Universidad SERGIO ARBOLEDA ESPECIALES
Emprendimiento digital: ¿Vino nuevo en odres viejos?
La irrupción de las nuevas tecnologías digitales ha dinamizado la creación de empresas, convirtiendo al emprendimiento digital en la fuente de competitividad y desarrollo económico.
Por Juan Carlos Morales Piñero*
E
n 1993 Rosenbaum y Cronin acuñaron el término de emprendimiento digital y plantearon que el acceso a fuentes de información fiables y oportunas pasaría a ser un elemento crítico para la competitividad de las organizaciones, en la medida en la que la infraestructura tecnológica siguiera fortaleciéndose. Este planteamiento, que resultaba futurista para ese entonces, ahora se puede
constatar en el día a día. Con el pasar de los años, las tecnologías digitales han proliferado rápidamente, incorporando funcionalidades no previstas que han cambiado profundamente los entornos competitivos, remodelando las estrategias y los procesos comerciales tradicionales. Opciones como el big data, el fintech, la inteligencia artificial, el almacenamiento en la nube, el aprendizaje de máquina o el internet de las cosas (IoT), se han abierto espacios en las economías globales y han pasado a ser verdaderos motores para la innovación y el emprendimiento. Estas tecnologías han dado lugar a nuevas formas de colaboración, aprovechando recursos, facilitando el diseño tanto de productos como de servicios, y el desarrollo de nuevos modelos de negocio con tecnologías compartidas. ¿Cómo cambia entonces el concepto tradicional de emprendimiento con estos desarrollos? Desde que Schumpeter planteó en 1934 su teoría del desarrollo económico a partir del espíritu emprendedor, el centro
de atención ha girado en torno a la comprensión de su naturaleza, a las fuentes de la incertidumbre que rodean a la actividad emprendedora y a las formas en que las acciones empresariales se desarrollan en medio de tal incertidumbre. Una fuente importante de esa incertidumbre viene dada por los desarrollos tecnológicos que desequilibran el sistema y obligan al reacomodo de fuerzas a partir de la acción innovadora. En este sentido, vemos que la irrupción de las nuevas tecnologías digitales ha ido generando incertidumbre en los entornos empresariales, desestabilizando en muchos casos negocios establecidos. La entrada de nuevas tecnologías en el contexto cotidiano genera, por tanto, nuevos modelos de negocio que están cimentados en la naturaleza emprendedora. Dos casos cercanos de la incursión de tecnologías digitales en modelos de negocio tradicionales son Uber y Quick, dos compañías que, desde sus modelos de negocio basados en economía colaborativa, logran aprovechar los desarrollos en inteligencia artificial y ciberseguridad para conectar a los diferentes actores del negocio sin invertir en activos fijos. La entrada de estos nuevos negocios al mercado cambia los límites en los que típicamente se mueven las empresas establecidas, obligándolas a innovar en los servicios ofrecidos. El emprendimiento digital, por tanto, se asocia a la creación de nuevos modelos de negocio o a la transformación de negocios existentes, soportados en las nuevas tecnologías digitales. Así, el fenómeno que estamos viviendo no representa un cambio radical en la actividad emprendedora, sino un cambio en el dinamizador del emprendimiento, que ha pasado a ser la revolución 4.0. Lo anterior ha llevado a que muchos países consideren al emprendimiento digital como un pilar fundamental para su desarrollo económico y como fuente principal para la competitividad empresarial. * Director de la Maestría en Gestión de la Innovación y Emprendimiento Digital * PRIME Business School Universidad Sergio Arboleda.
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