2 minute read

42 Ellibrohumano

Next Article
87 Adiós

87 Adiós

El libro humano

Cuentan que el ser humano, de todos los tiempos es la obra de arte más perfecta y es como un bello libro, que debemos abrirlo, para conocerlo!.

Advertisement

Entonces, no sé, si era… una cápsula encantada de metal un navío monitoreado por seres de otro universo un extraordinario pez que confundió su mar un ave voladora de grandes presas que rompe el viento un camaleón acróbata que se encumbra sigiloso en las alturas y se pierde y aparece distinto; no sé qué mismo era.

Miles de kilómetros por el aire surqué como dirían mis ancestros, de un modo u otro, me teletransporté desde la línea ecuatorial cero a un sitio muy muy lejano serenidad aparente turbulencia mortífera en el espacio sideral cuánta tensión!! ¡era la travesía al país del nunca jamás!... imaginaba que en ese otero jugar podía con las estrellas, hacer un racimo con ellas

columpiarme en la luna, regocijarme en la fragancia de las nubes guirnaldas tejer con las mágicas cintas del iris y tanto más.

Comentaban las malas lenguas que la cápsula de metal hechiceros mortales eran sus inventores y que la crearon para subir al reino celestial y a Dios pedirle les conceda la gracia de la inmortalidad.

¡Tenaz odisea en la nave espacial ríos, y tenebrosos mares, oscuridad profunda tormentas, rayos y truenos sin límite valles y escarpados montes desiertos … bosques y bosques recorrí árboles horrendos árboles esbeltos, frondosos, y floridos corpulentos, majestuosos, al fín aires nuevos respiré, otra tierra! la obra perfecta del tiempo busqué! el ser humano!, bello libro!, que debemos abrirlo para conocerlo…

Una música me cautivó venía soplando de lejos, deliciosa y abrazadora una peculiar casona divisé, me dejé llevar hasta el lugar y un ser humano encontré su nombre Frances, parecía una princesa de los cuentos de hadas nórdikos linda y generosa ninfa amadora de las flores, y los árboles, las esculturas, pinturas, y la música y los pajaritos, así como yo, un pajarillo cantor, y me quedé en su estancia para siempre al unísono cantamos con mis hermanos, al compás de la dulce murga del piano en sus dedos por eso, os digo: ¡¡la obra más perfecta de todos los tiempos, es el ser humano, bello libro, que debemos abrirlo para conocerlo!!.

This article is from: