Reportaje
por: Álvaro González
Gustavo Cantú Durán
Presidente y Director General Seguros Monterrey New York Life
Política perversa
de las aseguradoras aseguradoras: eliminar a los adultos mayores
C
on un sistema de salud pública cada vez más deficiente, se vuelve más grande el número de mexicanos que recurre a sus propios ingresos para pagarse consultas médicas privadas, compra de medicinas y hospitalizaciones, pero los adultos mayores de 60 años están en serio problema ante una política perversa que están aplicando las empresas aseguradoras sobre los seguros de gastos médicos mayores. En 2018, de acuerdo a datos oficiales del INEGI, un 77% de la población tenía servicios médicos a través de alguna institución de seguridad pública y un 23% recurría a la medicina privada, pagando con sus propios recursos. El IMSS atiende a cerca de 50 millones de derechohabientes, mientras que el ISSSTE solo cubre a 13 millones, la mayoría de ellos empleados públicos y familiares de éstos. Hasta el gobierno pasado, la población más desprotegida era atenida por el llamado Seguro Popular, que daba servicios a 51 millones de personas, pero fue eliminado y sustituido por el INSABI, el cual está teniendo una cubertura real de apenas el 29.5% de la población, que representan alrededor de 40 millones de personas. El IMSS, que fuera alguna vez un sistema de
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Revista de Coahuila
salud de avanzada, se ha ido deteriorando gradualmente, como consecuencia del empoderamiento del sindicato, la burocratización del personal médico y de enfermería, la gran corrupción que lo fue infiltrando y, ahora, la falta de recursos económicos suficientes. El ISSSTE, que siempre ocupó una posición menor, se enfrenta al mismo proceso de deterioro. Los sistemas estatales de salud tienen muchas limitaciones de carácter económico y, en consecuencia, sus servicios son limitados. En la realidad, millones de mexicanos que cuentan con el servicio del IMSS y del ISSSTE acuden a la medicina privada, y solamente cuando se trata de padecimientos mayores que no tienen la capacidad económica para cubrirlos, emplean los servicios del IMSS y del ISSSTE. Otra cruda realidad es que casi un cuarto de la población no tiene acceso a una atención médica de tipo intermedio y de especialidad, en muchas ocasiones inclusive de nivel básico. Se encuentra totalmente desprotegida. Ante un escenario tan desfavorable, de ese 23% de la población que recurre a sus propios ingresos para atenderse médicamente, solo un 7% adquiere un seguro de gastos médicos mayores, al cual recurren en caso de enfermedades o padecimientos que requieran de un gasto mayor, que implique