Mi Árbol y Yo

Una historia familiar; Genealogía de una familia García-Morales por Joaquín García Morales

Mi árbol y yo

Mi árbol y yo Edición a cargo del autor.

Editorial Siembra ISBN 978-0-9823496-3-2

0-9823496-3-7

Primera edición, 2021 © Derechos reservados, 2020.

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Una nota de introducción ¿De donde venimos realmente, los que estamos vivos y aquí? Alguien contestará con un simple 'de mi papá y mi mamá'. Pero ese papá y esa mamá tienen padres, abuelos y ancestros que podrían, si fuera posible, trazarse hasta el primer hombre y la primera mujer homo-sapiens, tal vez a un ancestro común, una especie de Adán y Eva. El hecho es que somos los sobrevivientes de la historia.

Es que no fuimos 'creados' en el sentido bíblico, si no que venimos de un junte de espermatozoides y óvulos, de una larga caravana que ha surcado la historia. ¿Cual es nuestro origen? ¿A que se dedicaron nuestros antepasados? ¿Cuales fueron sus vivencias, sus historias?

Mi curiosidad se convirtió en un estudio de mis orígenes, ya a estas alturas sabiendo que no dejaré descendencia, pero si mi hermana y hermano. Hay una historia familiar que no debe desaparecer. Es la contribución, el granito de arena que hemos puesto en la historia de nuestro país (o países), la huella que hemos dejado a la humanidad en el paso por este planeta.

Por eso comencé a construir mi árbol genealógico y a escribir una novela.

Recuerdo un estribillo que solía decirnos mi padre, Joaquín García López, como recordando su linaje hasta sus bisabuelos: “Soy García-López-LuiñaVillamil-Falcó-Valdés y Ledón.” A mi me causaba cierta gracia el cúmulo de apellidos que decía tener, mas nunca me llamó del todo la atención, como tampoco el hecho de que estaba recordando a sus antepasados. Pero supongo que en mi caso sería García-Morales-López-Rodríguez-Luiña-Valdés, o algo así.

Todo ser humano necesita de dos padres -aún hoy en que se fertiliza a una madre por donantes de esperma- y de ahí, cuatro abuelos, ocho bisabuelos, dieciséis tatarabuelos, y siga usted multiplicando. Toda esa combinación para darnos la vida; y somos únicos, y genéticamente una inmensa sopa con numerosos ingredientes.

Bueno, ¿por donde empiezo? Primero que nada debo decir que hasta donde he podido investigar, en mi familia no parecen haber habido grandes militares ni conquistadores, ni políticos o líderes, solo gente de distintas estratas sociales y de diversas profesiones y oficios, gente común que con su trabajo o notrabajo ayudaron a forjar las sociedades donde vivieron.

Sí, somos los sobrevivientes de esa interminable caravana de sueños, de penas y alegrías, amores y desamores, encuentros y desencuentros, de alegrías y miserias, somos el desenlace del drama humano.

El punto ciego de una zaga familiar

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La historia cambia con un simple documento.

Una palabra en un documento de boda tambaleó mi árbol genealógico.

Toda la línea de antepasados Valdés y Ledón que había construido hasta el Siglo 17 se desvaneció de un plumazo. Ya no tengo antepasados cubanos. Resulta que mi abuela Rosa María López Valdes era hija adoptiva del madrileño don Gregorio López Falcó y de la cubana (Rosa) Isabel Valdés Ledón.

Comienzo así con estas notas la historia de mi familia, que tiene como eje la historia de mis cuatro abuelos.

Primero, ¿de donde viene mi abuela paterna? Solo se que nació en Caguas, de padre y madre desconocidos, que difícilmente aparecerán en algún documento dada la confidencialidad de las adopciones. El registro de matrimonio solo establece que era hija “adoptiva” y que una tercera persona, que no mencionan, dio el consentimiento para la boda al ser ella menor de edad (16 años), por lo que debo suponer que en 1912 alguno de sus padres (o abuelos) aún vivía y se necesitaba de su consentimiento para el casamiento.

Todo quedará en el misterio, pues no me interesa investigar mas allá. Solo se que sus padres adoptivos, el madrileño don Gregorio y la cubana de Camagüey doña Isabel deben haberla querido mucho y la hicieron su heredera, le dieron sus apellidos, y que Doña Isabel crió con esmero a mi padre y a sus hermanas y hermano, al fallecer Rosa María a la edad de 27 años. Pero mi árbol genealógico quedará con una rama trunca.

Ahora reconstruyamos la historia de mis bisabuelos 'postizos', doña Isabel y don Gregorio, como una deuda de gratitud, como una historia de amor.

Primero comenzaré por la que sin saberlo, decidió ser mi bisabuela paterna, Rosa Isabel Valdes Ledón, quién ya bien anciana, vivió un tiempo en mi casa y que es el recuerdo mas antiguo en mi memoria, una viejecita caminando por el pasillo de mi casa en Caparra Heights, aunque yo solo tenía seis meses de nacido cuando ella murió.

A Isabel, nacida en Camagüey, Cuba, el 6 de julio de 1860 como Rosa Isabel, le decían 'Belica'. Murió en un asilo en Puerta de Tierra, San Juan, el 27 de octubre de 1953, a la edad de 93 años. En el certificado de defunción se dice que su padre era Juan Valdés natural de Asturias, contradiciendo otra información que dice que era Gabriel Julián Valdes natural de Cuba, y de la cubana 'Viña' Ledón.

Juan Valdés en realidad era un sobrino que vivió con ellos según consta en el Censo de 1910 y que ya en 1920 no vivía con doña Isabel y su esposo. ¿Como y cuando llegó 'Belica' a Puerto Rico? Bueno, vino con su esposo Gregorio López Falcó y según una historia que me contaba una tía, salieron de Cuba huyendo de la guerra de independencia que se libraba contra España. Isabel contaba que cuando “sonaban los tiros” ellos se metían debajo de la mesa. El

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caso es que ellos eran un matrimonio mixto. Su emigración a Puerto Rico se produce en 1899, según consta en Censos y otros documentos. Pero vinieron por separado; Gregorio había llegado a finales de 1899 y ella en 1900. Así que huyeron de la guerra, pero no a Puerto Rico, sino a Estados Unidos, de donde pasaron luego a Puerto Rico. No teniendo hijos propios, poco después adoptaron a una niña nacida en Caguas en 1896, Rosa María López Valdes, mi abuela. Mi bisabuela tendría unos 40 años de edad y mi bisabuelo alrededor de 46 cuando la adoptaron.

Mi bisabuela cubana parece haber sido una mujer instruida, con cierta cultura y sabía Inglés. De hecho, su padre, nacido en Cuba, murió en Florida en 1919 a donde había emigrado, y ella fue a visitarlo varias veces.

He logrado trazar los ancestros de mi bisabuela por parte de los Ledón, varias generaciones en Cuba hasta llegar a las Islas Baleares, donde en 1680 nació Miguel de Ledón, que se casó con Magdalena (de Ledón) y que vinieron a Cuba a principios del Siglo 18, teniendo su primer hijo en Cuba en 1701.

El apellido Ledón es francés. En España había tres familias en la actualidad con ese apellido, dos en Mallorca y una en Cataluña. La inmensa mayoría de las personas que llevan ese apellido son del centro de Francia, del área cercana a París. En el pasado hubo Ledón en Asturias que fueron 'caballeros' y de familia noble, es un linaje muy antiguo. Cito del Heraldry's Institute de Roma, “Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de la negociación con los franceses del Tratado de los Pirineos el 7 de Noviembre de 1659, y en especial en la exacta delimitación de la frontera con Cataluña y Francia.” Eso coincide con los datos que tengo del primer Ledón que llega a Cuba, probablemente un militar. De Miguel de Ledón la línea de descendientes baja hasta Rosa Isabel.

Por parte de los Valdes (o Valdez), también me lleva a varias generaciones en Cuba, comenzando con Francisco (Franco) Valdez, nacido en 1796, y casado con Rosa Rodríguez Leal, también de Cuba y nacida en 1806; Valdez y Rodríguez, dos apellidos que tienen su historia según veremos. Los datos del apellido Valdés indican que corresponde al nombre de “los miembros de una secta herética que actuaba en la Francia Meridional en el Siglo XII”. Hay sin embargo, pocos datos, aunque se dice que casi todos los linajes antiguos se remontan a los primeros años de la reconquista de España. Según otra versión, el apellido Valdés tuvo su origen en Asturias donde los Valdés tomaron renombre como 'valerosos caballeros' y más tarde, con la reconquista, el apellido se extendió por toda la comunidad de Sevilla, estableciendo varios linajes relacionados entre ellos.

Ahora bien, en Cuba hay toda una historia: el apellido Valdez (sin acento y con z) tiene un significado particular ya que por siglos la Casa de Beneficencia o Casa Cuna (Orfanato Nacional) daba este apellido a todos los niños varones que

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criaba. Esto se debió a que el fundador de esa entidad, el Obispo de Cuba Gerónimo Valdés y Sierra (1646-1729), llegado el 13 abril 1706 a Baracoa, estableció que los varones que fuesen acogidos en la Casa de Beneficencia, fuesen dados su apellido, Valdés, pero sin el acento (algunos lo escribieron además con z). Asimismo las niñas llevarían el apellido Rodríguez, por el otro benefactor del orfanato. ¿Coincidencia que Francisco (Franco) Valdez casara con Rosa Rodríguez?

El obispo Valdés tenía una razón de peso para quitar el acento en la 'e' de los niños apellidados Valdes: uno de los huérfanos de la Casa Cuna era familia del obispo (¿un hijo fuera de matrimonio?) y solo ese 'familiar' llevaría acento en su apellido. Al morir el obispo el joven heredó su fortuna. La fuente de esta información son los documentos dejados por el Obispo Valdés en su testamento.

Así que hay unos Valdes(z) pobres y un Valdés rico.

Como señalé, doña Isabel llegó a Puerto Rico después de su esposo Gregorio López Falcó, en 1900. Según una tía mía, Don Gregorio era oriundo de Madrid; aunque unos datos dicen que nació en Asturias, la información del Censo de 1920 confirma que nació en la capital de España, que creemos es la correcta.

Llega a Puerto Rico a finales de 1899.

Don Gregorio emigró en 1881 a Nueva York, según listas de pasajeros, y vivió en Cuba, Los Ángeles, California y en Nueva York, hasta establecerse finalmente en Puerto Rico. Fue un viajero frecuente; el y su esposa Rosa Isabel viajaron a Estados Unidos (al menos 3 veces) y Cuba luego de la boda de su hija Rosa María. Al no haber tenido hijos propios, buscaron siempre llenar ese vacío.

En 1910 vivían con su hija Rosa María y un sobrino, Juan, de 14 y 15 años respectivamente. Luego de la boda de su hija en 1912 y de la partida de su sobrino, hacia 1919 aparece viviendo en su casa la nieta mayor, Isabel García, de 7 años en 1920. La muerte de su hija adoptiva Rosa Isabel debe haber sido un rudo golpe, pero quedaron con 5 nietos a quienes dedicaron tiempo y a quienes se llevaron en varios viajes.

De la información que tengo de don Gregorio, se que se dedicaba al negocio del tabaco, que al parecer le resultó muy lucrativo, pues mi tía María decía que era “muy rico”. Se estableció inicialmente en Caguas, para entonces un centro productor de tabaco, a principios del Siglo 20, pasando luego a San Juan, específicamente al sector de Santurce, aunque la empresa seguía en Caguas hacia la segunda década del Siglo 20.

Don Gregorio nació en 1854 en Madrid, de donde partió a ver mundo, antes de radicarse finalmente en Santurce con su esposa cubana. El censo de 1910, donde dice que nació en Madrid, lo ubica ya en el sector capitalino junto a su esposa Isabel, describiendo la composición familiar ya mencionada y que llegaron

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en 1899 a Puerto Rico, aproximadamente. El censo de 1940 arroja luz sobre su llegada a Puerto Rico por separado. No se ha encontrado documento de entrada.

Cuando murió su hija adoptiva, mi abuela Rosa María, Isabel y Gregorio se dedicaron “a viajar” según mi tía Marita. Las listas de pasajeros entre 1918 y 1920 registran al menos tres viajes llegando a Nueva York. Dos de ellos fueron en el vapor Brazos de la línea cubana Mallory, que viajaba entre Cuba y Estados Unidos. Otro viaje fue en el célebre Coamo. Un manifiesto de pasajeros del 4 de agosto de 1923 los pone en viaje hacia Cádiz, España, con sus cinco nietos.

En el acta de nacimiento de una de sus nietas en 1915 se les ubica igualmente viviendo en Santurce, en el “Número 84 de la carretera de Santurce”, que era la carretera de San Juan a Río Piedras, hoy Avenida Ponce de León. En dicho documento se reconoce a don Gregorio como “comerciante”, sin mayor descripción. Mi bisabuela aparece como dedicada a tareas domésticas. En el censo de 1920 la unidad familiar estaba compuesta de Gregorio, Isabel y una nieta, Isabel García López, mi tía mayor, entonces de 7 años.

Por la información que tengo de otro árbol genealógico construido por una cubana radicada en Estados Unidos, dice que Gregorio murió en 1940 en Guánica, pero el Censo de 1940 lo ubica en abril de ese año viviendo con su esposa Belica en la Calle Loíza en Santurce. No he logrado confirmar su muerte, pero debe haber ocurrido en 1941 en la capital de Puerto Rico.

El apellido López es un apellido patronímico, derivado del prenombre Lope.

Del nombre de pila Lope deriva López, equivalente a “hijo de Lope”. López es el quinto apellido más extendido en España y hay distintas teorías sobre su origen.

Una de ellas es que en tiempos de la dominación romana, llegó a la colonia Loma Bonita una familia de origen patricio llamada de los Lupos,. De dicha familia procedía la reina Lupa, o Loba, residente en Galicia, la región donde se originó la rama más antigua que después pasó a Andalucía. Así es probable que el apellido sea de origen gallego, extendiéndose por la península Ibérica. En diversas batallas y guerras hay constancia de la presencia de numerosos caballeros López.

El apellido Falcó (o Falcón) es un antiguo apellido derivado del latín y su origen supuestamente está en el antiguo Reino de Valencia (país vasco). Es un apellido de nobleza, con nobles en Valencia, Cataluña y las Islas Baleares. Hay varias teorías sobre su origen. Una es que procede del cónsul romano Pompeyo Falco. Otra considera que proviene de un príncipe de Escandinavia que pasó a España por los años de 1080. Finalmente, otros establecen que viene de un príncipe de Sulcia, llamado Falcón.

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Mis bisabuelos asturianos De Asturias, la cuna de España, son mis bisabuelos paternos, Joaquín García Partierra (o Pertierre) y Antonia Luiña Villamil, de linaje asturiano que se extiende hasta el Siglo 18 y antes. Joaquín nació en 1849 y Antonia en 1856.

En el documento de nacimiento de 1915 ya citado de una de sus nietas se le describe a el como comerciante radicado en España y a mi bisabuela como doméstica en tareas “propias de su sexo”, reflejando la posición que se le asignaba a la mujer en aquella sociedad. En otra de las actas se le describe como “industrial” y posiblemente era las dos, dedicado a la producción y distribución de cidra, aunque no hay evidencia concreta de su actividad. Sus antepasados fueron labradores, llegando al trastarabuelo Antonio García Pérez, nacido en 1794.

El apellido García que llevo, es un apellido patronímico de origen vasco muy extendido por la península ibérica y por América. Fue en Navarra donde se utilizó por primera vez, antes que en Castilla. Por un tiempo tenía la extraña idea de que era un apellido de origen judío, no se por qué. Según el filólogo e historiador Menéndez Pidal, el apellido se utilizó por primera vez en los años 789 y 791 en Navarra. Según la Euskaltzaindia (Real Academia de la lengua vasca) García es un nombre propio masculino medieval vasco, cuya raíz se encuentra en el adjetivo vasco gaztea (joven). Fueron tres hermanos García, héroes de la defensa de León en la edad media, los considerados como padres de las familias García que fueron extendiéndose en la península. Es uno de los apellidos mas comunes en España. Pero fue utilizado como nombre también. Por ejemplo, García I de León (c. 870-914) fue el primer rey de León, natural de Asturias.

Partierra (o Pertierre) es un apellido de origen asturiano, de Tineo. Su linaje noble es de León donde tuvo su casa solar. Muchos de este apellido probaron su nobleza en distintas 'órdenes'. Pero yo no tengo nada de nobleza y mis antepasados hasta donde he podido investigar fueron comerciantes y labriegos.

Una tatarabuela, Vicenta Partierra Pico, de Villar, Longreo, aporta el apellido.

Los apellidos García-Partierra (o Pertierra) se mencionan constantemente desde el Siglo 18 en esa zona de Asturias. Esa relación también se refleja entre los Luiña que emigraron a Puerto Rico. Parece existir un vínculo de varias generaciones entre los García-Partierra y los Luiña en la zona de Puerto de Vega, Santa Marina y Villapedre, todos sectores del Consejo (Municipio) de Navia. Por los apellidos que se repiten con frecuencia en la zona podemos concluir que se trata de vínculos familiares extendidos.

Joaquín García Partierra era de Villapedre, Consejo de Navia, Asturias. De su matrimonio con Antonia nacieron Isidro (mi abuelo, el mas joven), Antonio (posiblemente Antonio Joaquín) y Manuel, de apellidos García Luiña.

Antonia Luiña Villamil, según los relatos familiares, era natural de Villapedre.

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Los documentos confirman que es de esa localidad o del área cercana. Tanto ella como su esposo se quedaron en Asturias, pero sus tres hijos emigraron a Puerto Rico, y solo uno regresó a España. ¿Por qué emigraron sus hijos? ¿Por la aventura del 'nuevo mundo'? ¿Por nuevas oportunidades? No parecen haber razones económicas claras, así que esa emigración queda como un misterio.

El apellido Villamil es de origen controvertido, ya que unos dicen que es Vasco (de la provincia de Alava) mientras otros aseguran que es Gallego, y que tuvo numerosas casas en las provincias de Orense y Lugo. Otros aseguran que es Asturiano, con casas en diversas localidades, de las que me interesan Navia, Luarca y Vegadeo, lugares donde están los Luiña-Villamil. Había un "solar de Villamil" con un escudo heráldico que dice, “Villamil avante con esta cruz delante”, lo que parece apoyar el noble linaje originario de la región de Asturias.

Luiña es un Apellido de 'origen desconocido' según las páginas 'web' Mis Apellidos.com y Wiki-apellidos, y es que parece que el origen no era tan noble y por ello, no llama la atención. Pero los Luiña son gente de carne y hueso que han aportado a nuestra huella humana. De hecho, hay dos parroquias en el consejo (municipio) de Cudillero en Asturias, Soto de Luiña y San Martín de Luiña.

En Puerto Rico en la actualidad aparecen varias personas con el apellido Luiña. En el Siglo19 varios se asentaron en Puerto Rico, en Arecibo, Santa Isabel (1858) y San Juan (desde 1856). Todos son asturianos y fueron comerciantes en Puerto Rico. Otros dos se asentaron en Fajardo a finales del Siglo 19 y se casaron con puertorriqueñas.1 Tienen su origen en Navia o sus cercanías. ¿Cuales fueron antepasados míos? Venancio Luiña Villamil parece ser el vínculo, posiblemente tío de Antonia Luiña Villamil, nacido hacia 1839. Venancio tuvo un colmado en San Juan. Se casó en 1866 con Maria Luisa de la Natividad Penela, natural y vecina de San Juan, pero enviudó en 1870. Hubo otros parientes. También está Manuel Luiña García, residente de San Juan desde 1859, tío de Antonia (hermano de su padre).

Los Luiña familiares míos -tíos de mi abuelo- tuvieron negocio de distribución de bebidas y alimentos en San Juan, donde al decir de una tía mía “tenían el colmado mas grande de el Viejo San Juan”. Eso fue a finales del Siglo 19 y comienzos del Siglo 20. Cuando mi abuelo llegó en 1904 fue para trabajar con ellos y le decían “luiñita”, aún cuando su primer apellido era García.

De doña Antonia poco se puede decir por falta de datos, salvo que seguramente se dedicó a “labores propias de su sexo” como se decía. Una historia de trabajo doméstico, luchas y sueños que quedó enterrada en el olvido.

Sus ancestros eran de Asturias, de la región de Navia.

1 Ver el libro de Estela Cifre de Loubriel La Formación del pueblo puertorriqueño: Contribución de los gallegos, asturianos y santanderinos.

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La emigración asturiana a Puerto Rico Los movimientos migratorios suelen tener dos razones principales: la política y la económica, casi siempre en busca de mejores condiciones de vida. ¿Por qué emigraron a Puerto Rico muchos asturianos a partir de finales del Siglo 18? ¿Que situaciones tendrían en Asturias que los llevaron a embarcarse? Son dos preguntas que escapan a una respuesta sencilla. Podemos decir que Asturias se vació, que la mayor parte de su población emigró a “la América”, ese paraíso prometido de oportunidades y sueños, algunos rotos.

Entre 1840 y 1869 emigraron a Puerto Rico 1,668 asturianos; 119 eran de Navia y específicamente 14 eran de Villapedre. Entre ellos estaban varios Luiña, pero solo he logrado establecer parentesco con Venancio Luiña que llegó a San Juan en 1856, tío de Antonia Luiña.

Gran parte de la emigración asturiana se dio en el Siglo 19 particularmente a Uruguay, Cuba, Puerto Rico y Estados Unidos. Asturias es hoy un hermoso país de poco mas de un millón de habitantes y varios pueblos fantasmas. En total llegaron entre finales del siglo XIX y principios del XX casi cuatro millones de asturianos a los Estados Unidos y el Caribe. La historia de la inmigración española a Estados Unidos es apenas conocida. Nos dice Estela Cifre en su libro sobre la contribución de los gallegos y asturianos en Puerto Rico que, “En su gran mayoría estos transmigrados eran personas jóvenes, sencillos, laboriosos y esperanzados”. Entre 1840 y 1869 emigraron a Puerto Rico 1,668 asturianos.

La migración a las Antillas fue una de enriquecimiento mutuo; muchos asturianos regresaron a su país (entre ellos un tío abuelo mío) y dejaron su huella “indiana” en Asturias, en donde hay un festival indiano donde se celebra la cultura y gastronomía de las Antillas y existe una casa Mayagüez que refleja influencias arquitectónicas traídas de esa parte del nuevo mundo. Pero hagamos un poco de historia.

El 8 de noviembre de 1765 se dio la proclama Libertad de Comercio que autorizó el comercio de las colonias caribeñas con los puertos de Alicante (Mediterráneo, al sur de Valencia), Cartagena (Mediterráneo, sur de España), Málaga (Andalucía), Santander (Cantábrico al norte de España), La Coruña (noroeste, Galicia, cerca de Asturias) y Gijón (Asturias), además de Sevilla y Cádiz, binomio que hasta entonces había mantenido un monopolio de ese comercio. Esto significó una expansión de la actividad comercial y de pasajeros entre diversos puntos de España y sus colonias.

En 1808 Asturias fue invadido por las tropas de Napoleón, resistiendo bravamente. Mas adelante en el siglo Asturias fue escenario de algunas batallas durante la Primera (1833-1839) y Tercera (1873-1876) Guerra Carlista. En esta última Oviedo fue sitiada por las tropas carlistas, resistiendo el sitio, pero en

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general Asturias no fue escenario de grandes batallas.

También en este siglo comenzó la industrialización, particularmente de las 'Cuencas Mineras', ya que Asturias tenía importantes reservas de minerales metálicos y de carbón. La revolución industrial impulsó la minería y la metalurgia, provocando grandes cambios en la sociedad. La nobleza y el clero perdieron gran parte de sus privilegios. La sociedad se re-organiza en clases sociales basada en la riqueza y no en los títulos nobiliarios. Una persona puede moverse de una clase a otra si se enriquece o se empobrece. Surge un proletariado industrial. Las dos clases sociales principales son la burguesía (dueña del capital) y la clase obrera o proletaria.

Ese fue el mundo de los asturianos que decidieron emigrar, ese fue el mundo de mi abuelo y sus hermanos, y de los Luiña antes que ellos.

De hecho, es interesante la relación de Asturias con las Antillas, relación que se ha estudiado poco. Se puede apreciar en la arquitectura (Casa Mayagüez en Asturias) y en el Festival Indiano que se celebra cada año como homenaje a las Antillas, con vestimenta, comidas y música de Cuba, República Dominicana y Puerto Rico.

Mis bisabuelos caborrojeños Otra línea genealógica me lleva a Cabo Rojo, de donde son los cuatro bisabuelos por la línea materna. Estos son Claudio Morales Velasco y Carmen Pérez Montalvo, casados entre si, y Silvestre Rodríguez Padilla y Claudia Sinforosa Rodríguez Sepúlveda, que eran primos hermanos y vivían en unión consensual, ya que necesitaban una dispensa de la iglesia católica para casarse y al parecer, no tenían los recursos para conseguirla.

Claudio Morales Velasco nació en Cabo Rojo, aunque un nieto, mi tío Milton Morales, decía que era catalán. Es posible que sea descendiente de catalanes, no hay evidencia de ello, pero sus antepasados en mi genealogía llegan a Cabo Rojo, donde se establecen los Morales en el Barrio Miradero en 1782. Un hermano de uno de los tatarabuelos nace en Añasco y es posible que ese tatarabuelo, Juan Candelaria Morales, también.

Otras historias de la familia decían que el bisabuelo llegó con un hermano y que ambos tomaron rumbos diferentes y no se volvieron a ver. Ese es el problema con la historia oral, se hace leyenda, pero cuando uno va a los documentos es otra cosa.

La verdad es que sus padres fueron Juan Candelaria Morales Montalvo y Juana María Velazco de Cabo Rojo, que se casaron en dicho pueblo el 16 de enero de 1840 según el libro de matrimonios. Un hermano de Juan, Miguel, apare-

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ce como natural de Añasco, o sea, probablemente eran antiguos habitantes del área oeste, lo que da al traste con la versión oral de mi tío Milton de que el bisabuelo era catalán. Fueron los abuelos de Claudio, Francisco Morales y Manuela Montalvo (los Montalvo fueron una de las familias fundadoras de Cabo Rojo), ambos de este pueblo y propietarios de tierras, parte de las cuales se las dejaron a María Morales Montalvo, una hermana de Juan Candelaria y tía de don Claudio.

Por cierto, hay una relación familiar continua con la familia Montalvo del Barrio Miradero. Mi bisabuelo Claudio Morales (1850-1925), estaba casado con Carmen Pérez Montalvo (1850-1914), hija de Sotero Pérez Tua y María Ignacia Montalvo. Mi tatarabuelo Juan Candelaria Morales estaba casado con Juana Velazco Montalvo, hija de María Germana Montalvo. Juan nació hacia 1805 y Juana en 1819 según el Libro 10 de Bautismos de Cabo Rojo 2. Los Morales eran dueños de terrenos en los barrios Miradero y Pedernales del municipio de Cabo Rojo. La línea de los Montalvo en mi árbol se extiende hasta los 1760.

Don Claudio nació aproximadamente cerca de 1850 y murió en 1925 de un disparo que se hizo. Su nuera, abuela Pepa, fue la primera en llegar a la escena y Claudio aún estaba vivo. En su agonía decía “mira Pepa, lo hice...”, señalando hacia su herida, según relataba Milton, que para entonces tenía cuatro años.

El bisabuelo era un pequeño terrateniente, llegando a poseer sobre 200 cuerdas de terreno, en su mayoría sembradas de caña. Aunque algunos viejos relatos le adjudican haber tenido esclavos, busqué en el registro de esclavos publicado por el historiador Luis Ramírez y no encontré ninguna evidencia de eso.

Para el año que es abolida la esclavitud (1873) Claudio tendría alrededor de 23 años y aún no manejaba o poseía terrenos. Tuvo dos hijos, mi abuelo José Ciriaco (nacido en 1876) y Nicolás (nacido en 1874).

En el libro Puerto Rico y sus riquezas de 1900 aparece que Claudio Morales Velazco fue propietario de la Hacienda Carmelita en el Barrio Miradero en algún momento sin especificar fecha. La extensión de esta hacienda de 270 cuerdas concuerdan con los relatos familiares de que Don Cayo (como le decían) “tenía mas de 200 cuerdas”. Claro, esto me llevará al Registro de la Propiedad de San Germán.

La Hacienda Carmelita fue establecida por Federico Delgado en el Siglo 19, pero no se precisa el año. Fue luego adquirida por Agustín Castelló, que se la vendió al cura de Cabo Rojo Carlos Jofre Palmer, que la tuvo hasta 1893. En ese año la adquirió Alejandro Fernández. No está claro cuando la adquirió Claudio 2 Aparece en el libro 11 de bautismos una Juana María, de los mismos padres, nacida el 6 de junio de 1822. ¿Otra hija con el mismo nombre? Un misterio a resolver, solo puedo especular.

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Morales. De las 270 cuerdas (280 acres), solo 20 se usaban para sembrar caña de azúcar. También procesó en algún momento caña de otras fincas. El hecho es que cuando se suicida, a una avanzada edad, sus hijos Nicolás y José heredan su finca y es de suponer que cada uno recibió sobre 100 cuerdas. José Ciriaco siguió operando la finca (lo hacía desde 1908) como colono de la caña hasta 1945, cuando muere, dividiéndose los terrenos entre 18 hijos.

El bisabuelo tuvo cierta holgura económica y reconocimiento en la comunidad. En 1898 fue nombrado concejal de Cabo Rojo; aunque la documentación histórica del pueblo y los archivos municipales se perdieron en el fuego de 1902, existe un anuncio en La Gaceta de julio de 1898 donde se le nombra Concejal para llenar unas vacantes. Aparece en las listas electorales que publicó ese periódico en los años de 1884, 1886, 1890, 1893, 1895 y 1897, demostrando una participación activa en la política durante bastante tiempo. Su estatus como elector era por ser propietario y contribuyente. En 1897 era miembro del Partido Autonomista, que tras realizar un pacto con el Partido Liberal Fusionista Español, se convirtió en el Partido Liberal Fusionista Puertorriqueño liderado por Luis Muñoz Rivera, entre otros. Estuvo en el bando liberal siempre.

Escribe el investigador e historiador Luis Ramírez “...tu bisabuelo Claudio Morales Velasco fue miembro fundador y uno de los lideres del primer partido político en Puerto Rico a raíz del Grito de Lares. En medio de la represión fue líder del partido en Cabo Rojo. Este partido fue la antesala del Partido Autonomista.

Estuvo junto a patriotas como Baldorioty de Castro activo en la política toda su vida. Enfrentó los embates de los 'compontes' (1887) así como de las turbas (1900-1903).”

Entre la documentación que he encontrado hay un registro militar de 1918 en donde aparece como testigo de la inscripción de su hijo José, que para entonces tenía 42 años.

Se casó con Carmen Pérez Montalvo, de los Pérez del sector La Garita de Cabo Rojo, camino a Joyuda, sector donde antiguamente se vigilaba la costa para ver si venían barcos enemigos. La fecha de matrimonio, según certificado en la iglesia San Miguel Arcángel fue el 26 de junio de 1871. Sirvió como testigo Sotero Pérez, padre de la novia. No queda claro quien fue 'la' testigo.

Carmen Pérez nació cerca de 1850 y murió en 1914. Tuvo varios hermanos mayores. Era ama de casa. Su piel se describe como “bien blanca” lo que inspiró un poema de su hijo José a ella que dice, Ama la noche que jamás profana Tu rostro de finísimos perfiles, Y así siempre serás la borincana Que nunca pasa de los quince abriles.

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Húyele al Sol. Te dije que te envidia Y que de tu hermosura está celoso.

Guárdate del engaño, de la insidia; Mira tu porvenir, que es muy hermoso.

El poema se titula Húyele al Sol (del cual solo se publica un extracto), no sabemos la fecha, aunque debe de haber sido para finales del Siglo 19 o comienzos del 20. ¿De donde viene el apellido de mi bisabuela materna? Bueno, hay dos versiones. Una dice que, Pérez es un apellido patronímico derivado del nombre Pero o Petrus, muy extendido por toda España, con muchas ramas que, por lo general, no tienen la mas mínima relación entre si. El apellido Pérez ya existía en la Edad Media, donde el nombre Pero abundaba. En la Península Ibérica tiene sus mayores asentamientos en Asturias, Castilla y Andalucía. Los Pérez de La Garita en Cabo Rojo supuestamente tienen un origen asturiano.

Pero hay otra versión que dice que Peretz (o Pérez) es un nombre hebreo, que corresponde a uno de los hijos de Yehudá el hijo del patriarca Iaacov. Según esta versión no es apellido de origen español, sino de la palabra hebrea que designan los capítulos en que la Torah (los cinco libros de Moisés) se divide para su lectura semanal, a efectos de completar en todo el año la lectura de la Torá.

De todas maneras los judíos en la antigüedad no usaban apellidos, el apellido es un invento relativamente moderno. Durante siglos y siglos, la forma generalizada en la que un judío se identificaba -además de su nombre- era con el nombre de su padre: fulano hijo de sutano.

Silvestre Rodríguez y Sinforosa Rodríguez fueron nombres que me aparecieron en un documento de defunción de mi abuela Pepa (Josefa Rodríguez). Documentación aportada por la genealogista residente en Atlanta (y descendiente de los Rodríguez) Nydia (Rodríguez) Hannah nos brinda datos sobre estas familias. Sus nombres de pila eran Silvestre Rodríguez Padilla y Claudia Sinforosa Rodríguez Sepúlveda.

Silvestre vivió entre 1847 y 1890; Sinforosa entre 1850 y 1900. Esta pareja tuvo varios hijos: Agapito, Isolina, Josefa (mi abuela), Angela, Jose, Eduarda y Rosa. Silvestre era jornalero. Mi tío Milton llegó conocer a Rosa.

Los padres de Sinforosa fueron Francisco Antonio Rodríguez y María de los Ángeles Sepúlveda, fallecidos antes de 1886. Los de Silvestre fueron Blas Rodríguez y Micaela Padilla, quienes fallecieron también antes de 1886. Todos los hombres aparecen como 'jornaleros', la clase trabajadora campesina que vivía en la pobreza. Así que abuela Pepa, mujer humilde y reservada, tuvo mucha suerte, por así decirlo, al emparejarse con José Ciriaco Morales, hijo de terrateniente, mejorando su posición social y económica, pero fue una relación difícil.

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De los apellidos pondré notas de los orígenes de Morales y Rodríguez mas adelante. De momento adelanto unas notas del apellido Velasco o Velazco. Este es un apellido de etimología euskérica (país vasco) que procede del término en euskera bela o bele, que significa cuervo, unido al sufijo -sko (belasko), que es un tipo de diminutivo, lo que en euskera nos daría, cría de cuervo o cuervo pequeño.

También puede ser de 'belatz', que significa halcón. Su apellido patronímico es Velázquez o Velásquez, muy común en Latinoamérica y ortográficamente más cercano a Velasco. Hay historias fabulosas que se cuentan sobre personas de este apellido y sus linajes, las que nos ayudan a conocer y establecer el origen de cada uno de ellos. Y claro, está la versión de que es un apellido de origen Hebreo.

El Cabo Rojo del 19 ¿Como era el Cabo Rojo donde vivieron o nacieron Claudio Morales Velasco, Carmen Pérez Montalvo, Silvestre Rodríguez Padilla, Claudia Sinforosa Rodríguez Sepúlveda, Francisco Antonio Rodríguez, María de los Ángeles Sepúlveda, Blas Rodríguez y Micaela Padilla? Fue también el siglo donde nacieron mis abuelos José C. Morales Pérez y Josefa Rodríguez, todos mis antepasados caborrojeños.

Cabo Rojo se fundó oficialmente el 17 de diciembre de 1771 y en su fundación tuvo mucho que ver los intereses de la industria salinera y de las familias que controlaban la producción de sal, explotación que comienza a partir de 1511 por los españoles. Era también una zona de gran desarrollo agrícola donde se sembró algodón, café, arroz, caña y otros cultivos y que tenía un amplio sector ganadero, dominado por varias haciendas y numerosas estancias que existieron a lo largo del Siglo 19.

Según el Dr. Ibern Fleytas en su Historia de Cabo Rojo, el pueblo se estableció en 1559 en un lugar denominado como Altos de la Bocoya, donde luego estuviera la Hacienda La Monserrate, en Puerto Real, pero la documentación no apoya esa tesis. El doctor se refiere al establecimiento de un poblado, pero la fundación como tal es la que establecen los documentos oficiales. El territorio de lo que es hoy Cabo Rojo formaba parte del partido de San Germán.

En el caso de Cabo Rojo, este es un pueblo que se 'planifica' a partir de finales del Siglo 18, siguiendo un proceso establecido y unas ordenanzas y reglamentos que se habían transformado con el tiempo.

El profesor Francisco Moscoso nos aporta información bien interesante sobre el Cabo Rojo de la primera mitad del Siglo 19 en su trabajo El Cabo Rojo de Betances. Moscoso nos describe un pueblo con un gran núcleo urbano en donde había 220 casas y bohíos hacia 1837 y, con las casas y bohíos en el campo ocupaba el tercer lugar a nivel isla. Podemos decir que era el quinto pueblo en

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zona urbana edificada. A principios de siglo, en 1802, era el séptimo pueblo en población. El censo de 1821 nos revela 71 casas de tejas y 54 bohíos.

Entrelazado al cuadro poblacional y urbano de Cabo Rojo están las transformaciones tecnológicas industriales, principalmente en el sector azucarero, que se estaban produciendo en toda la isla. Había 126 trapiches en Cabo Rojo (el 10% de la isla) y uno de hierro. Hacia la década de los 1840 hay también dos molinos movidos por máquina de vapor, los de la Hacienda Concepción y Hacienda Boquerón. Había numerosos alambiques y una gran producción de ron, así como de caña, café y algodón y una actividad ganadera bastante grande. En la bajura se sembraba arroz. También se cultivaban el tabaco, plátanos, maíz, frijoles y habichuelas, yuca y otras legumbres. Pero la producción de sus salinas era una de las actividades económicas principales y eje de la burguesía caborrojeña.

Así que hacia la década de 1830 a 1840 tenemos un cuadro de una economía bastante activa centrada en la agricultura y la minería de sal. 3 Junto a eso añadimos la actividad naviera en Puerto Real, que hasta 1841 fue un puerto habilitado con su aduana, por donde salía gran parte de la sal de Cabo Rojo. Se construyó un fortín en el sitio de La Mela, justo a la entrada de Puerto Real, a finales del Siglo 18, para su defensa. Operó como puerto habilitado desde 1804, pero antes de eso era un puerto informal. Fue clausurado en 1841 para favorecer a Mayagüez.

Cabe señalar que el contrabando fue una de las actividades económicas principales de Cabo Rojo y que ayudó a forjar su riqueza, unido a la actividad pirata que le fue de beneficio, desde finales del Siglo 18 hasta principios del siguiente siglo 19.

Los documentos para establecer el pueblo, instrucciones, diligencias para establecer el perímetro urbano, señalar límites jurisdiccionales, mesura y otros son interesantes y nos ofrecen información para el futuro desarrollo del centro urbano y la importancia que daban a la planificación los españoles.

Cabo Rojo tuvo también un intenso movimiento cultural a lo largo del Siglo 19, sobre todo a partir de mediados de siglo, con varios escritores destacados y gestores culturales. Acorde con la actividad cultural se establecieron facilidades para la cultura. En esa primera mitad del siglo 19 se inauguró el primer teatro, que fuera destruido por un fuego en 1864. En el 1871 se construye en madera un teatro, que posteriormente fue conocido como Teatro Excelsior. Luego, reconstruido en ladrillo y concreto, fue rebautizado como Teatro Paraíso en el Siglo 20.

3 El profesor Luis Ramírez ha realizado una extensa investigación y varios trabajos sobre la importancia de la industria de la sal en Cabo Rojo. Ver entre otros La fiebre del oro blanco en Cabo Rojo: Origen, desarrollo y decadencia de la élie industrial caborojeña, 2011.

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Otros eventos que señalan el desarrollo del pueblo fueron la primera farmacia establecida en 1840, el primer periódico – El Eco - fundado en 1869 y luego el semanario El Coyuco, fundado en 1873 por Salvador Brau. En ese año se establece el telégrafo.

Hay que señalar que se daba un movimiento poblacional hacia el centro del pueblo el cual concentró un porciento de la población. El número de habitantes ascendió en 1867 a 16,498 -el sexto- casi alcanzando a San Juan la capital (aunque una baja con respecto a 1821, cuando se reportó sobre 19,000 habitantes). Se construyeron casonas de gran aspecto que reflejaban la prosperidad de su clase alta, algunas de las cuales aún se pueden apreciar.

Pero a partir de 1843 comienza un ciclo de periódos difíciles en la economía de Cabo Rojo, con una sequía, y un descenso en población como lo refleja el censo de 1867. Se dio también el régimen de la libreta de jornaleros, para todo Puerto Rico, que duró 23 años. Así mismo, la epidemia del cólera tuvo sus efectos en el pueblo. Hubo una pérdida de riqueza neta en el pueblo.

En diciembre de 1849, el capitán general, don Juan de la Pezuela, ordenó la puesta en efecto del Bando de policía y buen Gobierno, bajo el pretexto de mantener el orden civil en Puerto Rico. Una de las disposiciones de este decreto fue la creación de un registro general de jornaleros para los hombres mayores de 16 años que no fuesen dueños de tierra y por tanto, tuviesen que trabajar por un jornal para subsistir. El Estado expedía una libreta que debían llevar los trabajadores a jornal en todo momento. Esta libreta incluía el nombre del jornalero, su pueblo de residencia y una descripción de sus características físicas.

Esta libreta de jornaleros fue un instrumento que las autoridades usaron para controlar a la población ante un reclamo de los sectores propietarios que se quejaban de la escasez de mano de obra. Previamente, en 1838, el gobernador Miguel López de Baños intentó también forzar a los campesinos libres a trabajar como jornaleros, porque ya en ese momento el sistema esclavista comenzaba a tambalearse.

Con la libreta de jornaleros, el Estado buscaba complacer a los hacendados, quienes tuvieron a partir de ese momento un instrumento de control laboral. Ningún jornalero podía abandonar su trabajo hasta que el empleador indicara que ya había cumplido con su contrato. El Estado, por su parte, también se beneficiaba de este sistema, ya que si el jornalero no portaba su libreta o estaba desempleado era penalizado con trabajos en obras públicas que devengaban solamente medio jornal. En efecto, era una condición casi de esclavitud, sobre todo porque en la libreta los hacendados escribían lo que quisieran ante una población analfabeta, prestándose para muchos abusos y arbitrariedades. El bando tuvo vigencia por 23 años hasta 1873, cuando la esclavi-

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tud y el régimen de la libreta fueron abolidos. Pero quedaron muchas de sus consecuencias.

El 19 de noviembre de 1893 Cabo Rojo fue escenario de una gran celebración del 400 aniversario de la llegada de Colón, donde se dieron cita en el casco urbano miles de personas de todos los barrios, que terminaron con la comida en dos días, teniendo que traer carretas de bueyes de Mayagüez con provisiones. Ron de caña y de piña, aguardiente español, vinos de todas clases, todo fue exterminado por una multitud que consumió en exceso. Todo culminaría con un desfile por donde pasaron réplicas de las calaveras de Colón. Ibern Fleytas describe dramáticamente la gran fiesta.

En ese Cabo Rojo, nacieron y vivieron mis ancestros caborrojeños.

Mis abuelos...

Isidro García Luiña (1888-1945) y Rosa María López Valdez (1896-1923) fueron mis abuelos paternos; nunca los conocí. Comienzo con el abuelo. Como señalé García es un apellido de origen vasco y ha sido usado como nombre.

Isidro García Luiña (Luiñita) llegó en 1902 según el recuento de mi tía María García López, a la edad de 14 años, para trabajar en los negocios de sus 'tíos', los Luiña. Hasta ahora hemos encontrado a Venancio Luiña Pérez-Villamil, emigrado en 1856, que fue comerciante y vecino de San Juan, y a Manuel Luiña García, emigrado en 1859 (era tío de la bisabuela Antonia Luiña). Exitoso en los negocios, Venancio tendría poco mas de 60 años cuando llegaron sus sobrinos (nietos) en 1904, según los documentos.

El abuelo Isidro se dedicó al negocio del tabaco (procesamiento y distribución), en donde tuvo mucho éxito, al parecer de la mano de su futuro suegro don Gregorio y mas tarde con el que se asocio, Fernando Suárez. Sus hermanos también fueron comerciantes de cierto éxito. Se describe al asturiano como honrado, de vida sobria y espíritu emprendedor. Algo de eso tuvo que tener mi abuelo.

Su fecha de nacimiento aparece en varios documentos como en 1890, pero en una tarjeta de registro aparece la fecha 14 de marzo de 1888, que nos parece mas correcta.4 En el Censo Poblacional de 1910 aparece la fecha de llegada a Puerto Rico como 1904, así que tenía 16 años.

En ese Censo lo pone como residiendo en una pensión en la carretera de Santurce y como de 18 años (tenía 22). ¿Por qué no residía con sus tíos o hermanos? Uno de sus hermanos, dos años mayor, Manuel, residía en el Viejo 4 Según el Draft Registration Card de 1917 dice que nació el 14 marzo de 1888 en Consejo de Navia, Asturias y en el Draft Registration Card de 1942 dice que nació el 14 marzo 1890 y que residía en Miramar.

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San Juan y murió jóven en 1918 o 1919. Del otro no hemos encontrado ninguna información. Solo tenemos su nombre, Antonio (o Joaquín según una foto). Se que regresó a España y se casó a los 50 años, siendo padre a los 54 (según mi tía Marita).

Isidro aparece en diversos documentos trabajando bien en Caguas o en Cataño, con la empresa Fernando Álvarez & Compañía. Don Fernando lo hizo su socio posteriormente. El 12 de julio de 1912 se casó con Rosa María López Valdes, cuando el tenía 24 años y ella 16. Según consta en un acta de nacimiento de su hija María ya citado, en 1915 vivían con don Gregorio y doña Isabel (Belica).

Posteriormente se mudan cerca, al Número 4 de la Avenida Miramar, donde sus suegros compraron una casa (a Antonio García el hermano) para su hija Rosa María y su esposo (como señalé, ella era hija adoptiva). En el acta aparece que una tercera persona no especificada, dio su consentimiento a que la muchacha menor de edad se casara. Poco disfrutó el matrimonio de dicha casona.

Hacia finales de los 1920 Isidro (ya viudo) y sus hijos se mudan a Cataño, donde Isidro era dueño de un edificio comercial frente a la bahía de San Juan, en la esquina de las actuales Avenida Las Nereidas y calle Isidro Rodríguez (curioso que la calle lleve su nombre Isidro). Era el almacén de Tabaco de la compañía Fernando Álvarez, donde era socio. Vivieron frente a la Plaza de Cataño hasta finales de la década de los años 30, según información derivada del Censo de 1940.

Mi padre me hizo varias historias de ese tiempo en Cataño que tanto lo marcó y que narraré luego. En el censo de 1940 aparece la familia viviendo de nuevo en la casa de Miramar, que era al parecer propiedad del matrimonio LópezValdez, y por lo tanto herencia de la difunta abuela Rosa María y así, de sus hijos.

Ese mismo censo dice que todavía en 1935 vivían en Cataño. La casa en Miramar estaba en la calle del mismo nombre, donde hoy ubica un edificio multipisos de apartamentos, cerca de la avenida Ponce de León.

En el grupo familiar aparecen Isidro García Luiña de 51 años, sus hijos María (23), Aurora (22), Isidro (21) y mi padre Joaquín (18), todos García López, así como una criada, Mignelina Ortiz (23), natural de Arecibo. Falta una hija, Isabel, la mayor, que ya se había casado. Don Isidro aparece como socio de una empresa tabacalera. Las hijas aparecen como que no trabajaban y los hijos, uno como oficinista en una empresa de materiales de construcción (Isidro, tío) y el otro (Joaquín, mi padre) como oficinista en la empresa tabacalera.

La abuela Rosa María murió muy joven, a la edad de 27 años, de complicaciones en un embarazo, el 29 de marzo de 1923, según acta de defunción. Mi abuelo Isidro se había caído en unas escaleras y ella tratando de levantarlo hizo una fuerza extrema estando en estado, lo que causó que abortara y luego muriera, aparentemente desangrada. Es lo que recordaba mi tía María

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(Marita). En su corta vida procreó 5 hijos: Isabel (Nené), María (Marita), Aurorita, Isidro y Joaquín. Se casó con mi abuelo con tan solo 16 años de edad y se dedicó al hogar. Sus hijos oscilaban entre 1 y los 11 años al morir y fue cuando su madre, mi bisabuela, se dedicó a criar a sus nietos. Mi abuelo Isidro nunca volvió a casarse, muriendo en 1945 de cáncer (dicen que era muy fumador).

José Ciriaco Morales Pérez (Don Pitito) y Petra Josefa (Pepa) Rodríguez fueron mis abuelos por parte de madre. El abuelo tiene una historia muy interesante que narraré mas adelante. Abuela Pepa fue la única entre todos mis abuelos a la que conocí. Era una mujer muy reservada, inclusive en los afectos, y muy sencilla.

Primero, la historia de los apellidos, tratando de descubrir mis orígenes. El apellido Morales, como muchos otros apellidos ibéricos, tiene su origen en la reconquista de la península, cuando los reyes y nobles recompensaban por sus servicios a los caballeros que luchaban contra los musulmanes. La casa primitiva está en Santoña (Santander), cerca de Asturias y el País Vasco. Es uno de los 100 apellidos españoles más frecuentes. Es un apellido toponímico proveniente de la zona de Cantabria. En Puerto Rico está muy extendido. En Cabo Rojo había familias de apellido Morales en casi todos los barrios.

En Soria (España) fundaron el lugar de Morales, de donde eran 'Señores' pertenecientes a una de las doce casas nobles de aquella ciudad y de donde salieron esforzados guerreros que se distinguieron en las conquistas de Baeza y Sevilla. El apellido muy pronto se extendió por toda la Península Ibérica e Islas Canarias. En el año 1477 ya aparece Andrés Morales, un navegante y cartógrafo que vivió durante largo tiempo en las Antillas. Fundó casas del apellido en Sevilla y Granada, por lo que aparece documentado en los apellidos y escudos sevillanos y cordobeses que pasaron a las Indias. Sevilla fue una de las dos ciudades autorizadas para comerciar con las Antillas.

En cuanto a los Morales que se dicen que eran catalanes he encontrado información interesante. He hallado información de unos Morales oriundos del poblado Morales, barrio de Alconaba, provincia de Soria. Se mencionan varios nombres en el periodo de finales del Siglo 16 (1598) a mediados del Siglo 17 (1639); seguiremos investigando. Hay otra villa Morales en La Rioja. He podido seguir el rastro de los Morales de mi familia en Cabo Rojo posiblemente hasta finales del Siglo 18 (1780´s); hay uno nacido en Añasco.

Por su parte Rodríguez es nombre de origen germánico latinizado como Roderici o Rodericus, originalmente Hrod-riks, que significa "glorioso-reino" o "rico en gloria". El patronímico ez al final de éste y de otros tantos apellidos españoles es un préstamo del idioma vasco a través del antiguo reino de Navarra. Significa hijo de Rodrigo o Rodericus. Es así pues un apellido patronímico.

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Otra información dice que el apellido es originario del antiguo reino de Castilla y León (actual España), donde es uno de los más frecuentes entre su población. Su origen se remonta a la Edad Media, probablemente anterior al Siglo XI. También se relaciona con topónimos antiquísimos en la península Ibérica.

El origen Vasco deriva de la traducción del apellido vasco `Rodriguena' de origen vizcaíno, aunque también, existe 'Rodrigoena' y 'Rodriguarena'. Al unirse el Reino de Navarra con el Reino de Castilla, la reina Isabel La católica, españolizó varios apellidos, con origen navarro. No obstante ordenó guardar el sufijo EZ de origen euskérico, en homenaje al Reino de Navarra. Es uno de los apellidos mas comunes, en toda la península, actualmente y en 2016 era el tercer apellido más común entre los españoles.

En mi familia se decía que los Rodríguez vinieron de marinos portugueses que se asentaron en Cabo Rojo. Lo cierto es que, según la documentación investigada, los Rodríguez de mi familia tienen una extensa ascendencia que llega a San Juan en el Siglo 17 y a San Germán, a los primeros pobladores. Aunque entre los ancestros están Ramírez de Arellano, los Rodríguez aparecen como jornaleros en un Siglo 19 en donde ser jornalero en Puerto Rico representaba una vida de limitaciones y carencias, de explotación, de mas penas que alegrías.

Ahora vayamos a la historia de Don Pitito...

José Ciriaco Morales Pérez nace en agosto 1876, época difícil en el desarrollo en Cabo Rojo, y muere el 19 de octubre de 1945. Hijo de Claudio Morales y Velasco y de Carmen Pérez Montalvo, ambos de Cabo Rojo. Se dedicó a la siembra de caña poseyendo una finca de tamaño medio heredada de su padre. En la época norteamericana de la industria de la caña, era un colono, o sea, le vendía su cultivo a una de las centrales que procesaban la caña. De cualquier manera hereda la tierra hacia 1925 aunque ya se encargaba de la finca desde 1908 según el Censo Agrícola de 1935.

Pero Don Pitito fue también escritor, parte de lo que he llamado la generación de escritores del 1870 en Cabo Rojo, década en la que nacieron varios literatos caborrojeños que se destacaron. Escribió en periódicos regionales y nacionales artículos humorísticos, sobre la caña y sus enfermedades (aunque no tenía preparación formal) y sobre diversos temas. Usó el peudónimo de Fausto y posiblemente otros en la prensa de finales del Siglo 19. Hay una sección biográfica en el libro Historia de Cabo Rojo por el doctor R. Ibern Fleytas sobre José Ciriaco Morales. De ahí hemos tomado estas notas, que aparecen en un libro de sus poemas que publiqué en 1995 (Siemprevivas).

Mi abuelo escribió desde muy joven, desde finales del Siglo 19, colaborando con diversos periódicos regionales y nacionales, como La Bruja de Mayagüez, del editor Pablo Puig, donde tenía una columna de estilo humorístico

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llamada Tijeretazos, en El Heraldo Español del conservador Vicente Balbás, en El Mundo y el Puerto Rico Ilustrado. Su poema más antiguo conservado es Monserra de 1902, dolidos versos a la muerte de su amada. Se han encontrado artículos y cartas en la prensa de la época. Uno, en El Mundo de 1919, fue un escrito contra la Ley de la prohibición del alcohol. El profesor Ramírez nos facilitó otro, una carta al General Davis de 1899 publicada en la prensa, con relación al Huracán San Ciriaco. Aparece también su nombre en una nota periodística en La Democracia en 1901 relacionada a las elecciones de ese año, como miembro destacado del Partido Federal en el Barrio Miradero.

Don Pitito fue sobre todo autodidacta, habiendo cursado solo los grados primarios en Cabo Rojo. Contribuyó no obstante según señalé, con sus observaciones y estudios a adelantar los conocimientos sobre las enfermedades y cultivo de la caña. En la familia se le recordaba como bohemio y bebedor. Su escrito en El Mundo 5 muestra que se oponía con vehemencia a la prohibición del alcohol que estaba por ser aprobada por el Congreso de Estados Unidos. Le tocaba de cerca: la caña es materia prima para el ron. El y su hermano Nicolás heredaron terrenos de bastante extensión, pero poco a poco los fueron subdividiendo, vendiendo o perdiéndolos de alguna forma (hipotecándolos tal vez).

En los terrenos de su finca practicaron -hacia los 1930- los Cadetes de la República del Partido Nacionalista en Cabo Rojo, siendo dos de sus hijos -Yan y Lin- miembros de dicho cuerpo cuasi-militar (según me lo narraba otro de sus hijos, Milton, que los observaba desde las cañas). Su finca cubría los terrenos donde hoy ubica la urbanización Quintas de Miradero y otros desarrollos hacia la carretera 102 y se extendía hacia el este hasta donde hoy están los solares subdivididos y remanentes de la finca en Parabueyón, en total 220 cuerdas en 1936, según el Censo Agrícola.

Una ficha encontrada de su inscripción en el servicio militar de Estados Unidos en 1918, a la edad de 42 años, revela la fecha de su nacimiento y el que su padre, Claudio Morales, le sirvió como testigo.

La revista Fiat Lux 6 del Círculo Liteario Caborrojeño de octubre de 1967, recoge las notas biográficas de Ibern Fleytas en un artículo de Margarita Asencio.

Escribía Ibern Fleytas sobre Don Pitito, “Uno de los mas humildes, si no el mas, de los intelectuales caborrojeños...Nadie que no hubiera nacido con una mente privilegiada como la de José C. Morales, hubiera descollado como él...Don Pitito...solo tuvo como centro de estudios una humilde escuela rural, donde fue el estudiante mas sobresaliente.” 7 Lo cierto es que fue un voraz lector, “leyendo toda 5 La Ley fue aprobada y estuvo vigente desde el 16 de nero de 1920 hasta el 6 de diciembre de 1933, con nefastas consecuencias.

6 Fiat Lux, Año 1, Número VIII, octubre de 1967.

7 Historia de Cabo Rojo de Ramón Ibern Fleytas.

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clase de trabajos literarios y consultando las personas de mayor experiencia y mejor instrucción”, añade el doctor caborrojeño. Pero el 'Bardo de Miradero' como se le conocía nunca guardó copias de sus escritos, la mayoría de los cuales se perdió con el tiempo. Según Ibern Fleytas, no se sabe de ocasión alguna en que “participara en certámenes literarios o científicos, asistiera a fiestas, recitara en veladas o reuniones, o sirviera de orador en alguna tribuna.” Parece que quiso el anonimato, aunque se mantuvo escribiendo hasta el año de su muerte en 1945.

De su historia personal hay anécdotas familiares que variaban según quien las contara; de como fue perdiendo sus tierras, del 'juego' según algunos y de otras circunstancias. Si recuerdo dos. Por ejemplo, en su casa no se cenaba hasta que llegara un amigo y trabajador en su finca que era negro, algo insólito teniendo en cuenta lo racista que era mi familia materna. Otra era la leyenda de su caballo: Pitito iba a beber al pueblo y cuando se emborrachaba, los amigos lo montaban en su caballo que fielmente, lo llevaba hasta su casa, con Don Pitito dormido sobre el. Una vez llegado a la casa, la familia o los trabajadores lo bajaban del mismo.

Era también lo que llamamos “un enamorado”, como lo refleja su poesía, y el hecho de que mantuvo dos mujeres y dos hogares, con la friolera de 19 hijos en total. En el censo de 1940 hemos hallado que aparecía como “jefe de familia” en dos casas distintas. No habiéndose casado oficialmente con ninguna de las dos, hubo por mucho tiempo una discusión interna familiar sobre cual era la mujer oficial y cual era la “chilla” como se dice hoy día. Hemos encontrado una escritura en el registro de la propiedad de San Germán que Pitito mandó a preparar a meses de su muerte donde reconocía como hijos suyos a los habido en su relación con Ramona Valle (con quien procreó 10 hijos), sugiriendo que era ella “la otra” y que abuela Pepa, con quién procreó 9 hijos que reconoció al nacer cada uno, era “la oficial”. Pero son conjeturas. Tuvo al menos una tercera mujer, negra, de apellido Correa con la que tuvo 4 hijos, que en el censo de 1940 aparecen con los apellidos Morales-Correa. Yo conocí a una: Vivian (Morales) Correa.

Josefa Rodríguez, nacida el 27 de junio de 1886 y bautizada como Petra Josefa Rodríguez, mi abuela Pepa, parece haber aceptado su posición con un gran silencio y resignación. De todas maneras tenía casa segura y una familia que atender. En esto se resume su historia, la de una mujer de campo que visitaba, años después, a sus nietos en San Juan, llevando siempre pilones como obsequios. Todavía la recuerdo llegando en la 'línea', el servicio de carros públicos entre Cabo Rojo y San Juan, vestida con un traje largo de otra época que para ella, tal vez no fue tan mejor. Una nota curiosa: en el censo de 1930 se pone como viuda y jefa de familia. ¿Un enojo y separación temporal con don Pitito?

Como adelanté, era hija natural del jornalero Silvestre Rodríguez Padilla y de Claudia Sinforosa Rodríguez Sepúlveda, ama de casa. Recordemos que estos eran primos hermanos por lo cual no se casaron formalmente. Sus abuelos, todos fallecidos antes de 1886, fueron de la parte paterna Blas Rodríguez y Micaela

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Padilla, y por la parte materna Francisco Rodríguez y María de los Ángeles Sepúlveda, ellos jornaleros y ellas amas de casa.

La casa de abuela Pepa Aún recuerdo la casa de madera en el camino Parabueyón de mi abuela Pepa, recuerdo que se va haciendo borroso en la bruma del tiempo, pues de eso hace casi 60 años. Me llevaban, como si fuera una especie de ritual, todos los años desde que nací a visitar a la abuela, último eslabón con un pasado que se pretendía borrar, muy lleno de penas y de cierta vergüenza familiar.

La casa de madera construida hacia 1939 o 1940, tenía dos plantas, constituyendo la segunda planta eso que llamábamos “un mirador” donde abuela tenía su habitación. El primer piso, precedido por un ancho balcón y al cual se accedía por una escalera, tenía una sala amplia conectada directamente a dos cuartos, en uno de los cuales vivían mi tío Milton con su esposa Rosita. Al fondo de la casa, un comedor abierto hacia un gran jardín que exhumaba aromas de campo, y a un lado, cerrada, la cocina, con su fregadero exterior colgando de una ventana.

La vivienda estaba construida sobre columnas de madera que la separaban del suelo, constituyendo el espacio resultante en una especie de área de almacén de cachivaches o en refugio para gallinas y ratones.

Yo nunca entré al cuarto de abuela. Comenzaba a subir lo que me parecía desde mi perspectiva de niño una escalera grande y al llegar a un descanso que la dividía en dos, me detenía, atemorizado tal vez ante el misterio de aquella habitación sin puerta y obscura, con sus amplias ventanas de madera cerradas.

A las tres siempre se tomaba café en el comedor. En el patio, mi tío 'Chin' (Milton) tenía unas enormes jaulas en donde cabían tres o cuatro hombres de pie, dedicadas a diversas aves, una especie de aviario. Recuerdo entre otras, un pelícano, gallaretas, patos y palomas.

El camino de Parabueyón, en otro tiempo el principal hacia Joyuda, era en tierra y llevaba a varias fincas. Subía una pequeña loma y luego comenzaba a descender hacia lugares misteriosos para mi; nunca pasé del tope de la loma y acaso, mi madre no me quería llevar, sobre todo hacia el lugar donde nació.

Jamás hubiera pensado yo que décadas después viviría yo a pasos de donde estuvo la casa original donde nació mi madre.

En donde estaba la casa que conocí de abuela Pepa, hay una en cemento que mi tío Milton mandó a construir en 1963, una casa de tres cuartos donde vivió hasta su muerte en 2010. Frente a donde estaba la casa de abuela solo queda de aquel tiempo el viejo palo de mangó que aún hoy, ya viejo, cuenta sus historias, aunque no haya ya nadie para escucharlas.

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Casa de 'Pitito' y 'Pepa' en Parabueyón, c.1943

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El tiempo de mis padres Mis padres fueron personas del Siglo 20, cuyas vidas discurrieron entre Cataño, Cabo Rojo y San Juan. En mi padre se afincaba un cierto romanticismo, de aventuras y novelas de piratas, y un extraño idilio con España, en donde vivió por un año cuando niño, a finales de los años 1920. Mi madre, por el contrario, era muy realista, con los pies sobre la tierra, formada en la burocracia federal, tratando de alejarse de su pasado caborrojeño, para ella uno lleno de pobreza.

Cataño, municipio establecido el 1 de julio de 1927, por motivos puramente políticos, fue hogar de mi padre y sus hermanos durante la década de los 1930.

Así, a mi padre le tocó ver el surgimiento de este pueblo, aunque apenas contaba con cinco años cuando fue fundado. Vivió los años de la adolescencia allí.

El pueblo está localizado a orillas de la Bahía de San Juan y tiene una superficie de 12.6 kilómetros cuadrados (5 millas cuadradas), siendo así el pueblo más pequeño de la Isla. Es un poblado de tradición jueyera -aunque ya no quedan jueyes- y “el pueblo de los lancheros”. Su historia está ligada a la de la colonización de Puerto Rico. En tiempos del Gobernador Francisco Bahamonde de Lugo (1564 -1568) hubo la necesidad de solicitar los servicios de un médico, siendo escogido Hernando de Cataño quien, al aceptar el cargo, recibió como pago un solar y varias caballerías de tierra en unos terrenos ubicados frente a la isleta de San Juan, al otro lado de la bahía. El lugar se conoció con el apellido de su dueño.

Cataño fue desde mediados del Siglo 19 un centro de transportación entre Bayamón y el interior, con la capital. En 1883 el comerciante español Ramón Valdés inauguró un servicio ferroviario entre Bayamón y Cataño, que conectaba con un servicio de lanchas entre el segundo y San Juan, operando como un sistema integrado de transportación. Este movimiento ayudó a que Cataño aumentara su población y se transformara en uno de los barrios más prósperos de Bayamón. A la altura de 1893 ya contaba con la Parroquia Monserrate. Fue desde Cataño que el doctor José Celso Barbosa hizo el cruce de bahía en pleno bombardeo norteamericano en mayo de 1898, para ponerse al servicio de las autoridades españolas.

Mis padres fueron testigos no oculares, aunque no se si tuvieron plena conciencia de ello, del surgimiento y muerte del Partido Liberal, la guerra civil española, de la Masacre de Ponce en 1937, del nacimiento de la liga de béisbol profesional, de la Segunda Guerra Mundial, el surgimiento del Partido Popular, la muerte y transformación del antiguo Partido Republicano, el nacimiento del Partido Independentista, la Ley de la Mordaza, la Insurrección Nacionalista y del embeleco del Estado Libre Asociado. Vivieron la época del tren y vieron su deceso.

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San Juan pasó a ser una gran ciudad alimentada por la inmensa emigración del campo a la ciudad, donde surgieron grandes arrabales y con ello, monumentales retos. Pasó de 180,000 habitantes en 1946 a 450,000 habitantes en 1970. En 1946 Felisa Rincón de Gautier fue nombrada alcaldesa de San Juan, siendo luego la primera mujer elegida como alcaldesa de una capital en toda América (1946-1968). Un año después se casaban mis padres y mi madre se mudaba a San Juan, al ostentoso barrio de Miramar. La época de 'oro' del cañaveral se fue haciendo poco a poco recuerdo. Mi madre venía de ese mundo, mi padre, venía de otra realidad, criado con cuchara de plata.

La casona de Miramar, donde mi padre había pasado sus primeros años y luego, ya joven adulto, albergaría de nuevo a la familia viviendo sus sueños de riqueza y elegancia, deslumbró en un inicio a mi madre que vivía una historia de amor. Pero la muerte de don Isidro terminaría con todo: la empresa de tabaco, la riqueza dividida y dilapidada y los sueños que pronto se esfumaron tornándose en dura realidad; poco le duró la fiesta.

Ante la nueva realidad, mi padre tuvo eventualmente que trabajar y dejar sus sueños.

Un amor para la historia. Mis padres en 1947 en el Hotel Condado Beach.

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Mis padres La memoria está viva y no pretendo hacer una biografía de dos vidas de personas comunes, que tuvieron ciertos momentos de grandeza. Podría comenzar contando una historia de amor, porque de eso se trató la parte mas esencial de sus vidas, de un amor para la historia. Pero no voy a narrar una historia de amor que por fuerza tendría que ser mas que nada, novela, ficción.

Mi padre Joaquín García López (1922-1984) fue sobre todo un romántico, poeta y soñador, con proyectos que quedaron en el archivo del olvido. Un evento significativo fue la muerte de su madre en 1923, quedando huérfano de la caricia maternal cuando apenas tenía un año. Fue criado por la abuela materna Rosa Isabel.

Su niñez, en un ambiente de riqueza y comodidad en una época difícil en Puerto Rico, también fue marcada por los viajes a España y, aunque no hemos encontrado documentos que lo sustenten, siempre se quedó con la familia del abuelo materno en Madrid; no creo que haya conocido a sus abuelos paternos, aunque algo de asturiano quedó en el. En España, recordaba muy bien la dirección en la que vivió por un año, una casa en una céntrica calle de Madrid (que ya no recuerdo) y se acordaba igualmente de la estancia Puerto Rico, una finca a las afueras de Madrid. Tenía unos seis años cuando fue a vivir a la capital de 'las españas'.

Luego de 1930 la familia se traslada a Cataño, donde viven varios años en donde Joaquín llegaría a la adolescencia, descubriría la aventura y los primeros amores. La vida en Cataño fue igualmente dichosa. Vivían frente a la Plaza, muy cerca de donde estaba el edificio de la empresa de tabaco de don Isidro y su socio. Por lo que recuerdo de sus remembranzas, pasó el tiempo entre novelas de piratas y de Julio Vergne, los juegos callejeros de pelota, nadando en la bahía, a muy escasa distancia, y enamorándose de las chicas.

Recuerdo una anécdota muy particular: Joaquín, aspirante a galán, tomó como novias a dos hermanas a la misma vez, pero diciendo a cada una que guardara el secreto para que la otra no se enterara. Pasó lo que tenía que pasar: una de las hermanas lo sorprendió con la otra, se armó la grande, se destapó el secreto, y el joven galán recibió su primera bofetada de mozo.

También para esa época comenzó a seguir la política. Era un seguidor ávido de los acontecimientos de la guerra civil que se libraba en España.

Favorecía a los rebeldes Franquistas. Aquí simpatizó en esa juventud con Antonio R. Barceló del Partido Liberal, aunque ya de adulto simpatizó con el Partido Estadista Republicano. Fue formando así sus ideas conservadoras, siendo acérrimo oponente de Luis Muñoz Marín.

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Al parecer Joaquín de joven era bastante atlético, aunque no participó formalmente en ningún deporte. Era delgado. Entre sus deportes estaba cruzar a nado la Bahía de San Juan de Cataño a la Puntilla, algo que a mi se me hace difícil de visualizar, aunque es una acción muy posible. La bahía estaba en aquel entonces mas contaminada que hoy, descargando aguas negras de muchas comunidades en ella y las descargas de barcos.

Entre sus compañeros de aventura estaba, claro, su hermano Isidro, tres años mayor. Una vez haciendo el cruce de la bahía mi tío se topa con...un mojón de heces fecales que le pasó frente a la cara.

Parece que eran muy unidos los dos hermanos, de hecho, lo fueron hasta la muerte. Tenían varias anécdotas de ellos jugando pelota de chamacos, pero casi no recuerdo ninguna.

Mi tío Isidro admiraba la inteligencia y la imaginación de mi padre, a quien siempre siguió y del cual estuvo pendiente. Visitaba la casa de mis padres en Caparra Heights con frecuencia y fue una presencia constante en nuestras vidas, después de todo en mas de una ocasión mi padre lo había ayudado.

Esa juventud no estuvo exenta de problemas, pues mi entonces futuro padre tuvo una adolescencia enfermiza, acaso por el medioambiente en que se crió. Enfermó gravemente, quien sabe si por la contaminación de la bahía, y estuvo a punto de morir. Eso interrumpió sus estudios en la escuela superior, los que pudo terminar a pesar de todo graduándose de la Escuela Superior Central (Central High) de Santurce.

En 1938 nace la liga de béisbol bajo el nombre de Liga Semi-Pro de Béisbol de Puerto Rico. El equipo de los Cangrejeros de Santurce se incorporaría al año siguiente. Desde ese momento mi padre sería fanático incondicional de ese equipo. Fue precisamente en un juego dominical en el estadio Sixto Escobar que Joaquín se enteró del ataque a Pearl Harbor, cuando lo anunciaron por los altoparlantes, el 7 de diciembre de 1941.

En 1940 aparece mi padre trabajando como oficinista en la compañía de tabaco de su padre, según datos del Censo de ese año. La historia que me hacía es que trató de ingresar al ejército, pero que fue rechazado por cuestiones físicas.

Sin embargo logró unirse al esfuerzo de guerra cuando consiguió trabajo en la Base Ramey, en 1943 o 1944. Esto le cambiaría la vida y su destino.

Joaquín trabajaba en suministros de la base. El caso es que le asignan a una recién graduada de escuela superior como oficinista: era mi futura madre. Ella había completado en la escuela un curso de secretaria. Supongo que el flechazo en el fue instantáneo, sin posibilidad de recuperación. Ahí comenzó una historia de amor que se extendió por 38 años.

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Eran los tiempos de guerra y la mentalidad de las personas era vivir de día en día. Puerto Rico además se hallaba en crisis económica y social. Fue un amor nacido en tiempos difíciles, pero para el muchacho de Miramar criado en la abundancia, la historia estaba adornada.

No lo tengo claro, pero supongo que mi padre se hospedaba en la base Ramey hasta que la guerra terminó en el 1945 (mi madre se hospedaba en Aguadilla). Concluido el trabajo, le tocaría cortejar a la novia en Cabo Rojo. Esto lo llevó a hacer el viaje en tren de San Juan a Cabo Rojo (o a Mayagüez) muchas veces. De ahí nació su amor por los trenes. Me hacía historias del tren y de los diferentes vendedores y productos en cada estación donde el tren hacía una parada. Su narración, llena de nostalgia, parecía transmitir cada estampa, los sabores y olores de los productos, acercando en su recuerdo el pasado de otro Puerto Rico.

En 1945 mueren mis abuelos, Isidro y José. No creo que, aunque ya estaba la relación establecida entre mis padres, Joaquín hubiera conocido a su futuro suegro -Pitito- ni Nayda a don Isidro. Ambas muertes deben haber marcado la relación. El caso es que mi madre nunca mencionó a su padre, que yo recuerde.

Mi padre hablaba muy poco de don Isidro. Ambos, Joaquín y Nayda, cortaron con su pasado, aunque en el caso de mi madre quedaba abuela Pepa.

Al morir don Isidro mi padre y su hermano, ambos ya casados e Isidro (hijo) con hijos, se embarcaron en una serie de intentos capitalistas que terminaron mal, acabando con el poco capital que habían heredado. Ambos hermanos asociados compran una finca en Guaynabo que pronto venden sin haberle sacado provecho (veinte años después la hubieran vendido por varios millones). Ninguno había visto una gallina o una vaca en su vida, salvo en la mesa -claro que exagero. Me contaba un primo que a la finca se llegaba en auto con chófer, bien ostentoso.

Luego de la finca, montaron una fábrica de muebles sin haber puesto un clavo en su vida. Todo el capital que les quedaba de la venta de la finca lo gasta mi tío Isidro en madera y se quedan sin dinero para trabajar y por lo tanto sin fabricar muebles. Después mi padre trata de montar una imprenta, sin éxito. Todos esos negocios en 5 o 6 años, sin tener los conocimientos empresariales ni las destrezas; sin el abuelo quedaron desamparados.

Eventualmente mi padre pasó a trabajar en una compañía de seguros, Pilot Life, como vendedor de seguros. Luego fue pionero a finales de los sesenta en la venta de planes médicos.

Hubo un último intento de hacerse rico: el juego de la Pirámide, que inundó muchos hogares puertorriqueños a comienzos de los años 70. En dicho juego mas de un sueño quedó tronchado.

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Pero su logro mas grande habría de venir en su vida en el leonismo. Casi con su fundación en 1955 Joaquín se hizo miembro del Club de Leones de Caparra donde hizo del servir una vocación. Muy activo en el Club, eventualmente fue miembro de su Junta de Directores y luego presidente. Se le reconoció en su momento como un miembro destacado del movimiento del leonismo. Su momento cumbre fue cuando dirigió una de las Convenciones del Distrito de los Leones de Puerto Rico (entonces había un solo distrito) en el antiguo Hotel San Juan de Isla Verde.

Claro que en esa labor leonística reclutaba a su familia, siempre presente en las actividades a través de toda la isla. Recuerdo haber viajado bastante por diferentes pueblos y en distintas situaciones, como las inundaciones causadas por las lluvias dejadas por el Huracán Donna, entre otras. Entonces, éramos niños, pero mi padre nos llevaba en su aventura.

Luego de la Convención que dirigió con gran éxito, le ofrecen la gobernación del Distrito, pero diversas razones le hicieron declinar. Tal vez desde ese momento, con cierta decepción, su avance en el leonismo vio un detente, aunque siguió activo hasta el día de su muerte. Su vida de casi 30 años de labor cívica vio grandes cambios en el país y en el movimiento de los leones.

Parte de su obra poética se dio en función de la actividad en el leonismo.

No faltaba ocasión en que no fuera llamado a ser el orador de una actividad siendo en la misma un poema su discurso. Pero su poesía fue mas allá y su máximo poema fue Caborrojeña, dedicado al amor de su vida. 8 Nayda Morales Rodríguez (1926-2000) representó por muchos años la estabilidad económica y sostén de la familia. La hija de una humilde 'jibarita' descendiente de jornaleros y de un hacendado casi arruinado y mayormente ausente como padre, tuvo su mente conservadora bien centrada sin tomar riesgos ni responder a sueños. Tal vez curada de espanto, rechazó todas las ideas de mi padre para establecer negocios. Ella tenía un buen sueldo en el gobierno federal y una casa que pagaba una pequeña hipoteca.

La memoria se pierde, pero luego de haber trabajado en la Base Ramey en los años de la Segunda Guerra Mundial, dejó de trabajar al casarse con mi padre con la expectativa de un futuro en la abundancia, sueño que no duró mucho. La primera etapa de su matrimonio fue una de constantes viajes y relaciones con gente de dinero, al menos el álbum fotográfico de la familia así lo sugiere. Con mi padre viajó a Miami y a La Habana. Pero cuando me tuvo a mi en 1953 la cosa cambió. Es en esa época que mi madre vuelve nuevamente a trabajar con el 8 En 1995 edité y publiqué para la familia y amigos un pequeño libro con su poesía, Caborrojeña y otros poemas, Creativo Siembra, edición limtada, 1995.

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gobierno federal, específicamente con el Army Corps of Engineers. Luego siguieron dos embarazos mas. Era la época del control de la natalidad en Puerto Rico; de todas maneras su mentalidad no estaba en tener una familia numerosa como había sido la de ella. Era la visión de la nueva era industrial que se impulsaba en el país.

Tan solo un segundo hace falta para cambiar los destinos; la vida familiar nos cambió de un golpe una fatídica noche de finales de 1960.

Mi padre había comprado un Reanult modelo Gordini, el primer auto pequeño de la familia que ofrecía mayor rendimiento de gasolina y un aspecto diferente. Pero su carrocería era mas liviana que la de los pesados y duros automóviles norteamericanos. Una noche, saliendo de una pizzería en la calle Matadero, nos dirigimos a Santurce por la carretera número 2 (hoy Avenida Kennedy) cuando poco antes de llegar al puente de la Constitución un auto se nos cruzó al frente; el accidente nos cambió la vida. 9 Inicialmente fuimos llevados al Hospital Municipal (hoy Museo de Arte de Santurce) 10. Luego, mis padres fueron trasladados al Auxilio Mutuo, donde mi padre estuvo internado por un año. Debo imaginar el efecto económico que el accidente tuvo en la familia, pero nuestro mundo de niños siempre estuvo protegido.

Tras el accidente mi madre Nayda Morales estuvo en tratamiento por sus heridas en la cara durante meses. Fue entonces que pasó a trabajar en FHA y luego en HUD (Housing and Urban Development) donde laboró por mas de 30 años, alcanzando una alta posición. En los años 60 y 70 fue la estabilidad financiera de la familia. Fue también secretaria de la Junta de Directores de la Caribe Federal Credit Union, decía ella que “porque nadie quiere esa posición”.

Nayda Morales Rodríguez, hija de José Ciriaco Morales Pérez y de Petra Josefa Rodríguez, nació en Cabo Rojo en 1926, en el camino Italia, y se crió en una era difícil en el campo puertorriqueño. Fue la época de la Gran Depresión, de las huelgas en el sector de la caña, de la gran huelga de los salineros en Cabo Rojo, de los cambios en las propiedades de su familia y de la Segunda Guerra Mundial.

Hay varias fotos de ella entre los años de 1942 y 1944 que revelan una muchacha delgada de extraordinaria belleza. En algunas se le ve junto a su prima Ada Garrastazú y en otras junto a sus compañeras de escuela en el Colegio La 9 El accidente a finales de 1960 salió en primera plana del diario San Juan Star y por muchos años se guardó un recorte con la noticia.

10 El edificio decimonónico en Santurce ha tenido varios usos. Fue hospital municipal, luego centro de Obras públicas y finalmente museo de arte. De alguna forma he estado en las tres etapas.

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Milagrosa de Mayagüez, donde cursó sus estudios superiores. Se hospedaba en dicha ciudad con una hermana mayor ya casada.

Fue precisamente de esa escuela que salió como oficinista practicante hacia la Base Ramey y en donde, como ya señalé, conoció a mi padre.

Mi madre descubrió que no existen los príncipes azules, pero si las historias de amor.

Seis años luego de casada tardaría Nayda en convertirse en madre. Entre 1953 y 1957 tuvo dos hijos y una hija. Había una antigua foto de 1953 a colores de mi madre cargándome a mi en la calle frente a la casa en Caparra Heights, casa que compraron en 1950.

Sin embargo la crianza de su s hijos siempre estaría a cargo de empleadas domésticas y cuidadoras ya que sus compromisos de trabajo la mantenían fuera de la casa durante el día. Por lo menos fue así hasta la adolescencia de sus hijos.

Mi madre fue una mujer 'moderna' algo conservadora en sus valores y superó las limitaciones que le impusieron ser una muchacha 'de campo' con una instrucción de escuela superior. Logró después de todo montarse en la guagua del cambio hacia una sociedad industrial. Pudo en ella mas el modernismo que la tradición de una sociedad rural que quedó en el pasado. Pero siempre fue una mujer reservada y algo parca en sus afectos.

Los tiempos en que crecimos Los tres hijos del matrimonio García-Morales nacimos en la década del 50; somos parte de esa generación que llaman de los “baby-boomers”.

Nuestro tiempo, ese en el que nos formamos y adquirimos nuestras experiencias mas significativas fue uno de grandes cambios y transformaciones.

Todos nacimos bajo ese engendro que se conoce como ELA -el Estado Libre Asociado- que pretendía perfumar y maquillar la condición colonial de Puerto Rico y convertirla en la “vitrina de la democracia”, como ejemplo para la América Latina.

Después de todo había que maquillar a la vieja Política Monroe y sacar a Puerto Rico de la lista de territorios coloniales.

Pero poco cambió para la isla el ELA, vivíamos bajo una ilusión, en un estado hipnótico permanente. Claro, le permitió a Puerto Rico desarrollar un aparato de estado que terminaría siendo atacado y carcomido por el neoliberalismo de finales de siglo. Yo en mis primeros años poco entendía de eso y de los efectos que sobre todos los puertorriqueños ejercía.

Yo nací en el año que se pactó un armisticio a la guerra de Corea, guerra que tuvo efectos en la población de Puerto Rico y una permanente americanización del país junto a las políticas del gobierno de Muñoz Marín (1948-

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1964). Fue la época de la emigración masiva a Estados Unidos, de la industrialización -siempre sujeta a las directrices marcadas desde Estados Unidosde la Operación Manos a la Obra, del control poblacional y de la natalidad, y del crecimiento de San Juan bajo la tutela de la mítica Doña Fela. 11 En la capital brotaban nuevas urbanizaciones como Caparra Terrace, Summit Hills, Reparto Metropolitano, Villa Nevárez y otras, proceso comenzado a finales de los años 40 respondiendo a un modelo de desparrame urbano. Surgió con fuerza la nueva clase media de trabajadores diestros y de profesionales que aumentaban el consumo.

También surgieron en las nuevas zonas urbanas los cine de 'barrio'; nada mas por mi área existían 6 salas de cine surgidas en los años 50 del Siglo 20. A la comercialización de las nuevas zonas, sobre todo en las avenidas residenciales, se añadió la construcción de centro comerciales gigantescos, comenzando con San Patricio Plaza a comienzos de la década del 60 en lo que había sido una vaquería con una planta de leche, parte de la finca San Patricio.

En 1968 surge el sistema de dos partidos cambiando el panorama político, al entrar en escena el Partido Nuevo Progresista, ganando las elecciones de ese año y rompiendo la hegemonía del Partido Popular. Yo di mi primer beso de verdad, ganado en una apuesta con una chica, gracias a esa victoria.

Por eso de no dejar de hacer la guerra, fuimos testigos del comienzo y conclusión de la guerra de Vietnam, primera derrota norteamericana, con hondas repercusiones en la nueva generación que le tocó vivir ese mundo. Di un paso en mi firme oposición al sistema al romper mi tarjeta de Servicio Selectivo.

Nuestro 'barrio' estuvo limitado a la calle de mi casa en la niñez y adolescencia, donde tuve mis primeros amigos -algunos aún lo son- escenario de 'batallas' imaginarias con globos de agua y piedras, de mi primera ilusión, de navidades familiares que terminaban muy pronto, de noches en un balcón...la calle fue mi mundo, pero ese mundo se fue haciendo chiquito. Con todo, viví en ella por cerca de 45 años, casi atrapándome. La calle Ensenada que comenzaba en la Avenida Roosevelt e iba a morir en la Base de San Patricio, hoy un bosque, fue testigo silente de la transformación de la ciudad y de la urbanización que fue perdiendo sus vecinos.

La adolescencia fue quedando atrás con el pasar del tiempo, el mundo se transformó y aquí estamos, producto de esa larga caravana que sigue su marcha a través del tiempo...un día seremos polvo de estrellas.

Ese fue el mundo en el que crecieron Joaquín, Mayra y José, García Morales.

11 Felisa Rincón de Gautier, alcaldesa de San Juan de 1946 a 1968.

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José Ciriaco Morales Pérez (foto publicada en Historia de Cabo Rojo)

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Petra Josefa Rodríguez en una foto de estudio (c.1930).

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Foto familiar en España donde se destacan los hermanos Aurorita (de pie, primera a la izquierda), Isabel (Nené, de rodillas, al centro), María (sentada, primera fila, izquierda de Nené) y Joaquín (primera fila a la derecha, con el vendaje), GarcíaLópez (Madrid, 1926).Foto de abajo, barco de emigrantes en Asturias. ↓

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↑ Barco Lazos (o Brazos) de la línea cubana Mallory.

El célebre Barco Coamo, en el que viajaron alguna vez Gregorio López Falcó y Rosa Isabel Valdes. Fue hundido en la Segunda Guerra por un submarino nazi, usado como transporte de tropas.

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Joaquín García López.

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Nayda Morales-Rodríguez.

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Viaje a la Habana; en la primera foto Joaquín García, a la derecha, con una persona sin identificar. En la segunda foto, Nayda Morales en Miami, rumbo a La Habana.

Habrían de viajar en yate hasta la capital cubana.

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Actividades del Club de Leones de Caparra. ↓

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↑ En el restaurante El Bohío en Joyuda, c.1950.

Joaquín García-López en su oficina en Ramey Field, c.1944. ↓

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Don 'Pitito' con dos de sus hijas -Fornarina y Carmen- y su nieto Luis Soler-Morales

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El asturiano Isidro García Luiña, c. 1940.

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La cagueña Rosa María López Valdés, c. 1920.

APENDICES

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Apéndice 1 LOS LUIÑA EN PUERTO RICO, SIGLO XIX (1) Todos asturianos: 1. Manuel Luiña, de Santa Marina de Puerto de Vega. Llegó en 1850, soltero, comerciante y vive en Santa Isabel en 1858.

2. José Maria Luiña Garcia, hijo de Domingo y de Teresa, natural de Teifaros, Oviedo; quinto residente en Puerto Rico y sorteado en Navia en 1859.

-493. Manuel Luiña Garcia, hijo de Antonio Luiña y de Maria Garcia, natural de Villar, Oviedo (Langreo). Quinto (2) residente en Puerto Rico en 1859. (3) 4. Manuel Luiña Mendez, hijo de Manuel y de Florentina (Méndez). Natural de Asturias, muere en San Juan en 1882 a los 15 años.

5. Nicomedes Luiña Perez. Hijo de Antonio y de Ramona, natural de Barcena, Oviedo quinto residente en Puerto Rico en 1859.

6. Venancio Luiña Perez-Villamil, hijo de Antonio y de Ramona Perez. Natural de Barcena o Santiago de Villapedre, Asturias; llega alrededor del año 1856. Quinto que reside en la isla en 1858 soltero, mayor de edad, comerciante y vecino de San Juan en 1866. Solicita probanza de solteria para casarse con Maria Luisa de la Natividad Penela, natural y vecina de San Juan. Se casa en ese mismo año. (4) 7. Juan Luiña Pertierra, natural de Oviedo. Quinto residente en Puerto Rico en 1865.

8. Jose Luiña Rodriguez, natural de Navia, soltero, 23 años de edad, dependiente de comercio, residente en Rio Piedras en 1887.

(1) La lista puede ser incompleta.

(2) 'Quinto' se refiere a un hombre en edad militar, posible recluta.

(3) Hermano del padre de la bisabuela Antonia Luiña (tío).

(4) Venancio estaba emparentado con Antonia Luiña, posiblemente un tío.

Apéndice 2 Anuncios en la Gaceta (1894) de 'Sobrino de LUIÑA Y CIA.'

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Apéndice 3 ARBOL GENEALÓGICO Gregorio López Falcó e Isabel Valdés Ledón, bisabuelos paternos: Miguel de Ledón, n.1680, Mallorca, m.Cuba

Magdalena de Ledón, n.1685, Mallorca, m. Cuba

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Pablo de Ledón y Ledón, n.1701, Cuba

María Antonia Barrios y Rodríguez, n. Cuba

Manuel Felipe De Jesús Ledón y Barrios, n.1735, Camagüey, Cuba

María Rudesinda

+ Noriega, n.1754, Cuba Fernando Ledon y Perez de Alejo, n. Cuba

Agustín Toribio Valdés Pedroso, n.1768, Habana, Cuba

María Francisca Pedroso Zayas,n.1772, Habana, Cuba

Francisco Valdez Pedroso n.1796, Cuba

López y Falcó de Madrid

Francisca Mendez y Ledesma n.Cuba.

Federico Ledón y Méndez, n.Cuba

Antonia Duque n. Cuba

Rosa Rodríguez + n. 1806, Cuba Gonzalo Julián Valdez y Rodríguez, n. Cuba

Gregorio López Falcó Ledón n.c.1854, Madrid; m.c.

1941, Puerto Rico

Ana de Jesus Ledon y + Duque, Cuba

+ Isabel Valdez c.1864, Cuba; m. 1953 San Juan, Puerto Rico

Rosa María López Valdéz * n. Caguas, PR/1896, m.1923 San Juan, PR

* Rosa María López Valdes era hija adoptiva de Gregorio López Falcó e Isabel Valdés Ledón.

Apéndice 4 ARBOL GENEALÓGICO Isidro García Luiña, abuelo paterno.

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Antonio Luiña n.1807, María García Navia, Asturias + Méndez, nc.1808

Santiago García Gómez n.1794, Asturias

+

Desconocida Sánchez

Manuel García Sánchez, + Vicenta Partierra Pico, n.1824, Asturias n.1823, Villar, Asturias

Isidro Luiña García n.1830, Asturias Joaquín García Partierra n.1849 Villar, Longreo, Asturias

Justa Pérez-Villamil,

+n.1832, Asturias

Antonia Luiña (Pérez) +Villamil, n.1856, Asturias

Isidro García Luiña n.1888, Villapedre, Asturias, m.1945 San Juan

Rosa María López Valdéz n. + Caguas, PR/1896, m.1923 San Juan, PR

Isabel, María, Aurorita, Isidro y Joaquín / García López * * Descendencia de los García-López: Isabel tuvo 8 hijos: Ceciclia Petitone García, Anthony Petitone García, Joaquín Méndez García, José Víctor Méndez García, Rosa María Méndez García, Gloria Mercedes Cestero García, Martín García (dado a su hija Cecilia) y otra hija.

María tuvo un hijo, fuera de matrimonio: Randolfo (Randy) Pérez García.

Aurorita tuvo un hijo: William Zegrí García Isidro tuvo tres hijos: Isidro, Lissette e Iván, García Mercado.

Joaquín tuvo tres hijos: Joaquín, Mayra y José, García Morales.

Apéndice 5 ARBOL GENEALÓGICO

-53Los Rodríguez de la abuela materna.

Olaya+ García

Miguel Rodríguez

Francisco Rodríguez, nc.1780

+

Inés Rodríguez nc.1780

Francisco Antonio Rodríguez, n.c, 1810 Cabo Rojo, m. Cabo Rojo

Sebastián Acosta +Manuela Linares n.1761 m.1822 nc.1755

Manuel Rodríguez Manuela Acosta + n.c.1790 nc.1794

Blas Rodriguez Acosta Micaela Padilla n. 2-3-1817, Cabo Rojo + n.1821 Cabo Rojo m. 1870 m. 1872 María de los Angeles Sepúlveda Ramírez de +Arellano, n.Cabo Rojo

Claudia Sinforosa Rodriguez Sepúlveda, n.c. 1850, Cabo Rojo, m.1900, Cabo Rojo

Silvestre Rodríguez Padilla + n. 1847 Cabo Rojo, m. 1890 Cabo Rojo

Petra Josefa Rodríguez n.1886 Cabo Rojo, m.1963, Mayagüez, Puerto Rico

Nota: Francisco Antonio y María de los Ángeles fallecieron antes de 1886, en fecha no determinada. Se habían casado el 18 de mayo de 1836. María aparece como de los Santos en otros documentos. En los Rodríguez he hallado una larga ascendencia con antepasados en Cabo Rojo, San Germán y hasta San Juan.

Apéndice 6

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ARBOL GENEALÓGICO Los Morales del abuelo materno:

Francisco Morales n.c.1785, m.c.1838

Manuela Montalvo n.c.1790, mc.1850

Pedro José Velazco n.c. 1780, m.c. 1830

Juan Candelaria Morales Montalvo, n. Añasco c.1805 m. Cabo Rojo

María Germana Montalvo, n.c. 1785. m.c.1855

Juana Velasco Montalvo** n. Cabo Rojo, 1822 m. Cabo Rojo

Claudio Morales Velasco n.c.1850, Cabo Rojo, m.1925, Cabo Rojo, Puerto Rico

Carmen Pérez Montalvo + n.c.1850, Cabo Rojo, m.

1914, Cabo Rojo

José C. Morales Pérez * n.1876, Cabo Rojo, m.1945, Cabo Rojo, Puerto Rico

* José C. Morales Pérez nunca se casó. Tuvo dos mujeres a la misma vez, Ramona Valle y Josefa Rodríguez. De esta segunda nacieron Graciela, José 'Yan', José 'Lin', Fornarina, Carmen, Claudio y Nayda, Morales-Rodríguez. Con Ramona tuvo 8 hijos. Posiblemente tuvo cuatro hijos mas, no reconocidos, con Luisa Correa, mujer negra con la que sostuvo una larga relación. ** Nombre en libro de bautismo Juana María Altagracia Velasco Montalvo. Hay dos hijas llamadas Juana; una nació el 2 de octubre de 1819 y la otra en 1822. La primera parece haberse casado a los 12 años con un hermano de Juan Candelaria. *** Juan Candelaria Morales se casó con Juana Velasco en 1840. En las notas aparece como viudo de María Cintrón (en 1826). Su padre y el padre de la novia aparecen en las actas como difuntos.

Apéndice 7

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ARBOL GENEALÓGICO de la bisabuela Materna:

Dominga Francisca del Toro, n.1764, S.G./C.R.

José Victor Montalvo n.c.1762, S.G./C.R.

Juan Miranda, Ana Padilla SG/CR + SG/CR

Julián Túa

José A. Pérez n. Cabo Rojo

María Candelaria Palermo Francisca Túa n.Cabo Rojo

Francisco Soltero*** (Rodríguez Toscano) n.España,m.1801 Cabo Rojo

Teodoro Montalvo del Toro n. Cabo Rojo, m. Cabo Rojo

Sotero Pérez Tua ** n.c. 1810 Cabo Rojo, m.c.

1880 Cabo Rojo

María Miranda n.1739 S.G./CR, m.

1770 S.G./C.R.

Micaela Soltero Miranda n.c.1763, Cabo Rojo, m. Cabo Rojo

Ignacia Montalvo Soltero ** n.c 1812 Cabo Rojo, m. Cabo Rojo c.1870

Carmen Pérez Montalvo n.c. 1850 Cabo Rojo, m.1914 Cabo Rojo

* Carmen Pérez tuvo dos hijos con Claudio Morales Velazco, con quién estaba emparentada al parecer, por los Montalvo, una de las familias fundadoras del pueblo de Cabo Rojo. Entre sus hermanos hemos encontrado a José Vidal (1844-1912) y José Cleofe, Pérez Montalvo. ** Ygnacia Montalvo Soltero y Sotero Perez-Tua se casaron el 16 de enero de 1830 (Fuente: Libro Matrimonios # 4, Cabo Rojo, PR, Folio 242v). *** Francisco nació Rodríguez Toscano, pero adoptó en fecha desconocida el apellido Soltero.

Casó en primeras nupcias en 1761 con María Miranda de cuyo matrimonio nació Micaela.

Apéndice 8 Matrimonios de antepasados Morales

-56-

Hermano de Juan Candelaria, que aparece como nacido en Añasco: Libro Folio Fecha 4 244 1838/01/25 Novio MORALES MONTALVO, Miguel (de Añasco)

Padres de novio Francisco Morales Manuela Montalvo

+ Novia PADILLA MORALES, Juana de los Santos

Padres de la novia Ciprián Padilla Petrona Morales

Notas- con testigos 2o de cons. TT Antonio Morales y D. Pedro de Torres

Juan Candelaria Morales, padre de Claudio Morales Velasco (también conocido como Candelario) y Juana Ma. Velasco: Libro 5

Folio

Fecha

074/v/1 1840/11/16 Novio MORALES MONTALVO, Juan Candelaria

Padres de novio Francisco Morales (dif.)

Manuela Montalvo

+ Novia VELASCO MONTALVO, Juana María

Padres de novia Pedro José Velasco (dif.)

María Germana Montalvo

Notas con testigos Novio vdo. María Cintrón (1826) TT Valentín Cintrón y D. Pedro Pablos de Torres

Nota: El testigo Antonio Morales era hijo de Francisco Morales, hermano de Miguel y de Juan. En el documento se indica en las notas, '2o de cons' (segundo de consanguinidad).

Apéndice 9

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ARBOL GENEALÓGICO Los García Morales

Isidro García Luiña

+

Rosa López Valdes

José Morales Pérez

Josefa Rodríguez Rodríguez

Nayda Morales Rodríguez n. 1926, Cabo Rojo, m. 2000 Guaynabo

Joaquín García López n.1922, San Juan, m. 1984, San Juan

Joaquín García Morales n. 1953, San Juan

+

Mayra García Morales n. 1955, San Juan + Eduardo Juan Escobar n.1953, Manzanillo

José García Morales n. 1957, San Juan + Lissette Padilla n. Cabo Rojo

Claudia Juan García Eduardo Juan García

Gabriela García Padilla Ignacio García Padilla

Apéndice 10 ARTICULO

Una cuestión previa ¿cómo se ha regulado y controlado la emigración española

-58-

a América desde 1492?

Es un asunto complejo pero podemos señalar algunos hitos fundamentales que nos ayudaran a conocer la situación según la época que vayamos a investigar: a) Casa de la Contratación (1503-1790), creada en 1503 tenía entre otras funciones vigilar que nadie pasase a América sin los requisitos de idoneidad establecidos, mantuvo el monopolio del tráfico con América hasta 1765. En el Archivo General de Indias, en Sevilla, se conservan tres conjuntos fundamentales de documentación; los libros de asientos de pasajeros (1509-1701), las informaciones de pasajeros (1534-1790) y los Provistos a Indias (1564-1723). Encontraremos desde simples anotaciones de nombres a informaciones sobre ascendencias y limpieza de sangre (requisito necesario para pasar oficialmente a Indias) o en el caso de los Provistos datos acerca del puesto que iba a ocupar en América el pasajero y la identidad de sus acompañantes. Pero además, hay otras secciones en este archivo igualmente interesantes sobre esta institución que tuvo sede en Sevilla (1503-1717) y posteriormente en Cádiz (1717-1790); Juzgado de Arribadas, testamentos y fundaciones desde Indias, secciones de Tribunales, Mapas, Consulados (relativa a los mercaderes) etc. Todo ello lo encontramos en su mayor parte indexado en PARES y parcialmente digitalizado. b) Liberalización del comercio con América (desde 1765). Desde 1765 comenzó a autorizarse el comercio desde diversos puertos de España con América, comenzando por el area del Caribe (1765), centro y norte del continente (1768) y sur (1778). A partir de aquí no solo el comercio sino la emigración pudo partir de Cádiz, Sevilla, Málaga, Alicante, Barcelona, Cartagena, Santander, La Coruña, Gijón, Almería, Tortosa, Palma de Mallorca, Santa Cruz de Tenerife y finalmente cualquier puerto español. Existente aún la Casa de Contratación, es un periodo confuso respecto a los requisitos para la emigración. c) Introducción de los pasaportes (1835-1862). Se emitían ya desde finales de 1700 pero son regulados como obligatorios en 1835 cuando se establece que para la salida hacia América es precisa la expedición de un pasaporte en cuya tramitación debe acreditarse los motivos del viaje y la ausencia de impedimentos. d) Desde 1862 se decretó la liberalización de la emigración, medida favorecedora tanto para los españoles como para los países de destino que sin embargo dificultará nuestra investigación en España, siendo a partir de esta fecha esenciales los controles de inmigración de los países receptores. ¿Y si mi antepasado llegó sin estar registrado?

Es la cuestión que sobrevuela cuando no encontramos datos en nuestras primeras búsquedas ¿llegaría mi antepasado de forma legal o puede que nunca se registrase su viaje? Ha sido y es objeto de una polémica permanente entre los historiadores, aunque las cifras más conservadoras no dudan en señalar que al menos un 20-25% de la emigración durante la vigencia de la Casa de la Contratación pudo ser ilegal. Porcentajes que no decayeron con las medidas liberalizadoras, puesto que se mantuvo un contingente de emigrantes que no cumplía los requisitos establecidos, como era el caso de las partidas para evitar el servicio militar, lo que implicaba la ocultación o falseamiento en los registros.

Pero aunque no encontremos a los antepasados en los registros de pasajeros, puede haber documentos alternativos. Una vez establecidos en América pudieron generar

-59correspondencia con España, enviar donaciones, testamentarías, etc. aunque hubieran llegado de forma clandestina o se hubiera perdido su documentación de embarque.

Pero tampoco hay que olvidar en el siglo XIX el importante número de españoles que partieron a la América española desde puertos extranjeros, principalmente Francia, con Burdeos como el más activo y en menor medida Marsella, Cherburgo y El Havre. También desde Lisboa, Liverpool y Glasgow se registraron emigrantes españoles a América.

Archivos y recursos en internet Afortunadamente se multiplican los estudios e índices de emigrantes/inmigrantes. Archivos públicos y privados vuelcan constantemente nuevos contenidos. Sin ser una lista exhaustiva, estos son algunos de los recursos más interesantes.

– Portal PARES, Archivos Españoles. El gran portal archivístico español, fundamental para el periodo mencionado de la Casa de la Contratación, pero sus amplísimos contenidos van más allá de estas fechas. Conviene realizar búsquedas amplias en todos sus fondos y no solo en lo relativo al Archivo de Indias. Para optimizar los resultados consultar la guía para no perderse en Pares.

– Portal de Movimientos migratorios iberoamericanos. En desarrollo como conjunto independiente dentro del proyecto PARES y con la ambiciosa proyección de integrar recursos de varios archivos del ámbito hispano. Actualmente recoge las siguientes series: Listas de pasajeros y emigrantes del Consulado de España en Veracruz (Archivo General de la Administración, España), Expedientes de licencias de embarque a la Isla de Cuba y Puerto Rico (Archivo General de Indias, España), Registro Nacional de Extranjeros en México (Archivo General de la Nación de México), Solicitudes de permisos de residencia en la República Dominicana (Archivo General de la Nación de la República Dominicana), Libros de Pasajeros de Policía de Montevideo (Archivo General de la Nación de Uruguay), Registro de Nacionalidad del Consulado de España en Rosario (Fundación Complejo Cultural Parque de España, Argentina).

– Archivo General de la Administración. Especialmente lo referido a la serie del Servicio Exterior de España en Argentina, Brasil, Cuba, México y Uruguay, fundamentalmente referidos a los comienzos del siglo XX aunque alguna serie arranca en el XIX. - Colección de registros históricos sobre migraciones de FamilySearch. Probablemente el recurso más activo y en crecimiento. Para España incluye actualmente los Registros consulares de Emigrantes (1808-1960) y la serie de pasaportes de Cádiz (1810-1866) y Santander (1785-1853).

Con numerosas colecciones referentes al territorio actual de Estados Unidos, incluyendo series de Puerto Rico, también ofrece diversos recursos para Brasil y República Dominicana (1921-1980).

- Archivos Histórico Provinciales de España. Son los archivos naturales de los fondos procedentes de los Gobiernos Civiles, encargados de la tramitación de los pasaportes y licencias a Ultramar. No siempre se conservan los fondos y no en todos los casos pasaron a estos archivos, pero debe iniciarse la búsqueda en ellos. Por ejemplo, hay series bien identificadas de pasaportes en Cádiz (1801-1811 y 1826-1866, ver portal de FamilySearch), Santander (1785-1853 digitalizados también por FamilySearch) y Pontevedra (1947-1980, otra documentación sobre emigrantes desde inicios del XX).

Apéndice 11

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Examen de ADN de Joaquín García Morales

Europa del Sur: 76,9% Ibérico - 47,9% Griego y del Sur de Italia - 19,6% Italiano - 9,4% Judío Askenazí – 3,5%

Europa del Norte y del Oeste: 2,2% Irlandés, escocés y gales – 2,2%

América: 15,8% Mesoamericano y Andino - 14,7% Indígena de Amazonia – 1,1%

Asia: 1,6% Asia Central - 1,6%

Joaquín García 100,0% INTERPRETACIÓN: Aunque no confío mucho en las pruebas de ADN realizadas por los servicios genealógicos que se ofrecen en 'internet', decidí hacerme una con el sitio My Heritage, obteniendo los resultados publicados arriba.

En términos de lo que he trabajado en mi árbol genealógico, los resultados me hacen sentido, aunque faltan eslabones por trabajar y aclarar.

No me sorprende para nada la ausencia del elemento africano en el examen (canario-bereber, 'moro', otros pueblos del sur sahariano), pues mis ancestros parecen haber provenido del norte de España, esa parte como Asturias, que no fue conquistada por los moros. Mis antepasados lejanos parecen haber venido de pueblos celtíberos que se expandieron del norte de lo que hoy es Alemania, hacia el norte de la península ibérica, Irlanda y Escocia.

Es interesante el elemento griego e italiano que se refleja en el examen, así como el indígena (mesoamericano, andino y de la región amazónica).

Obviamente de esos pueblos lejanos vienen los taínos, genéticamente, y parece reforzar la idea del gran intercambio que se dio entre los 'indios' americanos antes de la conquista. Tal vez por los antepasados Rodríguez del Barrio Miradero de Cabo Rojo, donde hubo una aldea taína, puede venir ese rastreo genético, que es bastante alto, sumando el 15.8% (hay antepasados que se describen como 'pardos' en los libros de matrimonio).

Finalmente el elemento asiático resulta interesante y podría explicar los ojos achinados y facciones orientales que tienen muchos de los antepasados Morales, que también se puede explicar por el elemento indígena.

Nada, soy de esa parte del pueblo puertorriqueño que no tiene sangre africana, y eso no es ninguna falta ni razón para sentirse culpable, aunque falta mucho por descubrir.

-61NOTAS SOBRE ANTEPASADOS: 1. José Ciriaco Morales Pérez, abuelo.

+ Petra Josefa Rodriguez Rodríguez, abuela (Pepa).

Nacimiento: 1876, Cabo Rojo Nacimiento: 1886, Cabo Rojo Fallecimiento: 1945, Cabo Rojo Fallecimiento: 1963, Mayagüez Padres: Claudio Morales Velazco y Carmen Padres: Silvestre Rodríguez y Sinforosa de Morales (nacida Pérez Montalvo) Rodriguez Padilla.

Parejas: Josefa Rodriguez Rodríguez y otras. Pareja: Jose Ciriaco Morales Perez Hijos: Jose Angel, Milton, Nayda, Claudio, Hijos: Los que tuvo con José Ciriaco.

'Lin', Fornarina, Carmen y Graciela, Morales Rodríguez. Tuvo 10 hijos con Ramona Valle y 4 mas con Luisa Correa; en total al menos 22 hijos.

2. Claudio Morales Velazco, bisabuelo. + Carmen Pérez Montalvo, bisabuela.

Nacimiento: c.1845, Cabo Rojo Nacimiento: 1850, Cabo Rojo Fallecimiento: 1925, Cabo Rojo Fallecimiento: 1914, Cabo Rojo.

Casaron: 26 de junio de 1871 Padres: Juan Candelaria Morales y Juana Padres: Sotero Pérez e Ignacia Montalvo.

María Velazco.

Hijos: José, Nicolás y María, Morales Pérez.

3. Silvestre Rodríguez Padilla, bisabuelo.

Nacimiento: 1847, Cabo Rojo Fallecimiento: 1890, Cabo Rojo Sinforosa Rodríguez y Silvestre eran primos, convivieron juntos al no tener dispensa.

Padres: Blas Rodríguez y Micaela Padilla

+ Claudia Sinforosa Rodriguez Sepúlveda, bisabuela.

Nacimiento: 1850, Cabo Rojo Fallecimiento:1900, Cabo Rojo Padres: Francisco Antonio Rodriguez y María de los Angeles Sepúlveda.

Hijos: Agapito, Isolina, Josefa, Rosa, Angela, Jose y Eduarda.

4. Sotero Pérez Tua, tatarabuelo Nacimiento: (antes 1812), Cabo Rojo, PR Fallecimiento: (hacia 1880) Cabo Rojo, PR Casaron: 16 de enero de 1830 Padres: José F. Pérez y Francisca Túa

+ Ygnacia Montalvo Soltero, tatarabuela Nacimiento: c.1812, Cabo Rojo, PR Fallecimiento: Cabo Rojo, PR Padres: Teodoro Montalvo y Micaela Soltero.

Hijos: Carmen, José Vidal, José Cleofe, Jacinta, Quintina, Pérez-Montalvo.

5. Francisco Antonio Rodríguez Rodríguez, + María de los Angeles Sepúlveda Ramírez tatarabuelo. tatarabuela.

Nacimiento: c. 1810, Cabo Rojo Nacimiento: c. 1814, Cabo Rojo Fallecimiento: Cabo Rojo Fallecimiento: Cabo Rojo Casaron: 18 de mayo de 1836

-62-

Padres: Francisco Rodríguez e Inés Rodríguez

Padres: Domingo Sepúlveda y María Belén Ramírez de Arellano.

Hijos: Claudia Sinforosa Rodriguez Sepúlveda y otros.

6. Juan Candelaria Morales Montalvo, tatarabuelo.

Nacimiento: c.1805, Añasco (?)

Fallecimiento: Cabo Rojo Casaron: 16 de noviembre de 1840.

+ Juana María Velasco Montalvo, Tatarabuela.

Nacimiento: 6-6-1822, Cabo Rojo * Fallecimiento: Cabo Rojo (*aparece otra Juana, nacida en 1819. ¿Otra niña con mismo nombre?)

Padres: Francisco Morales y Manuela Montalvo Padres: Pedro José Velasco y María Germana Montalvo Hijos: Claudio, Juan Bautista y Emilio Morales Velasco.

7. Tedoro Montalvo del Toro, trastatarabuelo + Micaela Soltero, trastarabuela Nacimiento: Cabo Rojo Nacimiento: Cabo Rojo Fallecimiento: Cabo Rojo Fallecimiento: Cabo Rojo Casaron: Padres: José Victor Montalvo y Dominga Padres: Francisco Rodríguez-Soltero y del Toro María Miranda.

Hijos: Ygnacia Montalvo y otros.

8. Francisco Morales, trastatarabuelo Nacimiento: c.1780, Cabo Rojo Fallecimiento: c.1836, Cabo Rojo Casaron: no disponible Padres: no disponible Hijos: Juan C., Miguel, Agustin, Manuela, Juana María, José M., José del Carmen y Rosalía, Morales Montalvo

+ Manuela Montalvo, trastatarabuela Nacimiento: c.1785, Cabo Rojo Fallecimiento: c. 1860, Cabo Rojo Padres: no disponible

9. Pedro José Velasco, abuelo materno de + María Germana Montalvo, abuela Claudio Morales (trastarabuelo) materna de Claudio Morales (trastarabuela) Nacimiento: c.1780, ?

Nacimiento: c.1785, Cabo Rojo Fallecimiento: Antes de 1830 Fallecimiento: c. 1855, Cabo Rojo Casaron: No disponible Padres: No disponible Padres: No disponible Hijos: Juan, Juana María, Juana Altagracia, María, Pedro y Siprian,Velasco Montalvo.

10. Blas Rodriguez, tatarabuelo. + Micaela Padilla, tatarabuela.

Nacimiento: 2-2-1817, Cabo Rojo Nacimiento: 1821, Cabo Rojo Fallecimiento: 1870, Cabo Rojo Fallecimiento: 1872, Cabo Rojo.

Casaron: Padres: Manuel Rodríguez y Manuela Acosta Padres: No disponible Hijos: Silvestre, Jose Monserrate, Rodríguez-Padilla

-6311. Nicolás Morales Pérez, tío-abuelo.

+ Parejas: Zoraida Cofresí Valle (1878-1948) y Sabas Vega Bonilla.

Nacimiento: 1875, Cabo Rojo Fallecimiento: 1959, Cabo Rojo No se casó. Vivió con tres parejas.

Padres: Claudio Morales Velazco y Carmen Pérez Montalvo.

Hijas: Georgina y Florentina, Morales-Cofresí y 6 hijos Morales-Vega.

12. Isidro García Luiña, abuelo + Nacimiento: 1888, Villapedre, Navia, Asturias Fallecimiento: 1945, San Juan, PR Casaron: 12 de julio de 1912 Padres: Joaquín García y Antonia Luiña

Rosa María López Valdes, abuela Nacimiento: 1896, Caguas, Puerto Rico Fallecimiento: 1923, San Juan, PR Padres: (adoptivos) Gregorio López y Rosa Isabel Valdes

Hijos: Isabel, María, Aurora, Isidro y Joaquín.

13. Manuel García Luiña, tío-abuelo + Nacimiento: 1886, Villapedre, Navia, Asturias Fallecimiento: 1919, San Juan, PR Casaron: 1915 Padres: Joaquín García y Antonia Luiña Hijo: José Joaquín García Vidal

Margarita Josefa Vidal Mendía Nacimiento: 1894, San Juan, PR Fallecimiento: 1931, San Juan, PR

14. Joaquín García Partierra, bisabuelo. + Nacimiento: 1849, Villapedre, Consejo de Navia, Asturias Fallecimiento: Villapedre, Asturias Casaron: no disponible Padres: Manuel García y Vicenta Partierra Hijos: Isidro, Joaquín y Manuel, García Luiña

Antonia Luiña Villamil, bisabuela.

Nacimiento: 1856, Navia, Asturias

Padres: No disponible.

Fallecimiento: Villapedre, Asturias Padres: Antonio Luiña y Ramona Villamil

15. Manuel García Sánchez, tatarabuelo.

Nacimiento: 1823, Longreso, Asturias Fallecimiento: Asturias Casaron: no disponible.

Padres: Antonio García Pérez (madre nd.)

Hijos: Joaquín, Antonio, Carmen, Pedro, García Pertierra.

+ Vicenta Partierra Pico, tatarabuela Nacimiento: 1826, Asturias Fallecimiento: Asturias

16. Santiago García Gómez, trastarabuelo Nacimiento: 1794, Asturias Fallecimiento: Después de 1856, Asturias Casaron: No disponible.

Padres: No disponible.

Hijos: Manuel, María, Manuela, García Sánchez (/).

+ (Desconocida) Sánchez

Padres: No disponible.

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El bisabuelo por adopción: 17. Gregorio Lòpez Falco, bisabuelo.

Nacimiento: c.1854, Madrid, España Fallecimiento: c.1941, San Juan, PR Casaron: en Cuba c. 1886 Padres: No disponible.

+ Rosa Isabel (Belica) Valdez Ledón, bisabuela.

Nacimiento: c. 1860, Camagüey, Cuba Fallecimiento: oct.1953, San Juan, PR Padres: Gonzalo Julian Valdez y Rodriguez, Ana de Jesus Ledon y Duque, Isidra Tapia, madrastra

Hija: Rosa María López Valdes (o Valdez), adoptiva.

Antepasados de Rosa Isabel : 18. Francisco (Franco) Valdez, abuelo de Rosa Isabel.

Nacimiento: 1796, Cuba Fallecimiento: Cuba Casaron: No disponible.

Padres: Agustín Toribio Valdés Pedroso y María Francisca Pedroso Zayas Hijos: Gonzalo Julian Valdez y Rodriguez y 12 mas. (*)

+ Rosa Rodríguez, abuela de Rosa Isabel.

Nacimiento: 1806, Cuba Fallecimiento: Cuba Padres: (posiblemente viene de un orfanato en Cuba)

19. Agustín Toribio Valdés Pedroso, bisabuelo + María Francisca Pedroso Zayas, de Rosa Isabel. bisabuela de Rosa Isabel.

Nacimiento: 1768, Habana, Cuba.

Nacimiento: 1772, Habana Cuba.

Fallecimiento: Cuba Fallecimiento: Cuba Casaron: no disponible.

Padres: Hijos: Francisco (Franco) Valdez

20. Federico Ledon y Mendez, abuelo de Rosa Isabel.

Nacimiento: Cuba Fallecimiento: Cuba Casaron: No disponible.

Padres: Fernando Ledón y Francisca Méndez Hijos:

+ Antonia Duque, abuela de Rosa Isabel.

Nacimiento: Cuba Fallecimiento: Cuba Padres:

21. Gonzalo Julian Valdez y Rodriguez, + Ana de Jesus Ledon y Duque, madre de padre de (Rosa) Isabel.

(Rosa) Isabel.

Nacimiento: 1835, Habana, Cuba Nacimiento: 1850, Villa Clara, Cuba Fallecimiento: 1919, Tampa, Florida, USA Fallecimiento: c. 1888, Habana, Cuba Casaron: No disponible. Tuvo como esposas a Ana de Jesús y luego a Isidra Tapia.

-65Padres: Francisco (Franco) Valdez y Rosa Padres: Federico Ledon y Mendez y Rodriguez.

Antonia Duque.

Hijos: Francisco (Pancho) Pablo, Eugenia, Jose De Jesus, Juan Brulio, Rosa Isabel (Belica) y Mercedes Valdez.

22. Fernando Ledon y Perez de Alejo, padre + Francisca Mendez y Ledesma, madre de de Federico Ledón Méndez.

Federico Ledon Mendez.

Nacimiento: 1819, Cuba.

Nacimiento: c. 1821, Cuba.

Fallecimiento: Cuba Fallecimiento: Cuba Casaron: No disponible.

Padres: Jose Ramón Antonio de Jesus Ledon Padres: y Noriega y Maria Rafaela Perez de Alejo y Hurtado de Mendoza.

Hijos: Federico.

23. Miguel de Ledón + Magdalena de Ledón (Ancestros directos de Rosa Isabel Valdes Ledón) Nacimiento: 1680, Mallorca.

Nacimiento: 1685, Mallorca.

Fallecimiento: Cuba Fallecimiento: Cuba Casaron: en Mallorca hacia 1699 Hijos: Pablo de Ledón.

24. Pablo de Ledón y Ledón + María Antonia Barrios y Rodríguez (Ancestros directos de Rosa Isabel Valdes Ledón) Nacimiento: 1701, Cuba Nacimiento: Cuba Fallecimiento: Cuba Fallecimiento: Cuba Casaron: No disponible.

Padres: Miguel de Ledón y Magdalena de Padres: Ledón.

Hijos: Manuel Ledón.

25. Manuel Felipe De Jesús Ledón y Barrios + María Rudesinda Noriega (Ancestros directos de Rosa Isabel Valdes Ledón) Nacimiento: 1735, Camagüey, Cuba Nacimiento: 1754, Cuba Fallecimiento: Cuba Fallecimiento: Cuba Casaron: no disponible.

Padres: Pablo de Ledon y de Ledon y Maria Antonia Barrios y Rodriguez.

Hijos:

Poema SÚPLICA de José C. Morales Pérez.

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A mis amigos y familiares.

Yo quiero, cuando muera, Que todo quede en calma.

Que cubran mi cadáver, Que en la mortuoria sala No estalle ni un sollozo, Ni ruede alguna lágrima, Porque los gestos tristes Son expresiones vanas Y nunca dejan huellas Grabadas en el alma.

La realidad es una: Nacer, morir...mas nada. ¡Y mueren los magnates Lo mismo que los parias!

No inviten a mi entierro, No toquen las campanas; La radio que no anuncie Mis honras funerarias.

No velen mis despojos, Si es orden la Parca.

Que muera por el día, Bajo la lumbre cálida Del sol que en su grandeza Es vida, fuerza, savia, De todo cuanto existe Por ignoradas causas.

Me entierren, lo suplico, Seguido que sellada Entreguen mi licencia Para dejar la Patria.

No quiero sobre el féretro Coronas dedicadas.

Quién sepa que he caído, Que en el cortejo vaya, Si quiere acompañarme

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En la postrer jornada.

Que dudo el fin señale de las humanas ansias.

Llevado al cementerio Mi cuerpo sigue en marcha Por frente de los nichos Que los panteones guardan, Luciendo la blancura Del mármol de Carrara: Que ostentan mil adornos, Como si fueran salas Para exhibir la pompa La odiosa plutocracia, Engendro de vicios Y vanidades falsas.

No intenten, no, dejarme en tan lujosa estancia, Pues lejos yacer quiero de frisos y de estatuas.

Me llevan a la tierra; Hondo, bien hondo, cavan Mi humilde sepultura Que quedará olvidada...

Y como siempre el germen Del polvo no se aparta, allí surgirá un día la productiva planta.

Habrán silvestres flores y mariposas blancas; Se oirán pasar los céfiros con invisibles alas; El sol llevará lumbre, Rumor suave las auras, Y la nocturna Luna Su resplandor de plata.

Poema A UNA MADRE de Joaquín García-López.

-68-

Madre mía, jamás supe de tu cariño, ni de la suave tibieza de tus níveos brazos, ni supe del nido que ofrece amoroso el maternal regazo.

Te me fuiste al cielo siendo yo un niño, que tal vez tan solo mi único consuelo era el no saber lo que había perdido.

Crecí como crece la planta silvestre, que no riega nunca la mano amorosa porque así lo dicta la naturaleza, pero había en mi alma un desierto agreste que jamás de amores regó una tristeza; algo me faltaba y no lo sabía.

En esa alocada juventud primera todo se confunde en la primer quimera y es el sufrimiento solo nieblas frías que disipa un beso ni siquiera amante, o la casquivana frase malsonante del que sin crecer, la dice todavía.

Y a esas alturas tu recuerdo, madre, solo me venía del vago relato que de ti me hacía a veces mi padre, y que de tu presencia solo me quedaba la imagen borrosa de un viejo retrato.

Aunque tu memoria yo la veneraba por el solo hecho de traerme al mundo, hoy recuerdo, madre, con dolor profundo, que en aquel entonces no me hacías falta.

Pasaron los años, me adentré en la selva ingrata y sombría del diario vivir, donde uno a uno se traga la gente con palabra dura y con gesto hostil; y la vida misma me fue tan ingrata, desgarró mi cuerpo, se ensañó en mi alma, y el dolor profundo que nos arrebata llegó a formar parte, si, parte de mi.

Ante cada embate, desesperadamente,

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busqué allá un consuelo, un alivio aquí, y aunque otras manos pasearon mi frente, y aunque otros labios fueron vehementes, fue con ellos que al fin comprendí que esa entrega santa que va al sacrificio pura, casta, honrada y sin artificios, ofrecerla puede solo una persona donde el egoísmo ni la envidia asoma; y de esa ternura que todo consuela se agarran los hombres que se desesperan.

Y yo que no tuve de donde agarrarme, por eso ahora cuando ya mi vida en el invierno yace con un grito sordo repito una frase que, madre adorada, la elevo hasta el cielo, para que tu sepas...¡la falta que me haces!

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BIBLIOGRAFIA Cifre de Loubriel, Estela, La Formación del pueblo puertorriqueño: Contribución de los gallegos, asturianos y santanderinos, Edición, Año, San Juan.

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Ibern Fleytas, Dr. Ramón, Historia de Cabo Rojo, Editorial Montalvo, 1960, Ciudad Trujillo, República Dominicana.

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Moscoso, Dr. Francisco, El Cabo Rojo de Betances, Jornada Pro Betances, 2007.

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Zapata Lozada, César, Libro Decimo de Bautismos (1814-1820) Parroquia San Miguel Arcángel de Cabo Rojo: Transcripcion y Analisis, Primera Edición, 2018.

Zapata Lozada, César, Libro Undecimo de Bautismos (1820-1824) Parroquia San Miguel Arcángel de Cabo Rojo: Transcripcion y Analisis, Primera Edición, 2020.

REVISTAS Y PERIODICOS Boletín Mercantil, 30 de agosto de 1874.

Fiat Lux, Año 1, Número VIII, octubre de 1967.

La Correspondencia, 'De cabo Rojo' por José C. Morales, 1899 La Democracia, 2 de enero de 1900.

La Gaceta, periódico, Números del 4-12-1884, 10-4-1886, 30-1-1890, 21-2-1893, 1-81895 y 31-8-1897.

PUERTO RICO ILUSTRADO, 1 (1) 6 de mar. 1910: [psn], Café Covadonga (anuncio) : de sobrino de Luiña.

-71-

DOCUMENTOS Acta de Bautismo Antonio Magín Rodríguez y Sepúlveda, 13 de septiembre de 1840, folio 140 vto.

Acta de defunción – Claudio Morales Velasco, 1925.

Acta de defunción – José C. Morales, 1945.

Acta de defunción – Silvestre-Rodriguez-Padilla, 1890 Acta de defunción – Sinforosa (Flora) Rodriguez, 1900.

Acta Matrimonio – Juan Rodriguez Toscano (Soltero) y María Miranda Padilla, 1762.

Acta Matrimonio – Juan (Soltero) Rodriguez y María Montalvo, 1771.

Acta de Matrimonio – Isidro García Luiña y Rosa María López, 1912.

Acta de nacimiento - Aurora García López, 1917.

Acta de nacimiento - María Rosa Felícita García López, 1915.

Acta de nacimiento – Petra Josefa Rodriguez Rodriguez, 1886.

Cédula de Inscripción 16, Villar, Provincia de Oviedo, García-Partierra, 1857.

Cédula de Inscripción, Villar, Provincia de Oviedo, Antonio Luiña y María García, 1857.

Censo Oficial de Agricultura, 1935, Finca José C. Morales.

Censo de Población, 1910, Negociado Federal del Censo, Departamento de Comercio de Estados Unidos.

Censo de Población, 1920, Negociado Federal del Censo, Departamento de Comercio de Estados Unidos.

Censo de Población, 1930, Negociado Federal del Censo, Departamento de Comercio de Estados Unidos.

Censo de Población, 1940, Negociado Federal del Censo, Departamento de Comercio de Estados Unidos.

Certificado de matrimonio – Claudio Morales y Carmen Pérez, 1871, Parroquia de Cabo Rojo, 2019.

Libro 10 de Bautismos de la Parroquia San Miguel Arcángel de Cabo Rojo (blancos) 1814 a 1820.

Libro 15 de Bautismos de Cabo Rojo (blancos), 5 de marzo de 1838 a 17 de septiembre de 1842.

Libro Defunciones 1 San Germán, 1762 a 1774.

Libros defunciones Cabo Rojo, índice acumulativo 1al 5, 1781 a 1821.

Libro 1 de Matrimonios de Cabo Rojo, matrimonios Morales, 1833 a 1845.

Libros matrimonios Cabo Rojo, índice acumulativo 1 al 7, 1779 a 1860.

Libro de Matrimonios de Cabo Rojo, Núm 4, Folio 244, 25 de enero de 1838.

Libro de Matrimonios de Cabo Rojo, Núm 5, Folio 074/v/1, 16 de noviembre de 1840.

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Libro de Matrimonios San Germán (Transcripción), enero de 1759 a mayo de 1774.

Manifiesto 'Manuel Arnús' (lista pasajeros), 4 de agosto de 1923 (U.S. Departing Passenger and Crew Lists 1914-1960).

Parte Oficial Gobierno Insular de Puerto Rico, Secretaría de Gracia y Justicia y Gobernación, 20 de julio de 1898.

Padrón 1857, Villapedre, Asturias, García-Pertierra y Luiña Villamil (en Family Search).

Padrón 1856, Villapedre, Asturias, García-Pertierra y Luiña Villamil (en Family Search).

Padrón 1854, Villapedre, Asturias, García-Pertierra y Luiña Villamil (en Family Search).

Registration Card/ Tarjeta de Inscripción de Isidro García Luiña, 1942.

Registration Card/ Tarjeta de Inscripción de Isidro García Luiña, 1917.

Registration Card/ Tarjeta de Inscripción de José C. Morales, 1918.

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Notas: