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Una vendimia corta a nivel global

Si bien es cierto que los ritmos cambian, La Mancha vive su vendimia en dos intensos meses desde que arranca a principios de agosto hasta bien entrado el otoño, dependiendo de la carga productiva en la vid. Algo que en esta campaña no sucederá, ya que, como adelantaba algún viticultor, “es probable que no lleguemos si quiera a la primera semana de octubre, cuando otros años la vendimia se terminaba por el Puente del Pilar”.

Después vendrá el frenético trabajo en lagares, donde las bodegas se afanarán por tener sus vinos listos y a punto para el mercado navideño. Antes de cualquier consideración sobre una vendimia que ha sorteado uno de los veranos más severos de la última década, queda, no obstante, ver cómo se interpreta la vendimia en su contexto nacional donde se han previsto una cantidad final de 36 millones de hectólitros.

Por supuesto, tampoco escapa una lectura más global teniendo en cuenta que el viejo continente ha registrado también uno de sus meses de agosto más tórridos siendo el tercero más cálido de la serie (un 0,3 ° C) entre 19912020, según el informe del Servicio de Cambio Climático de Copernicus. Con ello, habría que estar expectantes para ver la vendimia de nuestros vecinos europeos. Primeras estimaciones ven “muy cercana la cosecha sobre los 158,7 millones de hl que se obtuvieron el año anterior en la Unión Europea,” es decir, “unos cinco millones de hl menos que la media de los últimos cinco años.”.

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