Voces n ¿Cómo ves los alcances de la tecnología en el mundo de la moda? Ahorita la moda ya está relacionándose con la tecnología. Pienso que hubo un antes y un después; el hito fue la pandemia. Antes, la moda no se vinculaba tan directamente con la tecnología como lo hace en la actualidad, tras los avances suscitados por el encierro de la contingencia sanitaria. Toda la tecnología, cuya cabida en la industria ni siquiera imaginábamos, como el blockchain, ahora está más que presente aquí. Aunque hay aplicaciones de la tecnología muy diversas en la industria. Por ejemplo, lo que aconteció recientemente en una pasarela donde la empresa Fabrican engalanó a Bella Hadid con tela en aerosol, con un vestido lencero Coperni minimalista. La moda quiere reinventarse y digitalizarse, para que se pueda ver no sólo en la calle, sino también desde la computadora. La tecnología tiene todo que ver con la industria de la moda. n Y el Derecho, a veces tan reacio a los avances científicos y tecnológicos, ¿está a la altura para atender lo que derive de esta apertura al desarrollo? Existe un estigma muy grande hacia la industria de la moda que le resta valor. Sin embargo, es una industria que genera muchísimo dinero en todo el mundo. El Derecho no ha estado a la altura porque sus operadores se han aproximado poco a la moda. No únicamente en cuanto al desarrollo tecnológico del que platicábamos; aún
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abogacía Febrero 2023
Existe un estigma muy grande hacia la industria de la moda... El Derecho no ha estado a la altura porque sus operadores se han aproximado poco a la moda. hay muchas lagunas en cuestión de protección de datos personales, por ejemplo.
No obstante, en la actualidad hay más abogados que se quieren dedicar a esto.
n Más allá de la cuestión legal, ¿qué relación hay entre el Derecho y la moda? La moda está en todo lo que consumimos; está en el día a día. Es imposible separarla de la cotidianidad. Lo mismo que el Derecho. Así, Derecho y moda tienen una estrechísima relación. Sin embargo, ese vínculo ha sido explorado poco por el estigma que tiene la moda a los ojos del gremio jurídico.
n Fuiste bien recibida en la industria de la moda. Eso denota que había necesidades o vacíos en ese ámbito. ¿Cómo los has ido cubriendo? No había abogados, porque en esta industria ni siquiera sabían que era posible hablar con un litigante y entender que la resolución de sus problemas era más sencilla. Hay un gran estigma en torno del ámbito jurídico. Al acercarme propicié que se eliminaran algunos prejuicios. Ya no era la abogada que está enojada todo el día. Un ejemplo histórico es el de la marca de Fashion Week México, que tardó muchísimo tiempo en litigio porque nunca tuvo acompañamiento jurídico, hasta que se vio obligada a involucrarse en una demanda en relación con su registro. Tambien Mercedes Benz tuvo problemas para registrar su marca.
n Como emprendedora en el fashion law, ¿cuál ha sido tu experiencia? La industria de la moda ha recibido bien el acompañamiento legal con el que me he aproximado. En cuanto al gremio de abogados, ha habido mucha resistencia. En alguna ocasión promoví un diplomado sobre fashion law y la reacción de muchos abogados fue negativa. Criticaron que hubiera un diplomado en la materia y esgrimieron comentarios misóginos: “Se trata de una agrupación de damas”. El hecho de que no hubiera vacas sagradas escribiendo al respecto generó mucho escepticismo.
n ¿Qué dificultades jurídicas aquejan a la industria de la moda? Hay una gran ausencia de formalidad que choca con el excesivo formalismo jurídico, lo que ha dejado a la industria en esa situación. La idea tradicional de que sin ritos en el Derecho se deja sin protección al negocio jurídico, es incompatible con lo dinámico y lo acelerado que son los negocios de la moda, a los cuales se presenta más bien como un obstáculo. Las empresas de la moda no tienen estructuras ni prácticas que hagan posible pensar en un acompañamiento legal. Las relaciones de poder o de amistad se basan en la confianza verbal, no en documentos formales. La propuesta del fashion law también implica que los abogados vayamos acoplándonos a la velocidad de la industria y que, conociéndola, podamos negociar con sus lógicas sin fracturar sus relaciones comerciales.


















