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Sipuedes cambiartus hábitos, puedescambiar tuvida.
Las reglas del tenis son simples, un rectángulo con una red baja en el medio, dos o cuatro contrincantes, raquetas y una pelota que debe pasar de un lado al otro de la red y picar dentro del rectángulo. ¿Suena simple, verdad? ¿Pero, qué pasa si ponemos a Nadal en el rectángulo de enfrente? A veces requiere repetidos experimentos y fracasos. Y a veces es increíblemente difícil. Pero tenemos el inmenso poder de cambiar nuestro pequeño mundo y de conseguir todo lo que nos propongamos si estamos realmente comprometidos a hacerlo.
En ese momento, tras el infarto, cuando decidí que era hora de cambiar, el punto de vista que tenía sobre mi propio cuerpo era el de un antideportista. Al principio me costó, y mucho, pero estaba decidido a hacerlo. Hoy, a veinte años de haber tomado la decisión de ponerme una meta como correr mi primera maratón, me pregunto: ¿qué fue lo indispensable para que sucediera? Y la respuesta es contundente: ¡creerme capaz de poder lograrlo! Tienes que esperar cosas de ti mismo antes de poder hacerlas.
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Sentirse capaz. Esa es la diferencia entre luchar por conseguir algo o simplemente no intentarlo nunca. Nuestra autoconfianza, nuestro sentimiento de ser capaces de algo, se va conformando a lo largo de toda nuestra vida. Sobre todo en la niñez y juventud las personas que nos rodean son grandes responsables de que crezcamos con la sensación de “yo nunca podría hacer eso”, o la sensación de “es difícil, pero si me lo propongo firmemente lo podré lograr”. Sentirse capaz y confiar en uno mismo es lo que nos llevará a persistir en nuestros retos. Las personas con una gran autoconfianza son las ...
que se proponen retos más ambiciosos y las que persisten en ellos a pesar de las dificultades. Puede que alguien con gran autoconfianza no sea el mejor en algo, pero seguro será el que más tiempo tarde en rendirse. Sentirse capaz determinará la cantidad de esfuerzo y persistencia que una persona le dedique a afrontar sus retos. Lógicamente, este sentimiento de confianza en nuestras capacidades repercutirá muy favorablemente en la motivación y la autoestima, haciendo que afrontemos cualquier desafío con un estado emocional más positivo, y tras ese esfuerzo tendremos nuestra su merecida recompensa. Quizás en el camino nos encontremos con expresiones de otras personas que, involuntariamente o incluso, intencionadamente, nos hagan pensar que nuestra meta es imposible de conseguir, y ante la primera dificultad lo más sencillo será creer que tienen razón, como si un simple tropiezo confirmara su teoría sobre nuestra incapacidad de llegar a lograr algo. Lo peligroso, no es que existan esas voces, sino escucharlas, porque nos convencerán de no seguir en la lucha. Sin embargo, un hecho tan simple como que alguien nos aliente y nos diga que vamos por buen camino, incluso a pesar de las caídas, puede ser el ..
detonante para que nos esforcemos más que nunca.
Es fundamental que tengamos un propósito general en la vida, que sea el motor que nos lleve a enfrentar retos y dificultades. Todos los días tenemos oportunidades para hacer los cambios necesarios que nos permitan mejorar nuestra condición de vida.
Lograr los objetivos implica esfuerzo, dedicación y constancia. Además, es necesario establecer valores que orienten nuestras acciones, como honradez, integridad, responsabilidad e innovación, así como establecer prioridades e ir consiguiendo metas por etapas.
La primera meta que me propuse fue correr la Maratón de New York.
Y cuando crucé la meta del Central Park, corría por mis venas un renovado nivel de energía y también de curiosidad. Por primera vez en mi vida, podía transpirar mi cuerpo por mi esfuerzo y comprender que había estado prisionero dentro de mi cabeza, que mis pensamientos habían sido mi peor enemigo. Mi nuevo cuerpo me dio una sensación de confianza que nunca antes había sentido. Mi vida diaria también cambió: estaba .......
lúcido, sabía qué hacer para seguir adelante y había desbloqueado un sentido de motivación empoderador y sostenible. Con estos resultados, mi mentalidad cambió y empecé a creer que todo era posible. Pero también, de alguna manera, me sentía molesto por todo el tiempo desperdiciado. Me parecía que todos mis años de dudas y sufrimientos podrían haberse evitado. Había una considerable falta de información sobre la discapacidad en todos los ámbitos, tampoco referentes a quién seguir, ningún libro o manual que estableciese un método para enfrentar las etiquetas limitantes, ni algo que permita aprender a liberarse de la mirada ajena y poner foco solamente en los sueños.