1 minute read

SerDeportista Másqueun cuerpo preparado, unafilosofíade vida.

Este capítulo es para aquellos que tienen la falsa creencia de que para convertirse en deportista se requiere previamente tener un cuerpo adecuado para conseguirlo. Nada más alejado de la realidad. Ser deportista va más allá de nacer con un cuerpo adaptado para una actividad concreta y de elegir un pasatiempo; abarca un modo y una filosofía de vida, donde rendirse y darse por vencido no entra en los planes. Para lograrlo, necesitamos prepararnos en todos los ámbitos. Siendo la mente un factor de gran importancia, pues es aquí donde se inicia y se controla todo.

Tenía 39 años cuando me compré mi primera bicicleta de manos, y pesaba 19 kg. más que hoy. Los dos años anteriores estuve en recuperación tras un infarto que casi me deja sin vida, pero a mí me gusta aclarar que ese infarto fue en realidad lo que me salvó la vida. Además de mi discapacidad, debido al sedentarismo al que estaba habituado, tenía obesidad y problemas cardíacos; era una bomba de tiempo, que de hecho, estalló justo a tiempo.

Advertisement

La recuperación tras el infarto consistía en realizar ejercicio físico. ¡Qué contradictorio me parecía esto! ¿Era posible unir deporte, infarto y discapacidad?

Poco tiempo después descubrí que sí, a pesar de que el cardiólogo que me asignaron pensara que era imposible que con mi diagnóstico pudiera convertirme en maratonista. Él tenía la absurda creencia de que no podía hacerlo y sugirió que sea otro el cardiólogo que me atienda, si yo estaba dispuesto a seguir ese camino. Sin embargo yo, de lo que sí estaba seguro, era de mis ganas de cambiar, de reinventarme. Y no solamente lo sentía como una necesidad mía, sino también de mi familia. Y lograba intuir que cada vez que mi cuerpo se movía recibía una inyección de vida.

El camino parecía simple. Lo primero que tenía que conseguir era cambiar de hábitos. Los hábitos son poderosos, dan forma a tu vida mucho más de lo que piensas. Así que, si puedes cambiar tus hábitos, puedes cambiar tu vida.

Y todo empieza con una simple acción: tomar la decisión de cambiarlos.

Y aquí merece la pena detenerse un momento para reflexionar acerca de esto. Que sea simple no significa que sea fácil. Las cosas simples, pueden algún día llegar a transformarse en fáciles, pero solo a través de la práctica. Para ejemplificar esto, me gusta hacerlo con el tenis.

This article is from: