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La insurrección taína

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La insurrección taína

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(Conferencia ofrecida por el profesor Francisco Moscoso el 9 de abril de 2016, en la Plaza Betances)

El tema que me pidieron fue el de la Insurrección indígena de 1511. Los procesos de conquista y colonización como los que emprendieron los españoles, no necesariamente entraron a cañonazos y con las espadas en la mano. Hay distintos métodos de conquista y hay que tenerlos presente también cuando nos planteamos en qué momento se inicia la resistencia, primero en la isla de La Española que fue la primera en ser conquistada, y luego en Puerto Rico que fue el segundo escenario. Primero, algunos datos sobre esa insurrección indígena. Sabemos que la información sobre la sociedad taína en general y sobre el proceso de la conquista, colonización y la rebelión taína es toda a base de cronistas españoles. No tenemos fuentes taínas, un testimonio taíno sobre lo que sucedió y tenemos que reconstruirlo a base de las crónicas españolas. Muchas de ellas están viciadas, lo que pretenden es glorificar las hazañas de los conquistadores y disminuir o ridiculizar lo que era la sociedad taína. Aún así es posible desde esas fuentes reconstruir toda la heroicidad de la lucha indígena. Los pueblos taínos, por ejemplo, tenían una práctica de relaciones sociales y familiares que se simbolizan con el término 'guaitiao'. Al inicio el contacto de los conquistadores españoles fue uno pacífico trayendo mercancías, obsequios, con los que atrajeron a los indígenas. Las carabelas para los nativos parecían enormes pájaros volando por encima del océano; hay que ponerse en la mentalidad, en la cabeza de los taínos, en su contexto histórico y social. El mundo de los españoles era uno feudal, con una monarquía y un estado centralizado y un sistema de desarrollo que los historiadores han llamado como mercantilismo, una transición del sistema feudal al capitalismo inicial, mientras que las Antillas estaban en una etapa de desarrollo superior tribal. Son dos mundos completamente distintos a nivel de desarrollo económico y de visión de mundo y conciencia. Inmediatamente los españoles, desde la misma llegada de Colón, hicieron un retrato de la sociedad taína, y se dieron cuenta que había una diferenciación entre los caciques, los guerreros o nobleza primitiva y los naborias, que eran la mayoría de la gente. Era la figura de autoridad con quién había que negociar o enfrentarse. Lograron muchas veces establecer una relación amistosa que los españoles interpretaron como que los indios eran pacíficos y en realidad, desde el punto de vista de los taínos, en el término 'guaitiao' que mencioné, era una nueva dimensión de relaciones de parentesco. Cristóbal Colón hizo una relación de amistad y de parentesco con uno de los caciques principales que le facilitó la entrada a La Española y lo mismo hizo Juan Ponce de León al comienzo de la conquista de Puerto Rico con el cacique Agüeybaná. En Puerto Rico en el primer año y medio, en base a la información española, no

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tenemos la versión taína, Ponce de León logró un acuerdo con el cacique Agüeybaná el viejo, que tenía autoridad sobre todos los caciques de la isla, y eso facilitó la entrada, la fundación de la Villa de Caparra y acuerdos con los caciques movilizar lo que llamaron cuadrillas de indios para ayudarles a buscar oro. Sin embargo, en el 1509 el hijo de Cristóbal Colón, Diego, ya fallecido el descubridor, logró que lo nombraran gobernador general de “las Indias” y llegó a Santo Domingo en julio de ese año con derecho a nombrar oficiales, sus representantes en el gobierno de Puerto Rico, de Jamaica y Cuba. En octubre envió a un oficial de nombre Juan Cerón y unos días después de su llegada éste efectuó un primer repartimiento de indios en las zonas donde ellos tenían control o influencia. Eso le demostró a los taínos que las intenciones eran unas de conquista, trastocar su modo de vida enteramente, sus costumbres y además imponerles un régimen de trabajo con énfasis en una actividad económica como la minería de oro a la cual ellos no estaban acostumbrados. Además, empezaron a repartir indios digamos, del área sureste de Puerto Rico los repartían al área del Toa, o Bayamón, a desarraigarlos de sus zonas de origen...se fueron dando cuenta de lo que implicaba esa presencia de los colonizadores. Muerto el cacique Agüeybaná el viejo fue substituido por su sobrino Agüeybaná el bravo. El proceso de sucesión cacical les daba el mando a los sobrinos, es decir, hijos de la hermana. En octubre de 1510, se realizó la primera fundición de oro en Puerto Rico en la Villa de Caparra. Afortunadamente han sobrevivido documentos históricos, muchos de los cuales utilizó el colega Jalil Sued Badillo en su obra El dorado borincano, que nos han permitido reconstruir la dimensión de la explotación minera en Puerto Rico de 1510 hasta más o menos 1545. En ese período, de acuerdo a los documentos rescatados conocidos hasta ahora, se contabilizan sobre dos millones de pesos en oro en aquella época. Sued Badillo hizo un cálculo en base a las onzas que representaban esos dos millones de pesos, y calculó a fines del siglo pasado (Siglo 20) que el monto equivaldría a 125 millones de dólares. Eso dice el impacto y la intensidad de lo que significó la actividad. Después de sufrir el impacto de esa primera actividad intensa minera, ya con el sobrino Agüeybaná en el poder, se empezaron a dar unas señales de que los indios en Puerto Rico estaban ya en otra disposición de resistir. Conocemos tres ejemplos. Un cacique que se llamaba Aymat de la zona donde están Aguada y Aguadilla, capturaron a un joven español, lo amarraron a un poste y lo jugaron a un batey. Pero era un batey distinto, no era un juego de pelota ritual o de diversión: el grupo ganador tenía el derecho de matar al prisionero. Ahí vienen los relatos de los españoles, que un capitán llamado Diego Salazar se enteró de eso y entró a la aldea a liberar al joven que estaba preso, mató como a 125 taínos e hirió como a 200, evidentemente son unas exageraciones, pero nos dio una primera muestra de actitud de resistencia por parte de los taínos. Entonces hay otro episodio, el de Diego Salcedo, que es un relato que hace el mismo (cronista) que hizo el relato anterior; primero generaliza al decir que todos los indios creían que los españoles eran inmortales y había que hacer un 'experimento'. Yo creo

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que los indios de Puerto Rico sabían muy bien lo que había pasado en La Española, 15 años antes de la guerra que se daría en Puerto Rico. Además de 1508 a 1510 había españoles que habían muerto en la isla...así que eso es parte de una mitología. Pero puede ser que en las mentes de algunos (indios) que se asocian al cacicazgo de Urayoan en la zona de Mayagüez, pues necesitaban un ejemplo. Y de ahí viene el episodio donde invitan al español Diego Salcedo a cruzar el río Caorabo, o río Grande de Añasco; lo ahogan y lo dejan tres días a ver si resucita, lo que evidentemente no sucedió. Eso fue algo decisivo para ellos. Sabemos también de otro episodio antes de finalizar el 1510 en la zona del cacicazgo de Agüeybaná, Guaynía: Don Cristóbal Sotomayor, un hidalgo que estaba a cargo del pueblo de Guánica, envía a un conquistador de nombre Diego De Coira a que vaya a la aldea de un cacique llamado Cuyoa y le requiera que le dé indios para trabajar en el repartimiento (encomienda). El jefe local se le puso de frente y le quebró el ojo al español...Eso preparó el escenario para, en un momento de las Navidades de 1510 hacer una reunión cacical en donde se planificó un levantamiento general en el suroeste de Puerto Rico, en donde estaban los españoles localizados, Guánica, en el oeste donde había un pequeño poblado, y en la zona de Bayamón, Caparra y el Toa. Sabemos que Agüeybaná convoca a un consejo cacical y dice el cronista Fernández de Oviedo que el primer viernes de enero de 1511 se inició el levantamiento general taíno en Puerto Rico. Busqué en el calendario de la época y ese viernes corresponde a un 3 de enero. Ahí empezó justamente esa resistencia taína. Tras el levantamiento el hidalgo Sotomayor y otros españoles son muertos y heridos y se le comunica a (Juan) Ponce de León, que en esos momentos estaba en el área del Toa, lo que estaba sucediendo y este inicia una movilización militar hacia la zona suroeste y oeste de la isla, lo que los españoles llamaron 'la primera guerra'. La cronología de ellos es difícil de construir paso a paso, pero se da durante el año de 1511. Esto está salpicado de otros mitos. A todos nosotros nos enseñaron en la escuela, y algunos lo siguen enseñando, que hubo una batalla en el área de Mayagüez, la batalla de Yagüez en donde un soldado español hirió a un 'principal' de los indios usando un medallón o distintivo, matándolo y que ahí los indios prácticamente se (dispersaron). Eso es lo que dice una versión de la historia. Se nos ha enseñado que ese cacique muerto era Agüeybaná el bravo. Al final de 1511 fue prácticamente sencillo para Ponce de León dominar el resto de la isla. Cuando uno entra en las fuentes primarias documentales de aquella época uno empieza a desmontar los mitos, a encontrar los documentos y que dicen y plantearse de dónde vienen estas ideas y nociones falsas. Yo encontré un documento que escribe el Rey Fernando el Católico justamente a Ponce de León, respondiéndole a una carta de él, donde da cuenta que él hizo un requerimiento a los indígenas para que vinieran en paz y se sometieran voluntariamente a los conquistadores. El documento dice que únicamente “dos capitanes” de ellos -los indios- cumplieron con eso y los demás (caciques) se mantuvieron en estado de rebelión. Sin embargo, la historia nos transmite que los “dos capitanes” fueron

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el cacique Caguax y uno del centro de la isla que llamaron Don Alonso. Le dieron ese nombre por Alonso Manso, que fue el primer obispo y que supuestamente lo bautizó. Los documentos originales (¿de la guerra?) no dicen nada de eso. El dato aparece en la primera historia de Puerto Rico de Salvador Brau y por ahí empiezan los mitos. ¿De dónde Brau sacó esa información? La fuente hasta ahora no la hemos encontrado. Si sabemos que a finales del Siglo 16 el Rey Felipe II comisionó a un cronista de nombre Antonio Herrera para que escribiera la historia de 'los hechos de los castellanos y sus hazañas'. Este cronista se tomó la libertad de cambiar los nombres, episodios y tomó la fuente original de esa batalla de Yagüez descrita por Oviedo y transformó todos los hechos. En ningún sitio allí dicen que fue a Agüeybaná al que mataron, quién lo dice fue Antonio de Herrera a finales del Siglo 16. Luego, como no tuvimos textos de historia hasta la versión también española de Fray Iñigo Abad en el Siglo 18, y mucho más tarde la historia de Salvador Brau de 1904, lo que hicieron fue repetir una mentira. Eso es lo que se ha enseñado en las escuelas y lamentablemente por más que uno presente evidencia, la ideología cuando se incrusta en la cabeza es difícil sacarla. Hay que trabajar y educar y eso cuesta mucho. Con el cacique Caguax también; en la alcaldía antigua que transformaron en el Museo de Caguas, colocaron en una pared el documento al que yo les aludí (anteriormente) desmintiendo que Caguax hubiese sido un colaborador. A partir de ese momento los taínos entraron en guerra y por los propios testimonios sabemos que no se dominó en el 1511 y que el conflicto se prolongó. Tengo un ensayo que se llama La conquista española y la gran rebelión de los taínos – está en internet – del cual les voy a resumir dos o tres datos. Aquí se documenta que hay episodios de resistencia por lo menos hasta 1517, seis años después del inicio de la rebelión. Si eso se dio con Agueybaná el bravo no lo sabemos, pero si hay un documento que se llama Probanza de Juan González uno de los conquistadores que participó en la campaña. Cuando se dice en la historiografía que Agüeybaná el bravo fue muerto en 1511, hay unos indios que son capturados en el área de Humacao y dicen al ser interrogados que están peleando para Agüeybaná que está en las montañas de Luquillo, desmintiendo el mito (de su muerte). Pero en definitiva no sabemos qué pasó con él. Una segunda fase de conquista fuerte es lo que (los cronistas) llamaron la 'segunda guerra'; aquí vinieron los españoles con un ataque fortísimo y se extendió (la ofensiva) hasta la isla de Vieques. En esa isla empiezan a documentarse, en esta Probanza de Juan González que menciono y que ha sido publicada en una obra de Aurelio Tió que se llama Nuevas fuentes para la historia de Puerto Rico. Allí se documenta como en Vieques, dicho por (los cronistas), se hicieron una serie de matanzas atroces. Dicen que ellos (poblando) unas que otras playas con indígenas muertos y luego capturaron unas cuantas docenas de ellos, los llevaron hasta la Villa de Caparra y en presencia de indios que tenían sometidos, los ejecutaron.

Hay cuatro términos que usan (para describir los métodos de ejecución):

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mandados a asaetar, que quiere decir a flechazos; apalear, a palos; quemados vivos; – hechos cuartos, es decir, los picaron en pedazos. Esto frente a mujeres y niños. Eso no se enseña en las escuelas. Algunos historiadores e historiadoras le pasan por encima a esos documentos y los ignoran, pero son realidades de lo que sucedió. Aún así los indígenas, como pudieron y a pesar de la desigualdad en armas, continuaron resistiendo. Entre 1512 y 1513 los españoles emprendieron unos ataques, que ellos le llamaban 'cabalgadas'; las cabalgadas tienen unos antecedentes en España, cuando la conquista española (de la península Ibérica). Los españoles llevaban (sus tropas) a unos pueblos, los atacaban, los sometían y entonces le pegaban fuego al pueblo entero. Sacaban a los sobrevivientes, los ponían en fila y los llevaban hasta el siguiente pueblo. Hay documentos que dicen que se veía de un pueblo al otro la humareda, incluso el olor de los animales muertos, y así presentaban a esos sobrevivientes al otro pueblo y decían “si ustedes no se someten, esto es lo que les va a pasar.” Una versión de cabalgadas antillanas, era entrar a las aldeas que no habían sometido, atemorizar y (llamar) a someterse, entrar de momento con la caballería con espadas en mano y lanzas (dando golpes) a diestra y siniestra causando una matanza y al final capturaban (a hombres y) sobre todo mujeres y niños. (A) esos como castigo los convertían en esclavos para atemorizar al resto de la población. Eso de las cabalgadas lo ha estudiado el arqueólogo Miguel Rodríguez Gómez en el libro Crónicas taínas. Tiene en uno de los ensayos contabiliza entre 1512 y 1513, 43 casos de ese tipo de cabalgadas contra los caciques. Se menciona al propio Agüeybaná, Jayuya, Daguao, Yauco, Humacao, Guayama, o sea, en distintas partes de Puerto Rico. En la zona del valle de Otoao, que era la zona que entra por el río Culebrinas hacia Moca, allí los taínospara resistir decidieron destruir sus conucos a ver si el hambre forzaba a los españoles a retirarse. Los españoles atacaron el área y los taínos se refugiaron en las montañas. Los indios continuaban resistiendo sobre todo un cacique menos conocido de nombre Bayrex. (Los españoles) se dieron cuenta que los taínos tenían la capacidad de cultivar en las montañas. Finalmente tuvieron que llegar a un acuerdo y terminaron conquistando el área los españoles. Luego sabemos de brotes de resistencia de los caciques Daguao, Guayama y Humacao entre 1514 y 1515. Fueron más hacia la zona este y en situación más aislada que el resto y hay documentos que hablan de que hay indios alzados hasta 1517. Así que hay mucha documentación por conocer para reconstruir esos pedazos de la historia pero que nos demuestran que los taínos resistieron mucho más de lo que se piensa generalmente. ¿Cómo esto nos lleva a Betances? En los 1840 y 1850 tenemos dos generaciones de

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jóvenes universitarios puertorriqueños. Aquí los españoles nunca permitieron una universidad. Los jóvenes que podían con el apoyo de sus familias y algunos con becas podían trasladarse a España, a Francia, Alemania o a Estados Unidos, incluso a Venezuela o Santo Domingo. Esta generación a la que me refiero, sometidos a una dictadura militar colonial en Puerto Rico, de falta de libertades de expresión de ideas, publicación...tenía que buscar otras alternativas de expresión, y esos jóvenes universitarios se encontraron con el tema indígena. En su literatura en vez de poner a los puertorriqueños peleando contra los españoles, de hacer un llamado así abierto a mediados del Siglo 19, pues ellos pusieron a los indios a pelear contra los españoles. Por ejemplo, Manuel Alonso, el famoso autor de El jíbaro, y parte de un grupo de esos jóvenes que estudiaron en Barcelona, publican en el Aguinaldo puertorriqueño, una reunión de textos, poemas (y trabajos) literarios; se publicó un poema que se titula El salvaje.

Debajo de una palmera, en una tarde serena, se mira sobre la arena un salvaje reposar. Junto a sí tiene las fechas que mil blancos han herido, y, como él mismo, han sufrido de cruda guerra el azar. Su rojo cuerpo desnudo muestra toda su pujanza, y en su pecho alguna lanza atrevida penetró. Fija la vista de los montes canta de pesar exento, sin recordar ni un momento las riquezas que perdió. Que venga aquí el europeo codicioso, y si acercarse le veo morirá al punto a mis manos, Que para sufrir tiranos, en su patria no nací.

En 1848 tenemos a Ramón Emeterio Betances estudiando su carrera de medicina en París, pero tenemos también en Madrid otro grupo que incluye a Ramón Baldorioty de Castro, Segundo Ruiz Belvis, José Julián Acosta, José Facundo Cintrón, y llega también, aunque no puede matricularse porque no tiene suficiente caudal su familia, Alejandro Tapia y Rivera. El asiste de oyente a clases universitarias y se hospeda con Baldorioty y Acosta. Ellos forman la Sociedad Recolectora de Documentos Históricos de Puerto Rico, que fue

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un esfuerzo tremendo de ellos de buscar su identidad, de conocer su historia más allá de lo que los españoles decían en la historia de Fray Iñigo y en ese contexto a Tapia le comisionan reunir todos esos documentos en una obra que se llama Biblioteca histórica de Puerto Rico. Se convierte (así) en la piedra angular de la investigación histórica de Puerto Rico, fruto de ese esfuerzo y de esa conciencia de esos jóvenes universitarios. En 1852 Alejandro Tapia, todavía estando en España, publica una novela que se llama La palma del cacique. En esa novela, en síntesis, el expone la tensión de lo que significó la colonización española...Un indio que tiene un hermano que resiste a los españoles se enamora de una española. Eso termina en una tragedia. Se llama La palma del cacique porque la palma marca el lugar donde el indio se tira por un barranco y se suicida. Termina con una reflexión de Tapia rememorando lo bonito de la época de los indios y de la tragedia a la que llevó la conquista. Le envía la novela a Betances en París. Este la lee y le responde con otra novela, Los dos indios. ¿Qué hace Betances aquí? Le dice a Tapia, 'he recibido tu novela y yo escribo esta otra, pero le doy un giro'. En vez de tener a un taíno loco por una española, yo voy a poner a una española 'derretida' por un taíno.

Betances transforma los protagonistas y hay también la tensión entre dos hermanos, y llega también a una tragedia, pero en el transcurso Betances está relatando las formas de resistencia de los indígenas. Lo que nos está diciendo entre líneas la resistencia que los puertorriqueños deben de tener contra los españoles. Al final da un camino que no dio Tapia; es que de la relación de la española con el indio nace un hijo y le dice que ese hijo criollo, mestizo, es el camino de la redención de Puerto Rico. Esa literatura es un arma que emplea...esa juventud puertorriqueña en ese momento, de resistencia. Quizás un momento culminante de ellos, más o menos en el tiempo que Betances escribía Los dos indios, fue cuando el poeta de Ponce, Andrés Rivera, escribió en 1854 en un periódico local que se llamaba El Ponceño, publicado en esta versión como Agüeybaná el bravo, que es un poema bastante largo. Les voy a leer el final Ea compañeros, vamos al combate: Honor, la Patria á defender nos llama; Si en paz contento el corazón no late La guerra nos dará fortuna y fama; Hasta, la mar que nuestra costa bate Ondas escupe y agitada brama, Que cual nosotros contemplar quisiera Libre esta perla de la gente Ibera.

Estaba el poeta manifestando, desde su juventud, el ansia de la libertad de Puerto Rico. Y ahí es donde podemos, con estos relatos de la insurrección indígena, ver cómo los retomamos, para esta generación, en un vehículo de concientización.

Bibliografía mínima:

Brau, Salvador, Historia de Puerto Rico [1904]. Segunda edición facsimilar. San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1975.

Fernández de Oviedo, Gonzalo, Historia general y natural de las Indias [1535]. Tomos I y II. Madrid: Biblioteca de Autores Españoles.

Moscoso, Francisco, “La conquista española y la gran rebelión de los taínos”, Pensamiento Crítico (Documentos), XII, 62, febrero-abril 1989; 16 págs.

Moscoso, Francisco y Lizette Cabrera, Historia de Puerto Rico. San Juan: Ediciones Santillana, 2008.

Rodríguez López, Miguel, Crónicas Taínas (Cuatro ensayos de lucha e Identidad). San Juan: Editorial Nuevo Mundo, 2010.

Robiou Lamarche, Sebastián, Editor, 5to Centenario de la Rebelión Taína (1511 – 2011). San Juan: Fundación Cultural Educativa Inc. / Instituto de Cultura Puertorriqueña, 2011.

Sued Badillo, Jalil, Agüeybaná el Bravo. La recuperación de un símbolo. San Juan: Ediciones Puerto, 2008.

Sued Badillo, Jalil, El Dorado Borincano. La economía de la conquista, 15101550. San Juan: Ediciones Puerto, 2001.

Bibliografía general:

Moscoso, Francisco, Bibliografía de la Conquista y Colonización de Puerto Rico: Siglos XV – XVII (1492 – 1650). San Juan: Departamento de Historia, Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, 2005. [Contiene 500 Títulos de temas diversos; se puede consultar en el Centro de Investigaciones Históricas y el Colección Puertorriqueña de la Universidad de Puerto Rico].

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