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Armonía de Buñuelos de boniato con queso manchego y Airén DO La Mancha.

Un plato “comodín” que, eludiendo la carne, encuentra buena respuesta en primaveras devotas de Semana Santa. De apariencia sencilla, como todo aquello que realiza Teresa, es, no obstante, un apuesta divertida y adecuada para vinos blancos, ligeros y fáciles de beber.

Maridaje

Para acompañar estos buñuelos la mejor opción es un Vino joven blanco Airen por sus toques afrutados. Su acidez moderada y su paso ligero por boca permiten adecuarlo a bocados sutiles que además encuentran en el queso manchego su aliado más natural.

Ingredientes.

Boniato. Queso fresco o queso tierno. Puerro. Harina. Cerveza. Levadura. Sal. Pimienta.

Elaboración

El primer paso es muy sencillo, asar un boniato. Colocamos el boniato envuelto en papel de plata en una bandeja y lo llevamos al horno a 180 grados durante 60 minutos aproximadamente. Después, pasamos a picar un puerro para saltearlo en una sartén con aceite de oliva. Mientras que nuestro boniato está en el horno y el puerro se va cocinando, vamos a poner queso tierno rallado en un bol. Al queso le añadiremos una pizca de sal, un poquito de pimienta y pipas tostadas de girasol. Cuando el puerro esté hecho lo añadimos al bol y removemos bien para integrar todos los ingredientes. A continuación, añadimos la carne del boniato y con un tenedor aplastamos todo correctamente para que todos los ingredientes queden integrados.

Una vez tenemos nuestra masa, realizaremos bolitas con ayuda de una cuchara y las colocamos en una bandeja con plástico para evitar que se peguen. Posteriormente, llevaremos la bandeja a enfriar.

Para realizar el rebozado utilizaremos algo de cerveza, harina, levadura y un poquito de sal. Todos estos ingredientes los añadimos a un bol y mezclamos bien para que no queden grumos.

Cuando ya tenemos todos nuestros ingredientes bien mezclados para el rebozado, ponemos a calentar aceite para freír. Vamos cogiendo con una cuchara las bolitas, las pasamos por la mezcla y las echamos al aceite. Las bolitas tienen que quedar doradas, no las dejamos mucho tiempo en el aceite pues el interior ya está previamente cocinado. Una vez fritas, emplatamos y decoramos al gusto.

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