HOLÍSTICA
Hadas, mujeres mágicas del Otro Mundo (I) Las hadas son seres mágicos cuya existencia está vinculada a la Naturaleza, a los espacios de la naturaleza: arboles, plantas, flores, bosques, manantiales, arboledas… Su naturaleza es silvestre estrechamente relacionada con el Reino Vegetal. El Reino Vegetal es anterior al Reino Humano. Ellas, las Hadas, ya existían en la Tierra antes de que existiéramos las personas. A nivel evolutivo, los seres humanos y los animales, sobre todo los mamíferos y también las aves, necesitábamos oxígeno, que hubiera una atmósfera respirable. El ciclo del oxígeno lo realizan los árboles. Las plantas procesan la clorofila, necesaria para la vida y su desarrollo.
Según la sabiduría de la Antigua Tradición Celta, las hadas son Mujeres del Otro Mundo. Y, si te atraen las hadas, si cuando miras una figurita de hadas o un dibujo de hadas, sonríes y la miras con una especial sensación en tu corazón, seguramente te encantará todo lo que te voy a contar. Todo lo que sé sobre las hadas lo fui averiguando a lo largo de los años, por dos motivos; uno porque cuando era muy pequeña podía verlas, creía en mi mente infantil, que todo el mundo podía verlas, pero luego, al crecer, deje de verlas, incluso deje de pensar en ellas. Y dos, porque ya de mayor, cuando empecé a publicar novelas de ciencia ficción de tradición celta, necesitaba saber muchas cosas sobre ellas para poder incluirlas en mis libros. Y es en estos artículos que me propongo compartir contigo algunas de esas cosas. En ocasiones te sorprenderás, y en otras ocasiones resonará en tu corazón la certeza de que ya sabías mucho sobre las hadas. Un hada es un ser femenino que vive en una realidad paralela a la realidad humana. A la mente racional le cuesta creer que pueda existir algo más de lo que ven los ojos. Sin embargo, es un hecho científico el que solo podemos ver el 3 por ciento de la realidad que nos rodea. Queda, por lo tanto, un 97 por ciento de realidad imperceptible a nuestra mirada. Quizá por esto, los niños, en su enfoque abierto a observar con más frescura todo cuanto les rodea, pueden ver hadas, ángeles y energías que les gustan o les disgustan, pero no saben explicarlo y luego, cuando sus sentidos se sumergen en la realidad objetiva, igualmente atractiva y sobre todo practica -los juegos, los juguetes, la televisión, las pequeñas responsabilidades que les corresponden, el colegio, etc.- olvidan que veían y sentían otras realidades, otras energías.
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El Reino de la Naturaleza nos vincula: las personas necesitamos y deberíamos amar igualmente a la naturaleza, ya que es nuestra farmacia de remedios naturales y nuestra fuente de alimentos más sana y natural. Por lo que, de alguna y muchas maneras, a los seres humanos y a las hadas nos vincula un mismo latido, un mismo impulso: el sentimiento de amor y respeto por la Naturaleza. Hubo un tiempo muy antiguo, en la época del Matriarcado, en el que este vínculo era vivido de manera normal, natural, alegre y de apoyo absoluto. Eran tiempos en los que las vivencias no se registraban con palabras porque aún no existía el lenguaje escrito. Sin embargo, muchas de esas relaciones entre hadas y personas, quedaron reflejadas en cuentos, leyendas, poemas y canciones populares que fueron pasando de generación en generación en las diferentes culturas y tradiciones de casi todos los países a lo largo y ancho del mundo. Cada pueblo tiene su cultura, su tradición de hadas, de los seres luminosos del mundo mágico, especialmente en los lugares de tradición celta, como aquí, en Celtiberia, donde su recuerdo sigue vigente en sus orígenes, cuentos y leyendas, especialmente en Galicia, Asturias y a lo largo de la zona mediterránea. Con el paso del tiempo su existencia fue relegada a “cuentos para niños”, “cosas de la imaginación”. Pero no ha desaparecido la fascinación, inexplicable, que las personas sensibles, de cualquier edad, estatus social o nivel cultural, siente en su corazón cuando contemplan o leen “cosas de hadas”.
VER HADAS
Las hadas y los seres del Otro Mundo como los unicornios, el ave fénix, los dragones mágicos, los caballos alados… seres de una vibración más etérea, más sutil, de diferente vibración, dejaron de ser perceptibles para la mirada humana.
