Por Solange Bordón. Lengua y Literatura. Graduada Estas características condicen con la obra, ya que, se produce una secuencia de investigación policial y espionaje a través del ciberespacio. Esto sucede en la historia que tiene como protagonistas a Grigor y Nicolina quienes visualizan en la pantalla del kentuki el siguiente mensaje “Soy Andrea Farbe, me raptaron. Teléfono de mi mama +584122340077 ¡por favor!” (Schweblin, 2018; 180). Allí comienza toda una tarea de investigación policial.
Lmuestra a novela Kentukis de Samanta Schweblin nuestra relación perversa con la tecnología. En pocas palabras, lo más íntimo de nuestras vidas está permeado de relaciones que median en la virtualidad. Recordemos que el predominio de estos vínculos se reforzó con el vigente contexto de pandemia, la conectividad ahora es una potente herramienta, necesaria y básica para trabajar y estudiar, ya no es una opción ni un lujo.
Kentukis es una novela que pertenece al género ciencia ficción o literatura de anticipación. Según Pablo Capanna la literatura de anticipación es aquella que intenta profetizar a corto, medio o largo plazo una tendencia. El subgénero de la obra según el mismo autor seria ciberpunk, el cual lo describe como un híbrido entre el género policial negro, la estética del videogame y la ciencia ficción tradicional. Explica que este subgénero tendría lugar en un ámbito imaginativo semejante al espacio virtual o ciberespacio.
Crítica literaria
Kentukis. ¿Ciencia ficción o la realidad actual? Crítica de Kentukis de Samanta Schweblin
La estructura de la novela se da de una forma particular, no tiene capítulos ni episodios marcados gráficamente. La obra está organizada en diferentes historias narradas alternadamente. Mediante esta elección, la autora permite fijar la atención de los lectores en el concepto innovador de KENTUKI y no en una historia particular. Kentuki es un dispositivo tecnológico, un híbrido entre un celular con cámara y un peluche. Se dan así dos posibilidades, ser un Kentucki o tener un Kentucki. Los usuarios pueden comprar el peluche y ser vigilados/ mirados o configurar un código para vigilar/mirar. Una especie de panóptica digital que opera al estilo voyeur. En esta ficción algunas historias toman preponderancia y profundizan en sí mismas, como la historia de Alina y Sven. “Alina volvió a revisar el contenido de la caja. Le extrañó que, más allá del cargador y el manual, no viniera ningún dispositivo para manejar el kentuki” (Schweblin, 2018;25). Otras simplemente son un breve soplo descriptivo que ayuda a contar y entender el concepto kentucki como lo es la historia en la que una mamá compró un kentuki para sus hijas y éste se violentó contra ellas, “mientras el kentuki golpeaba contra sus pies descalzos una y otra vez. La madre lo levantó en el aire y lo revoleo al medio del living” (Schweblin, 2018;142).
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