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Más del rico léxico caballuno

Y SIGNIFICADOS

Más del rico

LÉXICO CABALLUNO

Arrigo Coen Anitúa (†)

En cuanto concierne a las voces provenientes

del latín caballus comencemos con el nombre del pez que lo tomó por saltar, como caballo (así les pareció a quienes lo bautizaron), sobre las aguas, el Exocoetus volitans, la ‘caballa voladora’; luego, por semejanza, también se llamó “pez caballo” primero, y después caballa, al Scomber scombru, teleósteo tipo de la familia de los escómbridos, orden de los perciformes. Quizá también por semejanza del salto, al chapulín (saltamontes en español) se le dio el nombre de caballeta. Caballería medieval.

Desde los tiempos de los équites, el que cabalga, el caballero (del latín tardío caballarius) se distinguió del militar o del civil sin montura, a pie, el peatón, el peón, el infante. En la Edad Media se hicieron famosos unos “cavalleros ginetes”, ‘soldados que peleaban a caballo armados de lanza y adarga (pequeño escudo de cuero), y que, por lo corto de los estribos, llevaban encogidas las piernas’. La voz jinete procede del árabe vulgar zeneti, ‘perteneciente a la tribu Zeneta’ que se cubrió de gloria al acudir, con su caballería ligera, en defensa del reino de Granada en el siglo XIII; de jinete deriva jineta, ‘arte de cabalgar consistente en usar estribos cortos y las piernas dobladas’ también ‘femenino de jinete’; jinetear es como caballear y “andar a caballo, principalmente por los sitios públicos, alardeando de gala y primor” (Academia), pero en México usamos este verbo como “disponer, más o menos temporalmente, del dinero o de otros bienes ajenos, usufructuándolos con abuso’.

Como adjetivo, caballero equivale a ‘que monta’, ‘que cabalga’, y no importa si es en caballo, en mula o en asno o en una tapia o en una cerca, siempre que, en estos dos últimos casos, esté acaballado, en el sentido de ‘montado con una pierna a cada lado’ (acepción que no registra la Academia), como puede uno hacerlo, por ejemplo, al sentarse al revés en una silla, dando frente al respaldo, a horcajadas.

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Hay un giro peyorativo para caballero: cuando se dice “caballero de industria” se quiere significar que ‘con sólo la apariencia del caballero que se porta con nobleza, en realidad explota la buena fe ajena y vive de la estafa y del fraude’. Como apóstrofe, caballero es tratamiento de cortesía, vale ‘señor’.

Acaballar y cabalgar tienen, aparte del sentido de ‘montar’, el de ‘cubrir, no sólo el caballo sino cualquier otro animal macho, a su hembra’. La acción de ello toma el nombre de cabalgazón, caballaje o cubrición, y monta.

Una cabalgata o cabalgada es un ‘desfile, paseo o excursión a caballo’. Cabalgadura es la ‘bestia que se cabalga’ y aun ‘la de carga’.

Cabalgamiento, en literatura, más propiamente en licenciosa versificación, es la deplorable ‘figura que se comete al dividir una palabra para terminar un verso con la primera parte y comenzar el siguiente con la otra’; se tolera, y aun se festeja, en versos jocosos. En la preceptiva griega estaba prohibido el cabalgamiento, llamado hipermetría (de hypérmetros, ‘desmesurado’, compuesto de hyper, ‘excesivo’, y métron ‘medida’), aunque también se aceptaba si eran los versos en broma.

Cabalgante, forma participial activa (la pasiva sería cabalgado, -a), es ‘el que cabalga’.

El armazón (o la armazón, como usted quiera, pues se trata de un sustantivo de género ambiguo) de la silla de montar, y aun la silla misma reciben el nombre de fuste (fustis, en latín, es ‘palo’). Los fustes, como parte que son de los arneses (del francés harnais, a su vez derivado del escandinavo hernest, ‘provisión del ejército’, según unos, o del bretón hara, ‘hierro’) o guarniciones de las caballerías, se guardan en los guadarneses (elidida la r entre la primera a y la d). Éstos tienen una pieza, hecha de dos tablas puestas de modo que figuren un lomo, y sobre ella se colocan los fustes, para que no se maltraten; tal pieza se llama caballete o cabalhuste (antiguamente cabalfuste, de caballo y fuste). La acepción más generalizada de caballete, entre nosotros, es la de ‘armazón para sostener el cuadro mientras se lo pinta’. Caballete es también otro de los nombres que se dan al potro de tormento, otrosí llamado caballejo. Se diría que todos los diminutivos de caballo son sinónimos de estos instrumentos de tortura que han sido tan superados por la sádica tecnología al servicio de los gorilas opresores y represores.