María Donma
Mareya 1
Sepulcro terrícola Siento, que ya partí… en el gélido sepulcro estoy y solo encuentro: frío, indiferencia, acosos sin cesar, con razón y sin razón. Se ha malogrado la existencia; ¡acaso, obras bienhechoras no forjé en tus surcos, mis dos generosos manos ofrendé, un corazón amante y dulce y una integridad como no imaginas! ¡Ni tú, ni nadie receptó esos nobles brotes. Ahora... ya podrás con intensidad mayor ejecutar tus complacencias, vuela, vuela libre, libre, como el viento…
Y si por tus senderos, hallarás al frágil pájaro pecho amarrillo, concédele una caricia, y recuérdame… 19