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XIII.- Los mineros de Río Hurtado: la extracción del cobre y el manganeso

villorrio del Bolsico, al lado norte de la ruta más cercana, y donde se encuentran impresas formas rectangulares y signos que aparentemente representan una figura humana vestida con una túnica, de la cual sobresale una cabeza con un emplumado. Aguas abajo del Bolsico, la estación del Potrero El Puquio comprende varios bloques dispersos en una viña, conteniendo petroglifos compuestos por círculos, rectángulos o reticulados.

Otras manifestaciones de arte rupestre prehispánico se encuentran diseminadas en otras localidades de Río Hurtado, como El Rincón del Bolsico, La Hacienda El Bosque, Potrero El Molino y Potrero El Damasco, donde pueden admirarse superficies grabadas con líneas serpentiformes u onduladas, signos geométricos (círculos concéntricos), máscaras cuadrangulares, una representación humana con los brazos curvados hacia el cuerpo y el pie izquierdo en contacto con un círculo.

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Los petroglifos del valle del Río Hurtado manifiestan una gran riqueza temática, de muy variada tipología y grado de complejidad. Según algunos antropólogos, los autores de estas expresiones de arte poseían una organización socio-política de orden tribal, con una cierta unidad ideológica reflejada en la temática que se repite regionalmente.

Los indígenas fueron los primeros en explotar los minerales en la comuna de Río Hurtado. Extraían cobre y oro con los que elaboraban objetos decorativos que también ocupaban en ceremonias, utilizando herramientas de madera y piedras semi talladas, así como barrenos y rústicos cinceles para excavar piques en los faldeos de los cerros. Así extraían “charqui de cobre” o “cobre nativo”, ocupando hornos situados en lugares elevados para fundir porque allí el viento servía de atizador.

En 1815, en el valle de Río Hurtado existían varios hornos para fundir cobre, aunque esta industria concluiría debido a la escasez de leñas y la instalación de otros nuevos hornos en Panulcillo. Posteriormente, la extracción de cobre tendría un importante rol en la economía chilena del siglo XIX, convirtiendo a Chile en el primer exportador del metal rojo en el mundo. El cobre, en Río Hurtado, era extraído en el mineral de San Javier, en Samo Alto, en los alrededores de la aldea de Recoleta, en la hacienda Higuerillas y el fundo El Pangue. También se extraía el plomo desde el mineral Pichilinga, ubicado a cuatro leguas de Samo Alto.

No obstante lo anterior, la comuna de Río Hurtado sería conocida a fines del siglo XIX y gran parte del siglo XX por su producción de manganeso, el cual era exportado a Europa por los puertos de Coquimbo y Carrizal Bajo. El descubridor de este negro mineral en este departamento sería el minero cateador Exequiel Núñez, natural de la localidad de Recoleta, quien descubrió en 1883 una mina de manganeso situada en el cerro Los Camarones, cerca del tranque Recoleta.

Posteriormente entraría en funciones la famosa mina de manganeso de Corral Quemado, emplazada en la estancia del mismo nombre, en Samo Alto. Propiedad de la compañía “Chilean Manganese Mines Co. Limated”, esta mina acarreaba su mineral –primero en carretones tirados por mulas y después en camiones– por un camino carretero de 30 kilómetros que llevaba a la estación de Angostura del Ferrocarril de Coquimbo.

El escritor y folklorista Ángel Álvarez Cortes, quien nació en 1935 a los pies del cerro Tamaya, en la comuna de Ovalle, y desde los 15 años comenzó a trabajar como minero junto a su padre en distintas faenas mineras como Tamaya, Los Mantos de Punitaqui y el Mineral El Dorado de Viñita, en el valle del Elqui, recuerda que “en 1957 fuimos con mi hermano Alfredo a trabajar al mineral de manganeso de Corral Quemado, en la comuna de Río Hurtado, a 26 kilómetros al este de Andacollo, contratado por el administrador del mineral don Julio Campusano Chávez. Pese a que varios amigos que habían trabajado en ese mineral no lo recomendaban para bien y con mucha razón. Porque el manganeso es un metal pesado, sólido, de color gris, si símbolo es Mn, su peso atómico es 25 y el peso molecular 54,94. El mineral de alta ley en la corteza terrestre es duro, de color plateado, y en blando es llampo negro olleoso como el carbón, que lo ensucia todo y además produce la enfermedad tóxica por exposición al polvo y humo de este metal, ya sea en minas o fundiciones.

El envenenamiento avanzado por manganeso es llamado ‘manganismo’, que puede llevar a una extensa incapacidad mental, que puede provenir de una exposición de meses (incluso semanas), aunque aparece por lo general después de dos años o más”.

Don Ángel Araya añade que “nosotros nos sentíamos arrepentidos de haber llegado allí, pero como dice el dicho campesino ‘el que monta un potro chúcaro que aguante si corcovea’, de modo que queriéndolo o no, nos quedamos trabajando en la Mina ‘Toda la Vida’ como apir en la ‘cuadrilla grande’, que así la llamaban porque éramos como 13 jóvenes los que trabajábamos en la tarea y sacábamos 80 toneladas de minerales de manganeso diariamente, lo que significaba que eran 80 baldes, que se llenaba con 80 capachadas, por lo tanto, cada apir debía sacar 80 vueltas de 80 kilos diariamente, por el mismo salario. Después que me fui en septiembre de 1958 a trabajar como pirquinero en Tamaya, en los desmontes de la mina San José, en junio de 1959 volví nuevamente al mineral de manganeso de Corral Quemado, para trabajar como maestro en pirca, función que consistía en construir pircados de piedras que son muros de contención, rellenado con lastres, a manera de sostener los derrumbes de cerros, con mayor razón cuando éstos son mantos de mineral de manganeso, los que siempre se encuentran en las capas horizontales de la tierra. En junio de 1968 me retiré del mineral Corral Quemado de la Compañía Manganeso Atacama, para contratarme en la Ilustre Municipalidad de Andacollo en el recién creado Departamento de Tránsito, ofrecimiento hecho por el señor Alcalde, don José Cifuentes.”

Hoy, aunque la economía local de la comuna de Río Hurtado está basada principalmente en la agricultura y ganadería caprina, debido al alza del precio del cobre la pequeña minería (pirquenes) ha experimentado un fuerte incremento, contribuyendo a paliar los déficits provocados por las prolongadas sequías y por los fenómenos de “heladas”, que han hecho peligrar a algunos cultivos del valle.

Don Ángel Álvarez Cortés, ex trabajador del mineral de manganeso Corral Quemado, que estaba ubicado en una estancia de Samo Alto. Hoy este ex minero es un reconocido y talentoso escritor y cronista que ha ayudado a rescatar el rico pasado histórico de la provincia del Limarí (Foto: culturacoquimbo.blogspot.com). Mineral de Corral Quemado, en Samo Alto, donde se extraía manganeso (foto: mapio.net).

Estas faenas son realizadas por un número reducido de pirquineros, trabajadores que, en forma independiente, realizan la extracción del cobre en forma más bien artesanal para después vender la extracción a las cooperativas y empresas mineras.

Don José Evaristo Ángel (de gorro), agricultor de Los Maitenes de Samo Alto, quien en el siglo pasado trabajó como pirquinero en varias minas de cobre de Río Hurtado. En la imagen aparece junto a don Floridor Rojas, otro conocido vecino de la localidad. Don José Evaristo Ángel, agricultor de Los Maitenes de Samo Alto, recuerda que en siglo pasado para ganarse la vida “también fui minero, trabajando en algunas minas de cobre que habían por acá, cuando se trabajaba sólo a pulso, con pico, pala y carretilla, antes que llegaran las máquinas más modernas. En ese tiempo cada trabajador disponía de un farolito personal para alumbrarnos en la oscuridad de la mina”.

La pirquinería del cobre en Río Hurtado ha podido subsistir como una estrategia de supervivencia popular que persiste y se hace visible cuando los precios del metal rojo resultan atractivos, consolidando a quienes no abandonan las faenas y convocando a quienes transitan como mineros golondrinas entre este oficio y el de agricultor. Por ello, algunos pirquineros aseguran que cuando “las minas no rinden lo que deben rendir, nosotros cambiamos el casco y el pico por la chupalla y el arado”.

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