María Donma
Mareya 1
Falacia Señor Amor, aun cuando creer quieras que la voz regocijante, y la silueta perfecta hallaste, ¡Te engañas, mi bien, es una falacia, es el disfraz de una alondra; la llama del amor repentino, no existe! ¡te engañas, mi bien, es una falacia y nada más!
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