Relatos de vida e historias del Secano

Legados Culturales de Río Hurtado y su vinculación con el medio

Relat de Vida e Hist ias del Secano 1

Proyecto de la Ilustre Municipalidad de Río Hurtado; financiado por el Ministerio de la Cultura, Las Artes y el Patrimonio a través de su Programa Red-Cultura y en colaboración con la Fundación Nacional para la Superación de la Pobreza con su programa Servicio País.

Coordinación libro: Pilar Rodríguez, Encargada de Cultura de Ilustre Municipalidad de Río Hurtado Equipo Servicio País Río Hurtado 2020-2021: Javiera Pizarro Cortés Paula Fredes Dubó Entrevistas, Fotografías y Registros audiovisuales: Jorge Fuentes Campos Fotografías: Javiera Pizarro, Paula Fredes Redacción texto e investigación histórica: Héctor Leonardo Fuentes Campos Diseño: Rodrigo Day Cáceres Correo electrónico contacto: riohurtadocultura@gmail.com Plataforma web: https://riohurtadocultura.wixsite.com/guiavirtual Este proyecto fue realizado entre los meses de Noviembre y Diciembre del 2020 en la comuna de Río Hurtado, región de Coquimbo, Chile.

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Índice I.- Palabras del Alcalde................................................................................................................................................................................................................................ 05 II.- La comuna de Río Hurtado: Breve reseña histórica ......................................................................................................................................................................... 07 III.- Las localidades de Río Hurtado ......................................................................................................................................................................................................... 10 IV.- Río Hurtado: población y actividades económicas ......................................................................................................................................................................... 12 V.- Río Hurtado: Clima, flora y fauna ....................................................................................................................................................................................................... 17 VI.- El río Hurtado: El río cordillerano que le da el nombre a la comuna .......................................................................................................................................... 20 VII.- El Mundo Rural del secano en Río Hurtado .................................................................................................................................................................................. 22 VIII.- Las Comunidades Agrícolas de Río Hurtado: La realidad cotidiana de sus habitantes ......................................................................................................... 29 IX.- Los productores artesanales del queso de cabra en Río Hurtado: La crianza y pastoreo del ganado caprino ........................................................................ 38 X.- Los habitantes de Río Hurtado y la Religiosidad: Los fieles y las fiestas patronales locales ........................................................................................................ 44 XI.- El rescate del milenario arte alfarero diaguita por don Walter Rivera y su esposa ..................................................................................................................... 51 XII.- Los petroglifos del valle del Río Hurtado: vestigios de las antiguas culturas precolombinas .................................................................................................. 55 XIII.- Los mineros de Río Hurtado: la extracción del cobre y el manganeso ..................................................................................................................................... 58 XIV.- La antigua vivienda rural en Río Hurtado ..................................................................................................................................................................................... 61 XV.- Atractivos Naturales y Culturales de Río Hurtado ......................................................................................................................................................................... 64 XVI.- La Astronomía en Río Hurtado ...................................................................................................................................................................................................... 66 XVII.- La Poesía y Río Hurtado ................................................................................................................................................................................................................ 67 XVIII.- Agrupaciones Folklóricas de Río Hurtado ................................................................................................................................................................................. 70 Bibliografía ................................................................................................................................................................................................................................................... 73

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Prólogo Debido a la actual coyuntura de salud mundial y a la forma en que ha afectado al ámbito artístico cultural de nuestro país, el objetivo del presente proyecto es generar contenidos para el trabajo y desarrollo de públicos, a través de la ejecución del Plan Municipal de Cultura de la comuna, utilizando diversas herramientas de gestión que se transformen en cartas de navegación para el desarrollo de las Artes, las Culturas y el Patrimonio desde una mirada comunal.

Luego de un vasto recorrido por el territorio de Río Hurtado, especialmente tras visitar algunas de las localidades ubicadas en los alejados y semiáridos paisajes del secano (luego podrán conocer en profundidad el significado de este término), nace este libro, que hace una invitación a reconocer la labor, el oficio, el esfuerzo, la calidad de vida y la supervivencia de las personas que habitan estos agrestes parajes.

Sin ánimo de idealizar, sino más bien de admirar y contemplar con sumo respeto, ya que todas y todos aportamos y vivimos en la sociedad de distintas maneras.

La presente iniciativa se enmarca en el actual Plan Municipal de Cultura, cuya implementación se realiza a través de una de sus Líneas Estratégicas –“ACTIVIDADES CULTURALES Y VINCULACIÓN CON EL MEDIO”– mediante el Programa de actividades culturales inclusivas y transversales, con el propósito de contar, de manera participativa, con una Cartelera itinerante para la difusión y accesibilidad de la cultura en todo el territorio comunal.

En las siguientes páginas podremos conocer las características y peculiaridades de las esforzadas comunidades del secano de Río Hurtado y, junto con ello, acercarnos a la identidad que cada una de ellas construye en su devenir diario. Identidades locales que, sumadas, prefiguran a su vez la identidad global tan singular de esta comuna, generada por la vitalidad de sus habitantes y la belleza y rudeza de su espacio geográfico.

Dada la particular geografía de la comuna de Río Hurtado, se hace necesaria la ejecución de actividades orientadas a las localidades del secano que, de acuerdo a sus características y prácticas culturales, se traducirán en actividades de carácter participativo con la comunidad, tomando como piedra angular el sentido de pertenencia de los lugareños hacia su entorno, para la recopilación de información, relatos de familias y tradiciones, y datos e información relacionadas con las prácticas y quehacer de tradiciones y costumbres propias de estos lugares. Es el caso, por ejemplo, de la trashumancia, la fabricación de queso, el pastoreo, la agricultura de subsistencia, la escasez hídrica, el desplazamiento, la pirquinería, la artesanía y la religiosidad local, entre otras actividades características de la vida rural limarina.

Agradecemos a cada una de las personas que visitamos, quienes, a pesar del difícil contexto sanitario que hoy se vive a nivel mundial, nos recibieron con el cariño, respeto y generosidad tan propios de la gente que vive en el mundo rural. A ellas y ellos queremos honrar con esta recopilación de historias y vivencias.

Equipo Servicio País 2020 - 2021

Departamento de Cultura de la Ilustre Municipalidad de Río Hurtado

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I.- Palabras del Alcalde de la Comuna Es emocionante y me resulta muy grato poder traspasar esta historia de Río Hurtado y sus gentes, especialmente a las generaciones más jóvenes de nuestra comuna.

a las necesidades en el área de la educación y hoy todos los establecimientos educacionales –cerca de una veintena– están equipados con mucha tecnología, convirtiéndose en lugares gratos y funcionales donde los niños pueden aprender a leer, escribir y a comunicarse. Estamos orgullosos que jóvenes del sector del secano que estudiaron en las escuelas de la comuna hoy estén trabajando en la Municipalidad, tanto a nivel técnico como profesional, demostrando gratitud y arraigo hacia la tierra que los vio nacer.

Río Hurtado, a través de toda su historia, se ha desarrollado gracias a la agricultura y la ganadería, actividades ancestrales propias del mundo rural. A través del convenio con diversas instituciones y reparticiones del Estado, como INDAP y el Ministerio de Agricultura, se ha ido tecnificando la agricultura local, lo que ha permitido preservar la identidad comunal y hacer más productivos los pequeños huertos familiares, cosechando productos naturales, no contaminados, muchos de ellos regados con las diáfanas y puras aguas del río Hurtado, que atraviesa en su sinuoso curso nuestra geografía local y le da su nombre a la comuna.

En cuanto a la ganadería caprina, fuente de sustento tradicional de miles de familias de Río Hurtado, esta ha creado una particular cultura que hoy es reconocida como parte de nuestra identidad comunal. Mi corazón comprende la realidad que se vive en la trashumancia y los hogares que se constituyen alrededor de los crianceros.

Muchos hijos de estos crianceros hoy son profesionales y técnicos que se dedican a la agricultura y la explotación caprina, gracias a que la Municipalidad ha podido entregar educación y aportes a estos hogares del secano. Hemos sido pioneros en la entrega de becas a alumnos. Empezamos con seis becas y ahora brindamos más de 80, lo que ha permitido a los jóvenes de Río Hurtado especializarse en las áreas de su interés y capacidad.

En 1992 teníamos sólo dos teléfonos en la municipalidad, había muchas localidades aisladas y los caminos principales eran de tierra. Hoy, la telefonía móvil ha optimizado la comunicación y la ruta D 595, el camino principal de la comuna, está asfaltado completamente, desde el principio hasta el fin. La infraestructura pública en cada una de las localidades ha mejorado en grado sumo y se las ha dotado de agua potable y energía eléctrica. Hace un tiempo era inimaginable que los sectores más apartados geográficamente, como El Romeral y Las Minillas, pudieran tener un sistema de agua potable propio, pero ahora sus vecinos tienen acceso regular al vital líquido. Existen seis postas y un consultorio para que los habitantes de Río Hurtado puedan recibir atención médica adecuada y todos los cementerios lucen dignos y con su correspondiente cierre perimetral. Se ha hecho un trabajo que ha tomado años, pero siempre preservando nuestra identidad propia, con la participación constante de las organizaciones sociales y cultivando el respeto, el diálogo, la solidaridad y el cuidado de la naturaleza.

También sentimos una enorme satisfacción por lo realizado en el área social, trabajando con cada uno de los dirigentes de las organizaciones sociales de la zona del secano para hacer más agradables sus condiciones de vida. Se ha dado respuesta

Desde el año 2000 hemos incentivado lo que es el turismo y las diversas atracciones culturales de la comuna, aprovechando la belleza de nuestro paisaje y los vestigios paleontológicos, arqueológicos y arquitectónicos (iglesias), así como

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el desarrollo de la astronomía, lo que es una fortaleza indudable para el futuro desarrollo de Río Hurtado.

agradecer a la comunidad de Río Hurtado por haberme dado la oportunidad de encabezar la misión de hacer más grande y bonita a nuestra comuna. Esto debe ser un proceso que no se debe interrumpir, al contrario, debe seguir adelante. Ya están puestos los cimientos para que Río Hurtado siga creciendo, para que las nuevas autoridades que vengan continúen por la senda que trazamos hace décadas.

Asumí por primera vez este importante cargo edilicio en 1992 y desde entonces he enfrentado el desafío diario y constante de responder a la confianza de todos los habitantes de Río Hurtado, trabajando con vocación de servicio y practicando la transparencia, la sinceridad, una lealtad absoluta y la educación y el respeto que desde niño me inculcaron mis padres. Educación que, por cierto, también recibí en la escuela de El Chañar, donde cursé mis primeros años de estudios.

Esta también es una ocasión propicia para expresar mi eterna gratitud hacia los nobles funcionarios municipales que me han acompañado a través del tiempo en esta linda función. Ser servidor público es una tarea compleja en estos tiempos, pero hermosa. Por eso, en nombre mío, de mi esposa y de mis tres hijos, quiero

Para el alcalde que suscribe estas líneas es un motivo de gran satisfacción entregar este libro, que por un lado recoge los relatos de vida y la tradición de muchos de los habitantes de las zonas del secano de Río Hurtado y, por otro, contribuye a preservar la historia y el gran acervo cultural de nuestra querida comuna.

Gary Valenzuela Alcalde de Río Hurtado

Don Gary Valenzuela, el actual alcalde de la comuna de Río Hurtado (Foto: Municipalidad de Río Hurtado).

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II.- La Comuna de Río Hurtado: Breve reseña histórica

oro al interior y algunos trapiches de molienda de mineral que aprovechaba los yacimientos de Andacollo.

Río Hurtado es una comuna ubicada en el sector noreste de la provincia del Limarí, en la región de Coquimbo. Limita al norte con la comuna de Andacollo y Vicuña, al sur con la comuna de Monte Patria, al este con la República Argentina y al Oeste con la comuna de Ovalle, y está emplazada en la zona precordillerana del valle de Hurtado, un valle angosto y profundo generado por el río del mismo nombre.

Históricamente, las tierras que conforman la actual comuna de Río Hurtado fueron cedidas en 1579 al capitán español Martín de Elvira, quien fuera además conquistador de Cuyo y encomendero en San Juan, en Argentina. El matrimonio de este oficial peninsular con Micaela de Cisternas Tobar, hija del conquistador Pedro de Cisternas, originó la Hacienda de Samo Alto, que en 1667 limitaba en su sector sur con la hacienda del general Francisco de Aguirre y Cortés, bisnieto del conquistador de La Serena y del Valle del Elqui. Entre los años 1630-1678 hizo presencia en la zona la familia de La Fuente Villalobos en la hacienda Higuerillas, dando paso a una producción ganadera.

Ubicada específicamente en las coordenadas 30º 12’ de latitud sur y 71º 12’ longitud oeste, la comuna de Río Hurtado tiene una superficie de 2.180,9 km² que se extiende en unos 165 kilómetros a lo largo de un fértil y apacible valle rodeado de altas cumbres. Es un medio físico de carácter montañoso que discurre entre cumbres andinas, lomas, cerros, quebradas y algunos fértiles campos y viñedos rodeados por un entorno árido y semidesértico.

En el año 1705 la familia de don Juan de Cisternas Miranda, vecino de Mendoza y San Juan, dejó en herencia la estancia de Samo Alto –que tenía un molino– a sus descendientes, quienes fomentaron un proceso de poblamiento en el territorio y fragmentación producto de los matrimonios que se irían efectuando. Las crónicas cuentan que en 1738 los campos de Samo Alto fueron heredados por el capitán Diego de Miranda, con una viña de 600 plantas, ganado y un trapiche.

La comuna de Río Hurtado se caracteriza por su ruralidad y apacibilidad, habitada por gente sencilla, cuyo quehacer diario descansa en actividades productivas ancestrales, como la ganadería caprina y la agricultura. Y sus atractivos turísticos son diversos. Allí todavía existen tradiciones campesinas propias de la vida rural, sus oscuros y límpidos cielos nocturnos son ideales para la observación astronómica, algunas de sus históricas iglesias y capillas datan del siglo XVIII y existen numerosos vestigios del arte rupestre prehispánico y de huellas fosilizadas de la flora y fauna del período cretácico que son de gran interés antropológico y científico.

Paisaje de la localidad de El Carrizal.

Los primeros habitantes de la zona del Valle del Río Hurtado fueron la cultura El Molle, la cultura Las Ánimas y el pueblo diaguita, quienes fueron sojuzgados por el imperio Inca hacia el año 1480. Desde la llegada de los primeros conquistadores españoles en 1535, Río Hurtado se presentó como una zona idónea para el cultivo de todo tipo de granos, árboles frutales y parras, dando origen a las primeras producciones de vinos y aguardientes. También en la época colonial comenzó a crecer paulatinamente el ganado caprino, reemplazando a la llama como el principal animal de corral, y se desarrolló progresivamente una incipiente cultura agrícola, a pesar de la existencia de algunos lavaderos de 7

Durante el período colonial los valles limarinos se dividieron en zonas propuestas por la Iglesia Católica, identificándose los curatos de Andacollo, Sotaquí y Barraza; de ese modo, los territorios vinculados al valle de Samo Alto y el río Huamalata, que hoy conocemos como el valle del Río Hurtado, quedaron bajo la jurisdicción de Andacollo, luego de un pequeño período bajo la jurisdicción de Sotaquí.

Petroglifos en la localidad de El Chacay.

Cabras alimentándose en Samo Alto.

Uno de los característicos paisajes, con cerros y lomas, de los sectores secanos de Río Hurtado.

En el siglo XVIII Samo Alto y el valle del río Hurtado pertenecieron al Corregimiento de Coquimbo, limitando al norte con El Tambo, al sur con Las Juntas en la Sierra de Quanto y al oeste con Higuerillas y las tierras de las haciendas de Pangue. En 1831 se creó el Departamento de Ovalle y Samo Alto fue designado Subdelegación, conformada por 7 distritos, que según el censo de 1854 tenían una población de 1.543 habitantes.

En 1894 Samo Alto se transformó en comuna, comprendiendo las tierras de El Cobre, Cachaco, Samo Alto, Pichasca, Fundina, Serón, Hurtado, El Chañar y Las Breas.

Alrededor de 1895, en Samo Alto, el terrateniente Vidal Videla comenzó a producir un afamado y exquisito vino, producto de las cepas llamadas Semillion, Cabernet e Italia, cuyo consumo estaba limitado a las ciudades de Ovalle, Coquimbo y La Serena, con 1.600 cajones anuales. Por entonces, en el mismo lugar ya se producía 8

Portada de bienvenida a Río Hurtado, ubicada en la localidad de Tahuinco.

Entre los primeros personajes públicos destacados de la historia de Río Hurtado destacan personajes como Fray Luis Molina, quien enseñó primeras letras en una celda del convento de Recoleta; y el preceptor Juan Antonio Ardiles, creador en 1860 de la primera escuela en la localidad de Recoleta.

pisco, que se hacía del jugo de la uva Italia, el cual se preparaba como caldo de vino blanco y después de unos seis meses era llevado a un alambique para su destilación.

En la segunda mitad del siglo XIX y gran parte del siglo XX, mientras se consolidaba la ganadería caprina, adquirieron importancia en el valle del río Hurtado otras actividades productivas como la producción de vinos, miel de abeja, cera, trigo, cebada, maíz, frijoles, chirimoyas, lúcumas, limas, limones, duraznos y frutos secos, como pasas. También en este período surge la explotación del cobre y, especialmente, del manganeso, en la estancia de Corral Quemado (Samo Alto).

Posteriormente, hay que mencionar a don Simón A. Concha, miembro del Partido Liberal y primer alcalde de la comuna junto con don Manuel J, Carmona y don Rosendo Pinto, durante los años 1894-1897. Don Simón A. Concha alternaría en el máximo puesto edilicio, siendo electo en 5 ocasiones, entre 1894 y 1924.

También es recordado don Bernardo Pizarro Rojas, político radical, regidor y alcalde electo en cuatro ocasiones entre los años 1935 y 1950, y quien era conocido como “don Beño” por los habitantes de Río Hurtado; y Jorge Iribarren Charlin (1908-1977), destacado filántropo e investigador, autor de una serie de investigaciones arqueológicas y antropológicas, que lo llevaron a la dirección del Museo Arqueológico de La Serena.

El Decreto Ley N.º 2.868 del 26 de octubre de 1979, como parte del proceso de regionalización impulsado por el gobierno militar, suprimió la comuna de Samo Alto y, en su lugar, creó la actual comuna de Río Hurtado, que en la actualidad tiene 4.278 habitantes (según el censo de 2017). La misma reforma administrativa de 1979 dejó la zona de Recoleta (El Cobre y Cachaco) fuera de la comuna que hoy es conocida como Río Hurtado.

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El actual alcalde de la comuna de Río Hurtado es don Jaime Gary Valenzuela Rojas, quien asumió por primera vez en 1992, ganando 7 elecciones entre los años 1991 y 2020, con un paréntesis de cuatro años (2004-2008), cuando fue alcaldesa la señora Lidia Zapata Pastén.

A lo largo de sus 165 kilómetros de geografía, donde se entremezclan el verde feraz del valle y las quebradas, las altas cumbres precordilleranas, las desoladas montañas y el ocre terroso y seco de los cerros semiáridos jalonados por cactus y arbustos, Río Hurtado alberga a 22 localidades y villorrios habitados, entre las que destacan Samo Alto, Pichasca, Hurtado, Tabaqueros, Las Breas, El Espinal, El Chacay, Morrillos, Tahuinco, La Huerta, La Cortadera, Huampulla, San Pedro, Fundina, Hurtado, El Chañar, El Romeral, El Sauce, El Bosque, Pabellón, Maitenes de Serón y Serón, cuya economía se sustenta en la producción de uva pisquera para la producción de pisco y aguardiente.

III.- Las Localidades de Río Hurtado La capital de la comuna de Río Hurtado es la localidad de Samo Alto, un pequeño caserío de estilo colonial ubicado entre los caseríos de Huampulla y Pichasca, rodeado de áridos cerros y de verde vegetación que crece a lo largo del río. En sus inmediaciones existen extensiones de plantaciones de parras pisqueras y pequeñas y pintorescas iglesias, por donde se pueden observar bulliciosas bandadas de loros tricahue, el ave típica de la zona, que con sus coloridas plumas hacen aún más pintoresco el bello paisaje.

En diversos puntos de Río Hurtado se celebran anualmente pintorescas festividades religiosas patronales como la Fiesta del Niño Dios de El Romeral, Fiesta de Nuestra Señora del Carmen en Hurtado, Fiesta de San Pedro en Pichasca y Fiesta de San Francisco en Samo Alto, entre otras, que despiertan el fervor religioso de sus habitantes, aunque la apacible comuna también esconde otros atractivos.

Calle única de Río Hurtado, que se intersecta con el camino a Andacollo.

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La iglesia de San Francisco Javier de Samo Alto, que data del año 1713.

Muy llamativa es la famosa feria costumbrista que se realiza en el mes de enero en Samo Alto, donde se exhiben y venden productos típicos y artesanías, además de celebrarse juegos populares y eventos folklóricos y de gastronomía típica.

También son habituales los festivales rancheros de verano; la Fiesta de La Trilla; el Festival del Loro Tricahue (encuentro artístico de la música y el canto popular, que se efectúa en Samo Alto el primer fin de semana de febrero); y la Fiesta de la Vendimia de Serón, actividad cultural y turística que se realiza el tercer fin de semana del mes de abril de cada año y donde los pequeños productores locales enfatizan el trabajo comunitario y familiar de una tradición ancestral para la cosecha de uva pisquera y expresan su gratitud por una buena cosecha.

en arcilla que son sorprendentes réplicas del milenario arte alfarero diaguita, con jarros patos, cuencos, jarros gatos y otras piezas elaboradas con las mismas técnicas ancestrales de ese pueblo precolombino.

También son destacables las artesanías en cuero y los primorosos tejidos realizados por diversas agrupaciones culturales de mujeres tejedoras de Huampulla, Alpahur y Las Minillas, quienes elaboran prendas y tejidos en lana natural de oveja y alpaca. También hay espacio para los productos alimenticios típicos de la zona, como el queso de cabra y las conservas de fino manjar de leche de cabra, en localidades como Serón y Fundina, y mermeladas realizadas a base de innovadoras recetas a base de copao, higos, brevas, alcayotas y otras frutas de la estación.

Río Hurtado es famoso también por sus afamados productos artesanales. Es el caso de los alfareros de Tabaqueros, localidad en la que es posible admirar artesanías 11

Jonathan, hijo de Rosita Fernández, modelando los trabajos de su madre, integrante de la agrupación de Las Minillas.

Carolina Rojas Pérez, criancera de la localidad de Las Minillas, con parte de su ganado.

IV.- Río Hurtado: Población y actividades económicas Según el censo del 2017 en las 22 localidades que se encuentran dentro de los confines de la comuna de Río Hurtado viven 4.278 habitantes –básicamente pequeños campesinos, pastores, artesanos y criadores de animales–, quienes se dedican a una actividad económica esencialmente agrícola, de subsistencia, basada en la explotación de pequeños huertos familiares y la crianza del ganado caprino, el gran sustento de la mayoría de los crianceros de la zona, quienes preparan en forma artesanal el apetecido queso de cabra, uno de los productos más afamados y demandados de la comuna.

Río Hurtado es un espacio netamente rural, jalonado por varios paisajes: las imponentes y coloridas alturas de los Andes, los paisajes semidesérticos, las abruptas quebradas y las fértiles llanuras del río Hurtado, rodeadas en lontananza por áridas lomas y cerros poblados sólo por arbustos y cactáceas. Posee, como ya se mencionó, 22 poblados habitados, los que se encuentran repartidos principalmente a lo largo del valle, usando las superficies aluviales en las cuales se desarrolla toda la actividad productiva y comercial. Los poblados que no se encuentran a la orilla del río Hurtado se asientan hacia los cerros y en los cajones que conforman los interfluvios existentes.

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inexistente, presente sólo por una planta procesadora de uva pisquera perteneciente a la Cooperativa Agrícola y Pisquera del Elqui Ltda. El sector terciario (educación, administración pública y transporte) es básicamente gubernamental, presente mediante la actividad municipal de la comuna y los servicios traspasados de salud y educación con un consultorio médico rural, seis postas de atención médica y cerca de una veintena de establecimientos educacionales.

Don Hugo Araos Pizarro, criancero y productor de queso de cabra de la localidad de El Chacay.

De acuerdo a los últimos censos de población, la comuna ha experimentado un paulatino decrecimiento poblacional en las últimas décadas, producto de la carencia de actividades productivas permanentes y la consiguiente falta de puestos de trabajo, por lo que algunos de sus habitantes han preferido emigrar en busca de mejores expectativas de vida en las comunas adyacentes más urbanizadas y desarrolladas, como Ovalle.

Río Hurtado, como ya se mencionó, presenta mayoritariamente una agricultura de subsistencia o supervivencia, es decir, para el autoconsumo, y se caracteriza por huertos y pequeños predios donde se siembran y cosechan una gran diversidad de especies de frutas y hortalizas, aunque con un bajo nivel tecnológico y una escasa inserción en los mercados regionales y nacionales debido principalmente a la ausencia de canales formales de distribución. Sólo hay registros de actividad exportadora en pequeños puestos como Andacollo y Ovalle y en menor grado en pequeños mercados familiares que se dedican al acopio frutícola de primores para jugos y mermeladas que compran intermediarios in situ, y la actividad quesera que ha logrado transarse en pequeños mercados en las ciudades grandes de la región.

Según datos municipales, con respecto a la distribución de la población por localidad en la comuna, ésta en su mayoría se encuentra en los sectores de Pichasca (17,7%), Serón (13,1%), Samo Alto (11,3%) y Fundina (10%). La escolaridad promedio de la comuna alcanza 6.1 años estudios, mientras que el analfabetismo en lecto escritura, concentrado en los adultos sobre 50 años, llega a un 11,78%.

En el fondo del valle del río Hurtado, aguas arriba del embalse Recoleta, se localizan los suelos de mayor aptitud agrícola. La mayor superficie ocupada de la comuna corresponde a los cultivos de plantas forrajeras, específicamente alfalfa en el sector alto del valle, seguido de frutales y viñas. En cuanto a los frutales, destacan el palto y en la parte baja del valle, damasco, olivo y nueces de pecano. Los cultivos de vides, en general, se encuentran en la parte media alta del valle de Río Hurtado, destinando su producción a la elaboración pisquera, siendo uno de los rubros más relevantes en la comuna. También es necesario destacar el cultivo de cereales, hortalizas y plantaciones forestales, en especial las plantaciones de Atriplex.

El sector primario –que comprende principalmente la agricultura, ganadería caprina y pequeña minería del cobre– es el predominante en la actividad económica de la zona, ocupando esta actividad al 87% de la población activa. Estos sectores, por cierto, no presentan todavía gran dinamismo, debido al estancamiento en las técnicas productivas. El sector secundario (manufactura y construcción) es casi 13

Cerros de distintas tonalidades jalonan el árido paisaje adyacente al camino a Las Minillas.

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La vía de comunicación más importante de Río Hurtado es la ruta D-595, que une a la ciudad de Ovalle con Samo Alto y que también es llamada por los lugareños como “El Troncal”. Otras rutas que permiten conectar la comuna de Río Hurtado con las comunas adyacentes son la Ruta D-445, que va de Vicuña a Hurtado, y conecta con la ruta D-595; la Ruta 43, cuyo tramo es La Serena-Samo Alto, y se conecta con la ruta D-595 en la localidad de Recoleta, haciendo también enlace con el sector Mina La Cocinera a 7 Kms. de Ovalle; y la Ruta D-457, que conecta Andacollo y Samo Alto.

básicamente a la ganadería caprina, de la que aprovechan la carne, el cuero y, sobre todo, el apreciado queso de cabra. Estos animales, por lo general, pastorean en el campo común de las comunidades agrícolas locales y se confían a los pastores trashumantes en verano, cuando las condiciones de vegetación son mejores en las alta cordillera que en los interfluvios de la comuna.

Río Hurtado y sus 22 localidades tienen la particularidad de que ninguna de las calles, avenidas y arterias cuentan con nombre. Las casas y terrenos no presentan numeración, y si una persona desea saber dónde se encuentra, deberá avanzar hasta encontrarse con portales que dan la señal del nombre que adquieren los poblados.

Para quienes no cuentan con vehículo, la movilización se hace generalmente a pie o a lomo de burro o caballo. Por eso se torna valioso el servicio de traslado en microbuses, los cuales acercan a los pobladores a Ovalle, la capital provincial, donde los lugareños compran la mayor parte de sus productos. El alcalde Gary Valenzuela explica que “la comuna de Río Hurtado tiene una amplia dispersión geográfica y cada localidad está identificada. Pero son la integración y la familiaridad que se producen entre ellos lo que permite la conexión e identidad de cada habitante”.

En amplios sectores de la comuna de Río Hurtado se desarrolla una agricultura de secano o subsistencia (que puede ser definida como aquella en que los agricultores no contribuyen al riego de los campos, sino que utilizan únicamente el agua que proviene de la lluvia o de la afloración de pozos y vertientes), de baja innovación tecnológica. Esto se verifica en las zonas más apartadas geográficamente de la comuna, donde en promedio el número de habitantes alcanza a unas 20 familias en las localidades más pobladas.

Los habitantes de estas distantes localidades -como El Sauce, El Romeral, Las Minillas, Carrizal, La Huerta, El Chacay, Los Maitenes de Samo Alto y Los Maitenes de Serón-, sin perjuicio de que puedan sembrar algunos cultivos de secano para el consumo familiar cuando la pluviometría lo permite, se dedican Maitenes de Serón se abastece de vertientes para mantener estos hermosos y robustos árboles.

Maitenes de Serón se abastece de vertientes para mantener estos hermosos y robustos árboles.

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Estas apartadas localidades del secano de Río Hurtado se comunican con la capital comunal y la ruta D-595 a través de arduos caminos de tierra que discurren por paisajes montañosos y semiáridos, donde el desplazamiento en promedio toma más de dos horas. Y si bien sus habitantes viven diariamente en un entorno natural aparentemente adverso, donde deben aplicar sus máximos esfuerzos para ganarse

el pan diario, son en su gran mayoría reacios a emigrar a otras latitudes, pues valoran sobre todo la paz y tranquilidad que reina en sus respectivas localidades, donde disfrutan de una cierta seguridad laboral y familiar, criando a sus hijos en armonía y enseñándoles lo que aprendieron de sus antepasados, contribuyendo de ese modo a mantener viva la centenaria cultura del secano.

Mapa de la comuna y sus localidades.

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V.- Río Hurtado: Clima, flora y fauna El territorio de Río Hurtado se encuentra inserto en un clima de características estepáricas en su conjunto, de templado a frío a medida que se gana en altura. Es un clima semiárido de altura con temperaturas cálidas, que en verano promedian los 30°C. y que presenta escasas precipitaciones durante el año, con algunas características especiales derivadas de la situación de Interland, alejada de la influencia del mar.

Debido al carácter montañoso de la comuna y a una altimetría que aumenta de oeste a este, el monto de las precipitaciones anuales es mayor que en la comuna de Ovalle y diferente entre las distintas localidades del valle.

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Las diferencias termales entre el día y la noche son marcadas y también entre los meses de otoño e invierno de los de primavera y verano. En el valle de Río Hurtado, como en el interior de otros valles, la radiación solar y la alta temperatura en los meses de primavera y verano son considerables, lo que permite cultivos intensivos de frutales y viñas. En los sectores más altos de la cordillera las diferencias termales son de mayor amplitud y en el invierno hay lluvias y nevazones, con vientos de gran intensidad.

700 metros de altura aparecen el romerillo, el pingo-pingo, el guayacán y el coliguay y por sobre los 800 metros se observan arbustos tales como la varilla y el chacay. En lugares pedregosos se encuentran diversos helechos xerófilos, musgos secos y el vinagrillo.

En general, la comuna de Río Hurtado se encuentra cubierta por aproximadamente un 30% de vegetación. Entre las formas vegetales que predominan se encuentran las formaciones de especies cactofílicas y estepa arbustiva de la precordillera y estepa altoandina de Coquimbo, con especies como el sauce chileno y sauce llorón, presentes en la ribera del río y por los arbustos brea y romerillo. En las quebradas se pueden apreciar cactáceas como el copao y arbustos espinosos como el molle y el huañil. Por sobre los

Dentro de la fauna de la comuna, donde se incluyen especies como el zorro chilla y liebres y una infinidad de aves, destaca sin duda el loro tricahue o loro barranquero, especie protegida y en peligro de extinción, de llamativos colores, que forma grandes y bulliciosas colonias preferentemente en zonas de barrancos rocosos, donde construye profundas cuevas en las que anida y utiliza como dormitorio, aunque también puede apreciarse en estado natural en otras zonas del valle.

En el valle del río Hurtado y en combinación con los cactus aparece también en la parte baja de las laderas asoleadas el pimiento o molle, al que se agrega el algarrobo, especie relativamente común desde Coquimbo al sur, y el olivillo del norte.

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En nuestro país existen cuatro especies de loros, entre los cuales el Tricahue –el ave típica de Río Hurtado– es el de mayor tamaño y colorido (Foto: Laderasur.com ).

Flora de El Sauce.

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VI.- El río Hurtado: El río cordillerano que le da el nombre a la comuna El río Hurtado, torrente que nace de los deshielos en los contrafuertes andinos, en la confluencia de varias quebradas que provienen de la Cordillera de los Andes, en las faldas de los pasos fronterizos Viento Norte (o Miranda), Doña Rosa y Viento Sur, es el que le da el nombre a la comuna de Río Hurtado.

El río Hurtado tiene una hoya de una extensión de 2.230 kms. cuadrados y tiene una longitud de unos 125 kilómetros que riegan 2.664 hectáreas desde su naciente en la cordillera andina hasta su unión con el río Grande para originar el río Limarí.

El río Hurtado, no obstante su gran longitud, mayor que cualquiera de los otros dos tributarios del Limarí (Grande y Guatulame), posee una hoya hidrográfica restringida, afluentes de escaso caudal y una baja densidad de precipitaciones, siendo definido como un río característico de un régimen nivopluvial. Sus dos períodos de crecidas máximas y normales son entre los meses de junio y julio, por efecto de las precipitaciones invernales, y entre noviembre y enero, por efecto del deshielo primaveral de las nieves en la porción alta de la cordillera andina.

El río Hurtado, tras nacer en la cordillera, recibe el agua de diversos afluentes de escaso caudal (como el río Ternero), y fluye en dirección sureste-noroeste, paralelo al curso del río Claro, afluente del río Elqui. La primera mitad del río Hurtado corresponde a su porción andina, donde el río ha labrado un fondo de valle marcado por la impronta glacial, favorable para la crianza de ganados y veranadas, de escasa amplitud, corriendo encajonado por laderas de pendientes medias a fuertes y cerros que se empinan sobre los 2000 metros de altura.

A mitad de camino, en el pueblo de Hurtado, el río Hurtado tuerce su curso en 90° en dirección suroeste, rodeado de un paisaje de cumbres más matizadas, prosiguiendo con el mismo sentido hasta el Embalse Recoleta, que regula sus aguas.

El río Hurtado, que nace en los contrafuertes cordilleranos de la región de Coquimbo (Foto: www.conocelosrios.com).

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Vista aérea del embalse Recoleta, que puede almacenar hasta 102 millones de metros cúbicos de agua (Foto: embalserecoleta.cl).

La sección más baja de la cuenca del Río Hurtado alimenta el embalse Recoleta, ubicado a 25 kilómetros al noreste de Ovalle. Este embalse fue construido desde inicios de 1929 hasta 1934, formando actualmente parte del Sistema Interconectado de Riego de la Provincia del Limarí, con una capacidad de almacenamiento de hasta 102 millones de metros cúbicos de agua, siendo su mayor utilidad la irrigación de la región a través de 350 kilómetros de canales que facilitan el riego a unos 700 regantes conectados.

A unos cuatro kilómetros antes de su arribo a la ciudad de Ovalle, en el sector conocido como Puntilla de Peñones, el río Hurtado vuelve a ensancharse hasta unirse con el río Grande, que fluye desde el sur, a una elevación de 260 metros sobre el nivel del mar. Ambos ríos, el Hurtado y el Grande, dan origen al río Limarí, que más adelante desemboca sus aguas en el Océano Pacífico.

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La señora Juana Pérez Millas, contemplando el paisaje de secano de la Comunidad Agrícola Carrizal Laguna de Serón.

VII.- El Mundo Rural del Secano en Río Hurtado

de Coquimbo –sector con un buen clima desde el punto de vista agrícola, pero que no tiene seguridad de riego al no contar con el recurso hídrico en la cantidad y oportunidad demandada por los cultivos, ya sean anuales o permanentes–, los regímenes de precipitación se caracterizan por su estacionalidad invernal y una marcada amplitud interanual, todo lo cual hace indispensable la utilización de obras de regulación, pozos profundos y norias y, en general, un adecuado manejo de los limitados recursos hídricos.

En la región de Coquimbo -una de las dos zonas semidesérticas de Chile central, junto a la de Atacama- la disponibilidad de agua es restringida, por lo que el vital elemento constituye un recurso escaso que limita fuertemente el desarrollo de una agricultura sustentable en lo económico, social y ecológico. Esto es de especial importancia en la comuna de Río Hurtado, en donde se asienta un importante grupo social de medianos y bajos ingresos, los cuales provienen principalmente de la agricultura de secano.

Los pobladores que viven en la zona de secano de Río Hurtado, por lo general, no tienen acceso al agua potable y al agua de regadío captada, conducida y almacenada mediante alguna infraestructura mayor de riego, sin mencionar que la vegetación no es abundante, predominando los paisajes desolados y semiáridos, por lo que en algunos puntos de la comuna se han realizado algunos valiosos programas pilotos para combatir la desertificación.

La agricultura de secano puede ser definida como una agricultura que accede al riego en forma eventual, lo que significa que se abastece en forma directa de las escasas precipitaciones y del escurrimiento superficial de las aguas lluvias por quebradas y esteros, afloramiento de vertientes, pozos someros, etc. En la región 22

Don Noé Dagoberto Araya, de 59 años y quien participa en un proyecto de forestación de la Conaf en la localidad de El Romeral para paliar la desertificación, explica que “la idea es tener arbolitos y un pequeño parque donde recrearnos y tener sombra, para que jueguen los niños. Los árboles están protegidos con piedras y los regamos cada 8 o 9 días, que es el lapso de riego que tenemos para que se desarrollen. Gente de localidades como Las Minillas y Campanario se han entusiasmado mucho con este proyecto piloto, por lo que se podría replicar en otros puntos alejados del valle”.

Debido al clima local, las actividades de los agricultores está basada en una economía de subsistencia y se concentra en la obtención de productos que permitan la alimentación del núcleo familiar, sustentada en la crianza de caprinos –y, en menor medida, de ovinos y bovinos–, en la cosecha de cereales en terrenos de secano, y en la cosecha de productos hortofrutícolas cultivados en los pequeños terrenos regados disponibles.

Don José Evaristo Ángel Romero, agricultor de la localidad de Los Maitenes de Serón.

Don José Evaristo Ángel Romero (77 años, 12 hijos) es un veterano agricultor nacido y criado en Los Maitenes de Serón que en sus años más mozos también trabajó como minero en algunas minas de cobre de la comuna de Río Hurtado.

“Yo llegué al fundo donde vivo ahora por el año 1965; aquí crié a toda mi familia, aunque ahora estoy quedando solito porque todos ya tomaron el rumbo de la vida. Toda la arboleda que hay acá la planté yo, aprovechando el agüita que hay.

Se cosecha de todo acá y vendo mis productos a algunos comerciantes en este mismo lugar”.

Don Noé Dagoberto Araya, junto a los pequeños árboles plantados –protegidos por piedras– para combatir la desertificación en la árida zona de El Romeral.

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laderas montañosas que se conservan en secano por varios años); la cosecha de la fruta seca (desde mediados de enero hasta fines de marzo) y el mingaco (costumbre lugareña que se hacía al caer el día en la cosecha de los duraznos, cuando se mondaba la fruta para ser arrojada en canastos y en la cual los trabajadores, tras finalizar el trabajo cerca de la medianoche, bebían botellas de chicha u otro licor llevados especialmente para la ocasión).

Fundo de don José Ángel Romero, agricultor de la zona de Los Maitenes de Serón.

Asimismo, además del tradicional queso de cabra, se mantienen antiguas costumbres culinarias, como la preparación de bebidas en base a harina tostada, cocho (harina tostada, azúcar y agua fría) y ulpo (harina tostada y agua fría).

También son comunes el cocho o sango (guiso de pastores y arrieros que se prepara con harina tostada, arvejones, sal, grasa y cebollas), Carraca (guiso de viajeros hecho a base de pan, cebolla, color y charqui) y frangollo (preparado a base de trigo previamente humedecido al que se le extrae la corteza).

En cuanto a las costumbres culinarias aún se preparan chuchocas, cazuelas, mazamorras, prietas, arrollados, pasteles de maíz o trigo verde, humitas, locre de mote, empanadas fritas y de horno, guisos de rabo, tortas de higo, empanadas de pera con chancaca, arrope de uva o miel, uvate (uva con azúcar), frutos en almíbar, almendrucos (fruto envejecido del duraznero), dulce de membrillo amoldado y de alcayota, manjar blanco, pan de horno, pan de huevo, pan con chicharrones, tortilla de rescoldo, bizcochos y bollos.

Don José Ángel añade que “en mi fundo antes el terreno era todo liso, pero el 1 de abril del año 1991 ocurrió un temporal que dejó un gran zanjón en el lugar y el año 1997 durante otro temporal se siguió excavando el mismo zanjón hasta llegar a unos cinco metros de profundidad. Se han ido perdiendo algunos árboles, pero los he recuperado plantando más. Y a pesar del poquito de agua que tenemos me alcanza para regar los árboles, sembrar toda la verdura y también el pastito que necesitan los animales”.

Don José reitera que “soy comunero. Me gusta estar acá porque yo vendría a ser como el propietario del fundo. Hace 55 años que vivo aquí y a mi edad valoro mucho la tranquilidad. Yo tuve 12 hijos, porque antes no había televisión (risas).

Creo que he sido un buen vecino y un buen servidor en Los Maitenes. Lo más lindo de vivir en el campo es que uno tiene de todo a la mano; además aquí en el mundo rural se vive más sano, bien alentadito, en placidez y en paz con los vecinos. Si hay que ayudar a alguien, lo ayudamos y así como ayudo ellos me pueden ayudar a mí”.

En el mundo rural de Río Hurtado todavía persisten varias costumbres campesinas, como la siembra de porotos a pitón (que se realiza en los meses de octubre y noviembre en las 24

La señora Lidia Alfaro y su hija Luzmira Guerrero, de la localidad de Los Maitenes de Samo Alto, se ganan la vida vendiendo varios productos gastronómicos, entre ellos el solicitado dulce de arroz.

Otra vecina antigua de Los Maitenes de Samo Alto es la señora Lidia Alfaro, de 91 años, quien nació en Corral Quemado, localidad de Río Hurtado donde se encontraba una famosa mina de manganeso. “Me vine a Los Maitenes cuando a mi marido le regalaron un terrenito acá, donde criamos hartos animales. Mis cinco hijos nacieron acá. Nosotros somos conocidos porque hacemos dulce de arroz, los cuales son unos alfajores blancos que se hacen de arroz molido, y que aprendí a hacer cuando yo era soltera, hace más de 60 años, cuando una señora de Andacollo que hacía dulces me enseñó”.

Don Hugo Araos Pizarro, habitante de la Hacienda El Chacay, junto a uno de los petroglifos del sector.

Una de las hijas de la señora Lidia es Luzmira Guerrero, de 51 años, quien siguiendo la tradición familiar continuó con el negocio de los dulces de arroz. “Yo aprendí a hacer los dulces de mi mamá y ahora los hago sólo por pedidos. El dulce de arroz se hace con arroz molido al cual se le agrega leche, azúcar y azúcar quemada.

Este es un arte culinario que en mi familia hemos transmitido de generación en generación, porque mi mamá me enseñó a mí y yo le enseñé a una sobrina que se llama Marta. Los dulces antes lo vendíamos en ferias, ferias costumbristas y en lugares como Andacollo. También hago otros dos tipos de dulce, como el dulce de alcayota y el dulce de chancaca, y en los tiempos de los higos hacemos arrope de higo, que es como una mermelada. También preparo empanadas, que también las vendo, porque por acá no hay mucho trabajo y hay que salir a otras partes de Río Hurtado a rebuscárselas no más”. de mi casa, que nos proporciona agua todo el año. Tengo unos cinco vecinos que viven en este sector y vivimos algo alejados los unos de los otros, a una distancia de más o menos una hora una casa de otra”.

Los habitantes de Río Hurtado, pese a sus carencias, viven totalmente adaptados al medio en que viven. Es el caso de don Hugo Humberto Araos Pizarro (60 años, soltero, seis hijos), quien vive desde hace 15 años en la Hacienda El Chacay, donde se gana la vida dedicado a la ganadería, en especial la caprina.

La señora Rosalía Cortés Vega (43 años, cuatro hijos) vive, por su parte, en el sector de El Sauce, lugar donde arrienda y vive junto a 14 familias del sector. “Yo trabajo en la escuela como manipuladora de alimentos, pero aparte de esa labor, uno siempre está ocupada en la casa, haciendo diversas actividades, como cocinar, buscar leña y hacer carbón en el invierno. Acá hay un horno carbonero donde la gente hace su carboncito, para vender o para el uso diario, y para el invierno sobre todo. Es un trabajo complicado porque hay que cortar la leña, acarrearla y llenar el horno, después prenderlo y dejarlo unos 8 o 10 días para que esté listo el carbón y después sacarlo del horno”.

“Esta hacienda queda a dos horas de Samo Alto viajando en vehículo. Yo, cabalgando a caballo, de aquí a Serón me demoro unas tres horas y media. Y a Fundina igual.

Esta hacienda es muy antigua; la casa en la que vivo ya existía cuando yo era un niño y pese a ser muy antigua los temblores no le hacen nada, porque es una casa muy firme, de adobe, muy bien construida. Lo más valioso de vivir en este sector es sobre todo la tranquilidad, uno trabaja y hace sus cosas sin que nadie lo moleste.

Acá no tenemos agua potable, pero sí hay una vertiente que está a unos mil metros 25

La señora Rosalía Cortés junto a su hijo Francisco. Las chupallas campesinas que usan ambos son muy útiles para protegerse del inclemente sol del Norte Chico.

La señora Rosalía relata que “diariamente, cuando amanece, salimos a los alrededores de nuestra casa a buscar leña para cocinar, ya sea de algarrobo, pimiento, espino, molle y sauce, que se usa para las brasas, aunque la mejor leña de todas es la de algarrobo. Hay que ir a buscar leña todas las semanas, porque siempre se gasta leña cocinando. Si uno cocina garbanzos o porotos, se usa y se gasta más leña. Pese a que es una vida un tanto sacrificada, me encanta vivir acá.

Soy nacida y criada en El Sauce y nunca me fui a otro lugar. La tranquilidad que se vive acá es realmente impagable y el paisaje muy bonito. Es un poco sacrificado, pero se vive bien y en paz”.

La señora Rosalía Cortés realizando una de sus tareas habituales en la agreste localidad de El Sauce: cargar en sus espaldas una improvisada mochila con leña para cocinar.

Algunas mujeres que viven en la zona del secano en Río Hurtado, pese a que carecen de niveles mínimos de escolaridad, se las arreglan muy bien para ganarse la vida, dedicándose simultáneamente a varias labores que les permiten disponer de recursos económicos frescos para sobrevivir. Es el caso de la señora Rosa María Fernández Cisternas, de 51 años y quien vive en la Comunidad Agrícola Inga Pichasca, donde se dedica a hacer queso de cabra y a tejer prendas de vestir que usan las personas que llevan las majadas de cabras a pastar en los valles aledaños a la cordillera.

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Animales de la señora Rosa Fernández, en la Quebrada Inga Pichasca.

“A los 30 años aprendí a hilar lana de oveja para hacer mantos y ponchos, prendas que usan los crianceros que llevan a las cabras a alimentarse a la cordillera. Aprendí de una señora que se llamaba Olegaria, aunque mi abuelita era tejedora, así que es un arte que ha estado presente desde siempre en nuestra familia”.

La comunera añade que “esta comunidad agrícola es mi vida, porque aquí tengo mis cabras y mi casa. Yo, por ejemplo, no podría acceder a un trabajo en otra parte porque no tengo estudios, ni siquiera enseñanza básica, porque no sé leer. Mis hijos afortunadamente sí tienen estudios y me ayudan con las cosas que yo no puedo saber por no saber leer. Este es un lugar muy lindo, aunque algo alejado de los pueblos más importantes de Río Hurtado. Si uno tiene una emergencia o hay que ir a un consultorio, por ejemplo, hay que llamar al caballero que tiene camioneta para que nos pase a buscar y nos lleve a donde necesitemos ir. Por eso hay que tener dinero a la mano por si pasa cualquier cosa. El viaje de ida y vuelta a Pichasca, que está a unos 17 kilómetros de distancia, por ejemplo, nos sale unos 16 mil pesos”.

La señora Rosa María Fernández haciendo un ovillo de lana de oveja.

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Mapa de las distintas localidades del sector Secano de la comuna de Río Hurtado, que incluyen a Los Maitenes de Samo Alto, La Huerta, Las Minillas, el Romeral, El Sauce, Los Maitenes de Serón y El Chacay.

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VIII.- Las Comunidades Agrícolas de Río Hurtado: La realidad cotidiana de sus habitantes Las Comunidades Agrícolas representan uno de los eslabones del sector más tradicionales de la provincia del Limarí: el mundo campesino. Las comunidades Agrícolas, que ocupan el 25% de la superficie del Norte Chico, son administradas por la denominada Junta General de Comuneros, cuya función principal es la administración de los recursos naturales de la comunidad, en orden a su uso racional y equitativo entre los comuneros, quienes tiene derecho al llamado Goce singular o propiedad individual de la tierra, a una Lluvia o a un Terreno común.

La propiedad individual de las Comunidades Agrícolas son, por lo general, terrenos de pequeñas dimensiones localizados en los valles, donde la disponibilidad de agua de riego es variable, dependiendo del tipo y cantidad de precipitaciones, y de las condiciones de la cuenca que alimenta las aguadas. Estos terrenos son denominados “huertas” o “hijuelas” y es donde el comunero construye su vivienda, y reside con su familia. En este sector se practican cultivos de riego (hortalizas, algunos frutales y alfalfa), aunque también suele incluir terrenos de secano. Se ubican normalmente cerca de los cursos de agua, que aún en años lluviosos casi nunca son permanentes, por lo que el agua suele extraerse mediante equipos de bombeo movidos por el viento o por motores a combustión interna. Por ser propiedad privada, estas tierras pueden ser transferidas, heredadas o vendidas.

Las Lluvias, por lo general, son terrenos con moderada aptitud agrícola de secano, localizadas sobre laderas empinadas, y que la Comunidad concede en usufructo a los comuneros. Su principal uso es el cultivo de cereales destinados al autoconsumo familiar. Estos terrenos son generalmente abandonados cuando pierden la fertilidad natural debido a la acción de la erosión y del agotamiento.

Y el campo común, finalmente, abarca la mayor parte de los terrenos de la comunidad agrícola respectiva. Su uso está destinado principalmente al pastoreo extensivo de animales, especialmente del ganado caprino, del cual se extrae el cuero, carne, charqui y leche, convertida por los crianceros en queso de cabra, uno de los productos más característicos de la comuna de Río Hurtado.

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Chape y Chacay

30

comuneros

30225 ha

El Atajo 8 comuneros 2472 ha Carrizal y Laguna de Serón

25

comuneros

8348 ha

Fundina Norte 49 comuneros 744 ha Inga Pichasca 75 comuneros 6794 ha Huampulla 35 comuneros 3874 ha Las Minillas 35 comuneros 3862 ha Dain y Cartaderilla

117

comuneros

4217 ha

El Espinal de San Pedro

59

comuneros

1096 ha

Carrizo, Mendoza y Romero

49

comuneros

3717 ha

Los Lavaderos 13 comuneros 1820 ha Cerro Blanco y Gigante

13

comuneros

970

ha

Cerro Gigante 14 comuneros 934 ha Huaipi y Mollaquitas

16

comuneros

2108 ha

Piedras Blancas 10 comuneros 1582 ha

Cabras en el sector de El Sauce.

Los Maitenes 49 comuneros 2625 ha Los Maitenes de Seron

El 66% de las comunidades agrícolas de la región de Coquimbo se encuentran en la provincia del Limarí (117), seguida por la provincia de Choapa con un 23% (32) y Elqui con el 12% (29 comunidades).

35

comuneros

2

ha

La Hoyada 18 comuneros 1910 ha Fundina Sur 94 comuneros 543 ha El Romeral 65 comuneros 1662 ha

En la comuna de Río Hurtado, según datos oficiales del Ministerio de Bienes Nacionales, existen 21 comunidades agrícolas, que son las siguientes:

Blas Bulrreme 44 comuneros 6612 ha

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soy presidenta de la junta de vecinos y de la agrupación cultural El Renacer de las Estrellas Las Minillas, lo cual es complicado a veces, porque uno tiene que dejar de lado las responsabilidades familiares, mi hogar y mis animales, para salir a conversar con las autoridades y gestionar recursos para las personas de nuestra comunidad”.

La señora Carolina del Rosario Rojas Pérez (39 años, un hijo), quien vive en la Comunidad Agrícola Las Minillas, destaca que las mujeres rurales y agrícolas, y las comuneras en particular, son esencialmente multiactivas, es decir, frecuentemente combinan en forma simultánea o sucesiva sus labores como madres, esposas y dueñas de casa con sus responsabilidades como dirigentes y como trabajadoras en las actividades agrícolas y no agrícolas de la comunidad agrícola respectiva bajo condiciones diversas. Estas combinaciones de actividades, en algunos casos, pueden variar según el período o época del año, su ciclo vital y otras circunstancias familiares o del entorno geográfico.

La Señora Carolina Rojas recuerda que “antes la vida era mucho más difícil y esforzada. Yo de niña tenía que ir a estudiar a El Romeral porque acá en Las Minillas no había colegio y nos demorábamos dos horas sólo en llegar a la escuela. También teníamos que ayudar a nuestros padres en las labores del campo, acarreando leña en la espalda, porque también sabíamos hacer carbón. Uno de los recuerdos más nítidos de mi infancia era cuando íbamos a la cordillera para llevar a los animales a pastar, a la comuna de Monte Patria, en un lugar que se llamaba Campanario. Nos tomaba dos días llegar allá y teníamos que cruzar un río, pasando los animales a pulso de un lado del río al otro. Era un sacrificio muy grande”.

La señora Carolina Rojas cuenta que “soy dueña de casa, esposa, criancera y dirigente. Mi padre fue presidente de la comunidad agrícola de acá y también de la junta de vecinos. Después mi madre prosiguió con esa labor también y ahora yo

La dirigente agrega que “la vida ahora no es tan sacrificada como antes, donde la gente pasaba mucha necesidad. Nosotros somos muy felices acá porque tenemos una tranquilidad única, vivimos en forma independiente, en nuestro mundo y nadie nos impone nada y nos dice que esto es así o asá. Uno tiene su casita, su familia, sus plantitas, sus animalitos y eso me encanta. Yo soy legalmente comunera desde hace poco y criancera. Vivo de mis animales. Somos una familia muy sacrificada. Me tengo que levantar todos los días a las seis y media de la mañana para sacar leche a las cabras y después de eso tengo que ir a mi trabajo en una escuela, que me queda a una hora de camino de mi casa. Entonces me tengo que ir a las 12 para estar a la una en mi trabajo. Entonces es bien complicado, porque en la tarde tengo que devolverme para atender mi casa y darles comida a mis animales”.

La comunera relata que “las familias acá están muy dispersas unas de otras; hay que recorrer kilómetros para llegar a la casa más cercana y hay gente que no tiene señal de teléfono, pero somos muy solidarios y uno siempre da la lucha para estar bien con todas las personas. Pero como buenos chilenos, somos guerreros, nos caemos y nos volvemos a parar. Mis padres nacieron y se criaron acá y nosotros también. Estamos muy acostumbrados a vivir acá. Cuando voy a la ciudad al ratito lo único que quiero es volverme a mi tierra”.

La señora Carolina Rojas Pérez, comunera de la Comunidad Agrícola Las Minillas.

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todo es más distinto. Ahora, como mujer, podemos opinar y tomar nuestras propias decisiones, cosa que antes no se podía”.

La señora Carolina Rojas está consciente y orgullosa de que el trabajo agrícola en nuestro país se ha feminizado profundamente y el aporte de la mujer al ingreso familiar se ha vuelto cada vez más importante, modificando su posición social en la familia. Y es que la mujer rural, pese a batallar desde hace mucho tiempo en una desigual lucha contra la milenaria cultura patriarcal y los prejuicios de género, ha ido paulatinamente ganando terreno en diversos espacios, transformándose en un actor indispensable del mundo rural, pues además de desempeñar una función crucial en la gestión de sus respectivos hogares en su calidad de esposa, madre o jefa de hogar, contribuye también a incentivar y movilizar la economía local agrícola y proteger los recursos naturales locales en la producción de alimentos.

Tal como recuerda la señora Carolina Rojas, la vida en las comunidades agrícolas de Río Hurtado no es tan sacrificada como antaño, cuando los niños debían sacrificar gran parte de su infancia y vida escolar para ayudar a sus padres en las labores rurales.

Felipe Armstrong, Raúl Espinoza y Estafanía Vidal, en su libro “Memorias de Río Hurtado”, relatan que “la niñez de hace más de 50 años en Río Hurtado es bastante diferente de la que es posible apreciar hoy. Sin televisión, sin radio y con apenas un par de escuelas unidocentes, los niños se dedicaban desde muy temprano al trabajo, ayudando a sus padres en los quehaceres diarios y con muy poco tiempo para el estudio o la recreación. El aprendizaje se daba básicamente de manera informal, a través de la experiencia adquirida en el trabajo y en la cotidianeidad familiar. Por otra parte, la infancia se enmarcó dentro de una realidad social donde la pobreza era la tónica. De ahí también la necesidad de que los niños ayudasen en distintas labores y colaborarán en las actividades domésticas”.

“Antes existía más machismo, la mujer sólo era madre, esposa y dueña de casa, y no se podía mover de allí. Ahora todo ha cambiado, hay capacitaciones y la mujer, no sólo en el ámbito rural, está más empoderada y ahora sabe defender más sus derechos. Antes los hombres nos tenían bajo la planta del pie y ahora

Willy Cortés Vega, comunero de la localidad de El Sauce, lugar donde prepara sus quesos de cabra.

La señora Carolina Rojas con una de sus cabras.

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Los actuales habitantes de las comunidades agrícolas de Río Hurtado, entonces, coinciden en señalar que antes la vida era más sacrificada, especialmente en los casos en que la mujer debía hacerse cargo ella sola de la casa, y de la mantención y alimentación de sus hijos.

preocupaba de hacer carbón. No le hacía el quite a ninguna labor y en sus manos a veces le corría la sangre por el mismo trabajo que hacía. Nosotros todos los días nos íbamos a las cinco de la mañana a la compañía de manganeso, donde estaba nuestro colegio, aunque después yo me fui a estudiar a un colegio particular en Andacollo”.

La señora Juana Pérez Millas (60 años, tres hijos), quien vive en la Comunidad Agrícola Carrizal Laguna de Serón, rememora que “nosotros siempre hemos vivido acá. Yo me fui por un tiempo y después volví por la educación de mis tres hijos. Y volví al lado de mi madre, la señorita Transita Emilia, una persona muy querida en este sector, muy cariñosa, muy trabajadora dentro de su pobreza, que vivió mucho sufrimiento en el campo, siendo mujer y hombre a la vez, con lluvias, años malos, pero ella siempre estaba al pie del trabajo día a día, atendiendo siempre a sus 12 hijos, y dándonos a todos una pequeña educación. Atendía sus animales, sacando queso y leche, para dárnoslo a nosotros. Incluso en el invierno, cuando no había provisión de leche, mi madre se

La señora Juana Pérez explica que “acá en esta comunidad agrícola nos dedicamos a la agricultura. Uno de nuestros comuneros siembra avena y papas, y gracias a Dios hay agüita que corre por acá y que compartimos todos. Yo también siembro alfalfa, pero, en general, cultivamos de todo para atender la economía familiar de todos los días, aunque básicamente con mi marido nos dedicamos a la ganadería caprina, porque tengo cabras de raza. Y gracias a Dios nos ha ido muy bien, en parte gracias a que ahora tengo la ayuda de uno de mis hijos y que la gente del INDAP de Río Hurtado nos ha entregado muchos cursos y proyectos. Yo, de hecho, asistí a cursos en Santiago y en la Universidad de La Serena que me sirvieron de mucho”.

La señora Juana Pérez, de la Comunidad Agrícola Carrizal Laguna de Serón, junto a la gruta que se levantó en recuerdo de su fallecida madre.

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Vista de la localidad de El Carrizal desde la gruta la Palmera.

La Palmera y participan todos mis hermanos, mis sobrinos y cuñados. También se invita a amigos, conocidos, vecinos, y todos los que quieran participar e incluso se hace una procesión con bailes chinos. Llegan autos, se arman parrillas, mates, etc.

Todo lo que hay se comparte. Mi mamá, si estuviera viva, diría que ‘a pesar de la lejanía, todas las visitas se encuentran acá con el alma mía”.

La señora Juana Pérez recuerda que “mi madre se convirtió en una comunera después que falleciera mi padre, hace 38 años, y cuando ella falleció la enterramos aquí. Cerca de su tumba ahora hay una grutita con una virgen que se la regaló la señora Yercy Muñoz, que era la matrona de la comuna de Río Hurtado. Desde el 2014 cada 15 de agosto acá le celebramos a mi mamá su cumpleaños en su grutita, que se llama Gruta

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La señora Melida Zapata, comunera de la Comunidad Agrícola Inga Pichasca, en la localidad de La Huerta.

Doña Melida cuenta que “después que mis hijos terminaron de estudiar en el colegio de La Huerta empecé a desempeñarme como dirigente en el centro de padres y en la junta de vecinos. A mí me gusta ser emprendedora y luchadora.

Hacíamos fiestas y actividades para sacar a nuestro pueblo adelante y yo iba a capacitaciones que hacían en la municipalidad de Río Hurtado. Yo sólo estudié hasta cuarto año básico, pero con lo poco que sabía y lo que iba aprendiendo en el camino escribíamos cartas al municipio para informarles de las cosas que nos faltaban acá. Yo quedé satisfecha con lo que hice como dirigente, porque yo soy solidaria y me gusta mucho ayudar. Por lo menos la gente acá quedó contenta”.

La señora Juana Pérez contemplando su localidad de El Carrizal, desde la gruta La Palmera.

La comunera, finalmente, valora el papel que las mujeres juegan en la economía rural de Río Hurtado, agregando que “hoy, tal como mi mamita, las mujeres siguen siendo muy activas en varios roles, son muy habilidosas. Son madres, esposas, dueñas de casa, agricultoras, cuidan el ganado y a veces incluso tienen que hacerse cargo ellas solas de sus hijos. Y también son incluso dirigentes. A esas señoras las alabo. Gracias a Dios ahora hay un mayor reconocimiento a la mujer, se valora más el papel de la mujer en el mundo rural. Porque nosotras también somos seres de carne y hueso, que no toleramos los abusos de los hombres y necesitamos comprensión”.

Doña Melida, haciendo un balance de su labor como dirigente social de su junta de vecinos –durante un período de unos 20 años– cuenta que “conseguimos muchas cosas para La Huerta. Cuando nos pusieron la luz eléctrica nos cambió la vida, porque antes usted no podía tener nada en su casa, todo se echaba a perder. Con la luz pudimos comprar refrigeradores y mejorar nuestra calidad de vida, lo que se podía. También logramos que nos asfaltaran el camino, poner una cancha y un sistema de agua potable con copas de fibra y estanques, el cierre perimetral de nuestra sede, así como ayudar a las personas enfermas a las que llevamos a que se atendieran a Coquimbo y Santiago. Cuando me despedí como dirigente, tuve hartas emociones; recuerdo que ese día vino acá don Gary Valenzuela, el alcalde de Río Hurtado”.

Las mujeres comuneras cuya labor ha hecho prosperar a sus respectivas comunidades en Río Hurtado son legión en esa comuna. Es el caso de la señora Melida Zapata, quien reside en la localidad de La Huerta, en la Comunidad Agrícola Inga Pichasca, lugar donde nació y crió sola a sus siete hijos. “Yo en esos años, cuando mis niños eran chicos, empecé a trabajar en lo que fuera, montando negocios, vendiendo almuerzos y criando aves y cerdos y así eduqué y saqué adelante a mis hijos. Hoy sigo trabajando en La Huerta y voy a Las Minillas y El Romeral. Mis papás tenían los derechos de comuneros y cuando ellos fallecieron esos derechos pasaron a mí y a mi hermano”.

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donar unos terrenos de nuestra comunidad agrícola para que la gente de Los Maitenes hasta Hurtado tuviera terrenos donde levantar sus casas. También como comunidad donamos unos terrenos para Samo Alto, donde ahora se encuentra la Municipalidad, el registro civil, la posta, la Iglesia y la cancha de fútbol”.

La señora Silvia añade que “gracias al sacrificio y trabajo de toda la comunidad pudimos tener luz eléctrica, rejas, cocina a gas, una escuela, una posta, una sede deportiva y la carretera. Ahora estamos luchando para tener un estanque más grande de agua, instalar juegos infantiles para los niños y construir un comedor para nuestra sede. Lo que más me gusta de vivir en este lugar es la tranquilidad.

Siempre les digo a mis hijos que ya nadie me va a mover de aquí, y que si tengo una enfermedad mortal, mejor que me dejen acá y no me vayan a botar a un hospital lejos de mi tierra”.

La señora Silvia Aurelia Guerrero, integrante de la Comunidad Agrícola Los Maitenes de Samo Alto, tomando mate, una tradición que ha estado presente en el alma del mundo rural chileno.

Si bien durante mucho tiempo las labores agrícolas y ganaderas se heredaban de padres a hijos, quienes vivían durante décadas en el mismo lugar, hoy las comunidades agrícolas de Río Hurtado están conformadas por numerosas familias cuyos hijos sueñan con superar la vida de sus padres y estudiar alguna carrera profesional que los saque de la pobreza y la medianía económica.

Otra conocida comunera de Río Hurtado es la señora Silvia Aurelia Guerrero (76 años, 9 hijos), quien vive en la Comunidad Agrícola Los Maitenes de Samo Alto. “Soy feliz viviendo aquí, aunque antes la vida era mucho más sacrificada. Recuerdo que cuando niña con mi mamá teníamos que levantarnos a la una de la mañana para viajar a Ovalle, a vender los quesitos de cabra que hacía mi familia. Y si se nos pasaban los camiones que iban a Ovalle, que eran de don Tito Pizarro, uno se tenía que devolver no más a la casa. No es como ahora, que hay colectivos, buses y autos particulares. Los alumbramientos eran en las casas, y una después de tener a su guagua tenía que volver a trabajar al tiro, ir a acarrear el agua desde una noria y recoger leña”.

Hugo Humberto Pérez Rojas, por ejemplo, es un comunero de 35 años que vive junto a su familia –su esposa Evelyn Milla, y sus hijos Antonella, Pilar Magdalena y Esteban– en un agreste y semiárido terreno de la Comunidad Agrícola de Las Minillas. “Somos crianceros y a mi familia les gusta vivir en esta tierra del secano, aunque mis dos hijas dicen que quieren estudiar una carrera cuando crezcan.

Antonella quiere ser doctora y Pilar matrona. Mi mamá es comunera y me transfirió el derecho de comunidad. Ella ahora vive en Pichasca, en el Cerro Amarillo. Aquí, en nuestra comunidad, funcionan bien las cosas y tenemos reuniones periódicas para tratar de cualquier asunto relativo a los comuneros”.

La señora Silvia Guerrero recuerda que “la primera directiva que se formó acá la integraron don Julio Guerrero y don Ronaldo Pizarro. Yo en esos años trabajaba afuera, y era mi mamá la que iba a las reuniones. Y ellos acordaron

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Hugo Pérez Rojas, comunero de la Comunidad Agrícola Las Minillas, junto a su mujer y sus tres hijos.

Willy Cortés Vega, comunero de Río Hurtado, acarreando agua potable en dos grandes recipientes plásticos. La escasez del vital líquido para la agricultura y los animales, agravada por la mega sequía que afecta desde hace más de dos décadas al Norte Chico, es uno de los grandes problemas que afectan a las comunidades agrícolas de la región de Coquimbo.

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IX.- Los productores artesanales del queso de cabra en Río Hurtado: la crianza y pastoreo del ganado caprino

La crianza de ganado caprino es uno de los rubros más sacrificados dentro de las prácticas ganaderas. Y, tal como ya se mencionó, los ganados caprinos más importantes se concentran en la Región de Coquimbo, donde las características climáticas y los extensos cordones transversales –con su vegetación dura y esporádica– cobijan a estos recios animales.

La región de Coquimbo concentra gran parte de la capricultura nacional, sector productivo que se ha caracterizado desde hace décadas por ser una actividad económica principalmente de subsistencia que ha ejercido una fuerte presión sobre el ecosistema. Hoy, son cerca de 400 mil las cabezas de ganado caprino que se distribuyen por todo el territorio de la Región de Coquimbo (más del 43% del ganado caprino nacional, según cifras del INE), siendo las provincias de Limarí y Choapa las que concentran la mayor cantidad.

El antropólogo Nikolas Stüdemann H. comenta que, en el caso de Río Hurtado, “el ganado caprino es una de las principales alternativas económicas en esta comuna.

Práctica productiva centenaria, se despliega especialmente por zonas montañosas que presentan una creciente desertificación. Ahí, el criancero debe pastorear diariamente al ganado y trasladarse a sectores más altos según el ciclo estacional. La crianza es generalmente extensiva y la elaboración del queso artesanal, procesos discutidos por las autoridades. La crianza se caracteriza por bajos niveles de producción del rebaño, donde la cabra debe proporcionarse su alimento recorriendo extensas áreas para alimentarse de arbustos y pastos de mala calidad. La cabra se ordeña una vez al día con producciones de leche de 80-100 litros. Los cabritos son criados por la madre, el destete es natural”.

Por siglos, además, la ganadería caprina ha sido la fuente de sustento tradicional de miles de familias de la región las que, alrededor de sus majadas, han creado una particular cultura que hoy es reconocida como parte de la identidad regional y postal característica de la zona.

Cabras en el sector de Quebrada Inga Pichasca.

La cabra es criada en Río Hurtado por su leche (usada frecuentemente en la producción de quesos), así como por su carne, piel y pelo.

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Stüdemann explica que los principales pueblos de la comuna se ubican al borde del río Hurtado, en el valle homónimo que se extiende desde Ovalle hacia la cordillera en dirección noreste. Este río es jalonado por numerosos cerros y montañas que forman parte de los cordones transversales característicos de la Región de Coquimbo. Entre estos accidentes geográficos se crean quebradas o interfluvios, los cuales se adentran hacia la montaña, siendo generalmente habitables al otorgar agua por medio de vertientes. El cinturón vegetacional del río Hurtado pertenece casi en su totalidad a privados que lo explotan agrícolamente o con ganado mayor, cercándolo de manera cuidadosa.

países industrializados, generando productos de gran demanda (quesos y cabritos) y elevado precio, muy apreciados por su excelente calidad.

Pese a la implacable sequía que viene azotando a la región de Coquimbo desde 1997, el aprovechamiento del ganado caprino es alto en la comuna de Río Hurtado, ya que se obtiene de él leche, carne, cueros y, sobre todo, el cotizado queso de cabra, uno de los productos más típicos y valorados de la zona. La producción de queso de cabra, que es destinado básicamente al mercado local (Samo Alto, Ovalle y sus alrededores), se concentra en varios puntos de la comuna.

“Por este motivo, el ganado caprino no puede acceder a los pastizales que el río nutre con su incesante agua cordillerana, siendo la opción más simple que los animales recorran las montañas aledañas en busca de alimento. Existe una presencia numerosa de asentamientos a mediana altura donde habitan y trabajan los crianceros, muchos de los cuales han dado origen a pequeñas localidades o caseríos especializados en la producción caprina. Los crianceros en el periodo estival deben acceder a terrenos de mayor altura aún, donde puedan encontrar alimento natural para sus cabras. Este traslado se ha visto prolongado por las características climáticas del sector, donde la pluviosidad es muy escasa, presentando en los últimos lustros periodos secos de entre 9 a 10 meses. En algunos años este movimiento hacia zonas ecológicas más altas se extiende por la primavera, el otoño e incluso el invierno. En esa etapa los crianceros habitan rústicos hogares que se despliegan más o menos aislados para el pastoreo por zonas”.

La cabra, conocida popularmente como la vaca de los pobres, tradicionalmente ha sido utilizada para la producción de leche, carne, pieles y estiércol. Su explotación habitualmente ha estado asociada a economías de subsistencia de los países subdesarrollados y al mantenimiento de ecosistemas y de la población rural en los

La señora Carolina Rojas, junto a una de sus cabritas en la localidad de Las Minillas.

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La señora Rosa María Fernández Cisternas, de 51 años y quien reside en la Comunidad Agrícola de Inga Pichasca, cuenta que “yo tengo 97 cabras, que hay que cuidar mucho porque andan muchos pumas por acá. Mi rutina diaria es levantarme todos los días a las seis de la mañana, para atender a las cabras y sacar la leche. Para hacer el queso de cabra primero hay que echarle sal y ‘aprensarlo’ para que le salga toda el agua y después dejarlo orear como una semana. Cuando está listo, todos los martes viene acá un caballero a comprarlo. Yo hago seis kilos diarios, mientras mi madre hace tres. Esto fue algo que aprendí de mi mamá, pues yo, como era la hija mayor de la familia, siempre tenía que ayudarla. Esto es un conocimiento que se traspasa en las familias de Río Hurtado de generación en generación”.

Don Hugo Humberto Araos Pizarro, de 60 años y quien arrienda unas tierras en la Hacienda El Chacay, relata por su parte que “yo trabajo exclusivamente con la ganadería, con caballos y cabras, para hacer queso, aunque cuando yo era niño acá había mucho vacuno. Pero hoy me dedico fundamentalmente a hacer quesito de cabra, tengo una habitación especial para eso, y preparo unos 10 kilos diarios. Don Ramón Rojas es quien me viene a comprar los quesos y es el que me trae las cositas que necesito para preparar los quesos”.

El queso artesanal de cabra normalmente se elabora usando tarros de metal y moldes de contorno del mismo material para dar forma al queso, además de trapos de género en que se va envolviendo el producto. La leche se ordeña muy temprano en la mañana, en el mismo corral o en establos y cerciorándose que los cabritos pequeños no mamen de las cabras seleccionadas para esta tarea. Una vez obtenida la leche, ésta se deposita en tarros de mayor tamaño donde se le administra sal y el cuajo para luego insertar el molde y envolverlo con trapos. En seguida se presiona con las manos por algunos minutos hasta que el producto cuaja y toma forma.

Una vez que se consigue esto el queso se retira del molde y descansa unas horas envuelto en el trapo, para después airearse completamente, proceso en el que logra su solidez final.

La señora Rosa María Fernández Cisternas y su madre son dos conocidas productoras artesanales de queso de cabra en la Comunidad Agrícola de Inga Pichasca.

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Don Hugo Araos Pizarro, criancero de la Hacienda Chacay, vende sus quesos de cabra en su misma casa. Según relató, puede preparar 10 kilos de queso al día.

La señora Rosa María Fernández preparando su delicioso queso de cabra.

El queso de cabra, producto típico de Río Hurtado rico en sabores, aromas y texturas, ha sido recomendado por los especialistas por su alto valor nutricional, fácil digestión y mínimo potencial alergénico. Y si bien su producción artesanal en la zona del secano de Río Hurtado se orienta principalmente a su venta a cambio de dinero contante y sonante, algunos crianceros y productores también lo utilizan en regulares prácticas de trueque, intercambiándolo por mercaderías en el mismo lugar de producción.

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Los productores caprinos de Río Hurtado se insertan en un ámbito netamente rural, viviendo y trabajando en pequeñas localidades o caseríos desplegados entre los cordones montañosos de la comuna. Es el caso de William Cortés Vega, de 26 años, quien se gana la vida como criancero en la localidad de El Sauce.

Según relata este criancero, debido a su pequeño tamaño y a su agilidad y su habilidad para el pastoreo, la cabra se adapta perfectamente a sistemas extensivos y semiextensivos de explotación, aprovechando áreas áridas o semiáridas, con bajas disponibilidades forrajeras y topografía accidentada. “La cabra es el animal que nos permite subsistir por estos lares. Hago queso de cabra porque me lo enseñó a hacer mi mamá”, explica.

Nikolas Stüdemann H. comenta que para los crianceros de cabras en el sector de Río Hurtado los contactos con el resto de la sociedad, en gran parte del año, suelen ser esporádicos y se verifican en dos niveles: en el comercio y en la relación sociocultural con sus vecinos en el mundo rural donde viven.

“Con el comercio, la mayoría de los crianceros se relaciona sólo con intermediarios que se aproximan a sus centros de producción para transar los productos (fundamentalmente el queso de cabra). Esta compra está regulada por el cambiante precio del mercado y varía según el lugar del intercambio. Si el criancero es capaz de bajar el producto al valle el precio sube; si el intermediario debe subir a la cercanía o al propio lugar de producción, el precio baja. Esta articulación económica se da mayoritariamente con comerciantes rurales de la comuna, aunque algunas veces con gente proveniente de la ciudad. Además, advertimos una fuerte tendencia a la reciprocidad entre los productores, tanto al momento de necesitar un suministro o de ayudar en tareas laborales. Las relaciones socioculturales con el resto de la ruralidad son directas al existir estrechos nexos sanguíneos y de amistad. Sobre todo durante el invierno y en las festividades anuales principales, los crianceros comparten en comunidad, ya sea en pequeños caseríos que unen a las majadas dispersas o en los pueblos principales en que se conjugan orígenes. Durante el periodo más productivo, generalmente en verano, estos productores viven muy aislados, siendo su entorno el trabajo y distrayéndose sólo con esporádicas bajadas. La ciudad se articula regularmente en forma lejana. En ella se transa el mercado del queso, pero en ello no incide la producción unitaria. La producción caprina no se articula directamente con la sociedad urbana globalizada. Los estándares de producción son campesinos y se identifican con la vida en el campo”.

El lugar habitual donde William Cortés prepara sus quesos de cabra, en la localidad de El Sauce.

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René Malebrán, un innovador criancero de Río Hurtado, ha adoptado un eficiente sistema para optimizar su producción de queso de cabra en tiempos de sequía: cría en los establos de su casa cabras de la raza Saane, originarias de Suiza (Foto: INDAP)

“Antiguamente, durante mucho tiempo, mi vida se basó en trasladarme de un lugar a otro para poder dar de comer a mis cabras. A veces subía a la cordillera, en otras ocasiones partía a otras comunas de la región y a veces incluso las llevé a la zona sur del país. Sin embargo, todo este trajín significaba un gran cansancio y un desgaste económico que no valía la pena. Así que ahora trabajo con menos sacrificio y además es más rentable. Antes eran más gastos que ganancias. Hoy elaboro queso de cabra con leche pasteurizada. La pasteurización es un proceso que combina tiempo y temperatura para asegurar la destrucción de todas las bacterias patógenas que puedan estar presentes en el producto crudo, con el objetivo de mejorar su capacidad de conservación. Así el queso queda con un mejor sabor y además es más duradero. Eso le suma un costo adicional, pero la gente de todas formas lo compra porque valora mi trabajo. Mis quesos los han comprado para venderlos en otras partes y me han dicho que llegan en excelentes condiciones.

Además, gracias a INDAP, he podido introducir tecnología que antes no tenía, como un triturador de granos motorizado que me permite simplificar el proceso de alimentación de mis cabras”.

Debido a la galopante sequía que afecta a la región de Coquimbo desde fines del milenio pasado, muchos crianceros de Río Hurtado han debido optimizar la crianza de cabras y la producción de queso de cabra con el propósito de enfrentar el escenario climático actual de la zona y hacer más eficiente su sistema productivo.

Ese es el caso de don René Malebrán, criancero de 78 años de edad y usuario de INDAP de la comuna de Río Hurtado, Región de Coquimbo, quien decidió darle un giro a su forma de trabajar, reduciendo su ganado de 200 animales a poco más de una veintena de cabras, en su mayoría de raza Saanen, y adoptando un sistema de estabulación, en el que los animales son criados en establo.

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X.- Los habitantes de Río Hurtado y la Religiosidad: los Fieles y las Fiestas Patronales locales

El sentimiento y pensamiento religioso se organizan en Río Hurtado como un conjunto de creencias y principios, cargados de emoción, capaces de atribuir coherencia y significado al mundo y a aquéllos que lo integran. Lo sagrado pasa a ser fundamental para los fieles en la medida en que, para ellos, el alma es inmortal.

Por eso para vivir bien en la tierra y presentarse puro ante Dios tras la muerte carnal las personas se sirven de símbolos y ritos para la celebración de fiestas y ceremonias religiosas, donde se vive a cada momento una suerte de terapéutica religiosa. Los fieles se encomiendan a Dios, a sus Vírgenes y santos patrones para que los libre de males, enfermedades y apuros. Y lo que los devotos no consiguen en la tierra lo solicitan al Cielo pues allí ven esperanza, comprensión, más luz y una justicia absoluta.

El pueblo de Río Hurtado, desde los tiempos de la Colonia, siempre ha sido profundamente creyente. Su devoción hacia Dios se expresa, por lo general, en varias festividades religiosas que se realizan en distintos puntos de la comuna, donde abundan las muestras de jolgorio, veneración y alegría y se crean espacios comunitarios que se comparten colectivamente en honor a una imagen religiosa en particular.

Altar de la capilla de Los Maitenes de Serón, donde anualmente se celebra la fiesta religiosa de San José.

Capilla de El Romeral, en la comuna de Río Hurtado, donde anualmente se celebra la fiesta religiosa del Niño Dios.

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En Río Hurtado existen diversas fiestas religiosas a los Santos Patronos de los diferentes pueblos de la comuna, como la Fiesta de San Pedro en la localidad del mismo nombre; la Fiesta de Cristo Rey, en Pichasca; la Fiesta de Francisco Javier, en Samo Alto; la Fiesta del Niño Dios de El Romeral; la Fiesta de la Virgen del Carmen, en Serón y Hurtado; la Fiesta de Santa Teresita, en Las Breas; y La Fiesta de San José en Los Maitenes de Serón, entre otras. Todos estos eventos son en cierta forma tributarios de la multitudinaria fiesta de la Virgen de Andacollo, que se realiza desde el 23 al 27 de diciembre en la vecina comuna de Andacollo en honor a la Virgen del Rosario, y a la cual suelen concurrir muchos vecinos de Río Hurtado, tanto en calidad de fieles como para vender diversos productos agrícolas y culinarios.

En la comuna de Río Hurtado, a 17 kilómetros al sureste de Pichasca y entre un puñado de desérticos cerros, se encuentra El Romeral, una pequeña localidad compuesta mayoritariamente de crianceros, pequeños mineros y agricultores que se dedican a la agricultura de secano.

Allí, desde hace 25 años, se realiza el primer fin de semana de noviembre de cada año la fiesta religiosa del Niño Dios de El Romeral, donde se venera una réplica de la famosa imagen del famoso Niño Dios de Sotaquí, imagen que fue encontrada a principios del siglo XIX por una señora llamada Antonia Pizarro en una quebrada de El Romeral.

Imagen religiosa de la capilla de Maitenes de Serón.

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La señora Melida Araya Rojas, miembro del comité de la capilla de El Romeral.

La señora Melida Araya Rojas, de 70 años y actual miembro del comité de la capilla de El Romeral, recuerda así esta historia. “Hace unos 200 años una señora que era una famosa curandera y yerbatera y que paseaba por la quebrada de El Romeral se encontró con unos pastorcitos que jugaban con una imagen de un niño Dios, una imagen de un bebé precioso y ella, viendo que era un santito muy bonito y muy valioso, se lo cambió por dulce a los niños. A continuación se llevó la imagen a Sotaquí, donde lo guardó en su casa y le empezó a rendir culto. Cuando ella envejeció, se lo dejó a su hija, quien fue la que lo donó a la iglesia de Sotaquí, que desde el año 1874 realiza una de las fiestas religiosas más famosas y concurridas de la provincia del Limarí”.

Imagen del Niño Dios de El Romeral, réplica de la famosa imagen que anualmente se venera en la localidad de Sotaquí.

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La señora Melida Araya añade que “la comunidad de El Romeral entonces mandó a hacer una réplica de la imagen del Niño Dios de Sotaquí, porque era muy difícil recuperar la imagen original. Se trabajó duramente, con la ayuda de distintas personas, de pueblos vecinos, y se trajo la imagen a El Romeral en 1995, año en que comenzó a celebrarse la fiesta religiosa del Niño Dios de El Romeral. La imagen primero llegó a mi casa, una casa muy pobre y humilde, y después se guardó la imagen en una pieza de la estación médica rural. Posteriormente vino el Obispo y los hombres de El Romeral levantaron y construyeron la capilla de madera del pueblo. Entonces desde 1996 se celebra esta fiesta, que es un gran orgullo que tenemos en El Romeral porque se juntan muchos feligreses y fieles, que vienen a rendirse a los pies del Niño Dios para agradecer por los milagros que él les hace, porque es muy milagroso”.

La señora Melida Araya añade que “mucha gente viene acá con lágrimas a agradecer que el Niño Dios les haya ayudado mucho. Yo estoy a cargo de la iglesia de El Romeral, pero tengo la ayuda de toda mi gente de acá, que es muy solidaria y cooperadora. Desde octubre en adelante, todos trabajamos hasta noviembre, que es cuando se realiza la fiesta. Para reunir recursos hacemos rifas y cosas así”.

Hace 436 años, en 1584, el poblador andacollino Laureano Barrera fundó el primer grupo de Bailes Chinos en honor a la Virgen de Andacollo, con 102 integrantes, como una manifestación del catolicismo español entremezclado con las culturas indígenas autóctonas. Hoy, los Bailes Chinos consisten en una hermandad de músicos danzantes que expresan su fe a la Virgen y al Niño Dios entre otros, a través de la música, el canto de coplas y las coreografías (llamadas “mudanzas”).

Los músicos danzantes locales que año a año veneran con sus bailes y música al Niño Dios de El Romeral es el Baile Indio Estrella de Oriente de El Romeral, que tiene 10 años de vida y que integran unas 30 personas de la localidad, jóvenes principalmente. Su presidente, Brany Lucio Araya Araya, de 26 años, relata que “cuando estaba en el colegio teníamos la intención de formar un Baile Chino o Baile Indio; después ganamos un proyecto y vino un grupo de baile de Ovalle, el Baile Estrella de María, a enseñarnos las ‘mudanzas’. Ellos fueron nuestros profesores. Y hasta el día de hoy todavía seguimos vigentes. Tenemos unas 18 bailarinas, unos niños que también bailan y la banda de música, que la integramos ocho personas. La fiesta religiosa del Niño Dios de El Romeral es muy importante para el pueblo porque viene mucha gente de afuera, donde compartimos con otros grupos de bailes religiosos. Es una instancia que motiva y entretiene a la juventud de nuestro pueblo, y que la mantiene alejada de los problemas habituales que afectan a los jóvenes, como las drogas”.

La señora Melida Araya junto a Brany Araya (al medio de la imagen), uno de los fundadores del Baile religioso Indio Estrella de Oriente de El Romeral.

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se hacían en la escuela o en San Pedro. El año 1999 unos jóvenes universitarios de Santiago nos trajeron una capillita de madera que habían construido allá y que se instaló en el pueblo, pero un día vino un gran ventarrón que la desarmó.

Las calaminas volaron por el aire y fueron a parar en un solo lugar. Entonces una señora de Serón dijo: ‘parece que aquí quiere tener su casa San José, por eso dejó todas las calaminas aquí’. Y entonces en ese mismo lugar, más o menos por el año 2003, con ayuda de toda la comunidad, se levantó la actual iglesia de Los Maitenes de Serón, que es de adobe, porque la otra era de madera”, recuerda don Floridor del Carmen Rojas Rojas, un pensionado de 71 años que es el actual secretario de la Junta de Vecinos del pueblo y de la Comunidad Cristiana del lugar.

Brany Araya, fundador y músico del Baile Indio Estrella de Oriente de El Romeral.

El Padre José Pérez, sacerdote diocesano ordenado el 20 de octubre de 1993 y quien ha dedicado prácticamente toda su vida consagrada al servicio de los hermanos de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen de Río Hurtado, cuenta que en la fiesta religiosa de el Niño Dios de El Romeral, además de los fieles, llegan muchos Bailes Chinos a manifestar con sus danzas sus respetos a la imagen religiosa. “Este evento es muy significativo para los vecinos de El Romeral. Y estos Bailes Chinos enriquecen esta celebración. Cuando estos bailes danzan por las noches es un momento muy especial, es como tocar las estrellas o tocar el cielo. Nuestro sueño es que esta fiesta religiosa siga creciendo y convertir este lugar en un santuario, el santuario del Niño Dios de El Romeral”.

Otro ejemplo de la religiosidad popular de la comuna de Río Hurtado se vive en la pequeña localidad de Los Maitenes de Serón, cuya celebración religiosa más importante es la fiesta de San José, que se celebra todos los años en el mes de marzo.

“San José es el patrono de nuestro pueblo y su fiesta se realiza el día domingo que viene inmediatamente después del día 19 de marzo. Hoy en Los Maitenes de Serón viven unas 60 personas y antes no había iglesia acá. Las celebraciones religiosas

Don Floridor Rojas, trabajador pensionado y secretario de la Junta de Vecinos del pueblo y de la Comunidad Cristiana de Los Maitenes de Serón. En sus ratos libres trabaja cultivando y cosechando diversos productos en su pequeño predio agrícola.

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Don Floridor Rojas parado en la entrada de la capilla de Los Maitenes de Serón.

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Don Floridor agrega que “la imagen grande de San José que tenemos en la iglesia fue traída desde una iglesia de La Serena, supuestamente la del Sagrado Corazón, que se vino abajo con el terremoto de 1997. Un curita de La Serena se la llevó al párroco de Recoleta, el padre Cristián Montenegro, quien la donó a su vez al párroco de Hurtado, don José Pérez Valencia, quien fue el que la trajo para acá. Después los vecinos donaron la imagen de la Virgen, mientras que otra imagen de San José la compré yo. Y así fuimos completando nuestra iglesia, con ayuda de todos, haciendo rifas y diversas actividades. Los bancos de madera donde se sientan los fieles, por ejemplo, nos costaron 600 mil pesos, también se compraron unos muebles y yo mandé hacer un altarcito con un maestro de San Pedro, don Aldo León. Y los cuadritos con el Vía Crucis los donó una señora de Serón, doña Silvia González”.

Además de sus fiestas religiosas patronales que se celebran anualmente en distintos puntos de Río Hurtado, esta comuna también alberga algunas centenarias iglesias y capillas de gran valor histórico y arquitectónico. Es el caso de la Iglesia de San Francisco Javier, una edificación sencilla construida en adobe y tabiquería, con una torre central, que data del año 1713 y que se encuentra ubicada en la plaza de Samo Alto.

También son muy antiguas la iglesia Nuestra Señora del Carmen de Serón, construida en 1897 frente a la hacienda del sector, distante a dos kilómetros del pueblo de Serón, y que fue levantada con adobe y esqueletos de vigas de madera; la iglesia de San Pedro Norte, en Pichasca, que data del año 1750; y la iglesia de Huampulla, cuya construcción se estima que corresponde a principios del siglo XX.

La iglesia de Huampulla, erigida a principios del siglo XX.

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XI.- El rescate del milenario arte alfarero diaguita por don Walter Rivera y su esposa Los primeros agricultores y pastores que habitaron la zona del Río Hurtado, según diversos estudios, fue la cultura El Molle, pobladores del desierto semiárido que conocían la agricultura, el pastoreo y fueron los primeros ceramistas del Norte Chico, confeccionando piezas que imitaban formas de animales y de calabazas, y también pipas con las que fumaban vegetales alucinógenos y adornos labiales llamados tembetá.

Capilla de Nuestra Señora del Carmen de Serón, construida en 1897 frente a la hacienda del sector.

La cultura de El Molle sería reemplazada por la cultura Las Ánimas, que apareció en esta zona alrededor del año 700 D. C. Estos indígenas cultivaban el maíz, tenían rebaños de llamas, adornaban sus cuerpos con decoraciones metálicas y con prendas hechas de lana de llamas y celebraban particulares rituales funerarios, enterrando a sus muertos con auquénidos sacrificados.

Pieza de cerámica de la cultura diaguita, hecha de caolí o arcilla blanca (Foto: Museo del Limarí).

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De la cultura El Molle se derivaría la cultura del pueblo diaguita, sociedad agromarítima que vivía en los valles e interfluvios del Norte Chico en pequeñas aldeas formadas por chozas sencillas hechas de barro, madera y pajas. En Río Hurtado, los diaguitas se asentaron en varias zonas del valle, como el estero El Molle, El Bolsico, Potrero La Cancha y Las Rosas, y algunos sectores de El Chañar.

Los diaguitas hablaban el ‘kakan’ y en los cursos medios de los valles, mediante un sistema de riego por canales, cultivaban productos agrícolas como el maíz, quínoa, poroto y zapallo. También mantenían rebaños, recolectaban frutos y explotaban los recursos marinos, interactuando con las poblaciones pescadoras locales que explotaron el litoral desde tiempos arcaicos.

Los diaguitas también hilaban el suave pelo de las llamas y con esa lana confeccionaban sus vestimentas. Y, tal como sus antecesores de la cultura de El Molle, eran hábiles metalurgistas, puesto que con aros, placas y brazaletes adornaban sus cuerpos. Sin embargo, lo más destacado de su cultura, y que todavía la hace reconocida a nivel mundial, es su maravillosa elaboración de cerámicas, considerada por los expertos como un verdadero tesoro artístico.

Uno de los actuales habitantes de la comuna de Río Hurtado que se ha preocupado de mantener vivo el arte cerámico diaguita es don Walter Guido Rivera Millas, un veterano artesano alfarero que en la localidad de Tabaqueros tiene su taller y sala de venta, llamada “Don Walter Artesanía Diaguita”, donde ofrece al público sorprendentes réplicas del arte alfarero de esta conocida cultura precolombina, que por su perfección y delicadeza parecen sacadas de un sitio arqueológico.

Don Walter Rivera, alfarero de la localidad de Tabaqueros, en Río Hurtado, que se ha preocupado de rescatar la técnica del milenario arte de la cerámica diaguita (Foto: INDAP).

implementación del actual taller donde elaboran sus trabajos, además de participar en varias capacitaciones de perfeccionamiento”.

Don Walter Rivera, quien además integra la cooperativa Intinewén, que agrupa a microempresarios y empresarios indígenas de la región de Coquimbo, recuerda que “hace 15 años atrás participé en un taller de 360 horas, donde éramos 15 participantes -14 mujeres y el que habla- y se nos enseñó a trabajar en greda con la herramienta llamada torno. En el año 2012 se formó la agrupación Los Alfareros de Río Hurtado, compuesta por 15 personas provenientes de varios puntos de la comuna, que a través de recursos provenientes del Fosis con la intervención de la Municipalidad postularon a varios proyectos para la construcción e

El alfarero agrega que “la cuestión es que tiempo más tarde, viendo un programa televisivo, no sé si era Chile Conectado o Recorriendo Chile, apareció una señora que trabajaba con greda, usando el moldeado manual de la greda y utilizando la técnica del lulo. Yo comencé a hacerlo igual e hice así mi primer jarro de arcilla”.

Don Walter añade que “la cuestión es que después fui a un museo en Andacollo y un conocido me dijo ‘oye, adentro tienen un jarro diaguita exactamente igual al 52

Gallegos, que es mi brazo derecho y hoy tiene 66 años; ella me ayuda mucho en la terminación de las piezas y ambos trabajamos apoyándonos mucho en libros de antropólogos que tratan sobre la cultura diaguita”.

que tú hiciste’. Y tenía razón. Ese jarro, que yo no había visto nunca hasta entonces, era idéntico al que yo había hecho. Y así me puse a pensar ‘¿Por qué me están saliendo estas cosas innatas, con un conocimiento inexplicable, si yo nunca antes he trabajado en barro?’ Entonces me acordé que mi padre en Antofagasta también era artesano alfarero; hacía unas jardineras bolivianas, a las cuales les ponía rostro con los pómulos sobresalientes, tal cual es la gente del altiplano. Después hablando con un medio hermano que tengo en Antofagasta acerca del talento de nuestra familia para hacer estas artesanías, me dijo ‘oye, pero si nosotros somos medio diaguitas: el apellido de nuestra abuela era Campillay, y los Campillay son diaguitas’.

Y tenía razón. Todos los apellidos terminados en ‘ay’ son de descendencia diaguita.

Los Campillay, los Alballay, los Huaquillay, los Sulantay, que no eran apellidos sanguíneos propios de las personas, sino que originalmente identificaban a ciertos sectores geográficos donde vivían personas descendientes de la etnia indígena diaguita. Así que ahí comprendí que, si bien yo tengo ascendencia directa española, yo llevo este arte en la sangre porque también tengo antepasados diaguitas”.

Luz María Silva, esposa de don Walter Rivera, pintando una de las piezas de cerámica que venden en su tienda de la localidad de Tabaqueros (Foto: diarioeldía.cl).

Este matrimonio comenzaría a perfeccionar su arte de cerámica con la tutoría de la restauradora Mónica Gómez y con el estudio del libro “Arte y Cultura Diaguita chilena”, publicado por la arqueóloga Mónica González. “Con mi mujer hacíamos unas 14 grecas al día, que son las pinturas o dibujos que tiene cada pieza de arte diaguita, pero después de leer ese libro nos encontramos con que existían cuatrocientas grecas y quedamos maravillados. También tuvimos mucha ayuda del Museo del Limarí, que nos dio acceso para copiar las piezas originales. Las piezas que tenemos hoy en mi tienda en este momento son réplicas de las que se han encontrado

Don Walter Rivera agrega que “después se empezaron a hacer otros cursos y talleres relacionados con el trabajo de perfeccionamiento de piezas de greda y el trabajo en vaciado. Yo comencé a rescatar la cultura diaguita con mi señora, Luz María Silva 53

en el estadio regional Diaguitas de Ovalle. Hay piezas que tienen mucha historia, como por ejemplo El Chamán, un jarrón de arcilla blanca de una figura humana de unos 18 centímetros de alto que sostiene una flauta entre sus labios”.

Algunas de las piezas de inspiración diaguita elaboradas por don Walter Rivera y su esposa Luz Silva (Foto: INDAP).

El artesano, quien confiesa en tono de broma que es padre de 12 hijos porque “los diaguitas eran muy mujeriegos y les gustaba tener varias esposas”, detalla que “nuestras réplicas son de piezas de cerámica diaguita que se han encontrado en lugares como Ovalle y El Olivar de La Serena. Estas piezas tienen el valor de enseñarnos de que ya antes que llegaran los españoles había una rica cultura en nuestro país. Las piezas utilitarias tenían diseños y decoraciones sencillas. En cambio, las piezas funerarias eran decoradas con mayor pulcritud, ornamentación y figuras geométricas pintadas con engobes, pasta que en algunos casos podía ser de un color distinto a la pieza, en función de los óxidos metálicos contenidos en él”.

La cerámica diaguita, tal como explica don Walter, era decorada con pintura negra, roja y blanca y diseños geométricos, pero siguiendo patrones de simetría mucho más complejos que la cultura de Las Ánimas. Los diaguitas también introdujeron nuevas formas, asimétricas, como el jarro pato. La calidad y cantidad de estos objetos sugiere que contaron con especialistas, así como la manufactura de artefactos (pinzas) y adornos (aros) en metal fundido requerían de un conocimiento acabado de tecnologías metalúrgicas.

Don Walter Rivera concluye contando que “las cerámicas diaguitas se fabricaron para satisfacer prácticas como la cocción de alimentos, almacenamiento de agua, comida y también para rendir culto a los dioses y a los difuntos. Entre las piezas que tenemos acá, además de El Chamán, tenemos un aríbalo, que es una especie de recipiente donde se almacenaban alimento y agua, y cuya base terminaba en punta porque se enterraba en la arena. También tenemos el famoso jarro pato, que es de color blanco porque está hecha de caolí o arcilla blanca, que es la arcilla más pura que existe, y que resiste altísimas temperaturas de 1400 grados de calor, mientras que la arcilla convencional resiste 900 grados de calor. También tenemos cuencos que estaban pintados con figuras geométricas y colores blancos y que tenían una connotación muy especial porque eran ceremoniales, para el uso de un jefe o una visita ilustre. Nosotros para pintar los colores de las piezas usamos pigmentos 54

naturales, tal como lo hacían los antiguos diaguitas: óxido de manganeso para el color negro, óxido de hierro para el rojo y el blanco es caolín”.

Don Hugo Araos Pizarro, criancero de 60 años que vive desde hace una década y media en la Hacienda El Chacay, cuenta por su parte que ese lugar es muy llamativo porque aparte de ser un lugar donde se practicó la ganadería desde hace siglos, en sus confines pueden encontrarse varias piedras con algunos antiquísimos dibujos pictográficos. “Los antiguos indígenas que vivían en este sector, antes de la llegada de los españoles, usaban las superficies rocosas lisas de estos lugares para hacer pinturas o pictografías. Es algo que llama mucho la atención a los turistas y visitantes porque es un arte rupestre que fue hecho hace siglos y ha resistido el paso del tiempo. Según dicen, estas pictografías pueden tener unos 2 mil años de antigüedad”.

La esposa de don Walter, Luz Silva, comenta por su parte que “la arcilla roja que utilizamos es de Río Hurtado y la arcilla amarilla la traemos de Panul, cerca de Coquimbo, sin mencionar que también usamos la arcilla blanca que se extrae de los cerros. Hacemos una mezcla, obteniendo una greda fina y de mayor plasticidad.

Esperamos que este hermoso arte no se pierda en Río Hurtado y que alguno de nuestros hijos o nietos siga con esta tradición”.

“Río Hurtado tiene la particularidad de que en las rocas, cuevas y paredes de unos veinte lugares de la comuna se encuentran diseminados cientos de petroglifos y pictografías con motivos y figuras humanas, animales o geométricas. Son básicamente dibujos que representan personas, animales y dibujos geométricos, con diseños no figurativos construidos a partir de líneas, círculos y cuadrados, con una amplia variedad de diseños figurativos que incluyen improntas de mano, representaciones de personas, cazadores, cabezas, camélidos e instrumentos, entre otros. Se ha discutido mucho sobre el significado de este arte rupestre, pero cada dibujo, cada escritura y signo que estamparon estos pueblos precolombinos en las rocas transmitían una serie de significados particulares que hoy desconocemos, pero que seguramente tenían alguna utilidad o representaba algo: una noticia, una novedad, una guía, una advertencia o la señalización de un camino”, comenta don Walter Rivera Millas, artesano alfarero de Tabaqueros cuyo trabajo se basa en el milenario arte alfarero de la cultura diaguita.

XII.- Los Petroglifos del valle del Río Hurtado: vestigios de las antiguas culturas precolombinas El valle de la comuna de Río Hurtado, circundado de colinas semiáridas colmadas de cactus y espinos, esconde un gran interés paleontológico y arqueológico, con fósiles que datan de la época del Cretáceo y diversos testimonios del asentamiento de diversas culturas prehispánicas –Molle, Las Ánimas y Diaguita–, que datan de unos 10.000 años de antigüedad, período en que los primeros seres humanos habrían comenzado el poblamiento de la zona del río Hurtado, recogiendo frutas, cazando animales y sembrando vegetales para subsistir.

Don Hugo Araos Pizarro, criancero de 60 años que vive desde hace una década y media en la Hacienda El Chacay, cuenta por su parte que ese lugar es muy llamativo porque aparte de ser un lugar donde se practicó la ganadería desde hace siglos, en sus confines pueden encontrarse varias piedras con algunos antiquísimos dibujos pictográficos. “Los antiguos indígenas que vivían en este sector, antes de la llegada de los españoles, usaban las superficies rocosas lisas de estos lugares para hacer pinturas o pictografías. Es algo que llama mucho la atención a los turistas y visitantes porque es un arte rupestre que fue hecho hace siglos y ha resistido el paso del tiempo. Según dicen, estas pictografías pueden tener unos 2 mil años de antigüedad”.

El criancero Hugo Araos Pizarro, señalando uno de los petroglifos del sector de la Hacienda de Chacay.

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El antropólogo Andrés Troncoso explica por su parte que “el arte rupestre es una manifestación cultural que se caracteriza por la realización de imágenes sobre soportes rocosos o sobre la superficie natural del planeta. Según su técnica de manufactura, se distinguen cuatro tipos distintos: pinturas, grabados o petroglifos, pictograbados y geoglifos. Las pinturas corresponden a imágenes efectuadas por medio de la aplicación de una materia colorante sobre la superficie rocosa. Por contraposición, los petroglifos o grabados se ejecutan mediante la extracción de parte de la corteza de una roca. Esta operación suele efectuarse golpeando reiteradamente la superficie con un instrumento lítico para delinear los surcos que forman la figura. El resultado de la combinación de ambas técnicas se denomina ‘pictograbado’, el cual se puede realizar ya sea rellenando con pintura las hendiduras practicadas o, bien, cubriendo con ella los sectores de la roca sin grabar. Los tres primeros tipos de arte rupestre mencionados están presentes en la Región de Coquimbo: los petroglifos o grabados son el más frecuente y los pictograbados, el más escaso”.

Pilar Rodríguez, encargada de Cultura de la Municipalidad de Río Hurtado, observando los petroglifos del sector de El Chacay.

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Entre los lugares de la comuna de Río Hurtado donde se pueden admirar estos vestigios prehispánicos del arte rupestre se encuentran los siguientes: -Las Tinajas: ubicada en una pequeña quebrada donde se forman varios pozos, con una particular forma que ha adquirido a lo largo de millones de años por la erosión del agua, es un lugar rico en manifestaciones rupestres a la que se le atribuye una antigüedad superior a los 2.000 años, con motivos como figuras humanas, camélidos (alpacas), humanos y figuras geométricas estilizadas.

-Hacienda Los Andes: ubicada en el Vado de Morrillos, en las inmediaciones de la Hacienda Los Andes, es considerada como uno de los mejor conservados centros ceremoniales indígenas del norte de Chile. Allí pueden admirarse más de 40 pinturas rupestres de la remota cultura indígena diaguita, la misma que explotaba minas de oro que más tarde atrajeron a los Incas al Valle Hurtado.

-La Quebrada El Romerito: ubicada en una quebrada adyacente a una vertiente en el interfluvio norte de la comuna de Río Hurtado, este lugar, que posee un acceso restringido, es rico en petroglifos que son figuras con diseños geométricos figurativos, cruces enmarcadas y figuras humanas y camélidos.

Petroglifos de la Cuesta Pabellón.

-El llano de San Agustín: ubicado en el sector oriental del valle del Río Hurtado, es el yacimiento de arte rupestre más oriental del valle, ubicado a 34 kilómetros de Hurtado, en la frontera de las más altas cumbres andinas, a unos 2.000 metros sobre el nivel del mar. Es un llano cubierto de rodados, formado por el cono fluvial del estero del mismo nombre que desemboca en la ribera sur del río Hurtado.

Allí se encuentran unos 38 petroglifos diseminados en medio de una vegetación abundante y repartidos en una superficie de varias decenas de hectáreas. Estos petroglifos son representaciones de máscaras humanas adornadas con atavíos cefálicos, de emplumados radiales o en forma de diademas en media luna, figuras complejas retiformes y laberínticas difíciles de interpretar y figuras humanas estilizadas de cuerpo entero, acompañadas a veces de cuadrúpedos.

-El Maray: ubicado en un imponente sector cordillerano a casi 47 Kms. de Samo Alto, este paisaje tiene petroglifos –que se encuentran amenazados por procesos de termofractura– en forma de figuras de animales –llamas y alpacas– y de tipo antropomorfo, con una antigüedad superior a los 2.000 años.

-Pabellón: el sector de Pabellón, situado a 24 kms. aguas arriba del pueblo de Hurtado, en la segunda zona agrícola del valle, contiene tres estaciones rupestres: la Quebrada El Toro, la Cuesta de Pabellón y el Potrero de La Casa de Pabellón, donde pueden apreciarse superficies horizontales rocosas grabadas con representaciones antropomorfas, máscaras, mascariformes y representaciones de carácter geométrico, como curvas, segmentos rectilíneos, círculos simples o concéntricos, óvalos, rectángulos y cruces con contorno (o cruz americana).

-Bolsico y El Puquio: La estación El Arenoso del Bolsico es un afloramiento de bloques graníticos que se levantan en una extensión arenosa, a 300 metros del

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villorrio del Bolsico, al lado norte de la ruta más cercana, y donde se encuentran impresas formas rectangulares y signos que aparentemente representan una figura humana vestida con una túnica, de la cual sobresale una cabeza con un emplumado.

Aguas abajo del Bolsico, la estación del Potrero El Puquio comprende varios bloques dispersos en una viña, conteniendo petroglifos compuestos por círculos, rectángulos o reticulados.

Posteriormente, la extracción de cobre tendría un importante rol en la economía chilena del siglo XIX, convirtiendo a Chile en el primer exportador del metal rojo en el mundo. El cobre, en Río Hurtado, era extraído en el mineral de San Javier, en Samo Alto, en los alrededores de la aldea de Recoleta, en la hacienda Higuerillas y el fundo El Pangue. También se extraía el plomo desde el mineral Pichilinga, ubicado a cuatro leguas de Samo Alto.

Otras manifestaciones de arte rupestre prehispánico se encuentran diseminadas en otras localidades de Río Hurtado, como El Rincón del Bolsico, La Hacienda El Bosque, Potrero El Molino y Potrero El Damasco, donde pueden admirarse superficies grabadas con líneas serpentiformes u onduladas, signos geométricos (círculos concéntricos), máscaras cuadrangulares, una representación humana con los brazos curvados hacia el cuerpo y el pie izquierdo en contacto con un círculo.

No obstante lo anterior, la comuna de Río Hurtado sería conocida a fines del siglo XIX y gran parte del siglo XX por su producción de manganeso, el cual era exportado a Europa por los puertos de Coquimbo y Carrizal Bajo. El descubridor de este negro mineral en este departamento sería el minero cateador Exequiel Núñez, natural de la localidad de Recoleta, quien descubrió en 1883 una mina de manganeso situada en el cerro Los Camarones, cerca del tranque Recoleta.

Los petroglifos del valle del Río Hurtado manifiestan una gran riqueza temática, de muy variada tipología y grado de complejidad. Según algunos antropólogos, los autores de estas expresiones de arte poseían una organización socio-política de orden tribal, con una cierta unidad ideológica reflejada en la temática que se repite regionalmente.

Posteriormente entraría en funciones la famosa mina de manganeso de Corral Quemado, emplazada en la estancia del mismo nombre, en Samo Alto. Propiedad de la compañía “Chilean Manganese Mines Co. Limated”, esta mina acarreaba su mineral –primero en carretones tirados por mulas y después en camiones– por un camino carretero de 30 kilómetros que llevaba a la estación de Angostura del Ferrocarril de Coquimbo.

XIII.- Los Mineros de Río Hurtado: la extracción del cobre y el manganeso

El escritor y folklorista Ángel Álvarez Cortes, quien nació en 1935 a los pies del cerro Tamaya, en la comuna de Ovalle, y desde los 15 años comenzó a trabajar como minero junto a su padre en distintas faenas mineras como Tamaya, Los Mantos de Punitaqui y el Mineral El Dorado de Viñita, en el valle del Elqui, recuerda que “en 1957 fuimos con mi hermano Alfredo a trabajar al mineral de manganeso de Corral Quemado, en la comuna de Río Hurtado, a 26 kilómetros al este de Andacollo, contratado por el administrador del mineral don Julio Campusano Chávez. Pese a que varios amigos que habían trabajado en ese mineral no lo recomendaban para bien y con mucha razón. Porque el manganeso es un metal pesado, sólido, de color gris, si símbolo es Mn, su peso atómico es 25 y el peso molecular 54,94. El mineral de alta ley en la corteza terrestre es duro, de color plateado, y en blando es llampo negro olleoso como el carbón, que lo ensucia todo y además produce la enfermedad tóxica por exposición al polvo y humo de este metal, ya sea en minas o fundiciones.

Los indígenas fueron los primeros en explotar los minerales en la comuna de Río Hurtado. Extraían cobre y oro con los que elaboraban objetos decorativos que también ocupaban en ceremonias, utilizando herramientas de madera y piedras semi talladas, así como barrenos y rústicos cinceles para excavar piques en los faldeos de los cerros. Así extraían “charqui de cobre” o “cobre nativo”, ocupando hornos situados en lugares elevados para fundir porque allí el viento servía de atizador.

En 1815, en el valle de Río Hurtado existían varios hornos para fundir cobre, aunque esta industria concluiría debido a la escasez de leñas y la instalación de otros nuevos hornos en Panulcillo.

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El envenenamiento avanzado por manganeso es llamado ‘manganismo’, que puede llevar a una extensa incapacidad mental, que puede provenir de una exposición de meses (incluso semanas), aunque aparece por lo general después de dos años o más”.

por el mismo salario. Después que me fui en septiembre de 1958 a trabajar como pirquinero en Tamaya, en los desmontes de la mina San José, en junio de 1959 volví nuevamente al mineral de manganeso de Corral Quemado, para trabajar como maestro en pirca, función que consistía en construir pircados de piedras que son muros de contención, rellenado con lastres, a manera de sostener los derrumbes de cerros, con mayor razón cuando éstos son mantos de mineral de manganeso, los que siempre se encuentran en las capas horizontales de la tierra. En junio de 1968 me retiré del mineral Corral Quemado de la Compañía Manganeso Atacama, para contratarme en la Ilustre Municipalidad de Andacollo en el recién creado Departamento de Tránsito, ofrecimiento hecho por el señor Alcalde, don José Cifuentes.”

Don Ángel Araya añade que “nosotros nos sentíamos arrepentidos de haber llegado allí, pero como dice el dicho campesino ‘el que monta un potro chúcaro que aguante si corcovea’, de modo que queriéndolo o no, nos quedamos trabajando en la Mina ‘Toda la Vida’ como apir en la ‘cuadrilla grande’, que así la llamaban porque éramos como 13 jóvenes los que trabajábamos en la tarea y sacábamos 80 toneladas de minerales de manganeso diariamente, lo que significaba que eran 80 baldes, que se llenaba con 80 capachadas, por lo tanto, cada apir debía sacar 80 vueltas de 80 kilos diariamente,

Hoy, aunque la economía local de la comuna de Río Hurtado está basada principalmente en la agricultura y ganadería caprina, debido al alza del precio del cobre la pequeña minería (pirquenes) ha experimentado un fuerte incremento, contribuyendo a paliar los déficits provocados por las prolongadas sequías y por los fenómenos de “heladas”, que han hecho peligrar a algunos cultivos del valle.

Don Ángel Álvarez Cortés, ex trabajador del mineral de manganeso Corral Quemado, que estaba ubicado en una estancia de Samo Alto. Hoy este ex minero es un reconocido y talentoso escritor y cronista que ha ayudado a rescatar el rico pasado histórico de la provincia del Limarí (Foto: culturacoquimbo.blogspot.com).

Mineral de Corral Quemado, en Samo Alto, donde se extraía manganeso (foto: mapio.net).

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Estas faenas son realizadas por un número reducido de pirquineros, trabajadores que, en forma independiente, realizan la extracción del cobre en forma más bien artesanal para después vender la extracción a las cooperativas y empresas mineras.

Don José Evaristo Ángel, agricultor de Los Maitenes de Samo Alto, recuerda que en siglo pasado para ganarse la vida “también fui minero, trabajando en algunas minas de cobre que habían por acá, cuando se trabajaba sólo a pulso, con pico, pala y carretilla, antes que llegaran las máquinas más modernas. En ese tiempo cada trabajador disponía de un farolito personal para alumbrarnos en la oscuridad de la mina”.

La pirquinería del cobre en Río Hurtado ha podido subsistir como una estrategia de supervivencia popular que persiste y se hace visible cuando los precios del metal rojo resultan atractivos, consolidando a quienes no abandonan las faenas y convocando a quienes transitan como mineros golondrinas entre este oficio y el de agricultor. Por ello, algunos pirquineros aseguran que cuando “las minas no rinden lo que deben rendir, nosotros cambiamos el casco y el pico por la chupalla y el arado”.

Don José Evaristo Ángel (de gorro), agricultor de Los Maitenes de Samo Alto, quien en el siglo pasado trabajó como pirquinero en varias minas de cobre de Río Hurtado.

En la imagen aparece junto a don Floridor Rojas, otro conocido vecino de la localidad.

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XIV.- La antigua vivienda rural en Río Hurtado Otro de los atractivos del paisaje campesino de Río Hurtado son sus viejas casas rurales, las cuales por lo general están construidas en adobe –cuya base es el barro y la paja–, material que está gratuita y generosamente en la naturaleza, y que en la zona del Limarí ha sido profusamente utilizado desde los tiempos de la Colonia, debido a su resistencia y a sus características biodegradables y al hecho que permiten una gran aislación térmica y acústica.

La construcción con barro es parte de un conjunto de factores que componían un mundo rural a la antigua, donde los constructores partían desde la elección de la tierra y su justa composición hasta darle un tiempo de reposo al material de al menos 10 días, por lo que sólo después de esa espera se empezaba a construir la vivienda. De esa manera, por generaciones, los lugareños convertían la misma tierra que pisaban en un material constructivo con el que se podían levantar muros para viviendas de propiedades térmicas indiscutibles.

Rodrigo Iribarren, en su obra “Río Hurtado: Historia y tradición”, cuenta que predominan en Río Hurtado “dos tipos diferentes de construcciones, partiendo por los ranchos, que son la expresión adecuada de la habitación de muros de piedra o que utiliza la quincha embarrada (al que se le adosan adobes en los mojinetes, para el sostén de la techumbre). En algunos tratadistas se considera a estas casas o ranchos con muros de piedra y planta cuadrangular como una forma de inspiración hispánica y se menciona a algunos pueblos de España, donde esta construcción popular prevalece”.

Iribarren agrega que, en segundo lugar, “el tipo más evolucionado de las construcciones es el construido con muros de adobes. En algunas viviendas antiguas que conservan su estructura se levantaron las murallas ocupando los adobes de cabeza para darle mayor solidez a la fábrica del edificio. Esta práctica actualmente está en desuso y se suele emplear en los edificios que requieren mayor resistencia, como bodegas, capillas, etc. El empleo del adobe en posición normal, adobe de soga, es el más común”.

Las techumbres de estas casas, por lo general, pueden incluir materiales vegetales como tallos de totora, carrizo o paja, hasta tejuelas de alerce, planchas metálicas, carbón alquitranado y materiales industriales de revestimiento.

Conservación de la infraestructura en adobe, característica de Río Hurtado.

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Casa de adobe con techo compuesto por planchas metálicas.

Rodrigo Iribarren comenta que la vivienda más común y generalizada en Río Hurtado es aquella unihabitacional con cocina separada. Algunas de estas viviendas cuentan también con ramadas, construcción general que está montada sobre una serie de horcones que sostienen vigas paralelas, sobre las cuales se sostiene un techo horizontal de cañas o de ramas desfoliadas de arrayán. Estas ramadas cumplen varios usos, pues pueden ser usadas como taller de artesanías generales, sala de constante permanencia, local de actividades domésticas diversificadas y galpón en donde se guardan los aperos de labranza, las monturas, aparejos, costales y zurrones.

Tan importante como la casa rural es el patio, espacio libre donde podía encontrarse un pequeño jardín y la bodega, que solía ocupar habitaciones separadas de la vivienda principal. Allí se guardaban granos, queso de cabra, frutos secos, herramientas de labranza y aparejos varios.

Gallinero hecho con maderas, muros de piedra y planchas metálicas en la zona del secano de Río Hurtado.

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Corral para los animales, hecho con piedras y madera, en la zona del secano de Río Hurtado.

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XV.- Atractivos Naturales y Culturales de Río Hurtado

El cerco de las viviendas, en tanto, puede tomar diferentes formas, siendo la más primitiva las ramas de arbustos con espinas colocadas en el suelo en hileras, alambres de púas clavados sobre postes con un bardo de arbustos espinosos y cercos con cactáceas, hasta llegar a cercos de madera, pircas embarradas, murallones hechos con barro arcilloso o paja y piedras redondas con mortero de barro.

-El Monumento natural de Pichasca El primer hallazgo en nuestro país de restos fósiles de vertebrados correspondiente a dinosaurios se hizo en el Monumento Natural Pichasca, emplazado sobre una formación geológica que data de hace 80 millones de años (denominada viñita, de origen volcánico y sedimentario). Ubicado a unos 48 kms. al norte de San Pedro de Pichasca, este monumento natural, uno de los lugares más visitados de la comuna de Río Hurtado, es una pequeña área en forma de parque de 128 hectáreas que atesora vestigios de troncos petrificados y réplicas de fósiles de dinosaurio, que se mantienen en un pequeño museo administrado por CONAF.

Cerco con alambres y palos secos en la zona del secano de Río Hurtado.

Una réplica de un dinosaurio les da la bienvenida a los siete mil visitantes que llegan anualmente al Monumento Natural de Pichasca.

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Los primeros antecedentes sobre la presencia de fósiles en la comuna de Río Hurtado los realizó en 1968 un campesino llamado Gastón Zeballos Miranda, natural del pueblo de Pichasca, quien comunicó su hallazgo al Instituto de Investigaciones Geológicas de la Serena. Al año siguiente varios profesionales –Casamiquela, Corbalán y Franquesa–, luego de una investigación en la zona del Monumento Pichasca, publicaron el artículo titulado “Hallazgos de Dinosaurios del Cretácico Superior de Chile” donde, además, analizaron los hallazgos de troncos petrificados y de vertebrados fósiles. La flora fosilizada que fueron analizadas correspondían a araucarias y mirtáceas (hojas de variedades arbóreas de Gimnospermas y Angiospermas, plantas con flores y frutos), especies vegetales hoy totalmente desaparecidas de la zona de Río Hurtado, tornándose así en un muy especial sitio para la investigación y análisis de la evolución geológica, botánica y paleontológica de nuestro país.

Los restos paleontológicos que fueron encontrados en Pichasca, por su parte, correspondían a fragmentos de huesos de varias especies que vivieron en el período cretácico, hace más de 60 millones de años, entre los cuales se encontraban dinosaurios (saurópodos) titanosáuridos, entre los que se incluía un húmero de Antartctosaurus Wishmamianus, partes de un escápulo-coracoides de un titanosaurio indeterminado y fragmentos de placas de caparazón de tortugas.

Otras investigaciones en la zona fueron realizadas por Salinas y Marshall en 1989, que identificaron una vértebra, una costilla, dientes y una escápula de un titanosauridae, además de fragmentos de tortugas de agua dulce.

En el Monumento Natural de Pichasca se puede admirar el patrimonio arqueológico local en sectores como Casa de Piedra, un enorme alero rocoso que era un suerte de vivienda prehistórica y que hace más de diez mil años sirvió de refugio a los primeros indígenas que circularon por la región de Coquimbo. Estos eran recolectores, cazadores y agro-alfareros que dejaron como expresivo testimonio de su cultura y formas de vida dibujos rupestres o representaciones pictográficas que simbolizan pictogramas abstractos de su imaginario colectivo, además de artefactos de piedra (puntas de flecha, rocas poligonales, huesos perforados), cestería y cerámica.

Casa de Piedra.

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XVI.- La Astronomía en Río Hurtado Estos grupos indígenas, según diversos autores, se reunían en torno al fuego trabajando utensilios fabricados con los huesos de los animales capturados, sus cueros y maderas, y se desplazaban desde los sectores costeros hacia el interior y viceversa con la finalidad de realizar intercambios de bienes y alimentos.

La presencia de un cielo nocturno oscuro casi perfectamente libre de luces de ciudades, una atmósfera muy transparente, la cercanía del desierto y las frías capas de aire oceánico que se mueven sin turbulencia apreciable hacia la cordillera de los Andes, se combinan en la comuna de Río Hurtado para crear uno de los mejores sitios para realizar observaciones astronómicas –tanto en forma profesional como aficionada– en todo el mundo.

El Monumento Natural Pichasca –descubierto, como ya se mencionó, por el campesino Gastón Zeballos Miranda, natural del pueblo de Pichasca– está ubicado en una zona pre-cordillerana de clima semidesértico que presenta un relieve con acentuados desniveles al cual se llega subiendo por una estrecha y empinada senda. Allí pueden encontrarse especies animales como lagartijas y zorros chilla y especies vegetales como el olivillo del norte, carbonillo, espino rojo y formaciones de matorrales esteparios, además de diversas cactáceas características de la zona.

El agreste y bello paisaje, y la flora y fauna fosilizada de El Monumento Nacional Pischasca, que les da la bienvenida a los visitantes con una gran réplica de un dinosaurio, motivan anualmente la peregrinación de 7 mil turistas, visitas que superan en número a la población comunal de Río Hurtado.

Además del Monumento Natural de Pichasca, Río Hurtado esconde otros atractivos como la ruta Antakari (que en lengua quechua significa “Gran Hombre del Cobre”), ubicada a uno 50 kms. de Samo Alto y que en los tiempos prehispánicos fue la vía de comunicación -entre el sector de Vicuña y la actual comuna de Río Hurtado- de las culturas Diaguita, Molle e Inca, siendo utilizada también por los conquistadores españoles tras su llegada a la región. Es una ruta agreste que hoy también sirve como vía de comunicación de las localidades de Morrillos, Fundina, Serón, Pichasca, El Espinal y San Pedro de Pichasca.

Observatorio turístico en la Hacienda Los Andes (Foto: Hacienda Los Andes).

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Debido a que durante más de 300 días al año el sol brilla a sus anchas y a que es una zona de límpidos cielos azules y de una impoluta atmósfera, a la comuna de Río Hurtado acuden anualmente miles de turistas que por las noches se dedican a la contemplación de las estrellas, las galaxias y las constelaciones durante las diáfanas noches en varios puntos privilegiados del valle, tal como lo asegura don José Evaristo Ángel, agricultor de 77 años que reside en un fundo del sector Los Maitenes de Samo Alto.

El Sauce cuenta con tecnología de punta, empleada por empresas, universidades y amantes de la astronomía y astrofotografía, proyectando la incorporación de un telescopio dobsoniano de 50 cms. para la observación visual. Además, según Sernatur, a mediano plazo, se implementarán en los alrededores de ese observatorio cabañas para compartir el extraordinario cielo nocturno y el impresionante entorno natural semidesértico de este punto de los valles del Limarí, destinado a turistas que busquen disfrutar de una experiencia astronómica de alta calidad.

“A este sector llegan muchos turistas que llegan a caballo, en excursiones o cabalgatas que son liderados por un guía. Ellos, por lo general, se quedan a pernoctar acá y arman sus fogatas en la noche. Estos turistas, los extranjeros sobre todo, disfrutan mucho del paisaje de esta zona, pero sin duda lo que más les gusta es dormir al aire libre, extendiendo sus sacos de dormir arriba de las piedras, para contemplar las estrellas, pues incluso con muy pocas herramientas (como unos simple binoculares) o a simple vista se puede apreciar el manto estelar de la vía láctea con una nitidez impresionante”.

XVII.- La Poesía y Río Hurtado Los bellos y agrestes parajes fértiles y semiáridos de la comuna de Río Hurtado, y su hospitalaria gente, han inspirado a varios vates, en diversas épocas, a escribir varias piezas poéticas.

Es el caso del mundialmente famoso poeta Pablo Neruda, quien menciona a Río Hurtado en su poema “El valle de las piedras”, incluido en su famosa obra “Canto General” (1946).

En las zonas altas de Río Hurtado y en varias localidades del sector secano de la comuna se pueden obtener extraordinarias imágenes del espacio en una serie de observatorios científicos y de fotografía espacial. Es el caso de los telescopios de la Hacienda Los Andes (en la localidad de Vado de Morrillos), Cerro Pachón y El Sauce.

También se recuerda el trabajo poético del sacerdote Daniel Bobadilla, quien se desempeñó como párroco de la localidad de Recoleta en la década del 20’ del siglo pasado, donde destacó por su valiosa labor misional y por promover numerosas obras de adelanto para el pueblo. Bobadilla se alejó de Recoleta en 1927 por razones de salud, pero al año siguiente, en 1928, publicó un poema titulado “Al Río Hurtado” en el periódico El Tamaya, donde exalta al río que le da su nombre a la comuna, que nace en los contrafuertes cordilleranos y cruza por distintas localidades hasta reunirse con el río Grande y formar el río Limarí.

Este último es considerado una nueva joya del astroturismo de la Región de Coquimbo. Desarrollado por Obstech SpA, a 1.600 metros sobre el nivel del mar, en Río Hurtado, es un observatorio completamente robótico destinado para observaciones astronómicas remotas, desde cualquier lugar del mundo, tanto para fines científicos, como de astrofotografía.

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Al río Hurtado

Y después serpentea dulcemente por San Pedro y Pichasca, y regiamente derrocha su primor en Samo Alto, en viñedo esplendoroso que le rinde homenaje majestuoso su rey: “El Semillón”.

(Daniel Bobadilla)

Del Andes Majestuoso, se desprende ancha cinta de plata, que desciende burbujeando a través de polícromos cerros y lomajes, sembrando por doquier bellos paisajes, verdor y esplendidez.

Y desfilan Huampuya, con su ermita que venera a su “Reina Carmelita” con piedad, con amor y después Recoleta, soberana de este valle prodigio, que engalana de Chile el esplendor.

El Hurtado se llama aquella cinta que, en su largo correr, en tela os pinta las bellezas que ve: ora los huertos de pensil florido, ora las chozas que, cual frágil nido se mecen a su pie.

Y sigue más allá con complacencias prodigando sus aguas, sus esencias, en huertas y “El Rincón”, Samo Bajo, Algarrobos, La Rivera, Villaseca, Huamalata, que postrera recibe su dolor.

Y la cinta plateada de la entraña como en mágico teatro, la patraña de prodigioso film: los poblados risueños, la alameda de sabrosos frutales la arboleda, y el rebaño gentil.

Y muere la ancha cinta: pequeñita anémica, sin vida y quietecita, en brazos del otro amor; después de dar vida a un valle entero le entrega al Limarí su derrotero su esperanza y su vigor.

Y así, en Breas parece y desaparece en Chañar, en Hurtado y amanece en el “Viejo Serón” y, continuando la ruta peregrina, Cortadera, Mal Paso con Fundina la besan con amor.

¡Pobre Hurtado! Sería tu esperanza vigorar otro campo en lontananza, divisando la mar, agitando tu cuerpo burbujeante, entregarte a las olas dulcemente en eterno chocar.

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El valle de las piedras (Pablo Neruda) Hoy ha caído, 25 de abril, sobre los campos de Ovalle, la lluvia, la esperada, el agua de 1946.

El río lleva un dulce y agónico rumor de últimas aguas entre la sauce oscura multitud del follaje, y los álamos dejan caer a gotas su delgado amarillo.

Es el otoño del Norte Chico, el atrasado otoño.

En este primer jueves mojado, un día de vapor construye sobre los cerros su gris ferretería.

Es este jueves de las pequeñas semillas que en sus bolsas guardaron los campesinos hambrientos: hoy apresuradamente picarán la tierra y en ella dejarán caer sus granitos de verde vida.

Aquí parpadea la luz en el racimo.

Como una mariposa, se detiene más tiempo el transparente sol hasta cuajar la uva, y brillan sobre el valle sus paños moscateles.

Recién ayer subí Río Hurtado hacia arriba: hacia arriba, entre los ásperos cerros quisquillosos, erizados de espinas, porque el gran cactus andino, como un cruel candelabro, aquí se establece.

Y sobre sus eriales espinas, como una vestidura escarlata, o como una mancha de terrible arrebol, como sangre de un cuerpo arrastrado sobre un millar de púas, el quintral ha encendido sus lámparas sangrientas.

Las rocas son inmensas bolsas coaguladas en la edad del fuego, sacos ciegos de piedra que rodaron hasta fundirse en estas implacables estatuas que vigilan el valle.

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XVIII.- Agrupaciones Folklóricas de Río Hurtado

La Agrupación Cultural Folklórica SANPAHUASA, en la actualidad, está integrada por un cuerpo de baile que presenta sus coreografías de cueca, guaracha, corrido, vals, trote, saya y música pascuense, entre otras, además de contar con un elenco de músicos que, a base de temas compuestos por ellos mismos, dan vida a cada canción con los instrumentos típicos de nuestra tierra, como la guitarra, el guitarrón, el acordeón y el bombo.

El folklore musical chileno, con expresiones como los bailes, los cantos, las tonadas y las payas, nace de las tradiciones y raíces culturales de la tierra patria, cuando sus habitantes, en sus ratos de solaz y descanso, expresaban sus emociones y sentimientos a través de los sonidos mágicos de la música. Así, la música del pueblo llano, expresión artística simple y vulgar conocida como música folklórica o música tradicional, halló su lugar permanente y vigente hasta nuestros días.

Según relata la presidenta de la agrupación, María Tapia González, SANPAHUASA tiene la particularidad de que está integrada por familias completas (padres, madres e hijos), constituyéndose en una importante instancia para el desarrollo de las Artes y la Cultura en la comuna de Río Hurtado.

En la comuna de Río Hurtado, al igual que en otros puntos de la provincia del Limarí, existen varias agrupaciones musicales que se han encargado de difundir y mantener vivo el acervo musical folklórico y popular de nuestro país. A saber:

Por lo pronto, esta agrupación se ha presentado con éxito en los escenarios más importantes a nivel regional y comunal, siendo incluso teloneros de BAFONA (Ballet Folklórico Nacional) en la localidad de Serón.

-Agrupación Cultural Folklórica SANPAHUASA: Integrado por vecinos de algunas localidades de la comuna de Río Hurtado, como Samo Alto, San Pedro, Huampulla y Pichasca, esta agrupación, con más de 30 participantes activos, nació hace más de tres años con el propósito de rescatar el folklore original chileno.

- Agrupación Social Cultural Terral El Chañar: Es otra de las agrupaciones artísticas de la comuna de Río Hurtado que también se ha preocupado de difundir el legado folklórico cultural y musical del mundo rural del Norte Chico.

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-Dúo de cantautores Las Golondrinas: Provenientes de la localidad rural de Las Breas, esta pareja de experimentados músicos cantautores está integrada por el matrimonio compuesto por Julio Ángel Rojas y María Teresa González, quienes han participado en varios festivales musicales de la comuna y en fiestas sociales. Según relatan ambos, su lazo con la música proviene desde su niñez. Don Julio Ángel Rojas relata que recibió una vez un acordeón de regalo y, sin que nadie le enseñara, aprendió a tocarlo hasta que su padre, en su cumpleaños, le regaló otro acordeón más grande, el mismo que conserva en la actualidad y con el que compuso una canción dedicada a su mismo progenitor.

- Alfredo Henríquez Rojas (“El Pulento”): Este payador y cantautor comenzó a tocar la guitarra a los siete años de edad y ya a los 10 años afinaba a la perfección estos instrumentos de cuerda, mientras acompañaba a su padre con las melodías en los rodeos, trillas, santos velatorios y funerales.

Cuando trabajaba en una compañía minera, sus compañeros lo bautizaron con el apelativo de “El Pulento”, debido a que siempre estaba dispuesto a ejecutar el trabajo que le pidieran. Este curioso apodo sería su nombre artístico desde entonces pues, según don Alfredo, retrata muy bien su alegría y su disposición natural a poner un mensaje en cada una de sus payas y tonadas y llevar su música a todo tipo de públicos.

La señora María Teresa González, por su parte, es desde los 16 años de edad una talentosa artista musical autodidacta. Nacida en la ciudad de Calama y criada en la localidad de Fundina, se casó con don Julio Ángel Rojas, con quien se radicó en la localidad de Las Breas, donde formalizaron su trabajo artístico como músicos cantautores.

Según don Alfredo Henríquez, su gran referente artístico es el cantautor Tito Fernández, en quien se ha inspirado para crear e improvisar tonadas acompañadas de los acordes de guitarra y acordeón, basada en las vivencias de la cotidianeidad del mundo rural.

Con más de 40 años de trayectoria artística y de pasión por la música chilena y ranchera, don Alfredo Henríquez Rojas, “El Pulento”, ha participado en diversas actividades artísticas de la zona norte de nuestro país, en localidades como Iquique y Diego de Almagro, además de lugares como Canela y toda la comuna de Río Hurtado, presentándose en la Fiesta de la Vendimia, la Feria Costumbrista, rodeos, mateadas, veladas y Fiestas de la Chilenidad, entre otras instancias del folklore criollo local.

“La música nos ha dado muchas alegrías y gracias a ella hemos conocido a mucha gente. Nosotros somos como ustedes nos ven, humildes”, dice este matrimonio de cantautores populares, que incluso han compuesto una canción en homenaje a la comuna de Río Hurtado.

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Agrupación de Raíz Folklórica Vientos del Valle: Esta agrupación nació el año 2012 en la localidad de Tabaqueros, con el propósito de rescatar el patrimonio cultural musical del Limarí y potenciar el desarrollo artístico de sus integrantes.

Integrado en la actualidad por más de 30 personas (desde los seis años de edad en adelante), la Agrupación de Raíz Folklórica Vientos del Valle de Tabaqueros está integrado por un cuerpo de baile que ejecuta algunas de las danzas más tradicionales de Chile (cueca, guaracha, corridos), a cargo del director de la agrupación, el profesor Bernardo Olivares, así como por un grupo de músicos que ejecutan sus instrumentos tradicionales, liderados por el monitor Eduardo Milla.

Esta agrupación se ha presentado exitosamente en diversas partes de la comuna de Río Hurtado y en otros puntos de la provincia del Limarí y Choapa, como Sotaquí, Monte Patria, Ovalle y Combarbalá, recibiendo una cálida respuesta del público local.

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Bibliografía: - “El Valle Limarí y sus pueblos: estudio histórico de la gestación de los poblados del Limarí; siglos XVI-XX (Guillermo Pizarro Vega, 2001).

- “La Iglesia Católica y su misión en los valles de la IV Región de Coquimbo” (Magdalena Pereira C. ; Parroquia San Francisco de Asís, Recoleta).

- “Producción Caprina en el Valle del Río Hurtado, Región de Coquimbo: Una Mirada Antropológica” (Nikolas Stüdemann H. ; 2007; VI Congreso Chileno de Antropología. Colegio de Antropólogos de Chile A. G, Valdivia) - “Estudios de los recursos hídricos en el secano IV Región para una propuesta de desarrollo agrícola” (Resumen Ejecutivo Geofun; Comisión Nacional de Riego, Gobierno de Chile, 2003).

- “Arte rupestre de la Región de Coquimbo: una larga tradición de imágenes y lugares” (Andrés Troncoso, 2018, Colecciones Digitales, Subdirección de Investigación, Servicio Nacional del Patrimonio Cultural).

- “Los sitios rupestres del valle del Río Hurtado” (Dominique Ballereau; Hans Niemeyer Fernández).

- https://es.db-city.com/Chile--Coquimbo--Limar%C3%AD--R%C3%ADo-Hurtado - https://www.ecured.cu/R%C3%ADo_Hurtado_(Chile) - http://www.riohurtado.cl/transparencia2010/files/PADEM2018.pdf - “Historias y Memorias del mundo campesino y minero” (Ángel Álvarez Cortés; Fondo Editorial Gobierno Regional de Coquimbo; 2014).

-“Río Hurtado: Historia y Tradición” (Rodrigo Iribarren Áviles, 1994; Ilustre Municipalidad de Río Hurtado).

- http://www.obstech.net.

- http://old.tell.cl/magazine/19935/laserena/noviembre/2016/entrevistas/orgullo-diaguita.html - Boletín digital Noticias INDAP Coquimbo, Gobierno de Chile (07/10/2019; “Criancero de Río Hurtado redujo ganado y lo estabuló para sobrevivir a la sequía”).

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