María Donma
Mareya 1
El Taita Pichi ¡Ay, cómo quisiera cómo quisiera treparme yo, en los hombros del Taita Pichi en los hombros del Taita Pichi, treparme yo!. Abrir los ojos alegres y con la luna y el sol la lluvia y el viento soñar… y cantar sus mágicas historias... Casitas de crema, caramelo y chocolate y balcones de colorados jeráneos templos de oro, colocados perfectos, en las callejas estrechas de rectangular galleta. Entrar en sus labradas puertas de madera añeja extasiarme en sus huertos, con el duende de la higuera, el manzano y los cerezos la mariposa esquiva, el señorito saltamontes, el minúsculo escarabajo de canela, la divina luciérnaga, el huirakchurito, el trapecista diestro del aire, el catador infalible de las esencias mas apacibles las serenas ortencias, las delicadas azucenas, las violetas celosas, y las cándidas magnolias. 103