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“Hoyme concentro solamenteenlo soycapazde lograr”
Transcurría el año 1999 y con 37 años acababa de cerrar el negocio más grande de mi carrera. A pesar de que cuando la gente me ve por primera vez puede pensar lo contrario, yo me considero un hombre de suerte. En el momento en el que todos cambiaban sus computadoras porque llegaba el año 2000, yo estaba vendiéndolas. Cerrar esta transacción fue tremendamente satisfactorio, una sensación de triunfo, confianza, seguridad, dicha y un montón de otras sensaciones buenas.
Estaba en el centro de la ciudad de Córdoba, y con esa emoción, resultado de un momento de éxito, usando el traje más elegante que tenía y mi . A N É C D O T A S mejor perfume, fui a la calle y frené un taxi para volver a mi casa.
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El taxi se detuvo, una pasajera bajaba justamente en ese mismo lugar, era una mujer mayor, muy elegante, con el pelo batido, uno de los looks más populares de aquella época, usado por las celebridades más famosas del mundo. En un gesto de galantería, acomodé mis muletas en una sola mano y le abrí la puerta del auto para que pudiera bajarse. La señora abrió su cartera, sacó una moneda y me la dio. (PAUSA)
A sus ojos, lejos estaba mi autopercepción de empresario exitoso. Para ella, yo era solo un discapacitado, un pobrecito que necesitaba de su caridad.
En aquel momento y según mi percepción, ella era la mala de la película.
Hoy no.
Pude quitarme de ese lugar, verme de otra manera, independientemente de cómo me observen o me definan los demás. Antes me importaba más lo que la gente pensaba que yo podría o no hacer, hoy me concentro solamente en lo soy capaz de lograr.