Instituto Confucio 3 - Noviembre 2010

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LENGUA CHINA

发 ANÉCDOTAS DE LA PRONUNCIACIÓN CHINA 中

Huang Ying. Centro Docente Wen Hua de Madrid

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n alguna ocasión los chinos nativos encontramos muy gracioso y, en cierto modo, con algo de encanto, la inexacta utilización de los tonos en chino por parte de los estudiantes extranjeros acostumbrados a la pronunciación y a la entonación de su lengua materna, así como el acento que le ponen al hablar que denota su procedencia no china. Durante mi larga trayectoria como docente, he sido testigo de diversas anécdotas, las cuales me han llevado a corregir con ejemplos prácticos los errores cometidos por mis estudiantes, para así mostrarles de una manera inmediata y efectiva la correcta entonación de las palabras. Hace diez años comencé a impartir clases de idioma chino en una empresa española dedicada a la exportación e importación de artículos textiles. Instituto Confucio VOLUMEN 03 | NOVIEMBRE 2010

Entre estos alumnos, contaba con la presencia del director de la propia empresa y con la jefa de ventas. Aunque ellos dos llevaban muchos años haciendo negocios en China, me comentaron que no eran capaces de hablar en chino a excepción de un par de palabras aprendidas durante las negociaciones con sus contrapartes chinos, tales como “no me engañes”. Teníamos las clases dos veces a la semana con una hora de duración por cada sesión. Tres semanas después, ambos viajaron a la provincia de Zhejiang por trabajo. Durante las seis clases que recibieron conmigo aprendieron sobre todo el pinyin, además de algunos caracteres básicos y frases sencillas de uso común. La jefa de ventas, muy estudiosa y algo aventurera, se lanzó a hablar en chino después de haber recibido solo esas pocas horas de clase. A su regreso a España, me contó su inolvidable experiencia. Cuando se encontraba a punto de comenzar la reunión de negocios con los socios chinos, ella preguntó con su recién aprendido chino: “Wo mei ma?” –en castellano intentaba preguntar “¿Soy guapa?”-, pero resultó que nadie le entendió y se le quedaron mirando con cara de incomprensión. No tardé en darme cuenta de lo que había pasado: había pronunciado mal los tonos. La chica cambió el mei , de guapa, bonita) con el tercer tono al mei ( de no, no hay) con el segundo tono y luego sustituyó el ma de sílaba átona (吗, símbolo de interrogación) por el ma de primer tono ( , de madre). Así que sin quererlo

le cambió el significado de la frase y acabó diciendo: “No tengo madre”. Todos pensaron que era un poco impropio de una mujer de negocios extranjera actuar como una niña y declarar delante de los presentes que no tenía madre, aunque por cortesía nadie dijo nada. Además, debido a la falta de consonantes oclusivas en español, a veces los alumnos se confunden entre el sonido de la letra k y g, tanto a la hora de pronunciarla como a la hora de escribirla en pinyin, lo que a veces produce cierta risa. Sin embargo, si el estudiante le dedica tiempo, esfuerzo y práctica, logrará mejorar su chino y ser entendido por los nativos sin ocasionar malentendidos verbales. El curso impartido a estos estudiantes duró unos cuatro meses y debido a que tenían mucho trabajo y no podían dedicarle muchas horas al estudio del chino, los alumnos fueron abandonando la clase uno tras otro, con lo que la joven terminó asistiendo ella sola. Sin embargo, estoy convencido de que gracias a su inteligencia, a su coraje, a su amor por la lengua china y a las prácticas reales en sus viajes de negocios, esta señorita logrará un nivel de chino muy alto. Unos años después, encontré en una tienda de ropa artículos de esta empresa a muy buen precio, por lo que deduje que el negocio también les iba de maravilla. 

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