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Un moño negro en la vivienda #3042
UN MOÑO NEGRO, EN LA
VIVIENDA #3042
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Deborah nos recuerda que, aunque en Estados Unidos también prolifera el racismo y la discriminación hacia la población LGBTTTIQA+…
“Al menos allá no me trataban como aquí, allá no me llegaron a golpear como aquí”.
Revive el momento. “En el año 2006 nos golpearon brutalmente a toda la población trans de Ciudad Juárez, asentada en la Zona Centro, a tal grado que a raíz de esa golpiza me tuve que hacer activista social. Chin… tuve que defender la causa”, ríe irónica.
Y agrega: “Nuestro querido presidente municipal de aquella época desarrolló una nueva policía que se llamaba Policía Militarizada, ‘la Milipol…’, pues a la Milipol se le encomendó limpiar el primer cuadro de la ciudad, desapareciendo a la fuerza a todas las personas trans de aquí”.
Menciona que ya las tenían sectorizadas.
“Llegaba la Milipol y tumbaba la puerta de los cuartos que rentábamos y, entre 10 y 15 uniformados, nos sometían a golpes”. ¿Quién era el alcalde en aquel entonces?
“Teto Murguía (2004-2007). Pero me le fui a la yugular, no me dejé. Logramos que ya no nos detuvieran, porque antes de esa golpiza nos detenían 36 horas por andar vestidas de mujer o por andar maquilladas. Después de esa golpiza empezamos a estudiar la ley, a conocer nuestros derechos y descubrimos que el delito por el que se nos estaba deteniendo no era real”.
A raíz de ello, celebra: “las chicas trans volvimos a caminar libremente por las calles de Juárez”.
A Brenda le aterra pensar en los ataques que han sufrido las y los chicos trans y de los que ella no está exenta.
Platica que recientemente participó en una charla virtual, en la que chicas transgénero de países centro y sudamericanos compartieron cómo son sus vidas, dentro y fuera de sus comunidades.
“Ahí, una chica de Honduras mencionó que durante un ataque le querían cercenar un pecho”, comparte.
El tema pone muy triste a Deborah Álvarez y secunda:
“Me ha tocado convivir con amigas que, tristemente, han sufrido crímenes de odio y pues es muy duro para mi recordarlo, sobre todo cuando estamos todas en bolita platicando, esa nostalgia y esa añoranza de tener un mundo mejor, de ya no ser asesinadas”.
Asegura que todos los casos que ha vivido la han trastocado.
Todavía recuerda aquel día en que su amiga Danna no cabía de la felicidad, porque había formalizado una relación con un muchacho que la pretendía.
“Un día pasó por mi casa, me dijo ‘ya me voy, me voy con el otro’ y le dije ‘hay Danna’”.
Danna no apareció en días, “no daba señales de vida”, hasta que después de una semana la hallaron muerta en la habitación que rentaba con su nueva pareja, en un cuarto marcado con el número 3042.
“Para mí fue muy doloroso, porque pasó por aquí a decirme que ya se iba con su galán. Su final fue muy sorprendente”.
Deborah pide ya no hablar del tema, porque aún le afecta sobremanera.
“Lo que sí, es que ya basta de tanta discriminación, violencia hacia nosotras”.
Para quienes sufren con su pareja, Deborah lanza una advertencia:
“Mira, yo siempre le he dicho a todo el mundo -y creo que ese ha sido siempre mi consejo-, que el amor es el amor y si no sabes qué es el amor, métete a Google y busca esa palabra; cuando empiezas a detectar todo lo contrario a lo que encontraste en Google, entonces estás a tiempo de preguntarte qué estás haciendo ahí. Así de sencillo”.
Dice que muchas de las chicas trans se aferran a un amor que no es verdadero y que sólo se exponen a ser humilladas, golpeadas, ultrajadas.
“¿Pues qué están haciendo ahí?, tienen que salirse de esa relación tan tóxica, enfermiza, que lo único que hace es que ellas cada vez estén más tristes y solas”.
Un informe del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra Personas LGBTTTIQA+, detalla que de 2014 a 2020 se registraron 209 asesinatos.
De esos 209 crímenes de odio, seis se cometieron en Baja California, 37 en Chihuahua, 14 en Coahuila, 13 en la Ciudad de México, 22 en Guerrero, 10 en Jalisco, 28 en Michoacán, 12 en Nuevo León, 18 en Puebla y 49 en Veracruz.
“Si bien, cada caso es motivo de nuestra preocupación, las crecientes cifras en Veracruz, Chihuahua y Michoacán han resultado motivo de especial atención”, cita el estudio y agrega que de mayo de 2020 a abril de 2021, México documentó 87 crímenes de odio; seis en Chihuahua.
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