Hacendera I 2019
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Qué tiempos aquellos! MARÍA GONZÁLEZ
Tiempos de la postguerra, cuando no había dinero ni para pan y teníamos que ir con la cartilla de racionamiento a buscar una hogaza de pan a casa del tío Pedro (Pedrón); más amarilla que un limón y dura como una piedra. El que tenía algo de trigo que no le habían requisado, iba a molerlo a Quintana de noche, pasando el río; y luego a guardar la harina entre dos paneles o sepultados en la tierra...! Cuando tenían que amasar o matar los cerdos de noche, guardar las hogazas y los chorizos en el pajar y los jamones colgados en la cuerda del paso. Todo por miedo a Sebastián, el inspector de hacienda. Cuántas madres tenían que teñir las sábanas de la cama para hacer pantalones y camisas a sus hijos. Hilar la lana de las ovejas para hacer refajos, jerséis, calcetines y medias. Cuando no había Flex ni Pikolín y se dormía en un jergón de paja o de hojas de maíz, y se tapaban con una manta rayona de esparto. Esos, eran malos tiempos
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