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por Miguel Apontes / Página
Martín Sabbatella estuvo en Córdoba se debate
sobre quién manda en el país
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El presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) participó junto a la rectora de la UNC, Carolina Scotto, y Martín Fresneda, el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, de un foro sobre la Ley de Medios en Radio Nacional. El convencimiento de que, más temprano más tarde, la Ley 26522 regirá por igual para todos y los beneficios implícitos en su espíritu podrán ser apreciados por la sociedad argentina en su conjunto.
por Miguel Apontes fotografía Marina Miguel
Martín Sabbatella desde que asumió sus funciones viene trabajando activamente para lograr, ni más ni menos, que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual entre por fin en vigencia. No oculta su convencimiento de que esta norma es fundamental para la profundización de la democracia que en Argentina nos aprestamos a cumplir 29 años ininterrumpidos.
“Estamos entusiasmados con este momento histórico, de profundas transformaciones de la comunicación al calor de las profundas transformaciones que vive Argentina. La Ley, por supuesto, es una Ley que busca que haya pluralidad, diversidad, libertad de expresión, derecho a la información. Y sobre todo dotar de un conjunto de herramientas necesarias para que nuestro pueblo pueda tomar la palabra en toda la Patria; esas voces diversas, que expresan distintas tradiciones, distintas tonadas. La Ley contempla un 33 % para las organizaciones populares sin fines de lucro, las organizaciones sociales. En ese sentido, obviamente, necesitamos tener políticas de fomento que acompañen a las organizaciones comunitarias en los primeros pasos”, sostiene Sabbatella en el primer tramo de su intervención.
Desde ya que no deja de ser una novedad hoy en Argentina –o una realidad que debemos asumir- que una norma, votada legítimamente en el Congreso de la Nación, no pueda implementarse en su totalidad tras tres años de promulgada. “Las cosas no comienzan cuando uno llega ni se terminan cuando uno se va. Por lo tanto hay una historia antes de que yo asuma. Si uno ve los tres años de la Ley, en lo que se pudo aplicar y no estuvo obstruido por los grupos concentrados de comunicación que querían frenar la adecuación, podemos observar que se ha avanzado mucho: las radios comunitarias existentes, las 24 radios de pueblos originarios, el canal de los mapuches que se abre el 7 de diciembre en Bariloche, las más de trescientos emisoras nuevas. Pero hay que hacer mucho más; en ese sentido hicimos un convenio con el Fondo Nacional de las Artes para pequeños créditos y subsidios de hasta 50 mil pesos para organizaciones sin fines de lucro y créditos de hasta 70 mil para emprendimientos privados a una tasa del 9%. Esto lo hicimos con el Fondo de las Artes. También trabajamos con el
pensar un pais con justicia social
Banco de la Nación, buscando que accedan a estas políticas de fomento no solo las pequeñas y medianas empresas, sino aquellas organizaciones que no son sujetos de crédito y que a veces no cumplen con ciertos requisitos. Paralelamente con el Ministerio de Trabajo de la Nación, firmamos dos convenios: uno ligado a un pedido de la Presidenta y que tiene que ver con proteger las fuentes de trabajo en el proceso de adecuación, convencidos que la Ley no solo va a preservar el conjunto de las fuentes de trabajo sino que va a generar nuevas funciones laborales ya que habrá nuevas emisoras, nuevas productoras independientes; entonces armamos un convenio de capacitación y formación para que trabajadores se puedan incorporar al mundo de la comunicación audiovisual. Es decir que estamos trabajando en términos de soportes financieros y en términos de capacitación de recursos humanos.”
La Ley, interpretada a su modo por la corporación
“Esta es una Ley no para un grupo u otro. Es para todos. Hay un solo Grupo que ha dicho que no se va a ajustar a la Ley. Se habla por eso de un grupo en particular, sino tendríamos que hablar de veinte grupos que no cumplen la Ley. Tenemos que cumplir la Ley porque lo contrario es desafiar a la democracia, al Estado de Derecho, ponerse por encima de los poderes del Estado. Un grupo ha planteado distintas estrategias judiciales para frenar la aplicación integral de la Ley. Lo nuevo, desde el 22 de mayo, es lo que dijo la Corte Suprema, poniendo límites a el estiramiento de plazos por medidas cautelares. No es un plazo que puso el gobierno nacional, el Afsca o alguien en particular. Es una fecha que establece la Corte Suprema de Justicia de la Nación y que pone un tope a la medida cautelar, porque no hay riesgo para libertad de expresión, al revés. Por lo tanto, aunque siga el debate sobre la cuestión de fondo, en todo caso habrá un debate patrimonial según como se resuelva la cuestión de fondo. El Grupo Clarín presenta un pedido de prórroga que le es denegado y la Corte insta a los jueces de primera instancia a resolver la cuestión de fondo. Como estamos convencidos de la constitucionalidad de la Ley nos parece muy bien y estamos pidiendo a los grupos económicos de la República Argentina que por algún motivo se excedan de aquello que la Ley prevé, ya sea el 35 % del mercado, 10 licencias de aire, 24 sistemas de cable, para que presenten su plan de adecuación. Esperamos que todos lo hagan, aun los que hoy están diciendo que no lo van a hacer. Por supuesto, si esto no sucede, el Estado y el Afsca tienen que garantizar el cumplimiento de la Ley y actuar de oficio para que todo el mundo esté adentro de la Ley.”
Los puestos de trabajo: la preocupación de Mitre y Canal 12
La inquietud de trabajadores de la comunicación de Córdoba le es trasladada al presidente de la Afsca. Aunque se justifica por no tratar los casos de ningún grupo particular, ratifica la decisión de preservar todos los puestos de trabajo.
“No corresponde que hable de algún grupo en particular, porque esperamos que todo el mundo se presente en tiempo y forma para la adecuación. Después, si algún grupo no presentó un plan de adecuación y el Estado tiene que actuar de oficio, viene el mecanismo de transferencia de oficio; que tiene un procedimiento como el abrir un registro de oferentes, iniciar la tasación por el Tribunal Nacional de Tasación de las licencias de quien no haya presentado su plan de adecuación voluntaria, seleccionar las licencias a licitar con las cuales está excedido el grupo, licitar esas licencias, adjudicarlas y hacer el traspaso del titular anterior al nuevo titular. En ese proceso debe estar garantizado la continuidad del servicio y la fuente de trabajo y el cuidado de los bienes. El titular actual debe cuidar los bienes, garantizar la continuidad del servicio y la fuente de trabaja hasta que llegue el nuevo titular. Todos los requisitos de los pliegos licitatorios –está en un convenio con el Ministerio de Trabajo de la Nación- establecen claramente que el nuevo titular se hará cargo de la licencia con el conjunto de los trabajadores en el marco de los convenios colectivos de trabajo. Lo que está claro también es que en esta estrategia de desvirtuar el espíritu de la Ley –porque no pueden decir la verdad, que es que no cumplen la Ley para sostener sus privilegios y posición dominante- intentan construir un relato que contacte con alguna causa más noble, atractiva a una parte de la opinión pública. Primero dijeron que la Ley cercena la libertad de expresión; todo el mundo sabe que es todo lo contrario, de hecho el relator de las Naciones Unidas, Frank Larue, dijo lo contrario y la puso como ejemplo para el resto del mundo; además, el grupo que habla de que cercena la libertad de expresión quiere meter
Martín Fresneda: “La información es un derecho humano”
El incumplimiento de la Ley estaría en clara violación de un derecho humano, se debe velar por el cumplimiento del derecho a la información. Independientemente de que el ámbito natural de aplicación de la Ley está en manos del Afsca; pero por mandato de la presidenta, esta Secretaría se interesa por este derecho humano a la información, a la cultura. Y es que nos estamos comprometiendo con una Argentina diferente, por voces que durante años fueron relegadas y hoy empiezan a ser voces presentes; aquellas voces que no están a causa de algunos cómplices. Y de otros tiempos, de los tiempos de la oscura dictadura militar, y que hoy los siento presentes porque desde que Néstor Kirchner llegó a la presidencia, el querido Néstor (...) esta Argentina nos permitió ver cómo incluíamos día a día a aquéllos argentinos sin posibilidades, futuro, sin destino; hoy nos estamos hermanando desde la igualdad, construyendo entre todos un proyecto colectivo.
Si hay algo que ha transformado a la Argentina es la lucha por los derechos humanos; que fue la matriz filosófica y política de un gobierno nacional y popular; y eso se lo debemos a Néstor Kirchner y a Cristina Fernández de Kirchner.
Tenemos proyecto político y por eso tenemos una Ley como la Ley de Medios; si defendimos este proyecto durante diez años, podremos defender esta Ley, por más que haya algunos que no quieran cumplirla, el pueblo argentino exigirá a estos señores que diseñaron un plan estratégico para acumular poder desde esos multimedios, esos capitales concentrados que no nos dejan progresar como democracia ni avanzar en la distribución de la riqueza. Aquellos mismos que en otros tiempos, y digo Héctor Magnetto, Bartolomé Mitre, Clarín y La Nación; aquellos que pergeñaron la apropiación ilícita y criminal de Papel Prensa extorsionando a la familia Graiver. Esos señores que tuvieron desde la complicidad civil una participación necesaria para que la dictadura militar genocida les ceda el goce de los recursos del Estado y de la posibilidad de contar con los recursos de comunicación para engañar al pueblo. Como decían en su momento: los desaparecidos están fuera del país.

presos a periodistas por sus opiniones, porque hacer una denuncia penal es eso; está bien que se hayan arrepentido de la denuncia pero está muy mal que lo hayan hecho. Después dijeron que pone en riesgo la fuente de trabajo, falso. También que no iban a estar Adrián Suar, Tinelli o tal periodista; es falso, pues la Ley no se mete con los programas o contenidos. La Ley opina de los titulares de los medios y no con los programas que los elige el pueblo cuando prende la tele o enciende la radio. Y también se dijo que no se mide a todos con la misma vara, y es falso porque lo que está permitido para unos está permitido para todos y al contrario lo que está prohibido también. Todo esto parte del relato que se intenta construir para no decir la verdad. Aquí no solo está en discusión la Ley de Medios: está en debate quién decide en el país, si son las corporaciones o el pueblo a través de sus representantes, del parlamento, de su presidente o presidenta. Argentina, que se puso de pie a partir de 2003, decidió que el rumbo lo decide nuestro pueblo, nuestra democracia.
Los avances en tres años y las cosas pendientes
Una Ley, por su sola promulgación, no garantiza que se alcancen los objetivos por la cual los legisladores la debatieron y la aprobaron. Y eso Martín Sabbatella lo sabe bien: la plena aplicación de esta norma demandará no sólo el esfuerzo de la Afsca, sino de todos quienes asumieron el gran compromiso de luchar por una comunicación audiovisual sin monopolios, como es el caso de la Coalición por una Radiodifusión Democrática.
“Nosotros tenemos objetivos de corto, mediano y largo plazo. Entre ellos el de mediano plazo es el plan técnico que tiende a un proceso de normalización. Hay situaciones provisorias desde hace treinta años; hay muchos temas a normalizar en la comunicación audiovisual. Tenemos la Ley, obstruida en una parte y ahora está la posibilidad de aplicarla integralmente.
No, eso era cuando los plazos no estaban vencidos. Como la Ley tiene tres años ya, todos los plazos están absolutamente vencidos para la adecuación voluntaria. Lo que estamos haciendo ahora es que determinado por la justicia un último plazo ante el vencimiento de la medida cautelar interpuesta por Clarín, no hay más plazos. Lo que organizamos es el procedimiento de la transferencia de oficio; estamos organizando los pasos preparatorios para esa transferencia de oficio.
No solo con las nuevas herramientas comunicacionales que se lograron, con las nuevas emisoras y nuevas productoras de contenidos nacionales e independientes; la ley dice que necesitamos dos cosas: democratizar la tenencia de los medios para evitar la concentración y la posibilidad de generar los mecanismos para que estén todas las herramientas que se precisan.
La Ley pudo avanzar y se ven claramente esos frutos. Quieren hacernos creer que la Ley no provocó ningún resultado: absolutamente falso. Tengamos en cuenta la Televisión Digital Abierta, los medios públicos que nos enorgullecen, como nos enorgullece este auditorio de Radio Nacional Córdoba.
Los grupos concentrados, durante estos tres años, practicaron distintas estrategias para frenar la aplicación integral de la Ley. Maniobras políticas, comunicacionales, judiciales; las utilizaron ciertos sectores de la oposición que terminaron convirtiéndose en una suerte de buffet de abogados de los intereses corporativos, defendiendo sus intereses.”
El espíritu de una Ley, la más democrática de todas
“Quiero felicitar a los miles de compañeros de las distintas organizaciones políticas, sociales, gremiales, académicas, culturales, organismos de derechos humanos, que durante años trabajaron por tener una Ley de la democracia que deje atrás
pensar un pais con justicia social
la norma de la dictadura militar. Podríamos decir que este debate comenzó hace muchos años; pasaron casi treinta años de discusión sobre la necesidad de tener una Ley que garantice la democratización de la palabra, de las voces, que garantice que el conjunto de nuestro pueblo pueda tomar la palabra. Que el conjunto del universo plural, de las distintas tradiciones, culturas y tonadas de nuestro país puedan expresarse y ocupar el centro de la escena pública. Durante años se debatió esto; en algunos momentos en absoluta soledad, esos militantes resistiendo la ofensiva del neoliberalismo y dando esa batalla cultural en expresiones de resistencia en distintas organizaciones sociales pero sosteniendo la importancia de tener una ley como la que hoy tenemos. Como dijo nuestra presidenta esta Ley es hija de la historia, dialoga con los foros, las asambleas y los debates que se hicieron durante años en nuestro país. Porque esta Ley dialoga con lo mejor de la historia de las luchas emancipatorias, de las luchas libertarias y populares en nuestro país y en Latinoamérica. Aparecen en escena nuevamente los gritos, las banderas, las luchas de los compañeros que dejaron su vida para construir este momento que estamos viviendo. Es un presente de mucha intensidad, porque hemos recuperado la idea de un futuro. Esta Ley tiene que ver con una historia militante, que se encuentra con un gobierno nacional, popular y democrático que viene a romper el molde, que viene a construir nuevos paradigmas, que viene a recuperar el rol del Estado, el valor de lo público y que une esta historia militante, todo este debate por la construcción de una Ley de Medios, lo que fue la Coalición por una Radiodifusión Democrática y sus 21 Puntos. Todo, con la voluntad política transformadora de un gobierno, hizo que esta Ley llegara al Congreso nacional y se debata en el Parlamento. Todo al calor de un proceso que recuperó la política, que hizo que Argentina se parara y permitiera enfrentar lo que durante muchos años nos dijeron que era intocable. Porque la política, volviendo con fuerzas, corriendo la frontera de lo posible, interpelando al poder, volviendo a enamorar y a convocar; ese contexto permitió el debate en el Parlamento y construir los consensos que conocemos. Una Ley votada no solo por el oficialismo, sino por sectores de la oposición, votada por amplia mayoría en ambas cámaras del Congreso. Una Ley profundamente democrática y comprometida con la pluralidad, la diversidad, el derecho a la información, la libertad de expresión.
La Ley de contenido profundamente federal, que permite a las provincias, los municipios puedan tomar la palabra; que las universidades, las escuelas primarias y secundarias, las organizaciones comunitarias y populares, los pueblos originarios, todos puedan tomar la palabra. Permite la articulación entre el sector público y privado, las organizaciones comunitarias y sociales cuenten con las herramientas para garantizar que estén absolutamente todas las voces, las que nos gustan y las que, con las que estamos de acuerdo y con las que no. Un país tan rico, tan diverso, con tantas tonadas; la Ley permite que nos podamos ver nosotros en cada rincón del país y no siempre mirar a otros. Era difícil escuchar una radio donde nada tenía que ver con nosotros ni con nuestra realidad.”
Corporaciones versus democracia
Sabbatella claramente expresa cuál es la contradicción en este particular momento de la historia: “No solo estamos discutiendo sobre una Ley de Medios. Detrás de la discusión sobre la Ley de Medios está el debate acerca de quién manda en el país: las corporaciones o el pueblo mediante sus representantes.”
Y es que de lo que se trata es de rebatir el relato que se buscó instalar en cuanto que la discusión es entre libertad de expresión y su cercenamiento.
Martín insiste con reflejar lo que verdaderamente está en discusión: “Está en discusión en Argentina quién decide el rumbo del país. No se explica cómo un señor se para y dice que no va a cumplir la Ley. Pasa que durante muchos años pudieron pararse de esa manera, decidiendo qué pasaba en el país, porque dijeron que ser presidente era un puesto menor, pues era más importante definir las tapas de los diarios que podían condicionar el rumbo del país.
Deciden las corporaciones o decide el pueblo a través del parlamento o su presidente o presidenta. La Argentina desde 2003 decidió ponerse de pie con Néstor Kirchner y hoy con la presidenta decide su rumbo soberanamente.”
Carolina Scotto: “Hay muchas buenas razones para apoyar esta Ley”
Debemos recordar cuáles son las muchas buenas razones por las cuales, todavía, a tres años de aprobada la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, es necesario ratificar nuestro compromiso con ella. Esta Ley ha aportado a valorar la democracia, a darnos derechos que nos habían sido arrebatados a los argentinos. Esta es una de las tantas conquistas de la democracia; por la enorme profundidad de la transformación que introduce –basta con ver las dificultades para su aplicación y las trabas y el carácter de las mismas y los obstáculos planteados para su plena vigencia-, esta batalla la llevamos adelante cooperativas, universidades públicas, asociaciones sin fines de lucro, radios comunitarias, radios públicas y muchas organizaciones sociales que han comprendido con claridad la enorme transformación cultural y democrática que esta Ley abre. Contamos con un marco normativo que no habíamos soñado tener, que llevó muchos año de lucha y por lo tanto no estamos dispuestos a renunciar a su plena vigencia.
Esta ley derogó a una norma de la dictadura. Un poder que se arrogó la representación del Estado de un modo violento y cruel como sabemos lo hicieron. Fue una Ley de la dictadura por lo que promovió y lo que prohibió; por la cultura comunicacional que nos legó. Por eso la LSCA es una Ley para la democratización de la comunicación. Las universidades públicas argentinas estamos involucradas en la plena aplicación de la Ley de Medios. Y esta Universidad Nacional de Córdoba por varias razones está mucho más involucrada. Tenemos un conjunto de medios universitarios desde hace cincuenta años: los Servicios de Radio y Televisión. A los que no siempre esta institución pudo proteger o ser consciente de la significación estratégica cultural para la Universidad Nacional de Córdoba de contar con medios de comunicación públicos universitarios.
El contenido democrático, participativo y federal de esta Ley, el que haya nacido legitimada en foros de debate desarrollados en todo el país y que haya nacido también del trabajo esforzado que por muchos años llevó en soledad la Coalición por una Radiodifusión Democrática.
Por ser una conquista de la democracia debemos estar todos cuidando para que no sea amenazada. Estamos para defender la libertad de expresión, el pluralismo y la diversidad que solo puede ganarse cuando no hay concentración, monopolio ni homogeneidad en el discurso.