JUNIO 25-JULIO 7/2020
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ARTICULOS PARA LA TERCERA EDAD
Unos pies sanos reducen el riesgo de que las personas mayores se caigan en casa
Las personas mayores pueden tomar medidas para reducir el riesgo
Las caídas en el hogar son una amenaza muy seria para la salud de los mayores y representan uno de sus problemas más importantes. Actualmente millones de personas mayores de 65 años viven solas, lo que los convierte en personas especialmente vulnerables. Según las encuestas, el 50% de los mayores de 80 años, y un 33% de los mayores de 65, sufre al menos una caída doméstica cada año. Y lo que es peor, las caídas son la segunda causa mundial de muerte por lesiones accidentales o no intencionales, según el Informe Mundial de la OMS. Las personas mayores no solo tienen mayor riesgo de sufrir caídas, sino que, al caerse, tienen un mayor riesgo de lesiones, hospitalización y complicaciones. Para un enfoque
básico de prevención de caídas, las personas mayores deberían comenzar examinando la salud de sus pies. Las afecciones dolorosas de los pies, como la osteoartritis, los callos, los juanetes, los dedos en martillo y las complicaciones derivadas de la diabetes, pueden dificultar que las personas mayores mantengan el equilibrio y la coordinación al caminar o pararse. Se estima que dolencias como los callos, los juanetes o las durezas afectan a siete de cada diez adultos mayores. Por otra parte, las personas de mayor edad han sufrido por el paso de los años un importante desgaste en la almohadilla plantar, aumentan las metatarsalgias (dolor en el antepié) y la aparición de duricias, patologías que, aunque no son graves pueden ser muy dolo-
rosas al caminar y pueden provocar caídas o úlceras en las personas diabéticas. Y para agravar el problema, los mismos ejercicios destinados a corregir los factores de riesgo de caídas, como la debilidad de la parte inferior del cuerpo, así como los problemas de la marcha y el equilibrio, son difíciles de realizar cuando estas personas mayores padecen afecciones dolorosas en los pies y los tobillos. Aunque existen numerosos factores que causan caídas, los expertos aconsejan que las personas mayores o sus cuidadores y familiares, pueden tomar medidas para reducir el riesgo minimizando o incluso eliminando el dolor en el pie. Hacerlo mejorará el equilibrio, la coordinación y la estabilidad al caminar o pararse.
No ignores el dolor: el dolor de pie no es una consecuencia normal de envejecer, por lo tanto, no debemos resignarnos a sufrir y sufrir. Es probable que tengamos una afección que se puede tratar. Para un diagnóstico e intervención adecuados, asegúrate de prestar atención a tus pies y acude a un podólogo cuando sea posible. Examina tus pies: nosotros somos los que mejor conocemos nuestro cuerpo y los exámenes regulares de los pies en casa nos permiten conocer su estado. A la señal de golpes, bultos u otros cambios en sus pies, acude a un podólogo cuando sea posible. Haz ejercicios: los ejercicios de estiramiento simples pueden ayudarnos a mantener la fuerza y la movilidad en los pies y los tobillos, así como a aliviar el dolor. Protege tus pies: Usa almohadillas, plantillas o cualquier calzado especial por recomendación del podólogo. Asegúrate de usar siempre zapatos cómodos todos los días. Una mala caída en casa puede privar permanentemente a las personas mayores de su independencia
y reducir drásticamente su calidad de vida. Sin embargo, cuidar bien los pies y los tobillos puede reducir el riesgo de un resbalón, tropiezo o caída que altere su vida. La importancia del cuidado de los pies de los mayores Los cuidados pueden ayudar al bienestar de los mayores y a su autonomía A lo largo de nuestras vidas, nuestros pies son los encargados de transportarnos. Los pies han soportado muchos pasos, tantos que si los juntáramos todos podríamos dar varias veces la vuelta al mundo andando y el peso del cuerpo, lo que equivale a miles de toneladas al final de nuestra vida. El cuidado de los pies de los mayores es muy importante para mantener su calidad de vida, es bueno para su salud y nos permite prevenir muchas patologías antes de que se puedan agravar y llegar a afectar incluso a su movilidad. De ahí la importancia para las personas mayores de acudir al podólogo de forma periódica. Estas visitas servirán para impedir que se desarrolle cualquier
anomalía y se pueda tratar aplicando los métodos adecuados para abordarlo desde el inicio. La grasa de la planta del pie puede modificar su propiedad de amortiguación y a su vez tener también deshidratación lo que provoca que se produzcan más lesiones. Las uñas también sufren cambios en su estructura y en su grosor. Así los problemas más comunes del Pie entre personas mayores de 65 años son problemas en la piel como las queratopatías, uñas encarnadas o distrofias ungueales y las infecciones fúngicas también en las uñas. Muchos de los problemas en los pies de las personas mayores se producen derivados de otras patologías como enfermedades osteoarticulares como la artrosis, la obesidad o la diabetes y en este último caso se suman los problemas de un correcto flujo sanguíneo con la ausencia de sensibilidad. El cuidado de los pies de las personas de edad avanzada adecuado así como ayudas como calzado o plantillas pueden ayudar al bienestar del paciente y a su autonomía.