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Etiquetar alosdemás esunafalta derespeto.

Vivimos en un mundo que con facilidad se atreve a definir a los demás. Etiquetar a alguien daña su autoconcepto y deteriora la confianza en sí mismo, afectando su desarrollo social y emocional. Etiquetar a los demás es una falta de respeto. A menudo, cuando le pones una etiqueta a alguien le estás creando un límite: la etiqueta se convierte en esa limitación.

Debemos tener mucho cuidado con las palabras que usamos para referirnos a los demás, porque rápidamente se convierte en un vocabulario interno para el otro, sobre todo si son calificativos referente a su cuerpo, a su personalidad, al tono de su voz, a su forma de vestir... etc.

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Justamente, eso fue lo que me pasó: la etiqueta de la discapacidad se convirtió en un límite para mí. Me paralizó.

Hasta que un día pude verla de otra manera y convertirla en mi aliada. Pero en medio, sucedieron muchas cosas que se podrían haber evitado. Muchos sufrimientos, y no solo míos, sino de toda la gente que estaba a mi lado.

Siempre que me costaba aprender alguna cosa en particular, o me iba mal en un examen, pensaba que era el resultado de mi discapacidad; cuando no me elegían para un equipo en la clase de gimnasia o me quedaba atrás respecto a mis otros compañeros de clase, me decía a mí mismo que era una consecuencia de mi discapacidad, y así la convertí en el peor escudo que alguien puede tener. Era la excusa perfecta para no avanzar.

¿Cómo podría esperar hacer algo tan bien como lo hacían los demás si yo tenía mis piernas paralizadas?

Victimizarme era una excelente herramienta para lograr una recompensa no ganada.

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