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II.- La comuna de Río Hurtado: Breve reseña histórica

Río Hurtado es una comuna ubicada en el sector noreste de la provincia del Limarí, en la región de Coquimbo. Limita al norte con la comuna de Andacollo y Vicuña, al sur con la comuna de Monte Patria, al este con la República Argentina y al Oeste con la comuna de Ovalle, y está emplazada en la zona precordillerana del valle de Hurtado, un valle angosto y profundo generado por el río del mismo nombre.

Ubicada específicamente en las coordenadas 30º 12’ de latitud sur y 71º 12’ longitud oeste, la comuna de Río Hurtado tiene una superficie de 2.180,9 km² que se extiende en unos 165 kilómetros a lo largo de un fértil y apacible valle rodeado de altas cumbres. Es un medio físico de carácter montañoso que discurre entre cumbres andinas, lomas, cerros, quebradas y algunos fértiles campos y viñedos rodeados por un entorno árido y semidesértico.

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La comuna de Río Hurtado se caracteriza por su ruralidad y apacibilidad, habitada por gente sencilla, cuyo quehacer diario descansa en actividades productivas ancestrales, como la ganadería caprina y la agricultura. Y sus atractivos turísticos son diversos. Allí todavía existen tradiciones campesinas propias de la vida rural, sus oscuros y límpidos cielos nocturnos son ideales para la observación astronómica, algunas de sus históricas iglesias y capillas datan del siglo XVIII y existen numerosos vestigios del arte rupestre prehispánico y de huellas fosilizadas de la flora y fauna del período cretácico que son de gran interés antropológico y científico.

Los primeros habitantes de la zona del Valle del Río Hurtado fueron la cultura El Molle, la cultura Las Ánimas y el pueblo diaguita, quienes fueron sojuzgados por el imperio Inca hacia el año 1480. Desde la llegada de los primeros conquistadores españoles en 1535, Río Hurtado se presentó como una zona idónea para el cultivo de todo tipo de granos, árboles frutales y parras, dando origen a las primeras producciones de vinos y aguardientes. También en la época colonial comenzó a crecer paulatinamente el ganado caprino, reemplazando a la llama como el principal animal de corral, y se desarrolló progresivamente una incipiente cultura agrícola, a pesar de la existencia de algunos lavaderos de oro al interior y algunos trapiches de molienda de mineral que aprovechaba los yacimientos de Andacollo.

Históricamente, las tierras que conforman la actual comuna de Río Hurtado fueron cedidas en 1579 al capitán español Martín de Elvira, quien fuera además conquistador de Cuyo y encomendero en San Juan, en Argentina. El matrimonio de este oficial peninsular con Micaela de Cisternas Tobar, hija del conquistador Pedro de Cisternas, originó la Hacienda de Samo Alto, que en 1667 limitaba en su sector sur con la hacienda del general Francisco de Aguirre y Cortés, bisnieto del conquistador de La Serena y del Valle del Elqui. Entre los años 1630-1678 hizo presencia en la zona la familia de La Fuente Villalobos en la hacienda Higuerillas, dando paso a una producción ganadera.

En el año 1705 la familia de don Juan de Cisternas Miranda, vecino de Mendoza y San Juan, dejó en herencia la estancia de Samo Alto –que tenía un molino– a sus descendientes, quienes fomentaron un proceso de poblamiento en el territorio y fragmentación producto de los matrimonios que se irían efectuando. Las crónicas cuentan que en 1738 los campos de Samo Alto fueron heredados por el capitán Diego de Miranda, con una viña de 600 plantas, ganado y un trapiche.

Paisaje de la localidad de El Carrizal.

Durante el período colonial los valles limarinos se dividieron en zonas propuestas por la Iglesia Católica, identificándose los curatos de Andacollo, Sotaquí y Barraza; de ese modo, los territorios vinculados al valle de Samo Alto y el río Huamalata, que hoy conocemos como el valle del Río Hurtado, quedaron bajo la jurisdicción de Andacollo, luego de un pequeño período bajo la jurisdicción de Sotaquí.

Petroglifos en la localidad de El Chacay.

Cabras alimentándose en Samo Alto. Uno de los característicos paisajes, con cerros y lomas, de los sectores secanos de Río Hurtado.

En el siglo XVIII Samo Alto y el valle del río Hurtado pertenecieron al Corregimiento de Coquimbo, limitando al norte con El Tambo, al sur con Las Juntas en la Sierra de Quanto y al oeste con Higuerillas y las tierras de las haciendas de Pangue. En 1831 se creó el Departamento de Ovalle y Samo Alto fue designado Subdelegación, conformada por 7 distritos, que según el censo de 1854 tenían una población de 1.543 habitantes.

En 1894 Samo Alto se transformó en comuna, comprendiendo las tierras de El Cobre, Cachaco, Samo Alto, Pichasca, Fundina, Serón, Hurtado, El Chañar y Las Breas.

Alrededor de 1895, en Samo Alto, el terrateniente Vidal Videla comenzó a producir un afamado y exquisito vino, producto de las cepas llamadas Semillion, Cabernet e Italia, cuyo consumo estaba limitado a las ciudades de Ovalle, Coquimbo y La Serena, con 1.600 cajones anuales. Por entonces, en el mismo lugar ya se producía

Portada de bienvenida a Río Hurtado, ubicada en la localidad de Tahuinco.

pisco, que se hacía del jugo de la uva Italia, el cual se preparaba como caldo de vino blanco y después de unos seis meses era llevado a un alambique para su destilación.

En la segunda mitad del siglo XIX y gran parte del siglo XX, mientras se consolidaba la ganadería caprina, adquirieron importancia en el valle del río Hurtado otras actividades productivas como la producción de vinos, miel de abeja, cera, trigo, cebada, maíz, frijoles, chirimoyas, lúcumas, limas, limones, duraznos y frutos secos, como pasas. También en este período surge la explotación del cobre y, especialmente, del manganeso, en la estancia de Corral Quemado (Samo Alto).

El Decreto Ley N.º 2.868 del 26 de octubre de 1979, como parte del proceso de regionalización impulsado por el gobierno militar, suprimió la comuna de Samo Alto y, en su lugar, creó la actual comuna de Río Hurtado, que en la actualidad tiene 4.278 habitantes (según el censo de 2017). La misma reforma administrativa de 1979 dejó la zona de Recoleta (El Cobre y Cachaco) fuera de la comuna que hoy es conocida como Río Hurtado. Entre los primeros personajes públicos destacados de la historia de Río Hurtado destacan personajes como Fray Luis Molina, quien enseñó primeras letras en una celda del convento de Recoleta; y el preceptor Juan Antonio Ardiles, creador en 1860 de la primera escuela en la localidad de Recoleta.

Posteriormente, hay que mencionar a don Simón A. Concha, miembro del Partido Liberal y primer alcalde de la comuna junto con don Manuel J, Carmona y don Rosendo Pinto, durante los años 1894-1897. Don Simón A. Concha alternaría en el máximo puesto edilicio, siendo electo en 5 ocasiones, entre 1894 y 1924.

También es recordado don Bernardo Pizarro Rojas, político radical, regidor y alcalde electo en cuatro ocasiones entre los años 1935 y 1950, y quien era conocido como “don Beño” por los habitantes de Río Hurtado; y Jorge Iribarren Charlin (1908-1977), destacado filántropo e investigador, autor de una serie de investigaciones arqueológicas y antropológicas, que lo llevaron a la dirección del Museo Arqueológico de La Serena.

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