El tigre en China en ocho poemas
Alicia Relinque Eleta
2010
es el Año del Tigre según el calendario lunar chino. En el horóscopo chino, además de sentir una especial adoración hacia el dragón –animal que representa al emperador, hijo del Cielo-, el tigre tiene también una consideración especial y un cariño ancestral. Se puede afirmar que esta pasión se remonta a hace más de siete mil años cuando ya existía una cultura del tigre, sin embargo, la imagen actual en la cultura china del tigre posee otras características diferentes de las originales. Hu, así suena el nombre del tigre en chino, hu, con “h” aspirada, como un ronroneo ronco de felino, como el silbido del viento entre las rocas o como el grito contenido del miedo. El carácter hu ( ), el signo escrito con el que se escribe “tigre”, parece alejado hoy del dibujo original ( ) -aparecido sobre caparazones de tortugas y huesos de animales (s. XIV-XII a.C.)- del que no es más que su esquematización: cuerpo esbelto rayado, garras y unos ojos desmesuradamente grandes, señal de su agudeza. El tigre es en China el rey de los animales, no en vano las mil rayas de su cuerpo dibujan los cuatro trazos -uno vertical atravesado por tres horizontales- que componen el carácter “rey” ( , wang) sobre una piel dorada, amarilla como la tierra de loess china. Todavía en las selvas del nordeste del país pueden verse tigres en libertad, aunque su número se está reduciendo. Principal dios-animal de la China ar46
caica, la imagen del tigre se reproducía en los bronces utilizados como ofrenda de la dinastía Shang (ss. XVIII-XII a.C.). En esta época, su caza era una de las pruebas que los grandes guerreros debían pasar para mostrar su valor y pericia por poder derrotar a un animal de semejantes fuerza y astucia. Como espíritu benefactor, el tigre fue considerado protector de la agricultura, puesto que era él quien asustaba al demonio de la sequía y además devoraba a los jabalíes que atacaban a los campesinos. Durante la dinastía Han (202 a.C-220 d.C.), a la llegada del nuevo año, se realizaba una danza con máscaras de los doce animales del zodiaco invocando a sus espíritus para pedirles protección. Más tarde, se convirtió también en el guardián de los niños, a quienes se vestía con gorros en forma de tigre que ahuyentaba los posibles peligros que pudieran acecharles. El tigre es el único de los animales sagrados que no posee poderes mágicos especiales. Como tercero de los animales del zodiaco chino, se le atribuyen las siguientes cualidades: audacia, dinamismo, independencia, dotes de liderazgo, sinceridad, honestidad y generosidad. Sus principales defectos serían la rebeldía, su carácter impulsivo e impredecible y su amor por el riesgo. El tigre, en principio, un animal yang, masculino, activo, positivo, luz; sin embargo se mueve en la ambigüedad: el tigre blanco, baihu ( ), es la contrapartida femenina, y por tanto yin, del dragón verde, símbolo de lo masculino. Como animal yang, representaría el Este, pero como animal yin su punto
cardinal es el Oeste. Será su componente yin el que triunfe y por ello se convertirá en el animal guardián de la Reina Madre de Occidente (Xiwangmu), señora de la vida y de la muerte en la mitología china, que preside la vida de los hombres desde el Monte Kunlun, situado allá donde se pone el sol. La ambigüedad del tigre se manifiesta también en sus funciones ante los hombres: devora los malos espíritus, pero es también el devorador de hombres. En su papel primero, enviado por Xiwangmu, se convierte en símbolo de la vigilia: sus rugidos estremecedores bastan para garantizar la seguridad y la tranquilidad de los hombres; su figura se representa sobre las tumbas para que defienda el espíritu del muerto de todo peligro. Varias divinidades aparecen galopando sobre tigres, señal de su poder y majestuosidad. Pero también se asimila a una de las cualidades más queridas por los confucianos, la piedad filial: en la iconografía china se representan a un joven que, retando al peligro, cabalga sobre un tigre para alejarlo de su padre. En su parte negativa, el tigre se puede convertir en el devorador de hombres. Era tan temido que jamás se pronunciaba su nombre y lo llamaban el “gran insecto” (dachong, ) o “rey de las montañas” (shanwang, ). En lugar de eliminarlo con una caza sistemática, muchos gobernantes rezaban al tigre para que abandonara la región y se refugiara en las montañas a lo que los tigres solían acceder. Una anécdota cuenta cómo una anciana denunció ante un tribunal a un tigre que había 2010
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