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Los bailes chinos

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Esta renovación en la hermandad del baile chino ha permitido su subsistencia en el tiempo, y hoy son reconocidos junto a otros como patrimonio vivo de la humanidad.

En el norte existen tres bailes chinos el de Iquique, el de María Elena y el de Coloso nos cuenta María: “Nosotros no usamos bandas, no usamos ni cajas, bailamos con tambor y pitos en la fiesta de San Pedro, que es una celebración patronal, y bailamos en todas las fiestas relacionadas con la Virgen. Vamos a la Tirana, ahora en julio, a la fiesta de Andacollo, que se hace acá en Antofagasta. En diciembre, febrero, en agosto, en la ‘Oración por Chile’, también bailamos”.

La tradición del Baile Chino interpreta la humildad de la servidumbre hacia la Virgen explica María: “La gente no conoce la tradición, piensa que es un chino por un chino oriental ¡cosas así!, y no, el chino es el sirviente, del tiempo de las colonias, cuando el sirviente era llamado chino. Entonces, de ahí viene la tradición. Nosotros somos el chino del norte, de los changos”. El ser patrimonio de la humanidad ha sido un descubrimiento para los Chinos de Coloso, Humberto Rodríguez, esposo de María y dirigente del Baile Chino cuenta: “El 2015 fuimos a un encuentro a Mantagua. Un encuentro de todos los Bailes Chinos de Chile. Entonces en el encuentro nos llevamos la sorpresa que todos los bailes chinos somos patrimonio cultural de la humanidad. Entonces, es un gran privilegio pertenecer al baile”.

Por ello el año 2016 cambiaron su traje de colores blanco y azul que les representaba el mar de Coloso, por el traje tradicional en color café, que representa su vinculación con la Pachamama y como expresa Humberto “Esta envestidura es muy significativa para nosotros”.

Y por supuesto que es importante, se han consagrado a su fe y su expresión más tangible, su baile, es reconocido como patrimonio inmaterial de la humanidad.

El futuro

Coloso escribe su historia en distintos tiempos. El de los mayores, quienes ya han forjado su legado, que lucharon por obtener lo que hoy tienen, los que levantaron a Coloso, y aquí la voz de Elba lo dice todo: “Bueno, lo más lindo es la vida que tengo ahora, porque antes no tenía. Sufrí mucho con los niños, bueno la mayoría de la gente antigua. Nosotros cocinábamos con fuego, con leña, con parafina. Yo no tenía y me voy a morir tranquila porque ahora tengo todo lo que yo deseaba, por eso le digo, yo soy feliz ahora”.

El tiempo de los adultos que fueron niños en Coloso y hoy forman a sus familias y proyectan su vida aquí: aquí están la gran mayoría, llenos de ganas, luchando cada día. El tiempo de Sergio como actual presidente de la Junta Vecinal, de Valeska, de Raquel, de Nilda, de María, de tantos que aquí crecieron.

El futuro renovado, lleno de inquietudes y con una justa admiración de los más jóvenes, de Danicelly, de Manuel Cepeda, de Perla; y tiempo por venir, los niños y las nuevas expectativas.

Todos ellos hoy aúnan esfuerzos, por sobre los anhelos propios proyectan lo mejor para su comunidad en un plan maestro a largo plazo que esperan les permitan cimentar el Coloso del futuro, es el 6+1, una base de proyectos priorizados por la comunidad y establecidos en un ambicioso cronograma de trabajo que esperan concretar el durante la siguiente década, como detalla María: “La gente antigua, estamos como en el Comité de Proyectos que trabaja con Minera Escondida para mejorar Coloso. Nosotros queremos dejar Coloso bonito, para las nuevas generaciones, hermoseado, cosa que después digan, ‘Mi abuela trabajó para este proyecto’, acá hay una parte también de mi familia. Porque Coloso antes no lo teníamos así, era bonito sí, pero no teníamos las comodidades que tenemos ahora: Tenemos el agua, tenemos la luz… La locomoción – tarde, mal y nunca – pero la tenemos”.

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