38 RECONOCIMIENTOS
El proveedor INVISIBLE de la sanidad Es un "donante de por vida". Juan Collado, presidente de la Asociación de Donantes de Alicante, trabaja para garantizar el "relevo generacional" concienciando a los más jóvenes, que permita a la provincia ser autosuficiente y seguir cubriendo las necesidades diarias en los hospitales.
Juan Collado, durante la jornada de donación de sangre celebrada en el Colegio de Médicos de Alicante.
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uan Collado (57 años) llega puntual a la cita: a las 9.30 horas y en la sede del COMA donde acaba de comenzar una colecta de sangre. A los 18 años hizo su primera donación implicándose, desde entonces, en este acto de generosidad al que le gustaría que se sumaran más alicantinos. Este ‘donante de por vida’ es presidente de la Asociación de Donantes de Sangre de la provincia de Alicante (ADSPA), y su contribución y solidaridad han sido premiadas en varias ocasiones, concediéndole en 2016 la máxima distinción en España (Mérito Nacional a la Donación Altruista de Sangre en Madrid) y el pasado año fue reconocido como Gran Donante de Sangre. “Somos el amigo invisible de los pacientes y el proveedor invisible de la sanidad. La sangre no la podemos fabricar y hasta el momento no se ha inventado nada que la sustituya”, explica Collado sobre la necesidad constante de buscar nuevos donantes y de fidelizarlos para garantizar un ‘relevo generacional’ que suministre las 250 unidades de sangre que cada día necesitan los hospitales de la provincia.
“Es necesaria un mayor colaboración y campañas publicitarias y de sensibilización” EL PROVEEDOR INVISIBLE DE LA SANIDAD
El pasado año se cerró con 60.152 donantes para una población de casi dos millones de alicantinos, de los que 4.579 eran nuevas incorporaciones, y se hicieron 1.775 salidas a través de unidades móviles. Además, se lograron 374 donaciones de médula ósea. Respecto al perfil del donante, el 26% tenían entre 18 y 35 años; el 23%, entre 36 y 45; y un 50%, entre 46 y 65 años. El miedo a las agujas y a infectarse, las fobias, la falta de información, la no necesidad de sangre entre los familiares, la poca motivación y los desplazamientos son algunas de las causas que los jóvenes argumentaron sobre por qué no acudían a donar sangre, según un trabajo que hicieron en colaboración con estudiantes de la Universidad Miguel Hernández. Un miedo a contagiarse de COVID que se hizo más patente con la pandemia por las restricciones, lo que llevó a pedir a los alcaldes que lanzaran un mensaje tranquilizador para que el donante se sintiera y estuviera seguro. Esta campaña de pedagogía quieren trasladarla ahora a los más pequeños, en los colegios, para que empiecen a concienciarse sobre este gesto sencillo y altruista. “Parece que la sangre siempre está ahí y que cuando te hace falta abres una nevera y la coges”, comenta. Con 86 donaciones a lo largo de su vida, -también es donante de plasma- Collado pide mayor colaboración y campañas publicitarias y de sensibilización para potenciar las reservas de sangre y de médula ósea, que permitan seguir ayudando a personas enfermas y salvando vidas.