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Mecenas del Mudéjar; por David Fernández
Mecenas del Mudéjar
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DAVID FERNÁNDEZ CUESTA
Muchos de los que estáis leyendo este texto seguramente os habréis preguntado en ocasiones qué habrá sido de esa campaña que un día empezamos para la restauración de nuestra iglesia, creyendo que ha pasado del boom inicial en los medios y la implicación por parte del pueblo en distintos actos culturales, a directamente la nada, el abandono, el olvido... Es cierto que a partir del robo en la iglesia de piezas de gran valor, toda esta campaña se vio frenada; pero debo decir que el error no fue la publicación en los medios de los tesoros con los que contábamos, sino la desprotección anti cacos y la falta de seguridad que aún hay hoy en día en nuestra iglesia.
Durante este tiempo han sido muchas las ocurrencias que se han planteado para llegar a la meta de esta carrera de fondo que es la restauración de nuestra iglesia, y muy especialmente la de nuestro artesonado. Y créanme cuando les digo que hemos hallado la solución a nuestro eterno problema. No nos dábamos cuenta de que nuestro objetivo era el que ya tuvieron antiguamente muchos artistas; es decir, la creación y protección del arte y el patrimonio. Además de compartir el fin, también compartimos los mismos problemas que ellos, esencialmente la financiación, el tema económico. Una vez llegado a este punto lo que está claro es que debido a estas similitudes entre los dos casos, la solución que buscaron ellos en su día será la misma que necesitemos nosotros en la actualidad. Les estoy hablando del mecenazgo.
Un mecenas en época Renacentista (S. XV-XVI) era un noble, burgués, aristócrata, rey… En definitiva, una persona con una buena posición social y económica, que financiaba a pintores, escultores, arquitectos…, para que llevaran a cabo sus proyectos y obras artísticas. Actualmente el mecenazgo no es una práctica reservada a los aristócratas, gracias a la nueva y fuerte posición con la que cuenta esta clase media a la que la mayoría pertenecemos.
No solamente las instituciones y organismos deben velar por la conservación del patrimonio, sino todos nosotros, los ciudadanos de a pie. La verdad es que actualmente nos lo ponen muy fácil. Digo esto porque el mecenazgo es algo que el Gobierno a través de la Hacienda pública defiende activamente gracias a lo atractivo que resulta donar dinero a este tipo de causas culturales. Actualmente una persona que realice una donación a la restauración de nuestro artesonado, recibirá por parte de hacienda el 75% del dinero aportado.
Ejemplo:
-Cantidad aportada por el donante: 100€ -Cantidad que recibe la cuenta de restauración del artesonado: 100€ -Cantidad que devuelve hacienda al donante: 75€ -Cantidad que realmente ha invertido el donante: 100€ donados – 75€ devueltos = 25€ La verdad es que como ya he dicho, esto no ha sido una ocurrencia exclusivamente nuestra y ni mucho menos de estos momentos; es algo que se lleva realizando desde hace mucho tiempo. Es importante reseñar que este tipo de campañas de crowdfunding (forma moderna de llamar el mecenazgo) ya se han llevado a cabo exitosamente en otras localidades con fines muy parecidos, como son la restauración de retablos, imágenes, torres...
Esta fórmula no solo aporta ventajas económicas, sino también morales. Gracias a un pequeño esfuerzo por parte de cada uno de nosotros se consigue la realización de un proyecto inmenso. Un proyecto del que cada uno de los donantes se sentirá una parte activa muy importante y cuyo resultado final dependerá de su voluntad y trabajo. El mecenazgo es una fórmula mediante la cual no solo se dona dinero para una causa, sino que esa causa se hace propia y se lucha por ella.
Espero que estas líneas sirvan para poner fin a ese gran problema que es la preservación de nuestro patrimonio. Y que desde este origen informativo, cuando todo esté preparado para arrancar esa campaña de mecenazgo, habiendo dado cumplida información, la gente se vuelque por esta causa.