3 minute read

Las cocinerias

Next Article
Los bailes chinos

Los bailes chinos

Las cocinerías hoy son el corazón de Coloso, allí está latente el espíritu de superación, la capacidad de trabajo y en especial la fuerza de las mujeres, su coraje para vencer la adversidad y generar un mejor futuro para su familia. Fueron naciendo en forma improvisada, espontáneamente acorde a las posibilidades y la urgencia de las necesidades.

Desde las primeras conchas de locos rellenas de ceviche, pasando por cajones de tomates cubiertos con un modesto mantel a manera de mesita de exposición para ofertar los mariscos frescos, ésos que los hombres apozaban durante la semana para atraer al antofagastino los sábados y domingos. Desde que el reconocido Leandro Müller transportaba mariscos para su comercialización, en su moto de antaño; la gastronomía se ha instalado en Coloso y aún tiene mucho por crecer.

Advertisement

Una de las primeras mujeres que comenzó a incursionar en este campo fue Violeta Guerra, como ella relata: “Los sábados y domingos, vendía mariscos, empecé a hacer ceviche y lo vendía en concha de loco y con cuchara de cholga. El 87 ya habíamos inaugurado ‘Nuevo Amanecer’, era famosa por las empanadas y el pastel de jaiba, fue difícil; pero Floreal nos ayudó con los permisos y el alumbrado eléctrico. Yo estoy muy agradecida del señor Recabarren”.

Violeta Guerra supo invertir sus primeras ganancias y lo cuenta con orgullo. “Compré un motor Yamaha, un refrigerador, un equipo de disco”, así comenzó a crecer su negocio, cocinería que hoy maneja su hija Graciela Marín y que se precia de ser una de las precursoras de la cocina en Coloso.

V aleska Jorquera, también heredera del esfuerzo de su madre, hoy es la flamante propietaria de ‘La Brisa Marina’. Ella inició lo que sería el trabajo de toda una vida apoyando el emprendimiento de su mamá, Violeta Vargas: “Mi mami se dedicaba a vender los mariscos que mi papá le traía, ponían cajones de esos de tomate, los cubrían con manteles. Y ahí vendían todos los mariscos porque no había puestos, y esto era desierto, los que tenían auto solamente venían para Coloso”.

Esos fueron los incipientes inicios de las cocinerías, con el tiempo se instalarían modestos puestos como relata Valeska: “Había dos puestos, el de mi mamá y el de Juanita Alvarado. A ellas se les ocurrió cocer el marisco y servirlo con salsa verde. Hacían mariscos crudos y cocidos, locos cocidos, choritos, la gente en un platito o en la misma conchita le echaban ahí mismo y comían”.

Era un negocio familiar, Valeska afectuosamente recuerda a su padre, el famoso ‘Negro Luis’ quien le transmitió las artes del oficio. “Mi papá me mandaba a desconchar sacos de choros, me decía ‘Si quieres bañarte, desconcha los choros y anda a bañarte’. Mi hermano y yo aprendimos toda la pega por mi papá, mi papá nos enseñó a bucear, nos enseñó todo él”.

Cuando Valeska se independizó, comenzó a trabajar vendiendo mariscos crudos como recuerda: “¡Es cansador ese trabajo! trabajé harto tiempo en eso” y luego de garzona en ‘La Brisa Marina’ de su madre, eso hasta que ella enfermó y Valeska asumió la dirección del negocio. “Tuve que agarrar las riendas y meterme acá en la cocina. Yo ya conocía el rubro, tenía como 22 años”.

Y claro que conocía el rubro, se le nota, se le ilumina el rostro cuando habla de sus creaciones culinarias. “Inventé las empanadas de jaiba, empanada de jaiba con queso, la de ostión también. Un día me puse a cocer ostión, así crudo lo eché a la masa, me quedó muy aguachento y busqué la manera, hasta que aprendí: cocinó a medio punto, le echó la crema, la mantequilla, el orégano, y me pongo a hacer la empanada frita. Y así quedaron hasta el día de hoy, así que ahora vendo de pulpo, mixta, de jaiba, ostión, loco y de marisco. Todas esas. Y ahí se empezaron a dar el dato, y ahora todos venden igual. La única que no han podido imitar es la mixta, porque nadie vende mixta. Soy la única. La mixta tiene ostión, tiene loco, tiene pulpo, tiene jaiba, y el queso. Esa es la mixta. Esa me sale harto”, festeja alegre.

This article is from: