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Recuerdos de una aciaga mañana de marzo de 2004; por
Recuerdos de una aciaga mañana de marzo de 2004
DOMINGA ALIJA
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En esta fecha he recibido invitación para colaborar con algún artículo para la edición anual de nuestra entrañable revista Hacendera.
Este año, después de 15 años y con lágrimas en los ojos os haré participes de mis recuerdos de la aciaga mañana del 11 de marzo de 2004 en Madrid, en la cual se perpetraron los fatídicos atentados por todos conocidos y desear que nunca más se repitan.
Por ser el mayor atentado que se ha producido en España con 193 fallecido, haber residido en Madrid durante 33 años y conocer metro a metro los lugares donde ocurrieron tan luctuosos hechos, me conmueven especialmente esos recuerdos.
Yo ya residía en Valcabado y en esa fecha había venido mi nieto Teo con 10 meses por primera vez con sus padres Asun y Carlos, mi hijo.
Fue muy traumático vivir dos cosas tan distintas, una tan buena y otra tan catastrófica. Mi hijo se iba a Madrid con todo tipo de controles y nosotros desde aquí llamando a la familia que allí vivía, por si alguno iba en los malditos trenes del atentado, por suerte no fue así y mi familia se encontraba bien.
Pasados dos meses apenas, por San Isidro, nos fuimos a Madrid, y lo primero que hicimos fue ir a la estación de Atocha, lugar en que se recordaba a los fallecidos, llena de flores, velas y escritos de todo tipo, los cuales leías y te partían el alma.
También visitamos el Jardín de los Ausentes en el Retiro donde, como homenaje, se había plantado un árbol por cada fallecido. Todo era muy dramático y por cierto, Madrid que es una ciudad muy ruidosa y alegre, estaba triste. La gente en el metro y por la calle iba en silencio.
Como no todo iban a ser tristezas, también recuerdo que el 22 de mayo e casaron Felipe de Borbón y Grecia y Doña Leticia Ortiz Rocasolano. Ahora, desde hace 5 años, son nuestros Reyes.
Esto que os cuento son recuerdos personales porque los hechos los conocéis todos por los medios de comunicación.
No obstante y como siempre en la vida ocurren cosas malas y cosas buenas. En una vida, y
más si es larga, nos toca vivir de todo, pero esto y otros recuerdos, ahí quedan.
Espero no haberos cansado con mis recuerdos, con los ojos llenos de lágrimas, esta es mi historia, con sus luces y sus sombras. Perdón y un abrazo para todos.
