los contratos a término fijo no podrán renovarse más allá de cuatro años. Una vez superado ese límite, se considerarán contratos a término indefinido.

- Procesos disciplinarios:

En este aspecto no se presentan cambios sustanciales. La Compañía de Jesús ya aplica desde hace varios años los principios establecidos en la Sentencia C-593 de 2014, que

garantizan el debido proceso en los asuntos disciplinarios. Sin embargo, la nueva ley incorpora unos ajustes importantes:

• Deberá transcurrir un mínimo de 5 días calendario entre la notificación de apertura del proceso disciplinario y la presentación de los descargos.

• Desde el inicio del proceso, se deberá suministrar al trabajador todas las pruebas que obren en su contra.

- Jornada laboral: A pesar que los textos de la Reforma Laboral que inicialmente se debatieron, pretendían una reducción inmediata de la jornada laboral a 42 horas. El artículo 11 de la Ley 2466 de 2025, no modifica lo plasmado en la norma anterior y mantiene la reducción progresiva:

15 de julio de 2023

15 de julio de 2024

15 de julio de 2025

15 de julio de 2026

47 horas

46 horas

44 horas

42 horas

Existen otros aspectos en esta reforma que, conforme se vayan desarrollando e interpretando, compartiremos oportunamente. Desde la Dirección de Gestión Humana de la Administración Provincial, estamos disponibles para brindarles el acompañamiento necesario para asegurar el cumplimiento adecuado de esta nueva normatividad.

Complementos Estratégicos

1. Calendario de implementación de cambios

2025: El recargo dominical sube al 80%

2026: El recargo dominical sube al 90%

2027: El recargo dominical llega al 100%

Vigencia inmediata: la Jornada nocturna inicia desde las 7:00 p.m. y el límite de renovación de contratos a término fijo será de 4 años.

2. Comparativo antes vs. después

Jornada nocturna: Antes comenzaba a las 9:00 p.m. → Ahora iniciará a las 7:00 p.m.

Recargo dominical: Antes 75% → Subirá progresivamente hasta 100%

Contratos a término fijo: Antes sin límite → Ahora máximo 4 años

JORNADA MÁXIMA SEMANAL FECHAS

dirección finAncier A y contAble

Aviso importante “información recibida de forma extemporánea”.

Nos permitimos informarles que hemos identificado dificultades en el cierre mensual, debido a que las diferentes áreas están entregando la información el mismo día del cierre (7 de cada mes). Esta situación genera retrasos y afecta el cumplimiento del cronograma definido a comienzos del año.

Por lo anterior, y para evitar que esta situación se repita, a partir del mes de julio de 2025 la fecha límite para la recepción de documentación relacionada con legalizaciones como facturas, soportes de gastos, legalizaciones de tarjetas de crédito, tiquetes y cualquier otro comprobante será, como máximo, el tercer día calendario posterior a la terminación de cada mes, Es decir, los documentos correspondientes al mes de julio deberán entregarse a más tardar el 3 de agosto y así sucesivamente.

Recepción periódica de documentación:

Para facilitar la gestión contable, se sugiere entregar la documentación de manera semanal y/o quincenal al responsable de contabilidad asignado a cada Obra o Comunidad. Esta práctica reducirá los riesgos de omisión o demora en los registros.

Tenga en cuenta que:

- Cada área es responsable de entregar a Contabilidad la documentación necesaria para su registro contable, como la factura electrónica, el RUT, las certificaciones bancarias, entre otros.

- Entendemos que cada dependencia tiene sus propias labores y compromisos. No obstante, es importante tener presente que es Contabilidad quien procesa la información. Por ello, resulta indispensable que todos los equipos planifiquen adecuadamente sus procesos y cumplan esta directriz sin excepción, a fin de no afectar la operación de la Compañía de Jesús.

- Con el propósito de cumplir con las entregas que mencionamos se sugiere establecer que las fechas de corte para las compras, sea máximo 25 de cada mes.

Implicaciones de no cumplir con esta fecha:

- La documentación recibida después del plazo establecido (el tercer día calendario posterior a la terminación de cada mes), no podrá ser registrada contablemente en el mes correspondiente, lo cual puede afectar la veracidad y el análisis de los presupuestos. Como medida de control, toda información entregada de forma extemporánea será notificada mediante correo electrónico al área correspondiente. El asunto de este correo será “Información recibida de forma extemporánea”. indicando el mes en la que será procesada.

- Esta medida se adopta con el ánimo de evitar posibles sanciones tributarias, ya que, como es de su conocimiento, las facturas electrónicas de proveedores y clientes se envían en tiempo real a la DIAN. A través de los cruces de información, es muy fácil identificar cuáles facturas quedaron contabilizadas por fuera de la fecha indicada en el documento.

- Puede generar inconsistencias en los informes financieros y afectaciones en las conciliaciones internas.

- En algunos casos, los reembolsos (cajas menores y tarjetas monedero) podrían verse retrasados.

Cumplir con este plazo nos permitirá realizar nuestra labor de forma oportuna y efectuar las revisiones necesarias para evitar errores, asegurando así la calidad y confiabilidad de nuestros procesos contables.

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Cumpleaños de jesuitas en agosto

Alberto Múnera

Alfredo Revéiz

5 Alberto Parra 6 Manuel Uribe

8 Horacio Botero

9 Carlos Alberto Palacio

10 Gabriel Ignacio Rodríguez

14 Mario Alexander Vargas

16 Santiago Jaramillo

18 Jorge Enrique Salcedo

19 Hernando Gálvez

Elkin Ariel Tejeda (CAR)

20 José Alejandro Aguilar

José Virgilio Rojas

Héctor Manuel Londoño

23

Jose Carlos Mantilla

28 José Raúl Arbeláez

29 Luis Alfonso Quijano

30 Uriel Salomón Salas

31 Luis Fernando Múnera

Un espacio para soñar juntos nuestra misión

Un sábado al mes de 11:00 a.m. a 12:30 m.

En vivo por Jesuitas Colombia

Sábado 9 de agosto de 2025

Descenso de la natalidad y oferta educativa ¿Cómo enfrentar la caída de la demanda educativa desde nuestras instituciones?

Ponente

Dra. Gloria Lucía Bernal Nisperuza

Directora del Laboratorio de Economía de la Educación, PUJ, Bogotá.

Comentaristas

Misael Enrique Meza Rueda, SJ

Presidente de la Confederación Nacional de Centros Docentes Católicos, CONACED.

Luis Aurelio Castañeda Verano, SJ

Rector del Colegio San Luis Gonzaga

Modera

Rodolfo Abello, SJ

Presidente de ACODESI. Asistente de Educación de la Provincia Colombiana.

A. M. D. G.

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