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Álvaro Martínez Chana
Estimados y estimadas conquenses, Lamentablemente, debido a las extraordinarias circunstancias sanitarias en las que nos encontramos, provocadas por la pandemia de Covid-19, la Semana Santa de Cuenca, tradición por excelencia de la capital, ha tenido que ser nuevamente suspendida, por segundo año consecutivo.
Una dura decisión que caía como un jarro de agua fría sobre todos y todas las conquenses, pero sin duda, una decisión acertada pensando siempre en el bien común y en aras de preservar la salud y seguridad de la ciudadanía.
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A pesar de las circunstancias, es un placer para mí poder dirigirme por primera vez a todos los nazarenos y nazarenas y agradezco enormemente que la Junta de Cofradías, me haya permitido ocupar este espacio de la tradicional revista Cuenca Nazarena. Desde aquí, quiero enviaros muchísimo ánimo a todos, en especial a aquellas personas que cada año trabajáis duramente y sin descanso, en la preparación de nuestra maravillosa Semana Santa, merecidamente declarada de Interés Turístico Internacional.
Deseo, de todo corazón, que sepáis convertir la fe y el fervor que lleváis dentro en solidaridad y esperanza para afrontar esta lacra que nos sacude y que juntos, venzamos al virus de manera definitiva. Después de este duro año parece verse, por fin, la luz al final del túnel, debemos seguir siendo fuertes y mirar al futuro con esperanza. El próximo año, el olor a cera e incienso y el sonido de cornetas y tambores volverán a inundar nuestras calles y Cuenca volverá a engalanarse para ver cruzar sus espectaculares pasos, que este año, llevaremos en nuestros recuerdos.
Espero que, aun así, todos tengáis una intensa Cuaresma, que viváis la Semana Santa de manera responsable y disfrutéis del tiempo de reconciliación y reflexión en familia, sin olvidar que Cuenca siempre será sinónimo de Semana Santa y que el próximo año, la celebraremos y viviremos con más ganas que nunca.
Muchísimo ánimo y un fuerte abrazo