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DE LA PROTESTA A LA PROPUESTA; ESTRATEGIA DE UNA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA PARA SOBREVIVIR (Serie de conferencias dictada por el Doctor Pedro Valle) El Comité Caborrojeño Pro Salud y Ambiente Inc. (CCPSAI) se constituyó como grupo comunitario en 1990 y se incorporó como organización sin fines de lucro en 1991. Los orígenes del grupo están relacionados con las grandes luchas ambientales que se dieron en Puerto Rico durante la década de 1980-1989. Fueron años de gran efervescencia en el campo ambiental. Grandes sectores se opusieron tenazmente a proyectos nocivos al ambiente tales como la planta de Congentrix en Mayagüez, las facilidades de la Voz de América en Cabo Rojo (estación repetidora de la radio propagandística de los EE.UU que arropó mas de 500 cuerdas de terreno tradicionalmente ganadero) y las minas de cobre en la región central de la isla. Varios caborrojeños que se iniciaron en esas y otras luchas ambientales, al conocer su interés común, convergen y crean una organización dirigida a la protección del medioambiente. Así nació el CCPSAI, constituído originalmente por 10 personas comprometidas con el bienestar de su pueblo bajo el liderato del Agrónomo Efrén Pérez, presidente fundador de la entidad. Durante los primeros ocho años de existencia del grupo, sus esfuerzos se dirigieron principalmente a combatir acciones y decisiones del estado que afectaron adversamente al medio ambiente y a la salud de la comunidad. Por ejemplo, el desarrollo desmedido de urbanizaciones para vacacionistas en las áreas de El Combate y Boquerón, así como varias propuestas de desarrollos turísticos que impactaron grandes cantidades de terreno previamente utilizados en actividades agrícolas. Las acciones del Comité se centraron en participar en vistas públicas de agencias reguladoras, organizar y participar en protestas y piquetes, y en campañas educativas. Aunque no consiguió detener la mayoría de los proyectos, la organización comenzó a ganar reconocimiento en la comunidad. Durante esos años de formación la organización confrontó múltiples dificultades que afectaron, pero no detuvieron, su funcionamiento. Una de ellas fue la falta de un lugar fijo para reunirse. También confrontó dificultad para atraer y retener voluntarios dispuestos a trabajar. Fueron años de mucha rotación en la membrecía. Pero los factores mas críticos fueron la falta de recursos económicos para producir y reproducir material informativo y la apatía de la población en general hacia las causas ambientales. Para el año 1998 el Comité adopta una nueva causa: la restauración ecológica e histórica del Faro de los Morrillos de Cabo Rojo. El Comité, reconociendo el marcado deterioro de la estructura y el área circundante, lleva a cabo una iniciativa denominada “Salvemos el Faro, es nuestro”. Como resultado de esa iniciativa el Comité logró crear una estructura administrativa e instalaciones físicas que le permitieron preparar y propuestas de petición de fondos para salvar el Faro. Eventualmente se consiguió apoyo económico del Departamento de Agricultura Federal y Rural Development para el proyecto. Lamentablemente, este se malogró como resultado de un cambio político en el Municipio de Cabo Rojo, que era la entidad que tenía, mediante usufructo, control sobre la