Valcabado Hacendera nº8 - 2019

Page 16

Hacendera I 2019

Lo hemos hecho GRELEA

A lo largo de los tiempos, las tradiciones han ido pasando de generación en generación. Increíble es la palabra cuando preguntamos a nuestros padres y abuelos sobre sus aventuras de jóvenes y vemos que se parecen tanto a las nuestras. Y es que hay cosas que todos hemos hecho. Y eso que mucha gente intenta negarlo. 1. Picar a los vecinos Confieso que nunca he tocado el timbre, pero sí que he sido cómplice de hacerlo. Sé que ya habrá algún adulto que esté pensando: “Eso está mal. Los jóvenes de hoy en día no tienen ningún respeto por sus mayores”. A ese señor le diría que está muy equivocado, porque todos hemos picado al timbre y salir huyendo. He de decir que no soy de las mejores en este arte, pero tengo claro cuando hemos disfrutado con esto. No solo es picar a la puerta y salir huyendo. El esconderse y ver con nuestros propios ojos que el propietario de esa casa sale a la puerta, y encima busca al culpable. ¡Acelera el corazón a cualquiera! Lo curioso es que, aun sabiendo que no es difícil reconocernos, seguimos haciéndolo sin pensar en las consecuencias. Pero si nos pusiéramos hacer eso, la mayoría de las aventuras que vivimos, serían como colocar un libro en un estante alto.

2. Tirarse con la bicicleta sin frenos. Para mi suerte, haciendo esa actividad nunca me rompí nada. Me acuerdo de la primera vez que lo hice. Estaba en un pueblo vecino, Moscas del Páramo. La cuesta que llevaba a la ermita se veía imponente para mí, pero tras mucho pensar decidí dejar que las ruedas de mi bicicleta dictaran mi destino. Soltamos los frenos y nos dejamos llevar por la velocidad. Notamos cómo el viento comienza a sonar en nuestra cabeza con más fuerza. Nuestra destreza ciclística se nota en este momento para saber cómo, cuándo y dónde frenar para no salir disparados. No es uno de los mayores méritos que alguien lo haga, pero cuando lo haces la primera vez, es como que no puedes parar. Incluso prefieres acelerar justo en ese momento.

16

3. Meterse en una casa abandonada. Esto a lo mejor no lo ha hecho todo el mundo. Tal vez por cobardía o porque no le apetecía mancharse. Ellos se lo pierden. Sabemos el peligro que corremos cuando nos metemos por esos lugares, pero la verdad divierte y a la vez asusta ver una casa abandonada y ruinosa. Imaginas cómo viviría allí la gente. Porqué nadie dejó los muebles. O porqué la madera están ruinosa. Pero lo mejor de todo es encontrarse alguna pista sobre la existencia de personas que vivieron allí. Alguna foto o un juguete de un niño demuestran que fue cada habitación. ¿Por qué no probar a meterse en un lugar complicado? Muchas veces, por esas cosas, he tardado media hora en salir. Un techo roto que ha creado un laberinto de cuartos, una puerta oxidada difícil de abrir o varios ladrillos que están a punto de caerse, es lo que da gracia a la aventura.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.
Valcabado Hacendera nº8 - 2019 by editorialmic - Issuu