HOMENAJE A UNA AMIGA Nos conocimos apenas ingresé a la Legislatura y la primera vez que fui a tu despacho te definiste como liberal. Desde ese día supe que nos llevaríamos bien porque -más allá de nuestras diferencias- uno siempre sabe que esperar de alguien que se define ideológicamente; y cómo puede llegar a priorizar cuando hay valores e ideales en pugna. Seguimos profundizando nuestra relación en Dialogando BA, donde reflexionamos sobre la reforma política de la Ciudad de Buenos Aires a 20 años de la sanción de su Constitución. Siguieron innumerables almuerzos donde discutimos sobre varias leyes y proyectos, y de a poco lo profesional derivó en charlas y chats personales. El futuro, los escenarios políticos, tus hijos, los míos, amigos en común, la docencia, la vida en todas sus formas y colores. Tal como lo dije en la sesión donde aprobamos la Ley de Acceso a la Información en la que tanto trabajamos juntas, encontré en vos una mujer positiva, con ideas firmes y una incansable trabajadora. Creo que en algo me recordabas a mi madre. Y ahora no puedo poner en palabras la tristeza que me genera que ya no estés. Doblar en la esquina de mi oficina, pasar por la puerta de tu despacho y saber que ya no te voy a encontrar ahí. Maquiavelo, Sarmiento y Alberdi estarán contentos de tenerte entre ellos. Nosotros vamos a extrañar ese compartir dentro y fuera de la Legislatura. Agradezco a la vida haberte conocido. Que en paz descanses Cecilia.
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