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Concurso de Pintura rápida y fotografía digital Lienzo, imagen y relato para ensalzar a

los vinos de La Mancha.

Buena acogida y participación en los premios Vino & Cultura 2022 en los diferentes certámenes de pintura, fotografía digital y relato literario.

Organizados por el Consejo Regulador, y apoyados por la entidad bancaria, Globalcaja, los concursos Vino y Cultura reseñan el compromiso de los vinos DO La Mancha con el mundo del arte y la cultura, en una edición que aumenta su nivel de calidad y número de participantes en algunas categorías.

Con la convocatoria presencial abierta, la práctica recuperación del pulso cotidiano, y sin restricciones sociales por la COVID, la respuesta fue favorable en certámenes como el III Concurso de Pintura Rápida “Vinos de La Mancha”, celebrado el pasado 20 de agosto en el municipio manchego de Villarrobledo.

Foto de familia de los ganadores del concurso de Pintura Rápida celebrado en Villarrobledo (AP) este pasado mes de agosto

Un certamen de Pintura Rápida, que mantiene su esencia itinerante, apostando en esta edición por la provincia de Albacete. Tampoco se escogió al azar una localidad como Villarrobledo, no solo por sus diferentes rincones en el interior del casco antiguo, de gran belleza y plasticidad para la inspiración de los artistas, sino también por ser éste, uno de los municipios más representativos de la zona de producción de la Denominación de Origen La Mancha. No en vano, “la villa de las tinajas”, con más de 14.000 ha es asimismo conocida por ser el término municipal con mayor superficie de viñedo inscrito en la Denominación de Origen La Mancha. Una población (casi 25.000 habitantes) con clara vocación vinícola y viticultora que refleja la correlación del cultivo de la vid con la actividad económica del sector y densidad de población en el seno de la comarca manchega.

A la cita acudieron un total de 31 pintores, llegados de diferentes puntos de la geografía española, que se inspiraron en el vino para la creación de sus obras con motivos temáticos, técnicas y estilos dispares. Así, los participantes tuvieron de plazo desde las 10 hasta las 18 horas para elegir alguno de los escenarios más emblemáticos de la localidad roblense e inspirarse así en temas alegóricos al vino. El primer premio fue para la artista desplazada desde Moya (Barcelona), la joven Aída Mauri, quién encontró en el Círculo Mercantil, un antiguo edificio de comienzos del siglo XX, la inspiración para su obra. A la fachada, con ciertos ecos del modernismo de la ciudad condal, por cierto, le dotó de un curioso guiño sutil al vino sin restar plasticidad y belleza al lienzo.

“Reflejar también el vino era hacerlo con los momentos en los que lo tomamos. He querido integrar algún elemento como una copa de vino que retratar el vino en sí mismo”, matizaba la ganadora quién además describió su estilo “a camino entre el realismo y la abstracción, por la definición en dibujo y luces más realista pero con una plasmación del color más abstracta”.

De hecho, el segundo premio fue para el castellonense (de Vall de Uxó) Miguel Carlos Montesinos, quién optó por una técnica cubista del collage y referencias vinícolas para plasmar la icónica fachada de la iglesia de San Blas en Villarrobledo.

El resultado gustó a un jurado que también se decantó por estilos más realistas como el del madrileño José María Díaz, en su tercer premio o la propuesta de mensaje cromático en la albaceteña, de Elche de la Sierra, María Teresa Durá (Quinto Premio); muy volcados, ambos, en plasmar la fusión del vino con la estación de tren, una expresión histórica de la conexión mercantil y espacial de las bodegas de La Mancha durante su despegue industrial en el siglo XIX.

Muy a tener en cuenta también el cuarto Premio conseguido por la valenciana Jessica González “Gonpra”, con un sugerente juego de color y sombras que plasmaba la fachada lateral de la iglesia de San Blas de Villarrobledo con claras insinuaciones vinícolas en tonalidades violáceas y metáforas de lágrima etanol en copa.

Otros artistas no pudieron, en cambio, resistirse a la tentación del retrato (interior) de las tinajas, como elementos indispensables del propio paisaje antropológico de Villarrobledo.

Un éxito de participación, en definitiva, que demostró el interés por un concurso con resonancias mucho más allá de las propios lindes de Castilla-La Mancha, y donde por cierto, tres de los cuatro lienzos premiados (en jurado a ciegas) fueron pintados por mujeres artistas.

Una vez, dilucidado el jurado, se hicieron públicos los ganadores tras lo cual, se pudieron disfrutar las obras participantes en el claustro de entrada del consistorio de Villarrobledo junto a una copa de vino DO La Mancha para los asistentes.

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