Palabras, libros, historias CARL LUMHOLTZ Y LAS ETNIAS DE LA SIERRA MADRE Andrés Ortiz Garay
La particular geografía de nuestro país –sierras, precipicios, caminos intransitables– hace inaccesibles muchas zonas que, sin embargo, están pobladas. Carl Lumholtz no se dejó intimidar por las dificultades y emprendió un viaje por la Sierra Madre, en busca de pueblos no contaminados por la civilización occidental. Quedó deslumbrado por los paisajes y fascinado con tarahumaras, tepehuanes, coras, huicholes… Sus estudios y publicaciones se consideran pioneros en la etnografía contemporánea de México.
a Sierra Madre Occidental (SMO) es el nombre de una provincia fisiográfica cuyos límites, para efectos de este escrito, situaremos: al norte, en la frontera entre México y Estados Unidos (digamos que de Nogales, Sonora, a Rodrigo M. Quevedo, en Chihuahua); al oeste, en las estribaciones que al descender hacia el mar se convierten en llanuras costeras (amplias en el desierto sonorense hasta Culiacán, mientras el litoral bordea el confín oriental del Golfo de California, pero que luego se estrechan cada vez más hasta ser prácticamente inexistentes en las costas de Jalisco, Colima y Michoacán); al este, en el vasto Altiplano Central que se extiende desde aquella misma frontera a casi las inmediaciones del Valle de México); al sur, la intrincada confluencia de la SMO con el Eje Transversal Neovolcánico (otra cadena montañosa que recibe ese incómodo nombre para resaltar que su especial concatenación adopta una dirección oeste-este, a diferencia de las Sierras Madres Occidental y Oriental que –más de conformidad con la perspectiva común– son situadas en dirección norte-sur).
CORREO del MAESTRO
núm. 201 febrero 2013
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