El que anteriormente fuera llamado Día de la Mujer Trabajadora, hoy se conoce como Día Internacional de la Mujer y se conmemora cada 8 de marzo. Para conmemorar este día participan en esta Gualdra cinco talentosas mujeres que con su trabajo contribuyen cotidianamente a la construcción del orden cultural en Zacatecas: Pilar Alba, Lili Luciano, Mónica Muñoz Muñoz, Alma Ríos y Mónica Valdés Miranda.
SUPLEMENTO CULTURAL NO. 564 /// 6 DE MARZO DE 2023 /// AÑO 12 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
564 La Gualdra No.
El miércoles 8 de marzo conmemoraremos nuevamente el Día Internacional de la Mujer, el que anteriormente se llamara Día de la Mujer Trabajadora porque recordaba, entre otras cosas, la lucha que han emprendido históricamente las mujeres a favor de la igualdad de derechos y de condiciones laborales para hombres y mujeres, para que ambos ganen el mismo salario por igual número de horas y tipo de labores realizadas; es decir, una igualdad que sea real y no solo de discurso. De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad, en México existe una brecha salarial entre hombres y mujeres del 14% en promedio, aunque hay estados en los que esta diferencia se agranda; este instituto también consigna que la mayoría de las mujeres, alrededor del 70% gana menos de dos salarios mínimos y que las mujeres dedican más del doble del tiempo que los hombres en actividades no remuneradas,i así que hay que seguir trabajando para que esta brecha desaparezca.
Pese a que esta lucha ha continuado a lo largo de los años, la verdad es que la “igualdad efectiva” aún no ha sido lograda, de ahí que se siga tratando constantemente de visibilizar estas condiciones de injusticia; hay mucho por hacer, no sólo marchando en las calles, sino haciendo un trabajo de educación permanente en los hogares, en las escuelas, las calles, los centros laborales. Hay además otro asunto que debe seguirse tratando hasta que se erradique, el de las violencias contra las mujeres. En Zacatecas, el 2022, se tuvo registro de 14 feminicidios, de acuerdo con los datos proporcionados por el Banco Estatal de Datos e Información sobre Violencia contra las Mujeres, (BANEVIM).ii Pero ¿qué es la violencia en contra de las mujeres y las niñas? La ONU Mujeres, la define como “todo acto de violencia basado en el género que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o mental para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada. La violencia contra las mujeres y niñas abarca, con carácter no limitativo, la violencia física, sexual y psicológica que se produce en el seno de la familia o de la comunidad, así como la perpetrada o tolerada por el Estado”.iii Ejemplos
i Ver: https://imco.org.mx/brecha-salarial-de-genero/
de lo anterior hay muchos, así que esto confirma que la lucha de las mujeres por vivir en un mundo con igualdad de condiciones laborales, en donde todos sus derechos se respeten -incluido el de vivir una vida sin violencia-, seguirá. Otra vez lo repetimos, el día 8 de marzo no es una fecha en la que las mujeres esperamos que nos feliciten por ser mujeres, eso es absurdo.
En todo caso, hay que reconocer a las mujeres que todos los días se preparan y trabajan para tener mejores condiciones de vida y para abrirse paso en el campo profesional con su disciplina y talento; en Zacatecas hay muchas de ellas quienes con su ejemplo diario nos motivan a seguir luchando por la igualdad y la equidad, y por alcanzar nuestras metas. En el ámbito de la cultura, las artes, la academia y la economía naranja tenemos cada vez más mujeres destacadas y en esta edición incluimos a cinco de ellas: Pilar Alba, Lili Luciano, Mónica Muñoz Muñoz, Alma Ríos y Mónica Valdés Miranda, para conmemorar el #8M.
Pilar es filósofa, hace teatro y es escritora, además es la responsable del programa de la Licenciatura en Artes de la UAZ y colaboradora de este espacio gualdreño; Lili Luciano es diseñadora de modas y emprendedora, cuenta con dos marcas de diseño de indumentaria: Lili Luciano y Tsomara; Mónica Muñoz Muñoz es directora de la Unidad Académica de Letras de la UAZ y desde ahí impulsa varios proyectos, entre los que se encuentra la revista Redoma - la primera revista con ISSN en la historia de Letras-; Mónica Valdés Miranda es la la directora y socia en Líder Empresarial Zacatecas, un medio que promueve el desarrollo económico y la visibilización de hombres y mujeres que contribuyen a la grandeza de nuestro Estado; y Alma Ríos, quien se autodenomina como “buscadora de verdades existenciales”, una estupenda periodista crítica -en recesoquien dirige actualmente la librería El Árbol. Son ellas quienes nos acompañan en esta edición gualdreña para conmemorar el Día de la Mujer Trabajadora, desde aquí mi agradecimiento para todas y mi admiración absoluta.
Que disfrute su lectura.
Jánea Estrada Lazarín
lagualdra@hotmail.com
ii Ver: https://banevim.zacatecas.gob.mx/banevim/index.php/feminicidios/feminicidios-2022/
iii https://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women/faqs/types-of-violence
Héctor Monsalve: la escritura que no deja de temblar Ricardo Solís
Día Internacional de la Mujer (Día de la Mujer Trabajadora) #8M
Las tres bodas de Manolita, de Almudena Grandes Por Miguel Ángel de Ávila González
TÁR, de Todd Field Por Adolfo Nuñez J.
Una museología para el siglo XXI Por Laura Gemma Flores García
Georg Simmel o la modernidad como género filosófico-literario Por Sigifredo Esquivel Marín
Juan
2 LA GUALDRA NO. 564 /// 6 DE MARZO DE 2023 /// AÑO 12
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.
Carmen Lira Saade Dir. General
Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx
Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com
Sandra Andrade Diseño Editorial
Directorio
Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
Contenido
Editorial
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Héctor Monsalve: la escritura que no deja de temblar
6 Por Ricardo Solís*
Yo no conozco a Héctor Monsalve (Santiago de Chile, 1970), autor de Morir en vano (Typotaller, 2022), pero su libro cumple con la difícil tarea de comunicar y, a un tiempo, lo hace con la consigna de que se canta el silencio, de que esa forma de enmudecimiento nos vence y reclama con cada segundo que pasa, con cada recuerdo que el miedo busca apaciguar. En estos versos la muerte campea porque la hemos sentido, no mirado. Como ya lo menciona Jorge Arzate Salgado en su introducción a la obra, este libro “funciona como un shock de realidad”, porque lo que gana la palabra es poder evocativo en estas páginas, esta sucesión de poemas donde hay un flujo que no se detendrá hasta el último de sus textos (ese sí, con título), por ello el sentido no es aquí una dirección concreta sino la intuición de una música, un tono más que un discurso, una disposición que puede contravenirse y brindar la impresión (poderosa) de que no hemos dejado de comprender –lato sensu, por supuesto– para, lo mismo que Arzate Salgado, reconocer que Morir en vano es “un ejemplo de que es posible una reflexión lúcida del presente a través de la poesía”.
Así, como en la música, el tiempo es clave porque lo mismo que la sucesión de los poemas, semeja un largo lapso que corre, compuesto de piezas intercambiables, móviles, teselas muy pequeñas que apenas en conjunto revelan el poder de una imagen compleja e inesperada pero, con todo, se mantienen en movimiento. ¿Por qué es importante este movimiento? Porque no permite que nada se estanque, por-
una larga serie de evidencias: que la muerte es parte de nosotros, que hubo una época salvaje donde los desaparecidos fueron enterrados, lanzados al mar, disueltos “en la crueldad,/ en el dolor, en el vacío”.
Después de todo ¿qué sería este libro sin su contraparte negativa dentro de sí? A eso también se refiere la valentía del poeta que no sólo se aferra al amor como vía válida para “Nunca más cantar la ausencia./ Solo escribir cosas concretas./ Decir arma, hombre, ira./ Y ocupar metáforas vacías/ de luz, de humanidad”. Y de ese modo porque será prudente, también, no cesar de preguntarnos si “sentir” sirve o no ante el vacío de las palabras, sin importar su cuño o denominación, todas se han vaciado, los verbos que antes indicaron la acción ahora no llegan a dar valor a nuestras expresiones en tanto el silencio sea lo único evidente, aquello que nos recuerda que “Somos nosotros los terribles” y no otros.
No en balde dedica Monsalve este libro a su generación, porque si bien el tono distingue este cantar segmentado
que el registro operativo de la lengua es violentado –dice el poeta: “Sí, lo sabemos bien./ La única vía es la violencia”.– y, sin embargo, la estructura persiste, estamos ante un lenguaje que se asume como una simulación por vía de la cual se accede a la verdad, la única posible, que “lo enterrado” permanece vivo y “hace un ruido insoportable”.
Como el silencio de los muertos, los desaparecidos, los traicionados que, como la carne oscura de muchos poemas, han entrado en la muerte, cada uno, “a su manera”.
En estos términos, a pesar de que Morir en vano sea un libro admirable, lo que no debe pasarse por alto es –tal vez– que su mejor cualidad es la de incomodar, nos incomoda el verso “porque sabe (…) porque dice (…) porque quema”, porque en esa forma de ardor damos con una respuesta, una especie de certeza difícil de nombrar: que el poema es un espejo de la muerte, un emblema imposible sin la fuerza concreta de eros cuando combate la “cobardía” que nos mantiene en silencio, callado como quien persigue crear “un poema enfermo/ de amor por los demás”, la única forma admisible de valentía (y es que Morir en vano es un libro valiente, no deja de asumir y hacer notar que ha tomado un riesgo enorme en sus textos: “llenar paredes, calles, palabras,/ con coraje”; antes de enloquecer u olvidarlo todo).
A semejanza de la sustancia intermitente del tiempo, estos poemas conforman una imagen “que retorna y molesta”, que en cada página ofrece una oportunidad para hacer propias las palabras como si fueran cicatrices de
que se despliega cual obertura, es cierto también que no hay una voz única, y tampoco se dispone en los versos de forma coral, antes una da paso a la otra y así de forma sucesiva, casi para no ser notadas y, sin embargo, crear una cubierta léxica hecha de múltiples capas, un “despedazado lenguaje” que insiste, que no niega la naturaleza política de sus expresiones pero tampoco les concede primacía en el vasto muro de los significados.
Finalmente, hay una violencia patente en la escritura de Monsalve, pero el tono hace posible que la tragedia, el fondo de muerte que se nombra y evoca, se exprese sin exasperación, sin sombra de aullido; es en las palabras que hacen de Morir en vano un libro de poemas donde se manifiesta “el peso del miedo de tus muertos”, lo que convierte al silencio en una “muda invocación” en la que, lo mismo que quien nos habla desde el verso, continuamos “transformando para siempre el territorio,/ las ciudades, el lenguaje”. Ese es, sospecho, el mejor rostro de este libro: una escritura que no deja de temblar.
Héctor Monsalve Viveros. Santiago, Chile. Ha publicado los libros Poemas reclinables (1997), Elena (2010), Yo Héctor (2015), el libro ilustrado para niños Elisa ríe en silencio (2022) y Morir en vano (Typotaller, 2022). En el año 2017 publica la segunda edición de su libro Elena, que incluye testimoniospoemas sobre la muerte de Elena, escritos por once poetas de diversos países de Latinoamérica. Y en el año 2021 publica la segunda edición de su libro Yo Héctor.
Fue becario de la Fundación Pablo Neruda en el año 1993 y obtuvo por concurso público el Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura en la Línea de Creación, entregado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, en los años 1997 y 2020. Parte de su obra se ha publicado en importantes antologías internacionales. Ha participado en diversos encuentros, realizando lecturas en su país, y en Perú, Bolivia, Colombia, México, España, Austria y Rumanía.
6 DE MARZO DE 2023 3 Libros
*Ricardo Solís (Navojoa, Sonora, 1970). Escritor, traductor y periodista. Radica en Guadalajara desde 1999.
Héctor Monsalve.
Día de la Mujer Trabajadora #8M
Alma Ríos Lili Luciano
Soy Alma Ríos. Me rubrico socialmente como “buscadora de verdades existenciales”. Soy librera y periodista, último oficio del que ahora me encuentro en receso. Vendedora de libros siempre, pues me viene de herencia. Los hojeé, disfruté y cargué desde niña de la mano de mi madre; una maestra de primaria que complementó siempre el ingreso familiar con la venta de libros. A diferencia de ella yo me he dedicado a la comercialización de libros usados y tengo una librería en la Avenida Hidalgo del centro histórico de Zacatecas llamada El Árbol.
Ser librero o librera requiere interés por el conocimiento todo, y entonces, curiosidad, dedicación, capacidad de asombro y sobre todo pasión por objetos que sí son para leerse, pero también para tocarse, palparse, olerse, y que yo sigo defendiendo en el contexto de la era de los formatos digitales como el vehículo más importante y exitoso de transmisión del conocimiento que ha conocido el género humano. Es en este momento, asimismo, otro más de los oficios en proceso de desaparición al que se le ha ido despojando de su esencia: la relación dialéctica entre el librero y el lector, la charla frente a frente, el intercambio de referencias, anécdotas, citas, datos... lo más humano. Eso que las plataformas como Amazon o Mercado Libre no ofrecen.
Ser librera para mí es por eso también un espacio físico y político de resistencia. Una convicción. Un reto. Y un medio de responder al interés colectivo manifiesto por los grandes intereses sociales, uno de ellos y de gran relevancia actual, es el renovado movimiento feminista. En esa lógica nos hemos propuesto enfocarnos en ellas, las escritoras, las autoras, generando secciones dedicadas a destacar la necesidad actual y siempre vital de leerlas, difundirlas y recuperarlas, que la propia sociedad viene empujando.
El mío es un oficio noble, en el que como otros, las menos, son las mujeres, pero que como expresé aprendí justo de una mujer que lo ejerció hasta el último momento en que sus capacidades físicas se lo permitieron y de la que siempre he estado orgullosa. Espero solo ser un digno relevo generacional. Así también creo, se bien conmemora el Día de la Mujer Trabajadora.
Mónica Valdés Miranda
Yo soy Lili Luciano, soy diseñadora de modas. Ejerzo mi profesión de manera independiente desde 2012 en el estado de Zacatecas. Trabajé como directora creativa en la marca Farben Grp, así como en proyectos colectivos como Feria de Diseño y Proyecto 22. Actualmente cuento con dos marcas de diseño de indumentaria: Lili Luciano y Tsomara.
Más que hablar sobre mi posición como mujer dentro de la industria de la moda en México, me gustaría abordar a mi quehacer: el diseño de indumentaria, como signo de reivindicación femenino.
La ropa como tal ha fungido a través de la historia como un discurso visual, es una segunda piel, aquella donde podemos ver la marcada desigualdad entre el hombre y la mujer; no por nada las prendas han ido evolucionando conforme a los contextos sociales, han sufrido modificaciones en sus siluetas, texturas y colores, han desaparecido o se han readaptado elementos que oprimían ciertas partes de nuestro cuerpo: como las varillas de los corsé del siglo XVI, o nos hemos adueñado de prendas pensadas como masculinas como el pantalón de mezclilla.
Yo creo en que “diseñar es transformar”, como dice Andrea Saltzman, diseñar es expresar, es hacer, es quehacer, desde mi punto y a través de las prendas he podido conocerme, he cerrado ciclos y he sanado a través de la creación.
Entiéndase también que la moda es viral, por lo tanto, podríamos tratarla como colectividad, desde luego considerándola desde un sitio pensado y reflexionado y no sólo como la reproducción de masas. Así pues, le damos un poder simbólico y sintáctico a lo que llevamos puesto.
Habitar la experiencia de lo que somos, lo que queremos ser y desde nos queremos posicionar: un traje sastre para el andar, unos enormes bolsillos en nuestra chaqueta, unas medias rotas, un pañuelo morado, unas botas de combate.
Diseñar por lo tanto es una posibilidad de transgredir e irrumpir en lo que no nos gusta, de darle forma a lo que aún no lo tiene, de crear una nueva realidad.
Soy Mónica Valdés Miranda, apasionada de la vida, agradecida por la familia que tengo y por mi desarrollo profesional. Durante 20 años viví fuera de Zacatecas. En ese periodo comencé a trabajar en un negocio familiar dedicado a la fabricación de helados a cargo de las áreas de producción y de relaciones públicas.
En el 2012 comencé a laborar en medios descubriendo mi verdadera vocación, en este maravilloso y fascinante mundo que es la comunicación. Durante 7 años participé en el área de ventas en la revista La Sala. A partir de 2019 y hasta la fecha soy la directora y socia en Líder Empresarial Zacatecas, un medio que promueve el desarrollo económico en la región donde he tenido la oportunidad de impulsar a empresas, divulgando sus ofertas y fortalezas. De igual manera me ha dado también la maravillosa oportunidad de conocer a grandes personalidades que han sido clave en el desarrollo económico, social y cultural del Estado y el país.
Contribuyo adicionalmente con la coordinación de encuentros de negocios y misiones comerciales, así como al desarrollo de estrategias de comunicación y marketing incluyendo el contacto con los clientes potenciales en la región.
Mi posición en el entorno social donde me desenvuelvo me ha dado la oportunidad de descubrir mi fuerza interior para lograr mis objetivos sobre todo en situaciones adversas, afrontarlas, aprender de ellas y que estas experiencias me permitan seguir creciendo y, además, que sirvan de ejemplo para mis hijas, mi equipo de trabajo y las personas más cercanas a mí.
El empeño y la perseverancia son características fundamentales hoy más que nunca y son indispensables para cumplir con los proyectos y metas que me he propuesto. He aprendido que la capacidad de escuchar y comprender a los demás es un valor que me permite ser más solidaria y tener una mejor relación en lo social y profesional.
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Pilar Alba
Soy Pilar Miriam Alba Rodríguez, así me nombraron en el registro civil, sexo femenino también quedó registrado. En la pila del bautismo, no sólo cantaron los ruiseñores, un padrecito me reafirmó el nombre. Soy la única mujer entre hermanos varones, por lo que durante un tiempo se me hizo normal jugar a las canicas, cochecitos o hacer puentes de tierra. Luego entré a la escuela, ahí sí que cambió todo, tenía que ir con uniforme de falda, zapatos negros, calcetas y bien peinada. No podía jugar en la resbaladilla, ni subirme a los columpios, mucho menos hacer puentes de tierra. En casa también cambió todo, ya no compartía la habitación con mis hermanos, no salía con ellos, empecé a tener amigas y jugábamos otras cosas: muñecas, trastes, micro hornitos. Para mí todo eso era normal, los roles en mi generación se imponían así desde la infancia. Mi condición de mujer me ayudó a no tener que tomar una carrera convencional y seria. Se me permitió estudiar filosofía, pensando que era un pasatiempo y que al final terminaría encontrando un buen marido que me orientara por el camino correcto. Finalmente terminé la carrera; el marido lo encontré más tarde, después de mucho tiempo. Yo ya había terminado la carrera, estaba estudiando la maestría y trabajaba: ganaba mi propio dinero, lo cual me hacía independiente, no necesitaba a un marido que me mantuviera. Estudié filosofía, ya lo había mencionado, carrera en donde todos, o prácticamente todos, eran hombres quienes la ejercían, a quienes se les tomaban en serio sus ideas; poco a poco se ha ido resaltando el papel de las mujeres filósofas y poco a poco también se ha tomado más atención a ellas. Al tiempo que estudié filosofía entré en un taller de teatro. Se podría pensar que el mundo del teatro es más incluyente, pero no. Es también hasta hace poco que existen ya grupos o colectivos de mujeres quienes están expresando cada vez más su voz en ese ámbito. Finalmente, mi tercera actividad y por la cual escribo esto como si fuera un cuento, es la de escribir; aquí sí yo no encuentro diferencia en géneros. Sé que dirán que la mayoría de los textos publicados son de hombres, pero eso no me preocupa, yo no publico libros, pero sí escribo y gracias a La Gualdra se leen mis textos es un mundo donde cualquiera, el que tenga algo que contar, sin problema puede hacerlo.
Mónica Muñoz Muñoz
Soy Mónica Muñoz Muñoz, directora de la Unidad Académica de Letras, docente universitaria y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel I. También soy madre de Vanessa, Hugo y Valeria, con quienes comparto la intimidad de los días. Hace casi 27 años llegué a la Facultad de Humanidades para estudiar Letras. Los libros, las palabras y el cobijo que recibí me arroparon tanto que la escuela terminó construyéndome, haciendo que me descubriera rebelde y propositiva, como todas las mujeres de mi familia, pero con la plena identificación de la necesidad de asumir sin culpas la autonomía y la libertad. Estudié la Maestría en Enseñanza de la Lengua Materna y el Doctorado en Investigaciones Humanísticas con especialidad en estudios lingüísticos, así que mis publicaciones, mis asesorías y mi trabajo en el aula tienen como ejes la sociolingüística, la lexicología, la enseñanza del español y la comunicación humana.
En febrero de 2021 asumí la dirección de la Unidad Académica de Letras. Una responsabilidad que, en una comunidad sabedora del limitado tiempo para compaginar metas personales y profesionales, no muchos, ni muchas, aceptan. El trabajo administrativo que comparto con las responsables de los programas, mujeres solidarias y guerreras como las doctoras Cynthia García, Beatriz Soto y Priscila Morales, ha permitido que Letras descubra nuevas formas de estar presente en espacios universitarios, sociales y culturales. Por primera vez, después de 18 años de iniciar, el programa de maestría ingresó al PNPC, un logro que si bien también corresponde al trabajo de quienes nos antecedieron, es resultado del riesgo, los acabados y los cambios que propusimos. Bajo nuestra dirección, después de 14 años de ausencia, se emprendió un proyecto editorial de Redoma, la primera revista con ISSN en la historia de Letras; es coordinada por mi compañero y maestro, el escritor Alejandro García y lleva el trabajo de edición y diseño de Antonio Sandoval Jasso. A través de Redoma se publica, se da el poder de la palabra permanente a investigadoras, escritoras y literatos del área de humanidades. Las mujeres en puestos de poder nos comprometemos, hacemos minirrevoluciones, damos trascendencia a la inteligencia y la pasión de quienes de manera sorora nos antecedieron, aun con la conciencia de que la misoginia permanece, de que la fuerza de nuestras decisiones tendrá como lectura la imposición, la histeria; de que el trabajo directivo será cuestionado por compañeros de ruta que utilizan la vida privada como amenaza, porque en el fondo, incluso en nuestro ámbito, se asume que una buena mujer, no debe romper su rol de género.
Día de la Mujer Trabajadora #8M
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Las tres bodas de Manolita, de Almudena Grandes
González
Libros
La historia arranca en España (1940), no narra grandes hazañas, los héroes son hombres y mujeres republicanos derrotados, en medio de una durísima represión, quienes lejos de rendirse, luchan por la supervivencia de una ciudad destruida y asolada por el hambre y la miseria.
Mujeres que visitan a sus presos en la cárceles franquistas y se esfuerzan por estar alegres; presos que ocultan a sus familias los padecimientos de la prisión y personas que arriesgan su vida y libertad para preservar la de otros. Pero, junto a estos héroes anónimos y cotidianos existen los traidores y las personas sin escrúpulos que hacen del sufrimiento ajeno un rentable negocio. Resplandecen el heroísmo y la solidaridad, también la traición y el egoísmo, y se da cuenta de entrañables historias de amor.
La dirección del Partido Comunista exiliada en Sudamérica, consigue introducir en España su órgano oficial, Mundo Obrero; y animado por el éxito, el Comité Central decide enviar tres mimeógrafos para imprimir la propaganda clandestina, dos de los cuales se trasladan a Madrid, pero nadie es capaz de hacerlos funcionar.
Manolita Perales García es una joven de dieciocho años nacida en una familia humilde y al finalizar el conflicto tiene hacer frente a muchas calamidades. Su madrastra encarcelada, su padre fusilado, despojada de la casa de la familia, tiene que hacerse cargo de su hermana Isabel y de sus hermanastros Pilarín, Juan y Pablo.
Su hermano Antonio de veinte años, prófugo de los esbirros franquistas, escondido en los sótanos de un tablao flamenco en el que actúa su novia Eladia, embarca a Manolita en una peligrosa aventura: ante la necesidad de descifrar las instrucciones de los mimeógrafos para imprimir clandestinamente su propaganda, debe contactar con Silverio, el único de los camaradas que puede comprender el manejo de las máquinas, pero que está recluido en la cárcel.
Manolita debe tramitar una boda, mediante el correspondiente soborno, para que el joven le trasmita sus conocimientos. No debe perderse de vista la previsible traición de un infiltrado del gobierno que resulta ser Roberto, el Orejas
Francisco Román Carreño, alias la Palmera, fue expulsado de la casa
familiar de Bormujos el mismo día del entierro de su madre por su condición de homosexual, malvive en Madrid hasta que se cruza en su camino Antonio de Hoyos, con quien lo unirá una amistad fraternal.
Isabel, hermana de Manolita, se convierte en esclava del franquismo; es llevada a un colegio de Bilbao, donde en lugar de estudiar se la pasaba el día lavando a mano, tendiendo y planchando; lavaba con sosa, no con jabón, por lo que se le despellejaron las manos. A las más pequeñas se les sometía a un lavado de cerebro.
Manolita sostiene en solitario una lucha contra el mundo, una sucesión de pequeñas victorias.
Era fuerte, inteligente, animosa, generosa, tenaz. Y, sobre todo, muy valiente. Es la heroína de la novela, su hazaña es sobrevivir.
Se nos proporciona la oportunidad de conocer algunos aspectos de la guerra y la posguerra española desconocidos para la inmensa mayoría, como la existencia de una fábrica de obuses en un túnel del metro madrileño; el régimen de visitas en las cárceles; la vida cotidiana en los campos de trabajo.
Abundan los personajes maltratados por la vida que, en las condiciones más duras, persiguen la felicidad y gozan con lo poco que la vida les ofrece; las mujeres fuertes y valientes que luchan contra la adversidad y deciden tomar las riendas de su propia vida.
Con las mujeres que hacía fila de espera a la cárcel de Porlier, Manolita había aprendido que renunciar a la felicidad era peor que morir y que el anhelo, el deseo, la ilusión de un porvenir mejor, aunque fuera tan pequeño como el que cabe entre una pena de muerte y una condena a treinta años de reclusión, era posible, era bueno y legítimo, era digno, honroso hasta en aquella sucursal del infierno donde había hecho cola todos los lunes.
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6 Por Miguel Ángel de Ávila
Almudena Grandes, Las tres bodas de Manolita, Episodios de una guerra interminable, colección andanzas, TusQuets editores, cuarta reimpresión en México, 2020.
Almudena Grandes. Foto tomada de su muro de FB.
TÁR, de Todd Field
Lydia Tár (Cate Blanchett) es una prestigiosa directora de orquesta quien, gracias a su talento y convicción, se ha vuelto una de las pocas EGOT del planeta (ganadora del Emmy, el Grammy, el Oscar y el Tony). Se trata de una artista perseverante, obsesiva y apasionada que ha tenido que sortear todo tipo de obstáculos para llegar al lugar en el que se encuentra, en un mundo donde las mujeres con ese grado de independencia son una genuina anomalía.
En un universo artístico repleto de brillantez, sofisticación y altos estándares, el nivel de exigencia y perfeccionismo de Tár resulta insoportable para muchos de sus colegas. Así, en medio de este contexto, saldrán a la luz algunos excesos y maltratos realizados por una mujer que no sólo es una gran artista, también es una persona habituada a los secretos, las manipulaciones y a las dinámicas de poder.
TÁR (2022), la nueva película del director Todd Field (Little children, 2006), es una obra que a primera vista salta como la respuesta o el reflejo artístico a varias corrientes culturales en la sociedad contemporánea, todas relacionadas a la inmediatez de las redes digitales y a la cultura de la cancelación.
La realidad es que se trata de un trabajo mucho más complejo y provocador, cimentado en la ambigüedad moral y en las profundas complejidades de la naturaleza humana. Para encarnar dichas cuestiones, la cinta se arma con una monumental interpretación de Cate Blanchett, quien vuelve de Lydia Tár un personaje tan desagradable como cautivador.
En este sentido, la cinta se centra en esa rectitud intachable (e imposible) con la que se mide a las figuras públicas, quienes al encontrarse bajo el escrutinio continuo del mundo entero son doblemente juzgadas por cualquier error que cometan. Field profundiza sobre el modo en el que se perpetúan estas figuras desde su auge hasta su inevitable caída.
Sin volverse condenatoria, la cinta plantea interesantes reflexiones sobre los personajes de actitudes cuestionables en el cine, tan recurrentes en el trabajo de algunos directores reconocidos como Martin Scorsese. Por ejemplo, la secuencia final de la película bien se puede interpretar como un claro guiño al cierre de Raging bull (1980).
En la puesta en escena, el filme tiene fuertes reminiscencias a la obra de Roman Polanski, en la manera paranoica
Una museología para el siglo XXI
La museología está indefectiblemente ligada al coleccionismo. Este nació en el seno de los grandes reinos conquistadores que al haber resuelto sus batallas decidieron atesorar piezas y objetos raros que certificaban sus incursiones y triunfos belicosos. También nacieron de la mano de un propósito de salvaguardar lo propio y mostrarlo a sus pueblos como un tesoro de su alto linaje, cultura, buen gusto y acierto en el perfeccionamiento de sus saberes: tablas de arcilla, piezas de arte, joyas de sus ancestros, papiros, sellos, monedas, etc.
En la Grecia clásica, Pericles, uno de los jefes de estado más poderoso que legó a la humanidad el conocido Partenón y una serie de monumentos, instauró una de las más grandes colecciones de muestras escultóricas; y después Alejandro Magno y sus generales participaron de esta afición habiendo cruzado la Europa oriental y el medio oriente hasta su llegada a Egipto. El Mare Nostrum fue sujeto de sus conquistas y con eso de sus resguardos en el ámbito del coleccionismo.
en la que la protagonista es acechada por una amenaza invisible y que, como se sugiere en algunas escenas, puede o no ser de origen paranormal. Esta elección premeditada dentro de la forma puede resultar polémica por obvias razones, pero se trata de una audaz decisión que va acorde al tono de la película, a la vez que enriquece la ejecución y las temáticas de la historia. El regreso de Todd Field a la dirección desemboca en un excepcional estudio de personaje que orbita sobre cues-
tiones como el ego, la arrogancia y el talento desmedido como justificación al mal comportamiento. Se trata de un peculiar relato que señala cómo los seres humanos, por muy problemáticos o imperfectos que seamos, siempre tendremos cabida en algún lugar de este oscuro y frío mundo. En el centro de todo se encuentra Lydia Tár, quien no es otra cosa que la encarnación de una época repleta de profundas contradicciones e ironías.
Roma no quedó atrás y con la llegada del Renacimiento, reyes y papas comenzaron a cubrir los muros de sus palacios y sus residencias con obras originales y mandadas realizar exprofeso para perpetuar su poder. El periodo de expansión territorial y el encuentro de occidente con otros mundos en lontananza propiciaron la admiración por vestigios de gran valor. Posteriormente y durante el periodo de entreguerras esos ejemplares irían a parar a manos de los Estados, y de las colecciones privadas nacerían muchos de los museos actuales como El Prado, Louvre, el Hermitage o los Vaticanos cuya herencia se vería reflejada en el discurso mexicano decimonónico hasta ahora reproducido en muchos de nuestros recintos.
El siglo XXI sin embargo exige otro tipo de museología, donde exista una participación más creativa de parte de los artistas, de los curadores y un involucramiento del público que en lugar de espectador se convierta en co-creador de su entorno inmediato; ya sea desde el espacio de la cultura, de la estética, de los
valores, los derechos humanos o desde las distintas manifestaciones que incluyan todas las doctrinas, todos los géneros y todas las expresiones no hegemónicas.
Si bien la museografía, como el recurso narrativo plasmado en la disposición de la pieza o conjunto de ellas, expresa una museología desde la perspectiva analítica, crítica y filosófica; el recinto como tal que constriñe ese discurso, comienza a volverse desquiciante al enmarcar una idea y un enciclopedismo de saberes repre-
sentados por la pieza misma. Es posible que el conflicto esté en el resguardo de la pieza, pero ¿cómo convertirla en parte del patrimonio del espectador? ¿Es posible que la respuesta esté en la percepción de la propiedad privada? ¿Es posible que los consumidores de la pieza -sea ésta estética, procedente de la cultura popular, rara o exótica- podamos convivir con ella en franco diálogo circular? Es sin duda un tema para reflexionar en tiempos apremiantes para la sensibilización de la humanidad.
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Cine
6 Por Adolfo Nuñez J.
6 Por Laura Gemma Flores García
Arte
Detalle del cartel de la exposición “Musées du XXIe siècle. Visions, ambitions, défis” / Musée d’Art et d’Histoire, Genève, 2017.
Georg Simmel o la modernidad como género filosófico-literario
6 Por Sigifredo Esquivel Marín
Hay unos pocos, contadísimos autores cuya obra crece con el tiempo que transcurre, tal es el caso de Georg Simmel. Algunos de los temas más actuales de hoy: el dinero, el capital, la sexualidad humana, la coquetería, la seducción, la moda, la aventura, la cultura femenina, entre otros, fueron objeto de su elucidación fresca, inteligente, hiperlúcida.
Entre el periodismo, la etnografía, el ensayo filosófico y la crítica literaria, Georg Simmel acuñó a fines del siglo XIX y principios del XX una de las creaciones más potentes que aún se lee como si hubiera sido escrita ahora.
La filosofía del Dinero (Madrid, Capitan Swing, 2013) atisba los estudios más recientes de la formación del sujeto capitalista y la fetichización del dinero y del capital como nuevas deidades.
La “Introducción” a su libro Sobre la aventura. Ensayos de estética (Barcelona, Península, 2002) señala que la obra reunida carece de unidad temática y lo esencial reside en “una determinada actitud intelectual hacia el mundo y la vida, una forma y modo funcional de abordar las cosas y de tratar íntimamente con ellas donde el factor común es el proceso” (9).
Dar cuenta del proceso de libre pensamiento sin ninguna suposición o presuposición. Quizá ahora esto sea moneda corriente de la cultura crítica, pero estamos hablando de la primera década del siglo XX. Siguiendo el axioma de la vida (de Nietzsche y de Bergson) como fundamento del pensar, Simmel hace del ensayo un ejercicio perspectivista de aproximaciones y tanteos de un objeto complejo en devenir.
Si la metafísica, lo sabemos bien, es imposible después de Kant, el pensador admirado por Habermas nos recuerda que la pervivencia intelectual de la metafísica constituye la elucidación de la vida humana que escapa a toda conceptualización cerrada. Entre el relativismo y el dogmatismo, ensaya una postura intermedia que dé cuenta de la búsqueda de la verdad como horizonte y a la vez despliegue una diversidad de medios expresivos e intelectuales de indagación. Y aunque la interpretación es infinita, su orientación no lo es.
El tratamiento ensayístico simmeliano anticipa el proceso de semiosis interminable de Walter Benjamin, en efecto ambos autores hacen del ensayo un tejido de relaciones y significaciones en pos de un sentido errante más no errático. A caballo entre la singularidad única irreductible y la universalidad de una condición humana, analiza los fragmentos de nuestra existencia como portadores de una
doble significación de vivencias inmediatas y de una condición esencial.
Para Simmel la aventura es constante y variable de nuestra condición moderna. La modernidad es la aventura de la subjetividad humana en todos sus fines y confines posibles, y la aventura moderna encarna una libertad que se efectúa como autorrealización de sí misma: “Somos los aventureros de la tierra; nuestra vida está penetrada de un extremo a otro por las tensiones que caracterizan la aventura. Sólo cuando éstas se hacen tan poderosas que dominan la materia en cuyo seno se desenvuelven, se produce la aventu-
prensa escrita y no de las publicaciones especializadas. Habermas nos recuerda que, aunque grandes filósofos de la cultura como Ernest Bloch, Georg Lukács y Theodor Adorno lo critiquen por sus imprecisiones e imprecaciones, se sirven de él, y muchas de sus ideas y formas de abordaje expositivo son deudoras del profesor que después de mucho peregrinar y con más de cincuenta y seis años obtuvo por fin una cátedra en Estrasburgo. El autor del Pensamiento postmetafísico considera que la forma ensayística adorniana es deudora de Simmel, de su elucidación antidogmática: “Los textos de Simmel oscilan entre el ensayo y la disertación científica; divagan en torno a las ideas que se cristalizan” (429).
En efecto, como nos recuerda Habermas, Simmel anticipa los estudios culturales al hacer de la cultura un objeto dinámico que evoluciona en formas concretas que se expresan en líneas de historicidad específicas. La conexión simmeliana entre modernidad, modo y moda antecede, por una centuria, al propio Habermas y su Discurso filosófico de la modernidad.
Grandes críticos de la cultura actual como Niklas Luhmann y Frederic Jameson no dudan en recuperar el legado de Simmel como un agudo crítico de tendencias socio-culturales emergentes. Personalmente admiro el ensayista que se complace en hacer un minucioso fresco y microanálisis social de hombres y mujeres en circunstancias vivenciales específicas, y también, claro está, anticipa, los estudios de la mujer y la cultura femenina feminista.
ra. Lo que hace de una simple vivencia una aventura es la radicalidad que se siente como tensión de la vida misma, como exponente del proceso vital para hacer que la vida se remonte más allá de sus contenidos” (40).
Jürgen Habermas, uno de los últimos representantes de la Escuela de Franfurt y su Teoría Crítica ha escrito un esclarecedor ensayo titulado “Epílogo: Simmel como intérprete de la época”. Su influencia decisiva quedó eclipsada por la renuencia de un medio académico e intelectual para asimilar a un francotirador de la crítica social que hablaba el lenguaje de la pujante
En la Universidad de Buenos Aires se ha publicado la obra colectiva Georg Simmel, un siglo después: actualidad y perspectiva (Buenos Aires, CLACSO, 2016). Su actualidad y vigencia son claves de nuestro tiempo. Simmel sabía que iba a morir sin herederos espirituales y que su legado era “como dinero repartido entre muchos herederos donde cada uno coloca su parte en alguna actividad compatible con su propia naturaleza pero que ya no puede identificarse como procedente de tal patrimonio” (11). Así la herencia intelectual simmeliana está repartida en los más diversos frentes de nuestro tiempo, su legado más bien reside en un espíritu de búsqueda por elucidar la aventura de la modernidad como género. Frente al posmodernismo y nihilismo contemporáneo, Simmel nos invita a repensar la modernidad desde una complejidad vital sin renunciar a la aventura de la libertad como autocreación de sentido. Por lo que resulta más vigente y urgente que nunca su disertación.
LA GUALDRA NO. 564 // 6 DE MARZO DE 2023 8
Filosofía
Georg Simmel (1858-1918)