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XV.- Atractivos Naturales y Culturales de Río Hurtado
El cerco de las viviendas, en tanto, puede tomar diferentes formas, siendo la más primitiva las ramas de arbustos con espinas colocadas en el suelo en hileras, alambres de púas clavados sobre postes con un bardo de arbustos espinosos y cercos con cactáceas, hasta llegar a cercos de madera, pircas embarradas, murallones hechos con barro arcilloso o paja y piedras redondas con mortero de barro.
Cerco con alambres y palos secos en la zona del secano de Río Hurtado.
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-El Monumento natural de Pichasca
El primer hallazgo en nuestro país de restos fósiles de vertebrados correspondiente a dinosaurios se hizo en el Monumento Natural Pichasca, emplazado sobre una formación geológica que data de hace 80 millones de años (denominada viñita, de origen volcánico y sedimentario). Ubicado a unos 48 kms. al norte de San Pedro de Pichasca, este monumento natural, uno de los lugares más visitados de la comuna de Río Hurtado, es una pequeña área en forma de parque de 128 hectáreas que atesora vestigios de troncos petrificados y réplicas de fósiles de dinosaurio, que se mantienen en un pequeño museo administrado por CONAF.

Una réplica de un dinosaurio les da la bienvenida a los siete mil visitantes que llegan anualmente al Monumento Natural de Pichasca.
Los primeros antecedentes sobre la presencia de fósiles en la comuna de Río Hurtado los realizó en 1968 un campesino llamado Gastón Zeballos Miranda, natural del pueblo de Pichasca, quien comunicó su hallazgo al Instituto de Investigaciones Geológicas de la Serena. Al año siguiente varios profesionales –Casamiquela, Corbalán y Franquesa–, luego de una investigación en la zona del Monumento Pichasca, publicaron el artículo titulado “Hallazgos de Dinosaurios del Cretácico Superior de Chile” donde, además, analizaron los hallazgos de troncos petrificados y de vertebrados fósiles. La flora fosilizada que fueron analizadas correspondían a araucarias y mirtáceas (hojas de variedades arbóreas de Gimnospermas y Angiospermas, plantas con flores y frutos), especies vegetales hoy totalmente desaparecidas de la zona de Río Hurtado, tornándose así en un muy especial sitio para la investigación y análisis de la evolución geológica, botánica y paleontológica de nuestro país.
Los restos paleontológicos que fueron encontrados en Pichasca, por su parte, correspondían a fragmentos de huesos de varias especies que vivieron en el período cretácico, hace más de 60 millones de años, entre los cuales se encontraban dinosaurios (saurópodos) titanosáuridos, entre los que se incluía un húmero de Antartctosaurus Wishmamianus, partes de un escápulo-coracoides de un titanosaurio indeterminado y fragmentos de placas de caparazón de tortugas. Otras investigaciones en la zona fueron realizadas por Salinas y Marshall en 1989, que identificaron una vértebra, una costilla, dientes y una escápula de un titanosauridae, además de fragmentos de tortugas de agua dulce.

En el Monumento Natural de Pichasca se puede admirar el patrimonio arqueológico local en sectores como Casa de Piedra, un enorme alero rocoso que era un suerte de vivienda prehistórica y que hace más de diez mil años sirvió de refugio a los primeros indígenas que circularon por la región de Coquimbo. Estos eran recolectores, cazadores y agro-alfareros que dejaron como expresivo testimonio de su cultura y formas de vida dibujos rupestres o representaciones pictográficas que simbolizan pictogramas abstractos de su imaginario colectivo, además de artefactos de piedra (puntas de flecha, rocas poligonales, huesos perforados), cestería y cerámica.
Casa de Piedra.