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from Ed. 453
Por Terrícola
Consejos Hygge para ser más feliz: La importancia de los pequeños detalles
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La filosofía de vida que nos habla de simplificar
Hygge es una palabra danesa que no tiene una traducción concreta al castellano porque expresa un estado personal, vital y emocional. Los daneses la utilizan a menudo con una declinación que puede servir de adjetivo y a veces incluso de verbo pero en el fondo quieren recoger con ella acciones y momentos de felicidad.
Una comida Hyggelig, un estado Hyggelig o un paseo Hygge son actividades diarias para cualquiera de nosotros donde el matiz se pone en el cómo y no en el qué. Es más importante cómo doy el paseo, cómo me alimento o cómo estoy, que la propia acción en sí. “Lo que hay por tanto detrás de este concepto es una filosofía de vida que tiene mucho que ver con Mindfulness: estar en el momento presente con atención plena y disfrutando”, explica Carlos Giménez Borrajo, autor de Despertando a la vida (Grupo Maseras).
Carlos nos pone un claro ejemplo para entender qué es exactamente la filosofía Hygge. “Piensa en una casa con un sofá y una chimenea encendida, sobre el sofá un par de mantas y, en mi mano, una taza de chocolate bien caliente mientras por la ventana caen los primeros copos de nieve. Ese sería visualmente un momento de felicidad Hygge. Esta filosofía de vida nos habla de simplificar y buscar la felicidad en los pequeños detalles. Es cuidar el momento presente poniendo plena conciencia en él. Por eso tiene tanto que ver con Mindfulness, donde se entrena esa presencia para poder disfrutar de una manera más plena de la vida”.
Hygge tiene carácter universal, ya que el mismo momento de plenitud Hygge se puede vivir paseando por el campo de nuestra ciudad o en el mejor resort de Ski del mundo. “Es cuestión de actitud, de poder disfrutar de verdad de lo que se tiene, sea mucho o poco. He conocido personas muy ricas en el plano económico, pero infelices en su vida personal y personas humildes que te invitan a cenar, encienden
NOTICIA LOCA Prohíben los gritos en montañas rusas como medida de prevención ante el COVID-19

Si alguna vez subiste a una montaña rusa aterradora, probablemente sepas que cuando el miedo y la adrenalina entran en acción, los gritos son la reacción habitual, y no es algo que se controle fácilmente. Pero si decides pasar algún tiempo en un parque temático japonés en estos días, tendrás que aguantarte.
Japón está levantando en estos días su estado de emergencia, y los parques temáticos podrán reabrir después de estar cerrados desde febrero. Pero para mantenerse alerta y evitar la propagación del coronavirus a través de microgotas, un grupo de 30 operadores de parques temáticos en el país está pidiendo a los visitantes que no griten en las atracciones al aire libre.
Y como si la regla de los gritos no fuera lo suficientemente difícil de hacer cumplir, también se alienta a los empleados a mantener conversaciones cortas y, en su lugar, comunicarse con gestos con las manos o expresiones oculares con los clientes.
También se introducirán otras medidas más razonables y esperadas, como la obligación de utilizar máscara facial, medidas de limpieza intensificadas, controles de tempe- ratura, pautas de distanciamiento social, y limitación de la entrada a visitantes de ciertas prefecturas. una vela y ya han creado un momento mágico Hygge. Todo lo que venga después quedará grabado en el corazón para siempre, las risas, las confidencias, la propia conversación”, añade Carlos Giménez Borrajo.
Consejos para llevar una vida más plena, más feliz, más Hygge ¿Cuantas veces has estado en una conversación sin estar presente, en una comida sin prestar atención a tu interlocutor, o en un paisaje o lugar idílico sin disfrutar del mismo? + Aliméntate con conciencia: no permitas que la mente divague mientras comes sin prestar atención. + Haz ejercicio: No es necesario ir al gimnasio, el movimiento es vida y para ello un simple paseo es suficiente. Oxigenamos el cuerpo y la mente con ello. + Escucha con presencia: Prestando atención a tu interlocutor no pensando que es lo que siguiente que debes decir. Cuanto más relajado estés más fluirá la conversación. + Cuida los detalles: El contexto crea el texto. Seguro que la imagen evocadora de la que hemos hablado más arriba te ha transportado a un momento de paz y felicidad. ¿Por qué no compras velas?. En Dinamarca todos los restaurantes tienen luces indirectas y vela, pero recuerda: el contexto es importante. + Respira: Todos lo hacemos de manera automática porque sino nos moriríamos, la clave está en tomarnos unos minutos al día para observar nuestra respiración intentando alargar las inspiraciones y las expiraciones. + Baja las revoluciones: disfruta de los momentos tal y como surgen dejando a un lado los “Tengo que” + No te juzgues tan duramente ni lo hagas con los demás: en el fondo todos hemos venido a intentar ser felices. “Cada persona que ves está luchando una batalla de la que no sabemos nada. Seamos amables”, concluye el autor de Despertando a la vida.
Magola por Nani
PERROS SALVAJES
El último rey de una comunidad tenía diez perros salvajes. Los usaba para torturar y que se comiera a cualquiera de sus servidores que cometiera un error.
Uno de los criados hizo un dictamen mal y al rey no le gustó en absoluto. Por lo que ordenó que el sirviente debería ser arrojado a los perros.
El sirviente dijo: - Yo te serví durante diez años, y tú me haces ésto a mí? iPor favor!, dame diez días antes de lanzarme a los perros.
Y el rey se los concedió.
En esos diez días, el criado se dirigió al guardia que se ocupa de los perros y le dijo que le gustaría servir a los perros durante los próximos diez días. El guardia estaba desconcertado, pero estuvo de acuerdo, y el criado se dedicó a la alimentación de los perros, la limpieza, a bañarlos y con todo tipo de confort para ellos.
Cuando los diez días habían terminado, el rey ordenó que el sirviente fuera arrojado a los perros para su castigo. Cuando fue lanzado, todos estaban sorprendidos de ver a los perros voraces solamente lamiendo los pies del criado!
El rey, desconcertado ante lo que estaba viendo, dijo: - ¿Qué es lo que ha sucedido con mis perros?
El sirviente respondió: - Serví a los perros sólo diez días y ellos no olvidaron mis servicios. Sin embargo, le serví por diez años y usted se olvidó de todo, en mi primer error.
El rey se dio cuenta de su error y ordenó que el criado fuera puesto en libertad.

