Revista EC 118

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REVISTA DE ESCUELAS CATÓLICAS JUNIO 2025. NÚM. 118

Entrevista 26

Teresa Vives Pertusa

Carmelita misionera teresiana y nueva presidenta de EC

El balcón de la vida

Cuando Rafa decidió entre fútbol o tenis y se convirtió en historia

A los 12 años sintió que era el momento de elegir entre sus dos pasiones. El resultado todos lo conocemos. Cuando sientas que ha llegado tu momento, en el Santander estamos contigo.

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SUMARIO

LA CARTA

Cruzando puentes

Jacobo Suárez Matallana

Colegio Santa Ana y San Rafael de Madrid

Día Mundial de la Educación Católica, Jubileo del Deporte y la Educación, EC en las autonomías…

Teresa Vives Pertusa

Carmelita misionera teresiana y nueva presidenta de EC

Somos Comunidad Mamá, quiero ser maestro

El docente como artesano: el arte de educar y cuidarse

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«Construir puentes no es una opción pastoral entre otras, es el único camino»

CRUZANDO PUENTES

n sus primeras palabras como papa, León XIV nos animaba a caminar “sin miedo, unidos de la mano con Dios y entre nosotros”. No se trataba de una frase para el aplauso fácil, sino de una llamada a recuperar la confianza frente al desencanto, a mirar el mundo y a mirarnos con la esperanza que nace de la fe. Frente a quienes se empeñan en analizar los signos de los tiempos con las lentes del cálculo ideológico, el papa nos invita a levantar la cabeza, salir del encierro y abrirnos al otro.

Y esa es, en buena parte, la tarea de quienes asumimos la misión de la educación católica: tender puentes. No es casual que al papa se le llame “pontífice”: pons facere, el que hace puentes. Un puente une orillas, aproxima lo distinto, salva vacíos, abre caminos de paz. El sucesor de Pedro tiene como misión conectar a Dios con la humanidad, a las personas entre sí, a la Iglesia con el mundo. En un tiempo en que la polarización se ha vuelto rutina, construir puentes no es solo una imagen poética, sino un compromiso evangélico y educativo urgente.

Nuestras escuelas están llamadas a ser lugares de conexión: entre generaciones, culturas, saberes, biografías. Donde otros levantan muros, nosotros tenemos que abrir puertas y trazar puentes. Y eso empieza por vivir, también como educadores, en disposición de salida, cultivando la escucha, el cuidado y el diálogo. Como dijo el papa Francisco: “Lo que vale es generar procesos de encuentro, procesos que construyan un pueblo que sabe recoger las diferencias” (Fratelli tutti, 217). Educar es precisamente eso: formar para la comunión, no para el aislamiento; para la colaboración, no para la competencia; para la paz, no para la sospecha.

Una de las prácticas más tristes y repetidas de todas las guerras sigue siendo la destrucción de los puentes. Aún mantenemos en la memoria la imagen del Puente Viejo de Mostar, destruido en 1993 a causa de la guerra de los Balcanes. Romper puentes es fácil: basta con reducir al otro a una etiqueta, ignorar sus heridas, dejar de escuchar. Tenderlos, en cambio, requiere humildad y coraje.

Construir puentes no es una opción pastoral entre otras, es el único camino. Francisco nos habló de pacto educativo, León de construir puentes. Dos imágenes para una misma tarea, en la que necesitamos idénticas actitudes: facilitar el diálogo y el encuentro, vivir en disposición de salida, abrazar la fragilidad de la realidad, perder el miedo.

Pero no basta con construirlos: también hay que cruzarlos. Y eso implica riesgo. Cruzar un puente es dejar atrás el refugio cómodo de nuestra orilla, exponernos, dejarnos transformar por el encuentro. También la educación exige ese éxodo: ir al encuentro del alumno concreto, de la familia concreta, del contexto concreto. No desde la altura, sino desde la cercanía.

El papa León XIV nos lo ha recordado, con palabras que resuenan con fuerza en nuestra misión educativa: “Ayudadnos también vosotros, luego unos a otros, a construir puentes, con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz”. Eso es educar: acompañar al otro para cruzar puentes juntos.

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Incluye la atención sanitaria de los alumnos accidentados durante las actividades escolares y extraescolares, dentro y fuera del centro en el periodo escolar y vacacional.

La vida está llena de polémicas que en demasiadas ocasiones nos enfrentan. En esta sección queremos reflejar esa realidad y proponer argumentos a favor y en contra de noticias de actualidad. No nos pronunciaremos sobre ellas; solo vosotros, vuestra opinión y vuestro sentido crítico. Sin ánimo de relativizar cuestiones de tanto calado, con ánimo de darnos la oportunidad de leer a los que piensan diferente.

¿DEBE EL NUEVO PAPA TENER VOZ EN LA POLÍTICA GLOBAL?

• El papa es el líder espiritual de más de 1.200 millones de católicos. Ignorar su voz es ignorar a una parte significativa de la población mundial.

• En un mundo cada vez más polarizado, su figura puede servir de referente ético, incluso para quienes no comparten su religión. Su autoridad moral está reconocida más allá de la fe.

• Puede actuar como mediador en conflictos internacionales. El papa Francisco, por ejemplo, fue uno de los principales mediadores, junto a Canadá, para restablecer las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.

• Muchos líderes religiosos, incluido el papa, promueven causas globales compartidas como el cuidado del medio ambiente, la paz, los derechos humanos o la acogida a migrantes, alineándose con objetivos de la ONU y otras instituciones.

• Puede dar voz a los más vulnerables, amplificar sus demandas y denunciar injusticias que pasan desapercibidas en la agenda política global.

Con la elección del nuevo papa el papel de los líderes religiosos ha estado en el centro del debate. En un mundo marcado por conflictos, crisis humanitarias y desafíos globales, no son pocos los que ven en estas figuras una guía ética y una voz de autoridad. Pero, ¿realmente debe un líder espiritual influir en las decisiones políticas?

• Religión y política deben mantenerse separadas. La neutralidad de los estados y las organizaciones internacionales requiere no estar condicionadas por creencias particulares.

• Aunque tenga muchos fieles, no es elegido democráticamente por la ciudadanía global, ni puede hablar en nombre de todas las culturas o confesiones.

• Su influencia puede obstaculizar derechos civiles (como el aborto, el matrimonio o el uso de anticonceptivos), especialmente en países con gobiernos sensibles a la Iglesia.

• Dar peso político a un líder religioso corre el riesgo de marginar a otras confesiones o agnósticos, y alimentar conflictos interreligiosos.

• Aunque tenga buena voluntad, su enfoque puede no adaptarse a los matices que exige la política global contemporánea, especialmente en temas científicos, de género o derechos individuales. Su visión puede estar limitada por dogmas.

PROTA DEL MES

JACOBO SUÁREZ MATALLANA «PARA MÍ EL SIGNIFICADO DE PEDAGOGÍA ES ACOMPAÑAR Y HACER

Colegio Santa Ana y San Rafael de Madrid

EL CAMINO CON MIS ALUMNOS»

Podría haber sido abogado. O periodista. Incluso agente forestal. Pero eligió (o fue elegido) un destino también incierto pero desafiante: ser maestro. Y es que Jacobo es de esos que demuestra que hay que perderse un poco para poder encontrarse.

Alguno puede pensar que la vocación le vino tardía, a los 30 años, pero no es del todo cierto. Desde siempre, sin darse cuenta se había dedicado a la educación realizando apoyo escolar mientras estudiaba Derecho, dando clases particulares, viajando de campamento como monitor, etc.

Y es que el saber educar no tiene edad. Como si las vueltas de la vida no sumaran también sabiduría. Él llegó con una mochila cargada de experiencias, trabajos dispares y una vocación que no sabía que llevaba dentro. Cuando, con 29 años empezó como educador en un centro de Educación Especial, descubrió que eso era lo que había ido buscando. Así llegamos a una de las mejores decisiones de su vida (sobre todo para sus alumnos), estudiar Pedagogía Terapéutica… ¿Por qué no?, pensó. Y ese “¿por qué no?” fue la llave que abrió su verdadera vocación.

Desde entonces, 20 años de camino recorrido. Primero como educador en un centro de Educación Especial y más tarde en el Colegio Santa Ana y San Rafael como PT en Secundaria. 20 años en los que ha hecho de su aula un rincón poco convencional, un refugio, un territorio libre de prejuicios, una isla creativa donde aprender se parece más a vivir que a memorizar.

En su clase no todo es currículo. Se habla de Historia y Matemáticas, sí, pero también se baila, se juega, se pinta, se resuelven dudas que no salen en los

libros, se leen noticias, se escucha. Mucho. Porque para este maestro, educar es escuchar de verdad. Ser presencia y acompañamiento.

Tal vez sea su mirada abierta o su formación ecléctica la que le permite conectar con tanta facilidad con sus alumnos. Quizá sean también sus dispares aficiones, su pasión por la montaña, los pájaros o la literatura las que impregnan sus clases de humanidad y curiosidad. Sea como sea, lo que ocurre en su aula no es común. Él mismo la define como el mundo de Alicia en el país de las maravillas. Pero este mundo sí es real. Jacobo es el que hace la magia pero sin sombrero y sin locuras.

Sus alumnos son su porqué vital, los que hacen que ame su profesión. Alumnos con nombre propio y, por supuesto, con su propia historia. María, Álvaro, Clara, Jaime, Dani, Lucía... Y tantos otros que han dejado huella en su carrera y en su vida.

A veces olvidamos que la educación está llena de héroes discretos, de sombrereros que no están locos. De personas que, sin hacer ruido, cambian vidas. De maestros que acompañan y hacen camino junto a los alumnos porque así entienden la Pedagogía. Así es Jacobo.

Gracias por enseñarnos que cada “¿por qué no?” puede ser el principio de una aventura maravillosa y vital. Seguiremos creyendo en la educación. ¿Por qué no vamos a hacerlo con maestros como Jacobo?

El programa de la Unión Europea de apoyo a la educación, la formación, la juventud y el deporte fue reconocido en mayo con el Premio a la Integración Europea de 2025 del Cercle d’Economia, por su contribución a la modernización e internacionalización de la educación en toda Europa, a través de la movilidad y la cooperación estrecha entre las instituciones de educación superior de toda Europa. El programa, que a lo largo de su historia ha ofrecido oportunidades de aprendizaje a más de 16 millones de personas, apoya la adquisición de capacidades de estudiantes y trabajadores, en todos los sectores y en todos los niveles de educación y formación. Este reconocimiento valora la contribución del programa a la creación y el refuerzo de una identidad común basada en valores europeos compartidos como el respeto de la dignidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad, el Estado de Derecho y el respeto de los derechos humanos.

Más información sobre Erasmus+

>CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA

PREMIOS ¡BRAVO! 2024

La Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales (CECS) entregó el pasado 2 de junio los Premios ¡Bravo! 2024 en un acto presidido por monseñor José Manuel Lorca, presidente de la CECS. Estos Premios, en su 55 edición, reconocen la labor de profesionales de la comunicación y su servicio a la dignidad del hombre, los derechos humanos y los valores evangélicos. El premio Especial recayó en la comunicación de la caridad realizada por las parroquias y los voluntarios ante la catástrofe ocasionada por la DANA. Araceli Saavedra, periodista de La Opinión de Zamora, recibió el galardón

en la categoría de Prensa; Radio María, en su 25 aniversario, el de Radio; Matías Prats, que acaba de celebrar 50 años como profesional de la comunicación, el de Televisión; José Francisco Trigueros, y su cuenta @elmaridodelarubia, el de Comunicación digital; Pilar Palomero, y su película Los destellos, el de Cine; el musical Original, el paso de Carlo, basado en la vida del joven Carlos Acutis, el de Música; las campañas de Navidad realizadas por Ogilvy, el de Publicidad; y Ana Díaz, de la diócesis de Canarias, el de Comunicación diocesana. ¡Enhorabuena a todos por vuestra labor!

APRENDIZAJE Y JUEGO

En el mes de mayo Edelvives y la editorial de juegos de mesa Átomo Games firmaron un acuerdo para fomentar el Aprendizaje Basado en el Juego (ABJ) como motor para transformar la educación en las etapas de Infantil y Primaria. La propuesta aúna materiales

impresos y juegos organizados por espacios de aprendizaje (lenguaje; lógica matemática y STEAM; y atención y bienestar) con el objetivo de facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje y reforzar conocimientos previos o contenidos que se trabajen en el aula.

Ganadores de los premios. FOTO CEE
Acuerdo de Edelvives y Átomo Games. FOTO EDELVIVES

SOLIDARIDAD DE INSTITUCIÓN Y EMPLEADOS

A principios de junio la reina Letizia presidió la entrega de premios de la XVII Convocatoria de “Euros de tu Nómina”, iniciativa solidaria del Banco Santander por la que sus empleados donan una cantidad mensual a través de su nómina, y cuya cifra total es igualada por la entidad bancaria. En esta edición participaron 249 asociaciones, de las cuales 32 fueron finalistas y 17 los proyectos ganadores, entre los que se repartieron 650.000 euros, pertenecientes a distintas categorías: Discapacidad, Inclusión

Social, Salud, Cooperación Internacional y Compromiso. Además, durante el acto se reconoció la labor de las más de 40 ONG con las que Banco Santander ha colaborado en Valencia durante los últimos meses, y que han desempeñado un papel fundamental en el apoyo a las poblaciones afectadas por la DANA. Como muestra de agradecimiento, la reina Letizia se fotografió con los representantes de estas instituciones, con un gesto de apoyo a su trabajo y compromiso sobre el terreno.

GRUPO ANAYA apuesta por servicios que atienden las necesidades del sector educativo

Solución sistematizada, ordenada e integral para el desarrollo de la educación emocional del alumnado de Primaria

Servicio de Orientación Académica y Profesional para centros de ESO y Bachillerato

bien, aprender mejor

Desarrollo profesional de talento para equipos directivos y docentes

Elenco de ganadores de esta edición. FOTO BANCO SANTANDER

Rafael Molina. Asesor del Departamento de Innovación Pedagógica de Escuelas Católicas

> ZINKERS Y ESCUELAS CATÓLICAS

Un compromiso de futuro

En un mundo marcado por la necesidad de transformar nuestros modelos de vida, la educación se convierte en el motor del cambio.

Programas como Zinkers responden a este reto con propuestas que no solo forman, sino que inspiran. A través de contenidos innovadores y accesibles en castellano, catalán, euskera, gallego, valenciano e inglés, Zinkers impulsa una conciencia crítica y un compromiso activo con el planeta. Su enfoque no se limita a transmitir conocimientos, sino que promueve una actitud transformadora en el alumnado, preparándolos para liderar un futuro más sostenible.

Los Premios Zinkers, organizados por Fundación Repsol, son una muestra concreta de este compromiso educativo. En su cuarta edición, han reconocido a los centros que han sabido integrar la sostenibilidad en su proyecto pedagógico de forma creativa y significativa. Más de 10.000 alumnos han participado este año, demostrando su implicación en proyectos sobre transición energética, cambio climático y desarrollo sostenible. Una parte destacada de los centros premiados pertenece a la red de escuelas católicas, que han demostrado una vez más su firme compromiso con la educación en valores y su capacidad para liderar iniciativas que promueven el cuidado del entorno y la responsabilidad social desde las aulas. Entre los galardonados, premiados con una dotación de 2.500 euros para desarrollar un proyecto de innovación en su centro y realizar una actividad relacionada con la transición energética, destacan centros de la red de Escuelas Católicas de toda España. En la categoría de Primaria, han sido premiados el Colegio Padre Dehón (Novelda, Alicante), el Col·legi La Salle Maó (Maó, Baleares) y el Colegio Compañía de María (Logroño), centros que han desarrollado propuestas innovadoras que integran la sostenibilidad en el día a día del aula, fomentando la conciencia ecológica desde edades tempranas.

En Secundaria, el reconocimiento ha recaído en el Colegio Sagrado Corazón (Córdoba), el Colegio Nuestra Señora del Carmen (Zaragoza), el Colegio Sagrado Corazón-Anunciata (Valladolid), el Colegio Pureza de María (Madrid), el Colegio Nuestra Señora del Carmen (Finisterre, A Coruña), el Colegio Sagrado Corazón Jesuitas (Logroño), el Colegio Apostólico San José (Nanclares de la Oca, Álava) y el Colegio La Sagrada Familia (Cartagena, Murcia). Todos ellos han demostrado cómo la educación puede ser motor de cambio, integrando la sostenibilidad en proyectos reales y transformadores. Mención especial merece el Colegio La Asunción (Cáceres), premiado tanto en Primaria como en Secundaria, por su enfoque integral y transversal en la educación ambiental.

Desde Escuelas Católicas felicitamos a los centros premiados y reafirmamos

nuestro compromiso con la sostenibilidad y la transición ecológica. Por ello, hemos renovado nuestro convenio con Fundación Repsol para seguir acercando el programa Zinkers a nuestras aulas, ofreciendo recursos innovadores y formación al profesorado que refuerzan nuestra misión de educar en valores y preparar a los alumnos para un futuro más responsable. Con más de 6.000 centros registrados y 225.000 alumnos implicados, Zinkers se consolida como un referente en educación para la transición ecológica. La gala final a finales de junio, será el broche de oro para una edición que ha demostrado que el compromiso con la sociedad del futuro empieza en las aulas.

Conoce más sobre Zinkers FP, Secundaria y Primaria en este enlace

El futuro en sus manos: jóvenes que deciden, crecen y transforman

Hoy más que nunca, orientar a nuestros jóvenes es ayudarles a construir su proyecto de vida con sentido, y conectar con lo que sueñan y lo que el mundo necesita. Por eso, te invitamos a participar en la XXIII Jornada para Orientadores Escolares, un espacio de inspiración, reflexión y formación para quienes creemos en la orientación como una labor clave en el desarrollo personal y en la construcción de una sociedad más consciente y comprometida.

Bajo el lema “El futuro en sus manos”, nos acompañarán profesionales con profunda influencia en el ámbito

educativo y social, que lideran el cambio desde la reflexión, la innovación y el compromiso. Elena Ibáñez hablará del impacto de la IA en la empleabilidad y en cómo elegimos nuestro futuro; Sonia González, nos invitará a mirar y acompañar desde toda la comunidad educativa; y David Cerdá, nos provocará para orientar con propósito y sentido.

Además, se presentarán las novedades de dos experiencias punteras, el “Proyecto Orión”, de la Universidad Pontificia Comillas y el “Programa Xcelence”, de la Fundación Bertelsmann que, con un enfoque transformador y de acceso gratuito para los centros, apo-

yan la imprescindible labor de la orientación con nuevas formas de conectar vocación y realidad profesional desde nuestra identidad.

Una jornada pensada para ti, orientador que acompaña, guía y cree. Nos vemos el 17 de octubre en Madrid. ¡Reserva ya la fecha! En septiembre abriremos la matrícula. Estate atento, porque el futuro de muchos comienza con un encuentro contigo.

Matrícula abierta a partir de septiembre en la web de EC

Departamento de Comunicación de Escuelas Católicas

> INSTITUCIONES EDUCATIVAS Y COMUNICACIÓN

Comunicación y marketing ético

En el marco del Proyecto EC 360, creado este curso como relevo al Seminario de Fundaciones y Equipos de Titularidad y de las reuniones con los coordinadores de las distintas áreas de nuestra institución, se han desarrollado varios encuentros de responsables de comunicación de las entidades titulares. En este foro telemático de encuentro y diálogo, los profesionales de la comunicación han trabajado en un manifiesto que recoge los 12 principios básicos para llevar a cabo una comunicación y un marketing más humano, veraz, respetuoso y coherente con los valores evan-

gélicos y educativos que representamos. Escuelas Católicas y las instituciones educativas que forman parte de ella compartieron dicho manifiesto el pasado 17 de mayo, con motivo del Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, para subrayar la importancia de aspectos tan importantes como escuchar antes de hablar, cuidar el lenguaje, evitar la violencia y las comparaciones, y promover siempre el bien común desde una mirada ética, inclusiva y constructiva. En la página siguiente descubrirás todas las claves para lograr una comunicación y un marketing ético.

Jubileo del Deporte

Dentro del Jubileo de la Esperanza convocado por el papa Francisco bajo el lema “La esperanza no defrauda”, Escuelas Católicas, en colaboración con la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura, de la Conferencia Episcopal, celebró a mediados del mes de junio en Roma el Jubileo del Deporte, una oportunidad en la que se reconoció el valor educativo, inclusivo y fraterno del deporte. Más adelante, ya en otoño, del 27 de octubre al 2 de noviembre, tendrá lugar el Jubileo de la Educación en el que ambas instituciones volveremos a participar para mostrar cómo ser generadores de esperanza desde la realidad concreta que vivimos. > JUBILEO DE LA ESPERANZA

Cuando la esperanza se juega: Jubileo del Deporte en los colegios

Este año la Iglesia celebra un tiempo extraordinario: el Jubileo de la Esperanza, que tendrá varias citas durante 2025. En este contexto, llegó a nuestras aulas, patios y canchas el Jubileo del Deporte, una cita singular donde la fe se juega, se anima y se comparte. No se trata solo de una jornada deportiva, sino de una verdadera experiencia que, como reflexiona el papa León XIV,

invita a vivir como miembros de un gran equipo, compuesto por las personas que comparten con nuestra vida. Y si jugamos con ellas, no importa el resultado del marcador, porque siempre ganamos en lo esencial, en la alegría, la amistad y en el amor.

El deporte, con su lenguaje universal, se convierte así en una poderosa herramienta educativa. Nos enseña a caer y levantarnos, a animar a quien va rezagado, a creer en la remontada, incluso cuando

todo parece perdido. Es un espejo de las convicciones humanistas, donde el esfuerzo y la esperanza van de la mano. La Comisión para la Educación y Cultura, de la Conferencia Episcopal Española, organizó una peregrinación abierta a Roma los pasados 14 y 15 de junio, donde un grupo español vinculado a congregaciones religiosas, titularidades, parroquias, deportistas de élite, medallistas olímpicos y representantes de personas vinculadas al deporte escolar de toda ín-

Dpto.

Este año de fiesta para la Iglesia, podemos ver la riqueza que la constituye cada semana, en cada una de las realidades convocadas en Roma para celebrar juntos el Jubileo de la Esperanza. Desde nuestra realidad de Escuelas Católicas, podemos vernos representadas en muchos de estos encuentros (familias, infancia, deporte, jóvenes…) aunque específicamente la invitación nos llega para finales de este año. El mundo educativo está convocado del 27 de octubre al 2 de noviembre de 2025. Estos jubileos específicos pueden ser una buena oportunidad para pararnos y preguntarnos cómo somos generadores de esperanza desde la realidad concreta en la que vivimos. Educación

dole, y donde estuvo presente Escuelas Católicas, cuyos representantes asistieron a una conferencia en el Auditorium Augustinianum, a la peregrinación a San Pedro, a la proyección de la película Carros de Fuego en el Trastevere y a una misa Jubilar oficiada por el santo padre León XIV.

Coincidiendo con estas fechas, el viernes 13 de junio numerosos centros educativos participaron también de la celebración, sumándose al Jubileo del Deporte con creatividad e ilusión. Desde Escuelas Católicas, se animó a que cada colegio lo celebrara desde su realidad local, convirtiéndose en signo vivo de esperanza. Porque cuando un centro educativo vibra al ritmo del Evangelio, incluso el silbato de un partido puede anunciar buenas noticias, para ello, nuestra entidad ha ofrecido un material pastoral que propone espacios de oración y herramientas que han acabado en carreras solidarias, torneos cooperativos, circuitos de valores y juegos por equipos que simbolizan el camino de la fe.

Quizá por eso, este Jubileo del Deporte ha calado hondo en los participantes y también en alumnos y docentes, que a través de la experiencia que les ha brindado su colegio han tenido la oportunidad para reconocer que educar desde el deporte escolar también es acompañar en la carrera de la vida, y que la victoria más grande no está en ganar el partido, sino en el camino y en las personas.

El Jubileo de Deporte continúa, mientras haya un niño corriendo, un joven animando, un docente creyendo en sus alumnos, la esperanza seguirá viva.

Este partido lo jugamos todos y compartiendo con nuestro equipo… siempre ganamos.

y esperanza son realidades que van de la mano. El mundo educativo en sí mismo es una puerta de esperanza para muchas familias, niños y educadores que cada día hacen de su encuentro una mirada al futuro.

No todos podremos ir a Roma, pero todos podemos celebrar y aprovechar este jubileo del mundo educativo en nuestras realidades cotidianas. Para apoyar esta celebración, Escuelas Católicas y la Conferencia Episcopal Española, desde la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura, estamos preparando una serie de iniciativas y recursos.

Conjuntamente se están elaborando oraciones para el alumnado de los centros educativos, materiales didácticos y una oración-formación dirigida a los claustros. A la vez, es importante

comunicar esta esperanza que vivimos y celebramos en este año especial a todo nuestro entorno, así nuestra esperanza será luz en nuestros barrios, ciudades y diócesis.

Para contagiar nuestra esperanza, también se propondrán peregrinaciones en las ciudades en las que se podrá participar con otros centros educativos. Los delegados de enseñanza de las diócesis y los asesores de pastoral de escuelas católicas están ya trabajando en la propuesta local.

Se nos invita a ir juntos, con los centros cercanos, a celebrar este jubileo del mundo educativo con una peregrinación cuyo itinerario nos indicarán.

¡Que este Jubileo del mundo educativo comience renovando nuestra esperanza y nuestro júbilo en la misión recibida!

> “JUNTOS SOMOS + ESPERANZA”

La esperanza tiene voz

El pasado 29 de mayo nuestras comunidades educativas se unieron bajo un mismo lema: “Juntos somos + esperanza”. Así celebramos el Día Mundial de la Educación Católica, una jornada promovida por distintas organizaciones en el marco del Pacto Educativo Global impulsado por el papa Francisco, y que nos invita a renovar nuestro compromiso con una educación transformadora, evangelizadora y profundamente humana.

En esta ocasión la esperanza tuvo voz. La voz de niños que cantaron con ilusión, de jóvenes que rezaron con el corazón abierto, de educadores que, ese día y cada día del curso, sembraron y siembran futuro desde la fe. Tuvo la voz de una comunidad entera que, unida, proclamaba que la educación católica es mucho más que transmisión de saberes: es encuentro, escucha, testimonio y misión compartida. En cada oración recitada, en cada canción creada, la esperanza se hizo audible, visible y palpable en nuestras escuelas.

Desde las primeras horas del día los colegios católicos de toda España vivieron momentos cargados de emoción, rezando, cantando y compartiendo juntos esta fiesta que nos recuerda que la esperanza no es solo un sentimiento, sino un camino que se construye en comunidad, desde el Evangelio.

Unidos en oración

Uno de los momentos más significativos fue la oración preparada por Escuelas Católicas, que se rezó en muchos centros. Inspirada en el Evangelio de Lucas (24, 46-53), y adaptada de

un texto de José Luis Martín Descalzo, esta oración nos recordó que la esperanza cristiana nace de la Resurrección y se hace carne en el amor, en el servicio, en la comunidad educativa que somos.

“Gracias, Señor, por ser nuestra esperanza, por caminar junto a nosotros en cada paso de nuestra vida. Gracias por cada persona que, desde su vocación educativa, nos transmite la esperanza de un futuro mejor y más justo”.

Este momento de oración fue también una oportunidad para dar gracias a todos los que hacen posible cada día la educación católica: familias, alumnos, profesores, personal de administración y servicios... Porque cada gesto, por pequeño que sea, suma esperanza al mundo.

“Juntos somos + esperanza cuando...”

Desde las sedes autonómicas de Escuelas Católicas celebramos este día con un vídeo que recoge voces, rostros y palabras que completan la frase: “Juntos somos + esperanza cuando…”. Comunión, misión compartida, entrega, fe, acogida... Cada palabra refleja lo que somos y lo que soñamos construir juntos en nuestras escuelas.

LA MÚSICA COMO LENGUAJE DEL ALMA

Este año además, desde Escuelas Católicas invitamos a los colegios a que celebraran este día componiendo con los alumnos canciones originales que transmitieran alegría, compromiso y esperanza. Entre ellas, destacamos las iniciativas del Colegio La Inmaculada (Oviedo), Colegio Claret (Sevilla), Colegio San Francisco Solano, Colegio Jesús Nazareno o la del Colegio Franciscanas de Montpellier que hemos recogido en la sección de nuestra revista “Red no es solo rojo en inglés”. La música fue uno de los medios

elegidos para expresar, con creatividad y entusiasmo, los valores que nos definen. Las canciones compuestas por los alumnos reflejaron compromiso, alegría y la fe que se vive en nuestras aulas. Porque eso es lo que ofrece la educación católica: escuelas donde se aprende con la cabeza, se educa con el corazón y se sirve con las manos. Que este Día Mundial de la Educación Católica no sea solo una fecha en el calendario, sino una llamada constante a seguir sembrando esperanza allí donde más se necesita.

Vídeo “Juntos somos + Esperanza”

Escucha las canciones de los centros

Salesianos Jaén

Sagrados Corazones, Santo Domingo de la Calzada

Nuestra Señora del Carmen, Orihuela

Colegio FEC Nuestra Señora del Carmen, Zaragoza

San José Astillero-Hijas de la Caridad, Cantabria

Juan Pablo II, La Línea de la Concepción

Departamento de Comunicación de Escuelas Católicas

> ACUERDO DE COLABORACIÓN CON WUAYNOT PRODUCCIONES

Formación a través del entretenimiento

El pasado 9 de junio Pedro J. Huerta, secretario general de Escuelas Católicas, y Miguel Ángel Del Barco Sanz, director de la empresa de ocio Wuaynot Producciones, firmaron un acuerdo de colaboración para acercar a los alumnos de los centros educativos pertenecientes a nuestra institución espectáculos y actividades educativas desarrolladas por la productora. De este modo, Wuaynot Producciones, como empresa especializada en ocio y entretenimiento educativo, y su proyecto educativo Todo School, ofrecerá sus propuestas de ocio en condi-

ciones preferentes a los centros asociados a EC, incluyendo promociones especiales en función del número de alumnos participantes.

Estas actividades, caracterizadas por su valor formativo, se darán a conocer a través de publicidad en las páginas de la Revista EC o la web de nuestra institución. Con este acuerdo alcanzado por ambas entidades se refuerza el compromiso por ofrecer experiencias lúdico-educativas de calidad, que contribuyan al desarrollo integral de los estudiantes desde la identidad propia de la escuela católica.

> EC CASTILLA Y LEÓN

Premio de Innovación Educativa 2025

De izquierda a derecha: Román López, del Colegio Paula Montal de Astorga, con “Roma en viñetas, una historia ilustrada con IA”; Arantxa Revuelta y Gabriel, alumno del Colegio Marista San José de León, con “El viaje de Marcelino”; Ana María Hernández, del Colegio San Agustín de Salamanca, con “Un asunto misterioso”; Eva María Ruiz y Ana Torrado, del Colegio La Merced y San Francisco Javier de Burgos, con “Avatares literarios”. FOTOS ECCYL

El pasado 22 de mayo Escuelas

Católicas Castilla y León y la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC) hicieron entrega, en la sede de la UEMC en Valladolid, del Premio de Buenas Prácticas Docentes de Innovación Educativa 2025 en el marco de la XIV Jornada de Intercambio de Buenas Prácticas Docentes titulada “La innovación, un regalo para el sistema educativo”.

El certamen tiene por objeto reconocer y difundir experiencias educativas innovadoras que se llevan a cabo en centros pertenecientes a Escuelas Católicas Castilla y León para mejorar la formación de los alumnos.

El ganador del primer premio de esta edición fue para el Colegio Paula Montal (Astorga, León) por su proyecto “Roma en viñetas. Una historia ilustrada con IA”, un

> EC CASTILLA-LA MANCHA

Identidad de las escuelas católicas

cómic premiado por su creatividad y compromiso educativo; y el segundo recayó en el Colegio Marista San José (León), por su videojuego interactivo “El viaje de Marcelino”. Estos no fueron los únicos centros galardonados, los colegios San Agustín (Salamanca) y La Merced y San Francisco Javier (Burgos) lograron sendos accésit por sus proyectos: “Un asunto misterioso” y “Avatares literarios”.

A principios del mes de mayo Escuelas Católicas Castilla-La Mancha celebró en el Colegio Nuestra Señora del Rosario de Albacete la Asamblea General Ordinaria de titulares, a la que acudieron representantes de los 88 centros pertenecientes a la institución en la comunidad autónoma.

En el transcurso de la misma, además de abordar cuestiones estatutarias, como la aprobación de

presupuestos y estatutos, se reflexionó sobre la identidad de las escuelas católicas como servicio a la Iglesia y a la sociedad, y cómo visibilizar la labor que desarrollan, que además de educar y buscar el bien de los alumnos, ofrece valores que nacen del Evangelio, es inclusiva e integradora. También tuvo cabida en la reflexión el reto que supone para los centros la bajada de la natalidad en la actualidad.

II Liga de Debate

El evento de debate organizado por Escuelas Católicas de Aragón concluyó con la final celebrada en el Seminario Metropolitano de Zaragoza, donde el equipo Coras CD del Colegio Sagrado Corazón (Zaragoza) se alzó con la victoria frente al del Colegio El Salvador (Zaragoza), en una prueba en la que ambos equipos mostraron su dominio de la argumentación y el trabajo en equipo.

En esta edición, participaron 8 equipos compuestos por estudiantes de Secundaria pertenecientes a centros educativos de Aragón que debatieron en torno a la pregunta “¿Vivimos en la era de la desinformación?”.

Desde Escuelas Católicas Aragón se destacó el alto nivel mostrado por los participantes, así como la importancia de iniciativas para el desarrollo personal y académico de los estudiantes que pongan el foco en valores extraordinarios, a veces diferentes a los que suele aplaudir nuestra sociedad actual.

Esperanza, unidad y compromiso educativo

El pasado 6 de junio el Colegio San Agustín de Valladolid acogió la celebración de la Asamblea anual de Escuelas Católicas Castilla y León, a la que acudieron 300 directivos pertenecientes a los 171 centros educativos que forman parte de la red de centros. El encuentro, inaugurado por Luis Argüello, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, se convirtió en foro de reflexión sobre los desafíos actuales del sistema educativo, la identidad de la escuela católica y su papel transformador en la sociedad.

La presidenta de Escuelas Católicas Castilla y León, Encarna González-Campos, incidió en su intervención en la necesidad de responder con esperanza, creatividad y vocación de servicio ante situaciones como

el debate sobre el uso de tecnologías en el aula, la irrupción de la inteligencia artificial, el descenso de vocaciones religiosas o el preocupante descenso de la natalidad. A lo largo de la Asamblea se abordaron las líneas estratégicas de actuación para el próximo año, así como los principales retos del sector educativo concertado en el actual contexto legislativo y social. Se anunció la celebración del Congreso de Innovación Educativa de Escuelas Católicas Castilla y León, que tendrá lugar el 21 de noviembre de 2025 en las Cortes de Castilla y León, bajo el lema “Personalización e Inclusión: el poder transformador de la innovación educativa”. Se ofrecieron, además, ponencias sobre la comunicación aplicada a la función directiva y los problemas derivados de las rupturas familiares.

> EC ARAGÓN
> EC CASTILLA Y LEÓN
Ricardo Bernardo, secretario autonómico de ECCyL, Luis Argüello y Encarna González-Campos, presidenta. FOTO ECCYL

> ESCUELAS CATÓLICAS MADRID

Necesidad de diálogo

El 29 de mayo, coincidiendo con el Día Mundial de la Educación Católica, Escuelas Católicas de Madrid (ECM) celebró la última asamblea de directores del curso ante más de 400 directores de los 340 centros que componen la red de ECM, encuentro que fue presidido por monseñor Vicente Martín Muñoz, obispo auxiliar de Madrid. Miguel Ángel Fraile, presidente de ECM, habló sobre las novedades de proyectos normativos que implicarán cambios en el funcionamiento de la escuela concertada madrileña, como el acceso a la jubilación anticipada, el proyecto de decreto que regula el uso de las pantallas o la financiación de las sustituciones del profesorado.

El encuentro contó con la intervención

de José Carlos Fernández Borreguero, viceconsejero de Educación de la Comunidad de Madrid, y las ponencias de Javier Cortés, sobre la sostenibilidad de la escuela católica, y Jesús Muñoz de Priego, quien subrayó la importancia de adaptar la normativa a la singularidad específica

del carisma de nuestros centros.  Abierta a los administradores en esta ocasión, la Asamblea también ofreció las propuestas formativas de los distintos programas de ECM, así como aspectos jurídico-laborales y económicos de interés para los centros.

Desarrollo de la Asamblea. FOTO ECM

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Teresa Vives Pertusa

Carmelita misionera teresiana y nueva presidenta de EC

«La escuela católica avanza en sintonía con el caminar de la Iglesia y de la humanidad y comprometida en la construcción de un presente y futuro mejor»

Teresa ha sido elegida presidenta de EC en la última Asamblea, celebrada en abril de este año. Su elección refuerza el compromiso de Escuelas Católicas con la continuidad y fortalecimiento de su labor educativa, manteniendo una identidad basada en los valores de la fe y el servicio. Ella es una gran representante de este espíritu de la organización, como lo demuestran las primeras palabras que pronunció tras su nombramiento: “Soy con vosotros y junto a vosotros afrontaré los retos y desafíos que se presenten, y trabajaré por la sostenibilidad de nuestros centros, y el cuidado de la vida que se nos confía en nuestras comunidades educativas”.

«Cada responsabilidad es un servicio al bien común, una mediación a través de la cual el Señor va conduciendo y guiando a su pueblo para que se realice su sueño de fraternidad universal»

Teresa, bienvenida a EC. Para la institución tu aportación va a ser muy valiosa y para ti, sin duda, una gran responsabilidad. ¿Cómo has vivido tu nombramiento y cómo estás viviendo estos primeros 100 días en los que estás inmersa?

A decir verdad, todavía estoy asimilando este acontecimiento que ha irrumpido en mi vida, y que ha supuesto una gran sorpresa que se va prolongando en el tiempo, pues se van concatenando otras responsabilidades y compromisos, que ciertamente están vinculados a este nombramiento y que voy descubriendo poco a poco. Me siento por una parte aprendiz, y por otra ha sido una llamada a salir de mi parcela congregacional para ensanchar la tienda, para caminar, compartir, colaborar y hacer mías las palabras de santa Teresa de Jesús, que “determiné hacer eso poquito que es en mi”, para construir el bien común.

Todos formamos parte de una misma familia de escuela católica y tú conocías bien a EC antes de tu nombramiento, pero ahora vas a tener la oportunidad de vivirla y sentirla desde una nueva perspectiva. ¿Qué sensaciones tienes en estos primeros momentos? Es cierto que conocía a EC. Siempre he asistido a las asambleas y seguido de cerca el servicio extraordinario que presta a las instituciones educativas. Pero una cosa es ser un miembro más de esta familia y otra estar en el corazón de la misma. Siento una profunda admiración por todas las personas que trabajan en la organización, tanto en el ámbito nacional como en el autonómico. En estos momentos, y creo que es normal, te invade una sensación de vértigo.

En tu opinión, ¿cómo puede ayudar EC a las instituciones y a los centros?, ¿qué es aquello que crees que nunca debería perder de vista?

Considero que EC tiene una gran trayectoria en ofrecer ayuda a través de los servicios y proyectos que lidera. ¿Quién no reconoce su dinamismo en ofrecer espacios de encuentro, reflexión y discernimiento sobre temas que afectan a la educación y circunstancias de las mismas instituciones? Es evidente el compromiso en la defensa de sus intereses ante la administración pública u otras instancias, en favorecer la información, el asesoramiento, la formación, el acompañamiento y un largo etc. Todo esto ya lo hace, pero haciendo honor al nombre lo que real-

mente nunca se puede perder es la esencia de la institución, su identidad, ese “quién soy y para quién” El papa León XIV nos ha invitado a ser puentes, pues eso, tenemos que ser mediación y promover un modo de ser y hacer que deja huella, que genera vínculos y que es propio de los seguidores de Jesús maestro.

Y, ¿cómo sueñas tu papel en EC?

Quisiera que los ejes de misión que marcan el rumbo de mi Institución y de mi vida se pudieran hacer realidad también en este nuevo servicio. Siento que cada responsabilidad es un servicio al bien común, una mediación a través de la cual el Señor va conduciendo y guiando a su pueblo para que se realice su sueño de fraternidad universal.  En este proceso cada gesto, por pequeño que sea si está imbuido de amor es precioso y válido. Por tanto, sueño con ser constructora de comunión allá donde este servicio me lleve; sueño con ser capaz de reconocer la belleza en la realidad, personas e instituciones porque todos somos portadores de dones y de posibilidades para los demás; sueño con poder aportar mi granito de arena para restaurar la belleza allá donde esté velada a causa de las dificultades, de la dificultad en establecer relaciones basadas en la caridad, de la pérdida de sentido de cuerpo eclesial, de todo aquello que pone en peligro el caminar juntos y el vivir con esperanza; sueño con poder vivir tan atenta a la realidad que sea capaz de percibir los latidos del corazón de Dios en la vida, en las personas, en los acontecimientos, para escuchar y responder a esa llamada que consiste en seguir dando vida al proyecto de la escuela católica como aportación de valor a la sociedad tan necesitada de sentido.

Sustituyes en el cargo a Ana María Sánchez, religiosa de la Congregación de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, quien ha terminado su mandato después de cuatro años. Todos agradecemos enormemente su aportación, que seguirá inspirando nuestra labor. Cuéntanos cómo ha sido ese “traspaso de poderes” con Ana María.

Siento una gran admiración por Ana María porque asumió la presidencia en momentos bastante complejos y ha dejado su impronta con su talante y sus convicciones.

La verdad es que no hemos tenido mucho tiempo para compartir, pero sí creo que el suficiente para hacerme una idea de lo que

supone asumir esta responsabilidad. El relato de lo que ha supuesto para ella la presidencia y de cómo lo ha vivido, me ha inspirado confianza. He sentido una conexión inmediata con ella y espero poder caminar dando continuidad a su legado de ser facilitadora de encuentros, de poner énfasis en la identidad evangelizadora de la escuela, en la necesidad de caminar juntos y de reavivar la pasión por la educación. Desde este espacio deseo decir GRACIAS, Ana María.

No podemos olvidar la generosidad de tu institución al acceder a que prestes este servicio para toda la escuela católica. ¿Prevés complicado compaginar todas tus obligaciones?

Solo tengo palabras de agradecimiento, pues desde el primer momento me han animado a prestar este servicio a pesar de ser conscientes de lo que supone una responsabilidad más en los tiempos que corren y con los frentes que tenemos abiertos. Bueno, tengo que decir que me ha dado confianza el que Ana María compartiera que este servicio no le ha impedido dar respuesta a sus compromisos congregacionales. Es cierto que ahora hay que hacer cuadrar tres agendas distintas: la de provincial, la de presidenta de la fundación y la de Escuelas católicas. Vayamos paso a paso.

¿Qué retos y qué desafíos crees que enfrenta hoy en día la escuela católica?

Pienso que en esta sociedad tan fragmentada donde el estilo de relaciones que se establece está en gran parte en función de los propios intereses, la escuela católica

BIO TERESA VIVES

tiene la oportunidad de testimoniar que la educación es un acto de amor y por eso es creativa, abierta, resiliente, audaz, solidaria, comprometida. Todos estos valores contribuyen al proceso de transformación y de humanización de las relaciones con uno mismo, con los otros y con la creación, con Dios y con las distintas instancias sociales.

Y para terminar con unas palabras de esperanza, ¿con qué fortalezas cuenta y qué aportaciones puede realizar a la sociedad?

La escuela católica cuenta con grandes fortalezas. La primera y más potente es la Buena Noticia de la que es portadora. Es la fuente y origen de toda iniciativa y acción transformadora, no olvidemos de dónde venimos: nuestros fundadores/as fueron hombres y mujeres de profunda experiencia de fe que supieron mirar la realidad y dar respuestas de sentido a las necesidades del momento; esa misma experiencia hoy, es garantía de futuro. Estoy convencida de que cuando la escuela ahonda sus raíces y bebe de las fuentes del Evangelio su vida es sólida, aporta valor a la sociedad y nada ni nadie le puede arrebatar la esperanza de seguir aportando caminos de solidaridad, de igualdad, de compromiso, de proximidad y unidad, de diálogo y apertura a la diversidad y pluralidad. Podríamos decir con Terencio que “nada de lo humano me es ajeno” para decir que la escuela católica, desde el sentido de misión que la caracteriza, avanza en sintonía con el caminar de la Iglesia y de la humanidad y comprometida en la construcción de un presente y futuro mejor.

Teresa Vives Pertusa nació en Daya Vieja (Alicante) y cuenta con una amplia trayectoria en el ámbito educativo y de gestión institucional. Es licenciada en Lingue e Letterature Moderne por la Universidad de Pisa (Italia) y diplomada en Educación Infantil por el Istituto Magistrale Giuseppe Carducci de Pisa (Italia) y en Espiritualidad por el Instituto Teresianum de Roma. A lo largo

de su carrera, ha ejercido como docente en Educación Infantil, ha sido representante de la entidad titular en centros de su institución y ha desempeñado diversas responsabilidades en equipos de titularidad y animación provincial. En la actualidad, es presidenta del Patronato de la recién creada Fundación Educativa CMT y, desde 2021 es animadora provincial de la Provincia Francisco Palau de Europa.

«Me siento por una parte aprendiz, y por otra ha sido una llamada a salir de mi parcela congregacional para ensanchar la tienda»

El balcón de la vida

El jueves 8 de mayo estas dos palabras: Habemus Papam generaron gran expectación en todo el mundo. Millones de personas, tanto dentro como fuera de la Iglesia, los que dudan, los que esperan o desesperan, todos, buscaban algo más que el nombre del sucesor de Pedro; un gesto, una palabra, quizá un indicio de hacia dónde continuaría caminando hoy la Iglesia. ¿Quién será? ¿Qué rostro tendrá? ¿Qué heridas tocará? ¿Qué acciones priorizará? ¿Con qué estilo? Desde ese balcón, León XIV rompió el silencio regalando lo primero que Cristo resucitado ofreció a los suyos: la paz que describió como “desarmada, desarmante y perseverante”, que nace del amor incondicional de Dios y que desea que alcance a cada persona, en cada rincón del mundo.

«El reto está en encontrar caminos para seguir siendo un pastor que camina con su pueblo, que escucha, que se deja tocar por sus historias, que no se aísla»

esde ese balcón reconoció con gratitud la voz valiente y débil de Francisco, que bendecía a Roma y al mundo, y quiso continuar esa bendición recordándonos que “el mal no prevalecerá” y que “estamos todos en las manos de Dios”. Se presentó como hijo de San Agustín, con aquella frase que nos resuena y que nos interpela: “Con ustedes soy cristiano, para ustedes, obispo”. Habló de una Iglesia misionera, de brazos abiertos, que escuche, que camine, que construya puentes, que no tenga miedo de estar cerca del que sufre. Saludó con emoción a su gente de Chiclayo, que le ayudó a ser pastor desde lo pequeño y terminó como empezó: rezando con el pueblo, confiando la misión a María. Un inicio que no apunta al protagonismo, sino al camino compartido.

DEntrevista en la página web de la Provincia de Agustinos de Sahagún

Pero tras aquella primera aparición desde el balcón van surgiendo los otros muchos espacios donde también somos llamados a estar y por donde el Espíritu no deja de soplar con fuerza y hacer llegar su paz. Seguimos estando invitados a bajar, a salir de ese balcón simbólico y encarnar el Evangelio en los balcones cotidianos del mundo, allí donde la vida sucede, donde la Iglesia se hace cuerpo y cada uno descubre que forma parte viva de él.

No basta con bajar: también hay que reconocerse parte. No como observadores, sino como miembros vivos de un cuerpo en el que cada uno es necesario. Nos lo recuerda san Pablo en la primera carta a los hermanos y hermanas de Corintios 12:14-17.21: “Por su parte el cuerpo no está compuesto de un solo miembro, sino de muchos. Si el pie dijera: como no soy mano, no soy del cuerpo, ¿dejaría por eso de pertenecer al cuerpo? Y si el oído dijera: como no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿dejaría por eso de pertenecer al cuerpo?... Por eso, aunque hay muchos miembros, el cuerpo es uno”.

Pongamos la mirada fija en una parte del cuerpo, en el que salió al balcón, el nuevo obispo de Roma, pero no para quedarnos en él solo, sino para luego continuar escuchando y activando los otros miembros. Para ello nos ayudará a reflexionar la respuesta que el entonces obispo Robert Prevost dijo respondiendo a la pregunta de cómo debe ser un buen obispo: “Ser un buen obispo es ser un buen pas-

tor: acompañar al pueblo de Dios y vivir cerca de él. No se trata de estar aislado. Como ha dicho claramente el papa Francisco en muchas ocasiones, él no quiere obispos que vivan en palacios, sino obispos que cultiven una relación auténtica con Dios, que vivan en comunión con los demás obispos, con los sacerdotes y, especialmente, con el pueblo de Dios.

Un obispo debe reflejar la compasión y el amor de Cristo, guiando a la comunidad eclesial, formando comunidad y enseñando lo que significa ser parte de la Iglesia. Esto implica una gran capacidad de escucha y de diálogo, así como la disposición para promover la sinodalidad, reconociendo su importancia vital dentro de la Iglesia.

El obispo necesita muchas habilidades: debe saber gobernar, tener capacidades administrativas y organizativas, y ser capaz de relacionarse bien con los demás. Pero, por encima de todo, debe proclamar a Jesucristo y vivir la fe de manera que su testimonio despierte en otros el deseo de formar parte de la Iglesia, que es Cristo mismo.

En definitiva, su misión es ayudar a las personas a conocer a Cristo, a tener experiencias reales de fe, y a sentir el amor de Dios actuando en sus vidas”.

Destacamos tres ideas que pueden ayudarnos a todos, no solo a los más de 5.400 obispos que hay en la Iglesia:

1. Vivir cercano al pueblo de Dios, sin aislarse

Para un obispo, estar cerca del pueblo de Dios es esencial, pero cuando se es el papa, esa cercanía se vuelve más compleja. Las exigencias del cargo, la seguridad, los compromisos y la estructura misma del Vaticano pueden convertirse en barreras que dificultan el trato directo, sencillo, cotidiano con la gente. Él, que en Perú se rodeó de tanta gente sencilla que modeló su corazón yankee entre el barro de Piura, Chulucanas y Chiclayo. Fue allí donde eligió su lema: In Illo uno unum, una expresión de san Agustín de Hipona que recuerda que también nosotros, aun siendo muchos, “en Aquel uno -o sea en Cristo-, somos uno”.

El reto está en encontrar caminos, aun en medio de esas limitaciones, para seguir siendo un pastor que camina con su pueblo, que escucha, que se deja tocar por sus

historias, que no se aísla. No hay que emitir juicios rápidos y comparar la diferencia entre Francisco, viviendo en Santa Marta, y la de Prevost, viviendo en el palacio apostólico. Lo que habrá que hacer dentro de un tiempo es ver lo conectado que está con la realidad y si ha podido encontrar y cuidar estos espacios de cercanía y salud. Es cierto que hay lugares, espacios, barrios que a mi, personalmente, no me dejan indiferentes y me ayudan o gritan a vivir con coherencia, pero el don de la inserción, la humildad, la cercanía y el “oler a oveja” hay que pedirlo y suplicarlo cada día, vivamos donde vivamos.

Decía san Agustín en el sermón 61: “Dad, pues, a los pobres. Os ruego, os lo aconsejo, os lo prescribo, os lo mando. Dad a los pobres lo que queráis. No ocultaré a Vuestra Caridad por qué me fue necesario predica-

ros este sermón. Desde el mismo momento de salir de casa para venir a la iglesia y al regresar, los pobres me salen al paso y me dicen que os hable, con la esperanza de recibir algo de vosotros. Ellos me impulsaron a que os hablara. Y cuando ven que nada reciben, piensan que es inútil mi trabajo con vosotros. También de mí esperan algo. Les doy cuanto tengo; les doy en la medida de mis posibilidades. ¿Acaso soy yo capaz de satisfacer todas sus necesidades?”. En el servicio que cada uno tenga en su comunidad educativa, religiosa, diócesis: ¿Qué espacios me ayudan a no aislarme de la realidad que viven las personas? ¿Cómo estoy saliendo al encuentro de los que tengo cerca? ¿Qué mecanismos (a veces inconscientes) uso para protegerme de la realidad sufriente… y cuáles debería atreverme a dejar?

2. Promover la sinodalidad y el diálogo

La sinodalidad no es solo una palabra de moda; es un estilo de Iglesia que escucha, que camina junta, que se deja interpelar por la diversidad de voces que la habitan. Para el papa, impulsar esta dinámica representa un desafío profundo, porque debe hacerlo no solo desde Roma, sino pensando en toda la Iglesia universal, con sus diferencias culturales, sus tensiones internas, sus resistencias. Escuchar de verdad y fomentar un diálogo que no excluya a nadie requiere paciencia, discernimiento, mano firme y una fe grande en la acción del Espíritu.

Todos sabemos las resistencias que encontró Francisco para impulsar no solo un sínodo, sino una verdadera dinámica sinodal regeneradora de vida, donde todo el Pueblo de Dios pudiera sentarse a la misma mesa y ser escuchado: cardenales, religiosos, laicos... todos llamados por su nombre, no por su cargo, sino por ser hijos e hijas de Dios. Algunos vivieron este signo como profético, como un avance, pero también muchos otros como amenaza, moda pasajera y una clara evidencia de la debilidad institucional y de un bajo liderazgo. ¡Qué pluralidad!, o mejor dicho, ¡qué polaridad! Otro gran reto que tendrá León XIV. Quizá por eso ya nos ha hablado varias veces de amor y unidad como herramienta clave para poder ir más allá del balcón.

San Agustín en el sermón 306 dijo: “Dado que hablamos del camino, comportémonos como si fuéramos de camino: los más ligeros, esperad a los más lentos y caminad todos a la par”. Qué complicado caminar a la par, sentirnos en camino junto con otros. Qué reto el de abrir espacios en los que no se trate de ver quién llega antes, sino de ir avanzando todos juntos, de ampliar lo que pensamos y pasar de “mi círculo, mi gente, mi movimiento, congregación o parroquia” al “nuestro” para que pueda entrar gente que ni habíamos pensado, imaginado y que… son también llamados, amados, enviados y convocados por el mismo Señor, el mío y el tuyo, el que también es el de ellos. ¡Qué necesidad de continuar creyendo en la sinodalidad, en la comunión, en el diálogo y la escucha! Qué llamada tenemos tan grande a empujar espacios de encuentro y a hacer vida el Evangelio en lo concreto y diario. Aterrizar la realidad global en lo local tejiendo redes unos con otros. Menuda invitación para mirar más allá del balcón.

¿Qué decisiones concretas estamos tomando para pasar del “mío” al “nuestro”? ¿Qué oportunidades de comunión, colaboración o red tengo cerca… y estoy aprovechando? ¿Abro espacios reales donde otros -distintos a mí- puedan sentirse acogidos, convocados, parte?

esde la alegría que tenemos toda la familia agustiniana al tener como papa de la Iglesia católica a un hermano agustino, Robert Francis Prevost, ahora León XIV, que ha sido también durante 12 años nuestro superior general, escribo estas palabras para subrayar aspectos de nuestra misión evangelizadora en la escuela, y que la Iglesia nos ha encomendado como educadores en los colegios de la Orden de San Agustín en España y en todo el mundo.

3. Ser testimonio que inspire y lleve a Cristo

Quizá el mayor reto para el papa, como para cualquier obispo, como para cualquier cristiano es vivir el Evangelio de manera tan transparente que, al mirarlo, al mirarnos otros deseen conocer a Cristo o, como mínimo, agarrarse y dejarse empujar por dinámicas de vida. Ni más ni menos.

Hacerlo desde un lugar tan visible y tan expuesto como el que él ocupa, en medio de tantas expectativas, críticas y presiones, no es fácil.

Se necesita una fe profunda, una vida interior sólida, y una humildad que no dependa del aplauso ni del juicio. Porque solo cuando el testimonio es auténtico, sin adornos ni estrategias, puede tocar los corazones y despertar el deseo de Dios. Qué precioso encontrar a alguien que sonría, que en medio de las dificultades haga de la amabilidad bandera. Qué suerte dedicar tiempo para cuidar aquello que nos mueve internamente, que nos hace circular nuestra savia, sin obviar las dificultades ni volvernos fans de “Miss Wonderfull”. Ojalá potenciemos espacios, tiempo, esfuerzo, inversiones para que nuestros colegios estén llenos de profesores con vocación al servicio, ojalá que este servicio lo vivan como envío y misión. Decía san Agustín en el sermón 7: “Ama y haz lo que quieras; si callas, callarás con

P. Miguel Ángel Fraile Fernández Presidente de Escuelas Católicas de Madrid y director del Colegio Nuestra

del Buen Consejo de Madrid

Me gustaría destacar el sentido de comunidad y de amistad que brota de la esencia de nuestro carisma y que es lo que mejor podemos ofrecer desde nuestra tarea en la misión como educadores.

amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor”.

El amor. Le deseamos a León XIV que se mueva con, para y desde el amor, y que los que se sienten fuera de la Iglesia, por el motivo que sea, puedan ver detrás de su sonrisa tímida un signo de acogida y bienvenida, un signo de invitación al seguimiento de Jesús.

¿Qué lugar real ocupa la oración en mi vida y cómo la cuido? ¿Qué me sigue atrayendo hoy de Jesús de Nazaret, incluso en medio del cansancio o la rutina? ¿Dónde se me está invitando a dar un paso más para parecerme a Él… y qué resistencias tengo?

Más allá del balcón nos espera la vida. La llamada a redescubrir, reescuchar y actualizar nuestro bautismo no es opcional: es la tarea. Todos somos llamados a vivir como sacerdotes, profetas y reyes. A todos y cada uno se nos regala ceñirnos la cintura, agacharnos y ponernos a lavar los pies, a entregar la vida sin renunciar a la cruz, y a proclamar, con nuestra propia vida, que Él sigue vivo, que ha resucitado y que camina a nuestro lado. Así de fuerte e interpelador. No nos dejará solos. Menos mal que nos envía el Espíritu, la Ruah

Desde el ámbito de mi ejercicio, animo a todas las familias, a todos los profesores, personal de servicios y a quienes son la razón de nuestro trabajo, alumnos y alumnas del colegio, a seguir cuidando cada uno de los aspectos que fundamentan nuestra forma de enseñar y aprender, para seguir creciendo; la búsqueda de la Verdad y el camino de la interioridad que conduce cada uno de nuestros pasos. La verdadera libertad para elegir bien en cada momento, siempre acompañados por la seguridad que nos da la amistad, fundamentada en el amor recibido por Dios y amparado en la solidaridad y comunión cristiana.

Santa, para seguir andando. Un Dios que, como nos decía el de Hipona, “no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas, pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas”.

Y en ese camino, no podemos olvidar a quienes hoy caminan en los márgenes: las familias rotas por la guerra o violencia en los barrios, los migrantes que huyen de la pobreza, los jóvenes que no quieren ni saben soñar, por los que han perdido el sentido y quieren dejar de sufrir, los enfermos que viven en soledad, los que sienten que ya no tienen lugar en la Iglesia. Ellos también son parte del cuerpo. Ellos también esperan que alguien baje del balcón y les mire a los ojos.

Habemus Papam. Pero también, y sobre todo: Habemus Ecclesiam Una Iglesia que camina. Que escucha. Que educa. Que se arrodilla para servir, en nuestro caso desde la educación. Una Iglesia viva que construimos tú y yo, y por supuesto también el papa, y todos, todos, todos; una Iglesia que sigue interpelada, aquí y ahora, desde tantos balcones del mundo por el mandato amoroso del “haced esto en memoria mía” (Lc 22, 19).

En nombre de todos los religiosos agustinos y recordando su lema episcopal In Illo uno unum, palabras que san Agustín pronuncia en un sermón sobre el salmo 127, para explicar que “aunque los cristianos somos muchos, en el único Cristo somos uno” reitero así la necesidad de trabajar unidos en la apasionante tarea de educar, para como también nos ha recordado el papa, enseñemos desde el convencimiento que el Señor como único Maestro nos ayude a transmitir lo que tenemos que enseñar y más aún, lo que tenemos que aprender, porque en la escuela donde Él educa, es nuestro único Maestro. Un abrazo desde la alegría compartida.

«Le deseamos a León XIV que se mueva con, para y desde el amor, y que los que se sienten fuera de la Iglesia puedan ver detrás de su sonrisa tímida un signo de acogida y bienvenida, un signo de invitación al seguimiento de Jesús»

Somos comunidad

Durante este año las Jornadas de Pastoral de Escuelas Católicas continuaron profundizando en los ejes de Escuela Evangelizadora. Si en 2024 las Jornadas giraron en torno a la comunidad educativa que somos, teniendo en el centro a Jesús, este año, y bajo el lema “Somos Comunidad”, los distintos encuentros abordaron la cultura organizacional de nuestros centros: sus valores, experiencias, costumbres, normas, modos de gestión y de liderazgo que nos caracterizan como comunidad educativa. Patricia Aguiar, Pedro Martínez, Paula Merelo y Juan José de la Torre fueron inspiración y compartieron su experiencia en las distintas citas.

La cultura organizacional: ¿Y esto de qué va?

¿De qué hablamos cuando decimos cultura organizacional en nuestras escuelas católicas? Con la pregunta que un adolescente me lanzó durante la preparación de la ponencia para las Jornadas de Pastoral inicio esta reflexión: “¿Y eso de qué va?”. La respuesta es clara y contundente: esto va de NOSOTROS. No se trata de algo ajeno o teórico, sino de la esencia misma de lo que somos y cómo vivimos nuestra misión educativa. Comenzamos con una mirada a la realidad.

PATRICIA AGUIAR RODRÍGUEZ

DIRECTORA DEL AREA DE PEDAGOGÍA DE LA FUNDACIÓN ESCUELA TERESIANA

l papa Francisco nos recuerda la necesidad de entender el contexto en el que vivimos y actuamos1. La escuela católica solo alcanza su verdadero significado cuando ofrece un proyecto educativo y evangélico para hoy. Las palabras del año 2024 seleccionadas por la FundéuRAE2 nos ofrecen una instantánea de nuestra sociedad, marcada por la polarización, la preocupación por los desastres naturales y el cambio climático, las guerras y los procesos migratorios, la desinformación, los problemas sociales.

En un mundo amenazado por el individualismo y la competitividad, “la educación se presenta como un acto de esperanza que mira hacia el futuro desde el presente”3. La clave radica en que la escuela sea un “lugar mayúsculo de resistencia” que cultive lo más humano, la “no indiferencia”4. La pregunta central es qué cultura se transmite para lograr el cambio anhelado, y la respuesta es clara: necesitamos “constituirnos en un NOSOTROS”5 De esto trata la cultura organizacional.

1 PAPA FRANCISCO, Evangelii Gaudium, 50, 2013.

2 https://www.fundeu.es

3 PAPA FRANCISCO, Mensaje para el Pacto Educativo Global, 2020.

4 ESQUIROL, JOSEP MARIA, La escuela del alma Editorial Acantilado, 2024.

Qué es la cultura organizacional

La RAE la describe como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales, materiales y afectivos que caracterizan una organización. Por su parte, Chat GPT la amplía como el conjunto de valores, creencias, normas, actitudes, costumbres, prácticas y comportamientos que comparten los miembros de una comunidad educativa y que caracterizan la forma en que se desarrolla el ambiente escolar.

En esencia, la cultura organizacional es la “personalidad”, el “alma” de la escuela, que guía su funcionamiento diario y su misión educativa. Es algo vivo, que evoluciona y se transforma, adaptándose a los cambios sin perder su esencia.

Ante la cultura organizacional existen riesgos: uno es creer que la vida de la escuela coincide con lo escrito en nuestros documentos, sin que estos principios traspasen la práctica diaria. Además, existen tentaciones: una de ellas es “echar balones fuera”, lo que implica evadir responsabilidades individuales al pensar que esto de la cultura no depende de mí.

En esencia, la tensión radica en la desconexión entre la cultura organizacional idealizada (plasmada en documentos) y la cultura organizacional real (vivida diariamente). Si esta brecha es significativa, la identidad y misión pueden verse comprometidas.

Las claves esenciales de la cultura organizacional son en primer lugar los valores compartidos, que no se declaran, sino que «La cultura organizacional es la 'personalidad', el 'alma' de la escuela»

5 PAPA FRANCISCO, Fratelli Tutti, 17, 2020.

se viven y se transmiten por contagio. En segundo lugar, las estructuras organizativas, que han de ser participativas para dar voz a todos, colaborativas para trabajar juntos en torno a un proyecto común y dinámicas para adaptarse al contexto. En tercer lugar, un liderazgo evangélico que moviliza a la comunidad hacia una visión compartida asumiendo riesgos con mente abierta (apertura), corazón abierto (desarrollando la escucha empática) y voluntad abierta (moviendo a dar el paso posible). Y por último, el desarrollo personal y profesional del personal es fundamental para llevar a cabo la misión educativa..

Retos y desafíos para fortalecer la cultura organizacional

Recuperar el sentido de nuestra vocación educadora y el sentido de convocación. Reconectar con nuestro propósito individual y colectivo, con aquello que da significado a lo que traemos entre manos. Sentirnos convocados, “Alguien nos ha elegido pero con otros/as, para estar con Él y para enviarnos a predicar”, fortalece nuestra identidad comunitaria y nos impulsa a trabajar en torno a nuestro proyecto evangelizador.

Promover una cultura del acompañamiento desde los distintos momentos vitales de los educadores: procesos de iniciación, pasando por la consolidación, la experiencia, hasta llegar a la sabiduría de quienes llevan más tiempo en nuestros centros. En la etapa de iniciación juega un papel crucial la transmisión de la cultura del centro: dotar a los educadores de experiencias que les ayuden a conectar con la esencia de un proyecto evangelizador y a asumir el compromiso que implica formar parte de esta comunidad. Cultivar la experiencia creyente en los educadores como algo “personal y transferible”. Solo así podremos compartir lo que vivimos y despertar en el alumnado la pregunta por el sentido y el deseo de encuentro con Jesús. Necesitamos actualizar el lenguaje y ser creativos, ofreciendo itinerarios específicos y sin presuponer los rastros de una fe heredada.

Hacer de las conversaciones un hábito en nuestras escuelas, creando espacios de participación donde las voces de todos sean escuchadas. Más conversaciones significativas nos permiten construir un

“nosotros” sólido y compartido. Practicar procesos de acción-reflexiónacción nos ayuda a analizar si nuestros procesos nos acercan al perfil de alumnado que queremos educar. Debemos vivir en la tensión constante de evaluar si lo que hacemos conduce a este fin, priorizando procesos pedagógico-pastorales que lo impulsen.

Afrontar los relevos en la función directiva con preparación y acompañamiento. Muchos acceden a dirigir equipos sin desearlo explícitamente, a veces sintiendo una pérdida de su vocación inicial. Es importante hacer sostenibles estos servicios, haciéndolos compatibles con la vida personal, ya que la imagen que proyectan quienes desempeñan estos roles actualmente es fundamental.

Apertura a la realidad y fidelidad al carisma. Ser fieles no implica una reproducción estática del pasado, sino una apertura a la realidad. La escuela debe enseñar a vivir, y la escuela católica debe enseñar a vivir la vida evangélica. Esto es lo que hace creíble nuestra propuesta y es un poderoso testimonio del Evangelio. Tejer redes y superar la autorreferencialidad. Es crucial unir esfuerzos y crear alianzas con otras instituciones y organizaciones bajo la premisa de ganar-ganar. Salir de la autorreferencialidad es una necesidad: solos no podemos lograr la transformación que anhelamos.

Para concluir, un texto del papa Francisco: “Si yo les preguntara a ustedes cuál es la ausencia impresionante en el texto del Padre Nuestro, no sería fácil responder. Falta una palabra por la que todos tienen una gran estima. ‘Yo’ no se dice nunca. Jesús nos enseña a rezar, teniendo en nuestros labios sobre todo el ‘Tú’, y luego pasa al ‘nosotros’. La segunda parte del ‘Padre Nuestro’ se declina en la primera persona plural. Se reza con el ‘tú’ y con el ‘nosotros’. Es una buena enseñanza de Jesús. No lo olviden”6. En definitiva, esto de la cultura organizacional va de nosotros, de fortalecer nuestra identidad compartida, de promover la colaboración y caminar juntos. Solo priorizando el “NOSOTROS” podremos construir un proyecto educativo vivo y esperanzador.

6 PAPA FRANCISCO, Audiencia General, 13 de febrero de 2019.

BIBLIOGRAFÍA

» ESCUELAS CATÓLICAS, Escuela evangelizadora. Una propuesta para encarnar el Evangelio en los centros educativos, 2019.

» PELLICER, C., El liderazgo educativo, motor de transformación en una institución escolar, Ponencia en el 25º Congreso Interamericano de Educación Católica, Colombia (2018).

» ESQUIROL, J. M., La escuela del alma, Editorial Acantilado, 2024.

» MOYÁ, D., Espiritualidad para educadores, Editorial Mensajero, 2011.

» LALOUX F., Reinventar las organizaciones, Editorial Arpa Editores, 2016

Construyendo sobre roca

(Mt 7, 24-27)

“La cultura organizacional en una escuela católica se puede definir como el conjunto de valores, creencias, prácticas y normas compartidas que guían el comportamiento de todos los miembros de la comunidad escolar, desde los estudiantes y el personal docente hasta los administrativos y padres de familia. Esta cultura se basa en principios del Evangelio y la tradición católica, promoviendo la formación integral de la persona en todas sus dimensiones: espiritual, académica, moral y social” (ChatGPT).

PEDRO

MARTÍNEZ

COORDINADOR EQUIPO PROVINCIAL DE PASTORAL DE LAS ESCUELAS

esmenuzando esta definición, estoy convencido de que el conjunto de valores y creencias de la escuela católica están claros para todas nuestras instituciones. Sin embargo, las dudas comienzan al detenernos en algunas de las demás palabras de la definición (“prácticas”; “compartidas”; “comportamiento”) porque la diferencia entre los valores a los que aspiramos y los que asumimos, compartimos y vivimos, es, en ocasiones, enorme. La “prueba del algodón” de lo que realmente tenemos asumido como organización está en las prioridades que tenemos y las decisiones que tomamos.

D«Para que la cultura organizacional de una Institución sobreviva en fidelidad a sus orígenes, debe asumirse que la formación no es opcional»

Primeras tentaciones dependiendo de nuestro rol concreto en la escuela

» Maestros. Pensamos que la responsabilidad es de los directivos del centro o de la institución que son quienes toman las decisiones y eligen las prioridades.

» Cargos directivos. Coincidimos en lo difícil que es poder priorizar en línea a los valores esperados con el personal del que disponemos o pensamos en el poco margen de maniobra que se nos deja desde los planes y proyectos de la institución.

Frente a la dificultad, tendemos a enfocar la mirada en aquello que pensamos no depende de nosotros. Sin embargo, todos somos parte de la organización. Todos colaboramos activa o pasivamente

en la construcción del relato común que conforma nuestra cultura y somos (o no) palanca de cambio.

Aspectos clave para construir cultura organizacional

1. Estructuras al servicio de las personas El término “estructuras” tiende a estar bastante denostado en el ámbito pastoral. Sin embargo, las estructuras bien generadas y utilizadas están al servicio de las personas porque:

» Dan horizonte. Permiten mantener el rumbo a pesar de los cambios de criterios personales, de cargos o de circunstancias e institucionalizar el pensamiento y el discernimiento de la organización manteniendo un relato común y consolidando el trabajo.

» Permiten que avancemos. Al garantizar horizonte y consolidar el trabajo, permiten que nos aupemos sobre lo generado por la organización durante años.

» Propician el trabajo en equipo evitando la dependencia de figuras muy significativas.

2. Liderazgo compartido Hablamos de liderazgo (no de líderes) porque en la escuela católica no podemos estructurar este servicio si no es desde la comunidad que es la que evangeliza, la que convoca y la que “hace escuela”. En la escuela católica, todos lideramos: bien, mal, regular… todo el tiempo y en función de los valores propios. Tenemos una responsabilidad.

Diferentes claves para el liderazgo que proponemos:

» Espiritualidad. El liderazgo cristiano solo puede ejercerse en íntima relación con el discernimiento espiritual, con la vuelta a las fuentes (el Evangelio) y la oración. Si no, o nos falta fe y tenemos un problema de coherencia, o hemos entrado en una vorágine que nos aleja del servicio encomendado.

» Comunicación. Cómo comunicamos lo que comunicamos y qué comunicamos cuando lo hacemos llega, con suma facilidad, a formar parte de nuestra cultura organizacional asumida. Para bien, o para mal. La mayoría de los problemas comienzan con una mala comunicación.

» Acompañamiento/cuidado . Lo que implica caminar juntos (generar relación), dialogar (escuchar), cuidar (estar pendiente) y enviar a la misión (proponer).

» Estrategia. Es imprescindible contar con un horizonte claro hacia el que caminar en fidelidad, con una mirada de conjunto y con herramientas que permitan planificar y evaluar constantemente lo que hacemos. Esto re-

quiere de recursos y los recursos son limitados.

» Búsqueda de relevos. Cualquier persona que asuma un cargo de responsabilidad debe pensar en su sustituto garantizando así la sostenibilidad de los proyectos e instituciones. Debemos tener en cuenta que, actualmente, la generación espontánea no funciona: hay que buscar, seleccionar, formar y acompañar.

» Participación Buscar e implementar los modos de participación real es el único camino para un liderazgo compartido. Esta participación debe llegar a la toma de decisiones e implica formación y comunicación.

3. Formación continua

Para que la cultura organizacional de una Institución sobreviva en fidelidad a sus orígenes, debe asumirse que la formación no es opcional. Destacamos tres elementos clave:

» Precisa recursos, cuesta dinero.

» Debe poner el foco no solo en los contenidos concretos, sino también en los estilos y modos que la organización pretende mantener. Debe ser experiencial.

» No puede ser igual para todos ni avanzar al ritmo de quienes están desenganchados o desmotivados. Precisa de una propuesta diversificada que cristalice en propuestas concretas a personas o grupos concretos.

Una última apreciación

La fidelidad de una institución a sus fundadores no se cimenta en la repetición de las respuestas que ellos dieron en un momento histórico concreto, sino en la observancia de sus intuiciones profundas, su modo de mirar el mundo y los rostros a los que fueron enviados. Cuando soñamos con el presente y el futuro, no podemos dejar de volver a la fuente y encontraremos en ella las respuestas más radicales (de raíz). Sin embargo, no estaremos siendo fieles ni estaremos abiertos al verdadero discernimiento si el “siempre se ha hecho así” se consolida en nuestra propia cultura organizacional. La escuela católica es actualmente el instrumento más potente para la evangelización y la transformación del mundo, y por ello debe siempre estar atenta a los soplos del Espíritu y trascenderse a sí misma.

Una comunidad que sueña con el Evangelio

Quizá a estas alturas haya alguno que dude si realmente el lema de las Jornadas de Pastoral de este año es real, si verdaderamente “somos comunidad”.

in embargo, a pesar de todo y con todo, podemos afirmar con rotundidad que sí, que somos comunidad y una Comunidad que sueña con el Evangelio y que continúa el sueño de sus fundadores aquí y ahora, conscientes de formar parte de un proyecto común que nos supera y nos trasciende, como nos recordaba el papa Francisco: “Nuestra primera característica nace de la comunión. Nuestras clases no son mónadas, nuestras escuelas no son compartimentos estancos. Cada uno de nosotros y de nuestras actividades está en comunión con Dios que nos envía, con la Iglesia universal y local, en un proyecto común que nos supera y nos trasciende, al servicio de la humanidad. […] trabajamos juntos para un bien común, a pesar de nuestras diferencias”1.

que vivimos? No nos vale solo con comunicar lo que hacemos, es necesario dejar claro por qué hacemos lo que hacemos. Simon Sinek, al hablar del círculo de oro de la comunicación2, explica cómo los líderes que de verdad inspiran son aquellos que son capaces de transmitir sus motivaciones profundas porque así llegan a conectar con nuestras emociones.

«Somos una Comunidad que pone en el centro a las personas y para hacerlo es esencial el cuidado»

Si realmente nos creemos esto, entonces el foco no va a estar tanto en qué hacemos, sino desde dónde lo hacemos y ese convencimiento se convierte en sí mismo en signo y anuncio. Nuestra misión es el Evangelio y la llamada personal que cada uno de nuestros fundadores recibió y, como ellos, cada uno de nosotros. Una llamada que necesitamos actualizar. No podemos seguir repitiendo cosas “porque siempre se han hecho así”. Debemos mantener la esencia, pero actualizar los lenguajes. ¿Estamos sabiendo actualizar nuestros carismas? ¿Estamos sabiendo desarrollar una fidelidad creativa? ¿Somos fieles a nuestra identidad o estamos enfrentando identidad y relevancia ahora que parece que nos toca vivir “tiempos recios”?

A veces la identidad se diluye por problemas en la comunicación: ¿cómo comunicamos lo

1 Cfr. PAPA FRANCISCO, Carta a los participantes en el Congreso Internacional de Educación Católica, Diciembre, 2022.

Somos también una comunidad que pone en el centro a las personas y para hacerlo es esencial el cuidado: ¿Nos estamos cuidando? ¿Cómo lo hacemos? Porque cuidarse no es egoísmo, es un deber y una necesidad. Cuidar, cuidarnos, también es evangelizar. Hay muchas formas de cuidarnos: en la selección de personas, en la formación, cuidando la opción que un día hicimos por la comunidad educativa de la que formamos parte, cuidando las vocaciones educativas de quienes trabajamos en el colegio, tomándonos en serio el acompañamiento personal y profesional, etc. ¿Ofrecemos tiempos de calidad para escucharnos, para cuidarnos, para acompañarnos? ¿Qué tipo de relaciones estamos construyendo?

El reciente Sínodo de los Obispos recogía precisamente la importancia de cuidar las relaciones: “El deseo de relaciones más auténticas y significativas no solo expresa la aspiración a pertenecer a un grupo cohesionado, sino que corresponde a una profunda conciencia de fe: la calidad evangélica de las relaciones comunitarias es decisiva para el testimonio que el Pueblo de Dios está llamado a dar en la historia […] el cuidado de las relaciones no es una estrategia o una herramienta para una mayor

2 SINEK, S., How great leaders inspire action, 2009. TedTalks. Página consultada en: https://youtu.be/ qp0HIF3SfI4?feature=shared Diciembre 2024.

PAULA MERELO

eficacia organizativa, sino que es la forma en que Dios Padre se ha revelado en Jesús y en el Espíritu” 3

Deberíamos ser capaces de pasar del ser meros compañeros de trabajo a ser comunidad en misión al servicio de la educación4 y hacerlo, como nos invita el papa Francisco, contagiando la alegría del Evangelio, porque la sentimos, porque estamos convencidos de ella: “De alguna manera tienes que ser misionero, como lo fueron los apóstoles de Jesús y los primeros discípulos, que salieron a anunciar el amor de Dios, salieron a contar que Cristo está vivo y que vale la pena conocerlo. […] Esa también es tu misión. Cada uno la cumple a su modo, y tú verás cómo podrás ser misionero. […] No importa si puedes ver algún resultado, eso déjaselo al Señor que trabaja en lo secreto de los corazones, pero no dejes de vivir la alegría de intentar comunicar el amor de Cristo a los demás”5. Somos también Comunidad que genera nuevas formas de relación y una nueva cultura organizacional y en este aspecto la sinodalidad puede darnos muchas pistas. Para ello es esencial que todos los miembros de la comunidad nos sintamos corresponsables de la misión que nos ha sido encomendada. Los equipos directivos han de vivirse en clave de servicio, al servicio de las personas, pero todos somos corresponsables. ¿Cómo va la misión compartida?

“La sinodalidad es el caminar juntos de los cristianos con Cristo y hacia el Reino de Dios, en unión con toda la humanidad; orientada a la misión, implica reunirse en asamblea en los diferentes niveles de la vida eclesial, la escucha recíproca, el diálogo, el discernimiento comunitario, llegar a un consenso como expresión de la presencia de Cristo en el Espíritu y la toma de decisiones en una corresponsabilidad diferenciada” 6

Por último, podemos afirmar que somos

3 Cfr. Sínodo 2021-2024. Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión. Documento final. Octubre de 2024, n.50.

4 Cfr. Jn 13, 35.

5 Cfr. PAPA FRANCISCO, Carta Encíclica Dilexit nos. 24 de octubre de 2024, n.216.

6 Cfr. Sínodo 2021-2024. Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión. Documento final. Octubre de 2024, n. 28.

una Comunidad que tiene prioridades y la primera es la pastoral: ¿qué lugar ocupa la pastoral en nuestros centros? La pastoral debería ser la columna que vertebrará todo el sistema, la base sobre la que construimos todo lo demás, pero, ¿realmente le damos prioridad? ¿Tiene voz, espacio, presupuesto? No seremos un colegio en pastoral mientras no seamos un claustro en pastoral, mientras no nos sintamos todos responsables, convencidos y nos vivamos como agentes evangelizadores. De la misma manera que buscamos la excelencia académica para nuestros alumnos, también deberíamos ser punteros en pedagogía de la cordialidad, porque el corazón es el centro de la persona. No se trata de hacer grandes cosas, sino de llenar de amor las cosas cotidianas del día a día, como decía santa Teresa. El papa Francisco dedicó su última encícli-

ca precisamente al corazón y nos decía: “Si el corazón está devaluado, también se devalúa lo que significa hablar desde el corazón, actuar con corazón, madurar y cuidar el corazón. Cuando no se aprecia lo específico del corazón, perdemos las respuestas que la sola inteligencia no puede dar, perdemos el encuentro con los demás, perdemos la poesía. Y nos perdemos la historia y nuestras historias, porque la verdadera aventura personal es la que se construye desde el corazón”7.

Así que sí, somos comunidad, una comunidad evangelizadora, y lo vamos a ser más y mejor porque caminamos unidos y nos sabemos parte de una misión que nos trasciende.

7 Cfr. Francisco. Carta Encíclica Dilexit nos. 24 de octubre de 2024, n.11.

Construir comunidad: misión urgente

Los centros católicos llevan años transformando la historia de los barrios, pueblos y ciudades donde han estado enclavados, su misión no puede reducirse a la transmisión de conocimientos. Deben ser un espacio vivo donde se forje una comunidad con propósito, una comunidad que evangeliza desde lo cotidiano y que transforma la vida de quienes la integran. No basta con creer en la misión, hay que hacerla realidad.

JUAN JOSÉ DE LA TORRE

DIRECTOR PEDAGÓGICO DE UN CENTRO DE LA FUNDACIÓN EDUCATIVA SANTÍSIMA TRINIDAD

La comunidad educativa es mucho más que un lugar de aprendizaje, entendemos por Cultura Organizacional los “Valores, experiencias, costumbres, normas, modos de gestión y liderazgo que nos caracterizan como comunidad educativa”1, pero un centro educativo que quiera ser comunidad cristiana no es un conjunto de aulas ni un edificio con normas. No es lo que está escrito en las paredes, es lo que se respira en los pasillos. La verdadera comunidad educativa se siente, se vive, se respira en cada encuentro, en cada conversación, en cada gesto de apoyo y acompañamiento. Es el compromiso compartido de crear un ambiente donde la fe ilumina cada decisión, cada relación y cada acción.

Pero ¿cómo garantizamos que esta misión siga en pie? ¿Cómo aseguramos que nuestra labor educativa no solo forme alumnos, sino discípulos comprometidos?

Para responder a esta pregunta, debemos centrar nuestra atención en tres aspectos clave que consolidan una comunidad genuina: la toma de decisiones, la planificación y los tiempos, y la creación de estructuras que cuidan y son oportunidad.

La toma de decisiones: corresponsabilidad en la misión

Cada decisión debe reflejar la meta de construir comunidad y evangelizar. No podemos delegar la reflexión y la orientación exclusivamente a los equipos de pastoral. Algo falla cuando solo apostillan “los de pastoral”.

Debemos preguntarnos ¿quién lidera nuestro centro?, ¿quién ocupa cada puesto?, ¿cómo definimos los roles?

Si la evangelización es la razón de ser de la escuela, entonces cada persona que forma parte de ella, desde la dirección hasta el equipo docente y administrativo, debe estar comprometida con esta misión. No por obligación, sino por convicción. Es hora de fortalecer la corresponsabilidad entre laicos y religiosos, no como una solución ante la falta de vocaciones, sino como un compromiso compartido por el ideal de evangelizar y formar comunidad. Es hora de que cada docente, independientemente de cómo y por qué ha llegado al centro, defina su rol y nos muestre qué esperamos de él, aquí y ahora.

Planificación y tiempos: sembrar esperanza en cada espacio

El tiempo en una comunidad educativa no puede reducirse a horarios rígidos y agendas llenas de tareas. Debe ser tiempo vivido con sentido, espacio para la reflexión, para el crecimiento espiritual y para la celebración de la fe.

Como nos recuerda el libro del Eclesiastés: “Hay un tiempo para todo”. En nuestra escuela debe haber tiempo para: la dimensión espiritual, que nutre nuestra misión; las relaciones auténticas, donde se construyen vínculos que trascienden; la celebración, porque una comunidad que no celebra se apaga; y la esperanza, porque no hay evangelización sin alegría.

Planificar no solo implica organizar actividades, sino también abrir tiempos para vivir lo esencial. La estrategia debe ser flexible e innovadora, debe permitir innovar y avanzar hacia el futuro con una mirada llena de fe e intención, adaptándose a nuevas realidades sin perder la esencia de la misión educativa. Entrar en la “ac-

tivitis” sin sentido, sin razón, provoca no solo cansancio, sino pérdida del por qué y para qué de las acciones que emprendemos.

Recomiendo aplicar esta matriz ERAC que he adaptado y que nos invita a reflexionar en las acciones y estrategias a la luz de la Biblia.

Crear estructuras que cuidan y son oportunidad: porque evangelizar es acompañar

Una escuela debe ser un espacio de acogida, un refugio para quienes lo necesitan, un hogar donde se forman personas íntegras con vocación de servicio. ¿Un lugar de oportunidad y cuidado para quién?

a) Los docentes

¿Qué son los 50 m2 de mi clase para mí?, ¿permiten los 50 m2 mi desarrollo personal?

Y aquí está la singularidad. Se espera de nosotros “poco menos que la perfección”. Debemos saber escuchar, ser personas intachables, sin nada que corregir, con conductas irreprochables, capaces de ayudar, serviciales, disponibles, sin una palabra fuera de lugar. La responsabilidad de no ser capaces de estar a la altura, de sentirnos maestros, psicólogos, trabajadores sociales, detectives o expertos en leyes; la excesiva carga lectiva y burocrática; la falta de comprensión y colaboración de algunas familias; nuestra propia vida privada, etc., nos abruma. El tiempo nos devora.

Cuando creamos comunidad los docentes necesitan ser cuidados, valorados y deben saber a dónde van. Para los docentes, ser cuidados significa ser vistos como profesionales que desarrollen relaciones de trabajo a largo plazo en un clima de confianza. Además, teniendo un profundo respeto al valor del individuo, con su mochila personal a cuestas. En el día a día ser cuidado significa dar importancia al ¿cómo estás?… y nada más. A veces buscamos grandes rituales para las entrevistas personales y todo fracasa. El ¿cómo estás? del día a día abre puertas al diálogo, al corazón y al alma. Antes que cualquier milagro, Jesús sale al encuentro con los hombres. Así lo relata el Evangelio de Juan. Es necesario lo que el papa Francisco llamó “escuchoterapia”. Nuestros docentes se sienten valorados

cuando sienten que son lugar de encuentro con Dios, cuando hay agradecimiento y misericordia hacia ellos, cuando celebramos y damos importancia a los pequeños detalles.

¿Son los 50 m2 de mi clase un lugar de misión, desarrollo profesional y personal?

b) La institución

La escuela crea comunidad cuando existe una cultura organizativa que garantiza nuestra misión evangelizadora.

Es necesario que las instituciones seamos capaces de tener mirada de dron, separar el foco, distanciarnos y mirar hacia adelante. No basta crear estructuras que soporten esta estrategia de presente y futuro, es necesario acompañar procesos.

Al estilo de Jesús de Nazaret, debe haber un equilibrio entre el qué soy y el qué hago. Las redes sociales están llenas de ejemplos de estar en uno u otro extremo.

Si la escuela quiere formar líderes comprometidos, debe garantizar estructuras que sostengan este ideal. No podemos seguir desgastando a nuestros equipos, necesitamos formar apóstoles satisfechos, no mártires agotados. Morir por la causa es matar la causa.

La evangelización solo será efectiva si cada miembro de la comunidad se siente cuidado, acogido y respetado.

c) El alumnado

No podemos ignorar la crisis de sentido que muchos jóvenes enfrentan. Ya tenemos alumnos ¡hartos de vivir! En el libro “¿Por qué Pierre Anthon debería bajar del ciruelo?, de Francesc Torralba, Pierre está harto de vivir, pero, de hecho, no ha empezado a vivir. ¿Cómo hacerle ver que la vida puede ser una obra maravillosa?

La búsqueda del sentido no es, en ningún caso, una tarea solitaria. Es una tarea comunitaria.

Educar es ayudar a que los talentos florezcan. Es un acto de amor que libera y que permite la transformación personal y del entorno. Para ello es necesario que preparemos a nuestros alumnos para la intemperie, debemos romper la burbuja que rodea a nuestros centros y hacer a nuestros alumnos conscientes de su papel en la comunidad donde habitan. Así, deben conocer el mundo real, y no el ficticio que le hemos construido en los entornos seguros en los que se desarrollan, donde

existe la frustración y donde la motivación nace de crear la voluntad de hacer algo. Como comunidad debemos crear una escuela que no imposibilita, que no corta las alas a los potenciales de los alumnos. ¿Cuántos de nosotros estamos aquí y somos lo que somos porque alguien nos acompañó y animó? En definitiva: creyó en nosotros.

Nuestros alumnos son auténticas máquinas de detectar incoherencias, por lo que nuestro ejemplo en el día será nuestra manera de evangelizar. Nuestros alumnos saben y sienten que estamos ahí. Olvidarán lo que le hemos dicho, incluso lo que hemos hecho, pero nunca lo que les hemos hecho sentir.

Compromiso: hagamos Comunidad meraki

Tenemos el enorme reto de hacer vivo a Alguien invisible, palpable al Alguien intocable y que actúa en lo cotidiano. Y ahí estamos cada uno de nosotros en nuestra debilidad, con nuestras miserias, con nuestras dudas, nuestros problemas personales, familiares o comunitarios. Y nos asalta la duda: ¿yo, Señor?, ¿crear comunidad, yo?

No estaría mal que echáramos un vistazo al Evangelio y pusiéramos los ojos en el “perfil de entrada” de alguno de los doce, y en él encontraremos a apóstoles emocionalmente inestables, con cambios de humor, con intereses personales por encima de los de la sociedad, con tendencia a desconfiar, deshonestos en la justa percepción de impuestos, traidores… y, sin embargo, Jesús pone en ellos sus ojos para crear comunidad.

No esperemos a que otros asuman el desafío. Si estamos aquí es porque hemos sido cuidados, acompañados y formados. Ahora nos toca actuar.

Construyamos comunidad meraki: término griego que indica poner el alma y el corazón en cada acción, desde el amor y la creatividad, con la certeza de que nuestra labor es un acto de fe y transformación.

¿Seré yo, Señor?… Pues claro.

ESCUELAS CATÓLICAS, Escuela Evangelizadora, 2019.

Mamá, quiero ser maestro

Hay frases que, cuando se pronuncian en casa, despiertan una mezcla de orgullo y temor. “Mamá, quiero ser maestro” es una de ellas. Para muchos padres y madres, la vocación (y la carrera) genera cierta inquietud. No por desprecio o desinterés, sino porque durante años, quizá demasiados años, ser maestro ha significado aceptar condiciones laborales difíciles, reconocimiento social escaso y una carga emocional profunda. Y sin embargo, en tiempos de incertidumbre, los docentes se mantienen como faros de humanidad. Por eso hoy, en este tiempo de Jubileo de la Esperanza y de final de curso, levantamos la voz para darles las gracias y para recordar que ser maestro no es solo una profesión: es una misión, una forma concreta de amar, de un amor que es servicio, que es samaritano.

«En tiempos de incertidumbre, los docentes se mantienen como faros de humanidad»

Educar es mucho más que enseñar En un mundo donde el valor de las personas parece medirse por su productividad, hablar de educación como un acto de fe en el otro, en su dignidad y en su potencial, es revolucionario. Los buenos maestros no solo forman trabajadores con un futuro prometedor: forman ciudadanos. Su aula no debería ser un simulacro del mundo laboral, sino un pequeño laboratorio de democracia, de diálogo, de escucha, de responsabilidad compartida. En ella se aprende que el otro, el prójimo, no es un competidor, sino un compañero; que los errores no son fracasos, sino oportunidades para crecer; que la palabra (y por supuesto la Palabra) puede ser puente y no trinchera. La docencia, en este sentido, es una de las profesiones más radicalmente políticas, no en el sentido partidista, sino en el sentido profundo de contribuir al bien común. Y es también una de las más espirituales, porque creer en el potencial del ser humano, especialmente del más vulnerable, es un acto de esperanza encarnada. Como nos recordaba el papa Francisco en la bula Spes non confundit, haciendo referencia a san Pablo (Rm 5,5), “la esperanza no defrauda” cuando se arraiga en la experiencia concreta del amor que se entrega, del bien que se hace, de la justicia que se siembra. ¿No es eso lo que hacen, silenciosamente, tantos y tantas docentes cada día?

Sembradores de esperanza

Cada mañana, miles de docentes se levantan sabiendo que su jornada estará llena de múltiples situaciones: estudiantes que llegan sin haber desayunado, familias rotas, contextos de violencia, aulas masificadas, burocracia asfixiante. Y aún así, allí están. Preparan clases, escuchan, acompañan, comparten, animan. No siempre se ven los frutos, pero siguen sembrando.

El papa Francisco habló muchas veces de los “santos de la puerta de al lado”. Es fácil pensar en un maestro o una maestra al leer esas palabras. Personas que no salen en los periódicos, pero que sostienen el futuro del mundo; que educan desde la paciencia, desde la constancia, desde el ejemplo; que creen en el poder transformador del conocimiento y reconocimiento en el otro, del afecto, del respeto, de la confianza, la mirada, la escucha.

En un tiempo marcado por la desinformación, el ruido y la prisa, los docentes nos

invitan a detenernos, a pensar críticamente, a cuidar las palabras, a escuchar otras voces. Educar es  hoy también una forma de resistencia, de “hacer el lío”, de defensa de lo humano, de apuesta por la fraternidad. Una fraternidad especialmente dirigida a las personas migrantes, ancianas, jóvenes, pobres, víctimas de conflictos bélicos o enfermas.

Por todo esto, necesitamos con urgencia una nueva mirada sobre la vocación docente. No basta con mejorar sus condiciones laborales, aunque eso es imprescindible; es necesario devolverle su lugar central en el imaginario colectivo, en el relato social, en el corazón de nuestras comunidades. Porque sin maestros no hay futuro. Sin ellos, la esperanza se debilita, la democracia se erosiona, la humanidad se empobrece.

Necesitamos que más jóvenes digan con alegría: “Mamá, quiero ser maestro”. Que sientan que esa opción es tan buena, tan valiosa, tan apasionante como cualquier otra. Que entiendan que ser maestro es ponerse del lado de la vida, de la justicia, del amor al prójimo. Que descubran que educar es descentrarse para tocar la esencia del otro, para ponerle en el centro de su servicio, dejar de ser protagonista para que otros puedan serlo en su vida. ¿Qué cosa hay más grande que eso?

Desde la visión cristiana del jubileo, tiempo de gracia, de renovación, de conversión, estamos llamados a mirar la educación con ojos nuevos. A agradecer a quienes nos enseñaron a leer, a contar, a orar, a pensar, a convivir. A apoyar a quienes hoy están en las aulas y siembran en las nuevas generaciones el deseo de dar lo mejor de sí para ayudar a otros a crecer y seguir a Aquel que puso de ejemplo una educación samaritana, diferente, transgresora y disidente. El único maestro y Señor. Ser maestro es concretar el ser iglesia en salida, hacer vida en lo local, en lo concreto y teniendo delante nombres y apellidos de todas las edades que merece la vida vivida en mayúsculas, que hoy, aquí y ahora, es tiempo de esperanza porque podemos ponernos juntos a construirla.

Gracias, maestros

Hace unos días asistí a la graduación de Bachillerato de antiguos alumnos del colegio donde trabajé. Al verlos subir al escenario, convertidos en jóvenes llenos de vida, con sueños concretos y metas alcanzadas, no

pude evitar recordar quiénes eran años atrás: sus dudas, sus tropiezos, sus pequeños logros. Y pensé entonces que ser maestro, ser docente es, sobre todo, una vocación que trabaja a fuego lento. No siempre vemos el fruto inmediato, a veces pasan años hasta que algo se enciende, hasta que todo encuentra su cauce. Pero ese cambio real, profundo, transformador no se da solo. Es sin duda fruto del esfuerzo de cada alumno y alumna. Pero también, y de manera decisiva, de la mirada de esperanza que cada docente depositó en ellos. Esa mirada que ve más allá del presente, que acompaña incluso en silencio, que cree cuando nadie más lo hace. Esa mirada que sostiene.

En tiempos donde muchas certezas se tambalean, los maestros siguen siendo cimiento. En medio de las sombras, son rostro visible de esa esperanza que “no confunde”. Su tarea no es solo profesional, es profética. No es solo necesaria, es preciosa.

Así que, si alguna vez un niño o una

niña, al mirar a su maestro o maestra, piensa: “Yo quiero hacer lo que él hace”, ojalá pueda ser acompañado para que de esa admiración sencilla, pueda descubrir más, en el fondo, la respuesta a una llamada más profunda, la misma que pronuncia Jesús en el Evangelio de Lucas: “Ve y haz tú lo mismo” (Lc 10,37). Y cuando un maestro inspira a otro, cuando una vocación nace al calor de otra, se hace visible esa esperanza que no defrauda la que se construye en lo pequeño, la que transforma sin ruido, la que sigue creyendo incluso cuando todo invita a dejar de hacerlo. Todo lo dicho en estas líneas es, ante todo, una acción de gracias. A ti, que cada día entras en el aula con ilusión, aunque estés agotado. A ti, que acompañas a tus alumnos en el camino de la esperanza. A ti, que sigues formándote y creciendo, que escuchas y compartes, que miras con ternura, que abrazas con justicia. A ti, que no permites que la desesperanza coja fuerza y se agarre en tu camino, en su camino. Gracias.

«En tiempos donde muchas certezas se tambalean, los maestros siguen siendo cimiento»

El docente como artesano: el arte de educar y cuidarse

Ser docente es, en esencia, una tarea propia del artesano. No es una labor mecánica ni repetitiva; es una obra en permanente construcción, tampoco se trata simplemente de transmitir conocimientos o aplicar estrategias pedagógicas. Enseñar es un proceso artesanal, como el artesano que trabaja la madera, el barro o el metal, el docente moldea con paciencia su oficio, su vocación y, sobre todo, a sí mismo. Cada día en el aula, cada charla con un alumno, cada encuentro con un compañero, son pequeños gestos que van dando forma a su identidad como persona y como docente.

«La vocación docente implica entrega, creatividad y presencia constante, pero también demanda pausas conscientes para recargar energía emocional»

Entre clases, evaluaciones y reuniones, va esculpiendo su vocación con la paciencia de quien trabaja la madera o la arcilla: aprendiendo de sus errores, descubriendo nuevas formas, reinventándose cada día. Pero, al igual que un artesano, no puede crear sin herramientas, sin formación, sin inspiración, de igual forma, si el docente no cuida sus herramientas -el cuerpo, la mente, las emociones-, la tarea se vuelve más pesada y pierde sentido. El crecimiento personal no es un lujo al margen de su labor: es una condición imprescindible para sostener el arte de enseñar.

El aula es un taller en constante movimiento. Allí, el docente trabaja con materia viva: los sueños, preguntas, emociones y potencialidades de sus alumnos. Pero no puede olvidar que él mismo también es una obra en proceso, necesita darse tiempo para pulir sus herramientas interiores: la paciencia, la empatía, la creatividad, la escucha. Como el artesano que detiene su labor para observar su obra, el docente requiere pausas que le permitan mirar hacia adentro, evaluar sus emociones, reconocer sus aciertos y aprender de sus fallos.

La vocación docente implica entrega, creatividad y presencia constante, pero también demanda pausas conscientes para recargar energía emocional. Un docente motivado y emocionalmente competente se siente más resiliente, es capaz de innovar y transmitir entusiasmo al alumnado.  El cuidado personal no es un capricho, sino una necesidad, tanto en lo profesional como en lo humano. Disfrutar de un café con calma o pasear tranquilamente al aire libre son gestos cotidianos que reconectan y fortalecen desde adentro. El descanso no solo restaura, también inspira. Porque solo quien se cuida puede seguir cuidando. En los momentos de cierre de curso escolar, cuando el cansancio acumulado se hace evidente y el verano aparece en el horizonte como promesa de alivio, es cuando más urgente se vuelve recordar la necesidad del cuidado docente. Tal como el artesano limpia su taller, ordena sus materiales y prepara sus instrumentos antes de comenzar una nueva obra, el docente necesita espacios donde reparar los pequeños desafíos que ha dejado el curso escolar. Enseñar no es solo transmitir conocimientos, es poner algo propio en cada gesto, en cada clase, en cada relación. Por eso, después de tanto dar,

es muy importante recuperar el equilibrio y la energía emocional.

En este proceso de recuperación, la gratitud aparece como una herramienta potente y transformadora. En el aula-taller del docente-artesano, la gratitud actúa como ese barniz que protege la obra sin ocultarla, que resalta sus vetas más bellas y suaviza sus imperfecciones. Agradecer no solo es un gesto hacia el otro, es también una forma de mirar el mundo con profundidad. En la práctica docente, donde muchas veces se sobrevalora la eficacia y se pasa por alto lo emocional, cultivar la gratitud permite sostener el sentido profundo de la vocación. Cuando un docente se detiene a agradecer lo aprendido, lo compartido, lo superado, se reconoce a sí mismo como protagonista de un camino vital. Y al hacerlo, refuerza su compromiso y renueva su entusiasmo por enseñar. Es una manera de recordar que no está solo y que su labor tiene sentido.

Crear espacios de cuidado desde la comunidad educativa

El cuidado del docente no puede ser solo una responsabilidad individual. Como comunidad educativa, tenemos la tarea de generar contextos que habiliten el bienestar emocional. Esto implica diseñar tiempos y espacios reales para la reflexión, el acompañamiento, la expresión emocional y el desarrollo personal.

Desde Escuelas Católicas estamos poniendo “cabeza, corazón y manos” para seguir generando cultura de cuidado en nuestras instituciones En el marco de las recientes reuniones de Secretarios Autonómicos y de los grupos de trabajo del Proyecto EC 360, se han generado espacios de auténtica cercanía y reflexión compartida. En este contexto, uno de los temas que emergió con fuerza como una prioridad ineludible fue el cuidado del docente.

Bajo el impulso del Departamento de Innovación Pedagógica y, más concretamente a través un equipo de reflexión de asesores pedagógicos de las sedes autonómicas, se ha identificado esta cuestión como una necesidad urgente dentro de nuestras comunidades educativas. Como respuesta, se ha reflexionado sobre cómo crear espacios y momentos para el cuidado del docente y su crecimiento personal”

Fruto de esa reflexión compartida nace una herramienta concreta, sencilla y profundamente significativa: el “Cuaderno de

reflexión y gratitud para docentes”. Un recurso pensado para acompañar al docente en su bienestar emocional y promover una cultura educativa más humana.

Una herramienta para esculpir desde adentro

Este cuaderno no es un manual ni una guía técnica. Es más bien un diario artesanal, una invitación a la pausa y a la introspección. A lo largo de sus páginas, el docente encuentra un espacio para recoger lo vivido, reconocer lo sentido, agradecer lo recibido y dar sentido a su proceso.

Cada semana se proponen una serie de preguntas que invitan a observar el día a día con una mirada reflexiva: ¿Qué momento fue inspirador?, ¿qué desafío me desmotivó y qué sentimientos me ha provocado?, ¿qué aprendí sobre mí en esta semana?, ¿cómo he contribuido al bienestar de mis alumnos o compañeros? o ¿qué puedo agradecer hoy y a quién?, entre otras.

Se considera valioso que, antes de comenzar a escribir en el cuaderno, el docente se tome un momento para conectar con su interior. Por ello, se sugiere iniciar cada semana con una breve pausa guiada a través de un audio, que incluye una oración también diseñada para favorecer la calma, la conexión personal y la concentración. Este espacio de recogimiento ayuda a crear un clima propicio para la introspección, permitiendo que la escritura posterior sea más significativa.

Al finalizar cada mes, el cuaderno ofrece una síntesis que permite ver la evolución personal, reconociendo patrones, aprendizajes, necesidades y metas. También se incluye un

espacio para reflexionar sobre las relaciones con los alumnos: qué funcionó, qué no, y cómo fortalecer esos vínculos que están en el corazón mismo del proceso educativo.

Como cierre de cada bloque, se propone tener un acto de gratitud: escribir una nota de agradecimiento a uno mismo o a otro. En el fondo, dar las gracias, es una forma de cerrar el círculo de la creación: reconocer que cada acto educativo es también una obra compartida.

Anexo al cuaderno se ha diseñado una infografía con frases motivadoras, pensada como herramienta visual que pueda colocarse en la sala de profesores o en el escritorio, siendo una forma de hacer visible lo invisible: de recordar que el arte de enseñar comienza por el arte de cuidarse.

El docente, como artesano de sí mismo, sabe que la perfección no existe, que cada curso, cada clase, cada experiencia lo transforma. Y por eso, necesita herramientas que le permitan no solo enseñar mejor, sino sentirse mejor.

Cuidar al que cuida es una responsabilidad compartida. Es una apuesta por una educación más humana, más plena y más consciente. Porque cuando el docente se dedica tiempo, se escucha y se reconstruye, talla con mayor precisión su manera de enseñar y de acompañar. Así, la escuela se convierte en un espacio de creación donde cada alumno es también una obra en proceso, acompañada por manos que han aprendido primero a modelarse a sí mismas.

Hoy más que nunca, cultivar el cuidado docente no es una opción: es el acto más radical y amoroso de esperanza en el taller cotidiano de la educación.

Agradecemos la participación e implicación en la elaboración del Cuaderno de Reflexión y de la Infografía a los asesores pedagógicos de las sedes autonómicas de Escuelas Católicas: Ángel Crespo (Castilla y León), Teresa Duserm (La Rioja), Arantza Jaka (País Vasco), Jose Ignacio Peña (Comunidad de Madrid), Violeta Pérez (Islas Baleares), Javier Roig (Comunidad Valenciana) y Rebeca Ruiz (región de Murcia)

Web del Proyecto Shamar

Cuaderno de reflexión y gratitud para docentes

Infografía con frases motivadoras para el día a día

ME GUSTA/YOUTUBE

JUNTOS SOMOS + ESPERANZA

El pasado 12 de marzo lanzamos un reto a los centros educativos para que se sumaran a la celebración del “Día Mundial de la Educación Católica”, la iniciativa promovida por diferentes organizaciones de la enseñanza católica e impulsada por el papa Francisco para hacer realidad el Pacto Educativo Global.

Con el objetivo de hacer de este día una celebración festiva para toda nuestra comunidad educativa, resaltando que la escuela católica es un espacio de esperanza, de acogida y de transformación desde Escuelas Católicas propusimos a los colegios crear una canción original que reflejara que nuestros centros son espacios donde se cultiva la esperanza.

Así, invitamos a los colegios a que unieran sus voces y corazones para reconocer el valor de la educación católica en todo el mundo. Este año, bajo el lema “Juntos somos + esperanza”, quisimos que esta jornada fuera un símbolo de unidad, alegría y compromiso. Y lo fue.

Dicho y hecho… El día 29 de mayo, coincidiendo con la festividad de la Ascensión, tuvo lugar el estreno de grandes “temazos” con estribillos pegadizos que repetían un lema fundamental: “Juntos somos más esperanza”, un mensaje que hace de nuevo resonar las palabras del papa Francisco: “La educación es siempre un acto de Esperanza”. En este apartado solo podemos reflejar una de ellas, la elaborada por el Colegio La Salle Franciscanas de Montpellier de Zaragoza, un canto a la esperanza y al amor con referencias a todos los que forman la comunidad educativa y hacen posible un camino junto a Jesús hacia un futuro de esperanza. Un año más hemos celebrado esta jornada que constituye una importante oportunidad para anunciar la Buena Noticia, para sembrar esperanza en nuestro entorno y para reafirmar nuestro compromiso con una educación que transforma vidas. Todos los días deberían ser el Día de la Educación Católica pero, de momento, reservemos fuerzas y cantemos hasta el de 2026.

PÉchale un vistazo al vídeo

ara ser papa tiene que ser buena gente, que se le note la ilusión, que sepa cantar los cantares de la misa, que rece con mucho sentimiento, que escriba bien y, por supuesto, que sea cristiano. Eso era lo que los niños respondían, entre otras cosas al periodista Antonio Jimeno, cuando en la sección “Jimeno y los niños” del programa “Buenos días Javi y Mar” de Cadena 100 les preguntaba sobre el papa y el cónclave.  Y es que al final, estos niños tienen razón. Yo también me conformo con un papa cristiano que sea buena gente y que esté ilusionado con su labor. ¿Qué más podemos pedirle a León XIV?

Canta por la educación católica junto al Colegio La Salle Franciscanas de Montpellier

Momento de la sección “Jimeno y los niños” en @buenosdiasjaviymar

ME GUSTA
Fotograma del vídeo de @lsfranciscanas

NO ES MAGIA, ES INTELIGENCIA

UN PAPA TENISTA

Si algo ha ocupado las portadas y contenidos de nuestras revistas, páginas web y redes sociales a lo largo de las últimas semanas ha sido la muerte del papa Francisco y la elección del nuevo pontífice León XIV.

viajando en un coche de línea. Habría sido interesante encontrar una de Robert jugando al tenis, pero no ha podido ser… Esta imagen, publicada por un medio de comunicación deportivo chileno creo que tiene algo de inteligente y algo de

theresia-anuncio.pdf 1 13/2/25 13:09

Imagen publicada en @setpoint_cl

LIBROS Y PELIS

Testigos de misericordia y esperanza. Las enseñanzas del papa Francisco para el siglo XXI

Ramiro Pellitero. Editorial San Pablo, 2025

Este libro ofrece una síntesis del Magisterio de Francisco relativa a la Iglesia, la liturgia, la moral cristiana o la oración, una serie de reflexiones que nos permiten aplicar el mensaje papal en nuestro día para vivir el Evangelio de forma activa y ser así “testigos de misericordia y esperanza” en tiempos de incertidumbre. Además está prologado por el cardenal José Tolentino de Mendonça, prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación.

Arquitecturas del bienestar

Anna Forés y David Bueno. Editorial Khaf, 2025 Diseñado para profesionales de la educación, esta publicación se ofrece como una guía para quienes buscan generar un impacto positivo en su comunidad educativa. Recoge herramientas teóricas y prácticas para construir espacios que favorezcan no solo el bienestar físico y emocional, sino también el “bien-ser”: una educación con propósito, autenticidad y sentido vital. Aborda aspectos claves como la gestión del tiempo, la calidad del entorno y la creación de aulas que impulsen la creatividad, la interacción y el aprendizaje profundo.

Marketing educativo en acción. Estrategias prácticas para centros educativos

Javier Muñoz Senra y Loles Sancho Martí. Editorial Pirámide, 2025 Este libro se ofrece como una guía práctica y específica para profesionales del sector educativo que deseen ampliar sus conocimientos en el ámbito de la comunicación y el marketing y aplicarlo en sus instituciones. Basado en la experiencia de más de 25 años de trabajo con colegios, academias, universidades y escuelas infantiles, los autores plasman en él lo que realmente funciona en el día a día, ofreciendo acciones concretas, estrategias probadas y ejemplos reales que han ayudado los centros educativos a crecer, diferenciarse y fidelizar a sus comunidades.

Feriópolis

Ledicia Costas. Editorial SM. Colección El Barco de Vapor, 2025

Ganador del Premio Barco de Vapor 2025, Feriópolis es, según su autora, una fantasía que da voz al mundo interior de los niños. Los lectores a partir de ocho años podrán descubrir en él a Lola, una niña huérfana que se debate a diario entre la rabia y la tristeza ante la dura convivencia con sus tíos. Una complicada situación que cambia la tarde en la que va a la feria con una amiga y se sumerge en un universo fantástico lleno de mágicas sorpresas.

Cómo entrenar a tu dragón

Desde el 12 de junio en cines

La corriente de adaptar películas animadas a acción real continúa con este título de DreamWorks, a través del cual viajamos de nuevo a Isla Mema, donde vikingos y dragones están en guerra desde hace generaciones. La situación cambia gracias a Hipo, el hijo del jefe Estoico el Inmenso, quien desafiando siglos de tradición, se hace amigo de Desdentao, un dragón Furia Nocturna, que le lleva a descubrir la verdadera naturaleza de estas criaturas. Cuando una antigua amenaza pone en riesgo tanto a vikingos como dragones, su vínculo con Desdentao será crucial para crear un futuro de paz.

Elio

Desde el 9 de julio en cines

Esta comedia de enredo tiene como protagonista a Elio, un niño obsesionado con los alienígenas que de pronto es transportado al Comuniverso, un paraíso interplanetario donde viven formas de vida inteligente de múltiples galaxias. Allí lo confunden con el líder de la Tierra y, como tal, tendrá que formar vínculos inesperados, navegar una crisis de proporciones intergalácticas y asegurarse de que no pierde la oportunidad de vivir su mayor sueño.

La primera escuela

En cines desde el 19 de septiembre

Esta película nos traslada a la Francia de finales del siglo XIX. La protagonista, Louise Violet, es una profesora parisina, enviada a la campiña francesa, un lugar donde la vida cotidiana está ligada a las estaciones, la tierra y los cultivos. Tendrá que afrontar el reto de convencer a los habitantes para que envíen a sus hijos a la escuela. A pesar de los obstáculos, Violet se entregará en cuerpo y alma a su creencia: la educación es la clave de la libertad.

Ganes o pierdas

Disponible en Disney+

Esta es una serie para todos los públicos sobre un equipo de softball juvenil que explora emociones como la ansiedad, el miedo y el autodescubrimiento. A través de ocho personajes y distintos estilos de animación, aborda temas de salud mental, inseguridad y presión social. Cada episodio ofrece la celebración de la final del torneo desde el punto de vista de sus protagonistas, mostrando luchas internas con las que cualquiera puede identificarse.

«Deseo ser rostro de una Iglesia que se deja conducir por un corazón que busca la verdad y el sentido de la vida, que facilita el encuentro y acoge la pluralidad»

ESTAR DE CORAZÓN EN CADA COSA

stoy apenas aterrizada como presidenta en esta parcela de la Iglesia que es Escuelas Católicas y camino con oído de iniciada y mirada atenta para no perderme nada importante de esta experiencia que pone ante mí un horizonte nuevo. Me asomo a esta ventana, que es el espacio “directo al corazón”, para compartir palabras que resumen reflexión, sueños, anhelos, deseos, esperanzas y que conecten con el corazón de quienes las leen.

El Evangelio de Mateo nos dice: “donde está tu tesoro está el corazón” y yo me atrevo a decir que donde ponemos el corazón encontramos siempre un tesoro, algo valioso y digno de ser cuidado. ¿Dónde está nuestro corazón hoy?, ¿dónde nuestros afectos, nuestros deseos, nuestras preocupaciones? Cada experiencia es un girón de vida que deja huella y donde coexisten en un único movimiento interior el crecer y expandirse cuando nos dejamos afectar y tocar por las mediaciones.

¿Cómo no conservar en el corazón el inmenso y profundo legado del papa Francisco como fuente de esperanza y de inspiración en el cotidiano vivir? Sus palabras han sido una invitación a ir a la esencia de nuestro ser. Con su estilo y talante directo, veraz, desenfadado y a la vez exigente, nos ha instado a mirarnos para descubrir la hondura del ser que no puede guardarse para sí, sino que tiene que salir con toda la energía, vitalidad y pasión de un corazón que derrocha amor y se deja tocar por la realidad y por ende decide encargarse de aquello que afecta al prójimo. Es la llamada a responder cuidando y dando vida.

Y en este contexto jubilar donde la esperanza lo envuelve todo, nuestra mirada pasa del legado del papa Francisco, a la novedad del papa León XIV. Una vez más, el Espíritu Santo, que hace nuevas todas las cosas, nos abre a una nueva etapa en la vida de la Iglesia, de la humanidad. Nos pone ante grandes retos y desafíos instándonos a adoptar una actitud de apertura, sencillez y compromiso a través de algunas de las primeras palabras que nos dirigió el papa el día de su elección: “Queremos ser una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina, una Iglesia que busca siempre la paz, que busca siempre la caridad, que busca siempre estar cerca, especialmente de aquellos que sufren”. Yo deseo ser rostro de una Iglesia que se deja conducir por un corazón que busca la verdad y el sentido de la vida, que facilita el encuentro y acoge la pluralidad de dones, que se deja interpelar por la vulnerabilidad, confrontar por la realidad y guiar por el Espíritu en los procesos de discernimiento para amar y servir a Dios y al prójimo.

Para terminar, solo decir que cuando entré por primera vez en la sede de Escuelas Católicas sentí que muchos años de historia, de servicio incondicional y profesional me saludaban. Y ahí en los rostros, en las miradas, en los gestos y en las pocas palabras intercambiadas, percibí que hay mucho corazón en el quehacer cotidiano. Siento que todos somos protagonistas y testigos de una historia que se va construyendo y narrando entre todos.

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