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Carmen Flores
reina del cuplé
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Carmen Pereira Barrera, artísticamente Carmen Flores, nació en 1884 en la calle del Caño de Almendralejo y falleció en 1969 en Madrid. Fue una de las cupletistas más populares de los años 20 en el Madrid del espectáculo, donde exhibió su garbo con el mantón de Manila y un estilo alegre y desenfadado.
El Almendralejo natal de Carmen Flores es Ciudad Internacional del Vino de Extremadura y cuenta con el Museo de las Ciencias del Vino, un ejemplo de arquitectura moderna donde aprender sobre este producto con Denominación de Origen Ribera del Guadiana. Lo mejor es probarlos y maridarlos con platos típicos de la localidad, como las migas de Tierra de Barros, que en Almendralejo se toman con cava extremeño. Otros platos típicos son el “cojondongo”, una ensalada fría con tomate, pimiento rojo y verde, cebolla y pan; y los desayunos con tostadas untadas con bechamel o “caldillo”, que es la “manteca colorá” con vísceras.
Cerca del Museo de las Ciencias del Vino se encuentra la Plaza de Toros, que tiene la singularidad de tener una bodega debajo de sus tendidos.
Almendralejo es un referente del Romanticismo español, por ser cuna de escritores como José de Espronceda y Carolina Coronado. La casa natal de Espronceda es el Palacio de Monsalud, en el que se encuentra el Ayuntamiento y a pocos pasos está la iglesia de la Purificación (siglo XV), uno de los monumentos más importantes con su torre herreriana de los almendros.
En honor a sus ilustres escritores, Almendralejo acoge a principios de junio la Ruta Literaria del Romanticismo, Fiesta de Interés Turístico Regional, que recrea el siglo XIX con actividades para todos los públicos.
Otra fiesta importante son Las Candelas, Fiesta de Interés Turístico Regional, que se celebran en febrero. Además, hay que destacar la costumbre de regalar caramelos artesanales de gran tamaño el Jueves Santo. Esta tradición se debe a las fábricas de caramelos de Almendralejo, la ya desaparecida Velasco, que se fundó en 1890 y El Triunfo, que sigue en marcha desde 1901. Eran proveedoras de la Casa Real y popularizaron la costumbre de que las parejas se regalasen caramelos en cucuruchos o latas.
Carmen Flores se formó como cantante y bailarina en Sevilla, donde se trasladó de niña con su familia. Pasó por teatros señeros como el Tívoli y la Sala Imperio de Barcelona o los madrileños de La Zarzuela, Romea y Trianón Palace, considerado este último como “templo del cuplé”. Estuvo, además, dos años en Buenos Aires como intérprete de operetas y zarzuelas. Su voz se expandió con los primeros gramófonos, que permitían escuchar sus cuplés y canciones típicamente madrileñas, a las que imprimió un sello personal.
El teatro municipal Carolina Coronado, que debe su nombre a la poeta nacida en 1823 en Almendralejo, habría sido un buen escenario para escuchar a Carmen Flores. Es un bonito edificio decorado con frescos del pintor pacense Adelardo Covarsí, que se inauguró en 1916. Desde entonces se ha remodelado en varias ocasiones. Conserva su encanto original en elementos como los palcos y las butacas que mantienen su aspecto inicial, aunque con materiales más cómodos que el hierro forjado con el que se fabricaron.
La fama de Carmen Flores fue decayendo y en 1927 abrió una tienda de bolsos junto al Teatro Alcázar de Madrid, apareciendo y desapareciendo del panorama artístico con actuaciones esporádicas, hasta que en 1958 se retiró y abrió la pensión Flores en la calle Jiménez Quesada, donde falleció.

Así se recuerda en un obituario del periódico ABC del 27 de febrero de 1969, donde se publicó la noticia de su muerte a los 84 años, reflejando así su popularidad. Señal de ello fue también su amistad con figuras de la canción como Estrellita Castro y Concha Piquer, que queda reflejada en el libro Carmen Flores, extremeña, castiza y reina de las plumas, escrito por Emilio García Carretero, uno de los recuerdos de Extremadura en honor de la cupletista, igual que la calle con su nombre que tiene en Almendralejo.
El sepulcro prehistórico de Huerta Montero es un recurso turístico singular de Almendralejo, considerado, junto al de Antequera, como el mejor lugar de España para contemplar los solsticios de verano e invierno. Es todo un espectáculo de la naturaleza, que consiste en ver cómo los primeros rayos de sol de cada una de las dos estaciones entran por el yacimiento hasta iluminar su cámara circular, y lo hacen como en una película a cámara lenta. Este fenómeno solo dura unos días de diciembre y junio y para recibirlo se organizan conciertos y jornadas de puertas abiertas en las que se brinda con cava extremeño .